Cocorock ilusionado

...en ese momento no tenía tiempo de mirarlos porque estaba embobado con Sergio que estaba vestido como para recibir un premio Óscar

El chico que conocí del gym me había metido el bichito de comenzar a asistir a un gimnasio, realmente no creía tener feo cuerpo pero su comentario me hizo pensar que podría estar mejor, así que me anote.

El primer día termine molido, mi trainer fue una chica, sabía que si pedía a un chico no le prestaría mucha atención que digamos. El segundo día terminé de conocer mi rutina, y el tercero y me sentía hasta canchero.  En estos tres días me había dado cuenta de 3 cosas, primero que los hombres son más envidiosos que las mujeres, segundo que todos los asistentes al gimnasio eran maricones, y tercero que todos eran pasivos. No estaba decepcionado porque realmente no tenía intenciones de ligar ahí, pero si alguien me lo proponía, tampoco es que sea de hacerme de rogar.

Pasaba mi tiempo entonces entre la universidad, mi hijo y el gimnasio, creo que estaba bien ocupado para tener tiempo para el sexo pero me estaba yendo bastante bien con las pajas que tomaba cada cierto.

A mediados de agosto retomaba mis clases en la universidad, Paul estaba desaparecido, el doctor Augusto nunca más me llamo, Cynthia estaba embarazada y mis papás de viaje, yo me concentre todas las vacaciones en el gimnasio y el futbol y descubrí que tenía cierta facilidad para que mi cuerpo mejore, entonces decidí que solo estaría ahí hasta fin de ese mes. Realmente quería prestarle más atención a mis estudios, y al sexo, que lo tenía bastante olvidado.

Volví a las páginas de contacto apenas empezó septiembre, actualice un poco mis fotos y alguna información de mi perfil. Los mensajes empezaron a llegar, pero luego de la experiencia del chico del gym aprendí la importancia de la foto de rostro. Luego de varios chats nada interesantes por fin apareció alguien que llamo mi atención, tenía 1.85 igual que yo, y pesaba 81 kilos también, cabe mencionar que sus fotos de rostro eran de estudio, luego me entere que era modelo.

Conversamos buen rato, me dijo que era moderno, tenía una conversación muy amena, pero cuando le toque el punto del sexo se enfrió un poco.

-          No creo que sea lo que busco, así tan frio y directo, me gusta más conocer a la persona primero.

-          Bien, podemos intentarlo

-          Está bien, pero si te advierto que en nuestro primer encuentro no pasara nada.

-          Está bien, nos vemos en Plaza San Miguel.

-          Genial.

Coordinamos la hora del encuentro y se dio. El (igual que yo) fue súper puntual para llegar al punto exacto del encuentro, se ganó sus primeros puntos conmigo. Honestamente cuando lo vi pensé que las fotos le favorecían (o habían sido arregladas) de todas maneras se veía bastante bien, sobre todo muy bien vestido, tenía excelente gusto, yo como siempre estaba vestido como pirañita.

Tomamos un café caminamos un rato, se hizo de noche y le propuse cenar antes de irnos, entramos en una pizzería.

-          En resumen – me dijo – Tienes 17 años, vas en 2do ciclo de administración y tienes un hijo.

-          Y tú tienes 19, vas en 5to de derecho, tienes un perro, en unos días cumples 20 y aun no me invitas a tu cumpleaños.

-          Jajaja, es verdad, lo celebrare en el Vale, pero no te dejaran entrar sin DNI

-          No creo verme tan chico como para que no me dejen entrar.

-          Es verdad, es probable que no se den cuenta, dale entonces te espero el sábado.

-          Solo bromeaba, no podría, tengo obligaciones en mi casa.

-          ¿El sábado en la noche?

-          Todos los días, ser papá es chamba de 24 horas.

-          Hubiera sido bueno que vayas.

-          Tal vez pase, pero solo un rato.

Pasaron los días y continuamos chateando por SMS (aquella época) y todo bacán, Sergio no solo me caía bien, también me gustaba. Me agrado mucho el hecho que no quisiera ir a la cama el primer día, su charla amena, era guapo, estaba muy interesante el  prospecto.

Llego en sábado, Cynthia me dijo que pasaría la noche en la casa de sus papás. Tenía libre para ir a ver a Sergio, tenía todo listo para ducharme y salir. Me aliste, perfume, enfunde en mi mejor gala y Salí hacia el Vale Todo, sin saber si me dejarían entrar o no.

En la puerta un grupo de turistas se formó para ingresar a la disco, todos se veían como de 18,  19 años, así que me puse detrás de ellos y haciéndome el loco pude ingresar. Era la primera vez que entraba a una discoteca gay y lo que estaba viendo no me gustaba nada, Sergio me envió las instrucciones de cómo encontrarlo, cuando lo vi  a lo lejos me hizo una señal con la mano para acercarme.

El grupo era como de 7 chicos contando a Sergio, que era el más guapo del grupo, habían 2 chaparritos que se desarmaban coqueteándome, un muchacho gordito que ya estaba borracho desde que llegue, y los otros dos eran de todas maneras modelos como él, pero en ese momento no tenía tiempo de mirarlos porque estaba embobado con Sergio que estaba vestido como para recibir un premio Óscar.

Bailamos un poco, tomamos algunas cervezas. A las 3 de la mañana me agarro el cansancio (había tenido clases ese día) y anuncie que me retiraba

-          Te gustaría ir a mi departamento.

-          ¿y tus amigos?

-          Se quedaran hasta que los echen de la discoteca, prefiero que conversemos tranquilos. De todas maneras tengo más temas contigo que con ellos.

-          Gracias por eso, pero no sé, realmente siento que debo descansar.

-          Me estas rechazando.

-          No es eso, solo que tuve clases y estoy muy agotado.

-          Puedes quedarte a dormir conmigo – Hasta este punto de la conversación Sergio se había puesto muy cariñoso y estaba hablándome de muy cerca, sentía su aliento en mi oído.

-          Está bien, vayamos.

Salimos de la disco, a las justas alcanzo a decirle  uno de sus amigos que se iba. Yo me sentía como si fuera mi primera vez, el muchacho realmente me gustaba y no sabía lo que pasaría a solas en su departamento. Tomamos un taxi en la puerta de la discoteca, al escuchar las instrucciones descubrí que estaríamos realmente cerca  mi casa.

Al llegar al apartamento me hizo entrar en uno de los cuartos y me dijo que vivía con 2 de sus amigos que se quedaron en la disco, me puse algo nervioso pensando que llegarían en cualquier momento. Saco un par de cervezas de la refrigeradora y nos fuimos a su cuarto, con la puerta entre abierta por el calor empezamos a charlar amenamente sentados uno muy cerca del otro en la cama.

Así paso un rato hasta que dentro de la conversación decidí arriesgarme y robarle un beso. Fue tierno, creo que ambos lo estábamos deseando. La situación se fue poniendo calentona. Los besos progresivamente fueron perdiendo la inocencia y se volvieron salvajes, de pronto Sergio se separó, se puso de pie y acomodo un poco su ropa.

-          Nunca me dijiste que opción tenías.

-          Creo que moderno.

-          Como que crees, no estás seguro, no creo que sea tu primera vez.

-          Realmente no. Solo que nunca me eh detenido a pensar cual realmente es mi opción, disfruto de todo en realidad.

-          A bueno, entonces eres modernos como yo

-          Si – dije sonriéndole ampliamente.

-          Y que tal verga tienes.

-          Dicen que esta buena.

-          ¿Cómo que dicen?, ¿Cuánto te mide?

-          Realmente no lo sé – dije avergonzado.

-          ¿No sabes cuánto mide tu verga?

-          ¿Tan importante es esa información?

-          Es muy importante, algunas veces algunos chicos te buscaran solo por eso, vi en l web q no especificabas ese dato en tu perfil y me da curiosidad.

Sergio se acercó a mí y me hizo poner de pie frente a él. Me beso mientras sus manos se fueron directo a desabrochar mi correa para despojarme del pantalón, lo hizo hábilmente y bajo mis pantalones hasta mis tobillos. Ahí agachado donde estaba observo directamente mi bóxer cubriendo mi verga a medio empalmar – Creo que hay un interesante premio aquí – dijo mientras metió sus dedos índice a los lados del elástico de mi bóxer. Halándolo hacia adelante para dejar libre paso a mi verga lo bajó también hasta los tobillos, y luego de relamerse los labios se metió mi verga entera a la boca, una corriente eléctrica me pasó por todo el cuerpo y mi pene se puso completamente erecto causándole una arcada.

Tosió un par de veces y nuevamente se puso de pie frente a mí, se quitó toda la ropa – Son del mismo tamaño – me dijo poniendo su verga junto a la mía, realmente eran muy similares, casi del mismo ancho pero yo dije – no es cierto, la mía es más grande.

Y dada la duda Sergio cogió una regla y midió nuestras vergas, la de él llego a marcar 20 centímetros, y la mía 21. Esta información nos llenó de morbo a los dos, empezamos a besarnos frenéticamente, acariciábamos nuestros cuerpos comentando cuanto nos gustaba el cuerpo del otro. Yo mostraba vellos finos en todo mi cuerpo mientras Sergio tenia absolutamente todo depilado, axilas, pecho, abdomen, nalgas, huevos, piernas. No tenía un solo vello en todo su cuerpo, aquello me agrado y a la vez no, de no ser por lo varonil de su rostro creo que no me hubiera gustado tanto.

El morreo siguió bastante tiempo, finalmente caímos a la cama en una 69 que se prolongó a tal punto que termine con dolor de mandíbula, bastante tiempo después de haber iniciado aquel juego ambos nos vinimos en la boca del otro, fue toda una experiencia. Así desnudos como estábamos nos acomodamos en su cama, me hizo abrazarlo por la espalda y cubriéndonos con la cubrecama nos quedamos dormidos cuando las aves empezaban a cantar.

Cerca de las 11 de la mañana me desperté con los movimientos de Sergio que también se estaba despertando – buenos días dormilón – me dijo dándome un beso muy tierno en los labios. La escena era como de película romántica.

-          ¿Quieres desayunar?

-          Si, gracias.

Así tal cual estaba salió del cuarto, desnudo completamente, a los pocos minutos apareció con dos tazas de café, algunas tostadas y jugo. Luego de disfrutar el desayuno me ofreció darme una ducha que acepte. Cuando estuve listo Salí y me dijo que lo esperara unos minutos para ducharse él.

Aun en la cama desnudos empezamos a besarnos nuevamente, otra vez caímos en un 69 pero esta vez incluyo exploración de culos, yo lo estaba pasando de maravilla, no sé de qué forma él lograba meterse mi verga entera a la boca y me hacía sentir muy rico, pero yo quería más, de alguna forma logre alcanzar con mi lengua su ojete y empecé  lamerlo, noté que el empezó  hacer lo mismo, y lo hacía muy rico.

Llevábamos buen rato mamándonos los culos y las vergas cuando Sergio se dio vuelta y apoyo su espalda contra mi pecho en posición de cucharita, y empezó a acomodar mi verga en la entrada de su culo. Lentamente fue haciendo presión para que fuera entrando mientras decía en voz muy alta lo gruesa que era y lo mucho que lo estaba llenando. En poco tiempo la tenía toda dentro y él mismo marcaba el ritmo de la follada, yo lo dejaba hacer, realmente lo iba disfrutando, de pronto sin decir nada se salió, se puso contra mi espalda y sin darme cuenta y tenía su verga punteándome salvajemente, en ese momento recordé que llevaba tiempo sin ser penetrado, al principio dolió un poco pero fue corto el tiempo de molestia antes de empezar con el placer.

Luego de permanecer un rato en esa pose salió de mi culo y me hizo poner las piernas en sus hombros, su cara de arrecho me puso a mil, nos besamos muy rico mientras él me follaba, de pronto sentí que lo hizo más fuerte y en unas cuantas bombeadas sentí más claro que nunca como una verga se anchaba antes de preñarme, y luego sentí cada uno de sus disparos de leche en mi interior. Casi de inmediato salió, se colocó sobre mi verga y empezó a cabalgar como loco, 10 minutos luego con la hermosa imagen de su verga muerta chocando contra mi abdomen me hizo venir abundantemente como era común en mí, hizo un comentario al respecto.

Estábamos ambos sucios y llenos de semen echados en la cama mirando el techo cuando de pronto la puerta se abrió, era Juan, uno de los amigos de Sergio que vivía ahí para avisarle que estaba saliendo de viaje.

Mientras sucedía esa conversación yo me quede helado, ahí en la cama completamente desnudo a los ojos del impertinente amigo, Sergio converso algunas cosas con él como si fuera lo más normal del mundo. Tal vez yo no estaba preparado para ese tipo de confianza con sus amigos.

Luego de ducharme otra vez me fui a mi casa, eran como las 3 de la tarde y quería comer.