Cita fallida - Amor Entre Hermanos
Una cita fallida da pie para desbordar sentimientos de la infancia
Cita fallida Amor Entre Hermanos
Esa tarde estaba muy nerviosa por la cita con Carlos, un amigo que me gustaba mucho, maquille mis ojos azules, un jean apretado que resaltaba mi cola y una blusa blanca ajustada al cuerpo fue mi elección para impactar a mi amigo.
Mi afición es la lectura, más si es erótica, también el anime y las películas de Harry Potter. Esa mañana leí un relato erótico donde un hijo estaba obsesionado con la mamá y finalmente tenían un encuentro muy cercano con ella, no leo muchas historias filiales, pero ese relato me impacto y para serles sincera me gustó mucho. Para el mundo entero soy lo que llaman una "nerd", creo que es por mi gusto a la literatura.
esa tarde salí entusiasmada a mi cita con el hombre que siempre me había gustado, es más, desde que estábamos en el colegio lo veía inalcanzable, "pero hoy era el dia" , llegué al sitio esperado diez minutos antes, me senté en una mesa que daba junto a la pista de baile y mi cita esperada no llegaba, una cerveza y nada, solo sentía la mirada compasiva del mesero que me servía las cervezas, decidí tomarme una más, luego otra y el imbécil de Carlos no llegaba.
Estaba desilusionada, "ni un mensaje para avisarme" por mi paso en el colegio y la universidad ya estaba acostumbrada a los desplantes, pero hoy era diferente estaba emputada por la plantada que me había pegado. Salí de aquel bar desilusionada y con un sentimiento que no era desconocido para mí, me sentía una perdedora, decidí irme para mi casa, cuando a lo lejos escucho que gritan mi nombre, gire con la esperanza de que aquella voz fuera la de mi cita, pero rápidamente se desvaneció mi ilusión, el que me llamaba era Lucas mi hermano menor que por circunstancias parecidas estaba en la misma posición que yo, mi hermano quiso saber él porque estaba en ese lugar, pero yo para no sentirme más poca cosa de lo que ya me sentía, impuse mi autoridad de hermana mayor y le respondí con la misma pregunta, "que hace ud por estos lares" él como ya era costumbre sucumbió a mi autoridad y me contestó de forma inmediata, él iba a salir con la novia a ver una película, pero el padre de ella no la quiso dejar salir, porqué debían celebrarle el cumpleaños al hermano menor y como él no le caía muy bien al suegro era mejor que se vieran otro dia, había quedado también desparchado, sentí un poco de lástima por él, pero sentir su compañía la verdad bajó un poco la rabia que estaba apoderado de mí.
Mi hermano me invito a que nos tomáramos unas polas, creo que el en el fondo ya sabía que me habían dejado plantada por eso no quiso indagar más. Acepte de inmediato ya que no había nada más que hacer, además necesitaba a alguien con quien desahogarme.
Entramos al mismo bar donde estuve esperando al imbécil de Carlos, y para mi sorpresa nos atendió el mismo mesero que hace tan solo unos minutos servía mis cervezas, al ver que estaba acompañada ya no sentí su mirada inquisidora sobre mí, creo que pensó que el hombre a mi lado era mi cita, para no sentirme tan perdedora sujete fuertemente el brazo de mi hermano y disimule mucha felicidad para que no le quedaran dudas de que aquel hombre a mi lado era mi cita.
Le conté a mi hermano lo que había pasado y que no quería que él mesero pensara que me habían dejado plantada, entonces que disimulara como si él fuera mi cita; él acepto y con una sonrisa en su rostro decidió ser mi cita de la noche, nos tomamos varias cervezas y cada vez los sentimientos de frustración se iban desapareciendo, es más, sentía que cada sorbo se me subía más a la cabeza.
Fui al baño y observe que el mesero no perdía detalles de mis acciones, sentía su mirada inquisidora nuevamente, creo que ya estaba sospechando que el hombre a mi lado no era mi novio, me empecé a estresar, no quería volver a sentirme perdedora, entre al baño y no sabía qué hacer, recordé el relato que había leído en la mañana y una luz alumbro mi mente.
La historia se trataba de un hijo que por circunstancias que no voy a ahondar en este momento se hacía pasar como el novio de su mamá, y se me ocurrió hacer lo mismo para quitarme de una vez por todas al impertinente mesero que ya me tenía cansada con su miradera.
le conté a mi hermanito mis sospechas que tenia del mesero y el miedo a que descubriera que él no era mi cita, no quería que pensara que era una fracasada, la verdad estaba cansada que me trataran así, en el colegio y ahora en la universidad sufrí mucho debido a mi intelectualidad siempre me veían como una “rara”. Acepto sin ningún problema y puse mi plan en marcha, salí a bailar un merengue, lo arrastre por la pista de baile, sentí la mirada inquisidora del mesero, quien no perdió detalle a mis movimientos, abrace a mi hermano y pegue mi frente a la suya, sentía su respiración como chocaba en mi boca, su mano subía y bajaba por mi espalda y yo solo sentía que mi cuerpo se unía al suyo como si de un imán se tratase, sentir su cuerpo tan cerca me hacía sentir un poco rara, bailando tan cerca de él, mi mente evoco un recuerdo de nuestra infancia, recordé que cuando éramos niños, los dos jugábamos a la mamá y al papá y que en medio de esos juegos nos besábamos y tocábamos nuestras partes nobles, pero eso era cuando éramos niños, ahora él tenía 20 años y yo 22 y sabíamos perfectamente que no estaba bien aquellos juegos infantiles.
Cuando una acción realizada por mi hermano me obliga a salir de mis pensamientos, siento como sus labios se posan sobre mi cuello y un corrientazo pasa de pies a cabeza, mi mente se turbio de diferentes emociones que eran más fuertes que yo. Así, que siento la obligación de dejarme llevar por la situación, además creí que de esa forma me quitaría al insolente mesero, incline mi cabeza hacia un lado para permitir que sus besos fueran más precisos, el continúo su recorrido por mi cuellos hasta que su boca chocó con la mía y nos fundimos en un gran beso, yo abrí mi boca y dejé que su lengua invadiera todo, esa acción estuvo acompañada con su mano que agarro fuertemente una de mis nalgas, mi corazón latía fuertemente hasta que los acordes finales de la canción dieron por terminado nuestro acto incestuoso.
Volvimos a nuestro puesto y miré de reojo al mesero que seguramente había visto todo el espectáculo y pude notar que ya estaba realizando otra actividad, por lo menos ya no me iba a criticar más, nos sentamos intimidados por la situación y mi hermano no me miraba a los ojos, me sentí un poco culpable y pensé que me había excedido, hubo un gran silencio y al ver que mi objetivo ya estaba cumplido le dije que ya era hora de irnos para la casa, nos dirigimos a la caja para pagar lo que habíamos consumido, mi hermano se aproximó a la barra dejándome atrás, en ese momento se acercó el mesero con una sonrisa en su rostro, extendió su mano y sus palabras aun retumban mi mente “fue un placer atenderte” yo correspondí su acto de amabilidad y también extendí mi mano por respeto, cuando siento un papelito en mis manos y él se despidió guiñándome el ojo y se alejó lentamente.
Salimos de aquel lugar, el camino fue muy incómodo ya que no hablamos durante todo el recorrido. cuando llegamos a la casa todo estaba apagado mi mamá al parecer estaba dormida, pero sentía que me faltaba algo de alcohol la verdad estaba un poco prendida, pero no me animaba a decirle a mi hermano, pero para mi suerte, él dijo que quería tomarse algo más, los dos como si estuviéramos conectados pensamos en lo mismo, se trataba de una caja de aguardiente que había quedado de la pasada navidad y todavía estaba en la nevera, la sacamos y nos dirigimos para mi cuarto que quedaba al fondo de la casa, los dos sabíamos que cuando mi mamá estaba durmiendo no había nada que la despertará y como mi papá ya no vivía con nosotros no había quien nos molestara.
Entramos a mi habitación y yo instintivamente le puse seguro a la puerta “por si las moscas” al escuchar ese sonido sentí un vacío en mi estómago y los nervios se apoderan de mí, serví dos tragos y empezamos a tomar el aguardiente que mi padre antes de irse nos dejó.
Luego de varias rondas el aguardiente hacía su deber en mí y mi mente era un mar de emociones, recordaba a aquel mesero que creí me estaba juzgando, la verdad nunca habría pensado que él se había fijado en mí, también recordé aquel beso con mi hermano y el morbo que sentí en esos momentos, entonces intente ser una adulta responsable para disipar todos esos sentimientos que cada vez más nublaba mí sentido y me dispuse a acostarme. Le dije a mi hermano que ya era hora de dormir, pero eso no le hacía gracia, con el ceño fruncido me decía que todavía le faltaba más trago, entonces yo tratando de que mis emociones y sentimientos no me manejaran le dije que se emborrachara solo y me dispuse a ponerme la pijama. Cuando empecé a quitarme la ropa le dije que cerrará los ojos que me iba a cambiar, él hacía que los cerraba y ponía sus manos en los ojos haciéndose que no veía, pero obviamente me estaba mirando, la escena era un poco cómica y se tornaba a un juego, siempre tuve una relación muy buena con él, además me parecía muy tierno la forma como jugaba conmigo, empecé a despojarme de mi ropa también de forma cómica intentando ser sexy, me quite primero la blusa, luego el pantalón, la verdad me sentía muy bien con la situación y volver a jugar con mi hermano me hacía recordar todos esos buenos momentos que habíamos vivido, le decía a Lucas que no me mirara pero el más me miraba y eso en vez de enojarme empezaba a calentarme y volvía a nublar mi mente, pero me decía a mí misma “es tan solo un juego”, entonces decidí que no me iba a poner pijama y acostarme solo en ropa interior, el me miró de arriba abajo y pude ver que su actitud cambio un poco, se puso nervioso y un silencio incomodó toda la habitación, no sabía que decir hasta que de manera casi inconsciente le dije a mi hermano que ya no habíamos vuelto a jugar a nada, el me miró sorprendido y me dijo con una cara con rastros de coquetería que nunca era tarde para hacerlo, me pregunto que se me ocurría y yo después de unos segundos lo mire directamente a los ojos y le dije que a la mamá y al papá, al decir esto sentí como mi cuerpo se transfiguro por los nervios, tuve miedo que su respuesta fuera negativa, pero al contrario se puso de pie, agarro un gorro que tenía encima de mi peinador y empezó a imitar un hombre más adulto, así como lo hacíamos cuando éramos niños, su actuación me causo mucha risa, el dentro de su personaje me hablaba y su personificación me causaba cada vez más gracia, yo estaba que me orinaba de la risa, se acercó a mí y empezó a hacerme cosquillas, yo también intente meterme dentro de mi personaje, pero la risa no me dejaba, sus cosquillas cambiaron a suaves caricias que iban desde mi abdomen desnudo hasta mis piernas, luego uno de sus dedos roso por encima de la tela que cubría mi vagina y siguió subiendo hasta llegar a mis senos, acto seguido me beso con fuerza, su lengua entró a la mía y yo respondí de la misma forma, pude evidenciar como crecía su pene por debajo del pantalón, seguíamos besándonos y el me agarro uno de mis senos, lo hizo con tanta fuerza que hasta me dolió un poco, pero eso no me importo era un dolor delicioso, luego su mano bajó a mi vagina y corrió mi panty a un lado y metió un dedo, me encantó porque luego de haberlo metido me lo dio a saborear, nuestras lenguas estaban en guerra lambiendo ese dedo con mis fluidos, yo le saque el pene de su pantalón y de una lo dirigí a mi vagina, lo metí sin reparo y el empezó a empujar con fuerza, yo solo sentía ese gran pene entrar y salir de mi vagina.
Lucas tenía un gran pene de buen tamaño, me daba sin contemplaciones y yo estaba al borde de un orgasmo, bajo un poco su boca y beso uno de mis senos, hay no aguante más y me deje ir, un gran orgasmo invadió todo mi cuerpo, sentí que casi me desmallaba pero él seguía taladrándome. No sabía que mi hermano tuviera tanto aguante, hasta que empezó a suspirar con furia y sentí que ya quería venirse, me dio un poco de miedo a un embarazo, me moví bruscamente para que mi hermano no terminara dentro de mí, su pene se salió de mi vagina y le dije que lo hiciera en otra parte, el con un poco de bronca aceptó, dirigió su pene a mis senos y un gran chorro de esperma chocó con mi mentón, los otros cayeron en mis senos, la verdad ver la cara de mi hermano me generó mucho morbo su cara de éxtasis era única, hasta que la última descarga se quedó en la punta de su pene sin fuerza.
Finalmente me beso tiernamente en la boca lo abrace de forma maternal, parecíamos novios, me gustó ese gesto tierno y pensé que mi hermanito va hacer feliz a muchas mujeres, nos quedamos de esa forma por unos minutos, fundidos en nuestros pensamientos, hasta que el me volvió a besar y me preguntó si podía dormir conmigo, acepte sin ningún reparo y entrada la madrugada volvimos a tener sexo pero eso será otra historia.
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