City Hunter. Ryo y Saeko.
Ryo va a conseguir su recompensa de Saeko por cualquier medio.
Después de la enésima vez que le hace todo el trabajo difícil a Saeko, Ryo está dispuesto a todo para cobrar sus recompensas. Esta vez no se dejará camelar o engañar. Ha rehabilitado la cabaña del bosque donde había enseñado al Príncipe a defenderse. Ahora esa cabaña tiene una cama más grande, había dejado muchos juguetes y unas esposas especiales que no las daría abierto ni Umibozu (Falcon) con su fuerza o la ladrona del culito volador con sus habilidades. Ese fin de semana de resarcirá de todas las veces que se quedó con las ganas.
Como siempre después de una misión para ella, van a tomar algo al bar. Ya sabe que intentará dormirlo, esta listo. La ha visto echar los polvos en su copa, ve al camarero como le deja otra copa idéntica al lado, como había acordado. Se la tiene que devolver, hace que se toma la copa. En un descuido le pone lo mismo a su copa. Cuando se da cuenta Saeko de lo que sucede ya va agarrada a Ryo hacia el Mini de este. Ryo la introduce y va hacia la cabaña. El camarero llevará el Porsche 911 de Saeko a la oficina de Reika.
Al llegar al camino de la cabaña tiene una carretilla para llevarla, le quedan varios km de caminata y aunque no pese mucho mejor ir más desahogado. Después de hora y media caminando llegaron a su destino. Introduce a Saeko en la cabaña. La desnuda y desarma, como puede llevar tanto cuchillo en esas piernas. Tiene que apurar ya empieza a despertarse, le pone las esposas que ella misma lleva, se las pone con las manos por encima de la cabeza y entre los barrotes de la cama. No quiere desvelar todos los trucos, si esas esposas funcionan ya se conforma. Tiene que hacer algo con los pies y piernas, unas cuerdas le valdrán para retenerlas con ella abierta a su voluntad. Prefiere que ella colabore y deje de fingir que no lo desea tanto como él. Pero sino por eso llevó ciertos juguetes para que se ponga tan a tono que no rechazaría ni a Falcón.
Cuando se despierta Saeko desnuda y en esa situación su cabreo con Ryo es de órdago. Empieza a insultarle, a ordenarle que la suelte. Ryo se pone a hacer un té mientras sigue oyendo a Saeko de fondo. Sabe que por mucho que grité no la escucharán, y le comunica donde está, para que desista. No se puede creer que Ryo haya pasado por tanto para llevarla allí por un polvo. No quiere admitirlo pero eso todavía le gusta más sobre él.
R: ¿quieres un té? Esta recién hecho.
S: suéltame. Tu suéltame que ya te daré yo te.
R: si te portas bien y jugamos un rato te soltare.
S: tu suéltame que jugare contigo.
R: te veo muy agresiva, será mejor una tila para ti.
S: ni tila ni te, se lo contare todo a Kaori.
R: no, no lo harás porque lo disfrutarás, querrás repetir y me pedirás mi ayuda más veces.
S: ni en sueños me oirás pedirte que repitas.
Ryo le acerca una pajita con el té y se va. Esta lo bebe porque esta sedienta, el té llevaba un afrodisíaco. Al cabo de otra hora ya empieza a notar los primeros síntomas. Llamando a Ryo de todo esta le pregunta que tomó en el té. Ryo se ríe y le comenta que algo para animarse, le acerca un consolador al coño y le pregunta:
R: ¿lo quieres o prefieres el mío?
S: no te acerques. Te mataré.
R: espero que sea follando.
S: no, no la metáaaaas, cabrón. Mmmmm
R: parece que te gusta, pero es mejor la de carne.
Se saca el trabuco, 21 cm ya firmes.
S: no, ni se te ocurraaaaa. Mmmm
R: tendré que jugar con otro agujerito entonces.
S: nooooo, no por favor. Soy Virgen de ahí.
R: no fastidies. Este finde podré estrenar un agujero tuyo.
S: te he dicho que noooo. No lo hagas y te pagó lo de 10 trabajos. Suéltame y me podrás follar 10 veces este finde. Pero no por ahí.
R: de verdad, podré cobrarme lo de 10 trabajos?
S: si, siempre que cumplas lo de dejar mi culo tranquilo.
R: sabes que tal como estas podría hacerlo igualmente. ¿por qué no debería hacerlo así?
S: los dos sabemos que ni tu ni yo lo disfrutaríamos realmente como si yo estoy libre.
R: vale.
Empieza a desatar sus pies de la cuerda, para luego coger la llave de las esposas.
Cuando ha liberado a Saeko esta le abofetea, y se saca el consolador que la tenía a cien.
S: te lo mereces pero ahora túmbate que necesito esto. Mientras agarra su pistolón.
R: con cuidado que se puede disparar sólo con el espectáculo que me has dado.
S: no serás capaz. Te la cortó.
R: es broma, es broma, no te enfades más.
Ryo se tumba en la cama boca arriba mientras ve a Saeko subirse encima e introducirse su pene en la vagina. Ella empieza una cabalgada salvaje, Ryo agarra las tetas de Saeko, vaya tetas, que pena que Kaori no las tenga así es lo que piensa mientras sigue disfrutando de su tacto. Ella llega rápido al orgasmo después de todo había tenido el consolador trabajando duramente su coño. Se tumba encima de Ryo y lo besa. Sabes perfectamente que no te pagó los favores por Kaori, le susurra al oído. Os quiero demasiado para fastidiar lo vuestro. Ryo le dice que lo sabe pero que se vez en cuando necesita desmelenarse. Los dos sonríen y vuelven a besarse, necesitaban un desahogo mutuo por mucho que Saeko lo niegue. Cuando recupera un poco la respiración, vuelve a empezar a cabalgar a Ryo de nuevo, esta vez tiene que conseguir que acabe en ella. En el fondo quiere quedar embarazada de Ryo, es el hombre de sus sueños desde que no está Nakimura. Ryo nota que está a punto de venirse, avisa a Saeko y la intenta separar, ella se resiste y le dice que no hay problema, que por una herida ya no puede tener hijos, una mentira porque quiere disfrutar aunque sólo sea ese fin de semana de su amado Ryo. Ryo se corre abundantemente dentro de la vagina de Saeko, ésta al sentir la semilla de su hombre dentro llega también a su orgasmo. Vaya rato está pasando, hacía mucho que no lograba llegar clímax como este día.
Luego de un rato acariciándose y besándose como un par de tortolitos, se disponen a otro asalto. Esta vez Ryo la tumba boca arriba y empieza a chupar, mamar esas tetas que le traen de cabeza, no sabe cómo la gravedad no le afecta a esas hermosuras. Poco a poco baja por su vientre hacia el ombligo para luego ir a su sexo. Que mojada estaba, empieza a saborear esos jugos que volverían loco al más cuerdo del mundo. Poco a poco empieza a dar lametones por todo su sexo, se para a succionar el clítoris, juega con su lengua alrededor del botoncito. Para luego introducir su lengua en la vagina, Saeko no aguanta más y agarrando la cabeza de su amante se corre en su boca. Ryo siguió lamiendo más suavemente hasta que le soltó la cabeza, quería besarla, que probará su propio sabor de su boca. Así hizo, se besaron con toda la pasión que unos amantes como ellos pueden hacerlo. Ryo fue introduciendo su trabuco en la cueva de la chica, estaba llenándola con esa barra de carne, le gustaba hacerlo lentamente para prolongar las súplicas de Saeko. Ella quería tenerla toda dentro y que la embistiera como el semental que es su amante. Él se puso a mover con toda su fuerza, notaba como llegaba hasta el final, esa sensación era indescriptible para él. Nunca había tenido una amante que recibiera tanto de su pistola sin llegar al orgasmo, y él ya no aguantaría mucho más. Con su mano empezó a jugar con el clítoris para ver si llegaban juntos, Saeko al recibir esas caricias y sobre todo la caliente leche de su amante terminó por venirse. Ella bajo a su sable para hacerle una limpieza por lo buen chico que era. Ryo alucinaba con la boca y sobre todo la lengua de Saeko.
Sino fuese porque ya llevaba dos polvos tendría a su compañero a cien.
Tienen parar a reponer fuerzas, se ponen a comer parte de lo que había llevado Ryo a la cabaña. Los dos desnudos se sienten las personas más dichosas del mundo. Saben que no lo podrán disfrutar siempre que quieran. Que están limitados a ese fin de semana. Al acabar de comer sin más preámbulos se vuelven a besar mientras Ryo lleva en volandas a Saeko a la cama. Esta vez quiere jugar con una venda en los ojos de la chica, ella accede encantada, le gusta sentir como su piel se vuelve más sensitiva. Empieza un suave roce por sus areolas, hace círculos con la yema de sus dedos por su ombligo para volver a esas tetas firmes.
Recorre con sus dedos los brazos para ir acercándose a su cuello. Ahí empieza a besar y mordisquear ese cuello. Sus dedos bajan a su sexo, alternando caricias en el clítoris con introducciones de un dedo buscando su punto g. Saeko está cada vez más excitada, moja más los dedos de su compañero. Siente como sus labios son tocados por unos dedos y quieren entrar en su boca. Sin dilación empieza a lamerlos, le encanta sentir su sabor de esa forma. Ryo baja para acariciar las piernas de su amante, con una pluma le recorre su cuerpo poco a poco. Ella se estremece por la mezcla de cosquillas y excitación que siente con el suave tacto de la pluma. Vuelve a sentir como un dedo acaricia su clítoris y una boca chupa, succiona sus pezones. Ya no puede más, le está dando uno de los mejores orgasmos que recuerda sin que la penetren. Tiene que quitarse la venda para ver la cara de su amante, quiere comérselo a besos. Vuelven a besarse, lo ama más de lo que puede reconocer. Se abrazan, acarician, no hay parte del cuerpo del otro que no hayan acariciado, lamido, besado. Saeko conoce ya todas las cicatrices de Ryo y viceversa, ella quiere recompensar tanto placer que le está proporcionando ese guardaespaldas que tiene delante. Nunca le han dado por donde la espalda pierde su nombre, y tiene sus dudas con semejante magnum que gasta su amante, quiere darle esa oportunidad.
S: nunca me han dado por atrás, quiero que seas el primero.
R: Segura? Antes no querías.
S: has sido bueno, quiero dártelo pero si te digo que pares, para. O me marcho.
R: seré cuidadoso. Mientras acaricia su cabeza contra su pecho.
S: será mejor ir poco a poco.
Deciden ducharse y Saeko se va introduciendo un dedo en su ano, le cuesta un poco, pero logra meterlo entero. Debajo del agua siguen jugando con sus cuerpos, enjabonándose mutuamente, acariciándose. Se secan y van nuevamente a la cama.
Ryo la tumba de nuevo boca arriba para empezar un nuevo cunnilingus. Cuando ya ha logrado que Saeko este de nuevo muy excitada empieza a darle besos y salivar el agujero que estrenara. Lame por fuera e introduce la punta de la lengua. Mientras sigue con un mano frotando el clítoris y sexo para que se relaje más. Poco a poco puede meter algo más la lengua. Y ayudado por un dedo intenta dilatar más ese pequeño agujero. Luego del primer dedo intenta con dos, Saeko se queja un poco pero deja que siga. Ryo se acuerda que había traído vaselina, la trae, pone a Saeko a cuatro y se la va poniendo tanto a su polla como al ano de ella. Es el momento de desvirgar ese agujero. Apoya el glande en la entrada y va dejándose caer poco a poco, su cabezón es grande y cuesta abrirse paso sin provocarle dolor a la inspectora. Ella se grita de dolor cuando nota como su esfínter al final cede a ese capullo, quedan un rato sin moverse hasta que el dolor disminuyó. Saeko le pide a Ryo que no se mueva que será ella la que empuje. Tal como está empieza ella a moverse poco a poco, aún con vaselina meterse tal barra de carne es difícil. Cuando por fin nota que te la tiene toda dentro suspira de dolor pero también de gusto. Ha costado pero cada vez nota más placer que dolor. Además Ryo sigue acariciando su sexo y eso ayuda. Él necesita moverse, ya no aguanta más y la embiste con fuerza una vez y otra, ella estos primeros embistes le hacen gemir con fuerza. No es una mujer de gemir o gritar fuerte pero en esta situación lo necesita. Cada vez disfruta más de estar dándole algo tan especial a Ryo y que le empieza a gustar esa sensación. Él ya lleva un rato intentando aguantar sin vaciarse pero le cuesta, al final termina sin que ella de llegado al orgasmo. Cuando va sacándole el sable del culo a su inspectora favorita la besa por el cuello, lo mordisquea, mientras susurra si está bien, si le gustó. Ella susurra también que mucho, al principio le costó acostumbrarse pero le terminó gustando. Se da la vuelta y se abrazan, quieren sentir sus cuerpos pegados uno al otro. Ryo vuelve a animarse con esa belleza a su lado, quiere darle otra ronda de placer sea como sea.
Vuelve a introducirse en su vagina quiere hacerle el amor como nadie se lo ha hecho. Le encanta follarla, podría hacerlo todos los días tal como siente en ese momento. Poco a poco bombeando cada vez más rápido logran llegar a un nuevo orgasmo los dos juntos. Y así juntos se quedan dormidos, ella acurrucada con su cabeza pegada al pecho de su cazador.
Al despertarse, Ryo se encuentra con las manos esposadas y ve a Saeko con la venda en las manos. Quiere ser ella la que mandé esta vez, le venda los ojos, mientras le va arañando suavemente su pecho le agarra su sable y empieza moverlo arriba abajo, muy suavemente para aprovechar a darle unos besos a ese amigo cabezón que tiene delante. Quiere que disfrute como ella lo hizo anteriormente con él. Le hizo una mamada antológica, es la mejor que Ryo disfrutó en toda su vida, tenía la sensibilidad a flor de piel para poder sentir todo lo que le hacía.
Saeko seguía con ganas de más, quería disfrutar ella y hacer que él se sintiera menos fuerte. Le puso su sexo en la boca a su amante, sus cunnilingus eran maravillosos y en esa posición ella se sentía poderosa, le encantaba sentir esa sensación de poder, de dominar al hombre con quien estaba. Le llegó un orgasmo con esa boca succionando su clítoris, estaba en ello cuando sintió unos dedos introduciéndose en su coño y culo, no lo creía, se había soltado mientras le hacía todo eso. Ryo se quitó de encima a Saeko para poniéndola en cuatro empezar a penetrarla con fuerza, le daba algún cachete en esas nalgas. Ella con cada embestida y cachetada se mojaba más, ya no sabía si seguía con un orgasmo nuevo o era el anterior que no tenía fin. Cuando Ryo se corrió dentro de Saeko los dos estaban exhaustos, rendidos de tanto esfuerzo, pero felices.
Tenían que volver a la civilización, comieron antes de emprender la caminata hacia el coche, iban como una pareja de enamorados. Ryo sabía que Kaori era su alma gemela pero desde que había conocido hace años a Saeko, está siempre estaba presente en sus pensamientos, seguramente de no haber conocido a Kaori lo de este finde hubiese sido mucho antes y más fácil.
Llegaron al Mini, tenían que despedirse ahí para no tener problemas en la ciudad. Se besaron y Ryo agarrándole el culo le susurró siempre que lo necesitase podía contar con él y la cabaña.
Espero les guste este relato. Sé que es una serie antigua y puede que no la conozcan pero me parece entretenida.
Puede que escriba algo con Umibozu que es personaje que me gusta mucho, siempre que les guste y parezca bien. Un saludo.