Clienta vip
Trabajo de cara al público, y muchas veces salta la liebre o el conejo en este caso cuando menos te lo esperas
Como he puesto, en la introducción trabajo de cara al público en un sitio de cuyo nombre no quiero acordarme, pasan personas de todo tipo, mujeres mayores, jovencitas, hombres varios.
Bueno pero a lo que interesa, generalmente venía una clienta, una chica jovencita que la conozco hace tiempo ya, muy guapa y muy simpática, pero un día atrás vino con su madre una señora de los pies a la cabeza con su abrigo de pieles muy bien maquillada un jersey de cuello alto, y al tener el abrigo abierto se le notaban dos hermosos pechos, ella quería pagar, la hija no la dejaba,total que tuve que mediar diciendo que había que hacer caso a las mujeres mayores, a lo que ella se molestó y me dijo no soy tan mayor, digo bueno yo tengo 53 años, estoy seguro que el más mayor aquí soy yo porque usted debe ser muy joven no hay más que ver a su hija, también joven y tan guapa como usted, ella me dio las gracias y finalmente la cogí su tarjeta para hacer el cobro junto con su carnet de identidad, mientras ella marcaba el número pin, muy sutilmente mire la edad de la señora, 62 años, vaya pedazo de mujer pensé para mi interior yo no le hubiese echado más de 55.
Una vez terminada la operación se despidieron de mí dándome las gracias, a lo que yo conteste las que usted tiene señora, refiriéndome a sus dos hermosos pechos y su hermoso porte.
Me había dado un morbo increíble la señora pensando enseguida cómo sería tenerla encima mía cabalgandome, y dándola placer.
Para mi sorpresa el día siguiente se presentó la señora sola, diciéndome que había notado que la miraba muy sensualmente, a lo que yo la conteste que era una señora que por donde fuera levantaba pasiones y miradas estoy casi seguro.
Ojalá, me contestó, mi marido hace tiempo que ni me mira ni me toca, y me sentí muy agusto ayer cuando me mirabas con esos ojos de deseo, enseguida le dije que era una mujer muy sensual y que merecía tener placer, por lo que la facilité mi número de teléfono para que se pusiese en contacto conmigo en el caso que quisiera tomar un café un poco más tarde, ella cogió el papel, lo metio en el bolsillo y guiñándome un ojo me dijo, te llamaré.
Me quedé pensando que ojalá me llamase, pero bueno tampoco me hacía muchas soluciones, porque he facilitado el teléfono en algunas ocasiones y nunca obtuve recompensa.
Pero parece que algo ha cambiado al día siguiente recibí una llamada de un número que no conocía, enseguida la reconocí la voz y le di las gracias por llamar, me dijo que podía tomar un café y como yo estaba libre, le dije que donde quisiese, a lo que ella me contestó que no sabía donde porque al ser una mujer casada y al ser la primera vez que hacía esto le daba un poco de miedo.
Enseguida me vino a la mente una de mis fantasías y le dije que si me podía recoger en el coche y que iriamos a un túnel de lavado automático que conocía y que podíamos tener algo de intimidad durante por lo menos 5 minutos, a lo que a ella le parecía buena idea me recogió y fuimos a lavar el coche, mientras llegábamos me dijo que se sentía atraída sexualmente hacia mí, y que la había hecho sentir de nuevo una mujer deseada, al llegar, pague el ticket del lavado y pusimos el coche en el túnel con nosotros dentro.
En cuanto soltó los de agua primeros chorros para lavar el coche con la espuma me gire hacia ella y la bese muy apasionadamente, ella que no se lo esperaba , empezo a besarme también con mucha pasión, mientras la besaba con una de mis manos la tocaba el pecho por encima del jersey masajeandolo totalmente.
Ella jadeaba y suspiraba, y me decía, como me pones, parezco una perra en celo, para comprobarlo dejé de sobarle sus pechos y metí la mano debajo de su falda encontrándome una vagina totalmente mojada y tan caliente, que parecía salir fuego.
Empecé a masajearme por encima de sus braguitas, y los suspiros y los jadeos se hacían más intensos, cacho cabrón, me decia, vas a hacer que me corra.
El lavado estaba llegando a su fin, estaba pasando el secado, por lo que hábilmente logré meter un dedo en su rajita totalmente encharcada, y con un movimiento de mete y saca empezó a dar traduce aullidos de placer la señora.
Me has matado me decía, hacía tiempo que no sentía tanto gusto, que puedo hacer por ti, y como teníamos que quitar el coche, le dije regalame tus bragas con tu corrida.
Ella ni corta ni perezosa, se las quito y me dijo, quiero tener más sexo contigo, puedes venir mañana a mí casa.
Pero con tanta fiesta espero que me llame algún día de estos.