Claire
Sesión con la sumisa Claire
Durante algo más de un año había estado comunicandome siempre por escrito con Claire, nunca había visto siquiera una foto suya, si se me había descrito, pero ¿quien sabía si me estaba mintiendo? Poco a poco había logrado entrar en su mente, hasta cosneguir dominarla, hasta conseguir hacerla mía, por lo tanto había llegado el momento, el momento de conocernos en persona, el momento de nuestra primera sesión.
Claire era una ejecutiva de una empresa de tamaño medio dedicada a la gestión financiera situada en una ciudad situada a unas dos horas de viaje en coche de la cidad donde yo vivía, estaba soltera y vivía sola en un chalet a las afueras de dicha ciudad, se podría decir de ella que era una persona bien situada en la sociedad de aquella ciudad de tamaño medio. Debido a las facilidades que nos brindaba su solteria y el hecho de que viviese sola, decidimos, más bien decidí, quedar en su casa, para lo cual tendría que desplazarme hasta allí.
Salí pronto de casa, pues había quedado con Claire a las 10 de la mañana, a pesar de ser el dominante, yo también estaba nervioso, como lo está cualquier Amo en la primera sesión con una sumisa, a lo que se añadia el hecho de no saber que cara tenía.
Después de esperar un cierto tiempo, pues no me gusta ni llegar antes ni después de la hora señalada, la impuntualidad es algo que no soporto, y justo cuando daban las 10 de la mañana llamé al timbre del chalet de Claire, entré a una bonita parcela con grandes árboles que daban su buena sombra, para después abrir, pues ya estaba abierta, la puerta de acceso a la vivienda. Dicha puerta daba a un recibidor el cual atravesé para acceder a través de otra puerta al salón de la vivienda, donde me esperaba Claire.
Mi primera visión de Claire fue espectacular, era una morena de pelo largo, con unas largas piernas y un cuerpo en forma de guitarra, más que apetecible. Iba vestida como yo le había ordenado, como ella iba cada día a su trabajo, llevaba un traje de chaqueta gris, blusa blanca y falda algo por encima de la rodilla, todo ello acompañado por unas medias negras y unos Louboutin modelo So Kate con un tacon de 12 centimetros. Estaba simplemente espectacular. Claire me esperaba en la postura que yo le había ordenado que lo hiciera, piernas separadas a la altura de los hombros, brazos en cruz y mirada al suelo.
Después de en silencio contemplarla durante algunos instantes y contemplar que tenía un culo más que apetecible, más que azotable, levante su cabeza haciendo una lijera presión sobre su barbilla, sus labios rojos y sus negros ojos me hicieron asegurarme definitivamente de la gran suerte que había tenido con Claire.
--Hola pequeña. -- Saludé.
--Saludos, mi Amo. -- Contestó Claire.
--Eres más guapa de lo que pensaba. -- Dije.
Claire fue a contestar, pero poníendole un dedo en sus labios la hice callar. Cogí su cabeza entre mis manos y la besé, fue un beso cálido, morboso, un beso que demostraba las ganas que nos teníamos el uno al otro.
Me separé de ella y me senté en un gran sillón que había en aquel salón.
--Desnúdate. -- Ordené.
Claire empezó a desnudarse, sus tetas de tamaño medio aparecieron con los pezones erectos, estaba muy excita simpemente con mi presencia allí, y aquello, evidentemente, me gustaba. Siguió desnudándose quitándose el tanga, pero dejándose puestas las medias, después cometió su primer error, se quitó los zapatos.
--¿Es que no sabes que una buena sumisa no debe quitarse los tacnes NUNCA? -- Pregunté visiblemente enfadado.
--Lo siento, mi Amo, ha sido un despiste. -- Contestó Claire, visiblemente preocupada.
-- Un despiste que te va a salir caro.
-- Arrodillate en el sofá, con el culo hacia afuera. --Ordené.
Mientras obedecía abrí la bolsa que había llevado y coloqué encima de la mesa todos los juguetes que había llevado para la ocasión, lo hice lentamente para acrecentar el cada vez más patente nerviosismo de Claire.
Cogí la fusta y mientras acariciaba con ella el culo de Claire, le ordené: --Dime un número del 1 al 10.
--El ocho. --Contestó.
--¿Por dos? --Pregunté
--Diez y seis.
--Pues esos van a ser los azotes que te voy a dar como castigo por haberte quitado los zapatos sin permiso. Quiero que los vayas contado, y agradeciendomelos.
Levanté la fusta y descargué el primer azote sobre su carnoso culo.
--¡¡¡AHHH!!! uno, gracias, mi Amo. --Dijo Claire.
Acaricié su culo y su coño, ya bastante humedo, antes de descargar el segundo azote sobre el culo de Claire.
--¡¡¡OHHH!!! dos, gracias, mi Amo.
Los azotes fueron callendo uno detrás de otro hasta llegar al último, momento en el cual, el culo de Claire estaba bastante rojo. MMMMM, me encantaba.
Nos sentamos en el sofá en un breve descanso, mirándonos, acariciándonos, sonriéndonos el uno al otro. Unos minutos después la obligué a arrodillarse justo delante de mi, mientras yo me quitaba el pantalón, entonces introduje mi pene en su boca, ordenándole que la chupara.
Claire, puso sus manos a la espalda, y sin manos empezó a pasar la lengua por todo el tallo de mi polla, unas veces lentamente, otras más rápido, otras veces introduciendosela en la boca o lamiendo mi glande. Yo estaba en el séptimo cielo, aquello me estaba encantando.
Tuve que hacer que parara porque no quería correrme, no todavía.
Nos trasladamos al dormitorio, y la puse a cuatro patas encima de la cama, introcuciendole posteriormente mi miembro en su coño, lentamente, poco a poco, hasta el fondo.
Empecé a bombear, variando el ritmo, lento, rápido...
Claire, gemía como una loca, estaba gozando al máximo.
--¡¡¡¡AAHHHH!!!! ¡Si, joder, dame así mi Amo, soy tuya, toda tuya, no pares! --Gritaba mientras era penetrada.
Tuvo más de un orgasmo mientras yo no paraba de penetrarla y confome pasaba el tiempo más a lo bestia, más hasta el fondo, más fuerte.
Finalmente se la saqué, la tumbé boca arriba y me corrí en su cara que presentaba una gran sonrisa de satisfacción.
P.D. Quizás haya continuación.
P.P.D. Si eres mujer y te ha gustado el relato y te gustaría vivir algo parecido, puedes escribirme a morbosito123@gmail.com