Cliente 1

Historias 100% real de lo que he vivido con mis clientes :) En esta ocasión, narro mi primera experiencia como prostituta.

Hola :) Después de haber vencido la pereza, he decidido comenzar los relatos que narran las experiencias que he vivido como prostituta y Sugar Baby.

En esta ocasión, narro la historia de mi primer cliente. Por razones obvias, he cambiado los nombres reales :)

Cliente: Tom, dueño de una clínica médica en Boston. 65 años. Casado, 2 hijos.

Contactado por: aplicación de celular

Oferta: 1,500 usd por ir a Boston de sábado a domingo. Vuelo en primera clase. Dinero extra para gastar durante mi pequeña estancia.

Bajé del avión aún sin saber por qué estaba ahí y cómo había aceptado tomar un vuelo desde Ciudad de México hasta Boston para encontrarme con un señor que tenía la edad de mi padre y con el que sólo había tenido una videollamada de 10 minutos anteriormente. Bueno, en el fondo sí lo sabía... la verdad es que me daba curiosidad y morbo saber cómo alguien podía gastar tanto dinero en mí para pasar una noche conmigo.

A las 6 p.m. yo estaba esperando mi maleta en el aeropuerto, y reconocí a Tom a lo lejos, mientras caminaba hacia mí. Me saludó discretamente, me ayudó a recoger mis cosas y fuimos hacia su auto el cual me pareció muy lujoso.

-Vamos a dejar tus cosas al departamento que renté para ti y después puedes ir a cenar - mientras dice eso, me toma delicadamente la mano y la besa.

Una vez en el centro de Boston, se estaciona frente a un edificio de lujo. Asumo que ahí pasaremos la noche ambos pero me dice que sólo puede estar conmigo 1 hora más porque su familia lo espera en su casa.

- Está bien - le respondo contrariada al saber que estaría sola por el resto de mi estancia, pero a la vez aliviada porque no tendría que pasar todo el resto de la noche complaciendo a ese señor que, si bien era atractivo, no dejaba de triplicarme la edad.

Entramos rápidamente al edificio y tomamos el ascensor... en cuanto se cierran las puertas de éste, Tom cambia completamente de actitud, transformándose de un caballero a un animal: se coloca enfrente de mí y comienza a besarme bruscamente. Siento su lengua recorrer mis labios obligando a mi boca a abrirse para cederle camino, mientras estruja mis tetas por encima de mi vestido. Al no llevar bra, mis pezones se endurecen rápidamente ante sus pellizcos fuertes.

Al llegar al último piso del edificio, salimos de elevador y  entramos al que sería mi departamento por esa noche: descubro que tiene todas las paredes de enfrente con grandes cristales que permiten tener una hermosa vista de toda la ciudad.

Abre la puerta y me hace entrar poniendo una mano sobre mi culo y dándome una fuerte nalgada.

Cierra la puerta y me conduce hacia la sala.

Se sienta en el sofá donde hay 2 cajas envueltas como regalo.  Yo estoy aún de pie frente a él. Me ordena que me desvista. Titubeando un poco, me bajo lentamente el zipper de mi vestido y éste cae automáticamente al suelo dejándome casi por completo desnuda, a excepción de mi tanga. Mis tetas quedan escondidas tras mi largo cabello. Me quedo sin decir una palabra, sólo atino a mirarlo a los ojos esperando que me dé su aprobación para sentarme a su lado. Pero Tom se levanta del sofá y me da otra fuerte nalgada mientras me repite severamente

- Dije que te quiero desnuda -  señalando mi tanga y la joyería que traigo puesta.

Obedezco y me quito todo rápidamente para evitarme otro escarmiento y observo cómo él va al minibar y comienza a abrir una botella de vino. Sirve una copa y se aproxima hacia mí, con la copa en una mano y la botella en la otra.

La copa me la ofrece a mí y me dice que me la tome toda. Entre un sorbo y otro le pregunto si él no quiere beber y me dice que no haga preguntas. Me siento bastante nerviosa y cohibida porque él no dice mucho y sólo me devora con la mirada mientras espera a que me acabe la copa. Justo al terminar, me sirve más vino que en seguida comienzo a tomar.

Tom se sienta en el sofá, y me sienta en sus rodillas. Me acomoda el cabello hacia atrás para ofrecerse una mejor vista.

Abre una de las cajita pequeña que se encontraba a su lado y saca una pequeña bolsita azul. Reconozco el empaque de y el logo de Tiffany.

- Recoge tu cabello en una coleta para que pueda ponerte este collar.

Lo hago. Es una gargantilla preciosa... Después me pone la caja más grande sobre las piernas y me ordena que abra el paquete envuelto como regalo. Lo abro para darme cuenta de que son unos tacones negros bastante altos. Deduzco que espera que me los pruebe y efectivamente me conduce con su mano para que otra vez quedemos ambos de pie.

Para este momento, ya he terminado mi segunda copa de vino y me siento algo mareada. Me sirve un poco más de vino.

Tom comienza a quitarse su ropa, pero se toma todo el tiempo del mundo para hacerlo. Yo comienzo a sentirme más relajada gracias al alcohol y me permito caminar hacia el ventanal para ver la vista.

Me quedo absorbida por aquella ciudad de noche pensando en que nadie que me conociera pudiese imaginar lo que estaba haciendo en ese preciso momento.

De repente, siento cómo Tom se pone tras de mí y restriega su miembro en mi culo. Sus manos recorren mis labios, mi pubis, pellizcan mis pezones salvajemente. Me hace gemir de dolor y placer. Me empuja un poco para empinarme y me hace separar las piernas. Siento de repente cómo me comienza a rociar el vino sobre mi espalda y cómo éste va deslizándose hacia mis piernas, pasando entre mis dos nalgas. Tom se pone de rodillas y coloca su boca entre mis piernas, comenzando a meterme su lengua por todas partes, y rociando un poco más de vino que termina bebiendo de mi entrepierna. Después de que la botella de vino quedó vacía, Tom se levanta y me penetra bruscamente empotrándome sin ningún reparo. Yo estoy de pie con esos tacones, intentando guardar el equilibrio, poniendo mis manos delicadamente sobre el barandal que divide ese gran ventanal por la mitad.

Lo dejo hacer sin decir nada, esperando a que termine pronto.

Volteo hacia el edificio de enfrente y puedo ver cómo tres hombres en diferentes pisos nos están observando desde la comodidad de sus hogares. Uno incluso parece que comienza a masturbarse y otro saca su celular supongo que para grabarnos.

- Hay tres hombres que nos están viendo, Tom - le digo apenada y preocupada

- - esto, lejos de preocuparle, parece que le exita más, puesto que me embiste cada vez más fuerte, jalando mi cabello lo que me obliga a arquearme hacia atrás para que aquellos hombres puedan tener mejor vista de mi cuerpo. Aprovecha su otra mano para azotarme las nalgas, que me saca un poco de lágrimas y sollozos por el dolor.

Tom termina dentro de mí, me incorpora y me da un beso suave.

-Quita esa cara de preocupación, esos hombres están muy lejos y aun si tomaron fotos o videos, estamos muy lejos como para que se noten nuestras caras.

-Lo que me preocupa es que terminaste adentro y no estoy tomando la píldora.

-Estoy operado, no puedes quedar embarazada.

Tom se dirige al baño y escucho cómo comienza a ducharse.

El efecto del alcohol no termina de incrementar, por lo que voy hacia el sofá y cierro los ojos esperando a que eso ayude a sentirme menos mareada, pero me quedo dormida desnuda.

Cuando me despierto están todas las luces apagadas excepto por una pequeña lámpara prendida de luz muy tenue. Son apenas las 9 de la noche. Veo un sobre que tiene escrito mi nombre. Adentro, hay 1,500 usd y una nota que dice: mañana pasará el chófer a las 3 de la tarde por ti para llevarte al aeropuerto. Descansa.

Aún un poco adolorida, voy corriendo a cerrar las cortinas al recordar cómo ofrecimos semejante espectáculo, pero ya no están los hombres que seguramente se habrán aburrido al verme dormir.

Me pongo sólo mi vestido : En general siempre voy topless ya que oculto mis pezones tras de mi cabello, y en ese momento no me apetece usar esa tanga que huele un poco a vino.

A pesar de mi cansancio, decido salir a cenar buscando en Google Maps un restaurante cercano. Al llegar noto que  hay mucha gente debido a un partido de fútbol americano, así que le digo a la hostess que puedo sentarme en la barra con tal de  ser atendida más rápido.

Tomo mi lugar y ordeno lo primero que veo en el menú: estoy cansada y sólo quiero regresar al departamento a dormir.

De repente, el barman me ofrece una copa con Martini.

-Yo no pedí esto, le dije un tanto molesta debido al cansancio.

- Es aquel joven que te lo envía - volteo en la dirección señalada y hay un hombre de unos 35 años, en el otro extremo de la barra, que me sonríe.

Acepto el trago sin devolver la sonrisa, y comienzo a comer mi hamburguesa.

Después de unos minutos, se libera un banco a mi izquierda y aquel hombre se apresura para sentarse a mi lado.

-Hola, vienes sola? -

... cotinuará :)