Coco y playa (III:Corban)

Un coco, dos cocos… y ya no entiendo que está pasando.

Hola a todos,

Ya iba cayendo el atardecer del sábado, yo salía de la alcoba de Dewey donde habíamos estado varios viendo pelis y contando uno que otro chisme, cuando a causa del calor sofocante decidí hacer una parada en el bar pedí un whiskey con coca-cola y decidí disfrutarlo viendo el atardecer desde el balcón del lobby, que vista tan hermosa y relajante.

Estando allí sentí unos pasos acercarse a mi por la espalda, giré un poco para ver quién era, al verlo no le presté atención y volví a lo mío, no quería perderme esa maravillosa escena, cerré los ojos un momento para disfrutar de la brisa suave que ondeaba mi vestido blanco, me llegaba apenas debajo de la rodilla, pero tenía un amplio vuelo, lo que hacía muy placentero el pasar del viento, hasta que una mano en mi espalda baja me sacó de mis pensamientos.

  • ¿Qué quieres Corban?

  • Hola Mila… ¿Cómo estás?

  • Bien ¿y tú?... pregunté sin mucho interés

Corban era un chico alto, fornido, apasionado por el futbol y el crossfit, no se me hacía interesante, no era alguien con quien puedas mantener una buena conversación, sin embargo, uno o dos años atrás jugando “verdad o reto” terminé besándolo, el se ilusionó y empezó a buscarme hasta que lo frené diciéndole que no me gustaba, desde ahí nuestra relación es completamente cordial.

  • Bien… este viaje ha sido muy bueno

  • Lo sé

  • ¿Qué tomas?

  • Whiskey con Coca-cola

  • Cool… ¿te parece si nos tomamos un “cocoloco” juntos?

  • Que es…

  • Es un coctel donde el vaso es el mismo coco y se mezclan entre 8 y 10 tragos diferentes.

  • Ok, probémoslo… le contesté pensando en que tan malo podría ser, igual me lo tomaba y me iba a dormir

Lo vi ir a la barra y pedir la bebida, cuando vi al bartender empezar a prepararlo, me giré para seguir viendo el horizonte que empezaba a oscurecerse, en ese momento llegó Corban efectivamente con un coco de donde sobresalían 2 pitillos, nos sentamos en una hamaca a tomar el “cocoloco” se podía sentir la potencia de todos los tragos junto al dulzor de la mezcla de jugos frutales, la verdad es que sabía muy rico.

Mientras eso, hablábamos de varias cosas, hasta que me propuso ir a caminar por la playa, cuando terminamos y nos pusimos de pie me sentí muy mareada, pensé inicialmente que fuera por la fuerza del trago y el vaivén de la hamaca, sin embargo, algo no iba bien.

El me empezó a llevar hasta que llegamos a la playa, íbamos caminando, pero era extraño, sentía como si estuviera en “piloto automático” quería hablar, pero las palabras no fluían y algo me impulsaba a hacerle caso, así terminamos metidos en el mar, y luego mientras caminábamos en la arena, empezó a llover, lejos de ser una sensación refrescante, la lluvia se sentía tibia, lo cual hizo muy placentero el contacto con la piel…

Tras un rato así, le dije que volviéramos al hotel, que estaba cansada, a lo que ofreció llevarme a la alcoba, cuando llegamos íbamos caminando por el pasillo, y con una mano en la cintura entramos a la alcoba y me recosté en la cama, y el se sentó a mis pies…

Me relajé un rato, no tengo idea si fueron segundos o minutos, sé que no fue por mucho tiempo, cuando caí en cuenta que esa no era mi cama, esa no era mi alcoba… sobresaltada me senté, pero él ya estaba sólo en bóxer, sonrió y con sus manos en mis hombros me volvió a recostar. Era oficial tenía miedo.

  • ¿Por qué no te quedas bonita?

  • Quiero ir a mi alcoba. Respondí entre murmullos mal pronunciados

  • Claro que sí, iras después de que pasemos un buen rato, después de que gimas mi nombre

  • ¿Qué? Fue lo único que logré preguntar

  • Jajajaja creíste que me iba a quedar con ganas de disfrutar de este cuerpo, lo haré con o sin tu permiso de cualquier manera

Eso último lo dijo mientras me subía el vestido al cuello, era claro que algo le había puesto a la bebida, y era consciente de que mi cuerpo no estaba bajo mi control, no quería esto y aun así no tenía opción…

Me terminó de quitar el vestido, y luego pasó a desabrocharme el brasier, apretando, chupando y jalando mis tetas, mientras aun con el bóxer puesto, rozaba su miembro duro contra mi vulva, oía sus gemidos roncos cerca de mi oído, mientras mantenía el ritmo, satisfaciendo sus ganas.

Intenté detenerlo cuando sentí sus manos sobre mi panty, pero de un jalón ya me tenía desnuda, abierta y dispuesta para él, lo vi relamerse los labios al verme así, medio me lamió la vulva y luego lo sentí entrar despacio disfrutando cada milímetro de mi cavidad, y cuando ya estaba completo dentro de mi empezó con su ritmo desenfrenado, apoyado con una mano en mi hombro y con el otro apretando mi tráquea, lo sentía entrar y salir con fuerza, con desespero, con ansias, cuando sentí como su voz empezaba a temblar al gemir, asumí que ya estaba cerca de correrse.

  • Dentro no, por favor. Alcancé a decir

  • ¿Ah no?

Dió un par de estocadas más y luego salió, puso su verga en medio de mis tetas, y terminó masturbándose con ellas, para correrse en mi cara, me levantó, me metió en la ducha, me bañó, luego me vistió y me recostó en la cama, caí dormida…

Más tarde empecé a despertar, pero me despistó la voz de 4 hombres, cuando abrí los ojos caí en cuenta que no estaba en mi alcoba, entendiendo que las voces pertenecían a Corban y sus amigos… me incorporé, me levanté y salí de ahí sin pronunciar palabra.

Llegué a mí alcoba, completamente aturdida, quería organizar mis ideas, por ahora dormiría un rato más para estar mejor para la excursión que habría en la tarde… menos mal ya era el último día, de la excursión saldríamos para el aeropuerto y en unas cuantas horas más estaría en casa.

Así termina esta historia... gracias por leerme