Claudio, mi novio.
Lo aprieto muy fuerte con el ano, lo exprimo y siempre me dice, coges riquísimo, se pasa de lado mío y siempre le pido, dime que soy tu novia y me lo dice y siempre agrega y te amo y nos besamos con mucha ternura.
Luego de una ausencia prolongada de Claudio, le puse un mensaje que decía, puedo el jueves en la mañana, cómo ves? A lo que me contestó: simple y llanamente que sí. Nos vimos el día señalado. Opté por cero reclamos por su larga ausencia. Nos encontramos y nos fuimos al hotel.
Llegamos al cuarto, en lo que él buscaba en la tele su canal porno preferido, me desvestí, eran la nueve de la mañana, los dos veníamos recién bañados, yo me había aplicado un supositorio antes de bañarme. Lo esperé desnudo sobre la cama con las cobijas echas un lado. Vi cómo se desvestía y como, mientras lo hacía, me veía acostado boca arriba, con las piernas entreabiertas y los brazos abiertos esperándolo. Cuando se bajó el calzón y vi que ya tenía la verga parada. Quise incorpórame para mamársela, pero no me dio tiempo, se echó sobre de mí, metiendo su verga entre mis huevos y muslo y besándome en la boca, un poco torpemente, pero lo hace con mucha pasión, así que le respondí igual abrazándolo y jalándolo fuertemente hacia mí. Entonces, él metió sus brazos debajo de mí, uno en la espalda y otro en las nalgas y se movió frenéticamente, como cogiéndome.
Esa postura me encanta, fue al principio de nuestra relación, (hace como cuatro años) cuando lo hicimos por primera vez en esa postura y me calentó tanto, que yo le decía cosas, que me sentía su mujer, (entonces, él también era casado) y le decía soy tu mujer, verdad? La otra, tu puta, verdad? y él me dijo eres mi novia, me gustas mucho y te amo. En esa ocasión, al final de nuestra cogida, acostados abrazados y dándonos besitos, le pregunté lo más tiernamente que pude. ¿De verdad somos novios? Sí, me contestó eres mi novia y de verdad te amo. Desde entonces somos novios, pero sólo dentro del cuarto del hotel; fuera, somos amigos.
Bueno, en esta ocasión, al cabo de un rato de coger así, se tendió junto a mí, le estuve acariciando la verga y al sentirla parada, se la fui a besar, lamer y mamar.
La tiene no muy grande, ni muy gorda, pero muy a mi gusto, es el tamaño ideal para penetrarme y se lo recalco todas las veces. Luego me cambié de postura, me puse entre sus piernas y se la mamé, una verdadera delicia para mí, acrecentada por sus gemidos. En ocasiones, él me pide que me ponga para 69 y nos lo hacemos. Pero ahora no. Así que luego, fui a besarlo con mi boca escurriendo de su líquido pre seminal y me besó con mucha pasión. Nos besamos mucho, lamiéndonos, chupándonos los labios, metiendo las lenguas, hasta que se colocó con armas al hombro, le pasé el condón, me puse lubricante en mi culito y me lo metió como me gusta, suavecito y despacio y yo disfruto cada centímetro de verga que me entra, luego se mueve como le gusta, frenéticamente.
Cambió de posición, me puso de lado, con mis piernas juntas hacia el frente y me penetró. Disfruto más la 2a penetrada porque ya está bien lubricado y dilatado mi culito y se movió despacio y venía a besarme a cada rato y eso me encanta.
Luego, me pidió que me pusiera de perrito, lo hice y me la metió, ahora con mucha facilidad, se movió una rato y me pidió que me tendiera en la cama sin zafarse, abrí las piernas para que quedara en medio, enlazó mis brazos con los suyos y se movió a su gusto, ora lento, ora fuerte. Esa posición me gusta mucho, pues él me domina totalmente, pero así, yo puedo apretarlo con el ano, como si fuera el perrito de una vagina y eso le vuelve loco y brama a la hora que se viene y cuando ya se viene, lo aprieto muy fuerte con el ano, lo exprimo y siempre me dice, coges riquísimo, se pasa de lado mío y siempre le pido, dime que soy tu novia y me lo dice y siempre agrega y te amo y nos besamos con mucha ternura. Me encantas Claudio.