Cógeme por donde quieras, pero ya!
No puedo dejar de pensar en cómo me cojes; lo que una mujer desea realmente de una noche de antro. Y eso que era un amigo.
Es de noche, pero ésta es diferente, hoy organicé con unos amigos de la universidad una salida a un antro, yo aprovechando que son darketos, utilizo la ocasión para vestirme como putita sin que nadie me diga nada, así que escojo un vestido negro de likra demasiado corto para el gusto de "muchas", eso sí, muy ajustado y con tirantes que se bajan con descuido a mis hombros, decido no ponerme bra, para qué si de todas formas me lo voy a quitar en algún momento de la madrugada además de que sirve para que mi "amigo" me vaya manoseando en el carro.
Me pongo unas medias negras y un bikini del mismo color, unas botas como de 10 cms y maquillaje exagerado, delineado intenso, sombra oscura, polvo blanco para que resalte mi tono de piel y labios rojos, todo está perfecto.
No se qué sucede pero ese atuendo me seduce, me siento ansiosa muy ansiosa de que "él" me toque, y mucho más ansiosa de sentir su verga dura mientras conduce la hora ha llegado, a mi amigo lo llamaré Aleister, quedó de pasar por mí a las 11 de la noche, mientras que los otros quedaron de llegar al antro media hora más tarde.
Ahí está él, todo vestido de negro con ese porte que me encanta, maldito, duro, fuerte, desgraciado, rudo, ¡que se yo! se ve exquisito, su primer mirada me seduce, lleva puesto un abrigo impresionante, en el trayecto no aguanto más y por inercia comienzo a seducirlo, así que me cruzo de piernas o las mantengo abiertas constantemente, yo sólo dejo que me toque como sea su antojo.
Comienzo a hacer travesuras, así que subo mi vestido dejándole ver por completo mis piernas mientras maneja, él va nervioso pero a la vez con esa mirada de "ya me la pagarás maldita hoy no te salvas" yo llevo un abrigo semitransparente largo y negro que me cubre casi por completo, así que lo bajo hasta dejar al descubierto mis hombros y lo dejo ver mi escote y mis tetas casi hasta los pezones, en un alto mientras veo como se le empieza a poner dura su cosota.
Sin tardarme, dirijo mi mano hacia su pija, no aguanto más las ganas y meto la mano por debajo de su pantalón, ya está bien húmedo el condenado, así que comienzo a masturbarlo y cuando se moja lo suficiente dirijo mi mano mojada hacia mi boca para probarlo, mientras inhalo ese olor tan exquisito de su sexo, así sigue el camino mientras yo lo masturbo a ratos y el me manosea al mismo tiempo que maniobra con el carro.
Me dan unas ganas locas de detener el carro en cualquier calle para cojérmelo bien rico, intento soportar mis ganas, cierro los ojos, muerdo mis labios mientras el mete la mano en mi entrepierna al momento que intenta romper mis medias para llegar a mi clítoris por la forma más fácil para apretarlo.
Yo sólo echo la cabeza para atrás e imagino una fantasía que he tenido desde hace tiempo yo me encuentro masturbándome con la palanca de velocidades, la introduzco hasta el fondo, no me importa el dolor, al momento que dejo impregnados mis líquidos en tan rica cosa, todo eso con la intención de que cuando mi acompañante vaya sólo en su carro me recuerde; de pronto, algo me hace reaccionar de mi fantasía, es el dedo de Aleister sobre mi clítoris, el muy astuto quién sabe desde qué momento logró romper mis medias y mover mi bikini, bueno eso es lo que menos me importa porque se encontraba metiendo su dedo en mi vagina y frotando mi clítoris con tremendo ritmo, al momento que me sacaba más y más jugos, ahhh siiiiiií, sigue, qué rico, no te detengas, le decía mientras abría mis piernas cada vez más y al mismo tiempo lo frotaba.
El recorrido, no se por qué extraña razón, me pareció muy corto, así que dejamos de tocarnos, sólo por un momento en lo que bajamos del carro y nos dirigimos al famoso "Dada X" el lugar no es muy grande, pero el ambiente se sentía muy rico, estaba muy oscuro y quien yo quería estaba a mi lado, así que la seducción se olía.
No entraré mucho en los detalles del par de horas que estuvimos en aquél antro, la verdad Aleister y yo, no aguantamos las ganas y nos salimos a buscar un hotel, sólo recuerdo que ahí estaban nuestros amigos, picándonos, si se le puede llamar así para que él y yo fuéramos algo más que amigos, si supieran lo que ya había entre nosotros.
Así que ese par de horas nos la pasamos abrazándonos y tocándonos a escondidas, bailamos frotándonos el cuerpo, yo lo apretaba hacia mí para sentir esa verga dura que me tenía loca desde hacía un buen rato, sólo dejaba que metiera su mano y me manoseara lo más que él pudiera.
Pasó algo hermoso en el balcón del bar, nos miramos, nos bueno no entraré más en detalles de este instante como lo prometí pero si él me hubiera llegado en ese momento yo le hubiera respondido sin titubear mil veces que sí.
Total que tanto Aleister como yo, ya no teníamos ningún motivo para seguir en aquél antro así que sin más, nos disculpamos por irnos tan rápido y nos dirigimos ansiosos al primer hotel, lo importante era coger en ese momento, tener sexo, o hacer el amor???
Pronto llegamos a Calzada de Tlalpan, pagamos en un hotel garage cerca del metro Portales, el lugar era lo que menos importaba, yo estaba ansiosa de ser penetrada, el tiempo no era el suficiente, así que nos apuramos, el lugar me sorprendió, pero la verga de mi amigo mucho más, así que pronto me tiró a la cama, me jaló el vestido, rompió mis medias, me arrancó el bikini y de un solo golpe me metió su verga hasta el fondo.
Ahhhhhhhhhhhh que rico!!!!!!!! Métemela más, co-ge-mé, él estaba en el mete y saca, les juro que no es mentira pero este hombre tan rico tiene la cualidad de venirse una y otra vez sin descansar, cosa que me sorprende, nunca en la vida me ha dicho: "detente voy a reponerme" les juro que eso sí es posible.
Yo le decía, sigue amor, el cada vez con más fuerza me embestía, así que después de venirse la primera vez, me puso en 4 y me la metió duro desde atrás, comenzó a nalguearme, cómo me excitó ¡¡¡ay sí papito, soy tuya, cógeme toda la vida, quiero verga!!!! me estaba golpeando bien rico, mientras más fuerte más mojada me ponía, me agarró como le dio su gana, bombeaba con gran fuerza, me movía a su antojo y me hacía como él quisiera, como solo él sabe.
Metía y sacaba a gran velocidad esa rica vergota que lubrica a chorros, yo ansiosa la limpiaba y me comía sus jugos deliciosos y calientes, quería su lechita escurriendo por mi cuerpo, por mi cara, por mi boca, por mis nalgas
Así tuve un orgasmo impresionante acompañado de otros, él quería más y seguía pidiendo sexo y manoseando, me apretaba las tetas, las chupaba, las estrujaba como loco, me golpeaba, y metía sus manotas por donde él quisiera, yo sólo obedecía y cumplía sus peticiones, hasta que me pidió que lo dejara penetrarme por el culo.
Yo estaba bien adolorida, tenía ganas de que se viniera en mi ano y sentir como escurría su leche caliente por mi culo pero la maldita hora lo estropeó todo así que de mala gana comencé a vestirme y él se molestó, yo quería seguir cogiendo, pero a la vez quería detenerme para que él se enojara y me cogiera con más ganas la próxima vez.
Vaya que me sentía como una auténtica puta, ninguna mujer me dejará mentir, porque después de coger y coger a más no poder, estar toda adolorida, con el cabello revuelto, el maquillaje por todas partes, menos en su lugar, en lo único que una piensa además de la satisfacción es en decir: ¡qué puta soy!
El caso es que mi hombre esa noche se incomodó porque no le permití que me culeara, y con las ganas que tenía de que me envistiera más y más como una auténtica perra, quiero dar placer!!!!!!! Así que me vestí y él también, fui a arreglarme al baño, el me siguió, se puso de caliente una vez más y se vino llenándome la boca, dejándome impregnada de su sabor y olor, ya estaba lista para irme.
Él no lo sabe pero quiero que sepa que aún tengo ganas, y estoy dispuesta a que me la meta por donde quiera, ya sabes que te obedezco.