Cita no planeada
Preparando un viaje, consigo una cita sin planear con una de mis vecinitas
Llevaba unos días planeando irme al norte, a Cantabria por cambiar, salir de la ciudad, así que unos días antes me puse a ver a quien me podría llevar de invitada y así tener con quien desahogarme, llame a mis predilectas y ninguna estaba dispuesta, bien que no podían, bien que no les apetecía, al final aceptó una que no me hacía mucha gracia que fuese aunque bien mirado es mejor tener un coñito donde meterla que hacerme una gallola, me contenté porque entre las que declinaron la oferta, una me propuso si quería quedar ese día, siendo sábado, ya apetecía salir, además estaba con ganas de sexo, así que ni corto ni perezoso la dije que si, así tendría alguien para esa noche con quien divertirme un rato saliendo de fiesta y además echar un polvo, era una chica de las que mas me gustan, jovencita, 26 añitos.
Cristina vive al lado del metro de las tablas, una de mis vecinitas, en muchos aspectos aun es una niña, así que normalmente es facilona para llevársela a la cama, unos cariñitos, invitarla a cenar y un par de copas y esta en el bote, es una de mis follamigas que mas me gustan, no solo por ser tan jovencita, esta de rechupete, rubia, ojos claros, un cuerpo de miedo, si va con pantalón la hace tener un culito precioso, si lleva falda deja ver unas piernas de las de caerse, tiene un par de melones de esos grandes, de los que coges como a un melón y te encanta espachurrar y comerte hasta que no quede mas zumo.
Quedamos esa tarde pronto para poder cenar, quedamos en la plaza de Cuzco a las 8 de la tarde, no suelo salir con mis follamigas de la comunidad si puedo evitarlo, así nadie ve con quien ando, sobre todo con que chicas salgo, así ninguna sabrá de las demás y pensaran que hay cierta exclusividad, reíros pero funciona, de momento suelo follarme a 9 de mis vecinas y ninguna sabe de las demás, la mayoría piensan que es un rollo que puede ir a más, aunque 3 de ellas piensan que somos algo mas, pero nada mas lejos de la realidad, teniendo posibilidad de follar tanto para que atarme a una sola chica?
Fuimos a cenar a un restaurante que vimos por allí, creo que era un chino llamado china crown, para luego poder ir por allí a tomar un par de copas, así fue después de cenar, nos fuimos a un sitio por allí de copas llamado marmara o algo parecido, un par de copas allí sirvieron para darla un sobeteo a cristina e irme poniendo a tono, con la tercera copa terminada nos fuimos a mi casa a seguir allí la fiesta de sábado noche.
Una vez en mi casa, nos fuimos al salón, sacando un par de copas y el ron para tomarnos algo mientras charlaba, a cristina ese tipo de detalles la gustan, nunca esta de más el portarse como un señor para seguir encandilandolas, a su vez esto sirve para seguir follandomela en otra ocasión, mientras nos tomábamos esa copa, empecé a besarla el cuello, los hombros, en algunos momentos subía hasta sus labios, cristina es del tipo "lento pero seguro", es decir, poco a poco para irla calentando, si se va de brusco con ella automáticamente se la corta el rollo, así que poco a poco la fui besando y masajeando el cuello, los hombros, de vez en cuando un beso suave en los labios, hasta que casi terminadas las copas ya se presentó el momento de irnos ha mi cuarto.
Camino de mi cuarto la fui acariciando lentamente sus hombros mientras besaba su nuca, eso la puso a 100, tomando ella la iniciativa, en la puerta de mi cuarto comenzamos a quitarnos la ropa, ahora si era un momento de pasión y de acelerón, Cristina, mientras nos besábamos y nos desnudábamos fue llevándome a mi propia cama, como una gatita en celo.
La verdad es que si que nos queremos- llegó a decirme mientras yo notaba como su mano empezaba a acariciar el bulto que tenía en mi entrepierna, por supuesto ese tocamiento me lo puso a mil. empecé a besarla y ella me saco la polla para empezar a masajearla de arriba abajo, fue genial pero eso podía ser mejor y así fue. Ella se agacho poniéndose a cuatro patas sin decir nada y empezó a chuparla al principio muy suave, dando leves mordiscos en la punta mientras me miraba apartándose el pelo de la cara y soltabas suspiritos, mientras me la chupaba tenía la visión de ese increíble culo, un culo de esos perfectos, redondos, duritos, de esos que no te cansas en tocar, magrear, acariciar. Y entonces empezó a chuparla salvajemente, tanto que estaba al poco a punto de correrme y a ella no parecía importarle aunque se lo dijera así que siguió y si a ella le daba igual yo no puse reparos en correrme en su boca, llenándola de leche, fue genial ver como se la tragaba y dejaba mi polla mas limpia que recién bañada.
Entonces ella se acercó a mi oído y me susurro que estaba muy pero que muy caliente que me tenía que recuperar para metérsela o sino no se quedaría a gusto, así que mientras me recuperaba metí mi cabeza entre sus piernas y la empecé a lamer el coñito, iba haciendo círculos alrededor de su vagina y poco a poco fui acercándome a su agujerito, podía percibir los movimientos de su pelvis alrededor de mi lengua. al poco siento como su mano poco a poco se va apoderando de mi polla, comienza a subir y bajar su mano alrededor de mi pene, poco a poco mi miembro se puso tieso de nuevo, Cristina fue bajando sus labios hasta mi polla, llega hasta el glande, lo acariciaba con su lengua, luego vuelve a recorrer hasta llegar a los testículos, volviendo a subir hasta mi glande, momento en el cual mientras yo la metía la lengua hasta el fondo de su coñito ella se metía mi polla casi hasta la garganta, haciendo un 69, Mi boca y mi lengua se movía por todo su sexo su coñito lo tenía completamente mojado mi dedo entraba y salía, mi vista estaba como extasiada no la apartaba de su conejo mientras la masturbaba, ella comenzó a comérmela mas rápido, aumentando el ritmo, a los pocos minutos mi polla estaba preparada de nuevo para una descarga, pero Cristina no me dejé correrme de nuevo en su boca
Cristina quería que se la metiese, así que se sentó encima mía, con su rico coñito a la altura de mi polla, empezó a mover su pelvis de tal manera que su sexo rozaba contra el mío, un par de minutos después, sentí como mi polla penetraba en ese coñito, mientras mis manos fueron hasta sus esbeltos muslos, bien torneados, una piel firme y suave, fui empujando y apretando aun más hacía ella sin casi darme espacio para moverme, empecé a a bombear mi polla en su vagina, sus líquidos empezaron a salir el coño mojando sus mulos al igual que los míos y el culito tan rico que tenía, lo tenía completamente mojado, cada vez que se la quitaba y metía se escuchaban mis embestidas, que gusto, lleve mis manos hacía sus pechos y se los fui magreando, acariciando, fui pellizcando sus preciosos pezones, al poco la estaba metiendo y bombeando con tanta intensidad y tan cachonda que estaba comenzó a tener convulsiones, cada vez mas rápidas y seguidas hasta que llego como tuvo un orgasmo, note un chorro caliente y como me estaba mojando por completo las piernas, seguí dándola mientras ella tenía ese orgasmo, hasta que cristina se derrumbo sobre mi, pero no pare de bombearla, ahora despacio pero volví a embestirla cada vez mas rápido, mientras ella gemía de nuevo y me agarraba con fuerza, comenzó a mover su pelvis de nuevo, llevabamos el mismo ritmo de nuevo y note que cristina era multiorgasmica porque volvió a tener convulsiones en varías ocasiones, tenía orgasmos cada pocos segundos hasta que yo no pude aguantar más y aumentando el ritmo de mi penetración me corrí dentro de ella, bañando su útero enteramente, cuando descargue mi corrida entera dentro de ella, Cristina se derrumbo a mi lado y nos abrazamos unos minutos mientras nos decíamos cosas cariñosas y nos besábamos.
Cristina aun no estaba satisfecha, poco después tomó entre sus pequeñas y tersas manos mi tremendo garrote, lo admiró en su total magnitud para luego darle unas suaves lametones mientras con su mano me acariciaba desde los huevos hasta el glande, pronto, introdujo la de nuevo hinchada cabecita en tus carnosos labios, su lengua se paseó por todo el tronco haciéndome cerrar los ojos y gemir, lo que sus oídos escucharon hicieron que las chupadas aumentaran su intensidad, en ciertos momentos se la metía hasta el fondo de tu garganta, la erección que yo tenía era tal, que daba la impresión que llevaba días sin haber tenido sexo, su boca engullía mi polla de tal manera, con tal intensidad, que estaba sintiendo que si la dejaba continuar derramaría mi leche de nuevo en su garganta, detuve las ricas mamadas que me estaba dando, fui besando desde sus labios, su cuello, bajando por sus pechos, besando su deliciosa barriguita hasta llegar a su entrepierna, delicadamente puse mis dedos en su coñito y comencé por acariciar la entrada de su vagina, la humedad era demasiada, cosa que aproveché para meter un poco un dedo, reaccionó tal y como lo esperaba, suspiró hondo y profundo esperando obtener más placer con esa caricia de mis dedos, mientras se estremecía de gozo, mi boca buscó sus pechos y los lamió con deleite, sus manos me acariciaban sin cesar, haciéndome saber que lo disfrutaba tanto como yo; en cuanto sentí su coñito de nuevo bastante mojado, decidí darle lo que deseaba, mi rica polla, me acosté sobre ella separando sus piernas, me dispuse para la penetración, suavemente fui metiendo mi erecto miembro en su vagina, sus delicadas paredes internas fueron dando paso al tremendo invasor que pugnaba por introducirse hasta el interior de su ser, en cuanto sintió que la comenzaba a penetrar, emitió un leve gemido, su gesto se tornó de placer de nuevo y dejó que el goce la inundara nuevamente, inicié los movimientos hacía el interior de su rica rajita, me rodeó fuertemente con tus brazos y como obligándome a seguir clavándole mi grueso cañón, sentí que se enterraba casi en su totalidad dentro del interior de su vagina, el quejido provocado por el placer que sentía, salió de su garganta sin que lo pudiera evitar, mientras iba bombeando su coñito lentamente, Cristina gemía de placer, las sensaciones para ambos eran fantásticas, por mi parte deseaba que jamás terminaran, a pesar que estaba debajo de mí, movió y levantó su cintura haciendo que mi pene resbalara hasta el fondo, con esto logró que la penetración fuera total, yo bombeaba su coñito mientras cristina seguía moviendo la cadera para que alcanzáramos el orgasmo, no tardamos mucho en llegar al orgasmo, prácticamente al unísono llegamos al orgasmo, lo hizo ella primero y unos segundos después descargue mi leche de nuevo dentro de su vagina, quedamos unidos por nuestros sexos y abrazados largo tiempo, como queriendo alargar el goce que nos habíamos tenido esa noche, sin darnos cuenta caímos los dos en muertos de sueño.
Al día siguiente nos despertamos bastante tarde, decidimos irnos a desayunar y mientras Cristina se duchaba yo fui bajando con la excusa de comprar el periódico y así esperarla en un bar cercano para desayunar
Espero que os guste, iré subiendo algunas de mis experiencias sexuales con un par de follamigas, si son bien recibidas iré escribiendo sobre otras