Cocorock El chico de gym

Siento que ya metiste mucho más y aun no siento que tu cuerpo choque al mío

Poco antes de lo ocurrido en el último relato que escribí, tuve un breve acercamiento con mi entonces esposa, de alguna forma escuche los consejos de mi mamá sobre enderezar mi camino dado que ya era padre y mientras estudiaba en la universidad estaba muy bien acomodado en el departamento que mis padres me habían cedido del patrimonio familiar y realmente tenía todo para permitirme una vida plenamente heterosexual.

Cynthia y yo nos llevábamos bastante bien como amigos, ella era una excelente madre y yo me había vuelto un papa chocho. Yo sentía mucha admiración hacia ella porque cambio su modalidad de estudios para poder estudiar desde casa y estaba consiguiente excelentes calificaciones a la par que atendía a nuestro hijo que entonces tenía 3 meses, a la vez administraba muy bien toda la casa, nunca faltaba nada, y entonces solo teníamos la ayuda de una muchachita que venía desde las 10 de la mañana hasta las 5 de la tarde (Todos estos gastos eran costeados por mis padres)

Durante el matrimonio de un primo de ella, al que fuimos por insistencia de mi mamá, y al yo no conocer a nadie más que a Cynthia hubo una compenetración que no habíamos experimentado hasta entonces, luego de bailar, tomar y divertirnos nos fuimos a casa a las 3 de la mañana, y exactamente ese día y con Luciano que se quedó en la casa de mis papás, Cynthia y yo, marido y mujer en aquel entonces consumamos correctamente nuestro matrimonio.

2 días después por la tarde recibimos la visita de los papás de ella, la madre sabía qué hacía algunos días él bebe se había quedado con mis papás para que podamos salir y ella también quería su porción del pastel, e insistió llevarse a Luciano para que podamos ir al cine o salir a cenar.

Yo tenía un trabajo terrible de la universidad, y Cynthia un compromiso con sus amigas que la visitarían en casa, en vista que él bebe no estaba salió, y yo pude trabajar, avanzar y terminar tranquilo mi trabajo en mucho menos tiempo del que lo haría con compañía. Eran como las 10 de la noche cuando volvió. Me preguntó si quería cenar para cocinar algo, era muy buena cocinera, no recuerdo cual fue el menú, imagino que pasta, lo acompañamos con vino a insistencia de ella (yo aún era menor de edad, ella es mayor que yo creo que nunca lo comente) la situación se puso medio romanticona y la cena termino en apasionados besos y esos besos en la cama.

Luego de estos dos eventos todo sucedió como siempre, buenos amigos pero sin besos, sin caricias, sin cariño, dos amigos conviviendo y criando un niño hijo en común. Pero mi cuerpo tenía necesidad (que cuerpo adolecente no la tiene) y quería  hombres, entonces pasó lo contado en el relato anterior, el trio.

Pasado ese evento decidí sincerarme con Cynthia y decirle que realmente no estaba interesado en mujeres, que mi verdadero deseo era hacia los hombres. Mientras le narraba todo mi discurso sobre que la quería por ser la madre de mi hijo y la sorpresa al decirle sobre mi orientación sexual su cara fue de asombro, sorpresa, medio cólera, una mezcolanza terrible, finalmente me dijo algo que estaba completamente fuera de mis planes

-          Creo que estoy embarazada

-          Como puede ser Cynthia.

-          Claro que puede ser, luego del matrimonio de mi prima, la cena a los pocos días después. Esto tampoco estaba en mis planes sabes.

-          Felicidades señores – Dijo el doctor Augusto – serán padres a mediados de marzo, honestamente debieron empezar un poco más pero veo que son una pareja muy fértil y no quieren perder el tiempo.

-          Doctor, nosotros no queríamos – dijo ella.

-          Bueno hay opciones para interrumpirlo si es que no lo quieren, solo que tengo prohibido practicarlos aquí en la clínica.

-          Tampoco me refería a eso – dijo ella evidentemente afectada por lo que el medico había dicho.

-          Cynthia – dije – cálmate por favor. Creo que será mejor que vayamos a casa a conversar.

Una vez en casa ella me abrazo y lloro como por 2 horas consecutivas. En ese momento éramos un matrimonio que no funcionaba y vendría otro niño, no sabía cómo reaccionar.

Hablamos con mis padres, nuevamente nos dieron su apoyo. Los de ella no estuvieron muy contentos con la idea pero al final de la bochornosa conversación terminaron por entenderlo.

Pasó cerca de un mes desde eso hasta que un día me encontré a Paul a punto de entrar a su casa cuando yo salía de la casa de mis papás. Lucia demacrado, no lo veía hacía un mes y parecía haber envejecido 4 años y haber pasado 5 malas noches una tras otra.

-          Hasta que por fin te dejas ver la cara.

-          Yo, bueno, sabes que me puedes ubicar al celular.

-          Perdí el número.

-          Lo sospechaba.

-          Es que tú ya no me buscas porque ya no me quieres.

-          ¿Te sientes bien?

-          Estoy bien, acompáñame a mi casa.

Llegamos a su casa y Paul prácticamente se desplomó en la sala. Lo ayude a llegar al sillón y rebusque en todos sus bolsillos, tenía hierba, polvo, pastillas, un coctel de drogas solo en sus bolsillos, aproveche que estaba medio inconsciente y subí a su habitación, busque en cada lugar donde sabía que encontraría drogas escondidas, las metí todas al WC y deje correr el agua.

Baje y lo vi intentando incorporarse.

-          Quieres lanzar un poco, quiero cachar huevon.

-          Discúlpame Paul, no estoy interesado en hacerlo contigo en ese estado.

-          Pero antes lo hacíamos y nos gustaba.

-          Y me sigue gustando pero con el Paul que conocía, no con el desparpajo de persona que tengo aquí delante, te veo y me das pena, eres un chico muy guapo, y mírate, se te ve tan mal. Necesitas ayuda

-          Ayúdame tú.

-          Perdóname, no tengo tiempo para esto, yo no te metí en este lio y yo tengo mis líos ahora, voy a ser papá por segunda vez y no tengo tiempo de involucrarme en esto.

-          Vas a ser papá – Creo que al menos uno de sus cinco sentidos volvió a él en ese momento.

-          Si Paul, Papá, otra vez.

-          Está bien, lanzare un poco a tu salud hoy.

-          No creo que puedas. Debo irme.

Deje a Paul mal parado en medio de la sala de su casa y me fui, tal vez luego descubra que no tenía drogas.

Llegue a casa y sentía pena por él, pero al verlo igual que siempre se despertaron en mi las ganas de coger que solía tener siempre que lo veía. Me duche y cambie de ropa y volví a salir. Llegue a un cyber que estaba como a 15 cuadras de mi casa y me conecte a  una web de contactos donde en el último tiempo estuve chateando con un chico que no conocía de cara porque decía ser discreto, pero tenía muy buen cuerpo según sus fotos.

-          Hola

-          ¿Qué tal?

-          Bien, ¿estás libre hoy?

-          Acabo de llegar a casa del gym.

-          Hoy si tengo tiempo para vernos – le dije

-          Podemos salir a conversar si gustas porque no tengo dinero para pagar un telo a medias como habíamos quedado.

-          No importa, yo invito, realmente tengo muchas ganas.

-          Dale, nos vemos.

Quedamos la ubicación, él me dijo que vendría con un poleron negro con capucha y un short blanco de deporte, yo le dije que estaría con bermudas beige y Casaca negra.

1 hora después en la hora acordada nos encontramos, él no era precisamente atractivo de cara, estaba con una polera negra muy ancha que no me dejaba ver nada del cuerpo que presumía en su perfil web, lo que si quedaba al descubierto eran unas pantorrillas terriblemente marcadas.

-          Que tal – dije – soy Jorge – estire mi mano.

-          Arturo – me dijo – vallamos rápido al hotel que estamos en un lugar muy transitado.

Casi sin decir palabras fuimos hasta el hotel y entramos uno detrás del otro.

-          Una habitación.

-          100 Soles, y sus DNI

-          No tengo DNI.

-          ¿Eres menor de edad?

-          Sí, pero baja la voz, no quiero que mi amigo se entere.

-          No puedo darte una habitación si eres menor de edad.

-          Yo creo que sí, te doy 200 soles.

-          Arturo, alcánzale tu DNI que no traje el mío – había sobornado a alguien por primera vez en mi vida, me sentía todo un delincuente.

Luego de comprar condones y lubricante a petición de Arturo subimos a la habitación, no era gran cosa, igual solo estaríamos ahí a lo mucho 2 horas.

-          Por donde quieres empezar.

-          No sé, besarnos.

-          No me gusta mucho besar – me dijo Arturo – Prefiero que te ganes con este cuerpo – Dijo sacándose la polera, lo traía nada debajo.

-          ¡WOW! – su cuerpo era perfecto, cada musculo estaba marcado y perfectamente definido, sus muslos eran los más grandes que había visto jamás en mi vida, sus brazos parecía que explotarían en cualquier momento. Me miró con algo de lujuria y empezó a flexionar todos sus músculos que uno a uno toque y me provocaron una erección intensa.

-          Creo que te gusta lo que vez, porque no te quitas la ropa.

Me quite la polera, la playera y me quede con el short puesto. Él se acercó a mí, desabrocho mis bermudas y lo dejó caer. Contemplo mi verga sobre el bóxer por un rato, hizo un gesto como de morderla. Sin decir una palabra se bajó los shorts hasta los tobillos, una verga bonita de unos 17 cm salió disparada apuntando hacia mí, se acercó e hizo un gesto para que me agachara a chuparla, él era más bajo que yo.

Me la metí entera un par de veces a la boca cuando sentí que no aguantaría más, tenso todos los músculos del cuerpo y me dio su leche, vaya decepción, apenas había empezado y ya se estaba yendo todo a la mierda.

-          Disculpa, no suele suceder, estas muy bonito, tienes lindo cuerpo, que rutinas haces.

-          ¿Rutinas de qué?

-          De gimnasio

-          No voy al gimnasio, solo juego al futbol una o dos veces  a la semana.

-          Si fueras al gimnasio sacarías un hermoso cuerpo.

-          Gracias, y tú, cuanto tiempo le dedicas

-          3 horas al día, y dieta, voy a participar como fisicoculturista.

-          Eso explica porque tan marcado todo.

-          Te gusta lo que vez.

-          Si me gusta, me parece exagerado, no buscaría ponerme así, pero en otras personas en bonito mirar, aunque no tanto tocar – Realmente era raro tocar alguien que tuviera los músculos así.

Arturo se acomodó en la cama y me hizo un gesto para que me ponga a su costado. Estiró su brazo para que me acomode sobre él. Al estar en posición empezó a jugar con su dedo por mi ombligo y a pellizcar mis tetillas, aquello me gustaba, mi erección no había perdido un solo milímetro de potencia.

Al poco empezó a jugar con mi verga que estaba presa en mi bóxer, entonces mi erección alcanzó su máximo esplendor.

-          Pensé que solo eras activo – le dije.

-          Sí, es verdad, pero una verga así no se conoce todos los días.

-          Gracias – pero creo que es hora que sea yo quien juegue con tu cuerpo.

Me moví de donde estaba y me senté sobre él para empezar a acariciar sus pectorales y empezar a besar cada uno de sus marcados abdominales. Tomaba sus bíceps mientras él los ponía duros, era alucinantemente raro, sentía que estaba con alguien q no era de este planeta. Luego baje a su verga, la pajie un par de veces pero la solté casi en seguida temiendo que se vuelva a venir, entonces me arrodille entre sus piernas (previamente me quite el bóxer) y empecé a adorar sus muslos, eran enormes y muy poderosos.

-          Puedo jugar con tus pantorrillas.

Sin decir palabra se dio vuelta y se puso boca abajo, acaricie sus pantorrillas que el a propósito ponía duras para que según el yo alucinara, pero lo que no sabía era que yo tenía otras intenciones. Fui subiendo por sus piernas, acaricie sus nalgas, eras duras como roca, me daban cierto corte, pero que él me diga que era solo activo me hacía pensar que entre ellas encontraría un huequito bien cerrado.

Poco a poco con mis masajes en sus glúteos se fue relajando, entonces empecé a jugar desde ahí con sus huevos, y haciendo el ademan que los lamería o besaría me acerque peligrosamente a su huequito, tenía un dedo previamente ensalivado y lo puse por ahí muy cerca.

-          Ponte en pompa para poderte pajear.

Se levantó poniéndose en 4 dejándome todo ese culaso de hombre de gym a mi disposición, me agache y jale su verga hacia atrás, la mame con cuidado pocas veces, solo para engañarlo mientras mi dedo se iba perdiendo en su ano que se había dilatado bastante bien hasta entonces. Seguí con ese juego, de usar una de mis manos para acariciarle abdomen y pectorales mientras con la otra iba dilatando su culo, ya llevaba 2 dedos dentro y los recibía bastante bien, era momento de meter el tercero.

Hice mis caricias mucho más morbosas, cogía uno de sus pectorales y lo apretaba como si quisiera sacarle jugo y él estaba reaccionando muy bien, le gustaban los juegos toscos, entonces metí el tercer dedo suavemente, pero se requería mucha presión.

-          Detente.

-          Está bien, disculpa, creí que te estaba gustando.

-          Si estaba bien, pero no me caben 3 dedos, mi pareja tiene el pene como el mío, y mi culo solo está acostumbrado a eso.

-          Entonces tienes pareja.

-          Si, perdón, debí comentarlo, llevamos una relación abierta

-          Se ven con otras personas.

-          Así es. Pero para otras personas yo soy sólo activo.

-          Vaya, es una lástima – dije agarrando mi verga que estaba más dura que los músculos de su cuerpo. Entonces le lance una mirada de esas que provocan – pensé que te gustaría probar una verga como esta, que no se ven así nomás.

-          Yo – dijo el saboreándose los labios – si me gustaría pero no debo.

-          Sabes que tal vez sea la única vez que nos veamos, tal vez nunca más tengas una oportunidad así

-          Tal vez tienes razón – lo hice dudar.

Poco a poco me acerque y agarre una de sus pantorrillas y la levante hasta ponerla en mi hombro, yo estaba muy cerca de él entre sus piernas, tome lubricante y lo puse directamente en la entrada de su culo sin el menor descaro. Inicie una seria violación de 2 dedos, y él se dejaba hacer, le estaba gustando y lo sabía por sus gemidos. Entonces lubrique toda mi verga y con una agilidad que desconocía en mí, y en un descuido de él, me enfunde en un condón y me acerque para reemplazar mis dedos por mi verga – Espera – me dijo, se volteó nuevamente dejando su culo hacia mí, lo levanto, era evidente que quería que me lo coja en 4, ese machito había cedido a mí.

Coloque mi verga en la entrada de su culo y le metí la cabeza, él grito mordiendo la almohada, yo lo tome firmemente de las caderas. Avance un poco más y las protestas continuaron. De alguna forma saco fueras para decirme – Hazlo despacio – Pero la delicadeza en el sexo nunca suele estar entre mis planes. En la tercera estocada ya estaba a la mitad.

-          Cuanto falta – dijo el con un tremendo dolor partiéndole la voz.

-          Esta casi toda adentro.

-          No puede ser – dijo Arturo – Mi flaco se dará cuenta que me cogió una verga más grande y más gorda – sus lamentos me hacían notar que en cualquier segundo me diría que la saque.

-          Ya no la meteré más, tu dime cuando empiezo a bombear solo hasta ahí, yo me vengo muy rápido también.

La mentira que había dicho lo tranquilizó, mi verga apenas iba por la mitad y yo no me iba a salir de ahí hasta preñarlo (bueno el condón) y eso iba a tardar un rato. A su señal empecé a bombear cuidando de no meter tanto más en cada embestida. Al cabo de un rato.

-          Siento que ya metiste mucho más y aun no siento que tu cuerpo choque al mío.

-          No estoy metiendo nada más, solo estoy bombeando despacio para que no te duela

-          No, yo creo que lo sigues metiendo porque cada vez me siento más abierto, mejor sácalo, dejémoslo ahí

-          Ya estoy cerca a terminar.

-          Tienes 30 segundos.

Empecé a bombear un poco más rápido, y en cada embestida metía un poquito más, siempre lo mínimo – ya sácalo dijo. – Ya casi termino – mentí. Seguí bombeando un poco más.

-          Por favor ya quítalo, me vas a dejar muy abierto el culo – Entonces me alargue apoyando todo mi pecho en su espalda cuidando no clavarle más verga de la que ya tenía adentro.

-          Realmente quieres que lo saque – dije en voz baja y amenazadora directamente a su oído – porque creo que eres lo suficiente más fuerte que yo para zafarte cuando quieras, yo creo que estas disfrutando mucho de esta verga en tu culo, que ahora sí conoce lo que es una verga de verdad.

-          No digas eso, yo amo a mi novio.

-          Si lo amaras no estarías aquí, y no estarías gozando así

-          Por favor sácalo, me estás haciendo daño, está entrando más, cuanta verga te queda sin meter.

-          Esto – de una sola estacada le clave hasta los huevos todo lo que quedaba de verga fuera de su culo.

El grito de dolor de Arturo fue tremendo, por un momento pensé que buscaría la forma de zafarse, levantarse y me molería a golpes, pero luego de dejarla dentro un buen rato sin hacer ningún movimiento me dijo una vez más en voz baja que lo sacara, entonces empecé a moverme despacio, mientras puse mis dos manos en sus pectorales buscando sus tetillas y empecé a acariciarlas, seguimos así un buen rato, Arturo empezaba a gemir de placer, lo que le estaba haciendo le estaba gustando y mucho, pasaron unos cuantos minutos y con mis bombeos a un ritmo bastante fuerte sentí que venía la preñada, entonces pellizque muy fuerte sus tetillas y sentí las contracciones de su orto en mi verga, se estaba viniendo sin haberse tocado, solo con el roce de mi verga en su próstata, lo había disfrutado, yo lo sabía, y al ritmo de sus contracciones anales me vine de lo más rico.

Me quede tendido un rato sobre él.

-          Ahora si sácalo por favor.

Lentamente fui retirando mi verga de su culo, el condón se le había quedado dentro, tuvo que encerrarse en el baño hasta evacuarlo.

Se ducho, no me dijo ni media palabra, esperé que saliera y me metí yo a la ducha, cuando salí ya no estaba en el cuarto, se había ido y se llevó dinero de mi billetera, nunca olvidare su rostro y si algún día lo veo en la calle no le diré nada, fue un rico culo que hasta entonces solo había conocido una verga que no lo satisfacía del todo.