Clic. Flash.
Te susurro al oído: - Haz de mi lo que quieras. Soy tu puta Te gusta que te hable así, te excita que te recuerde mi entrega. Que me gusta el sexo. Que puedes follarme, que quiero que me folles
Clic. Flash.
Pasa y ya sabes.
No es necesario que me mires. Sabes cómo estoy vestida. Sé perfectamente cómo te gusta. Lo que has imaginado. Lo que te pone. Debajo de la gabardina habrá una blusa. Fácil de desabrochar. Sujetador de lencería. Coqueto. Fino.
Falda. Medias… Liguero… No puedo olvidarme de él… te vuelve loco. Y yo quiero volverte loco.
¿Bragas? Ahora lo sabrás. No pienso decirte nada. Ni insinuártelo. No tengo prisa. Sé perfectamente que meterás la mano entre mis muslos antes de darme un beso de saludo.
Me siento. Separo el sillón. Preparas la cámara.
Sueltas los botones de la blusa. Me dices que quieres verme las tetas. Ni me muevo. Te dejo hacer.
No las acaricias. Las tocas, las sobas, las magreas, las estrujas entre los dedos, las aprietas. Me encanta. Me dejo llevar.
Las sacas de la copa del sostén. No quieres quitarme el sujetador, solo quieres sacarme las tetas.
“-Levántate - me mandas.”
Con la mano me indicas que me acerque.
“- Me gusta ver cómo caminas con las tetas al aire. Me gusta ver cómo se mueven.”
Me lo dices. Como si yo no lo supiera...
Rodeas mi cintura y sobas mis nalgas. Te las acercas a la cara. Te gusta lamer y pellizcar mis pezones mientras las sobas. Juegas con ellos entre los dientes. Sin llegar a apretarlos los muerdes. Los estiras. La punta de la lengua rodea mis aureolas. Da una vuelta. Otra. Ummmm. No paras hasta que no consigues arrancarme algún gemido.
“- Aléjate un poco. Tápate la cara.”
Unos segundos. Clic. Flash.
En silencio me traes una copa.
Me giras. La mesa está un poco lejos. Me colocas. Apoyas mis manos en la mesa. Tiras de mi cuerpo hacia atrás. Acaricias mis riñones. Te da igual la ropa. Lo haces por encima. Por dentro. Te da igual. A mí también.
Clic. Flash.
No me dejas mover. Oigo como arrastras la silla. No te veo pero sé que te has colocado justo detrás de mí.
Ahora noto las manos. Concretamente la palma de las manos. A la altura de las rodillas. Van subiendo por los lados. Rodeando los muslos. Tocando mis piernas. La falda se va levantando. Imagino lo que verás.
Siento tu lengua. Estás lamiendo mis nalgas. Las sobas. Tocas mi coño desde atrás. Abro las piernas. No quiero esperar a que me lo pidas.
“- Me gusta tenerte así –lo sé-. Me gusta ver cómo cuelgan tus tetas. -Dices jadeando en tono lascivo.”
Me azotas. No fuerte. Sé que lo haces solo para ver mis tetas bailar.
Clic. Flash.
Me encanta.
Desde esa postura sé que veras hinchados mis labios. No tardarás en tocarlos. Me lo harás desear. Pero sé que no tardarás en hacerlo. Clic. Flash.
Te estás recreando en ellos. Sé que los miras con lujuria. Con ansia. Me fuerzas a abrir un poco más las piernas. El índice está sobre mis riñones. Baja entre mis glúteos, como si me estuviese partiendo al medio. Roza mi ano… retengo el jadeo. Baja… sigue bajando… pasa sobre mi entrada. Sube hacia mi clítoris… Ufff…
Me vuelves loca…
“- Mi polla esta tensa.“
Lo sé... Además… aún no me has desnudado del todo. Sé que te gusta verme completamente desnuda, tenerme desnuda a tu lado… Pero lo que realmente te pone es follarme a medio vestir. Como estoy ahora. Expuesta. Llena de ganas. Preparada. Ansiosa por sentirte.
Me vuelvo hacia ti. Sé que mirarás mis pechos. Abro un poco más mi blusa. Con la palma de la mano levanto un seno y te lo ofrezco. Me pego a ti. Quiero sentir tu cuerpo pegado al mío. Notar tu sexo duro. Que lo aprietes contra mi vientre.
Me arrodillo. Beso tu erección.
Acaricio su forma por encima de la ropa. Miro desde abajo. Quiero ver cómo va cambiando tu cara. Cinto. Botón. Cremallera. Bajo tus pantalones. Me estorba la camisa. Pienso que no soy como tú, lo siento. Prefiero tenerte desnudo. Fuera ropa. Te quiero desnudo desde el primer momento, me digo a mi misma.
Ummm… Un hombre con los pantalones por las rodillas… qué erótico pienso riéndome sin que te des cuenta. Si tuvieras que echar a correr... Sonrío.
Subo acariciando tus piernas. Meto una mano por la pernera del calzoncillo… Está caliente. Ummm… Si tuviera fuerzas me gustaría meter las dos manos por la bragueta y tirar con fuerza rasgando el calzoncillo, destrozándole como haces tú algunas veces con mis pobres braguitas.
Acabo por bajártelos. Mejor así. Menos peliculero pero muy efectivo. Desde abajo voy lamiendo tu pierna. Acariciándola con las yemas de los dedos, con las uñas. Jugando a clavártelas pero sin arañarte. Como sé que te gusta.
La tienes dura. Lamo tus testículos una vez, dos… Desde abajo veo como cierras los ojos. Comienzas a abandonarte… mis manos aprietan, juegan con tus nalgas. Clavo mis uñas. Como haces tú conmigo. Voy dando la vuelta… Mordisquitos… Lametones… Se te eriza el vello. Se te pone la carne de gallina cuando mi boca juega en tu culito. Por debajo mi mano aprisiona tus testículos. Te masturbo un poco sin dejar de lamer tus nalgas. Me divierte. Te estoy haciendo temblar.
Jadeas. Sigo. Dejo que la lengua se interne entre las nalgas. Solo con que su punta juegue allí te hago gemir. Y ya si intervienen mis dedos… Ni te cuento.
Empiezas a rendirte del todo. Sigo dando la vuelta. Ahí la tengo. No me he olvidado de ella… Solo te la he dejado descansar.
Mis dientes aprisionan el tronco, la parte larga de tu pene. Dejo que mi lengua note las venas. Intento descubrir sus rugosidades. Te relajas. Lo noto. Todo tu cuerpo se relaja.
Sigo jugando con tu polla. Hasta que llego al final. Muerdo la piel. La chupo. La lamo. Sé que es muy sensible. Lentamente voy descubriendo el glande. Le beso. Le descubro del todo. La punta de mi lengua le rodea. Se pasea dibujando su perímetro. Sube por el prepucio. Intenta colarse por su agujero.
Cada vez que mi legua toca y rodea el glande, te hago estremecer. Paro. Te lo hago desear. Y otra vez la lengua te lame la polla. Es una lengua mala, mala, mala… ¿viperina? No… una lengua viperina es malintencionada… y la mía solo quiere darte placer… eso si… darte placer hasta reventarte.
De reojo me veo chupándotela. Desnuda. Arrodillada frente a ti. Soy tu puta, pienso, pero cada vez que hago una cosa de estas, sé que soy tu dueña. Siento cada uno de tus escalofríos. Me gusta. Te la sigo chupando. Suave. Lenta. O a lo bestia y trato de metérmela entera en la boca. Todo lo que pueda. Y me voy apoderando de ti.
Te veo coger la cámara. El capullo descansa sobre mi lengua. Yo le coloco. Mi saliva le hace brillar. Clic. Flash. La beso.
Comienzo a sentir cómo da botecitos. El liquidillo empieza a asomar. Una gota. La recojo con la lengua.
Me levantas. No te doy tiempo. Te beso en la boca.
“-¿Lo notas? Tengo el sabor de tu rabo en mi boca… Te toca.”
Coloco mis dedos entre tus labios. Están húmedos claro… sin que te hayas dado cuenta los he tenido ahí metidos. Quiero que tú sientas mi sabor, que sepas cómo sabe mi excitación. Ahora los dos sabores se mezclan.
Tus manos están ansiosas. Todo tú lo estás. Lo noto. Lo sé por la forma de acariciar mi cuerpo. Impaciente. Anhelante. Jadeas. Me giras. Vuelves a colocarme. La mano sube por el muslo arrastrando la falda. Desnudando mi trasero.
Frotas la polla contra mis nalgas. Clic. Flash. La paseas por el surco de mis glúteos. La dejas que apunte al sitio prohibido. Una leve presión.
“-No, hoy no te follaré el culito. Solo quiero que sientas su empuje. Cuando llegue el momento me lo pedirás… Ahora solo quiero que la sientas… hoy no entrará en tu coñito. Clic. Flash…”
Una vez. Dos. Tres veces… Me la haces sentir entera. Entra despacio. Constante. Con fuerza, pero sin violencia… Y te retiras.
Ufff…. No dejas quietos los dedos ni un momento… Tengo el coñito a mil… Jadeo…
“-¿Has cumplido el encargo?”
Recuerdo el texto del e mail…. “Trae un juguete… da lo mismo que sea comprado o no, quiero ver como tu coño es invadido por”…
Te indico dónde está… no quiero hablar. No quiero dejar de sentir esos dedos ni un instante.
Lo sacas del bolso. Me lo entregas…. Me colocas, me manejas como si no pesara. Vuelves a acomodarte. Me miras. No quieres perderte ni un detalle. Lo acerco a mi sexo. Ahora siento tu polla otra vez junto a mis nalgas. Se roza. Noto perfectamente su calor. Y esas cosquillitas. Clic. Flash.
“-Cuando te exhiba… Las fotos… esa página. Las obscenidades que te pondrán...”
Joder... Sabes perfectamente que lo pensaré mientras me penetras. Me haces jadear.
“-¿El juguete te hace gemir?”
Ni te contesto. Cierro los ojos y me dejo llevar. Adivínalo si quieres…
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