Clases de Literatura II: Charlotte en el Parque

Trague saliva y fui al auto, me senté en el asiento del copiloto y nos fuimos, dirigiéndonos hacia el bosque de Chapultepec, estaba sumamente nerviosa, mis piernas estaban al aire, mi falda era casi como un tutu de Ballet, y era fácil ver lo que había debajo

Dos semanas estuvimos yendo casi diario al hotel, y en cada ocasión mi cuerpo me pedía más de mi profesor, me había comprado varias tangas femeninas de distintos colores, y todos los días me ponía una diferente, pero las vacaciones intersemestrales llegaron, y aunque yo no tenía clases, me di a la tarea de ir a ver a mi profesor, y un día me citó en una dirección diferente, al llegar ahí, me encontré con que era su casa, me abrió una mujer alta, delgada, vestía con un pantalón de licra y un top, iba descalza y tomando café, me saludó con un beso en la mejilla…

-¡Hola Charlotte cariño!

¿Cómo? ¿Me había llamado Charlotte? Ella debió captar mi confusión por que de inmediato agregó…

-Oh no te preocupes Cariño, yo sé todo lo que hace mi marido, no nos guardamos nada, y no te preocupes, que mi marido tiene permiso de hacer de todo contigo, pero pasa, pasa, todo está listo para empezar.

-¿Empezar?

Entramos a la casa, mi profesor estaba desnudo tomando un café en el comedor y leyendo el periódico, al verme me dijo que en su casa no debía usar ropa de hombre, por lo que me ordenó desnudarme, y viendo mi pena me dijo que por su esposa no debía preocuparme, así que me desnudé y me envió a bañarme, luego del baño, en el comedor estaba un conjunto de ropa, era un vestido corto de color blanco, unas medias blancas, zapatos de tacón alto, crinolina y una sombrilla de encaje, pero al ponerme las medias, mi profesor notó que no eran de su agrado, y su esposa rauda y veloz salió de la casa, continué vistiéndome, y cuando estaba terminando, su esposa regresó y me enseño un par de sandalias de tacón alto, me hizo una depilación rápida en mis piernas y luego de ponerme las sandalias, me senté a ser peinada por la esposa de mi profesor, y ya lista me llevo ante él me dijo que estaba hermosa, y al hablar la voz me cambió nuevamente…

-Bueno y que esperas mi vida, debes estrenarla. –dijo su esposa.

Mi profesor me ordenó recostarme sobre la mesa de madera del comedor, y me quitó la tanga, luego de lo cual me dio sexo oral en mi culito, sacándome gemidos fuertes luego de lo cual apuntó su verga y me penetró en un solo movimiento, sacándome un gemido mezclado de dolor y placer, y ya estando penetrada comenzó el bombeo y los gemidos, la esposa de mi profesor nos observaba y no tardó nada en desnudarse y comenzar a masturbarse con aquella escena, el placer era tremendo y mi orgasmo estaba muy cerca, por lo que mi profesor le dijo a su esposa que debía hacer algo para no ensuciar el vestido, así que su esposa se puso debajo y metió mi entrepierna en su boca, y cuando comencé a eyacular ella tragó todo para que mi vestido nuevo no se ensuciara, para luego, colocarse detrás de su esposo para excitarlo más por lo que él comenzó a cogerme más fuerte, y sus embestidas me hacían sentirme extasiada y mareada, hasta que sin poder más comenzó a preñarme deliciosamente, luego de lo cual besó a su esposa y luego a mí, luego de eso me di una breve limpieza, y luego de arreglarme, la esposa de mi profesor me puso un poco de maquillaje y mi profesor me dijo que saldríamos, entonces salió a preparar su auto, y su esposa se me acercó y me dijo…

-Un consejo, nena, disfrútalo, obedece todo lo que él te pida y créeme que la pasaras delicioso.

-Pero ¿Por qué no está molesta?

-Esposo feliz, matrimonio duradero, además yo también tengo mis aventuras, y no te preocupes que un día vas a ser solo mía.

Trague saliva y fui al auto, me senté en el asiento del copiloto y nos fuimos, dirigiéndonos hacia el bosque de Chapultepec, estaba sumamente nerviosa, mis piernas estaban al aire, mi falda era casi como un tutu de Ballet, y era fácil ver lo que había debajo, mi espalda estaba totalmente descubierta, mis hombros con holanes, y mis dos coletas de colegiala me hacían ver como las lolitas japonesas, el profesor busco donde estacionar el auto, pero tuvimos que caminar cerca de diez minutos por las calles hasta llegar al bosque, aunque mi profesor no lo sabía, no era la primera vez que usaba tacones, pero no se lo dije y me puse contenta con los halagos a mi caminar perfecto, entramos al bosque de Chapultepec, caminando por cerca de una hora hasta una zona poco vigilada, de un maletín que traía sacó una cámara de rollo, y comenzó a pedirme poses atrevidas con las cuales me tomó muchas fotos, cambiando el rollo de la cámara unas seis veces, luego de eso se sacó la verga, y me dijo que me pusiera de rodillas, para comenzar luego a mamar su verga, el procuraba no arruinar ni mi maquillaje ni mi peinado, pues dijo que el parque no sería nuestra última parada, me puso de pie y me beso, mientras sus enormes manos agarraban mis nalgas…

-¿Me cogerá ahora?

-Eso quieres Charlotte.

-Si eso quiero señor.

-Así mi gusta, desnúdate ahora.

Con sumo cuidado me quite toda la ropa excepto los tacones, y el profesor me ordenó poner mis manos contra un árbol, inclinarme y abrir las piernas, para luego penetrarme de golpe y comenzar azotar mis nalgas con sus enormes manos, sus bombeo era muy fuerte, y por órdenes de él traté lo más posible de no gemir muy fuerte, lo cual debo decir era sumamente difícil, pero el morbo de la situación era muy grande, y mi placer crecía con cada paso que dábamos, al grado que no logre aguantar más y tuve un orgasmo que me hizo temblar las piernas, pero mi profesor aun distaba mucho de poder venirse, y tardó cerca de quince minutos más hasta que tomó mi cintura y me atrajo a él con fuerza, y sentí las palpitaciones de su verga llenándome de leche mi interior, luego de lo cual nos besamos y me ordenó vestirme; por lo que estaba por ponerme la tanga, cuando él me dice…

-Ah, ah, ah, la tanga me la das, solo ponte el vestido.

Trague saliva, y le di la tanga, para luego colocarme el vestido, y ya vestida comenzamos a desandar el camino, de pronto y mientras caminábamos comencé a sentir que algo húmedo y tibio resbalaba por mi pierna derecha…

-No te preocupes es normal, no se ve sucio, se ve blanco. –me dijo.

El profesor con un poco de crueldad digo yo, me hizo caminar por algunos senderos elevados, por lo que algunas personas pudieron ver con claridad lo que había bajo mi falda, y captaron entre risas y uno que otro con desaprobación que yo no era una mujer completamente; una hora y veinte minutos tardamos en recorrer el bosque, hasta regresar al auto, una vez ahí el profesor en persona limpió mi pierna con una toalla húmeda y liego me dio la tanga nuevamente, abordamos al auto y nos dirigimos a una plaza del sur de la ciudad, donde me llevo por toda la plaza, entramos a algunas tiendas, y luego nos sentamos a comer en el área de comida de la plaza, a la vista de quizá cientos de personas, después de minutos que parecieron horas por fin dejamos la plaza, y nos dirigimos a un motel, el encargado de la puerta y él entablaron una breve conversación, y en eso el hombre de unos dos metros de alto y algo gordo, salió de su cabina, y se acercó al auto de mi lado…

-Vaya que si es una chulada, wey, ¿Entonces me dejaras probarla?

-Claro, solo ven a nuestra habitación y te dejare cogerla a gusto.

-Va, estaré en tu habitación como en dos horas, mientras ábrela bien.

Mi profesor subió de nuevo al auto y me dijo…

-Habitación a menor costo.

Nos dirigimos al fondo del motel, y estacionamos, y al entrar yo sabía las reglas, no apenas crucé la puerta comencé a desnudarme, quedando enteramente desnuda para mi profesor…

-Me da gusto que hayas captado las reglas, ahora ponte de rodillas en la cama e inclínate, voy a tomar un baño, no te muevas de esa posición hasta que te lo ordene.

En efecto me quedé así, durante casi 15 minutos, hasta que mi profesor regresó con la verga parada, y me propino una fuerte nalgada, que me dolió hasta el alma, luego siguió otra y luego otra hasta que conté 25 nalgadas, en ese punto mi profesor lubricó un poco mi culito y sin problemas me penetró hasta el fondo, y comenzó a bombear con fuerza, pero tras unos diez minutos me puso boca arriba y de piernas al hombro, para seguir cogiéndome en esa posición, mientras me besaba y sus manos estrujaban mi pecho, así como sus dedos destrozaban mis pezones, dejándolos hinchados, y doloridos, pero lo estaba gozando, de verdad lo estaba gozando, y pedía más, quería ser usada, violada, era feliz si mi profesor lo hacía, mis gemidos agudos lo excitaban, su sudor caía en mi cuerpo, y su verga se sentía más grande, sentí mi orgasmo muy cerca, pero entonces sucedió lo maravilloso, los dos comenzamos a venirnos al mismo tiempo, de una manera deliciosa, me besó, tras lo cual me dijo que debía bañarme, así lo hice, luego de lo cual me sorprendió limpiando mi rostro y sacando maquillaje de su maletín, me arreglo de nuevo tan bien o quizá mejor que su esposa, luego de eso dedicamos una hora completa a una sesión fotográfica, yo semidesnuda, solo con la tanga, las sandalias de tacón y el paraguas de encaje, cambio varias veces de rollo, la verdad no sé cuántas veces, luego de la sesión de fotografía estábamos recostados en la cama desnudos (aunque me prohibió quitarme las sandalias de tacón alto) y me acariciaba la espalda y me daba besos, cuando tocaron a la puerta…

-Abre, y trátalo como si fuera tu novio, deja que te haga lo que quiera.

-Si profesor.

Abrí la puerta, y ahí estaba el amigo de mi profesor…

-Hola mi amor, pasa ponte cómodo. –le dije con una sonrisa.

Me besó, y acarició todo mi cuerpo, enfocando unos minutos a chupar mis pezones…

-Que rica esta, ¿Cuántos años tiene?

Y mi profesor le dijo mi edad, luego de lo cual se desnudó y me puse de rodillas para mamar su enorme verga, que debo decirlo era unos tres centímetros más larga que la de mi profesor y más gruesa, tanto que sentí miedo, no lograba meterla completa mi boca sin que mis dientes rosaran, por lo que el amigo de mi profesor me puso en cuatro en la cama, y metió su rostro con barba mal rasurada en mis nalgas, se dio gusto con mi culito por unos minutos hasta que se puso de pie, apunto su verga y de golpe la metió sacándome un grito de dolor, para inmediatamente comenzar a bombear, mi profesor me dio consuelo con su verga, dándomela a mamar, mientras su amigo me cogía de manera salvaje y poco elegante, mi profesor debo decirlo me usaba como un juguete que maltratas pero con cuidado, en cambio su amigo solo me usaba como depósito de semen, puesto que siguió por espacio de 20 minutos cogiendo sin que yo lo disfrutara mucho, hasta que finalmente se corrió dentro de mí, y tras darme una nalgada, agradeció a mi profesor, se vistió y se fue…

-Me gusta más ser usada por usted.

-Claro, eres mía, y solo yo se usarte.

Luego de lo cual sacó un par de esposas de su maletín y me las puso atando mis manos a la espalda, y tras ponerme boca abajo me la metió de golpe y comenzó a tratarme casi tan salvajemente como su amigo, me jalaba el pelo, me abofeteaba, me nalgueaba, mordió mis pezones hasta lastimarlos, incluso me puso boca arriba y puso su mano en mi cuello para cortar mi respiración momentáneamente, pero a pesar de eso lo estaba disfrutando, y pedía más, hasta que sin poder más nos volvimos a venir juntos, me llevó a la ducha donde me baño él mismo aun con las esposas puestas, pero ahora fue cariñoso y amable, y tras bañarnos, me arreglo de nuevo, y tras vestirnos regresamos a su casa, donde su esposa me ayudo a desmaquillarme…

-Y ¿Cómo estuvo? Me preguntó su esposa.

-Quiero ser su puta para siempre.

-Bueno pues si eso quieres te daré un consejo. –y se acercó a mi oído. –Todo lo que es de él también es mí, así que también eres mi puta.

-Por supuesto, señora.

Luego de vestirme como chico nuevamente (salvo por la ropa interior) me despedí, no sin antes recibir un papel con una dirección escrita en él, mire a mi profesor y él me dijo…

-Pasado mañana, 7 de la mañana, se puntual, o aquí acaba todo.

¿Qué podría ser? ¿Estaría relacionado con lo que su esposa me dijo? Tendría que esperar para saberlo.

Continuará…

Si les gustó este relato déjenmelo saber en los comentarios, los quiero, besos.