Clases de inglés
Necesito con urgencia actualizar mi inglés y busco un centro donde hacerlo. La búsqueda no fue complicada, lo complicado fue cuando vi la profesora que iba a tener
Cuando realice mis estudios trate de conseguir un buen nivel de inglés, porque sabía que tarde o temprano me sería indispensable y ese momento llegó. Mi nivel no era malo, pero tampoco lo que se esperaba y la falta de practicarlo se notaba. Tenía el nivel B2 y quería adquirir el C1 que por vaguería no adquirí en su día y también volver a adquirir la fluidez de antes, estaba bastante oxidado. Fui a un centro que me recomendaron y gracias a eso conseguí que me admitieran, porque no había plazas. Llevaba desde principios de mes, el curso era online y presencial. Todo el profesorado era nativo. A mí me tocaron dos profesoras Kathleen y Allison.
Kathleen coleta y melena de color oscuro, un castaño muy oscuro. Alta y con fisco bonito y llamativo. Cintura estrecha y le hacía un culo prominente que con los pantalones que llevaba siempre lo realzaban, porque su vestuario era el mismo, distintos colores pero el mismo, muy discreta y nada llamativa, tenía o eso parecía un buen tetamen. Pantalones, camisa ancha y deportivas. Ojos claros y unas manos llamativas por lo grande y bonitas. Estaba casada con Álvaro que era quien llevaba la contabilidad del centro. Era de su altura o tal vez un poco menos, bastante delgado, simpático y bromista. Con don de gentes y de los que venderían hielo a un esquimal.
Allison rubio color ceniza, sobre los hombros, la forma de vestir prácticamente igual que Kathleen a excepción de que llevaba siempre algún calzado con cuña. Un poco más baja que su compañera, también un poco más curvi y aunque lo ocultaba unas tetas XXXL. Su marido era Ewan, que además de profesor era el director del centro. En los tiempos muertos se veía que se llevaban muy bien y entre ellas había mucha complicidad. Los cuatro estaban metidos en los 40. Ellas controlaban el trato, eran simpáticas pero a la vez distantes, marcaban su territorio, salvo que tratasen con otras mujeres. A ellos les pasaba lo mismo, discretos con el sector femenino, pero de buen rollo con los hombres. Resumiendo que ellas dos estaban para pasar un buen rato con cualquiera de ellas. Tampoco se me pasó hacer nada ni tan siquiera intentarlo o insinuarlo. Principalmente porque ni había amistad ni nada parecido.
Estaba en un momento tenso, un amigo se enfada porque me fue imposible ir a su boda, otros que pensaban que podían ser el inicio de una buena amistad, me dicen que soy un niño mal criado y varios viajes a Madrid por trabajo, presiones para que todo estuviera acabado antes de finalizar el año y el follón de ir viendo vehículos, material de oficina, etc., para elegir la empresa adecuada. Eso lo dejaría para lo último que era lo que menos prisa corría y lo que se podría hacer en una semana. En uno de esos viajes hace unos días me encontré en el mismo vagón a Ewan y Álvaro, nos saludamos y estuvimos hablando durante todo el viaje. Ellos iban a negociar algo sobre su centro de idiomas, por lo que decían una absorción sobre una empresa que funcionaba a nivel nacional. Les invito a cenar conmigo esta noche en mi hotel. Que tenían un restaurante con una especialidad que te deleitaba todos los sentidos. La cena les gusto mucho y el hotel también. El suyo no les hizo mucha gracia. Siempre me hospedaba en mis viajes, en el mismo hotel ya fuera por motivos de trabajo o por divertimento. Álvaro había estado con esa dos veces y Ewan ninguna. Querían invitarme a tomar algo y salimos. Vieron un lugar y dijeron de entrar allí. Les tuve que decir que era un pub de intercambios de parejas, no me dijeron nada y llegamos a un bar de copas con terraza, no muy lejos ni del hotel ni del pub de parejas.
ÁLVARO: Pelayo, me hace gracia, como sabias que era un sitio de parejas liberales?
YO: Porque en algún viaje he tomado una copa allí.
ÁLVARO: Jajajajaja, no te da vergüenza decirlo, es curioso.
YO: Por qué me va a dar vergüenza? Estoy sin ningún tipo de compromiso.
ÁLVARO: Ya hombre, pero eso de acostarse con una mujer delante de su marido, no es muy fuerte?
YO: Eso según quien lo mire. Al marido le da igual, lo pasa también bien y si alguien lo ve desde fuera, puede pensar lo que quiera. Lo mismo es cuestión de edad.
EWAN: Como cuestión de edad?
YO: Más que de edad de la educación recibida. De todas maneras ahora da igual el sexo quien no folla todos los días es porque no quiere, hay mil y una aplicación para eso.
ÁLVARO: Tú estás dado de alta en muchas?
YO: Ahora mismo en ninguna y no me hubiera venido mal en estos viajes que hago, porque llevo ya casi un mes sin mojar, Jajajajaja, que con este trasiego que tengo me es imposible.
EWAN: Pero tampoco te resultará muy difícil porque tu físico te acompaña.
YO: Y la verborrea que carrete tiene para un rato, Jajajajaja.
EWAN: Y en realidad como es un sitio de esos?
YO: Según el sitio, los he visto penosos y los he visto muy buenos. Eso va a gustos. En los que he repetido estaban muy bien, cuidado todo al detalle.
ÁLVARO: Y en ese que hemos visto?
YO: Es de los más caros pero a la vez de los más cuidados. Que en Valencia también los hay. Aunque llevo mucho sin ir a ninguno.
ÁLVARO: Pero es que en Valencia es más peligroso porque te puedes encontrar con alguien. Cuánto hace que no vas a ninguno?
YO: Fácil que más de dos años.
ÁLVARO: Por?
YO: Porque no tengo mucho tiempo. Álvaro, por qué dices que es peligroso encontrarse a alguien en Valencia?
EWAN: Porque en más de una ocasión hemos pensado en visitar uno por curiosidad, por saber lo que hay dentro, ver el ambiente. [Me puso en alerta y quise saber más]
YO: El problema no es el sitio, el problema suele estar en la mujer, que si no está muy convencida se pueden coger un buen mosqueo.
ÁLVARO: Las nuestras tienen más curiosidad que nosotros.
Ya se hizo tarde y la conversación quedó en todo lo alto. Regresamos juntos a Valencia y quedamos en la estación. Esta vez no nos tocó el mismo vagón, pero al final me pude cambiar al de ellos y nos sentamos en uno de cuatro. Esperaba que fueran ellos los que retomaran la conversación de la noche y no la retomaban. Debía de lanzar un ataque sutil, —Tengo otro viaje la semana que viene, he pensado que si queréis, me quedo el fin de semana y os venís los cuatro y visitamos el pub, voy con vosotros y os lo enseño, que os parece?— no se esperaban mi propuesta y el único que reacciono fue Ewan —Como decías tú, eso es cosas de las mujeres, que se decidan, se lo propondré a Allison y según lo que diga ella— Álvaro ya reacciono y contestó más o menos lo que su amigo —Yo se lo diré aKathleen, aunque no te aseguro nada y menos sabiendo que estarás tu— las respuestas no estaban mal, porque lo malo que ellos hubieran dicho un no de entrada.
La semana siguiente iría a clase lunes, martes y miércoles, el jueves me marchaba de viaje y regresaba el sábado, salvo que estos dijeran que si, que entonces seria el domingo. Ellos sabían cuando me iba porque lo habíamos hablado. El martes Ewan me paro en un pasillo, —Allison y yo estaremos el viernes por la noche en Madrid, nos hospedaremos en tu hotel. Álvaro no lo sabe, esta difícil. Lo único que te pido que no haya ningún comentario por aquí, me entiendes— le di mi móvil y que ya me iría informando. Tenía ganas de poner a prueba a Allison y ver esas tetas XXXL, tenía que ser una visión de ponerse el rabo como una piedra. Tenía una sola duda, habían hecho un intercambio entre ellos, porque todo pintaba a que si lo habían hecho. El miércoles al ir a las clases, veo que Ewan está pidiendo cafés para llevar. Me acerco y le invito a uno en una mesa y aceptó.
— Que ha sucedido, es que Álvaro se ha arrepentido?
— En absoluto, es que Kathleen al saber que irías tú también se ha cortado.
— Es que le caigo mal?
— Que va, a las dos les caes muy bien. Lo único que Kathleen siempre ha dicho que no le importaba acudir a un sitio de esos, pero siempre que fuera lejos de Valencia. Que no quería que nadie se enterase. Pues menos acompañarnos.
— Ya que he sido sinceros con vosotros, respóndeme, entre vosotros habéis hecho algún intercambio?
— Lo que es intercambio no, pero si hemos hecho el amor viéndonos y alguna caricia entre ellas y una vez unas caricias entre nosotros. Hasta ahí. Y tú que has pensado de nosotros?
— Jajajajaja, te lo digo pero con la condición de que no te rajes tú también.
— No me voy a rajar.
— Pues que si tenéis ganas de ir a un sitio así, es que tenéis la puerta abierta, sobre todo vosotros para que vuestras mujeres den un paso más en el sexo y si es así, me gustaría estar en ese momento.
— Si que vas directo. Te gustan ellas.
— Mucho y con el tiempo que estoy sin meter más. Lo que no me gustan es que vayan tan sobrias en el vestir [quise ver como respondía a lo que iba a decir] y de tu mujer estoy deseando poder ver esas tetazas que tiene, los pezones los tiene sensibles?
— Jajajajajaja, ya veo que te has fijado, pues muy sensibles. Aunque lo que le baja las defensas es el cuello y el lóbulo de la oreja.
— Buena información, interesante. Jajajajajaja.
— No le digas a Álvaro que hemos tenido esta conversación. Bueno a Álvaro y a ellas.
Nos subimos a clase y Álvaro que me lo encontré no me dijo nada. Las clases con Allison y Kathleen fueron infernales, porque estaba más atento a sus miradas que al resto. Allison estaba más normal y su mirada era especial. Kathleen en todo momento evitó mi mirada y en dos veces que coincidieron se puso nerviosa. Al acabar me despedí de todos hasta la semana siguiente. El jueves y el viernes fue tenso, todo el mundo apretaba a todo el mundo. El viernes fue algo más tranquilo, porque la tarde la dedicaron a darnos listados de empresas con las que no se podían trabajar, todas ellas porque habían tenido algún desencuentro con la nuestra. Lo normal era una mala prestación de servicios. Me sentí satisfecho porque no me habían recortado nada de lo que necesitaba adquirir, tanto en mobiliario como en vehículos y eso que había engordado las necesidades previendo en que lo iban a recortar. Al termino de esa tarde nos fuimos a tomar una cerveza y fue cuando encendí mi móvil, había un whatsapp de Ewan, —ya estamos aquí, estamos en la habitación nos han dado la 1015— me entraron las prisas por irme. En el taxi le respondí diciéndole que ya iba camino del hotel, que me daba una ducha, me cambiaba de ropa y le llamaba. Me envió un pulgar hacia arriba.
Íbamos a cenar en el hotel. Me duche y le llame, me dijo que estaba en la cafetería del hotel y me baje con él. Estaba en la puerta de la cafetería cuando alguien me puso una mano sobre el hombro y era Álvaro que al final habían venido también. Nos juntamos con Ewan y los dos estaban nerviosos pero no nerviosos de estar nerviosos, era de excitación como me pasaba a mí también. Estuvimos una hora esperando hasta que bajaron las mujeres. No se parecían en nada a las “profesoras” menudo cambio. Estaban para reventarlas a rabazos y por sus caras lo sabían, porque fueron objeto de todas las miradas. En la cena lo curioso es que hablamos poco, no por mi parte, ellos estaban prácticamente mudos. Acabamos de cenar y ellas quisieron ir al baño, porque con la mascarilla se habían quitado parte del maquillaje y nos quedamos los tres hombres solos.
Salimos del hotel y Ewan me dice, —por esta noche, tu mandas, te seguimos— y nos dirigimos al pub. Ellas iban delante, porque les indicamos que era todo recto. Las dos llevaban vestido, Allison lo llevaba de color negro, con un escote redondo que dejaba ver el canal que formaban sus tetas y la parte del vestido por abajo era ancho, se movía al caminar. Kathleen llevaba un vestido más corto y más ajustado y ahora ya no puedo decir que parecía que tenía buen tetamen, no lo tenía tan grande como Allison pero tenía también mucho y se le notaban los pezones como si fueran dedos meñiques. Me adelante para ponerme el primero, llegamos a la puerta que estaba custodiada por dos hombre altos y fuertes que ya em conocían. Nos saludamos con los puñus y nos abren la puerta, viene Nati a recibirnos, nos damos dos besos y se los presento. Les dice lo más básico y luego —como venís con Pelayo, seguro que él os enseña mejor el local que yo— nos acercamos a la barra y pedimos las bebidas, porque de momento no querían hacer el tour que les había ofrecido.
Miraban y observaban y otras parejas nos observaban a nosotros, todo con total discreción. Después de beber un rato, se decidieron a hacer el tour, les iba explicando todo y mientras se veía en algunos sitios como se mantenía sexo con distintos tipos de combinaciones, hombre y mujer, hombre, hombre y mujer, dos parejas, varias parejas. Si eso les llamó la atención mas se lo llamo el gloryhole, al explicárselo ellas se echaron a reír nerviosamente. Llegamos a la zona del sado, bdsm y habían tres personas practicando, en concreto una mujer y dos hombres. La pareja de unos 50 años y un chico de unos 20. Lo mejor de lo que veían eran los sonidos de gemidos y el olor a sexo.
Regresamos a la barra y se fijaron que una pareja que estaba sola sentada ahora se daba la paliza con otra pareja, estando intercambiados. Sabía que los cuatro estaban cachondos, lo que no sabía era cuánto. Se acerco Nati y me dijo —la pareja de la mujer de melena rubia quisieran conocerte, que tomaras una copa con ellos— y le dije que en otro momento, que estaba con unos amigos. Álvaro muy comprensivo y sabiendo que llevaba sin follar bastante me dijo que por ellos no me preocupara. Mi contestación sería una insinuación para quien quisiera entenderla —como me voy a ir, estando con las dos mujeres más guapas que hay aquí, por favor— ellas se sonrieron y me preguntaron por el único sitio que no les había enseñado. Lo que había en un extremo con una cortina y que entraba gente, tardando en salir y salían “raros” no es que se me hubiera pasado, es que tenía algo preparado antes de ir. —es el cuarto oscuro. Hay música suave para bailar y dentro está permitido todo lo que se quiera hacer y en un lado hay unos barrotes que si te acercas cualquiera que esté al otro lado te puede meter mano, que muchas veces se colocan los maridos y es un juego— Allison decía que quería verlo y Ewan le decía que fuese.
Allison decía que sola no, que le daba apuro ella sola y no tarde en ofrecerme. Miro a Ewan y este asintió con la cabeza. Nada más entrar se agarró a mí, en voz baja me decía que no veía nada. Después que alguien la había tocado. Le decía que la gente estaba bailando. Nos pusimos a bailar y se estaba poniendo muy cachonda, decía que seguían tocándola. Eso hacía que se pegara mas a mí y que mi rabo reaccionara poniéndose como el acero. Su respiración se aceleraba y ahora ya la tocaba yo. Se pego por detrás una pareja, porque pude sentir que era un hombre y una mujer, en segundos bajaron su vestido quedando las tetas libres. Me agache y le comí una de ellas y la mujer que fuera le comía la otra. Se aparto de golpe, se colocó bien el vestido y me decía que la gente allí no se cortaba. Aproveche que iba a salirse para comer su cuello y el lóbulo de su oreja, eso hizo que se frenara en seco. Se dejaba hacer y pude meterla mano por donde quise, estaba chorreando. Paré y le dije que esa noche me la iba a follar y nos salimos.
Todos preguntaron qué tal y que había salido alterada y ella contesto sin rodeos —buaf ahí aparecen manos por todos los sitios, te hacen un chequeo de tu cuerpo jajajajajaja, es una situación demencial, pero muy divertida— Kathleen era la que quería entrar ahora y su marido le dijo —que te acompañe Pelayo, que se ve que lo conoce bien— ella estaba algo dudosa y fue Allison quien la animo, —hazme caso que te acompañe el, solo os tenéis que poner a bailar y ya verás— iba mas temerosa que Allison y antes de entra se paró ante la misma cortina y me dijo que no la soltara en ningún momento. Dentro nos pusimos a “bailar” y llegó el primer toqueteo a ella, hubo una exclamación por su parte y de forma imprevista por mí, se puso a darme un morreo.
Alguien le había levantado su vestido ajustado y la sobaban por todos los lados. Estaba entregada al placer, que mujer mas cachonda. Salió bajándose el vestido y todos la vieron, llego con risitas y decía que si tarda un poco mas en salir se la hubieran follado. Aunque no lo escribo, casi todo se lo decían en inglés. Mi rabo estaba para partir adoquines. Nos sentamos en una mesa con sillones bajos, justo enfrente de una mini pista de baile con una barra. Estaban dos mujeres jóvenes de mi edad bailando y las parejas en la barra mirándolas. Bailaban provocando y hacían como si se acariciaran, hasta que se empezaron a morrear, se les veían sus lenguas y era una imagen bonita, tan bonita que no solo me ponían cachondo a mí, a Allison y Kathleen les hacía el mismo efecto, porque tenían cada una, una mano tocando la rodilla de la otra. Kathleen propuso ir a la zona oscura y ellos no querían, me daba que querían forzar que fueran ellas solas o que las acompañase yo. Me ofrecí y las dos aceptaron.
Nos llevamos un chasco, porque se notaba que había poca gente, una vez la vista se nos hizo, se intuía solo unas personas suponíamos que una pareja junto a donde se suponía que estaban los barrotes. Nos dimos un buen repaso los tres. Ellas me metieron mano y decían que les gustaba lo que tocaban. Nos salimos descompuestos por el calentón que llevábamos. Kathleen que era la que había puesto pegas para el viaje, era la más lanzada, quería ir a dar una vuelta de nuevo y fuimos los dos. No llevaba prisa porque paraba a ver todo. Lo que aprovechaba para meterle mano y ella no protestaba todo lo contrario. Llegamos al gloryhole, entramos y era un cuarto con puerta, quiso que la cerrara y cuando por el agujero apareció un rabo de buenas dimensiones, me miró, me sonrió y me hizo señas de que apagara la luz, quedándose una luz muy tenue. Se puso a hacerle una paja y me puse detrás de ella, aparte sus bragas y tocaba su encharcado coño. Me puse a hacerle un dedo y se movía encantada. Se corrió y dejó al tío que fuera a medias, quería salirse.
Vi que había un reservado libre y le dije de meternos, ella me dijo que no se fiaba que hubiera alguna cámara oculta, que mejor en otro sitio, refiriéndose al hotel y añadió siempre que los hombres quieran. Me pidió que cuando estuviéramos todos juntos me fuera al baño para hablar con ellos. Así lo hice, me fui al baño y me siguió la pareja que antes quería haber tomado algo conmigo y me propusieron de nuevo tomar una copa. No me resultaron desagradables y les dije que todo dependía de las parejas con las que estaba, que habíamos venido de fuera, lo entendieron y me dieron su móvil por si esa noche no podía ser y si otro día que volviera por Madrid. Kathleen al verme dijo —te dejamos que nos invites a una copa en tu habitación— no perdimos mas el tiempo, nos levantamos y nos fuimos al hotel. Faltaba poco para que dieran las tres de la madrugada. No sabía si habría suficiente bebida en el mini bar, me acerque a la recepción y como ya me conocían y con una buena propina conseguí una botella de ron blanco y otra de whisky, previo pago de su importe.
Me estaban esperando en los ascensores y subimos a mi habitación. En la habitación había solo dos casos en el minibar y dos en el baño, decidimos beber todos de cualquier vaso, llenamos dos vasos de una bebida y los otros dos de la otra. Por lo que se ve, mi habitación era mucho más grande que las de ellos y ellas se metieron las dos en el baño. Se las oía hablar pero no lográbamos entender lo que decían. Ewan quiso tomar las riendas de la situación —ni nos precipitemos ni hay que forzar nada, en especial va por ti Pelayo, que no se asusten, hay que dejar que ellas marquen los pasos— Alfonso levanto el pulgar y yo iba a decir algo y no me dejo, porque repitió de nuevo lo mismo. Las dos salieron en bragas bien elegidas porque eran de fantasía, semi trasparentes. Llevaban solo eso y las medias, además de los zapatos de tacones. Mire a Ewan y le pregunte —las ves asustadas?— y nos reímos los tres sin ellas saber de qué nos reíamos.
Kathleen era la que mejor estaba de las dos, pero no haría ascos a ninguna. Ellas apoyaron las almohadas en el cabecero y se sentaron en la cama. Sabían que las observábamos y no tardaron en empezar a “jugar” entre ellas. Ewan y Álvaro, se pasaban la mano por su pantalón abultado. Como no hacían nada más, me tiré a la piscina, me desnudé y me fui a la cama con ellas, que me recibieron con alborozo. La primera en abalanzarse sobre mi rabo fue Kathleen que les decía a su marido y a Ewan que miraran mi rabo. Allison y yo nos besábamos, después se unió a su amiga y ambas me comían el rabo. En ese momento de forma abrupta Ewan dijo que se había acabado. Allison lo miraba con enfado y él seguía diciendo que se iban. Álvaro no entendía nada, yo miraba a ver qué pasaba al final, porque Álvaro lo trataba de tranquilizar y Kathleen seguía comiéndome el rabo, como si no pasara nada. Se fueron y nos quedamos los tres solos. Álvaro compungido trataba de disculpar a su amigo y decía que lo mejor sería que lo dejásemos. Su mujer no pensaba lo mismo.
Que hizo desnudarse a su marido y se uniera a nosotros. Quiso que se acostara y ella se subió encima de su rabo, luego se lo metió en el coño y lo empezó a cabalgar. Se detuvo y nos dijo que quería probar una penetración doble. Me puse un condón y me puse a follarla al ritmo que su culo se tragaba mi rabo, que estaba claro con lo bien que se lo tragaba que estaba bien entrenado. Álvaro y su mujer se corrieron a la vez y seguí dándole por culo, porque todavía no estaba por correrme. Al aflojarse su rabo, Álvaro se quitó y miraba como empotraba a su mujer tumbada boca abajo y le reventaba el culo al ritmo de sus gemidos y chillidos, pero siempre de gusto. Siempre que la veía en clase con sus pantalones, pensaba que sería follarse ese culo y ahora lo estaba probando, lo mejor que ella lo disfrutaba y si bajaba el ritmo se enfadaba y lo decía. Álvaro mientras bebía no quitaba ojo a su mujer, a cómo se comportaba y después de correrse de nuevo, decidimos hacer un 69 donde nos corrimos juntos y llené su boca con mi corrida.
Saboreamos bien nuestras corridas, se levantó, se fue al baño y salió vestida. Le dijo a su marido de irse y mientras acababa la bebida del vaso ella quiso dejar constancia de su enfado —que sepas que por la culpa de Ewan se nos ha cortado el rollo y no me ha gustado, insiste para que vengamos y mira luego lo que pasa, me ha jodido mucho quedarme a medias— y se fueron. Regresábamos en el mismo tren pero no en el mismo vagón y en el mismo vagón pero bien apartados unos de otros. Pero antes de llegar al tren, baje a desayunar y lo hacían los cuatro en una mesa, no intente sentarme con ellos, eso si les salude y me senté en otra mesa, me situé de tal manera que podía tener a las dos mujeres de cara y a los hombres de espaldas. Nos mirábamos y las miradas eran cómplices, aunque lo disimularan. Ellos se fueron juntos a la estación del AVE y yo por mis medios. El viaje era de 1,40 h. y cuando estábamos en el ecuador, vi que los hombres ya no hablaban, porque no hacían gestos, Kathleen estaba en trance porque abría un poco los ojos y a la siguiente se le quedaban cerrados. Allison tenía las gafas de sol puestas y tampoco se movía, debían estar agotados.
Me levanté para ir al aseo. Alguien debía haber fumado, porque olía a tabaco. Abro la puerta para salir y me veo en la misma a Allison con una sonrisa que pedía continuar con lo de anoche y aunque el espacio era reducido nos encerramos en el baño y como llevaba falda todo sería más sencillo. Se dio la vuelta quedándose de cara al espejo —vamos a saltarnos el prólogo y vamos al tema— levantándose la falda y mostrándome que no llevaba bragas. Con el traqueteo del tren, me sentaba mejor como la follaba y a eso había que añadir el morbo de los que trataban de abrir la puerta, mi voz contenida diciendo —OCUPADO— y ver nuestras caras en el espejo mientras la empotraba era de lo más cachondo que se podía desear. Acabamos, abrimos la puerta y había una chica joven que se nos quedó mirando y nos sonrió. El lunes las clases fueron distintas porque había miradas más cómplices, Ewan quería hablar conmigo y nos fuimos a tomar una cerveza al bar de abajo.
— Quiero que me disculpes por lo de Madrid, no sé qué me pasó.
— No hay nada que disculpar, hay que estar preparado para un no y entenderlo.
— Pero es que quería pero no sé qué me pasó.
— No te preocupes, por mí no hay enfado ni nada parecido.
— No es eso, es más me gustaría que lo intentásemos pero los tres solos, lo mismo fue al estar todos, no se.
— No creo que sea eso, porque ya os teníais muy vistos vosotros.
— Si, pero nunca había pasado de estar cada uno con su pareja y vernos.
— Pero si os habéis metido mano entre vosotros, me refiero mujeres juntas y vosotros juntos.
— Si, pero yo me entiendo. Puede que seamos hombres bisexuales moderados no como ellas.
— Pues cuando te entiendas bien, me lo cuentas.
— Entonces, te apetecería intentarlo los tres solos?
— Prefiero los cinco, por si sales corriendo de nuevo, que por lo menos no me quede con el rabo tieso.
— Hombre podrías ceder un poco, que si estamos todos lo mismo pasa lo mismo.
— Te aseguro que no, porque su estamos todos juntos de nuevo, una condición indispensable es que tú estés atado.
— Lo estarás diciendo en broma, que los españoles sois muy bromistas.
— No es ninguna broma.
No le hizo mucha gracia, estaba claro que esperaba otra contestación. Pero sabía que si aceptaba lo que le decía todo iría mucho mejor y en la siguiente clase con Kathleen pensaba más en su culo que en la clase. Como es normal me abstuve de hacer ni un comentario ni una insinuación a ninguna de ellas, actuaba como si no hubiera pasado nada. Aunque eso no iba con lo que pensaba y con lo que recordaba. Al salir de clase tenía el presentimiento de que muy pronto tendría noticias de ellos. Todo dependería si lo habían pasado bien, sobre todo ellas.