Club de Cornudos, Putas y Machos 9- Nuevo Amo

Mi nombre es Claudia y en esta serie narro como me transformé de una chica buena en una auténtica zorra sumisa. En esta novena entrega mi amo me presenta a un hombre muy importante dentro de Shantom.

Sonó el despertador aunque yo ya llevaba una hora despierta con una mezcla de excitación y nerviosismo por el día de hoy. No había estado muy contenta con cómo salió la cena con Jacobo y quería recuperar su confianza. Se notaba que hoy era un día muy importante para él y no quería fallarle.

Javi había dormido aún peor. Ayer se había excitado muchísimo pero lejos de dejarle correrse, le había tenido encerrado toda la noche con el cinturón de castidad pese a sus súplicas. No había salido bien el día y no podíamos tener más fallos. Al sonar el despertador Javi fue con celeridad a prepararme el desayuno. La castidad era deliciosa… Le hace tan sumiso hacia mí… Sonreí mientras iba a la cocina. Tras el desayuno me di una ducha y ordené a Javi vestirme con la poca-ropa que Jacobo me había dejado para hoy. Un conjunto precioso negro de encaje de medias, ligueros, tanga y sujetador; unos preciosos tacones negros y un abrigo por la mitad del muslo para taparme. A Javi le había dejado un smoking con camisa blanca y pajarito negra. Me recordó un poco a un camarero, pero estaba guapísimo. Antes de bajar a la calle le advertí de la sumisión que esperaba de él y le dejé claro lo importante que era esto para mí. Me dijo que me amaba y que querías recorrer este camino a mi lado así que no me preocupase por él.

Jacobo llegó en su mercedes y vi que Alba estaba sentada delante y su novio Rodrigo detrás. Iba vestida con un abrigo rojo entreabierto el cual dejaba ver su conjunto interior, que parecía igual que el mío pero de color rojo. Qué puta era y cuánto la odiaba. Cuando llegó intenté abrir pero estaba cerrado. Jacobo bajó la ventanilla de Alba.

-  ¿Te has vestido como te ordené, puta? - me dijo Jacobo dejándose ver desde su asiento.

  • Sí, amo.
  • ¿Sí amo? Enséñamelo, cerda o te quedas aquí.

En ese momento me puse nerviosa, había gente en la calle y podía pasar algún vecino. Me desaté el cinturón del abrigo mirando constantemente a izquierda y derecha, lo abrí tímidamente pero lo cerré con celeridad al ver que había dos chicos en frente que me estaban mirando.

  • La próxima vez que te pida que me enseñes algo, quiero que me lo enseñes bien - Jacobo se enfadó muchísimo.
  • Creo que irán solo Alba y Rodrigo a nuestra cita de hoy.
  • ¡No por favor! - Grité.
  • Quítate el abrigo y tíralo al suelo! - me ordenó Jacobo mientras me miraba fijamente.

Vi que los dos tíos de en frente se habían quedado parados y me señalaban comentando algo entre risas. Me podía notar el corazón, volví a mirar a derecha e izquierda rápidamente para encontrar un momento en el que hubiese el menor número posible de gente y me quité el abrigo para que Jacobo pudiese apreciarlo. Vi que los dos chicos de en frente gritaban y aplaudían mientras se partían de risa. Ni siquiera levantaba mi mirada, estaba muerta de vergüenza pero no quería fallar a Jacobo. Solo pensaba en que no me viese ningún vecino y en ese momento sentí como los seguros del coche se abrían. Recogí el abrigo del suelo y entré al coche sin darme tiempo de ponérmelo, muerta de vergüenza mientras Javi permanecía en silencio. Me acomodé como pude en el medio. Vi como Rodrigo me echaba una mirada al escote mientras me lo abrochaba y Alba le fulminaba con la mirada. Sonreí orgullosa pero Jacobo comentó a hablar.

  • Escuchad bien, zorras y cornudos. Como sabéis pertenecéis a Shantom, un club privado en el cual sus miembros poseen diferentes rangos en función seas dominante o sumiso - todos atendíamos en silencio a la explicación de Jacobo que alojaba algo más de luz sobre Shantom.
  • En el caso de los hombres dominantes comienzan en Alphas, después pasan a ser Alpha+, luego Dominantes y posteriormente Amos. Yo por ejemplo soy un Amo. Por encima de estos rangos entramos en la Nobleza de Shantom.

Me fascinó pensar que había gente “superior” a Jacobo.

  • El primer rango de la nobleza y al cual espero ascender este año es el de Señor, al cual se le otorga una propiedad para reuniones y fiestas son sumisas/os. Después está el rango de Barón el cual es el líder de las ciudades pequeñas o de barrios en caso de ciudades grandes como Madrid. Luego está el Conde, que es la máxima autoridad en ciudades grandes. Y por encima Marqueses (Comunidad autónoma), Duque (zona de un país), ArchiDuque (zona en países muy grandes como EEUU), Príncipe (país), Rey (continente) y por último el Emperador, que es el líder de todos. De cada noble tenemos un dominante masculino y una femenina

En ese momento tenía una mezcla de asombro y miedo por lo grande que era Shantom.

  • Ahora mismo vamos a ver a uno de los cuatro Duques de España, el líder de la zona centro - nos respondió Jacobo poniéndose MUY serio - De ahí mi insistencia en que estéis entrenados, es la tercera vez en mi vida que me concede una reunión - noté cierto nerviosismo en la voz de Jacobo que nunca había notado.

Me entró miedo y morbo por conocer a alguien tan importante y que hacía ponerse nervioso a mi amo.

  • Perra Alba, abre la guantera y reparte los collares, quiero que os los pongáis ya, estamos llegando.

Alba abrió la guantera y sacó 4 collares de perro con 4 correas y nos fue dando uno a cada uno para que nos los fuésemos colocando.

  • Permaneceréis a cuatro patas como los perros que sois. No miraréis a los ojos y no hablaréis sin permiso. Si uno de vosotros me falla, esa pareja estará fuera de Shantom y de mi vida para siempre, ¿entendido?

Todos respondimos de forma afirmativa al unísono con nuestros collares puestos. El coche paró frente a una discoteca conocida de Madrid y salieron dos personas de seguridad a atendernos. Uno cogió el coche y se lo llevó y el otro nos acompañó hasta el hall.

  • Detrás de esa puerta está Fabio, os aconsejo que estéis preparados - nos dijo la persona de seguridad.

  • Vamos, perros, quitaos los abrigos y colocaros todos a 4 patas - todos obedecimos. Alba y yo estábamos en lencería, ella roja y yo negra y Javi y Rodrigo con smoking. Jacobo cogió las cuatro correas y respiró hondo antes de abrir la puerta. Eso hizo que me pusiera muy nerviosa, notaba el frío suelo y me sentía paralizada. Un tirón de mi correa al abrir la puerta hizo que me moviese.

Dentro estaban dos hombres, Fabio el Duque de la Zona Centro, vestido con unos vaqueros y una americana y Taylor, el que se presentó como Archiduque de la Zona Oeste de EEUU, que vestía unos pantalones beiges, camisa y una elegante americana con un escudo y una mujer, Teresa, vestida con unos pantalones blancos ceñidos y una blusa con escote que dejaba entrever unos pechos preciosos. Teresa tenía las caderas anchas pero desprendía sexualidad en su forma de moverse. A su alrededor se encontraban chicas en lencería bailando en unas barras y una de ellas haciendo de camarera.

  • Hola, tu nombre…? - Preguntó Fabio mientras se levantaba a saludar a Jacobo.
  • Soy Jacobo - dijo con la voz algo entrecortada, quería presentar a dos sumisas que habían sido preseleccionadas por usted.

¿Preseleccionadas? ¿Me había elegido ese hombre? La verdad es que me intimidaba un poco. Tenía pinta de hombre peligroso, más tarde me enteraría que era un importante narcotraficante, y el respeto que infundía en Jacobo era enorme.

  • Las dos putas, poneos de rodillas - Alba y yo nos incorporamos. Vi la cara de nerviosismo de Jacobo, me estaba contagiando su estado y empezaba a temblar.

Fabio se acercó a nosotras mirándonos fijamente. Entonces se giró bruscamente hacia Jacobo y le propinó un puñetazo.

  • ¿Le has puesto piercings a una de mis perras? - le gritó Fabio a Jacobo mientras le seguía propinando puñetazos. Quería gritarle pero estaba paralizada por el miedo. No le ocurrió lo mismo a Alba.

  • ¡Déjalo por favor! ¡Ya basta joder! - gritó Alba y se fue a abrazar a Jacobo

  • ¿Eres… idiota? - le recriminó Jacobo dolorido - ¿Qué os he dicho antes de entrar?

  • Vaya, vaya - rió Fabio - Así que estas son las dos esclavas que mejor has podido entrenar… - rió aún más fuerte - qué decepción, olvídate de que te ascienda.

Fabio miró hacia el suelo cabreado.

  • Lo siento de verdad… - Deme una oportunidad, al menos con Claudia - Alba le miró con los ojos vidriosos, sin entender lo que decía. Se había tirado a él por amor.

Uno de seguridad le dio una tablet a Fabio y éste le dijo a Alba que a partir de ahora seria prostituta en uno de sus burdeles y que si se negaba le arruinara la vida enseñando sus fotos y sus vídeos. Giró la tablet y en ella había un vídeo de Alba con una mordaza follándose a 3 negros, parecía poseída del placer. eduardo.ortega.martinez78@hotmail.com es tu padre, no? ¿Pulso enviar? Le dijo Fabio riéndose.

Alba se arrodilló y le suplicó que no lo hiciera. Lloraba desconsolada. Siempre se había sentido protegida por Jacobo pero ahora se sentía débil y sola. Yo seguía paralizada sin saber qué hacer o qué decir. Fabio se bajó la cremallera y le metió la polla en la boca de Alba hasta el fondo de la garganta.

  • ¿Entiendes lo que es el poder? - le dijo Fabio mientras la agarraba por la cabeza e introducía cada vez más la polla en su boca - Dame las gracias por convertirte en una de mis prostitutas.

A Alba le costaba no llegar a una arcada pero no quería enfadar a Fabio. Intentaba decir que sí con la cabeza ya que no podía hablar.

  • Muy bien - dijo Fabio sacando su polla de la boca y alba y propinándole una fuerte bofetada - llevaoslos y enseñarles su nuevo trabajo y su nuevo hogar.

  • Bueeeno… - expresó Taylor, el Archiduque del Oeste de EEUU - creo que el ambiente está un poco cargado, por qué no repartimos un poco de ese vino tan bueno que tenéis por España y nos relajamos un poco - En seguida dos chicas salieron corriendo a por él.

Taylor era un jugador profesional de fútbol americano, famoso en su país. Era muy guapo, extrovertido y sonreía mucho; me inspiraba muy buena confianza. Teresa era la Duquesa de la Zona Centro de España, zona que gobernaba junto a Fabio. No era la típica chica en cuanto a proporciones. Para muchos hombres quizás dirían que estaba algo “gordita” por tener la cadera algo ancha, pero tenía algo que hacía pensar que sería una diosa en la cama. Su forma de caminar, de moverse, de expresarse… Todo era muy sexual.

Las sirvientas llegaron con el vino y comenzaron por ofrecérselo a Teresa.

  • Permíteme por favor - dijo Taylor cogiendo la copa a la sirvienta y ofreciéndosela a Teresa.

  • Taylor… - dijo ella levantando la copa

  • Teresa… - le respondió Taylor sonriendo. Se notaba una gran complicidad entre ellos.

Al ver a esos dos tonteando no pude evitar sonreír desde mi posición. Sentía cómo ellos eran superiores y veía feliz como cortejaban entre ellos. Estaba deseando servirles de alguna forma.

Jacobo volvió a pedirle disculpas a Fabio y éste las aceptó.

  • Tengo esperanzas en Claudia… Pero a día de hoy es solo una cara bonita asustada, aún le falta mucho entrenamiento si quiero presentarla en la Fiesta Real - le dijo Fabio a Jacobo. - Siéndote sincero — continuó —, tengo dos candidatas mucho mejores para este año. Pero realmente tiene futuro, puede que en 1 o 2 podamos presentarla.

Jacobo se arrodilló ante Fabio.

— Por favor, dale una oportunidad — le suplicó.

Ver así a Jacobo hacía que su imagen se derrumbase, no me lo podía creer. Fabio sonrió con aire de superioridad.

— ¿Vosotros qué opináis, Taylor, Teresa?

— Podría ser interesante darle una oportunidad… Tiene algo que me pone mucho — en ese instante se me puso toda la piel de gallina. Que alguien como Taylor dijese eso… No pude evitar estremecerme. Era extraño pero deseaba cambiar a Jacobo por Taylor en ese mismo instante… No podía evitar sentirme mal por ello.

— Teníamos pensado ambos irnos a Mallorca de vacaciones — podríamos llevarnos uno a cada uno — propuso Teresa.

— Lo veo bien… — respondió Taylor — Pero exijo libertad absoluta para hacer con ella lo que quiera — puso como condición.

— Perfecto — dijo Fabio — Los perros son vuestros, dentro de 1 mes nos volveremos a ver y evaluaremos su mejoría. Ahora tengo que irme, tengo un negocio que atender.

Avisan a Taylor y a Teresa de que una limusina les espera en la puerta para llevarles a su hotel. Cuando llegan Claudia se queda impresionada, están en la suite del Palace, uno de los hoteles más lujosos de Madrid. Al llegar ambos atan la correa de su esclavo a la cama y se abalanzan entre ellos.

Era impresionante ver a esos dos alphas estar juntos. El cuerpo de Taylor parecía esculpido por Miguel Ángel y Teresa era de las mujeres más sexys que jamás había visto. Mi sexo ardía, quería tocarme mientras les veía pero tenía miedo de fallarles. Jacobo estaba quedando atrás y no quería fallar a su nuevo amo.

Javi y Claudia admiraban fijamente como sus amos follaban. Primero Taylor encima de Teresa, bombeando con la fuerza de un deportista de élite, luego Teresa encima, cabalgando como una auténtica amazona. Era increíble ver a esos dos superhombres follar.

Tras 40 minutos de sexo intenso Taylor se corrió en el coño de Teresa mientras esta tenía las piernas abiertas sobre sus hombros. Tras correrse se dejó caer a un lado de la cama. Teresa soltó la correa de Claudia.

— ¿Te gustaría probar la leche de tu nuevo amo? — le dijo sonriendo juguetona. En ese momento Taylor se incorporó con una sonrisa. Al verle solo pude asentir.

— Ven… — me susurró Teresa dulcemente tirando de mi correa hacia su coño — bebe la leche de tu amo. — Acerqué mi cara a su coño. Era precioso y salía un poco de semen de él. Era la primera vez que hacía eso pero mi instinto me decía que era lo correcto, que era lo que debía de hacer en ese preciso momento. Saqué mi lengua y empecé a comer el semen de Taylor. No sé por qué pero me pareció delicioso e inconscientemente metía cada vez más mi lengua para intentar recogerlo todo.

Taylor y Teresa rompieron a reir.

— Un buen comienzo sin duda — espetó Taylor. Me sentí muy orgullosa al oírlo. — Pero te esperan unas dudas pruebas en Mallorca — me juré a mi misma que superaría cualquier cosa para que estuviese orgulloso de mí.

Ellos se echaron a dormir y Javi y yo dormíamos en el suelo, uno a cada lado de la cama de sus amos. Vi a Javi con los huevos doloridos, se echaba la mano de vez en cuando para colocarse el cinturón de castidad. Aunque mi cuerpo me pedía ser la esclava de Taylor en este momento amaba a Javi con todo mi corazón.

— Te quiero — le susurré por debajo de la cama — Estoy orgullosa de ti, en cuanto pase todo esto seremos muy felices, te lo prometo.

— Lo sé — me contestó — quiero recorrer este camino junto a ti.

Los dos sonreímos antes de caer rendidos y soñar con la nueva aventura que nos esperaba.