Claro de Luna 1
Relata el Drama de una familia moderna y descomplicada que se organizó lejos de un mundo de costumbres, hasta donde fueron capaces los personajes de aceptar las circunstancias, porque la realidad es más extraña que la ficción.
La habitación estaba oscura, silenciosa y muerta sin tu presencia; el dolor ahora estaba pasmado después de llorar tanto tiempo, un sublime traslucido azul denota la madrugada del nuevo día.
Perdí la mirada en el techo, las tablas pintadas y hermosas de la madera construyendo líneas organizadas me entretenían, y el mosquito que daba vueltas pretendiendo atravesar la ventana ya no me molestaba; cada minuto la luz buscaba la forma de invadir el espacio oscuro, pero la cortina gruesa color crema no la dejaba.
Luego de un rato desalentador y con el cuerpo dolorido busqué levantarme de la cama, sentí un hueco en el estómago, mirar fue un sacrificio con los párpados inflamados y por inercia ya estaba parada frente al espejo del baño a medio ojo cerrado, con ojeras y el cabello ligeramente agarrado con un moño hilacha do.
Las cosas parecían tener vida propia, tal como te gustaba dejarlas, la peineta gigante con apenas un cabello color castaño, tu crema de peinar con mi fragancia favorita, la loción que tanto me gustaba que te aplicarlas cuando buscabas tener mi atención, el aceite de almendras para hacernos masajes… el maquillaje que usabas una vez cada año porque tú, hermosura, tú no necesitabas arreglo alguno en la cotidianeidad de nuestra vida.
Intenté delicadamente pasar saliva pero algo obstaculizaba en mi garganta, como una soga amarrada al cuello impedía que pudiera siquiera pasar agua o respirar; de nuevo tus recuerdos me causaban nostalgia, nuestra felicidad juntas era mi mayor necesidad.
“Las lágrimas son agua… – me dijiste un día al darte cuenta que mis ojos estaban inundados de agua salada.
y van al mar”.- contesté en tono quebrado terminando la frase y corrí a mi habitación escondiéndome de tu presencia.
Caminaste detrás mío y te sentaste a mi lado sobre la cama, me abrazarte suavemente y aproveché para hacer las paces con el dolor que me causabas.
Me ataque a llorar en tu pecho y fuertemente te abrace, deseando encontrar un alivio con tu cuerpo tan cerca al mío.
- No puedo creer que esté sintiendo éste dolor, mis amigos tenían la razón, al decir… – la respiración se me cortaba- que no había llegado todavía esa persona que…- no quise terminar la frase pero sabía que tu comprendías a que me refería.
Pues había intentado besarte, pero te negarte bruscamente tapándote los labios con las manos.
Entiéndeme, no te puedo dar falsas ilusiones. – me explicabas.
Yo sé. Pero es tan intenso lo que siento por ti, que…-evitaba mirarte a los ojos- ni yo misma entiendo lo que me pasa.
Estoy confundida, no me gusta verte así.- acariciabas mis manos con ternura mientras yo intentaba calmar mis emociones.
Miraste al rededor y encontraste la guitarra colgada a la pared.
- ¿me cantas una canción? - Pediste.
Sentí como si buscaras la forma de entretener mis pensamientos y parar mi lamento, y no podía negarme.
Limpiándome el rostro me incorporé.
Si- fui en busca de la guitarra y me senté nuevamente a su lado.
Quiero escuchar tu voz.- insistías mientras yo intentaba recordar alguna canción.
Empecé con la nota G, y los punteros.
En realidad no he terminado de aprender ésta canción.- y paré de interpretar.
No importa, por favor quiero escuchar. - La insistencia me dio ánimo e inicié nuevamente el punteo.
Y preguntas por mí
que como me va,
haber como tomé
tantas cosas que hablé
de la soledad
que si estoy bien o mal
que si puedo reír
o si puedo llorar
Y preguntas por mí
por curiosidad
y quisiera decir
que te extraño a rabiar
que no puedo más
o se me pasará
pero ya no lo sé
yo ya no siento más.
- Morí de Tranzas.
-Hasta acá me la aprendí- dije evitando seguir la interpretación.
Me mirabas sin pronunciar palabra, y determino tus ojos cuestionables, mostrando sospecha sobre a elección de la canción.
- Así me siento- te explique.
Parece que no esperabas un tema como este; ahora tus ojos parecían tenerme lástima y me hacía sentir aún más miserable, me arrepentí profundamente de cantar ésa canción aquel día.
Ya pasaron 25 años desde que me rechazaste aquella entonces, cuando apenas éramos unas niñas saliendo de la adolescencia, hoy entiendo el porqué de mi elección al dedicarte una canción tan deprimente y corta venas, me siento desfallecer y agradezco haberte mostrado mis sentimientos mucho antes de que llegara el día en que realmente te fueras.
Un sonido interrumpe el silencio, mi celular sobre la mesa de noche timbraba con mi canción favorita “niky And the Dove, mother’s protect”, camino lentamente hacia éste y deja de sonar, luego insiste nuevamente y en la pantalla del celular aparece “Lu Honey”, de inmediato contesto.
Hola cariño- saludo disimulando el malestar de garganta mientras carraspeo.
Mi papi acaba de llamar, me dijo que ayer mamá tuvo un accidente- contaba con ataque de llanto- que ella murió – noto que la respiración es intensa y obstaculizada, Lu empieza a llorar desconsoladamente.
Cariño respira- le pido intentando controlar mi propio llanto, debía ser fuerte para ella.
Lloraba tan intensamente que las lágrimas se me derrumbaron a mi también, de repente saco fuerza y después de un respiro…
- Quiero ir a casa- me dijo Lu.- ya la extraño… es que… ¿porqué?-
Lu trasmitía rabia en sus palabras.
- Mis brazos te esperan cariño, te quiero mucho.
Su tristeza hacia parte de la mía, Era lo mejor que podía decirle, mostrarle el amor a nuestro mejor error.
Yo también – seguía llorando – ya me voy.
Te espero, ten cuidado- le pedí en tono de súplica.
Besos.
Besos.
Aparté el celular y esperé a que ella colgara, Lu tenía que viajar 3 horas desde el lugar donde estudiaba para llegar a Bogotá; miré el reloj y eran las 12 del día; mi celular empieza a vibrar nuevamente y ésta vez aparece “Luis” en la pantalla.
Hola.
¿Ya te enteraste? – dice angustiado.
Ayer me llamaron de la morgue, me dijeron que ya reconociste el cuerpo- agradecí que tú fueras responsable de hacer ese papeleo- les pediste que me avisaran, gracias.
vale.
Después de un largo silencio.
¿cómo estás? – le pregunté incómoda pero identificado sus sentimientos.
Es mejor estar muerto- escuchaba su nariz tapada.
Lu necesita de ti. – Lo animé- ella viene a casa hoy.
Sí, yo le avisé; necesito que la cuides. Las cosas van a cambiar y no sé qué va a pasar. Es posible que te llame Don Simón, ellos están furiosos con migo.
Entiendo- Luis debía sentirse atacado por tu familia- esperemos a ver que hacen ellos.
Habla con Lu, cuéntale todo.
Voy a hacerlo pero más adelante, todos necesitamos tiempo- no quería generara más confusión- ven a casa y hablamos.
Paso en la noche.
Vale, que te rinda.- colgué el teléfono.
Con Luis las conversaciones eran muy directas y secas, lo que nos unía era la crianza de Lu y lo que nos separó fue el amor por la misma mujer.