Claudia, la vecina 1

Primer capítulo de la historia de Claudia, mi vecina.

Esta es la historia de Claudia, la vecina de urbanización, a la que conocí, cuando me instalé a vivir allí, y, empecé a dominar, casi desde el principio.

Ella misma, cuenta la historia

**En

Campodón

, Villaviciosa de Odón, viernes por la mañana.**

El día que, por primera vez, vi a Alfonso, había salido a correr, con el perro, por la urbanización, es algo que me encanta hacer, para poder estar en forma; estaba ya casi de regreso a mi casa, cuando, vi que, en un chalet, que, recientemente, se había vendido, había un par de camiones de mudanza, sin duda, indicativo de que iba a haber, vecinos nuevos.

En la casa en la que se estaba produciendo la mudanza, en el jardín, la puerta de la parcela, estaba abierta, había un hombre, de unos 30 años, vestido con chándal, y, vigilando que, los de la mudanza, hicieran bien su trabajo.

Yo, curiosa, fui a presentarme, quería saber, quien era ese hombre, si iba a ser, un vecino nuevo.

Claudia (Yo):

“Hola

, ¿Te estás mudando?”

Alfonso: “Hola; sí, me he comprado esta casa, y, por fin, llegó el día, hoy comienza una nueva etapa en mi vida; me llamo Alfonso”

Yo: “Yo, soy Claudia, bienvenido a

Campodón

, Alfonso. ¿Cómo es que te has mudado aquí? ¿Vas a vivir tú solo en una casa tan grande?”

Alfonso: “Gracias, sí, vivo solo, no tengo pareja, pero, vivir en

Campodón

, siempre ha sido uno de mis sueños, desde que tenía unos 12 años; ahora, que ya soy abogado penalista, lo he podido cumplir, sólo me falta, encontrar a alguien con quien compartir mi vida”

Yo, que, a veces, soy un poco impulsiva, y, por hacer un favor, decidí invitar a Alfonso, a comer a mi casa, pensando en que, con la mudanza, no iba a tener tiempo para comer, quizás, tampoco cocina ni nada de supermercado. (Le di la dirección, para que supiera donde tenía que ir)

Yo: “Si quieres, y, tienes tiempo, te invito a comer a mi casa, y, nos seguimos conociendo; ahora, tengo que volver a mi casa, pero, te espero a las 14:00, para comer”

Alfonso: “Vale, pues ahí estaré, nos vemos”

Volví a mi casa, mis padres no iban a estar en todo el día, por eso, al poder estar a solas con Alfonso, es que no dudé en invitarle, nadie se iba a dar cuenta, incluso si, pasaba algo.

Pasé, el resto de la mañana, al PC, jugando online, hasta las 13:30, hora a la que empecé a preparar algo de comida, por si, finalmente, Alfonso, venía.

En mi casa, ese mismo día 14:00

A las 14:00, Alfonso, puntual, llamó al timbre, yo, le abrí, y, pasamos al salón, donde había dejado preparadas, una pizza, y, unas croquetas, a modo de comida; algo sencillo, quizás, no lo más sano del mundo, para picar, puesto que, supuse que, Alfonso, iba a tener poco tiempo para comer, además, no sabía sus gustos, por eso, me decidí, para apostar por algo seguro, y, no meter la pata.

Estuvimos cerca de una hora hablando, Alfonso, me contó cosas sobre su vida, que no lo había pasado nada bien, tenía, al parecer, un pasado tormentoso, pero, desde que su padre murió, poco a poco, había comenzado a renacer, a remontar, y, estaba logrando lo que, desde que era un niño pequeño, siempre había deseado.

Lo único que le faltaba, era encontrar una mujer, que, además de ser sexualmente compatible, fuera una buena compañía, con buen carácter, agradable, simpática, que supiera aguantarle.

En ese momento, no me habló de sus gustos sexuales, algo, peculiares, si bien es cierto que, cuanto más hablaba con él, más ganas me daban, de que pasara algo entre nosotros, se notaba cierta tensión sexual.

En torno a las 15:30, Alfonso, se disculpó, diciendo que, a las 16:00, volvían los de la mudanza, y, tenía que atenderles, pero que, se lo había pasado muy bien conmigo, y que, le encantaría volver a quedar conmigo, otro día.

Por el momento, la cosa, con Alfonso, se quedó ahí, muy a mi pesar

Días después

Yo había vuelto de un vuelo, tenía el fin de semana libre, así que, como casi siempre, aproveché para hacer deporte, no iba a escalar, porque, no tenía plan, por lo que, aproveché para correr, con el perro, por la urbanización; pasé, por la casa de Alfonso, y, decidí, probar suerte, por si, Alfonso, estaba en casa.

Llamé al timbre de la casa de Alfonso, y, la puerta, se abrió, solo se oyó, el sonido del timbre, que abre la puerta.

La puerta de la casa de Alfonso, se abrió, y, él mismo, salió a recibirme. A diferencia del día de la cita en mi casa, para comer, ese día, ya iba, con traje, aunque, sin la chaqueta; llevaba camisa y, pantalón de traje.

Alfonso: “Hola, Claudia, ¿Qué haces por aquí?”

Yo: “Hola, Alfonso, pasaba por aquí, en mi entrenamiento de correr, y, me decidí a llamar, por si estabas en casa, y, querías hacer algo”

Alfonso: “Sí, estoy, claro, pasa, así, te enseño mi casa nueva, para que veas, cómo me está quedando”

Entré en la casa nueva de Alfonso; tenía aún, varias cajas de la mudanza, por colocar, pero, lo que vi, me gustó.

Lo que más me impactó fue, por un lado, que parecía la casa, de un friki de los ordenadores, como lo soy yo, y, por otro lado, la biblioteca, una colección de libros, revistas,

DVDs

, enorme, que cubría, un número

indeterminado

, de estanterías.

Estuvimos viendo toda la casa, quizás algo grande, para una persona sola, pero, ya digo, hecha a su gusto.

Cuando llegamos a su habitación, con una enorme cama de 2*2, se me ocurrió decirle, a Alfonso:

Yo:

“Alfonso

, ¿Has estrenado ya la cama, con alguna mujer?”

Alfonso: “Aún no, aunque, me encantaría, poder hacerlo” (Eso, lo dijo, mirándome)

Yo: “Pues, no sé a qué esperas, yo estoy deseando que me hagas algo”

Alfonso, no se lo pensó, me agarró de la cintura, y, me empezó a besar, en los labios.

Poco a poco, fue recorriendo mi cuerpo, besando, aparte de mis labios, mi cuello, y, me fue quitando la ropa deportiva que llevaba, hasta dejarme, con el sujetador y las bragas que llevaba.

Yo también, le fui desnudando a él, hasta dejarle solo con el calzoncillo, que ya, amenazaba un bulto, de lo que era, su enorme polla, ya erecta.

Cuando le empecé a tocar el bulto, su polla, enseguida, me entraron ganas, de ver, cómo era, así que, le bajé el calzoncillo, y, me di de bruces, con semejante aparato.

Me puse de rodillas, y, sin pedirle permiso, ni decir nada, simplemente, me la empecé a meter en la boca, fue algo que me salió de dentro, veía que, no podía ni debía, dejar escapar la oportunidad.

Estuve un largo rato chupando, también los huevos de Alfonso, hasta que, sin avisarme, Alfonso, se corrió, su semen, impactó en toda mi cara, ojos incluidos, casi no podía ver, pero, estaba disfrutando.

Me sentía tan bien, que no le pedí a Alfonso, nada para limpiarme, quería seguir la fiesta, así que, cuando Alfonso me preguntó, si quería ser follada por él, le dije que sí, sin pensármelo dos veces.

Alfonso, ya sabía sobre mi DIU, porque, es algo que le dije, el día de la cita, para comer en mi casa, el día de la mudanza.

Así que, follamos a pelo, que es, como a mí me gusta.

Noté como, Alfonso, me empezaba a meter, su enorme polla, en mi coño, con suavidad, y, las embestidas, comenzaron, primero, suavemente, lo que me hizo, empezar a gemir de placer, y, después, poco a poco, fueron aumentando en intensidad, al igual que mis gritos de placer, cada vez, disfrutaba más.

Finalmente, Alfonso, se corrió, dentro de mí, me gustó mucho, sentir su semen dentro, me hacía sentir una guarra, pero, era muy excitante.

Íbamos a ir, a la ducha, para limpiarnos, tras haber follado, cuando, sonó el móvil de Alfonso.

Al parecer, tenía un aviso, para una asistencia a un detenido, y, se tenía que marchar, a atender el aviso, así que, nos duchamos, juntos, pero, a toda leche, y, después, nos vestimos como pudimos, y, salimos de la casa, cada uno, a su lugar.

Quedamos en vernos pronto, quizás, ese mismo día, para cenar, yo, me ofrecí a ir a su casa, y, Alfonso, aceptó, así que, quedamos para esa noche, a las 21:00, en la casa de Alfonso.

Nos despedimos, con un beso en los labios, y, Alfonso, agarró su coche, y, vi

cómo

se iba.

Yo, volví a mi casa, con mi perro, muy contenta, porque, había pasado, lo que yo quería, además, parecía, el comienzo de algo, que iba a disfrutar mucho.

En el próximo capítulo, os contaré, como fue, la cena con Alfonso, y, más cosas.

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