Claudia: Brutalmente perforada por ese artefacto.
Actualmente soy sometida a infinidad de vejaciones que con el tiempo iré contando, pero en estos momentos mis obligaciones recaen en contaros mi vida para satisfaceros desde aquí, quién sabe si mi Amo más adelante querrá utilizarme para satisfacer a alguno de vosotros...
Pido disculpas a todos los lectores de mi anterior relato "Claudia: Introducción a una nueva etapa" Mi Amo lo reviso y me castigo severamente el ver errores ortográficos por lo que me ordeno borrarlo para que lo revisara para vuestro mayor disfrute. No obstante, me disculpo de antemano por los posibles errores que sigan en él ya que mi formación académica termino pronto y además el español no es mi lengua materna. Espero vuestra comprensión.
Así pues, después de unos años de inactividad continuo mis relatos siguiendo sus órdenes, el cual ha creído interesante que siga compartiendo mi vida de sumisión.
Actualmente soy alquilada por horas a todo tipo de machos a los que soy sometida a infinidad de vejaciones que con el tiempo iré contando, pero en estos momentos mis obligaciones recaen en contaros mi vida para satisfaceros desde aquí, quién sabe si mi amo más adelante querrá utilizarme para satisfacer a alguno de vosotros según los comentarios y valoraciones que escribáis en esta biografía.
Claudia, este es mi nombre desde el día que mi cuerpo empieza a desarrollarse inversamente en relación con sexo con el que nací. En los anteriores relatos empecé a contar los inicios del proceso de feminización y sumisión que mi Amo ejerció para acabar convertida en un simple objeto sexual preparado para dar placer a los hombres.
Hoy en día soy una mujer completa, mido 170 y tengo 29 años de complexión delgada con 55k de peso, pero con unas sinuosas caderas y culo pensado para vuestro uso, de pechos grandes y firmes, con unos pezones rosados siempre erectos y excitados, también invitando a los machos a pensar que siempre estoy predispuesta a ser follada.
A principios de la adolescencia tomé conciencia de mi condición, mis atributos físicos eran de una feminidad indiscutible, en este momento entendí que Claudia era el nombre que me definía como mujer, justamente en estos mismos tiempos fui descubierta por lo que hoy en día es mi adorado Amo y Señor. Desde el primer día de clase mi dueño decidió apoderarse de mí, vio la esclava y obediente sumisa que soy hoy en día. Con el tiempo entendí que este apoderamiento es una condición nativa a mi naturaleza y sé que, si no fuera por él, me sentiría perdida, inútil y sin objetivos, al no encontrar el sentido de mi existencia.
En el último relato narro como mi dueño convenció a mi padre, de que yo necesitaba ayuda psicológica y que él podría ser mi mentor para recuperar la estabilidad emocional. Por lo tanto, en aquellos momentos estaba obligada por mí propio padre a asistir a su terapia. Es lógico entender que mi padre desconocía que “el tratamiento” consistía en vejarme y violarme repetidamente con tan pocos años. Es con este sentimiento de odio e incomprensión, como relatare a continuación aquellos años de transición hacia la sumisión, espero que les guste:
Eran las 7:50 de la mañana, cuando me desperté, en 10 minutos tenía que estar lista y llegar a tiempo a el instituto, me dolían todas las articulaciones, mi ano seguía enrojecido, eran las secuelas de tener un consolador de 24 cm de altura y 4 de espesor durante incontables horas en mi interior.
De golpe, mi cabeza recordó las ordenes de ese monstruo:
- Llevaras este vibrador dentro de ti hasta nuevo aviso, tendrás que vestir como mi puta, esto significa que llevaras tacones, falda o vestido, pero nunca pantalones o pantys que llevan las niñatas de hoy en día, si tienes frio puedes llevar medias, de ropa interior un buen sujetador que te haga los pechos más grandes, si te portas bien te los operare a la medida que me guste, siempre te pondrás tangas de hilo que pueda separar o romper rápidamente, así estarás lista para ser sodomizada en cualquier momento. Tú educación académica termino, a partir de hoy solo aprenderás y ejercerás las órdenes de tu Amo y señor poco a poco tu pequeño cerebro se centrará en obedecer sin dilación.
Esas palabras retumbaban en mi cabeza adolescente, mire hacia el suelo de mi habitación donde la noche anterior deje el dichoso vibrador, no me creía sus palabras, pero las recordaba con miedo e incomprensión, odiaba aquel hombre de casi 60 años de 190 de altura y obesa constitución. La noche anterior me prometí a mí misma, luchar contra la aberración que aquel monstruo ejercía sobre mí. Así pues, respiré profundamente con intención de armarme de valor, me dirigí hacia el baño para lavarme los dientes, noté mis los labios cortados, eran los efectos de los golpes de su pene contra mi garganta.
La rabia aumentó, busqué en los cajones, me puse la ropa interior más grande que encontré, se trataban de un conjunto básico de estos sin costuras, también elegí un jersey de lana hecho por mi abuela y unos pantalones vaqueros, los cuales al verme al espejo marcaban mi fémina silueta, pero no tenía otros más anchos, al menos el jersey era grande llegándome a las rodillas, finalmente me puse unas cómodas deportivas y me dirigí hacia el instituto.
Una vez en él, seguí corriendo hasta llegar a la clase de inglés, que por suerte no ejercía mi violador, llegué 5 minutos lo que provoco que tuviera que llamar a la puerta.
- Adelante! escuche que decía la profesora.
Al abrir la puerta dirigí la mirada hacia mi pupitre,
- No Claudia, no puedes entrar, es tarde, el director me ha dicho que te dirijas directamente hacia su despacho.
Me quedé helada, no me sentí preparada para enfrentarme sola aquel energúmeno, estalle de temor y grite:
- ¡No, no pienso ir! aquel hombre es malo, no me trata bien!
Tenía vergüenza de decir que directamente me violaba y no me salió ninguna otra explicación, en aquellos momentos corrí dirección a mi casa, no espere su reacción, corrí tan tapido como pude hasta que no pude más, al llegar al portal de mi casa me encontré a mi papa en el coche, bajo la ventanilla y grito:
- ¡Sube al coche Claudia, me llamaron desde la escuela! no quiero oírte, volvemos al instituto.
Le hice caso, cómo no! no sabía qué hacer, solo era una niña y él era mi padre, entré en el coche con la cabeza gacha, al llegar bajó rápidamente en dirección a mi puerta para agarrarme de la muñeca, con energía me agarro hacia a fuera, llevándome dirección a la puerta del despacho de mi terrorífico director, una vez allí comento con voz más pausada:
- Ahora abres tu sólita, escuchas y haces caso a todo lo que él te diga.
Esas palabras, se clavaron como una espada en mi interior, por un lado, sabía que mi papa no era consciente de lo que estaba pasando, pero por otro, (debido a mi inseguridad y las constantes vejaciones a que era sometida), tuve dudas de si realmente era culpa mía.
Obedecí, llamé a la puerta, de reojo veía como mi padre se alejaba dirección al trabajo. No tardé mucho al escuchar su contundente voz, la voz, del mismísimo diablo.
-Adelante!
Entre sigilosamente pero no vi a nadie, la puerta del despacho se cerró, de golpe una mano salió de mi espalda agarrando mi nuca y otra me tapo los ojos.
- Calla cachorra! No te atrevas a abrir tu boquita de animalito desbocado.
Calle, no podía hacer nada, seguía aterrorizada, toda fuerza moral que conseguí aquella mañana desapareció en ese preciso instante. Note como un bulto crecía avivadamente, presionando mi trasero. Así pues, me encontraba de espaldas a su envergadura, con los ojos tapados y ese bulto separando mis nalgas.
- Quítate este penoso jersey de lana! Puta.
Noté como retiró sus grandes manos para que pudiera realizar la acción, al recuperar la visión vi que llevaba unos guantes de látex y al quitarme el jersey note mis labios y mejillas húmedas aun no entendía por qué.
- Ahora cogerás este jersey de mierda por una manga y te lo meterás dentro de la boca hasta no poder más.
De mis ojos comenzaron a brotar lágrimas que intentaba que no fueran acompañadas de ni siquiera un murmullo, no podía enfadarle aún más, tenía miedo de que me matara allí mismo.
El tacto de la lana mojada al introducírmela en la boca era desagradable, con los dedos presionaba dirección a mi garganta, cada vez más a la espera a que él me hiciera parar, después de varias arcadas llego otra orden.
- ¡Puedes parar! Tendrás castigos por tu insolencia, pero si a partir de ahora me obedeces quizás no te obligaré a tragarte todo el puto jersey, no quiero que te ahogues y caigas muerta, ¡qué haría del cuerpo de una cachorrilla como tú!
Los ojos se me abrieron como platos mientras seguían cayendo las lágrimas, mi cuerpo se tensó, tenía los hombros encogidos y las manos agarrotadas con micro temblores en las piernas.
- Claudia, Claudia, Claudia ... Confío en ti, sé que al final conseguirás ser la sumisa complaciente por lo que naciste, es cuestión de tiempo, está en tus manos hacer que esta transición sea rápida y agradable para los dos. Tienes que entender que un cachorro de puta como tú, necesita un dueño en su vida.
Mientras me estaba aleccionando, sé dirigido hacia un cajón donde recogió cinta adhesiva, al acercarse, cogió con una sola mano el resto del Jersey que colgaba de mi boca estrujándolo contra mi rostro, con la cinta adhesiva lo ató de modo que no pudiera escupir la manga, de nuevo perdí la visión, podía respirar por los orificios de la misma lana, pero con mucha dificultad. Posteriormente noté una pequeña presión entre las nalgas de mi culo para posteriormente escuchar como si estuvieran desgarrando una tela.
- Quieta puta, te estoy cortando esta mierda de pantalones con un cúter justo entre las nalgas.
Percibía como los pantalones se abrían paso por la presión de mis sinuosas caderas dejando pasar al aire fresco contra mi piel, el tacto de látex de los guantes que recubrían sus enormes manos contra mis nalgas fue lo siguiente que note, de repente, un fuerte tirón presionó las bragas contra mi sexo provocando su rotura, mi culo quedo expuesto a la intemperie, preparado para ser sodomizado brutalmente por aquel monstruo.
Era consciente que el hecho de percatarse que no llevaba el vibrador podría ser mi fin.
- Sé que no me has obedecido perra, pero también sé que si lo vuelves hacer terminare con tu insignificante vida, del mismo modo sé que esta vez no te puedo dar el honor de ser enculada, aunque no lo veas tu vocación de puta lo desea.
Odiaba sus humillaciones, como podía decirme que deseaba ser violada por ese energúmeno no tuve ni siquiera tiempo a reflexionar cuando noté un objeto humedecido apuntando hacia mi interior. De un fuerte revuelo un artefacto entró instantáneamente en mí, se separaron las nalgas por su enorme espesor, para adentrarse violentamente entre las paredes del mi agujero hacia lo más profundo de mi abdomen, en ese momento note un caliente liquido en mi interior que resbalo entre mis piernas, el sufrimiento fue indescriptible, literalmente me partió en dos, por lo que caí demasiada como un pequeño saco en el suelo.
Desperté el siguiente día, me encontré tumbada en la cama de mi habitación, al mirarme llevaba un vestido negro con transparencias que dejaba entrever gran parte de mi anatomía, por la parte inferior, se ensanchaba formando una pequeña falda que tapaba justo mis vergüenzas, unas medias de rejilla reseguían el contorno de mis femeninas piernas para acabar con un tacón de aguja de al menos 10cm de altura. El daño que sentí anteriormente empezó a rebrotar agudamente, es cuándo me percate que seguía en mi interior el artefacto que me perforo. Al inclinarme descubrí en mis partes íntimas una especie de tanguita que consistía en unas arandelas metálicas, que cogían una especie de finas cadenas de cuero que a la vez sujetaban a una pequeña chapa metálica que recubría todo mi sexo.
En aquellos momentos mi padre llamó y abrió la puerta, tuve el justo tiempo de taparme esa lencería tan extraña.
- ¡Ya dormiste suficientemente la mona! ya me contó tu director que al final no entraste en su despacho y a cambio no tuviste otra cosa hacer, que vestirte así a escondidas, para salir por las calles con los más gamberros de bachillerato. Tienes suerte que tu director intuyó tu “excursión” y fue en tu busca. Estabas tan borracha que tuvimos de llevarte en brazos hasta la cama. No te regañaré porque me ha dicho que es contraproducente debido a tu condición, pero me cuesta creer que esto te haga ser tan guarrilla con 15 años recién cumplidos.
Yo me quedé callada, no sabía qué hacer, recordé que era mi cumpleaños, pero ya poco me importaba, aquel energúmeno tenía mi padre a su favor. Al cerrar la puerta mire de sacarme esa lencería, momento en que encontré una nota enroscada entre una de las arandelas, la desenrosque descubriendo un texto que ponía:
- ¡Hola puta! Feliz cumpleaños, cómo regalo pudiste observar te vestí a mi gusto, no sufras por lo que pueda decir tu padre, le conté a tu padre como debe tratarte. Como ya puedes entender haré con tu vida lo que yo quiera, eres de mi propiedad y no lo dejarás de ser hasta que yo me canse y te acabe tirando.
Te moldeare a mi gusto, tanto psicológica como físicamente, eres muy femenina, por eso te elegí, tienes un cuerpo pensado para calentar braguetas, tras ponerte la forma y tamaño de pechos que a mí me guste, una vagina diseñada exclusivamente por mi gran polla y un proceso educativo, serás la sumisa perfecta. Todo tipo de machos querrán usarte, te alquilare a los prostíbulos más lujosos que existan, esos que van los cantantes que tanto te gustan o sea gente con alto poder adquisitivo. No obstante, aún tengo mucho trabajo, si no fuese por tu mal comportamiento pronto ya hubiera empezado a premiarte, mi amigo un respetuoso cirujano me comento que te esculpiría una vagina a mi complacencia, pero tendrá que esperar, de momento lo único que haremos es sacarte tu cosita y dejar una vagina cerrada a la espera de más adelante abrirla cuando yo decida. Este amigo cirujano que como médico tiene acceso tu historial clínico me ha comentado que será muy fácil, ya que por naturaleza ya tienes un cuerpo preparado para satisfacer las necesidades de los machos y que las operaciones no son más que un pequeño trámite para liberar la gran puta que llevas dentro. Para terminar, verás que llevas una tanguita de castidad, tu Amo tiene buen gusto y ha comprado el más fino y sexy que hay en el mercado. No podrás quitártelo hasta que yo lo abra con llave, como muy bien estás notando en la última sesión te introduje un recipiente muy especial el que lógicamente tampoco podrás sacarte, (te lo quería contar al mismo día, pero eres tan penosa que se me desmayaste) se trata de un recipiente circular con tapa de punta redonda que recuerda a una gran polla tiene 30 cm de largo por 9 de espesor. Para que empieces a entender hasta qué punto puede llegar mi imaginación, deposite este recipiente en el urinario de hombres que queda enfrente de tu clase, de tal manera que tus compañeros masculinos (a los que sé que no podrían dejar pasar la oportunidad de apuntar dentro), mearían uno tras otro hasta llenarlo, por las cámaras vi que otros alumnos conserjes y profesores también lo hicieron.
Después me puse unes guantes por no mancharme ya que el recipiente quedo empapado de meados, lo retirare de allí y lo tape, poco después y aun empapado de estos, los aproveche como lubricante natural para endosártelo de un solo golpe en tu interior. Por lo tanto, tienes que ser muy consciente que llevas dentro los orines de los machos de tu clase, el cual por una perrita sumisa como tú no deja de ser un gran honor, vigila con lo que haces no sea que se vacíe entero en tu interior.
PD: ¡A las 7 de esta misma tarde quiero que te presentes, a mi consulta de psicología, Hasta ahora “cosa”!
Después de leer esas explicaciones, me quede perpleja en la cama, estaba horrorizada, me mire vestida de ese modo con el cinturón de castidad y brutalmente perforada por ese aparato lleno de los orines de los compañeros de mi clase, me sentía perdida, humillada, pero con unas sensaciones incompresibles en aquel momento… Ahora sé que una parte de mí empezaba a sentirse agradecida y excitada por lo sucedido.
Por mi bien espero vuestros comentarios y pueda continuar, Continuara….