Clases particulares de sexo
Un joven de 20 años quiere ingresar a la universidad pero más quiere aprender de sexo
Cuando esto sucedió tenía 30 años, hacía solo dos años que estaba casada y la verdad, el sexo era una exigencia cotidiana. Me casé con el hombre de mi vida, de mis sueños, pero a la hora del sexo, era todo siempre igual, aunque él creía que era "el mejor"
Al casarme me mudé a otra ciudad donde se me hacía díficil tomar buena cantidad de horas de clase, así que decidí dar clases particulares en mi casa para no pasarme el día sin hacer otra cosa q limpiar y cocinar. Tenía varios alumnos en cada grupo pero uno no tenía horarios compatibles con los demás. Hice una excepción, aumenté el arancel por ser único alumno y lo puse por las mañanas, a media mañana.
Martín era un muchacho de 20 años, callado al principio, pero luego conversaba bastante. Su físico no llamaba la atención para nada, joven normal de 1,80 aprox.. Yo estaba en mi mejor momento físico ya que por los horarios me podía dedicar a mi e ir al gimnasio. Soy rubia, 1,69 de altura, mucho busto, 100cm, y 95 de cola. Desde los 10 años he llamado la atención por mi altura y desarrollo pero nunca me creí atractiva así que poca actitud para conquistar hombres, más bien mucha para repelerlos.
Martín necesitaba aprobar filosofía en el ingreso a su carrera, ya q llevaba 2 años intentando ingresar a la universidad. Sus padres pagaban las clases necesarias para q su nene ingresara. Todo transcurrió normal durante dos meses, era aplicado y ya casi sentía que hablaba con un colega. Un día cambiando opiniones sobre un texto noté q no prestaba mucha atención y me pareció que miraba mucho mis lolas, él salió del momento diciendo q estaba meditando su opinión pero desde ese día nada, nada fue igual. La siguiente clase pasó lo mismo, así que a la próxima cambié de vestiario, no use más blusa y pase a una remera bastante cerrada. Pero Martín ya se acercaba mas a mi cuando me sentaba a su lado, cosa que me ponía nerviosa porque él era un niño para mí y yo estaba casada.
Una mañana llegó 10 minutos antes de lo previsto, recien salía yo de la ducha y por el apuro me pusé lo que encontré sin pensar, una blusa ceñida al cuerpo y con un botón sobre el pecho q amenazaba con salir volando. Empezamos con la clase, y noté nuevamente esa mirada directa a mis senos, y en un movimiento por ocultarme el botón se desabrochó dejando servidos a sus ojos mis dos grandes senos. Me puse roja y disimuladamente abroché el boton rebelde. Seguimos filosofando o eso pretendía yo, hasta q bajé la vista y vi Martín tenía algo prominente entre sus piernas. Quería que la tierra me tragará, tenía un adolescente caliente en mi living y yo con un botón q de nuevo amenazaba con volar. Continué con mis explicaciones, pero la vista se me desviaba a la entrepierna de mi alumno. La clase terminó y casi lo echo de mi casa. Cuando voy al baño me doy cuenta q estaba húmeda, que enojo que me agarooo!!!, me había exciatdo con un nene!!!
Le cancelé la siguiente clase para enfriar los ánimos, y recomenzamos a la semana siguiente. Sobre la hora que él llegaba me puse nerviosa pensando en la última clase pero debía ser una profesional pero sobre todo una adulta. Comencé con la clase sobre el tema que faltaba: filosofía oriental, pero advertí que el punto 2 era filosofía indú, allí recordé que en la facultad el profe explicó la importancia del sexo como unión espiritual y el kamasutra como método de elevación espiritual. La sola idea de pensarlo me hizo imaginar que podía pasar si eso se lo explicaba a un joven de 20 años, así que decidí ni nombrarlo porque no estaba especificado.
Empecé el punto 2 hablando del concepto de hombre, de la necesidad de elavación del alma y de hacerlo hasta de a dos, en pareja. Ahí Martín hizo la gran pregunta:
¿entonces el sexo esta mal para ellos?.
Buenooo, no- fue mi respuesta.
¿Entonces?, inquirió Martín.
Todavia faltaba media hora de clase, cómo salía de esa situación???.
Mirá para ellos es parte del meditar, contemplar..., - me interrumpió diciendo:
-por eso tambien el tantra, para meditar más??.
Yo ya no podía más quería fugarme, me daba vergüenza y él ya tenía algo muuuy prominente en el pantalón. Le dije que mejor ese tema lo dejabamos para la última clase total no se lo iban a tomar y que el tiempo apuraba para ver los otros temas.
Allí Martín me miró fijo y me confesó que tenía curiosidad por saber más ya que él no tenía práctica en el tema solo mucha teoría. Ante mi cara de espanto siguió aclarando:
- vos podes experimentar lo q lees yo no.
¿Q me estaba queriendo decir este nene?, , ¿porque no se alquilaba uan porno?. Insistí con dejarlo ahí, y seguí con otro tema, pero yo otra vez me había mojado la tanga, advertí que Martín había cambiado de aroma, ya no me olía a niño sino a un potro con ganas de salir y eso me nublaba el entendimiento. Justo llamo su madre para saber cómo iba con el curso y me pidió que le dictara una hora más o dos porque en su casa no estudiaba. Yo quería que se fuera y esta mujer me lo quería dejar. Le sugerí que yo iba a evaluar cuanto tiempo más le iba a dictar porque podía restarle atención y cansarlo. Cuando corté el teléfono me percato que Martín me estaba mirando la cola y se tocaba su miembro. Me hice la distraída y le conté lo sugerido por su madre, lo que el nene creyó bueno. Fui a la cocina por unos café para seguir mientras hablabamos de deportes. Cuando volví Martin seguía sentado y excitado, de la nada me dijo:
-me tenes que prometer algo, me quedo 2 horas más pero cambiamos de tema.
Ni lo dudé yo también a veces me cansó así q se lo prometí. A la hora él marcó el corte y le pregunté que tema quería profundizar que hubieramos visto.
El dijo "tantra",
Cómooooo????? respondí.
Si, me dijo, explicame lo q sepas. Me excusé, pero fue inutil, insistió. Le expliqué en 2 minutos lo que sabía y me preguntó si daba resultado. Casi le doy vuelta la cara de una bofetada, pero se excuso diciendo que era virgen, que ansiaba mucho experimentar y que yo lo calentaba. Yo no podía emitir palabra. Me habia calentado demasiado pero era un nene para mí. Me salió decir: -queres que haga (como expresión de "a mi no me reclames"-), él rápido respondió "que me enseñes".
No podía creerlo, tenía casi sobre mí un alumno que me pedía clases de sexo. Le dije que no sabía mucho, que solo lo había hecho con mi marido y que no era buena la experiencia. A lo que él insistió "probemos juntos". Yo ya tenía la razón nublada y la respiración cortada, y Martín ya me estaba besando el cuello, oliendome, y él olía a hormonas masculina ardientes. Y nada me importó acepté, le hice prometer q sería nuestro secreto. Yo no sabía como actuar y se me ocurrió decirle, demostrame lo q sabes.
Me llevo al dormitorio me sacó la remera, me apretó las tetas muy nervioso, me desabrocho el pantalón, me fui desnudando mientras me besaba, me tiró en la cama y se tiró para penetrarme. Allí reaccioné que iba a ser lo mismo que con mi esposo.,así que lo separé de mí y con voz firme le indiqué que me escuchara.
-"esto así no es, no es ponerla y listo. si queres buen sexo así no". Recordé que una vez me hizo un comentario machista diciendo que el hombre debe ocuparse de todo, en todo. Así que retomé la idea: "Acá hay varias formas, vos pensas que el hombre debe hacer todo?
-Obvio, respondió
-Entonces empezá. Primero: que sabes de anatomía femenina?
-Que tienen vagina
-Tocame y decime cada parte
El chico no me quería ni mirar, él quería ponerla y yo insistía. Me di cuenta que me había vuelto mandona y que a él se le había bajado esa pija interesante que tenía (más grande q la de mi marido)
lLo recosté a mi lado, lo besé acaricié y lo fui guiando en todo lo que a las mujeres nos gusta: besos y mordiditas en la oreja, caricias y lengua x el cuerpo, pezones; el chico me los chupaba como un bebé, le pedí mas fuerza, más hombría y la verdad, era una fiera. Mientras me comía los pezones le hablé de la vagina, que no era solo para el pene, y le fui guiando la mano al clitoris, se lo hice reconocer, estimular mientras yo gemía de placer, y para mostrarle que como hombre iba haciendo todo bien. Luego con voz muy seductora le dije que me encantaría que me pasará la lengua por el clitoris (cosa q a mi marido no le gustaba hacer, y solo una vez lo hizo), el chico miró sorprendido; horrorizado, le dije que en principio solo la punta de la lengua, accedió. ¡Q placer!!!!, solo siguió besando, y acariciando, me preguntó si podía meter la lengua en mi agujerito, y me salío decirle "por favor". Martín se estaba convirtiendo en el amante perfecto, me hacía vibrar, estaba muy caliente y me hacía a mí poner muy caliente. Yo ya no aguantaba más y tuve mi primer orgasmo en su boca, tuve mi primer orgasmo con sexo oral. Le expliqué que eso era un orgasmo y me dijo que le gustaba ese sabor, me incorporé lo besé, me comí mis jugos de su bocay comencé a terminar de desnudarlo.
Él tenía la pija muy dura, muy grande, me preguntaba como me metía eso, si mi vagina solo había soportado una de 10 cm. Lo acaricié, besé, recorrí con las uñas haciendolo estremecer, bajé con mi lengua por su pecho, rozando mis tetas con su pija, Martín vibraba. Cuando lo noté relajado pero en las nubes, abrí mi boca y me metí la puntita de su pene en la boca, ya largaba unas gotitas. Ahí le hablé del tantra, le pedi q sintiera y que no se apurara por el paso siguiente; él se relajó, cerró los ojos, y yo proseguí lamiendo, metiendo y sacando mientras acariciaba detras de sus huevos. Se puso muy anchas, carnosa, y me gustaba; así que empecé a chupar, succionaba cuando me la sacaba de la boca: ; Martín gemía, yo iba notando que cada vez estaba mas cerca del orgasmo. Me la saqué de la boca y le pedi que me contara que fantasías tenía, las enumeró eran todas cumplibles, típicas de un hombre sin expereincia, mi idea era retardar ese momento.
Le pregunté como quería terminar, en mi boca , sobre mí; a lo que él respondió "si se puede en vos". Yo tomaba pastillas y él no había tenido relaciones así q no había peligros. Me puse sobre él arrodillada, y con mi conchita toda toda depilada fui jugando con su pija que me golpeteaba para entrar. Con algunos movimientos fui haciendo que entrara despacio, yo tambien me tenía q acostumbrar a eso. ël pedía que la metiera toda, y yo disfrutaba que me rogara, salía, entraba un poco, cuando ya no hubo dificultades me puse en cuclillas, la tome con la mano, la paré y bajé de golpe. Fue lo mejor q sentí hasta ese momento, él se arqueó y empezó a moverse. Le tomé las manos la llevé a mis pezones y le mostré como me gusta q me los estimulen. Era la gloria, hasta que Martín me pidió estar arriba. Cambiamos de posición pero se patinaba por las sábanas, lo guié al bordé de la cama, levanté las piernas y las abrí y se me tiró como un perro en celos, mi extasis era total. Yo le preguntaba como estaba y el me decía "CALIENTEEEE", yo estaba por volver a terminar, y quería que él lo hiciera tambien, así que empecé a decirles cosas como: "sos un toro salvaje"; "clavame más mi macho" y todo cuando se me ocurrió. La cantidad de leche y la presión me hicieron acabar a mi también. Martín no quería salir, la tenía aun parada y se quería quedar.
A mí me gustaba sentirlo, así que empecé a contraer la vagina para estimularlo de nuevo, con pocos movimientos ya estaba de nuevo listo, volvió a bombear un par de vez y le dije: " quiero ser tu perra, quiero estar en 4", se le iluminó la cara, me sacó brusco la pija, me ardió un poquito pero rápido ya estaba lista para que me penetrara. Me pidió que lo guiara, y entró de una; yo me tocaba el clitoris y mas me excitaba. En poco nos corrimos los dos. Caimos en la cama rendidos, había pasado una hora y media desde q empezamos. Martín quería seguir, le dije que era tarde, que su madre se iba a preocupar, y que esa era la primera lección, que ya le iba a tomar un examen para saber si había aprendido, pero que él debía estudiar en su casa los textos para aprovechar el tiempo.
Martín se vistió y se fue feliz, yo quedé en bata, volví a mi cama y no podía creer lo qe había pasado y cuanto había disfrutado. Cambié las sábanas, ventilé, me bañé y me preparé para el grupo de alumnos que seguía, siempre pensando en la pija de Martín y como lo iba a convertir en una amante perfecto.