Clases de verano

...tengo que intentarlo y mientras busco una excusa para pedirte perdón, mi mano agarra la tuya y la aprieta, esperando tu respuesta. Con gozo, siento como tú también aprietas la mía. Pero sigues hablando del tema, como si no pasara nada, aunque siento que tu mente también está en otro lugar. Me atrevo un poco más...

Estamos en clase y soy tu profesor. Es una clase de recuperación de verano y estás sola... no se que ha pasado contigo, con lo aplicada y atenta que se te ve en clase... ¿que te habrá distraído tanto de lo que explico en clase?

Para tu primer día de clase te has puesto un vestido blanco, de lycra, ceñido a tu cuerpo... que acentúa tus curvas de manera espectacular. Te contemplo extasiado. La falda se ajusta de tal manera a tus caderas que puedo ver claramente el dibujo que forma tu tanga en tu culito. Puedo ver las formas de tus nalgas desnudas apretándose contra la fina tela. Sube ajustándose a tu cuerpo, a tu cintura, a tus pechos, acentuando la curva de estos y marcando no solo la línea del sujetador, sino tus dos pezones en el borde de la costura. Además, un escote en pico me corta la respiración cada vez que miro hacia ti. Puedo ver lo bronceada que estas.

Estás en primera fila (eres la única) y puedes ver como me muevo mientras escribo en la pizarra, dándote la espalda y ofreciéndote un buen espectáculo con mi culo y mi espalda.Me acerco a tu mesa y me agacho para indicarte una línea en tu cuaderno. Así, de frente, puedo observar maravillado la profundidad de tu escote, la voluptuosidad de tus pechos... y que tu sujetador (de copa) es de color plata.

Miro hipnotizado, esperando que tus tetas se salgan por su propio peso de tu escote. Me ves sudando y te das cuenta de donde miro. Me sonrojas al sentirme descubierto y que tu sea consciente de mi grado de excitación.

Pero no te enfadas, no me dices nada. Te digo que salgas conmigo a la pizarra... para ver mejor la explicación. Sales conmigo a la pizarra y aprovecho para oler tu aroma de mujer. Que bien hueles; siento ganas de desnudarte. Mi deseo por tí va en aumento.

Te estoy explicando la lección, pero mis pensamientos andan en otros sitios, en todos tus sitios. Miras de reojo mi bragueta y ves el bulto que forma mi pene excitado. Nuestras miradas se cruzan por un momento y no podemos contener una sonrisa.

Tengo que intentarlo y mientras busco una excusa para pedirte perdón, mi mano agarra la tuya y la aprieta, esperando tu respuesta. Con gozo, siento como tú también aprietas la mía. Pero sigues hablando del tema, como si no pasara nada, aunque siento que tu mente también está en otro lugar. Me atrevo un poco más. Suelto tu mano y te cojo la cintura. Te la acaricio. Y entonces, tú te callas. Te quedas inmóvil, de espaldas a la pizarra.

Deslizo mi mano hasta tus nalgas, siguiendo tus curvas con mis dedos. Como me gusta tu culo con ese vestido tan ajustado. Siento tu piel debajo y la costura de tus tangas. Aprieto mi mano para sentir mejor tu glúteo; lo noto duro, tenso y a la vez suave.

Ahora me coloco detrás tuya. Seguimos los dos callados. Me acerco a tí, rozando mi pantalón con tu vestido. Te echas hacia atrás, apretando tus nalgas contra mi sexo. Notas su calor y mi tensión. Y sientes como la humedad aflora en tu vulva. Rodeo con mis brazos tu cintura, apretándote aún más contra mí. Me muevo hacia tus lados, notas como mi verga recorre todo tu trasero.

Llevo una mano a tu pelo. Me encantan tus cabellos. Admiro como se refleja la luz en ellos. Te los aparto de la nuca. Acerco mi boca y te beso. Te estremeces y sueltas un suspiro, y sigo, sigo besándote y chupándote, allí, donde nace tu pelo.

Notas mi pene duro apoyado en tus nalgas y eso te excita. Mis besos no ayudan a hacer descender la temperatura de tu cuerpo. Te encanta como beso, como mi lengua recorre tu cuello.

Buscas mis manos, las cojo y me enseñas donde quieres que las ponga... al notar mis manos sobre tus pechos los aprieto con pasión. Puedo notar tu excitación, el bulto que forman tus pezones en la tela. Atravesando tanto tu sujetador como tu vestido.

Mueves tu culo contra mí, te gusta notarme. Te gusta notarme ahí, duro, potente. Y te excita. Sigues moviendo tus nalgas, frotando toda mi hombría, volviéndome loco.

Echas a andar hacia atrás, apretándote más contra mí. Me dejo hacer y yo también camino hacia atrás. Con el movimiento de nuestros cuerpos notas como mi pija se frota contra tu culo... como tus nalgas se frotan contra mi polla.

Seguimos echándonos atrás hasta que me apoyo y me siento en mi mesa. Tu te sientas sobre mí, siguiendo la inercia de nuestros cuerpos. Ahora puedes frotarte mejor contra mí. Mueves tus caderas adelante y atrás, sin separarte de mí en ningún momento. Mis manos siguen apretando tus pechos, mi lengua sigue haciendo diabluras y mis labios siguen sorbiéndome con lujuria... y la erección que notas en mis pantalones te está volviendo loca.

Estoy muy caliente, mucho. Y lo notas. Notas como mis dientes se apoderan de la cremallera trasera de tu vestido y empiezo a bajarte la cremallera. Te encanta. Un escalofrío te recorre mientras mis dientes y tu cremallera se deslizan por tu espalda. Tus manos, mientras tanto, recorren tu cuerpo por delante, tus pechos, tu cintura, tus caderas...

Poco a poco, tu ajustado vestido se va abriendo y vas notando como cede la presión de la tela. Primero observo como aparece mi espalda desnuda... el cierre de tu sujetador... tus riñones... tu cintura... acabo de ver como aparece la tela de tu tanga... y sigo bajando...

Termino de bajarte la cremallera y tu vestido cae al suelo. Te aparto un poco para verte mejor. Estás tan sexy, así de espaldas, solo con la ropa interior. Me encanta tu culito, tu espalda, tus muslos. No me puedo creer lo que esta pasando.... con mi alumna.

Giro tus hombros para que te des media vuelta y quedes de cara a mí. Nos miramos y veo el deseo en tus ojos. Te estrecho y nos besamos con pasión. Nos chupamos los labios, las lenguas. Que rica sabes. Mientras, te desabrocho el cierre del sujetador, te lo quito y noto tus tetas en mi pecho. Siento como tus pezones se clavan en mi piel. Sigo sentado en mi mesa, con las piernas abiertas para tenerte más cerca. Me estas desabrochando los botones de la camisa, me la quitas y acaricias mi pecho. El vello que tengo te gusta y te excitas aun más. Volvemos a separarnos un poco para contemplarnos mejor. Y te pido como mi alumna preferida que eres que me enseñes todo. Observo tus tanguitas blancas, que están empapadas a la altura de tu rajita. Hacen un buen contraste con el moreno de tu piel. Eres la chica más buena con la que jamás he estado.

Te bajas la bragas, ruborizándote un poco y corres junto a mí. Apenas he podido verte el sexo, pero lo que he visto me ha gustado mucho. Lo llevas un poco depilado y solo puedo pensar en comértelo y en follártelo. Volvemos a besarnos. Mis manos están en tus pechos y tus nalgas. Juego con tus pezones, los aprieto mientras te retuerces de gusto. Mi otra mano te recorre por detrás, desde la conclusilla hasta el inicio de tu vulva.

Tus dedos se aferran a mi cinturón, lo abres, sigues con los botones de mi pantalón. Me levanto un poco para que puedas quitármelos. Llevo unos slips pequeños y ajustados, también blancos por donde asoma mi glande, hinchado, rojo y brillante del líquido preseminal que ha brotado de él. Me lo quitas, poniéndolo encima de tus tanguitas. Ahora me contemplas tu. Estoy con los muslos abiertos y mi miembro te apunta como si te fuera a disparar. Me susurras lo bonito y grande que es, que lo quieres para ti. Y yo te digo que es tuyo. Que nací con él para ti.

Necesitas sentirlo y lo coges con tus dos pequeñas manos. Sólo queda el orificio al exterior . Notas como late. Es como un corazón preparado para el amor. Para todo el amor que quiero darte. Me lo aprietas con tus dedos, con tus palmas. Después deslizas una abajo y me empiezas a acariciar los huevos mientras que me masturbas con la otra, despacito, subiendo y bajando mi prepucio.

Yo tampoco me estoy quieto. Tengo cogida una de tus tetas y me la acerco a la boca. Te la lamo entera y me meto el pezón en la boca. Lo chupo con ansia. Me dan ganas de mordértelo, de comértelo, y lo hago, pero flojito, con la intensidad justa para darte todo el placer que te mereces. Mi otra mano ya tiene tu flor dentro. Me cabe entera en mi mano masculina. Que calentita y mojada la siento. Cómo me gusta apretártela y escurrirte todos tus juguitos. Se me cuela un dedo entre tus labios mayores. Busco tu clítoris y al momento lo encuentro, todo hinchadito. Lo tienes ardiendo. Descubro con satisfacción que eres una mujer muy caliente. Justo lo que yo andaba buscando. Ahora, otro dedo entra mas hondo, a través de tus labios menores y se cuela en tu vagina. Tengo todos tus puntos débiles en mi boca y en mis manos. Y tú, claro, gimes de placer...

Siiii, notas como mis dedos te exploran, te acarician y te penetran. Estas caliente, muy caliente y tu temperatura no hace otra cosa que subir. Te tengo entregada a mí, excitada.

Mientras mis dedos te acarician, me masturbas lentamente con tu mano. Aunque te cuesta concentrarte mientras mis dedos hacen diabluras. Notas como juego con tu clítoris, volviéndote loca y como mis dedos entran y salen sin parar.

Gimes presa de placer, esperando que nadie nos oiga y se asome. Sigo jugando en tu interior, arrancándote cada vez más gemidos de placer y cada vez más intensos. Noto tu humedad en mi mano... y tu notas mi sexo en la tuya, tremendo y duro como una piedra.

Estas a punto de venirte. Lo noto, y tu también lo notas. Tu coño está empapado y muevo cada vez más rápido mis dedos. Ahí llega... mmmmmmm.... fantástico.... arqueas la espalda... un grito de placer se escapa de tu garganta y una intensa sensación de placer recorre tu espina dorsal, inundándote de placer.

Y entonces yo te alzo sobre mí. Haciendo que te sientes sobre mis piernas. Todavía tienes mi verga entre las manos ¿lo recuerdas? ahora bastante más húmeda que hace unos momentos y la diriges hacia tu cueva. Noto toda tu humedad en cuanto mi punta toca tus labios y loco de deseo te levanto cogiéndote por tus nalgas... penetrándote al momento. Con ímpetu.

Te sujeto por el culo mientras te la meto. Tus piernas me rodean, aferrándose a mi cintura. Camino hacia delante, de manera impetuosa, mientras te penetro, sin sacártela.

Notas como tu espalda choca contra la pizarra y te mantienes allí apoyada, borrando las palabras de tiza con tu sudor. Mis labios y mi lengua juegan por tu cuello, por tu nuca. Nos besamos apasionadamente, locamente. Fundidos en un maravilloso abrazo, mis brazos por tu cintura y los tuyos por mi cuello. Tus muslos rodeando mi cintura y atrayéndome hacia ti. Formo parte de ti y tú de mí.

Sigo moviendo mis caderas de manera impetuosa, con frenesí y no has acabado de venirte cuando vuelves a notar esa fantástica sensación volver a ti... mmmmmmmmm... intento mover tus caderas y acompasarte a mi ritmo, pero no puedes, vuelves a notar como todo tu cuerpo se retuerce y tiembla de placer. ahhhhhhhhhhhhhhh... y vuelvo a notar como te derramas sobre mi, ahora sobre mi sexo, que parece notar tu excitación y golpea tu pelvis incluso incrementando el ritmo.

Tus manos se aferran a mi espalda, arañándome. Gritas de placer, ya no se puede considerar gemidos. aaaaaahhhhhhh. Tus muslos me aprietan con fuera... notas el chocar de nuestras humedades al ritmo que yo marco. Tus ojos están en blanco y tu boca abierta gime ahora de manera más pausada...

Espero un poco hasta que terminas de correrte. Quiero hacerte gozar mucho más. Que te enamores de mí para siempre. Eres la mujer de mis sueños y ahora que estoy dentro de tí quiero hacerte la chica más feliz del mundo. Estoy sudando y cansado de mantenerte en peso, pero muy excitado. Te separo de la pizarra que ha quedado toda emborronada y sin sacarte mi miembro de tu sexo te llevo de nuevo hasta tu mesa. Te recuesto sobre ella. Nos miramos y encontramos el deseo de uno en el otro. Levanto tus piernas y las coloco sobre mis hombros. Saco mi polla de tu vagina. La agarro con mi mano y te la froto por tu clítoris. Cada vez con más fuerza rozo mi glande por toda tu almeja que está empapada mientras tu te acaricias las tetas y me dices: "Fóllame más amor, reviéntame el coño con tu dura polla"

"Claro que lo haré, hasta que sientas correr mi semen caliente dentro de ti" Te respondo y poniendo mi falo en tu entrada, comienzo a introducírtelo despacio, sintiendo como te retuerces de placer. Ya esta todo dentro y comienzo a sacarlo y meterlo con un ritmo lento. Veo que quieres más movimiento pero sigo despacio para que me desees aún más.

Poco a poco mis embestidas se incrementan en rapidez y fuerza. Siento que ahora te gusta más y te va subiendo de nuevo el gusto desde tu vulva, por tu columna vertebral hasta el cerebro. Yo tengo que mentalizarme para no venirme ya. Espero tu orgasmo para correrme contigo. Noto como te sube. Te agarro de las caderas y te hago el amor lo mas deprisa y fuerte que puedo. Parece como si mi sexo no saliera ni entrara en el tuyo y a la vez estuviera siempre dentro, sintiéndolo como nunca. Mis huevos golpean tus nalgas. Están duros y calientes, a punto de vaciarse dentro de ti.

Me pides que lo haga, que te vas a morir de placer. Empiezas de nuevo a correrte y yo quito el freno y te inundo con mi semen tu interior. Solo se oyen nuestros gemidos y el chocar de nuestros cuerpos. Terminamos, te dejo caer las piernas a mi lado y me echo sobre ti, buscando tu boca que beso con pasión. Nuestras respiraciones se relajan y descansamos abrazados en un mundo irreal.


Me gustaria saludar a un viejo amigo. Él sabrá quien es cuando lea estas lineas, sus lineas. Deberias estar aqui.