Club de Cornudos, Putas y Machos 11- Interracial

Mi nombre es Claudia y en esta serie narro cómo me transformé de una chica buena en una auténtica zorra sumisa. En esta undécima entrega mi nuevo amo me obliga a follar con un africano mientras él y sus amigos lo ven.

Salimos del avión y ya estaba algo más recuperada. Pero lo estuve aún más cuando nos recogió un coche y Taylor le ordenó llevarnos a un centro comercial. He de reconocer que me sentí un poco “Pretty woman” al poder comprar en tiendas de lujo con todo pagado.

Cuando llegamos al hotel continuaba el lujo. Un 5 estrellas con una piscina infinita encima del mar. No podía creer lo que estaba viendo. Taylor dejó sus cosas y me ordenó que me pusiese el bikini más sexy que tuviese y se lo enseñase. Me puse un bikini rojo compuesto de un tanguita y una parte de arriba que me sujetaba bien el gran pecho que tengo. Cuando me lo puse me pidió que me girase para verme bien. La verdad que me calentaba muchísimo pensar en gustarle a un deportista millonario y tan guapo como él.

— Quítate la parte de arriba, no la vas a necesitar. Y termina de vestirte que nos vamos. — me ordenó.

— Sí amo — me apresuré a decir.

Me puse unos shorts y una camiseta blanca y le seguí. Fuimos a una playa bastante concurrida. Me quité la parte de arriba y mis pechos se quedaron al aire. Era la primera vez que hacía topless y reconozco que llamaba la atención de los hombres que había que no podían evitar mirarme las tetas.

Dimos un paseo por la orilla, creo que Taylor disfrutaba exhibiéndome y he de reconocer que a mí también me gustaba. Estábamos charlando en nuestro paseo cuando de repente me cogió la mano de forma cariñosa y continuamos paseando cogidos. Mi corazón se aceleró, que un hombre como ese, tan dominante, tan guapo, tan sexy y tan rico me cogiese así la mano hizo que se me erizase la piel y que me pusiese nerviosa. Tartamudeaba por los nervios.

— ¿Qué te pasa? — me preguntó mientras me agarraba el culo y me besaba.

— Nada… me puse nerviosa cuando me cogiste perdona.

— Eres de mi propiedad… — me contestó sonriendo — ¿No puedo coger lo que es mío?

— Claro, claro, todo lo contrario me hizo mucha ilusión — le contesté apresuradamente con los ojos humedecidos.

— ¿Harías lo que fuese por mí, Claudia? — me preguntó.

— Lo que fuese, amo Taylor — le contesté sincera notando mi corazón.

— Eso espero… Tengo más expectativas puestas en ti y más planes de los que te imaginas — me intrigó muchísimo esa frase. ¿Qué quería para mí?

Nos interrumpió un chico de piel negra que quería vendernos unas bebidas. Sé que solo quería ganarse la vida pero me molestó mucho que nos interrumpiese un momento que para mí era especial. Pero a Taylor lejos de molestarle se puso a hablar con él, a preguntarle de donde era, cuánto ganaba al día, cómo se llamaba…

— Me llamo Akem, soy de Camerún, señor y ganar pues poco ya sabe… — se sinceró el hombre — 20€ al día de beneficio, euro arriba euro abajo. Trabajo los 7 días de la semana para poder vivir. Cómprame algo para poder comer por favor.

— Eso son unos 600€ al mes — le contestó cortante Taylor — le voy a hacer una propuesta que no va a poder rechazar.

Akem asintió con una mezcla de intriga e incredulidad pensando que simplemente era otro blanco rico que quería reírse de él.

Te vas a follar a esta jovencita — dijo agarrándome el culo y acercándome — y si consigues que ella se corra antes que tú te daré 1.200€.

Yo me quedé blanca. Hace un instante estaba cogiéndome la mano como si fuese mi novio y ahora me estaba prostituyendo con un africano que acababa de conocer… Bueno, prostituyéndome no! Apostando con él y con mi cuerpo. Tenía una mezcla de rabia y tristeza por dentro.

Akem insistió en que no se lo creía y que se estaba riendo de él y entonces Taylor le dio 100€.

— Para que te lo creas, ahora acompáñanos, mientras te la follas, mis amigos y yo estaremos viéndoos y haciendo lo que nos dé la gana entendido? - Akem asintió con la cabeza incrédulo mientras me recorría de arriba a abajo con la mirada.

Yo hice lo mismo ya que era la persona con la que me iba a acostar en breves. Aunque los chicos negros nunca me habían gustado reconozco que era joven y guapo y parecía tener un cuerpo muy musculoso.

Llegamos hasta las toallas y cuando me fui a poner la camiseta Taylor me la quitó.

— Irás así hasta la puerta del hotel — me dijo sonriendo de forma chulesca mientras terminaba de ponerse su camisa y se ponía sus gafas de sol.

— Sí amo.. — le contesté. Reconozco que me había excitado exhibirme en la playa pero hacerlo por el paseo que había hasta el hotel me ponía un poco nerviosa.

Si en la playa mis tetas al aire llamaban la atención en el paseo por la calle lo hacían aún más… Miradas lascivas de los hombres, miradas de envidia de mujeres, miradas de odio por ser una escandalosa… Fuera lo que fuera no pasaba desapercibida para nadie una chica de 18 años con sus tetas al aire. Taylor ni corto ni perezoso para echar más leña al fuego me agarró del culo mientas caminábamos. Noté como me calentaba aún más.

— No tengo ni que decirte lo que pasará como me hagas perder 1.200€, verdad? — me dijo con una caricia en la cara. La mezcla entre lo cariñoso de su caricia y la firmeza de su amenaza me aterró.

— ¿Qué pasará? — pregunté asustada.

— Que dejarás de ser mi esclava — me dijo sonriendo de forma muy tranquila. Me asusté muchísimo con la amenaza —Pero no te preocupes mujer, no dudo de tu entrenamiento y que sabes hacer que un hombre se corra mucho antes que tú… Sería demasiado decepcionante lo contrario.

Mil dudas me abordaron. Se me cortó el habla y mi mente no podía de dar vueltas. No me volví a fijar en el resto de la gente que me miraba por el paseo, caminaba como una zombie con miedo de fallar a mi nuevo amo. Era extraño pero a raíz de Jacobo los hombres dominantes me excitaban muchísimo. Y Taylor además de ser muy dominante tenía todas las cualidades que siempre había buscando en un chico. Guapo, ambicioso, exitoso, activo, deportista... Me sentía muy atraída por él y tenía mucho miedo a perderle.

Al llegar al hotel, los amigos de Taylor estaban esperándole, debió de escribirles mientras estábamos yendo. Vitorearon al verme aparecer con las tetas al aire. Mi amo me mandó ponerme una camiseta para entrar al hotel ya que no quería que le estropearan la fiesta.

Cuando entramos en la suite Taylor se sentó con sus amigos en el sofá y sacaron unas palomitas.

— Qué empiece el juego — dijo riéndose y mirándonos a Akem y a mí. Yo estaba nerviosa y algo paralizada. En ese momento Akem me cogió y me besó a la vez que ponía su mano en mi culo.

Mi chip cambió de forma instantánea. No podía perder. Mientras me sobaba para calentarme le susurré al oído para hacer yo también lo propio.

— Soy tu puta… — le dije sabiendo que le excitaría — necesito chuparte la polla — seguí susurrándole.

— No… Te voy a follar directamente, necesito que te corras tú antes — me contestó Akem.

— Solo un poco por favor… — supliqué con voz de guarra—necesito tu polla en la boca para calentarme aún más y correrme antes —le mentí.

— Uff vale… — me dijo llevado por la excitación de que se la chupara. Se bajó los pantalones y sacó su polla.

Era ENORME. Sabía que los africanos tenían fama de tener la polla grande pero no me imaginé aquello. Me arrodillé y me saqué las tetas mientras no podía parar de mirar esa polla. En ese momento Taylor y los amigos aplaudieron y vitorearon ríendose.

Me metí su polla en la boca de rodillas. Me entraba con dificultad. Me excitó muchísimo tener esa polla tan grande metida. En el momento que la tenía metida en la boca noté como me mojaba cada vez más. Me había salido la táctica por la culata, donde pretendía excitarle a él y hacer que se corriese antes me había calentado a mí muchísimo. Me saqué la polla de la boca y le supliqué aún de rodillas.

— Necesito tu polla… fóllame por favor — pero hizo caso omiso al ver mi excitación y me la volvió a meter en la boca.

— Tranquila que ahora te voy a follar como nunca te han follado — me dijo confiado. Las piernas me temblaron y escuché más risas de mi amo y sus amigos.

Aken se sentó en una silla y me pidió que cabalgara encima. Sabía que su polla era demasiado grande y prefería que fuese yo la que me guiaba para no hacerme daño.

Aquella situación de meterme yo esa polla enorme me excitó más aún. Me subí encima con miedo y poco a poco me fui dejando caer. Realmente estaba empapada y muy dilatada. No me dolía en absoluto, eso sí, sentía lo grande y gorda que era. Me sentía más llena que nunca y eso sumado a su piel negra y su musculatura me excitaba de sobremanera. Las piernas me temblaban mientras me terminaba de meter su polla. Sentí que iba a perder. Miré a mi amo con miedo. En ese momento sentí un azote y risas por parte del público.

— Cabalga puta — me ordenó Akem. Encima parecía dominante… Lo que me faltaba no iba a poder con ello. Intenté centrarme en él.

Empecé a cabalgar su gran polla haciendo los movimientos más largos posibles y poniendo mi mayor cara de guarra. Le miraba fijamente, le suplicaba que me follara, le chupaba el dedo… Hacía todo lo posible para excitarlo pero la que estaba cada vez más y más excitada era yo.

— Fóllame a cuatro patas por favor — le supliqué mientras seguía azotándome. Era una apuesta arriesgada ya que era una postura que me excitaba mucho pero sabía que a los tíos también les excitaba.

Mientras me cambiaba de postura miré hacia mi amo y vi que me grababa con su móvil. Cuando estaba a cuatro patas Akem me metió su gran polla de forma lenta pero firme. Me volví a sentir llena y excitada. Aken retomó los azotes. Quería seguir diciéndole guarradas para excitarle pero solo conseguía llevarme más al límite, intentaba cerrar los ojos y pensar en otra cosa. Pero cada embestida hacía que visualizase a ese negro musculoso follándome a 4 patas. Sentía que me iba a correr.

— Cambia de postura por favor — le supliqué intentando moverme pero él entonces me agarró del pelo y siguió follándome — no por favor para… me voy a correr para — le supliqué pero lo único que sirvió es para que aumentase el ritmo

— ¡Amo por favor! — grité desesperada pidiendo ayudar a Tayler — NO, NO, NOOO — grité mientras me corría en manos de Akem que seguía bombeando mientras me agarraba del pelo para asegurarse de que no me movía.

Caí rendida en el suelo. No pude ni mirar a mi amo.

— Toma tus 1.200€, pero termina de follártela, no te vayas a quedar así hombre — le dijo Taylor.

Me dio algo de esperanza el no sentirle muy enfadado. Aken me volvió a poner a cuatro patas y a follarme como antes. Yo volvía a estar excitada.

Miré a mi amo desde esa posición que volvía a grabarme con el móvil.

— Perdona amo… — le supliqué desde mi posición mientras Akem continuaba follándome.

— No hay nada que perdonar — dijo mientras me acariciaba la cara y me seguía grabando. Los ojos se me llenaron de lágrimas — me has vuelto a fallar y desde ahora ya no eres mi esclava, eres libre. Mañana te vuelves a Madrid. El pánico me invadió.

— NONONONO — por favor le supliqué — soy tuya, quiero ser tuya, perdóname por favor te lo ruego. No lo he hecho a propósito por favor — supliqué llorando mientras seguían follándome.

— Sshhh no llores — me volvió a acariciar — sé que no lo has hecho a propósito pero me has vuelto a fallar. No me sirves y encima me has hecho perder 1.200€.

— ¡Te lo devolveré te lo prometo! — volví a suplicar.

— Lo sé — río Taylor — sé que lo harás, pero ya no serás mi esclava. Algo cogía mi estómago. Había sido breve pero me sentía unida a él, quería ser de su propiedad.

— Haré lo que sea por favor… Lo que sea, úsame como quieras — le imploré mientras me excitaba más por tener a Akem follándome. Sentía que podría volver a correrme.

— ¿Te gustaría que subiese este video a internet? — me preguntó Taylor mientras me volvía a acariciar.

Entiendo que era una prueba, una última oportunidad. Mi cabeza se volteó por un instante… Podría verme cualquiera… Pero en internet había realmente miles de vídeos, la probabilidad era muy baja y yo estaba demasiado excitaba con Akem follándome y por nada del mundo quería dejar de ser la esclava de Taylor.

— ¡Sí por favor! — exclamé.

— ¿Sí? ¿Te gustaría? ¿Por qué? — me preguntó riendo Taylor. No podía fallar en mi respuesta, todo pendía de un hilo.

— Para que otros vean la puta que tienes — dije a la vez que daba un gemido porque mi excitación iba en aumento. Taylor volvía a reír.

— ¿Y si lo ve tu novio, putita?

— No… no me importa… — contesté jadeando con otro orgasmo cerca de llegar. ¿Qué puto aguante tenía este hombre? — Yo soy tuya… Follo con quien tú me ordenas y hago lo que me dices.

— ¡Grítalo! — me ordenó — Y entonces puedes correrte cuando Akem se corra. A los pocos segundos sentí que se empezaba a correr y entonces me dejé llevar.

— SOY TUYA — grité — SOY TU PUTA, SOY TU ESCLAVA, FOLLO CON QUIEN ME ORDENESSS — comencé a correrme de nuevo esta vez de forma mucho más intensa y me desplomé en el suelo.

— ¿No me das las gracias por este polvo, puta? — me dijo mientras seguía grabando — y gracias a quien se haya pajeado contigo.

— Gracias amo — dije desde el suelo con todos los pelos por mi cara — gracias por permitir que Akem me follase. Y gracias a todos los que os habéis masturbado conmigo…

— Muuuy bien putita — dijo Taylor que ya había dejado de grabar — me has dado razones para darte una última oportunidad. Pero te aseguro que si me fallas será la última.

— No te fallaré amo, te lo prometo — le dije poniéndome a 4 patas.