Cisne Vol.1 Revelaciones

No dijo nada solo miraba, en realidad no había nada para ver por que ni siquiera había naves solo era un vacío enorme, después de unos minutos más y un par de pasillos y vueltas llegamos a destino, Clau bajó del Vet con cara de alivio total, solo lo tomé de la mano y caminamos hasta llegar a unas puertas blancas, apoyé la tarjeta y éstas se abrieron, dejando ver una sala con 4 monitores gigantes y una plataforma que sobresalía del suelo unos 20cm. También había una consola de mando en un extremo de la habitación, pero lo que a Clau mas le impresionó fue ver la persona, o ente que la estaba manejando, se quedó inmóvil casi pálido, era un extraterrestre, un hombrecito gris como los terrestres los describen, gran cabeza, ojos enormes y cuerpo muy delgado, era un alien como dirían en la Tierra.

Cisne

Vol.1 Revelaciones

Prólogo

Somos una pareja normal, llevamos 10 años de novios, él trabaja en una empresa en la parte de sistemas y yo tengo un pequeño emprendimiento. Nuestro estilo de vida es de lo más sencillos no tenemos grandes sueños o grandes proyectos o ambiciones, solo la idea de en un futuro casarnos.

Pero hay un pequeño detalle, yo no fui del todo honesto con él y tengo un secreto que de ser descubierto podría cambiar muchas cosas, pero no solo en nuestra pareja. Podría alterar el orden del mundo, incluso del universo. Y lamentablemente no tengo otra opción que contárselo por el bien de la humanidad él debe saber la verdad.

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Punto de Vista de Tom

Hoy cumplimos 10 años de novios, ¡cómo pasa el tiempo cuando estás enamorado! Para celebrar preparé pizzas caseras que son sus favoritas, siempre y cuando las amase yo, dicen que al corazón de un hombre se llega por su estómago.

Espero sorprenderlo, estoy casi seguro que él se olvidó y para ser sincero yo también me olvidé, fue gracias a las redes sociales que lo recordé, bendito sea quien inventó las redes sociales….

Mientras estaba preparando la salsa para las pizzas me dio un mareo muy fuerte, tuve que sentarme porque era realmente fuerte, hace unos meses que los vengo sintiendo y cada vez son peores, obviamente que sé la razón pero también sé que puedo aguantar un par de días más.

Como siempre Claudio llegó en horario con una gran sonrisa, él era un hombre normal, no muy alto ni muy bajo,  le encanta usar camisas, sea verano o sea invierno él usa camisas manga larga, algo anticuadas para mi gusto, pero a él le gustaban y si él es feliz usando sus camisetas, yo soy feliz.

-      Hola Amor, ¿Cómo estuvo tu día? -  Le dije mientras le daba un suave beso en los labios y él me abrazaba.

-      Muy bien, estoy algo cansado – dijo volviéndome a besar pero, fuimos interrumpidos por nuestra mascota, ella, Luna, no puede vernos abrazados, cada vez que estamos juntos ella se mete para separarnos,  es una perra muy celosa.

-      Preparé pizza – le dije mientras me dirigía a la cocina.

-      ¿Para celebrar? – Me preguntó con una gran sonrisa.

-      ¿Celebrar qué?

-      Mmm..... ¿Te olvidaste?

-      Jajaja ¡jamás!, feliz aniversario  - le grité mientras me tiraba a sus brazos, obviamente Luna se puso en el medio pero decidimos abrazarnos los tres juntos, total ella es parte de la familia.

Levanté mi rostro para verlo a los ojos y decirle cuanto lo amaba, pero lo que ví detrás de él me dejó helado. Una sombra, sabía muy bien a quién pertenecía. Una gran furia se apoderó  de mí, solté bruscamente a Claudio y me dirigí a la cocina hecho una furia. Clau me siguió preguntándome que me había pasado, pero no tuve el valor de responder, simplemente sonreí y negué con la cabeza.

-      Nada, me molesta que Luna se ponga en el medio cada vez que te quiero abrazar y besar – Le dije tratando de tranquilizarme.

-      Ya sabes cómo es ella, quiere figurar en todo.

Cenamos tranquilamente, al menos él, cenó tranquilo, yo todavía pensaba en la sombra que había visto detrás de mi novio. Al terminar de comer, empecé a lavar los platos,  sumergido en mis propios pensamientos, me seguía preocupando esa persona, si estaba aquí era porque algo había pasado. Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando sentí unos brazos abrazarme y una suave voz susurrando en mi oído – Quiero postre - dijo mientras bajaba su mano a mi entrepierna, es increíble como el simple contacto de su piel logra excitarme, jamás me había pasado algo igual, un simple roce y yo me volvía loco. Lo amo muchísimo y haría cualquier cosa por él y próximamente pienso demostrarlo.

No sé cómo pero los dos terminamos completamente desnudos en la cama, nuestras manos recorrían todo nuestros cuerpos, yo besaba cada parte de él y en algunos casos dejaba pequeñas marcas que a Clau le encantaba exhibir y obviamente a mi me fascinaba que las mostrara. Habíamos formando un gran 69 yo tenía su pene en mi boca y él la mía en la suya, esa era una de nuestras tantas posiciones favoritas. Después de un rato de chupar su pene, empecé a bajar más para que mi lengua empieza a jugar con su entrada, eso lo vuelve loco, y es uno de mis hobbies volverlo loco, después de un tiempo humedeciendo su ano, me moví rápido poniéndolo en cuatro y sin piedad lo penetre fuerte y rápido como a él le gusta. Hacer el amor con él es una de las cosas que más me gusta, no importa el lugar o la hora, los dos siempre estamos dispuesto.

Después de un par de bombeadas más sentí como acabada y eso provocó que yo también lo haga, acabe dentro del preservativo que tenía puesto, si después de 10 años igual nos seguimos cuidando.

Los dos nos relajamos y nos quedamos dormidos, abrazados y sudados.

Me aseguré que Clau estuviera  dormido y bajé a la cocina, al prender la luz lo vi a él sentado tomando una copa de algo rojo.

-      ¿Te dijeron alguna vez que hacen mucho ruido?

-      ¿se puede saber qué haces aquí?

-      Ey… así recibís a tu hermanito

-      Si vos está acá es por que algo pasó

Otro mareo mas me tomó desprevenido, haciendo que me siente, esta vez era más fuerte que antes, mi vista se nubló y empecé a sentir como todos mis huesos empezaban a crujir.

-      ¿Hace cuánto no te alimentas?

-      Realmente no lo sé, pasó tanto tiempo que no lo recuerdo – logré decir después de estabilizarme.

-      Toma – Me acercó una copa con el líquido rojo que estaba tomando, y sí, sabía lo que era.

-      ¿De dónde la sacaste?

-      No murió nadie si es eso lo que quieres saber.

Sin pensarlo dos veces tomé la copa y me bebí hasta la última gota, el líquido era espeso, ardía cuando pasaba por la garganta pero era muy refrescante, pude sentir como todos mis sentidos se agudizan y como mi fuerza volvía, me sentía diez años más joven.

-      Gracias.

-      De nada.

-      Ahora dime ¿Qué haces aquí?

-      Jajajaj hermanito, siempre tan hospitalario.

-      Dime.

Se puso serio, tiene una mirada muy penetrante, que me provoca escalofríos por todo mi cuerpo, trato de no demostrado ya que no puedo aparentar debilidad delante de una persona como él.

-      Ellos tomaron una decisión y no te va a gustar.

-      Me lo imaginaba.  Realmente me lo imagina.

-      ¿Y qué harás?

-      Solo hay una solución.

-      ¿Estás seguro de esto?  ¿Realmente se merecen una segunda oportunidad? ¿Él lo vale?

-      Sí lo vale. Regresa, prepara todo para nuestra llegada.

Le ordené a mi hermano poniéndome de pie, él asintió y se dirigió al patio, yo me giré para no verlo, un rayo de luz muy tenue iluminó la casa, cuando me volví a girar ya no estaba.

Fuí a la habitación donde dormía con Clau y agradecí que él tuviera un sueño muy pesado, ni siquiera la estampida de Jumaji podría despertarlo.

Desperté a la mañana por los ruidos que Clau hace cuando se levanta. Me gusta mucho verlo cambiarse de ropa es todo un espectáculo para mi, me excito con solo verlo.

-      ¿Te vas a quedar en la cama toda la mañana? – me pregunta cuando se da cuenta que estoy despierto.

-      ¿Es necesario hacer tanto ruido cuando te levantas?, no, tengo que ir al centro.

-      Bueno. Me voy. – me da un beso en los labios y se retira de la habitación.

Me iba a levantar pero las sábanas me tienen prisionero y caigo rendido para dormir un poco, o eso creí, de la nada apareció Luna y se tiró encima de la cama provocando que me exalte.

-      Seguramente Clau te mandó a despertarme – Le dije mientras la acariciaba

Me levanté, me bañé y bajé a preparar mi desayuno y a darle de comer a Luna. Cuando llegué a la cocina otra vez estaba él.

  • Hermanito, o no te veo nunca o te veo todo los días ¿Que haces aquí?

-      Tengo malas noticias, el Consejo empezó a movilizarse.

-      Mierda, pensé que iba  tener más tiempo.

-      ¿Qué quieres hacer?

-      Esta noche le diré a Clau, quiero que el Dedalos esté preparado.

Él confirmó con un movimiento de cabeza y se levantó. Me fui al patio trasero  para alimentar al Luna, cuando volví mi hermano ya se había ido. Me preparé el desayuno como todas las mañanas, café y un tostado de salame y queso, me senté en la mesa de desayuno que tenemos en la cocina y me puse a analizar la situación, esta noche le diría la verdad a Clau, quisiera esperar más tiempo y decirle las cosas más lentamente para que pueda asimilarlo de a poco pero no tengo tiempo, el consejo ya empezó a movilizarse y eso me tiene muy preocupado. Espero que Clau entienda la situación.

El día pasó rápidamente para mi mala suerte, ya era la hora en que Clau llegaba a casa y yo estaba muy nervioso no sabía cómo iba a tomar esta noticia. El tiempo se me estaba acabando y si iba a hacer algo tenía que ser ya antes que sea tarde.

-      Hola amor

-      Hola Clau, ¿Cómo estuvo tu día?

-      Mal, me echaron del trabajo – dijo muy desanimado y nervioso – No sé qué vamos a hacer, este trabajo pagaba todas las deudas y nos permitía vivir bien, ahora tendré que buscar otro trabajo. No creo que podamos vivir con los trabajitos que tu haces – se sentó en la mesa muy pensativo.

-      Tranquilo todo estará bien ya verás que vamos a salir adelante como siempre lo hicimos.

-      Si… antes teníamos mi trabajo y siempre teníamos dinero de sobra, no se como, si todos los que trabajan ahí se quejaban que cobraban poco, pero en mi cuenta siempre había dinero, incluso esa vez que nos fuimos de viaje todos los días gastábamos y gastábamos, yo pensé que cuando volviéramos no habría más plata en la cuenta pero estaba equivocado, siempre había.

Por un momento miré alrededor mío y ví todas las cosas que hemos comprado a lo largo de estos 10 años, muchos pensarían que somos multimillonarios, una casa de 7 habitaciones, 2 autos, aunque solo usemos uno por que no se manejar y no voy a aprender, cuadros, floreros, vasos, copas, televisores en todas las habitaciones. Clau me había preguntado una vez cómo era que en su cuenta siempre tenía plata, se me ocurrió decirle que era por que los trabajos que realizaba los depositaban en su cuenta, nunca se imaginó la verdad.

-      Amor, no pienses mucho más en esas cosas, te prometo que todo estará bien a partir de ahora.

-      Por eso te amo tanto, tu siempre eres tan positivo, no me imagino lo que haría sin ti, te seguiría hasta el fin del mundo si me lo pidieras.

-      ¿En serio?

-      Si, no hay fuerza en el mundo o en el universo que me separe de ti, te amo tanto. – se acercó para besarme, pero lo interrumpí.

-      ¿Es una promesa? – Me miró sorprendido.

-      ¿Qué cosa?

-      ¿No existe fuerza en este mundo o en el universo que rompa nuestro amor?

-      ¡No! Te amo tanto que voy a luchar contra el mismo diablo o Dios si es necesario.

-      ¿Me lo prometes?

-      Si te lo prometo, vos y Luna son lo más importante para mí, siempre lo serán, nada ni nadie me hará cambiar de opinión.

-      Te amo.

-      Algún día me encantaría vivir sin tener que trabajar. ¿Qué hay de comer? – Me dijo viendo a la cocina, obviamente no había nada preparado.

-      Necesitamos hablar, ¿me acompañas a la terraza?

Y sin darle tiempo para que responda lo tomé de la mano y lo dirigí a la terraza.

-      Hay algo que te tengo que confesar.

-      ¿Qué cosa? – me dijo medio confundido

-      Estamos juntos por más de 10 años, y sabes que te amo mucho, y eres la persona con la cual quiero compartir el resto de mi vida contigo.

-      Espera, ¿esta es una propuesta de casamiento?

-      En parte sí, por favor no me interrumpas. ¿Qué me responderías si te dijera que podemos cambiar todo los que nos rodea? ¿que podemos tener todo lo que queramos? ¿Qué podemos hacer todo lo que queremos sin que nadie nos moleste o nos diga qué está bien o qué está mal?

-      Sería fantástico.

-      Bien pero solo hay un pequeño detalle.

-      ¿Cuál?

-      Se que crees en los “extraterrestres”  y ¿si te dijera que soy uno?

-      Si como no, ¿esto es una broma?  Tom,  tengo hambre y estoy cansado, por favor vayamos a comer.

-      Clau. Por favor esto es importante el destino del todo el mundo está en tus manos.

-      Tom, por favor no digas boludeces, hoy fue un día muy malo para mi y no estoy para bromas si no hiciste nada de comer vamos a pedir comida.

-      OK, quiero que me prometas algo, no entrarás en pánico y escucharas todo lo que digo ¿OK?

Clau me miró fijo, y sé que todo esto suena raro pero no podía dejar pasar más tiempo. Me llevé la mano derecha a la oreja donde tenía un comunicador y dije.

-      Cristal estamos listos.

Al terminar de decir esas palabras una luz muy fuerte que venía desde el cielo nos cegó. Cuando recuperamos la vista estábamos en una habitación blanca toda blanca con una mesa de cristal en el centro, un blanco muy brillante y frente a nosotros una gran ventana  en donde se podía ver el planeta tierra, era realmente hermoso. Clau parecía estar en shock viendo por el ventanal.

-      ¿Qué pasó? ¿Dónde estoy? ¿eso es…?

-      Estás a bordo del Dedalos la nave de batalla proveniente del planeta Cisne, fuiste tele transportado a ella desde la tierra, y sí, esa es la Tierra. – lo interrumpí. – Clau necesitamos hablar te voy a pedir que me acompañes – dije en tono severo. Me acerqué a un especie de guardarropas que había es esa habitación blanca.

-      Necesito que te pongas esta ropa – le dije mientras dejaba la ropa bien doblada en la mesa.

Clau no dijo nada, miró para todos lados como asustado o nervioso. Me acerqué y lo tome de las manos.

-      Hey, tranquilo, todo va a estar bien ¿Confías en mí?

-      Ehh… no.

-      Ok, eso no me lo esperaba, mira, se que esto es difícil de digerir,  y que debes estar muy asustado y que…

-      Llévame a casa –  me dijo muy asustado.

-      Tranquilo amor todo va a estar bien, déjame explicarte, hace años me habías dicho que te encantaría conocer a seres de otro planeta y ahora tienes la oportunidad de hacerlo, aparte tu planeta está en grave peligro y vos sos el único que puede salvarlo – eso lo hizo reaccionar y mirarme fijamente – déjame explicarte cual es la situación y después decidís, lo único que quiero que te quede en claro y que te amo con todo mi ser, y no hay persona en el universo que me importe mas que vos, recuerda lo que me prometiste.

Clau se quedó completamente inmóvil, podía ver en su cara reflejadas varias emociones, miedo, asombro, confusión y otras tantas más, ninguna positiva. Y eso me estaba asustando, me ponía nervioso tenía que hacer algo para calmarlo y no se me ocurría qué hacer para tranquilizarlo.

-      Sabes que te amo, en este tiempo que pasamos muchas cosas juntas tantas buenas como malas, tú siempre estuviste para mí y yo para tí, se que esto es algo casi imposible de creer y es mucha información para procesar pero se que eres lo suficientemente fuerte para asimilarlo. Te amo y eso no va a cambiar por nada, por favor cámbiate la ropa y sígueme.

Clau sin decir ni una palabra y sin que su rostro cambiara de expresión empezó a cambiarse, lo sentí como un triunfo, a veces mi Clau puede ser muy cabeza dura, aunque en esta situación no lo culparía. Salimos de la habitación, fuera de ella había dos personas vestidas de blanco con tres bandas en los hombros de color negro, con guantes y zapatos del mismo color y una gran arma, que al verme se pusieron rígidos, Clau los miró pero no dijo nada,  empezamos  a caminar por un pasillo de color gris metal, este no tenía ventanas sólo puertas con una luz verde encendida y una luz roja apagada, nos cruzamos a dos personas más que al verme frenaron bajaron su mirada y me dejaron pasar, mire a Clau y este tenía la mirada perdida, realmente le había afectado la noticia, mierda, pensé que sería más sencillo.

Llegamos a una puerta más grande que las demás con las mismas luces que las otras, pero con un teclado numérico y una palabra escrita “DEDALOS”.

-      Dedalos es el nombre de la nave y detrás de esta puerta está la sala de navegación, deberías sentirte orgulloso, no todos pueden entrar aquí.

Dije tratando de sonar divertido pero Clau no cambió su expresión, me estaba empezando a asustar, rápidamente teclee el código en la puerta y esta se abrió, la sala era muy parecida al puente de mando de la nave Enterprise de Viajes a Las estrellas, eran iguales, una silla en el medio y varios  puestos con computadoras alrededor de ella, pero lo que más le llamó la atención fue la gran ventana  por donde se podía ver al exterior, en la habitación había alrededor de 15 personas que al verme entrar se pusieron de pie y miraron para abajo, uno de ellos se acercó y sin levantar la vista le dijo.

-      Bienvenidos al Dedalos la nave insignia del planeta Cisne.

-      Hola – dijo muy tímidamente Clau.

-      Clau, permítete presentarte al Capitán Sheppear – Clau miró a este, pero este no levantaba la cabeza.

-      Sheppear, levanta tu cabeza – le ordené. Y este lo hizo y le regaló una tierna sonrisa a mi novio.

-      Encantado de conocerlo – estiró la mano y sorprendentemente Clau la aceptó. Además Sheppear le guiñó un ojo. Cosa que mi novio ignoró y se acercó a la gran ventana para mirar por ella.

-      ¿Sabes que por ese guiño podría mandar a que te ejecuten? – le dije lo más bajo posible para que no me escuchara Clau.

-      Tranquilo Tom, solo quiero que se relaje. No ves lo tenso que está.

-      Mmmm sí como tú digas. Muy bien todos vuelvan a hacer lo que estaban haciendo.

Me acerqué lo más lento que pude a Clau que estaba mirando por el gran ventanal, se podía ver el planeta Tierra y dos naves más.

-      Ellas son Prometeus y Delajio, tiene el mismo formato que está pero son más pequeñas en tamaño aunque son mucho más rápidas.

-      Pero el Dédalo tiene el mejor armamento – gritó Sheppear.

Lo miré de forma tal que se callara. Y volví a concentrarme en lo importante, Clau, que miraba por la ventana.

-      Por favor necesito que digas algo

-      Llévame a casa

Muy bien, me esperaba otra cosa pero creo que esta bien, que necesita un poco de tiempo a solas para que pueda  procesar todo esto, o que decida salir huyendo. Me acerqué a una de las consolas y tomé un mini comunicador de oreja y se lo puse en su mano.

-      Este  es un comunicar especial, esta preparado para que puedas comunicarte conmigo, te irás a casa solo, quiero que pienses un poco y cuando estés dispuesto a escucharme solamente pontelo aprieta este botón y  di mi nombre y te traerá nuevamente a esta nave y hablaremos. Lo único que quiero que recuerdes es que te amo.

Me acerqué para poder besarlo pero corrió su cara, ahora estaba muy preocupado, él nunca me había negado un beso, por más peleados que estemos siempre me besaba.  Resignado miré a Sheppear y le dije – Adelante – en un abrir y cerrar de ojos Clau ya no estaba frente a mi. Realmente las cosas no salieron como me lo esperaba.

Punto de Vista de Clau

Cerré mis ojos y al abrirlos me encontraba de nuevo en la terraza de mi casa. ¿Habrá sido un sueño? Me di cuenta que en mi mano tenía el pequeño comunicador especial que Tom me había dado y la ropa que me obligó a poner en  la nave de… no me acuerdo como se llamaba, me metí en la casa  lo más rápido que pude fui corriendo al baño y vomite lo poco que tenía en el estomago mi cabeza daba vueltas, todavía no podía creer todo lo que había pasado ¿Mi Tom era un extraterrestre? Cuando finalmente me compuse caminé a la cocina para preparar algo para comer, abrí la heladera y no había nada comestible, de repente un luz iluminó la mitad de la cocina y en medio de la mesa apareció una caja con una hamburguesa de pollo, papas y una nota, - recordé que no había nada de comida en casa y le pedí a la cocinera de la nave que te prepare comida. Te amo. - Ese era mi Tom, siempre preocupándose por todo.

Después de comer me di un baño y me acosté en la cama, no dejaba de mirar el techo, obviamente con todo lo que acababa de pasar me iba a resultar un poco difícil dormir y a parte hace mucho que no duermo solo, eso me molestaba aún más, en todos estos años yo y él  dormíamos juntos sin importar  si estuviéramos peleados o no, aunque la situación era muy diferente ahora, no podía negar que lo extrañaba, de la nada saltó Luna y se acurrucó a mi lado, la empecé acariciar mientras un montón de preguntas empezaron a venir a mi mente, ¿Dios, qué voy a hacer?, no todos los días viene tu novio y te dice – hola, soy de otro planeta.

Uno de mis mayores defectos es mi curiosidad que me lleva a hacer cosas que realmente no tendría que hacer, sin pensarlo demasiado me puse el pequeño comunicador en mi oreja ¿esto realmente tendrá tanto alcance?¿cómo se usaba?¿estaré haciendo lo correcto en ir allá? Confío en Tom y sé que jamás me hará daño. La miré a Luna y le dije – Pórtate bien, cuida la casa, volveré contigo. Cada vez que salíamos de la casa - le decíamos lo mismo para que no piense que la íbamos a abandonar. Sí ya sé, es de locos hablarle a una perra.

Me puse de nuevo la ropa y el comunicador; presioné el botón y dije su nombre y…. no pasó nada. ¿Habré hecho algo mal? Me saqué el comunicador, me lo puse en la otra oreja y repetí su nombre un poco más fuerte y… nada. Esta cosa estará prendida o tal vez tenga que gritar más fuerte, volví a colocarme y grité. Una extraña sensación se apoderó de mí y todo me daba vueltas; cerré fuertemente mis ojos y cuando lo abrí estaba en una habitación con una cama chica, un escritorio de cristal y una silla pero con una ventana que daba al espacio, una hermosa imagen.

-      La próxima vez no grites tan fuerte y espera que te responda, por poco me dejas sordo. – me dijo Tom que se encontraba atrás mío.

-      Lo siento no sabia – le respondí mientras me sentaba en la cama con ganas de vomitar.

-      Tranquilo son los efectos secundarios de la tele- transportación; te irás acostumbrando y dejarás de sentirlo.

-      ¿Cómo es que la primera vez no lo sentí?

-      Estabas tan sorprendido que tu cuerpo no reaccionó como debía, para serte sincero no te esperaba tan pronto.

-      ¿Quieres que me vaya?

-      No, no, todo lo contrario, estoy muy contento de que estés aquí y hablando conmigo.

-      Tom. Quiero que me cuentes todo, ¿lo harás?

-      Si, pero hay cosas que son un poco delicadas y te las contaré pero no todo de golpe por que quiero que lo vayas asimilando.

-      Ok…  - le dije y me acomode mejor en la cama para poder escuchar toda su historia.

-      Bien, pero... ¿Qué te parece si vamos a caminar por la nave?

-      Sí.

-      OK, pero antes de irnos toma.

Se acercó y me entregó una tarjeta plástica toda negra con un borde color amarillo.

  • Esta es una tarjeta de acceso múltiple o sea que con esta tarjeta puedes entrar a cualquier puerta que esté cerrada en cualquier parte de la nave.

  • ¿Un Multi-Pase?

  • Sí, algo así.

La tomé y la miré de ambos lados, me parecía raro no tenía nada escrito, la guardé en uno de los bolsillos que tenía ese pantalón. Los dos salimos de esa habitación y empezamos a caminar por un pasillo color gris con varias puertas, cuando hicimos  varios pasos me di cuenta que otra vez nos seguían esas personas con esta ropa que me está resultando bastante incómoda ¿por qué Tom  puede estar con cualquier cosa puesta y yo no?

-      ¿Por qué nos siguen esas personas?

-      Eh…por….protección….protocolo…

-      ¿Protección  de que me tienen que proteger?

-      Eh,... en realidad a ti, no.

-      No entiendo

-      Amor todo a su tiempo.

Llegamos a una especie de comedor donde se encontraba ese capitán que me había presentado antes que no recuerdo su nombre y una mujer, los dos estaban comiendo y no se dieron cuenta cuando entramos, en esa sala había más personas comiendo que cuando se dieron cuenta todos se callaron.

-      Sheppear, ¿te acuerdas de Clau? – Este se giró y pude ver como me miraba de arriba abajo guiñándome el ojo.

-      Claro que me acuerdo, no pensé que volvieras tan rápido – dijo poniéndose de pie y ofreciéndome la mano, yo la acepte tímidamente – quieren sentarse aquí.  Por cierto ella es Cristal, ella se encarga de todo lo que tenga que ver con comunicaciones, y a ella le tienes que agradecer tus mareos ya que ella maneja el sistema de tele-transporte – dijo en forma de broma para dispersar la tensión que obviamente se había generado, la verdad nunca fui bueno relacionándome  con personas de mi planeta, y creo que con personas de otro planeta va a ser muy difícil.

Nos sentamos en esa mesa mientras ellos comían una especie de gelatina que miré con desconfianza pero que descubrí después de un rato que sí era gelatina; Cristal me dijo que entre la comida de la Tierra y la comida de su planeta no había casi diferencia, eso me pareció raro, Tom me dijo que esa era una de las cosas que me explicaría luego. Noté que los dos estaban vestidos de blanco pero no tenían tres franjas negras en su hombro tenía cuatro y Sheppear además tenía una pequeña estrella dorada, el resto de las personas también estaban vestidas de blanco pero no tenían ninguna franja. Mientras ellos hablaban de no se que, yo miraba alrededor viendo todo tan limpio tan organizado tan… gris, un gris metálico que daba la sensación de estar dentro de una lata de atún.

Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando escuché a Sheppear hablar.

-      Sí está aquí conmigo, ok, ya vamos. – lo miré atentamente, es como si estuviera hablando solo, al darse cuenta de que lo miraba me señaló con el dedo la oreja dejándome claro que tenía puesto un comunicador. – Nos necesitan en el puente, ¿no tienes tu comunicar? – le dijo a Tom.

-      No quería que me molestaran mientras estaba con Clau. ¿Es algo que requiera mi presencia?

-      Sí. Vamos.

¿Su presencia? ¿Que rango tendrá él en esta nave?

Me hizo una seña para que me levantara y lo siguiera, y eso hice, los cuatro empezamos a caminar nuevamente por un pasillo, no se si es el mismo en el que caminamos antes por que todos parecen iguales, llegamos otra vez a las grandes puertas con el nombre de la nave, estas se abrieron y Tom me tomó de la mano y me dijo que no me apartara de él y que no hable de ser necesario, Cristal entró y se sentó en una computadora y empezó a teclear varias cosas, Sheppear se sentó en la gran silla que estaba ubicada en el medio de la sala. Y nosotros nos fuimos al frente de todo a los grandes ventanales que daban al espacio.

Sheppear -  Muy bien tripulación que tenemos.

Cristal – el radar detectó una nave en el hiperespacio con dirección a la Tierra.

Tomás – ¿Sabes de donde proviene la nave?

Cristal – Del cuadrante omega, la nave es una nave de reconocimiento del Consejo.

Sheppear – ¿Del Consejo? Pensé que ellos no se podían acercar si tú estabas aquí.

Tomás – pueden hacerlo, aparte ellos no saben que estamos aquí, ¿pueden vernos?

Cristal – el escudo y el camuflaje están activados en todas las naves, y  están esperando órdenes.

Tomás – Que nadie haga nada.

De la nada hubo una explosión de luz y una nave mucho más pequeña con forma de pirámide, con uno de sus lados mucho más ancho y una pequeña ventana enfrente  apareció detrás de la explosión. Esta se detuvo muy cerca de la Tierra, en realidad no se si cerca o no.

-      Señor, está escaneando el planeta – Dijo una mujer que estaba del otro lado de la habitación.

-      ¿La destruimos? – preguntó el capitán.

-      No. – dijo con voz firme Tom y mirando fijamente esa pequeña nave.

Después de unos minutos la nave empezó a alejarse.

Mujer -  se está retirando.

Cristal – se prepara para abrir una ventana hiperespacial.

Sheppear – ¿La dejaras ir?

Tomás – envía dos cazas y destrúyela una vez que se haya alejado del planeta, no tienen que saber que fuimos nosotros y menos que fue la Tierra quien atacó.

Sheppear – Muy bien.

Otra Mujer – Los cazas ya salieron para interceptar la nave.

En ese momento una explosión ocurrió y una especie de agujero se abrió, en donde entró la nave.  Y al siguiente minuto dos naves triangulares más, cerrando el agujero.

Miré a Tom que estaba mirando fijamente la ventana, de verdad quería saber qué estaba pasando. Me acerqué más a él y le tomé de  la mano.

Vamos es hora de contarte una parte de la historia. Al menos la más importante.

Caminamos nuevamente por los pasillos hasta llegar a una especie de jaula con muchos árboles y plantas y paredes de cristal, bancos para sentarse, caminos de piedras, cestos de basura y grandes ventanales que daban al espacio, era muy parecido a la plaza que había a pocas cuadras de mi casa. Nos sentamos en unas banquetas y empezó a hablar.

Punto de vista de Tomás

Estaba con Clau sentado en el vivero de la nave, y estaba a punto de contarle una de las cosas más importantes que debería saber.

  • Quiero que guardes silencio y no me interrumpas hasta que termine.

Tu planeta “El Planeta Tierra” es uno de los planetas más jóvenes del universo, existen 13 planetas que son los más…. por decirlo de alguna forma, los más viejos que existen, cada planeta en el universo es gobernado por un… rey… o emperador… o como quieras llamarlo, tu mundo está dividido por países y cada uno de ellos tiene un presidente y más arriba del presidente no hay nadie para nosotros es igual pero todo planeta tiene un rey que toma decisiones sobre todo el planeta sin importar lo que los demás piensen, ellos, los reyes de los planetas, decidieron crear un consejo para poder tomar decisiones sobre los demás planetas jóvenes, se llamaron a sí mismos “el Consejo de los 13 planetas”, ellos tienen una tecnología y conocimiento avanzados y unidos son una gran potencia, no tardaron mucho en hacerse respetar, todo está regido por ellos, yo… perdón mi planeta “Cisne” es uno de los planetas que forma parte del Consejo, en el universo necesitábamos a alguien que regule y al principio todo parecía ir muy bien y se estableció una especie de paz, déjame aclararte que antes de que el Consejo existiera todo era un caos, los planetas no se respetaban entre sí, y se peleaban por cualquier cosa. Era realmente necesaria la creación de este Consejo. Al pasar los años todo resultó como fue planeado y las decisiones tomadas dentro del Consejo fueron válidas y llevadas a cabo con resultados más grandes de lo esperado. Hasta hace poco más de 200 años, un planeta, un Señor del consejo llamado Rebuss del planeta Eraklion catalogó a la Tierra como planeta peligroso y propuso su aniquilación, él basa su propuesta en que la Tierra pasa más tiempo creando armas de destrucción masiva y no se molesta en preocuparse por la salud de sus habitantes o el medio ambiente, prefieren crear un robot a buscar la cura para el cáncer, tú y yo sabemos que no es tan así pero el Consejo optó por creerle más a Rebuss, la única forma de que el Consejo no ataque el Planeta Tierra es que tú y yo nos casemos, si nosotros nos unimos, ellos no podrán atacar a la Tierra.

Mientras estuve contando este pequeño fragmento de la historia, obviamente alteré algunas cosas, estuvo muy concentrado escuchando todo lo que decía, sí, modifiqué algunas partes, por el momento no quiero que Clau sepa toda la verdad.

-      Si tú y yo nos casamos el consejo tendrá que rever  la idea de la aniquilación.

-      ¿Por qué?

-      Eh, ok… es que yo soy una persona importante en mi planeta… y tengo mis contactos… y… - Me estaba poniendo muy nervioso, no quiero que Clau sepa esto ahora. Necesito que asimile la idea de casarse.

-      ¿Por qué no le dices la verdad y dejas de dar tantas vueltas? – esa voz otra vez. Me dí vuelta y ahí estaba él.

-      ¿Hermanito que haces aquí? – le dije de muy mala gana.

-      ¿Hermano? Me dijiste que no tenías hermano. -Me dijo Clau  algo furioso

-      Soy Germán un gusto conocerte – se presentó a sí mismo.

-      ¿De qué verdad me estabas hablando? – esto es malo, se que Germán podría decirle todo sin importar nada.

-      Te ha dicho parte de la verdad pero ocultó el hecho de que él es rey del planeta Cisne, él es “tahijo” o sea rey. – esa confesión paralizó a Clau, no era la forma en que esperaba decírselo.

-      ¿Es verdad? – me miró medio confundido y asustado.

-      Sorpresa, serás rey de Cisne – Bromeé para tranquilizar el ambiente, pero mi hermano tuvo que abrir la boca.

-      ¡Sorpresa, gobernarás todo un planeta! – dijo mi hermano, dejando sorprendido a Clau.

Después de la gran confesión de mi hermano, Clau se levantó y se dirigió a la salida del vivero medio en shock  pero al salir se tropezó con Sheppear. Estoy empezando a tener celos, ya que lo miraba de arriba a abajo con una sonrisa.

-      ¿A dónde vas tan rápido?  -  Le preguntó

-      No se – respondió agachando la mirada

-      Tranquilo amor no es nada grave – dije una vez que lo tuve cerca, tomándole la mano. – No puedo obligarte a nada y no quiero presionarte pero esta es una situación delicada y tu planeta podría desaparecer.

-      Eh,… sobre eso te venia a hablar – Interrumpió Sheppear – Tienes una llamada del Consejo.

-      Debo admitir que no esperaba que me llamaran tan pronto. ¿Clau por qué no vas a mi habitación y tratas de dormir un poco?

-      Está bien.

-      Sheppear, acompáñalo.

-      ¿No quieres que lo acompañe yo?

-      Gracias hermanito pero no, ya hiciste demasiado.

Después de darle esa orden a Sheppear los vi marcharse por uno de los pasillos rumbo a mi habitación, solo espero que pueda soportar todo lo que está por venir, y que Sheppear se controle y no se atreva a tocarlo.

Punto de vista de Clau

Caminé por esos pasillos pensando en todo lo que me había dicho, no prestaba atención a nada de lo que me rodeaba hasta que una mano me tomó del hombro obligándome a detenerme.

-      Llegamos, esta es la habitación del Tahijo.

-      ¿Tahijo?

-      Rey, Gobernante, Presidente o como sea que lo llamen en tu mundo – dijo con un sonrisa bastante pícara.

-      ¿Tom… es… realmente eso?

-      Se que es difícil de digerir, pero sí lo es. Y es uno de los más importantes y poderosos de todo el universo.

Nuevamente me quedé analizando esas palabras. ¿Importante? ¿Poderoso? Qué habrá querido decir, esto ya me está asustando.

-      ¿No va a entrar?  - Lo miré y miré la puerta,  sobre esta había dos luces, roja y verde, la verde estaba apagada y la roja prendida, había notado que todas las puertas tenían estas luces pero la mayoría de las veces la verde era la que estaba prendida.

-      No sé cómo – le confesé algo apenado.

-      Jaja ¿Tom no explicó el tema de las puertas?,  Mira las luces, si está la verde encendida es que puede pasar sin necesidad de llave o clave y si está la roja quiere decir que necesita sí o sí una clave o una tarjeta.

En ese momento me acordé de la tarjeta, la busqué en mi bolsillo y se la mostré.

-      Genial, Tom te dio su tarjeta, por lo tanto no necesitas clave, solo acércale a la pantalla que está al costado de la puerta.

Apenas acerqué la tarjeta a la pantalla que estaba al costado de la puerta, esta se abrió apagándose la luz roja y encendiéndose la verde.

-      Tom es muy malo recordando claves por eso creamos las tarjetas.

-      Sí, ese es mi Tom. No recuerda las claves de nada.

-      Sí, ese es nuestro Tahijo.

Eso me molestó un poco, me esta molestando el hecho que lo llamen de esa forma.

-      Entra, una vez dentro vuelves a poner la tarjeta cerca de la pantalla, y eso la cerrará, luego te preguntará si la quieres bloquear o no, te recomiendo que le pongas “sí”

-      ¿Podré entender qué es lo que dice? Pensé que los extraterrestres serían verdes, más chiquitos o grises y cabezones y que no podría entender su idioma.

-      Jajajaja no es tan así, no tengo la autorización para responder esa pregunta. Pero con el tiempo entenderás.  Bueno… me retiro, no es fácil comandar una nave y tener personas muy importantes abordo de ella lo hace más difícil.

-      ¿Lo dices por él?

-      Sí y por ti, son nuestra prioridad, afuera de la habitación hay dos soldados, Per y Marie, los mejores, para protegerte, ellos tienen órdenes de no separarse de ti.

-      Pero acá, en esta nave nadie quiere hacerme daño o ¿si?

-      No nadie. Pero… mejor olvídalo, trata de descansar un poco.

Y diciendo esas palabras y dejándome con más dudas salió de la habitación, me acerqué lo más rápido que pude a la pantalla para cerrar la puerta y bloquearla, sorprendentemente todo estaba escrito en un idioma que podía entender. Caminé hasta el medio de esa pequeña habitación y empecé a estudiarla.

Una cama, Un escritorio de cristal, un ropero, una puerta que deduzco que es el baño, una gran ventana en la cual se podía ver el hermoso planeta La Tierra y las otras dos naves ¿alguien en la Tierra se habrá dado cuenta de ellas?

La habitación estaba pintada completamente de blanco. Me acerqué al escritorio y apoyé mi manos cuidadosamente, se veía tan frágil, desde el momento en que mis manos tocaron ese mueble la parte de arriba se iluminó mostrando un montón de números, carpetas y un teclado, era como ver el monitor de una computadora desde arriba, un gran monitor de computadora y una especie de teclado virtual en el medio de la pantalla.

Me alejé algo asustado, pero volví asombrado por lo que acaba de ver, nunca en mi vida vi algo así, no se veía nada de cables, le di vueltas al mueble y no noté nada raro era un escritorio de cristal transparente y no podía entender cómo funcionaba, mientras examinaba la pantalla encontré una carpeta que se llamaba “fotos”, y como mi peor defecto es la curiosidad presioné con el dedo ésta, como si fuera un celular, y empezaron a aparecer muchas imágenes mías y de Tom que no sabía que existieran, incluso algunas eran sacadas de ángulos imposibles o en momentos que recuerdo muy bien pero que no había ningún fotógrafo  cerca.

Mientras pasaba las fotos empezaron a aparecer algunas de él abrazado con un chico de unos 30 años, rubio y de ojos muy parecidos a los de Tom, y un cuerpo bastante bien formado. Había varias fotos de ellos dos y en todas sonreían y se abrazaban, una me llamó la atención, estaban los dos en una playa sacándose una selfie, muy sonrientes, se veía el agua cristalina y la arena y unas palmeras muy altas, en nuestro país no hay ese tipo de playas y Tom tenía puesta un remera que yo le regalé hace dos meses atrás, esa foto, no tenía sentido, ¿o si?, ahora que lo pienso mejor ¿que tiene sentido y que no? Yo estoy a bordo de una nave alienígena.

Seguí pasando las fotos y me encontré otra de él con una mujer muy acaramelados. Intenté analizar la foto para haber si encontraba algún detalle como en la otra pero no encontraba nada, el fondo era medio difícil de descifrar.

Unos golpes en la puerta me sacaron de mis pensamientos y sin saber qué hacer me acerqué a la puerta con algo de miedo, la pantalla se iluminó dejando ver a una mujer vestida de blanco con tres franjas negras en su hombro de pelo corto y con unos ojos muy celestes.

-      Señor Claudio soy Oniell, asistente personal del Tahijo, me envió para asegurarse que se encuentre bien y por si necesita algo.

-      No, no… creo…

Caí en cuenta que no tenía reloj, no sabía qué hora era o cuánto tiempo había pasado.

-      ¿Qué hora es? – pregunté muy confundido.

-      Son las 6 de la mañana hora terrestre.

-      O no!, Luna estaba sola y debe tener hambre y tengo que ponerme a buscar un nuevo trabajo.

-      Tranquilo, Tom se encargó de todo, Luna está con unos soldados en su casa, la están cuidando a ella y a la casa. Y no va a necesitar trabajar nunca más.

Eso último me dejó helado, abrí la puerta, cómo lo hice no se, solo apoyé la tarjeta y esta se abrió.

-      ¿Cómo que hay gente en mi casa? – Pregunté muy enojado y confundido

-      Cómo estás por convertirte en SayTahijo, Tom creyó que era innecesario que trabajes.

-      ¿Qué?, llévame con él – le ordené muy enojado

La chica solo agachó la cabeza y empezó a caminar cerré la puerta y la empecé a seguir, pude notar como los dos guardias empezaron a caminar detrás de mí, eso me dio una sensación rara.

De la nada la chica se detuvo y agachó la cabeza y dijo un nombre que no alcancé a escuchar pero si pude notar que estaba asombrada por la presencia de una persona enfrente de ella, los guardias que estaban detrás de mí al darse cuenta de quién era esa persona también se detuvieron y bajaron la cabeza.  Esa persona los ignoró y se acercó directamente a mí.

-      ¿Tú eres el futuro SayTahijo? – Preguntó con mucha arrogancia y mirándome de arriba abajo, analizándome e intentando intimidarme con su mirada, cosa que lograba, pude darme cuenta que esa persona era la misma que estaba abrazado con Tom en la playa, en la foto que había visto, no podría olvidar nunca esos ojos son los mismos ojos que tiene Tom.

-      Eh… si… creo… aún no…

-      Patético – Me interrumpió – Con tantos hombres y mujeres en ese planeta tuvo que elegir esto – no sabía cómo responder. Solo agaché la cabeza.

Cuando conocí a Tom tuve mucho miedo que él no quisiera tener una relación conmigo, si bien él tampoco es un dios griego, me llamó la atención desde el primer momento en que lo vi e hice lo imposible para acercarme a él, y la primera mañana que desperté en sus brazos me sentí el hombre más afortunado del mundo.

-      Deberías tener cuidado como hablas  - esa voz me sacó de mis pensamientos,  me di media vuelta para darme cuenta que era el hermano de Tom quien ¿Había llegado a mi rescate? – él fue elegido por Tom, y tú mejor que nadie sabe que cuando Tom elige es definitivo.

-      Lo sé. Pero tan solo míralo, no vale la pena.

-      Sí ya sé, pero lamentablemente él ya tomó la decisión – me miró y pasó por al lado mío golpeando mi hombro y perdiéndose en el pasillo.

-      No le des importancia.

-      ¿Quién es?

-      Ya lo conocerás y espero estar ahí para ver tu cara, jaja – dijo con una sonrisa diabólica y caminó en la misma dirección que este chico rubio.

Pude ver que los dos no tenían puestos estos trajes de color blanco y eso era sospechoso ¿será acaso un rey, un gobernante?

-      ¿Seguimos?  -me interrumpió la chica que me estaba llevando con Tom.

-      ¿Tú sabes quién era?

-      Lo siento pero no tengo autorización a darte esa información.

Diciendo eso se puso a caminar nuevamente por los pasillos, ¿Por qué tantos secretos?

Llegamos a una puerta igual al resto, Oniell introdujo unos códigos en el la pantalla que estaba al lado de la puerta para que esta se abriera; dentro del lugar pude ver a Tom sentado en la punta de una gran mesa, parecía una sala de juntas, tecleando algo en una especie de gran tablet.

-      Disculpe que lo moleste mi señor, pero el SayTahijo quería verlo.

-      Gracias Oniell, puedes retirarte – ordenó Tom sin levantar la vista de donde estaba escribiendo.

Punto de vista de Tomás

Estaba redactando una carta en la sala de juntas de la nave, la noticia que acabo de recibir no era tan buena que digamos, tendría que apurarme con mi plan para que éste de resultado, mis pensamientos fueron interrumpidos cuando Oniell entró con Clau.

-      Dime amor, ¿Qué sucede?

-      Quiero volver a la Tierra tengo que ir a buscar trabajo y  Luna debe estar extrañando.

-      Sí, sobre eso te quería hablar, están preparando una nave par ir a Cisne.

-      ¿Qué?

-      Clau tenemos que ir a Cisne…

-      No voy a ir, lo siento pero hay muchas cosas que aún no entiendo, muchos secretos y al menos que empieces a aclarar las cosas, no pienso ir a ningún lado.

-      ¿Bien, por dónde quieres que empiece?

Lo analizó un poco pensando en qué quería preguntar primero, pero antes de que pudiera decir algo toda la nave tembló, las luces rojas de emergencia se encendieron junto a la alarma que empezó a sonar y por mi comunicador, empezaron a llamarme. Lo tomé de la mano y prácticamente lo arrastré al puente de mando donde me estaban esperando.

-      ¿Qué pasa? – pregunté sin soltar de la mano a Clau.

-      Apareció una nave del Consejo y empezó a disparar  a puntos aleatorios – Respondió Sheppear.

-      ¿Está el escudo y el camuflaje activo? –Preguntó el capitán.

-      Tranquilo amor, esta nave tiene un escudo impenetrable y si el escudo falla el material con el que está echa la nave es muy difícil de traspasar - traté de tranquilizar a Clau que no dejaba de ver como una gran nave estaba disparando aleatoriamente un disparo tras otro; por suerte ninguno llegaba a la Tierra.

-      Están intentando delatar nuestra posición –supuso Sheppear, lo cual era verdad.

-      Si el Consejo se entera que estamos aquí. Tendremos un problema.

-      ¿Qué hacemos?

Realmente no sabía qué hacer, si atacamos revelaremos muestra ubicación. Si no lo hacíamos también en cuestión de minutos nuestra posición sería revelada, por ningún motivo podía permitir eso, él Consejo no se podía enterar que nosotros estábamos acá o del plan que estábamos intentando llevar a cabo.

-      A mi orden prepárese para atacar –dije decidido. Si el Consejo quiere guerra entonces la va a tener.

-      ¡Señor¡ - Oniell le llamó la atención con un grito –otra nave acaba de aparecer y no es del Consejo, está atacando a la nave.

-      ¿Quiénes son? – preguntamos al mismo tiempo  Sheppear y yo.

-      Es una nave del planeta Ceres.

-      ¡Saya! - Dije en voz baja mientras veía como la nave un poco más grande que la del Consejo y de un color plata atacaba, obligando a la nave del Consejo a retroceder.

-      Los escudos de la nave cayeron – dijo con alegría Oniell. Por la gran ventana podíamos ver como la nave del Consejo recibía los impactos y empezaba a incendiarse con pequeñas explosiones.

-      Están retrocediendo – Efectivamente la nave volvió a entrar al hiperespacio dejando una estela de luz, todos aplaudieron emocionados, menos yo.

-      ¡Comunícame con ellos enseguida! – grité haciendo que todos se callaran; incluso Clau se sobresaltó y me apretó la mano, me había olvidado que estaba al lado mío.

-      Señor ya tengo la comunicación.

-      En pantalla – miré a la gran ventana y apareció el rostro blanco de una mujer con una hermosa cabellera rubia. Saya era hermosa, era una gran amiga, la conocí hace muchos años y siempre apoyó nuestra causa.  Su planeta era uno de los pocos de las galaxia que no estaba bajo el mando del Consejo, aunque su tecnología era algo primitiva ellos siempre estaban listos para luchar contra quien sea.

-      ¿Qué crees que estás haciendo? – pregunté casi furioso.

-      Esa es tu forma de dar las gracias – contestó ella con una dulce voz.

-      Puedes meterte en grandes problemas por lo que acabas de hacer.

-      Te equivocas, me importa muy poco lo que un grupete de ancianos digan, sabes que no concuerdo con ellos y ellos no concuerdan conmigo, si se atreven a cuestionarme por mis acciones les diré que creí que estaban atacando a ese indefenso e inservible planeta.

-      ¿Cómo?  - nos interrumpe Clau con cara de pocos amigos.

-      Tranquilo – lo tomé de la mano y besé sus nudillos – ella no habla enserio.

-      ¿Es él? – asistí -  tengo entendido que hay gente mas linda en ese planeta. – pude sentir como Clau daba un paso para atrás un poco intimidado

-      Saya, basta, él es el indicado, es el que elegí.

No me había dado cuenta pero todos estaban mirando nuestra discusión, y Clau estaba mirando al suelo  avergonzado.  Y eso no era bueno, amo a Clau por lo que es, no solo por su físico sino por la persona que es y por lo feliz que soy cuando estoy a su lado. Tenía que terminar esta conversación y llevarme a Clau y hablar.

-      ¿Y bien? – me interrumpió Saya –¿y ahora?

-      Ya que quieres ayudar te quedas en la órbita del planeta con el resto de las naves, nosotros –Miró a Clau, que levantó un poco su cabeza –tomaremos una nave más pequeña y viajaremos a Cisne, tenemos que apurar las cosas, una vez que estemos casados bajo las órdenes reales, no podrán atacar La Tierra.

Todos asintieron y empezaron a moverse de un lado para el otro, haciendo quien sabe que cosa. La comunicación con Saya se cortó, estaba un poco enojada, yo solo volví a arrastrar a Clau hasta mi dormitorio. Mientras íbamos caminando nos seguían mis guardias y los guardias que yo le había asignado a él, Clau miraba para todos lados sin entender lo que estaba pasando, solo se dejaba llevar, un momento, ese no es mi Clau, él jamás dejó que otros tomaran decisiones que le corresponden solo a él, no era una persona que se quedara callada, era muy difícil hacerlo callar y era muy curioso, pero en este momento está muy ¿nervioso?, nunca lo había visto de esta forma, seguramente están cruzando un millón de  preguntas por su cabeza y todavía no tuvo tiempo de asimilar la información, no le estoy dando el tiempo para que asimile la información. Me detuve y lo miré, tenía la mirada perdida incluso está ausente. Tenía que hacer algo para cambiar su humor, para recuperar a mi Clau. Ya sé que hacer.

-      Tengo hambre ¿tú no? – no dijo nada solo me miró y asintió con la cabeza – Bien, vayan al comedor y traigan una canasta con comida -Le ordené a los guardias

Nuevamente lo tomé de la mano y cambié de rumbo dirigiéndome al vivero; a Clau como a mí nos encantan las plantas, en nuestra casa no tenemos mucho espacio para tenerlas aunque la casa es grande el patio es algo chico incluso Luna a veces parece frustrada por no tener espacio para correr, pero nos gustaba ir a los viveros de La Tierra simplemente a ver las distintas especies de plantas que tienen; la última vez que estuvimos aquí, no habíamos tenido oportunidad de recorrerlo. Entramos y caminamos un poco más que la otra vez, hasta llegar a una mini cascada, por la cual Clau se quedó con la boca abierta al verla.

-      Es muy grande esta na..ve…- dijo algo nervioso y mirando para todos lados.

-      Jajaja, sí lo es – pude ver como poco a poco volvía el color a sus ojos.

-      ¿El piso es de tierra? – se agachó para tocarlo - ¿césped?

-      Si, es césped de verdad.

-      ¿Una casada?

-      Ja, todas las naves de este tipo, tienen un vivero, donde encontramos diversos tipos de plantas, árboles, y hasta cascadas, es obligatorio que todas estas naves los tengan. Más cuando son naves que tienen que realizar viajes largos o van a entrar en batalla.

El vivero era un lugar muy relajante, había todo tipo de árboles y plantas, se podían sentir distintos aromas. La función principal de este era dar tranquilidad, armonía y relajación  a los habitantes de la nave, se podía ver por todos lados gente caminando tranquilamente y asientos ocupados con personas sentadas hablando, el lugar parecía una plaza. Clau se paró frente un árbol que tenía una flor roja y la miraba muy fijamente, eso no es bueno. No me había acordado de ese pequeño detalle. Me acerqué con cuidado, lo tomé de la mano y me dispuse a llevarlo más cerca de la cascada, para que dejara de verla. Pero no llegue a tiempo, se giró y me preguntó.

-      ¿Este es el árbol nacional de mi país? – dijo mientras pensaba el nombre – ¿Ceibo?

-      Eh… sí – Respondí algo nervioso.

-      ¿Cómo un árbol de mi planeta llegó a tu nave?

-      En realidad ese árbol es originario de mi planeta.

-      ¿Cómo?

-      Muy bien, es hora de que te cuente una pequeña historia. Ven siéntate – le dije mientras me dirigía a uno de los tantos bancos que estaban esparcidos por todo el vivero. Miré para todos lados para ver que nadie estuviera cerca para que no nos interrumpiera, también me quité el comunicador.

-      Cuando en tu planeta…. – empecé a contar tranquilamente, necesito que entienda -…. Empezaron a aparecer las primeras formas de vida, los primeros humanos – intenté decirle en términos más claros para no confundirlo – nuestros ancestros decidieron visitarlos, al llegar encontraron que era un mundo rico en recursos pero muy mal explotados, los humanos “cavernícolas”  de ese tiempo no sabían más que cazar todo lo que se mueva para luego comérselo, no aprovechaban los distintos recursos que tenían a su disposición y bueno… decidieron, para que ese hermoso planeta pudiera florecer como una flor, ayudar a los humanos, intervenir, pero… no está permitido, bajo ninguna circunstancia hacer lo que nosotros hicimos. Les enseñamos lo que es el fuego, lo que es el cultivo y un montón de cosas más que facilitaban su vida. – terminé de relatar y bajé la cabeza, Clau había fijado la vista en mi durante toda la conversación y no decía nada, alteré un poco realmente como pasaron las cosas, aún no es tiempo de que sepa toda la verdad.

-      Eso no explica lo del árbol – dijo después de unos minutos en silencio.

-      Ah… eso… llevamos un par de plantas, árboles, animales, y otras cosas más a tu planeta. Para ver qué tipo de reacción tenían.

-      ¿Experimentaban con la Tierra? – esa pregunta me dejó frío, ¿acaso no me dí cuenta y dije algo de más?

-      ¡No! - contesté un poco exaltado – solo les dimos algunas cosas para ayudarlos a progresar y que no se queden estancados, ayudamos con varias ideas.

-      Ok. – Gracias al cielo entró un cadete con una bandeja con comida, y con eso pude distraerlo.

-      ¿Son Hamburguesas?

-      ¡Si! – dije contento mientras me llevaba una a la boca

-      ¿Cómo las de la Tierra? – casi me atraganto con el bocado que estaba comiendo.

-      Eh… sí… también ayudamos un poco a eso… - mis nervios me estaban matando.

-      Las hamburguesas son del siglo XIX – dijo algo confuso.

-      Eh, sí. Bueno en realidad influimos mucho, hasta el día de hoy, para asegurarnos que no cometan locuras.

-      ¿Locuras?

-      Esa es una de las razones por las cuales la Tierra está en peligro.

-      Entiendo – dijo bajando la cabeza, otra vez, genial ¿y ahora qué voy a hacer para que recupere ese ánimo que tanto lo caracteriza?

Estuvimos los dos sentados un rato mirando a lugares diferentes sumergidos en pensamientos distintos, yo me estaba cuestionando si esto había sido un error o no, Clau no decía nada y tardaba en asimilar la información y eso que apenas conoce un poco de toda la verdad y lo que conoce lo tuve que modificar para que sea más fácil de digerir.

-      ¿Cuándo nos vamos? – Sin aviso se levantó y me sonrió.

-      ¿Qué? – No lo podía creer, está… ¿feliz?

-      Sé que estoy tardando en procesar la información, pero son muchas cosas nuevas para asimilar, solo tengo en claro una cosa, en que quiero saber mas y mas. Confío en ti, si dices que esto es lo mejor entonces lo haremos a tu modo, solo te pido que no me ocultes nada, te amo, y una vez te prometí que nunca lo dejaría de hacer y que te seguiría hasta el infinito y más allá,  bueno creo que es hora de cumplir mi promesa.

No podía creer lo que estaba escuchando, ese si era mi Clau, curioso, aventurado, inteligente, y siempre con la frente en alto afrontando los problemas de la mejor manera, es verdad, esa noche me había hecho esa promesa y yo prometí algo igual, no lo recordaba. Me levanté, lo abracé y lo besé, fue un beso muy profundo lleno de sentimientos y tan puro, solo una cosa faltaba y por arte de magia apareció ladrando e interrumpiendo nuestro beso.

-      ¡Luna! - Gritó Clau, que al verla, rápidamente se agachó a abrázala - ¿pero cómo?

-      No nos íbamos a ir y a dejarla a ella, ustedes son mi familia, y ella tiene todo el derecho del mundo  y del universo de venir con nosotros, va a ser un viaje algo largo, pero servirá para hacerte compañía

-      ¿Solo ella puede venir conmigo?

-      ¿En que estás pensado? O mejor dicho ¿en quién?

-      ¿Nos vamos a casar… no?

-      ¡Si! - dije muy emocionado

-      Bien. Aún no entiendo mucho lo que está pasando pero te repito, confío en ti y si tú dices que esto es lo mejor entonces aceptó, aunque esperaba una proposición un poco más elaborada. – Por un momento me quedé callado pensando en un par de cosas, yo tampoco imaginé pedirle matrimonio de esta forma, siempre tuve la ilusión de decírselo de alguna forma especial. Aparte dijo que confía en mí, me da miedo, cuando se entere de la verdad vamos a ver si sigue confiando en mi.

-      Ok, Vamos a mi recámara te das un baño duermes algo y piensas en las personas que quieres traer a nuestra boda.

-      ¿Realmente puedo traerlos?

-      Estará en ellos la decisión de venir o no. Lo único que te pido es que te apures tenemos que irnos cuanto antes,

-      ¿Qué harás tú?

-      Me acaban de informar por el comunicador que Saya abordó nuestra nave y quiere hablar conmigo.

-      Está Bien. ¿Ella es tú amiga?

-      La conozco hace muchos años, es más que una amiga, es la única persona que le confiaría mi vida o la tuya, puede ser un poco, cabeza dura a veces, y un poco cruel con lo que dice pero es una gran persona. ya la conocerás y verás que tengo razón.

-      Genial. eso espero.

-      Ellos te acompañarán a mi… nuestra recámara, date un baño, duerme un poco luego te paso a buscar.

-      ¿Y Luna?

-      Ella se queda en el vivero se ve que le gusta – le dije mirando como corría de un lado a otro estaba muy contenta - puede pasear por la nave no molestara a nadie.

Hice señas a los guardias para que se lo lleven después de darle un tierno beso en la boca.

Punto de vista de Clau

Los mismos guardias de antes, Per y Marie, me llevaron a la habitación de Tom, al entrar vi una cajita blanca, larga y rectangular como si fuera el estuche de una lapicera o de un reloj, sobre de la mesa de cristal, y como mi curiosidad siempre podía más la tome y revisé su interior ¿Una Lombriz?... Sí una lombriz de color dorado, medía alrededor de 15cm. Juntando mucho valor me animé a tocarla, era de acero y no pesaba nada, debe ser alguna especie de collar o pulsera.

La dejé donde la encontré y me dirigí hacia la puerta que creía que era el baño, y lo era. Me saqué la ropa y me miré al espejo. Hoy muchos me dijeron que era feo y la verdad no se equivocan tendría que hacer algo para cambiar mi figura, pero Tom me repite todo el tiempo que me ama tal cual soy y no quiere cambiar nada en mi, pero si él es rey o como quiera que lo llamen yo debería…. No sé, ser mas ¿lindo?.... no sé, después lo hablaré con Tom. Tal vez pueda hacer algo con mi figura, empecé a bañarme y realmente no tenía ni idea de cuánto tiempo llevaba bajo la ducha, todo mi cuerpo se relajó en el momento que el agua tocó mi piel, por suerte había unas botellitas con shampoo y enjuague, hasta jabón, ¿Tom lo habrá traído para mi? Qué tonto, ellos también se deben bañar ¿o no? Realmente tengo muchas preguntas, también tengo esa sensación de que me oculta algo, de que no me dice toda la verdad, pero en este momento no puedo hacer otra cosa más que creerle y seguir con esto, al menos por el momento.

Salí del baño, me sequé y me acosté en la suave cama, a mi y a él nos gusta dormir sin ropa, por suerte la habitación estaba muy bien climatizada no tengo ni frío, ni calor. Me quedé dormido pensando en si iba a traer a alguien a la nave o no para que vaya a mi casamiento. Mi casamiento. ¡Por Dios, qué raro suena decirlo sobre una nave extraterrestre a quien sabe cuánta distancia de la Tierra!

En otra parte de la Nave

-      Lo viste, ¿Qué te pareció? – preguntó el hombre alto.

-      De todos los humanos del planeta Tierra tuvo que haber elegido eso –Respondió el hombre rubio.

-      Ja… ya lo conoces, sabes cuáles son sus gustos.

-      Si lo sé.

-      ¿Qué harás?

-      En todos estos años siempre lo apoyé en todo, no tengo derecho a reclamarle nada, el me dio todo, nunca me dejo faltar nada y siempre estuvo para mi. Incluso cuando ella se fue, él no se despegó de mi lado. Si cree que es el indicado, entonces lo apoyaré.

-      ¿Estás seguro? Tú eres el único que puede hacer que cambie de opinión, que puede detener todo esto.

-      Lo sé, pero te repito que si él lo quiere así, entonces así será y yo le daré todo mi apoyo, sé que es feliz y esta persona también parece quererlo, lo vi en sus ojos cuando me lo encontré en el pasillo.

-      Entonces no hay más nada que decir.

-      ¿Y tú? ¿Qué piensas?

-      Sabes que lo respeto, es mi hermano y el Tahijo, sus deseos son órdenes para nosotros.

-      Eso no responde a mi pregunta, Tengo que decirte que si piensas intervenir tendré que detenerte.

-      ¿Es una amenaza?

-      Tómalo como tu quieras, pero el Tahijo es una de las personas mas importantes para mi, y no voy a dejar que nada malo de pase. Y si eso quiere decir que también tengo que proteger a lo que trajo de ese miserable planeta, lo haré.

-      Vaya, hace mucho que no te escuchaba con esa determinación, puedes quedarte tranquilo no haré nada que pueda lastimarlo o arruinar sus planes.

Los dos hombres salieron de la habitación y caminaron para distintos lados con una idea en la cabeza.

Punto de vista de Tomás

Después de que Saya me dio un eterno sermón de que lo que estaba haciendo estaba mal, que había otras cosas que podía hacer para mejorar la situación y que ese hombre que traje no valía la pena y que tuve que haber tenido mejor gusto, caminé a mi habitación, muy agotado, al entrar vi la imagen más hermosa que jamás haya visto, él durmiendo completamente desnudo en mi cama.

Me acerqué muy lentamente mientras me desvestía, no recuerdo cuándo fue la última vez que habíamos logrado tener intimidad, en realidad si, hace unos dos días, pero para mi eso ya era mucho tiempo. Me recosté en la cama abrazándolo por la cintura, y besando su cuello, despertándolo. Él se giró para poder abrazarme, en ese momento pude notar su erección al máximo, sin perder un minuto empecé a besarlo mientras mis manos recorrían todo su cuerpo. Por un momento un par de dudas se instalaron en mi mente ¿Estará bien hacerlo ahora? ¿En la nave? ¿En un lugar que no es nuestra cama?  ¿Debería parar? Pero todos mis pensamientos fueron borrados de mi mente en el momento en que él tomó mi erección en sus manos y se la llevó a la boca. Esa fue una clara señal de que debería seguir sin importar nada, lo obligué a mirarme a la cara, si seguía con eso me iba a hacer acabar, Clau  tiene una excelente boca y una maestría en chupar penes, lo hace como un dios, él sabe que me encanta y que si se lo propone puede hacerme terminar en menos de cinco segundos. Nuevamente nos besamos apasionadamente, nuestras lenguas tenían una mini batalla para ver quién de los dos tenía en control, pero como siempre algo tenía que interrumpir nuestro momento, lo solté enfadado llevándome una mano al oído donde tenía puesto el comunicador y con mucha furia dije.

-      ¿Qué pasa?, ok ya vamos – Dije de muy mal humor, Clau me miraba un poco confuso.

-      Me avisaron que nos tenemos que apresurar. La nave que nos llevará a Cisne ya está preparada – Clau se levantó con la mirada triste y con algo de preocupación. Me senté junto a él y lo abracé – Tranquilo, va a estar todo bien, enserio.

-      Está bien,  ya se a quien quiero traer a la nave.

-      Genial, ¿A quién?

-      A Juan, Leo, Mariano y Horacio – la verdad no me sorprendía. Ellos eran muy pero muy unidos.

-      Me lo imaginaba. Bien debemos ir a la cámara de transporte para traerlos a la nave. – Me estaba levantando cuando vi la cajita blanca – Antes de irnos tengo que darte algo – me terminé de levantar de la cama para tomar la cajita, saqué su contenido y se lo acerqué a Clau.

-      ¿Una lombriz? – preguntó asustado.

-      Jajaja. No, es un Kaiu.

-      ¿Kaiu?

-      Sí. Esta lombriz, como la llamas, es un mini robot que entra a tu cuerpo para evitar que te enfermes, y para que tus heridas sanen más rápido, y tiene un rastreador incorporado para saber donde estás en todo  momento.

-      O sea ¿para espiarme?

-      No no, es una protección extra por las dudas.

-      ¿Y de que me tendrías que cuidar?

-      De nada, no dejaré que te hagan daño, pero debes entender que hay personas que apoyan las decisión de Rebuss y te querrán hacer daño, pero mientras estés en esta nave nadie lo logrará.

-      Esto me asusta.

-      Tranquilo todo va a estar bien. – dije poniendo sobre su mano el Kaiu.

-      ¿Esto cómo va a entrar en mi? ¿se va a mover? – estaba empezando a asustarse.

-      Clau – lo tomé de los hombros – confía, una vez que esté en ti no lo sentirás y te terminarás olvidando.

-      Ok – Clau suspiró profundamente. – ¿Qué tengo que hacer?

-      Nada – Me levanté, me puse el bóxer, - solo no te asustes – poniéndome delante de él dije con voz gruesa – Ahora.

El Kaiu o Lombriz, empezó a moverse en la palma de la mano de Clau, como una verdadera lombriz y sin previo aviso, haciendo un corte en la palma de su mano se metió dentro de su cuerpo; Clau emitió un grito de miedo, logré tranquilizarlo con un cálido abrazo, y unos pequeños besos en su mano, en ese momento me di cuenta que el estaba completamente desnudo, y mi pene también se dio cuenta reaccionando al instante, él se dio cuenta de eso pero se apartó negando con la cabeza.

-      Lo siento no me siento con ganas de eso.

-      No te preocupes, lo entiendo – le dije acariciando con mi mano una de sus mejillas.

-      Cámbiate, ya tengo localizado a tus amigos para traerlos a la nave.

-      ¿Ya? ¿Tan rápido? ¿Cómo?

-      Desde que te hablamos de traer invitados a nuestra boda, envié un Dromer a seguirlos – le contesté mientras empezaba a cambiarme.

-      ¿Dromer? – en ese momento me quedé congelado, nuevamente di demasiada información. Tarde o temprano lo iba a descubrir. Me acerqué a uno de los armarios que había en la habitación, apoyé mi mano y este se abrió, dentro había una esfera marrón con unos detalles en dorado, del tamaño de una pelota de tenis, con un punto rojo en el medio. La tomé y se la entregué a Clau. Este la sostuvo en su mano mirándola detenidamente.

-      Es una cámaraespíatransportador , cumple con esas tres funciones, graba todo lo que está a su alrededor e incluso saca fotos, tiene la particularidad de camuflarse para que nadie se dé cuenta de que está ahí, aparte de que no emite ninguna clase de sonido, y tiene un mini transportador que puede llevar de un lugar a otro a cualquier persona o cosa, no es tan potente como el de la nave pero es muy bueno. Aparte puedo comunicarme con la persona a la que está siguiendo. – Tomé aire después de explicar con palabras sencillas lo que era esa esfera. Clau me miró con una mirada muy dudosa, conozco esa mirada algo que no me va a gustar esta por decirme.

-      ¿Me espiabas a mí? ¿Me seguías a mí?

-      No – Me apresuré a decir – Bueno en realidad sí. Pero era por protección. – todo mi cuerpo empezó a temblar.

-      ¿Protección? ¿De qué? -

-      Ok, antes que nada debes entender que al imponerme a Rebuss generaría conflictos, grandes conflictos, él se enteró de lo que yo quería hacer y envió a varios asesinos tras de ti.

-      ¿De mi? - me miró sorprendido.

-      Sí. por suerte tenemos espías en todos los rincones de la galaxia y pudimos enterarnos de sus intenciones y evitar que los asesinos llegaran a la Tierra. Pero de todas formas, sabía que no siempre podía mantenerte a salvo, tenía miedo de que de alguna manera  Rebuss llegará a ti, todavía tengo ese miedo, envié un Dromer a que te siga todo el día para asegurarme que estuvieras bien, si el Dromer detectaba cualquier tipo de peligro alertaría a esta nave y transportaría a un Protector –Confesé, me sentía algo apenado, no se por qué pero me sentía mal conmigo mismo – lo siento - Estuvimos en silencio un momento ambos mirando al suelo, hasta que sentí su mano tomar la mia.

-      Lo hacías por que me amabas…

-      Te amo – lo interrumpí

-      Si lo sé, y yo también, no debes pedir disculpas, sé que lo hiciste para protegerme, y te lo agradezco. Me besó en los labios. -Pero no lo vuelvas a hacer.

-      Eres perfecto, nunca dejes que nadie te diga lo contrario – nos abrazamos y nos quedamos un momento así; podía sentir sus latidos y eso me daba paz.

-      ¿Me lo prometes?

-      Te lo prometo.

Nos terminamos de cambiar muy lentamente, me saqué el comunicador porque me había cansado de que Shepper me apurara, a veces pienso que se olvida de quién soy yo. Clau estaba mucho más relajado, lo dejé vestirse con su ropa que hice traer de la Tierra. Luna estaba en la habitación durmiendo en su cama que también hice traer, estaba exhausta, estuvo corriendo por toda la nave y haciéndose amiga de todos en la nave, por suerte es muy amigable y siempre se llevó bien con desconocidos y haciendo memoria es la primera vez que la veo tan agotada.

  • Está muy agotada – dijo Clau.

  • Justamente en eso estaba pensando, no recuerdo cuándo fue la última vez que la vi tan agotada.

  • Cuando fuimos a la playa en año pasado, era hermoso ese lugar – dijo algo pensativo.

  • ¿Sabes algo? – Dije abrazándolo – Cisne te encantará.

  • ¿Cómo es? – Me interrumpió

  • Es un planeta tres veces más grande que el sol, como en la Tierra los días cuentan con 24 horas, pero no dividimos nuestro almanaque en 12 meses, los meses no existen. Nuestro año es de 365 días. Por ejemplo, hoy es el día 150 del año 369.

  • ¿369?

  • Sí, nosotros reiniciamos los años cada vez que asume un nuevo Tahijo… – Me quedé congelado, Mierda, no tendría que haber dicho eso, espero que no se dé cuenta. – en Cisne, la mayor parte del año tiene un clima cálido y hay partes del planeta donde abundan las selvas, incluso ni con toda la tecnología que tenemos nos hemos animado a meternos en esas selvas, el agua es cristalina muy cristalina, no importa en qué parte del planeta estés, el agua se puede beber sin riesgo de envenenarse, contamos con un sistema de renovación de agua muy grande, no existen grandes fábricas que arruinen los paisajes o arrojen desechos al medio ambiente. Toda la basura del planeta pasa por plantas de reciclaje. Antes de crear armas o de intentar que el hombre llegue a alguna luna, invertimos todo los recursos en el bienestar de nuestro planeta y nuestros habitantes, hasta el más pequeño detalle. Nuestras ciudades se parecen mucho a las ciudades de la antigua roma, no te creas que es un planeta muy tecnológico, los habitantes prefieren, vivir en paz y que la ciencia haga todo por ellos.

  • Suena como un hermoso planeta.

  • Hay montañas, muchas montañas, por todas partes, muy altas. Y castillos enormes, y un gran desierto llamado Aank.

  • ¿Castillos? Me encantan los castillos – dijo muy alegre.

  • Vivirás en uno. Cara castillo tiene un nombre, los dos más importantes son Palacio e Imperio. Palacio es el más importante y es en donde viviremos.

  • ¿Vivir? ¿No volveremos a La Tierra? – su voz sonaba preocupada.

-Claro que sí. Solo será un tiempo el cual estaremos en Cisne después volveremos. Tranquilo – lo volví a abrazar y  a besar.

-¿Te puedo hacer una pregunta?

  • Claro la que tú quieras.

  • ¿Quién es la persona rubia que aparece en las fotos con vos?

  • ¿Persona rubia? ¿Fotos? –Le respondí un poco confundido.

  • Sí, el chico rubio  que aparece en las fotos que tienes  en esa clase de computadora – apuntó con su mano al escritorio y nuevamente mi mundo tembló y esta vez mucho más fuerte que la última vez, por favor que no lo haya visto.

  • Él es… es...- dije tratando de calmarme, no es algo fácil de decir, y aún no está preparado para saberlo, ¿por qué ahora nadie interrumpe? – él es…

Como por arte de magia golpearon la puerta, Salí corriendo a abrirla, agradeciendo que alguien haya interrumpido ese incómodo momento, la abrí sin mirar quien era y en ese momento  me quedé mudo cuando lo vi a él.

Sus ojos son idénticos a los míos y sus cabellos rubios alborotados le dan un tono de rebeldía a su persona. Pero lo que más me llamó la atención fue su sonrisa, era igual a la de ella; ambos sonreían de esa forma cuando hacían algo que no tenían que hacer, solo para fastidiarme

-      Tahijo – Dijo dirigiéndose a mí – SayTahijo – miró de reojo a Clau – los esperan en la plataforma para traer a los humanos a la nave.

Al decir esas palabras me guiñó el ojo y se fue por el pasillo iluminado por una suave luz. Me giré y vi a Marie y Per.

-      Traigan un Vet – Les ordené y volteé para ver a Clau que me esperaba con una mirada seria, era obvio que esperaba una respuesta – Ya lo conocerás y se llevarán muy bien. – Eso espero pensé.

Después de unos minutos aparecieron Per y Marie, en un vehículo tipo carrito de Golf, un Vet, Este vehículo cuenta con lugar para cuatro personas, no tiene volante, pedales o palanca solo una gran pantalla, tampoco tiene ruedas, se encuentra a una altura de no mas de 30cm del suelo. Clau lo miraba muy detenidamente incluso pude sentir que tenía algo de miedo.

-      La nave es muy grande – Dije en medio de la densa atmósfera que se había formado – Los Vet, son vehículos especiales para moverse dentro de la nave, para grandes distancias – le dije mientras abría la puerta del Vet – Sube.

-      Es seguro, no tiene ruedas, ni volantes, ni cinturones.

-      Tranquilo. Es una vehículo muy seguro, si tu quieres caminar, nos llevará horas llegar hasta allá, y por el comunicador me están gritando que me apure, dentro de poco me dejaran sordo.

-      Ok –Clau y yo subimos en la parte de adelante y en la parte de atrás iban los dos guardias de Clau. – ¿Cómo funciona?

-      Simple –puse mi mano en la pantalla que estaba donde debería estar el volante, esta se iluminó dejando ver un mapa de la nave – solo presionas el lugar donde quieres ir, a medida que vayas avanzando el mapa se irá actualizando para que llegues al lugar que desees, sólo puede ir a cierta velocidad, y tiene varios sensores para evitar que choquemos con algo.

Presioné el lugar hacia donde deberíamos ir y el Vet se empezó a mover, pude ver terror en la cara de Clau cuando el vehículo avanzaba, pero se tranquilizó cuando lo tomé de la mano. El Vet se movía con fluidez por los pasillos de la nave que al principio eran angostos pero de a poco se fueron haciendo más amplios y el suelo desapareció, estábamos volando dentro de la nave no podíamos ver el suelo y el techo era de cristal y las paredes estaban  lejos.

-      ¿Qué es este lugar? - preguntó Clau con verdadera curiosidad

-      Es el andén número 5, muy abajo nuestro están las naves, parecidas a las que viste.

No dijo nada solo miraba, en realidad no había nada para ver por que ni siquiera había naves solo era un vacío enorme, después de unos minutos más y un par de pasillos y vueltas llegamos a destino, Clau bajó del Vet con cara de alivio total, solo lo tomé de la mano y caminamos hasta llegar a unas puertas blancas, apoyé la tarjeta y éstas se abrieron, dejando ver una sala con 4 monitores gigantes y una plataforma que sobresalía del suelo unos 20cm. También había una consola de mando en un extremo de la habitación, pero lo que a Clau mas le impresionó fue ver la persona, o ente que la estaba manejando, se quedó inmóvil casi pálido, era un extraterrestre, un hombrecito gris como los terrestres los describen, gran cabeza, ojos enormes y cuerpo muy delgado, era un alien como dirían en la Tierra.

-      Clau, él es Haz, del planeta Sefiro – Haz solamente abrió y cerró los ojos como saludo, Clau aún no reaccionaba.

-      Tranquilo son muy amigos nuestros.

-      Es… un… alien…  - Tartamudeó Clau con mucho miedo en su voz. Haz simplemente abrió y cerró los ojos nuevamente, poniendo su vista nuevamente en la consola. En ese momento se abrió la puerta dejando entrar a Sheppear.

-      ¡Hola a todos! –Gritó con su alegría tan característica– Buenos días SayTahijo, Ya conoció a nuestro charlatán amigo Haz – Dijo acercándose a Clau más de lo que me gustaba, pero logró devolverle el color a su rostro, Haz ni siquiera levantó la cabeza – es un gran conversador, hey Haz, buen día. – Este lo miró cerró y abrió los ojos y volvió a mirar a la consola.

-      Bueno hagamos lo que vinimos a hacer – Dije mientras separaba a Sheppear de Clau. Mirando a este de mala gana. – Haz, muéstramelos.

En la pantalla aparecieron imágenes de ellos, Juan y leo, que eran pareja estaban durmiendo, muy abrazados en su cama, me dieron un poco de envidia, Mariano estaba preparando el desayuno a su novio, Horacio, que seguía acostado en la cama leyendo el periódico, eso me hizo reaccionar y me giré mirando a Haz.

  • ¿Qué hora es, en la Tierra?

  • Son las 06:30 de la mañana. - dijo Haz, lentamente y con una voz casi robótica.

  • Entiendo – dije pensativo –tengo una idea, vayamos a la Tierra, organicemos una juntada para esta noche y los transportamos a todos juntos, por que si lo hacemos ahora estarían muy confundidos y algunos desnudos. - dije sarcásticamente.

  • Oh no no, ustedes dos no se irán a ningún lado – interrumpió Sheppear – Tahijo, SayTahijo deben ir lo antes posible a Cisne, lo antes posible y…

  • Ya sé – lo interrumpí – nos iremos a traer a los invitados a la nave para nuestra boda y nos iremos ¿Se entiende? - dije sonando lo más serio que pude.

Tomé a Clau de la mano y lo guié hasta la plataforma, sentía la mirada de Sheppear sobre mí, sabía que estaba enojado y que él no aprobaría esto, antes de subirme a la plataforma me saqué el comunicador de la oreja y lo dejé sobre la consola de Haz.

  • Llamaré cuando sea hora de volver, tengan todo preparado para nuestro regreso.

  • Tahijo, con su debido respeto, le pido….

  • Ya tomé mi decisión y cómo lo sabes mi palabra como la del SayTahijo, son definitivas. Es una orden. - Sentencié, ya abracé a Clau para besarlo mientras éramos llevados a casa, dejando atrás a un Sheppear muy molesto.

Punto de Vista de Clau

Llegamos a casa, pero nos llevamos una gran sorpresa, la casa estaba prácticamente destruida, parecía que había pasado un terremoto, nuestras cosas, nuestras fotos, todo estaba roto, incluso nuestros muebles. Tom me puso  detrás de él, como intentando protegerme y sacó de su bolsillo una cajita metálica negra que al presionarla se volvió una espada,  pude ver que sus ojos se volvían rojos.

  • ¿Una espada? - Pregunté asustado - ¿sabes usarla? - realmente no recordaba haberlo visto usar una nunca.

  • Ve a la cocina, en el tercer cajón detrás de todo hay una caja que se abre con el código 106090, dentro de ella hay una  comunicador, póntelo, llama a Sheppear y dile que te transporte a la nave.

  • ¿Qué? ¿Y tú?

  • Debes irte ahora – me ordenó, mirando fijamente a la escalera, seguí su mirada y pude ver como bajaba una persona vestida de negro con una máscara también negra y una gran arma en sus manos, pude ver que otros dos aparecieron por las otras dos puertas. El pánico empezó a apoderarse de mí, no podía mover ninguna parte del cuerpo.  No sabía qué hacer.

  • Debes irte, yo me ocuparé de ellos, debes irte, ahora. - nunca había escuchado a Tom hablar de esa forma, había mucho odio en su voz, yo seguía detrás de él asustado. Pero algo en mi me obligó a moverme y cuando lo hice uno de esos seres me apuntó y disparó. Me quedé quieto, todo mi mundo temblaba, nuevamente el pánico se apoderó de mí, con más fuerza y no me dejaba mover, Tom se había movido deteniendo con su espalda, sí, su espalda, había detenido el disparo, él me salvó. Todo parecía congelado, los restantes seres no se movían, nada se movía, yo no podía despegar la mirada de Tom, él me sonrió dándome algo de tranquilidad.

  • Ve y recuerda 106090  - Me volvió a sonreír y se dio  vuelta para encarar a estas amenazas. Puede ver el agujero donde había dado el disparo. Pero no me dio miedo, Tom estaba tratando de salvarme y tenía que hacer lo que me estaba pidiendo, como pude empecé a caminar hacia la cocina, al cabo de dos pasos me di vuelta y lo que vi me dejó sin palabras. Nunca imaginé que mi Tomás pudiera hacer esos movimientos, sintiendo un poco de envidia, porque yo jamás podría hacerlos, corrí a la cocina que estaba en la otra habitación. Al entrar fui directamente al cajón que me había dicho, podía oír cosas romperse y disparos provenientes de la habitación que había dejado atrás, mis manos temblaban cuando encontré la caja con un teclado numérico, intenté ingresar el código. Pero se me había olvidado.

  • ¿Qué hago? – empecé a entrar en pánico, no podía volver con Tom para preguntarle la combinación. Yo y mi mala memoria, me recriminé a mí mismo.

Estaba tratando de recordar la clave cuando vi a uno de esos seres entrar a la cocina apuntándome con su arma. No podía moverme, este ser apuntó su arma, yo solo me quede congelado - Es el fin– pensé.

Pero ese ser cayó frente a mí como un saco lleno de tierra; detrás de él pude ver a ese joven rubio que vi en la nave, ese joven que tenía los mismos ojos que Tom. Me miró y me sonrió y en ese momento pude ver que tenía rasgos muy parecidos a los de Tom.

-      106090 –Dijo.

Sin pensarlo dos veces introduje el código en la caja, la cual se abrió dejando ver un comunicador un poco más grande que el que me habían dado en la nave. Me lo puse y grite con todas mis fuerzas ¡SHEPPEAR! Antes de desaparecer pude ver como otros dos seres entraban a la cocina y el chico rubio se preparaba para pelear.

Mi vista se nubló solo unos segundos, cuando pude ver con normalidad, pude ver el rostro de Sheppear, que se me acercaba con cara de preocupación.

-      Casi me dejas sordo. ¿Qué sucede?

-      En mi casa hay personas vestidas raras con máscaras en la cara, Tom está peleando con ellos y el chico rubio también –dije lo más rápido que pude, estaba muy nervioso.

-      ¡Mierda! –exclamó corriendo a unas de las consolas y empezó a presionar botones –Oniell, David, los necesito, el Tahijo está siendo atacado.

De la nada aparecieron dos personas; la chica, que había aparecido antes con un peinado muy raro, vestida con un traje completamente rojo muy escotado, sin mangas, zapatos negros con tacones muy altos y un montón de pulseras, llevaba una gran arma en una de sus manos, tenía una sonrisa muy coqueta en su rostro y a pasar por mi lado me guiñó un ojo, realmente era muy linda.

El otro era un hombre un poco más alto y llevaba un pantalón y campera de cuero negro. Con lentes negros y una especie de espada, está mucho más serio. Me miró y pude sentir como me atravesaba con la mirada. Me sentí encoger en ese momento.

-      Ellos se encargarán de todo, el Tahijo estará de regreso aquí sano y salvo. Deberías ir a tu habitación y esperar ahí – me dijo Sheppear, mientras ellos eran transportados a la Tierra.

-      No me iré hasta que no vuelva – dije muy serio, aunque por dentro me moría de nervios y estaba muy asustado.

-      Deberías irte, él…

-      ¡No! – lo interrumpí – no me moveré de aquí hasta que él esté aquí devuelta ¿se entiende?

-      Si, disculpe SayTahijo – digo y agacho la cabeza, estaba a punto de decirle que no me llame así pero Haz nos interrumpió.

-      Acabo de detectar una explosión en la ubicación del Tahijo.

-      En pantalla – Dijo Sheppear corriendo hacia donde estaba Haz.

Pude ver que aparecía en una de las pantallas del cuarto una imagen como las de Google Earth, donde un punto rojo aparecía donde estaba mi casa. Me quedé paralizado, el aire me faltaba y todo empezó a nublarse. Pude escuchar a Sheppear diciendo algo que no entendí muy bien.

Y como si fuera magia cuatro personas aparecieron delante de mí, entre ellas estaba él cubierto de sangre ¿azul? Se acercó y me abrazo ensuciándome con su sangre. Pero no me importaba, lo que me importaba era que él estuviera bien.

-      Nuestra sangre es azul – dijo como si hubiese leído mis pensamiento.

-      ¿Estás bien?

-      Sí, pero lamento decirte que nuestra casa fue destruida.

-      Lo importante es que estas bien. ¿Quiénes eran?

-      Eso es lo que voy a averiguar – dijo de forma seria y se dirigió así a Sheppear.

-      ¿Cómo rayos un grupo de asesinos se infiltró al planeta? Es tu trabajo evitar estos tipos de ataques – dijo muy, pero muy enojado.

-      Yo…eh...lo siento… no sé lo que pasó… revisaré los sistemas para asegurarme que no vuelva a pasar.

-      Claro que no volverá a pasar, te relevo de tus funciones.  – dijo furioso dejando a Sheppear pálido.  Agachó la cabeza y caminó hacia la salida, todos se quedaron callados viendo la escena, el chico rubio se acercó y puso su mano en su hombro, él estaba también con esa sangre azul, creo que no me voy a acostumbrar a eso.

-      Tranquilo, no creo que él tenga la culpa. Ve a la sala médica a que te curen las heridas y lleva al SayTahijo a tu cuarto. Me parece que él está apunto de desmayarse – me miró de arriba abajo con una mirada de desprecio en su rostro. Me sentí muy incómodo. Una sensación de miedo se apoderó de mí y lo único que quería hacer era salir corriendo de ahí. Pero lo que pasó después me pegó mucho más duro.  Tomás se acercó a este chico rubio y le acarició la mejilla susurrando un - Gracias – pude ver en ambas miradas amor y cariño, el chico rubio le sonrió de una forma muy coqueta, toda esa situación al principio me llenó de ira, pero después de un rato viéndonos detenidamente como coqueteaban, lo entendí. Ese chico rubio es mucho más lindo que yo, y por lo visto mucho más hábil, era obvio que si Tom tuviera que elegir,  saldría perdiendo. Yo la verdad, soy un chico casual, algo rellenito y sin mucho que ofrecer.

Agaché mi cabeza y empecé a caminar hacia la salida.

-¿Y si no me ama? Tal vez estoy acá solo para que él pueda cumplir su objetivo. ¿Y todos esos años, donde me juraba amor? Seguramente fue todo un engaño para que él pueda a llevar a cabo su plan, por eso no me dice toda la verdad, ahora todo tiene sentido, seguro ese chico rubio debe ser su verdadero novio. Es mejor dejarlos solos…

Empecé a caminar, realmente no sabía a dónde,  solo quería salir de ahí, pero ¿A dónde? Mi casa había sido destruida. Mi casa ¿y ahora que haré? Cuando termine todo esto ¿Dónde iré? ¿Me dejaran ir? Estaba tan metido en mis pensamientos que no me di cuenta que me estaba llamando, hasta que sentí como Tomás me giraba bruscamente y me miraba todo preocupado.

-              ¿Estás bien? – Dijo mirándome de arriba abajo buscando alguna herida - ¿Te lastimaron?

  • No  - fue lo único que salió de mi boca, no podía verlo a los ojos, por más ganas que tengo de abrazarlo y llorar no podría, ahora que se la verdad no podría darle el gusto de verme derrumbarme, aparte todo esto es por un bien ¿no?, el miedo se empezó a apoderar de mi, ¿y si es todo mentira? ¿y si ellos son en realidad como reptiles alienígenas carnívoros? Mi mente y cuerpo no pudieron más y terminé desmayándome como el chico rubio había dicho que pasaría.

Punto De Vista de Tomás

No sé qué pasó, después del problema que tuvimos en casa, Clau se desmayó, eso no tenía que pasar, el Kaiu que tiene en su organismo es para evitar esto, ¿por qué se desmayó? Los médicos dijeron que no tiene ninguna herida, que seguramente es estrés, puede ser que toda esta situación sea muy estresante, en realidad es muy estresante, por eso le estoy dando la información de a poco para que pueda procesarla sin estresarse. Pero parece que no funcionó, o se habrá enterado de algo que no... mi cabeza da muchas vueltas, estoy sentado afuera de la enfermería de la nave, me sacaron de la habitación por que según ellos estaba molestando con las preguntas que hacía. Cuando terminen de atender a mi Clau, les enseñaré a respetar a su Tahijo.

Por suerte conmigo estaba Sheppear, al cual le devolví su puesto de capitán de la nave. David y Oniell, están tratando de tranquilizarme. Pero yo estoy tranquilo.

-      ¿Por qué mierda tardan tanto? – dije poniéndome de pie dirigiéndome hacia la puerta para entrar sin pedir permiso – no saben que soy el Tahijo, esto les costará muy caro – intenté entrar pero David me sostuvo del brazo y me obligó a sentarme.

-      Te tranquilizas, ellos saben que eres el Tahijo y saben que el que se desmayó es el SayTahijo, por eso están realizando todos los estudios que creen necesarios para saber que le pasó, cosa que creo muy exagerada, se desmayó por todo lo que estaba pasando…

-      Exagerado, tú crees que es exagerado preocuparme por mi novio, mi chico, la persona que amo! – ya perdí la paciencia, estaba a punto de entrar a la habitación cuando por el pasillo lo vi al chico de pelo rubio, tan parecido a ella, caminando hacia mí con un vendaje en el brazo.

-      ¿Qué sucede aquí? – preguntó viéndome a los ojos

-      Kirin – dijeron todos al mismo tiempo asombrados por verlo.

-      ¿Qué hace aquí? – preguntó David.

-      Vine a ver cómo estaba el SayTahijo.

-      ¿Estás preocupado? - lo miré sorprendido.

-       Es tu futuro esposo, claro que estoy preocupado, todo lo que pase alrededor tuyo me preocupa, eres mi… Tahijo.

-      Soy tu… - y las puertas se abrieron dejando ver al médico.

-      Disculpe Tahijo, por haberlo hecho esperar, ya terminamos de hacerle todos los estudios posibles, y llegamos a la conclusión que está muy estresado, necesita reposo y estar lo más calmado posible.

-      No, entiendo ¿el Kaiu no tendría que evitar todo esto?

-      ¿Le diste un Kaiu? - dijeron todos al mismo tiempo.

-      El Kaiu solo se encarga de curar las heridas físicas tanto externas como internas, pero no puede relajarlo. Ya puede pasar a verlo, le recomiendo que pase aquí esta noche y mañana puede ir a su habitación. - terminó de hablar y empezó a caminar nuevamente por donde había venido, yo me dispuse a ir a la habitación donde se encontraba Clau pero David me había tomado del brazo antes que empezara a caminar, se lo veía muy enojado.

-      ¿Le diste un Kaiu? - todos me miraban fijamente, yo sabía que no debí hacerlo pero no pude evitarlo.

-      Será mejor que me sueltes, si no quieres perder tu mano, ¿te olvidas con quien estas hablando? - los miré a todos y dije con la voz más gruesa que pude lograr, y aparentando seriedad - Soy el Tahijo, y no necesito dar explicaciones a nadie, se ve que muchos han olvidado eso. - Me solté del agarre y empezé a caminar hacia la habitación donde el médico había dejado a mi Clau.

Caminé por pasillos sintiendo en mi nuca la mirada de todos los que había dejado atrás, también pude ver como muchas personas que estaban en los pasillos al verme se quedaban quietos y bajaban su cabeza en señal de saludo. Realmente no me importaba nada solo llegar a la habitación de mi chico, para asegurarme que todo estaba bien. No se por qué pero tenia una sensación extraña en todo mi ser, no fue solo estrés lo que había provocado que se desmaye, sabía que algo mas pasaba, en el pasado muchas veces, habíamos pasado por situaciones muy estresantes, es verdad, nada se compara con lo que estamos pasando ahora, pero lo conozco y puedo jurar que en sus ojos había algo que no logré descifrar que era.

Entré a la habitación sin golpear, la verdad tenia tantas ganas de verlo que no me importaba nada, él estaba acostado con una sábana blanca que le llegaba a la mitad del cuerpo, mirando al techo, pensativo, no se había dado cuenta de mi presencia hasta que tomé su mano.

-Hola, ¿cómo te sientes? - le dije sujetando mas fuerte su mano, pero él me la soltó - ¿qué sucede?

-Estoy bien solo un poco… cansado - dijo sin despegar la vista del techo.

-Haz se encargó de enviar un mensaje a tus amigos, se hizo pasar por ti, para encontrarnos esta noche en un departamento en el centro de la ciudad, se que el doctor ha recomendado reposo, pero debemos apurarnos e irnos lo más rápido posible a Cisne donde tú y tus amigos estarán más protegidos, aparte Cisne es un lugar mucho más relajante y… - no pude continuar, Clau largó un suspiro y fijó su vista en mi, pude ver que en su mirada había miedo, preocupación, dolor y hasta desconfianza, eso me asustó muchísimo - ¿Amor qué tienes?¿Qué sucede?

-No lo sé, estoy confundido... tengo dudas… ¿y tú no me cuentas nada, quien es persona rubia? - estaban empezando a aparecer algunas lágrimas en su ojos -  ¿Realmente haces esto por La Tierra? ¿Qué ganas tu? quiero que me cuentes todo, ya no quiero secretos.

-Lo siento, se que quieres saber toda la verdad, pero debes saberla de apoco para que la puedas asimilar más lentamente. Si te digo todo de una no…

-¡NO! - gritó interrumpiendo - necesito saber todo antes de seguir con esto, antes de irme, necesito saber ¿por qué mi casa fue destruida? Tom, te amo pero estoy empezando a tener miedo, mucho miedo. Por favor dame calma.

Me quedé mirándolo unos minutos en silencio, tenía razón, él debería saber todo, pero no puedo, por mas que con toda mi alma quiera decírselo no puedo, no por el momento.

-¿Sabes que no puedes irte de esta nave sin que yo lo ordene? - dije muy seriamente y sin mirarlo.

-¿Qué? - su mirada era de susto, y yo moría de ganas por abrazarlo y tranquilizarlo.

-Realmente lo siento pero no puedo dejarte ir tan fácilmente, y menos ahora que ellos intentaron asesinarte… debes entender que eres…

-¿Que soy qué? - dijo muy nervioso y muy enojado - ¿Un saco de comida? ¿Un entretenimiento para ustedes? ¡NO! me quiero ir, me quiero ir y me iré - empezó a gritar y a tratar de levantarse de la cama, yo me quedé mirándolo sin saber que hacer; me había quedado congelado, reaccioné cuando me di cuenta que Clau nuevamente estaba por entrar en shock, me levanté lo mas rápido que pude y lo abracé; por suerte él se dejó abrazar.

-Tranquilo, sabes que nunca haría nada para lastimarte. Lo levante y lo acosté en su cama nuevamente, estaba temblando de miedo, pude verlo en sus ojos. - No, no eres un saco de comida, y mucho menos eres un entretenimiento para nosotros, solo eres la persona que más amo, y con la cual quiero compartir el resto de mi vida. Te contaré un pequeña historia - el asintió moviendo la cabeza, me senté a lado, voy a contarle un poco de nosotros, del inicio de nuestro planeta.

Hace mucho tiempo, pero mucho tiempo, incluso antes que La Tierra se formara, unos 7.500 millones de años existían, en realidad todavía existen pero hacen menos daño, o tratamos que hagan menos daño, en fin, existe una raza de seres llamados Golgar o como ellos se hacen llamar, Dioses Supremos, en ese tiempo nadie se atrevía a cuestionarlos. Ellos iban de planeta en planeta,  mataban a todos los habitantes, bueno no a todos, a algunos los dejaban en el planeta a otros, muy pocos, los llevaban con ellos a su propio planeta para usarlos de esclavos, ellos se dividían en 7 dioses, cada dios tenía su planeta y no se metía en asuntos o planetas conquistados por otros dioses, fue una época muy oscura, ya que ellos contaban con gran tecnología y cada vez que atacaban un planeta, se quedaban con todos sus recursos y toda su tecnología. Muchos planetas se perdieron en esa época oscura, muchas razas, muchas culturas y mucho conocimiento. A los Golgar solo les importaba volverse más fuertes y no les importaba nada, si debían matar a sus propios hijos o padres lo hacían, eran, son, una raza despiadada, el más fuerte de los 7 Dioses Supremos, por decirlo de alguna forma se llamaba, Aphos, él era el peor, pero el más confiado, el creía tener el universo a sus pies, muchos creían que era un verdadero dios, cada planeta que Aphos pisaba era destruido dejando a un grupo muy reducido de personas vivas;, se llevaba todos sus recursos y unos cuantos sobrevivientes para aumentar sus tropas y sus esclavos, incluso era temido por sus hermanos dioses. El planeta en el que él vivía con su familia, su familia eran él, su esposa, y un hijo, estaba habitado solo por esclavos que eran obligados a adorarlos todo los días sin importar nada, muchas veces caminaba por las calles de su planeta asesinando a cualquiera que se le cruzara en su camino, y esto es literal, el planeta en el que Aphos decidió habitar era un planeta  muy rico en un mineral que al trabajarlo se vuelve un material indestructible y de eso están construidas las naves, todas las naves, él se encargaba de venderlo al mejor postor y fortalecer su ejército. A los esclavos de ese planeta se los trataba de un forma muy humillante, les daban poco de comer y poca agua, si se quejaban los guardias, que eran fieles creyentes del falso dios, los mataban, se había impuesto la ley del silencio, toda persona que hablara sería asesina. Y esa ley era cumplida sin misericordia. Los esclavos eran llevaros todo el tiempo para trabajar en las minas, por esa razón al falso dios no le importaba si perdía a treinta o cuarenta esclavos por día; siempre había más de donde sacar mas y disfrutaba ver sangre correr por las calles, los cuerpos permanecían donde eran asesinados para que nadie olvidada cuál era su verdadero dios y cuál era su lugar y su castigo por no cumplir con lo que les era encomendado hacer.

Me detuve un tiempo para tratar de descifrar el rostro de Clau, él se veía asustado, confuso y aturdido.

-¿Por qué me cuentas esto?  - preguntó cuando se dio cuenta que no seguía hablando.

-Por que quiero que conozcas un poco más de la historia de Cisne, mi mundo. Te ayudará a entender futuras revelaciones.

-Continúa

-¿Estás seguro?

-Si

-Ok -iba a empezar a hablar aunque estaba algo incómodo en la silla que estaba sentado.

-Ven acuéstate conmigo - dijo, haciendo un lugar en la cama para que yo me acueste con él, continué con la historia, ignorando a la persona que estaba escuchando todo detrás de la puerta de la habitación.

-¿Dónde me quedé?, a sí cierto, durante muchos muchos años los habitantes de este planeta vivieron sin esperanza olvidando todo, todo, incluso algunos se olvidaban cómo hablar y otros de quienés eran sus parientes o de las costumbres que tenían en su planeta de origen, incluso olvidaban parte de su planeta. Ese planeta era conocido como el planeta del silencio, ni siquiera los animales se animaban a hablar, todos en el planeta veían a Aphos como un verdadero dios, y nadie se atrevía a cuestionar ninguna cosa que este decía, pero aún en los lugares más oscuros o más silenciosos siempre había esperanza. Hubo una persona que se levantó un día y junto a un puñado de hombres y tomaron la decisión que cambiaría el resto de sus vidas y la de todos los habitantes del planeta; y sin saberlo cambiar el curso de la historia del universo entero. Scott, se llamaba aquel hombre que inició la revolución, era uno de los guardias más cercanos al falso dios, convenció a un par de hombres de que esto debía terminar, empezaron a esparcir el rumor secretamente y con mucho cuidado de no ser oídos, de una revuelta, todos los que lo oyeron se dispusieron a ayudar. Un día mientras Aphos se encontraban en su trono revisando unos asuntos, una pequeña guerra, que servía de distracción empezaba en las minas más lejanas, lo que Aphos nunca tuvo en cuenta, fue que el número de esclavos era muy superior al número de soldados fieles a él en el planeta, mientras los guardias eran enviados a matar a todos los que estaban en la mina, aprovechando esto un grupo de esclavos se metía en el palacio para matar a Aphos. Encabezados por Scott, entraron al palacio con ayuda de los esclavos que trabajaban para Aphos, ellos los ayudaron a llegar hasta la habitación  donde se encontraba este con su esposa e hijo. El falso dios estaba sin guardias porque jamás esperó que algo así pudiera suceder; los primeros en morir fueron la esposa y el hijo, los mataron delante de él, pero este no sintió nada, era un ser sin sentimientos, los miró y los amenazó, fue Scott quien con su pequeña espada le cortó la garganta, y proclamó, -“Con esta sangre escribiremos el inicio de nuestra historia”- La revolución duró 7 días, en tan solo 7 días todos los seguidores de Aphos murieron, y por primera vez en ese planeta había esperanza para los habitantes. Luego de una larga y tranquila discusión decidieron poner a Scott como líder de este nuevo planeta que surgía de la sangre de un falso dios, este planeta que se llamaría Cisne.

Lo primero que ordenó Scott fue preparar todas las armas que se encontraban disponibles y preparar todas las naves. El falso dios contaba con uno de los ejércitos más poderosos, pero la mayoría de los soldados estaba en su contra, nadie hacía nada por miedo a morir, pero cuando vieron que una revolución se estaba llevando a cabo no dudaron en ponerse del lado de Scott y jurarle lealtad eterna. Él sabía que no tardarían en llegar los hermanos del falso dios, para apoderarse del planeta y del ejército de su hermano caído; tuvo razón, pero ellos ya estaban preparados, de algo había servido que Aphos fuera como fue, tenía el armamento y los recursos para volverse invencible, y al cabo de unos años, se convirtieron en un planeta floreciente y poderoso. Otros planetas al ver lo que ellos habían consiguieron decidieron llevar a cabo su propia revolución, en algunos planetas había funcionado y en otros no. Los planetas que no lograron tener éxito huyeron al nuestro en busca de refugio. Durante mucho tiempo fuimos, o mejor dichos somos considerados unos de los planetas más fuertes y el planeta con mayor tecnología, ¿sabes por qué?, simple, desde que Scott tomó el control del planeta y una vez que la paz se instalara en sus vidas, él y un grupo de personas más se dedicaron a recorrer otros mundos, otras galaxias, conocieron muchos mundos donde intercambiaron conocimientos y tecnología y formaban alianzas poderosas que hasta hoy en día se siguen manteniendo; gracias a eso nuestra sociedad prosperó y llegó a donde se encuentra hoy en día. Fue gracias a Scott que nosotros somos lo que somos, durante los días de su vida después de la revolución, él se dedicó a gobernar, mudaron su ciudad al otro lado del planeta donde construyeron un gran palacio, siguieron trabajando en las minas pero esta vez con condiciones más dignas y con maquinaria que habían conseguido en unos de sus tantos viajes a otros planetas.

Formamos un gobierno con distintas jerarquías, pero les resultó confuso por lo tanto decidieron que lo mejor sería seguir como estaban, para mi fue un acto de cobardía, nadie quería gobernar sobre otros, todos querían ser gobernados, y no los culpo, no conocían otra forma de vivir. Por eso hasta hoy en día hay una persona que toma las decisiones sobre el resto del planeta sin importar lo que el resto de los habitantes piense. Por suerte no hubo ningún Tahijo que haya ido por mal camino, sí se han tomado malas decisiones pero no por eso hemos dejado de seguir adelante.

Unos días antes de que Scott muriera, nos pidió que lo llevemos a la ciudad donde vivía el falso dios. En esa ciudad que habíamos abandonado todavía se encontraban los restos de Aphos, después de un gran discurso, él dijo que quería ser enterrado aquí, ya que la civilización que él había ayudado a crear tenía sus inicios aquí, y él quería su tumba en este lugar. Para que todos los habitantes de este hermoso planeta recordaran que un en los lugares más oscuros o más silenciosos siempre habrá esperanza. Esa fue su última voluntad. Y a pesar de que ese lugar está lleno de malos recuerdos, y el silencio reina por que nadie quiere acercarse, entre tanta oscuridad y tanto silencio se encuentra un sarcófago de piedra blanca con los restos de nuestro salvador Scott; junto a él un sarcófago de piedra negra con los restos de Aphos.

En todos estos años muy pocos se han atrevido a ir a ese lugar, incluso muchos olvidaron donde se encuentra, yo he ido una vez, y nunca más, ya que estar en ese lugar me provoca una sensación de angustia y sufrimiento terrible. Cuando Scott falleció su hijo tomó el mando del planeta, y al igual que su padre nos guió por el buen camino. Muchos idealizaron a Scott como un verdadero dios aunque este en vida nunca quiso ser llamado así, cuando murió, fue considerado un dios y se establecieron iglesias y el día de su muerte es celebrado como una fiesta mundial, escucharás cuando lleguemos una frase muy normal, “lo juras antes los ojos de Scott” es como en la tierra, cuando dicen “lo juro por dios”, creen que ante los ojos de Scott no puedes decir mentiras. Existen personas que no consideran a Scott un dios, son los menos, porque  ellos creen que si Scott no se hubiese levantado, otro lo hubiese hecho. Pero Scott nos enseñó a no juzgar a otra persona por lo que piensa o cree, también nos enseñó a amar. Cuando uno de nosotros se enamora es para toda la vida, en nuestro planeta no existe la palabra divorcio, nosotros nos entregamos a la persona que amamos en cuerpo y alma y luchamos por eso como Scott luchó por nuestra libertad.

Bien acabo de relatar una parte del inició de nuestra historia, estoy nervioso, Clau no dice nada solo me mira. Y me pongo más nervioso.

  • Es una gran historia - logró decir después de unos interminables minutos.

  • Sí lo es, es importante que cada miembro de nuestro planeta la sepa.

  • Entonces ¿Ustedes no me quieren comer? ¿No son reptilianos disfrazados?

  • ¿Qué? - dije sorprendido - decidido dejarás de ver esa serie de los 90, te esta lavando el cerebro.

  • Esa historia no dice mucho, solo me contaste sus inicios, pero no responde ninguna de mis preguntas, ¿por qué me la contaste?

  • Lo sé. Sé que no responde nada, pero prometo ir contando todo de a poco, solo promete que me tendrás paciencia, esto es solo el principio, lo que falta contarte es muy probable que no te guste.

  • ¿QUÉ? me estas asustando y por favor no me pidas que confíe en ti.

  • Sí lo haré, solo un poco más - deposité un suave beso en sus labios - Te amo.

  • Tom… yo…. también - dijo con un suspiro - por favor promete que me contarás todo lo antes posible.

  • Lo haré.

Por suerte unos golpes nos interrumpieron, era el doctor que venía a revisar a Clau, me dijo que debía descansar un poco más, yo solo lo miré y le dije que vendría después para llevarlo a nuestra habitación.

Al salir de la habitación me encontré con él que me miraba fijamente.

  • ¿Cuándo se lo vas a decir?

  • ¿Por qué te preocupa tanto que lo sepa o no?

  • ¿Realmente ese planeta vale todo esto?

  • ¿No te das cuenta? el planeta no me interesa, yo mismo lo destruiría si me lo ordenara el Consejo. Lo único que me importa es él. Ama ese mundo como nadie más y sé que si algo le pasara él estaría muy triste y no puedo permitírmelo… realmente lo amo.

  • Pensé que yo era él único en tu….

  • No te equivoques, tú eres una de las personas mas importante que tengo, tú y él están en mi corazón y los amo a los dos por igual. Siempre serás alguien importante para mi - me acerqué y tomé su mano - Sé que es difícil para ti. Pero debes entender, que él es la persona indicada para mí.

  • Lo entiendo, confío en ti y haré todo lo posible para que ustedes dos estén juntos, sabes que te quiero, y tú también eres una de las personas más importantes para mí.

  • Gracias por entender.

  • Igual me gustaría de le dijeras la verdad.

Dijo soltando mi agarre y caminando hacia quien sabe donde, yo me quedé ahí mirándolo, empecé a caminar hacia el lado contrario que él caminó, tengo muchas cosas por hacer antes de irme de este planeta, y realmente no me queda mucho tiempo.

  • Tranquilo... ya la sabrá -pensé mientras caminaba.

En algún lugar de la nave

  • Debes decirle la verdad, antes de que esto siga su camino- dijo el chico rubio que se encontraba a la derecha mío.

  • Antes de llegar a Cisne él debe saber todo, debes darle la opción de elegir si quiere seguir con esto o irse - dijo la otra persona que se encontraba sentado a la izquierda mío.

  • ¿Y perderlo? si le digo la verdad, lo perderé lo sé, no puedo. Me niego a perderlo. Lo amo demasiado.

  • Si tanto lo amas, debes decírselo, no puedes ocultar algo como esto.

  • Él tiene razón.

  • ¿Desde cuando lo apoyas? eres mi hermano deberías estar de mi lado.

  • Es el Kirin, siempre lo apoyaré, Tom escúchanos, ponte en el lugar de él ¿Te gustaría saber la verdad a millones de años luz de tu hogar?

  • No, claro que no.

  • Antes de que viajen a Cisne él debe saber la verdad, para bien o para mal, debes contarle todo - sentenció el rubio.

  • Está bien, no tengo otra opción que contárselo por el bien de la humanidad él debe saber la verdad.

Punto de Vista De Clau

Estaba levantándome de la cama, el médico me había dicho que ya me encontraba en perfectas condiciones para irme a mi habitación en la nave, todavía mi mente repetía una y otra vez la historia contada por Tom, me había dicho que me ayudaría a entender lo que está por venir, pero no veo cómo.

Mientras me terminaba de vestir, la puerta de la habitación se abrió dejando ver a la hermosa chica rubia de peinado raro, esta vez venía vestida un pantalón vaquero y una remera tipo top roja con zapatillas y un par de pulseras. Entró como si nada mirándome a los ojos y con una gran sonrisa.

  • Una de las cosas que más me gusta de la Tierra es su excelente ropa. Me encanta ir a tu planeta y comprarme ropa, es muy cómoda y los zapatos, PUFF, no paro de comprar. Tomás una vez me obligó a tomar todo lo que había comprado y arrojarlo por la borda, obviamente que no lo hice, tuve que comprar una casa cerca de la suya para poder guardar toda esta belleza, la semana que viene una de las casas de modas más importante de París, estará de rebaja, obviamente pienso ir. - la chica no paraba de hablar, no podía dejar de  verla.

  • ¿Quién eres tú? - logré preguntar.

  • Ya nos habíamos presentado, soy Oniell, una de los guardianes personales del Tahijo, y también del SayTahijo y obviamente del Kirin. Pero eso no importa, vine para llevarte a la habitación.

  • ¿Kirin? - pregunté confuso evitando que ella siguiera hablando, era muy evidente que no se pensaba callar.

  • Sí, ya lo conoces, pero eso no es importante, tienes que prepararte, intentaremos nuevamente ir a la Tierra a traer a tus amigos para que asistan a la boda. El Tahijo ha ordenado seguridad extra, está como loco, deberías tratar de calmarlo, solo a ti te hará caso, y te lo agradeceríamos mucho, puso las tres naves a trabajar a su máxima potencia, el lugar donde te reunirás con tus amigos está siendo fuertemente custodiado movilizó todas las naves y a todos los soldados. Nunca vi un despliegue tan grande y tan caótico - siguió hablando pero yo no la escuchaba, me ayudó a levantarme de la cama y me llevó casi arrastrando hasta la habitación que compartía con Tom, pude ver que afuera estaban los dos guardias que siempre me seguían a todos lados, no me miraban a los ojos, simplemente me seguían con la cabeza gacha mientras esta mujer rubia me arrastraba a la habitación, seguía hablando, de zapatos y otras cosas más que no quería escuchar.

Al llegar de a la habitación me metió en ella y cerró la puerta poniéndole seguro, dejando a los guardias afuera, ya había empezado a tener cierto cariño hacia esa parejita que me seguía a todas partes, la chica rubia me dio una maleta llena de ropa nueva.

  • Quiero pedirte perdón - dijo muy tranquila mirando hacia abajo.

  • ¿Por qué?

  • Cuando te atacaron en la Tierra y nosotros fuimos, una de nuestras órdenes era mantener la casa a salvo. Una vez el Tahijo nos contó que esa casa era especial, por que era la que tus abuelos habían construido para que sus nietos tengan un lugar, y con David tratamos de no hacerle mucho daño pero no nos dimos cuenta cuando uno de los asesinos se autodestruyó, volando la casa en mil pedazos, SayTahijo, le ruego me disculpe - se inclinó sobre una pierna con la mirada baja y yo me quedé sin aliento, no podía verle los ojos, pero sabía que estaba derramando una lágrima.

  • No tienes por que pedir perdón, estabas haciendo tu trabajo, ¿Puedes mirarme?

  • Solamente si usted me lo permite, el Tahijo nos quitó el derecho de verlo a los ojos, solo si usted lo permite podemos verlo a la cara nuevamente.

  • ¿Qué? ¿Qué significa eso?

  • En nuestro planeta, no tenemos permitido verlos a los ojos a los miembros de la familia real, más específico a los reyes, Tahijo y SayTahijo, es un derecho que nos ganamos cuando ellos confían en nosotros, solo los capitanes y generales del ejército, y no a todos se les otorga ese derecho, incluso muchos miembros, primos, tíos, no tienen permitido verlos a los ojos.

  • Eso es una estupidez - dije pensativo, esas son sus costumbres y no puedo hacer nada para cambiarlas, suspiré - Puedes mirarme, te devuelvo el derecho.

  • Pero Señor…

  • Soy el SayTahijo ¿no? - dije pasando a su lado y abriendo la puerta - Ustedes dos - les dije a los guardias que tenían la cabeza gacha - Les devuelvo el derecho de mirarme a los ojos, o a la cara, o a cualquier parte del cuerpo, eh… no mejor eso no, les devuelvo el derecho de mirarme como antes - al decir eso entré a la habitación antes de que los dos guardias pudieran decir algo - Ponte de pie una vez por todas.

  • Gracias a Scott, sabes lo incómodo que es estar arrodillada con esta vestimenta, vamos, tienes que cambiarte, debes ponerte lindo, para ver a tus amigos. - dijo dirigiéndose a la puerta para irse. - ¿sabes? esperaba que me devolvieras el derecho, pero no esperaba que se lo devolvieras a los guardias.

Cuando esta chica se fue de la habitación yo me propuse dar un baño para calmarme, estando bajo el agua me di cuenta de lo que había hecho, ¿Acaso fui yo quien dijo eso a los guardias, o a ella?, no soy nadie, pero se sintió tan bien al decirlo, otro pensamiento cruzó por mi cabeza que me dejó helado. Mis amigos estaban por venir a la nave y se estaban por enterar de todo, ¿cómo reaccionarían? eso me puso muy tenso, incluso sentí como me faltaba el aire. Pero lo que más me asustó fue una mano que tocaba mi espalda y unos labios en mi cuello susurrando un “Tranquilo”, me di cuenta que era él, no lo había sentido entrar, estaba tan metido en mis pensamientos que no sentí la puerta abrir ni a él desvestirse. Me giré para verlo a los ojos, y automáticamente él me beso, lento y profundo, pude sentir como mi pene se endurecía y como sus manos viajaban por todo su cuerpo, al igual que las de él, hacía mucho que no teníamos intimidad, y yo estaba muy tenso con todo esto, olvidarnos de todo un rato no nos vendría nada mal sin pensarlo mucho, me arrodillé y puse su pene en mi boca, Tom, gimió sorprendido, yo lo tomé como un triunfo, hace mucho que no disfrutaba de esa delicia. Mientras Tom metía sus dedos entre mi pelo y me obligaba a meterme a fondo su pene y me atragantaba, él amaba hacer eso y ver el esfuerzo que hacía para no morir atragantado, después de un buen rato de chupar ese enorme pene y esos deliciosos huevos y de hacerlo gemir me levantó y me dio media vuelta, era su turno de chupar, empezó besando mi cuello y susurrando cosas en mi oído, que no lograba descifrar, sin mucho preámbulo y sin apartar su boca de mi cuello llevó un dedo a mi entrada y me lo metió  haciéndome gritar, aprovechó para clavar sus dientes en mi cuello, sé que dejará una marca pero a mi me encanta exhibirlas y a él le encanta que las exhiba. Fue bajando poco a poco hasta llegar a mi agujero, empezó a dilatarlo con su lengua mientras yo gritaba de placer, estuvo un buen rato entretenido con mi entrada hasta que se paró de golpe y volvió a morderme del otro lado de cuello, mientras yo me perdía en el placer que era sentir sus dientes en mi cuello él me introdujo su pene de un solo golpe, por suerte él es muy bueno con su lengua y casi no sentí nada sino ya estaría a los gritos, empezó con un rápido vaivén sé que más tarde me dolerá, pero él es muy salvaje cuando se trata de tener sexo, no es que me queje, me encanta.

Con una de sus manos bajó hasta mi pene que pedía a gritos atención y empezó a masturbarme, un par de penetraciones más y yo ya estaba por acabar, intenté decirle pero no podía articular palabra y cuando me quise dar cuenta mi pene largaba una cantidad de semen impresionante, pude sentir como el ritmo de Tom empezaba a bajar y su respiración se cortaba, señal que pronto acabaría, y así lo hizo pude sentir como me llenaba de su esencia. Es la primera vez que yo y él lo hacemos sin protección, aunque llevamos 10 años juntos es la primera vez que le permito que me acaba dentro, no es que desconfíe de él, nunca lo hice, y sé que él no me engaña y que los dos estamos limpios pero nunca me gustó hacerlo sin protección, pero esta vez lo deje. Sé que él estará muy contento por eso.

Después de haber terminado de limpiar los restos de semen que habíamos dejado intentamos bañarnos devuelta, no resultó, volvió a hacerme el amor otra vez, y otra vez, este hombre no se cansa nunca, tuve que rogarle para que podamos terminar de bañarnos, mis piernas temblaban y si no hubiese sido por que la puerta de la pieza que se abrió, Tom me lo volvería a hacer en la cama.

  • Cuanto olor a sexo - exclamó Oniell al entrar a la habitación.

  • ¿Qué haces aquí? - gruñó muy de mal humor Tom.

  • Lo siento Tahijo, ya está todo listo, falta media hora para que los amigos del SayTahijo, se reúnan en el lugar que acordaron.

  • Ok, ya vamos. Ahora retírate - gritó Tom de muy mal humor.

  • Tomás - exclamé, enojándome - se que querías seguir, pero hay cosas más importantes que hacer, además, me dijeron que el viaje a Cisne es muy largo. - esto último lo dije lo más sensual que pude, a Tom le encantó esa idea ya que se empezó a vestir con una sonrisa en los labios.

Punto de Vista de Tomás

Salí de la habitación con una gran sonrisa y con Clau tomando mi mano, mostrando sus dos hermosas marcas en el cuello, había prohibido que lo miren al rostro por lo tanto no podía exhibirlas como a mi me gustaba, me gustaba que lo hiciera para que todos se den cuenta que él es mío y de nadie más, el tiempo que nos habíamos tomado en la ducha realmente fue maravilloso, y aunque tenía ganas de hacer demasiadas cosas con él, tenemos una misión que cumplir, y una obstáculo que pasar, sus amigos.

No es que me lleve mal con ellos, pero si puedo evitarlos mejor. Sé que harán muchas preguntas, y no van a ser tan fáciles de evadir como lo es Clau.

Al llegar a la habitación de transporte estaban todos preparados para llevarnos a la Tierra, esta vez me aseguré de llevar el comunicador, igualmente antes de de que nosotros lleguemos había enviado a un grupo de guerreros para que verifiquen que no nos íbamos a encontrar con ninguna sorpresa.

  • Hay algo que tengo que decirte, es muy importante, creo que debes saberlo antes de irnos a Cisne. - le dije a Clau, es muy importante lo que tengo que decirte, puede cambiar todo.

  • Me estás asustando. ¿Es algo malo?

  • Señor estamos listos - Por suerte Sheppear interrumpió.

  • Muy bien, hagamos esto, Sheppear, si no quieres terminar como comida para dragones, más te conviene que esta vez no haya sorpresas - advertí, medio en serio.

  • ¿Dragones? - preguntó Clau, pero no pude responderle por que una potente luz nos cegó, cuando volvimos a abrir los ojos nos encontrábamos en un lujoso departamento amueblado muy cerca de donde era nuestra antigua casa.

El lugar donde ahora nos encontrábamos era muy bonito y muy distinto a la otra casa, Clau parecía maravillado por el lugar, pero no solté su mano, después de la experiencia anterior no quería corres riesgos, miré el lugar detenidamente y escuché cada ruido tratando de percibir cualquier indicio de peligro, Clau se dio cuenta de lo que estaba haciendo y se acercó más a mi, por suerte todo parecía normal. Solté su mano muy lentamente y caminé hasta el gran sofá que se encontraba y me senté. Llevé mi mano a la oreja para poder comunicarme con la nave.

  • Ya estamos aquí, todo parece normal, tengan todo preparado para nuestro regreso. -Clau caminó y se sentó al lado mío, parecía nervioso.

  • ¿Realmente crees que ellos van a tomar todo tan fácilmente y se irán con nosotros sin muchas vueltas? incluso a mi me cuesta creer todo esto, y todavía hay cosas que no me cuentas, ¿qué querías decirme en la nave?

  • No, sé que no será fácil incluso sé que no aceptarán nada de lo que les diga. Y después de decirte lo que tengo que decirte…. sé que te querrás ir y no volverme a ver nunca más, pero tengo fe. Hace mucho una persona dijo “ en los lugares más oscuros o más silenciosos siempre habrá esperanza.” y quiero tener esperanza.

  • ¿Qué es tan importante lo que me tienes qué decir? - Por suerte sonó el timbre del apartamento avisando que los amigos de Clau habían llegado.

Uno por uno los amigos entraron y nos saludaron mientras preguntaban qué había pasado con nuestra antigua casa, habían escuchado que hubo una explosión pero no sabían nada más, la policía y los bomberos no habían dejado pasar a la prensa, y nadie tenía información de lo ocurrido, según vecinos fue una gran explosión, me reté mentalmente por qué la explosión había sido por parte mi culpa, también preguntaban por el lindo departamento, que era muy caro, como lo habíamos conseguido, si siempre lo tuvimos y por qué no les habíamos dicho nada, por suerte callé sus preguntas cuando les dije que tenía algo muy importante que contarles.

  • ¿Se van a casar? - Exclamó Juan muy emocionado tomando la mano de su pareja Leo.

  • Sí. Pero no aquí.

  • Se van a México, siempre quisieron ir ahí, tenemos que ver si podemos ir todos - comentó Mariano mientras se sentaba al lado de Horacio, su marido.

  • No es en este continente

  • ¿En Europa? - Volvió a exclamar/gritar Juan - Siempre quise ir a Europa, Tienen que casarse en París, es tan romántico.

  • Nos casaremos en un lugar mucho más romántico que París.

  • ¿Australia? es Hermoso pero siempre hace mucho calor, ¿no sería mejor París? - Volvió a interrumpir Juan.

  • Juan, si me dejas hablar te podré explicar donde…

  • Clau, tenemos que organizar la despedida de soltero, escuché hablar de un restaurante que te atienden unos meseros súper sexys con muy poca ropa - Volvió a interrumpir Juan, decidido, esta persona muere hoy, pensé para mis adentros.

  • Juan, deja que Tomás nos cuente ¿y como sabes de esos restaurantes? - interrumpió su novio Leo.

  • Me contó un amigo que fue la semana pasada - Dijo algo avergonzado, cosa que me causó gracia.

  • Chicos, por favor no me interrumpan que es importante lo que tengo que decirles y no tenemos tiempo.

  • ¿Qué, ya sale su avión? - otra vez Juan

  • No Juan… no… - Dije un poco molesto pero me volvió a interrumpir.

  • ¿Se fijaron bien el tema de los asientos? ¿Y del peso de la valija? ¿Por qué aerolínea viajan?

  • ¡Juan! - Gritamos todos al mismo tiempo.

  • Por favor, trata de no interrumpirme - esta vez no habló, solo movió la cabeza en modo de afirmación, tomé aliento y pensé las mejores palabras para decirles - No soy humano - todos me miraron y se empezaron a reír, creyendo que era un chiste - Enserio no soy de este planeta, Clau y yo nos vamos a casar en mi planeta y queremos que ustedes nos acompañen. Más risas estallaron.

  • Me imaginé que no me iban a creer, y estaba preparado para eso. - Una vez que las risas habían disminuido me levanté y caminé hasta la cocina, volví donde ellos se encontraban con un cuchillo en la mano, todos incluso Clau me miraron atentamente y antes que pudieran decir algo con el cuchillo corté mi muñeca, de ésta empezó a salir sangre pero no de color rojo como la de ellos, sino de color azul. Todos se quedaron mirando sorprendidos, pero nadie dijo nada, todo era silencio.

  • ¿Era necesario hacer eso? - preguntó Clau después de unos minutos - ¿No podías solo transportarlos a la nave?

  • ¿Y perderme sus rostros?, míralos - Dije con una gran sonrisa.

  • ¿Nave?  - dijeron todos al mismo tiempo.

  • Muy bien, Haz, estamos listos. Dije llevándome la mano sana a la oreja donde tenía el comunicador.

  • ¿Haz, nos va a estar esperando? - Preguntó Clau evidentemente preocupado.

No tuve tiempo de responderle, una luz nos cegó y cuando abrimos los ojos estábamos en una habitación blanca con un gran ventanal desde donde se podía ver el planeta Tierra.

  • Bienvenidos al Dedalos - dijo una voz robótica detrás nuestro.

Cuando los chicos girando se encontraron con Haz, la expresión que pusieron no era nada bonita.

  • ¿Qué es esto? ¿Dónde estamos? ¿Esa es La Tierra? - preguntó Juan muy nervioso mirando para todos lados tomando con fuerzas la mano de su novio.

  • Juan, Tranquilo - Intentó tranquilizarlo Clau, cosa que me sorprendió muchísimo.

  • Como dijo Haz, este es el Dedalos la nave insignia del planeta Cisne, y sí, ese que se ve ahí es el Planeta Tierra  - Clau estaba muy tranquilo, y eso me llenó de orgullo. Mientras él hablaba yo me ponía una venda en la mano para tapar la herida, el Kaiu que tengo dentro se encargara de hacerla desaparecer.

  • Les voy a pedir que me acompañen a la otra habitación donde les contaré toda la historia, lo lamento, pero estamos cortos de tiempo.

Milagrosamente todos caminaron sin decir nada, miraron a su alrededor como niños curiosos, Se asombraron cuando Marie y Per se pusieron detrás de Clau para escoltarlo hasta la otra habitación, este estaba muy tranquilo, por suerte, no se lo notaba nervioso y si lo estaba lo disimulaba muy bien. Yo en cambio estaba mucho más nervioso que de costumbre, aunque trataba de disimularlo.

La habitación en la que entramos era completamente blanca con una gran mesa redonda de cristal, varias sillas y un ventanal que daba a la Tierra, en el medio de la mesa blanca había una gran fuente con agua.

  • Por favor, tomen asiento - Todos se sentaron, este silencio me está empezando a incomodar, en la sala aparte de estar Merie y Per, los guardias de Clau, también estaban, David y Oniell mis guardias, mi hermano, el chico rubio que me dio una sonrisa de apoyo y Sheppear que no se qué está haciendo aquí.

  • Por favor, les voy a pedir que no me interrumpan hasta que termine de contar todo. - lo miré serio a Juan y este movió la cabeza en modo de afirmación - Muy bien aquí voy.

Les conté todo, desde que Clau llegó a la nave hasta hace un par de horas, omitiendo el hecho de la ducha. Les conté la decisión del consejo de destruir la Tierra y la historia del nacimiento de nuestro planeta. Las semejanzas que hay entre su mundo y el nuestro. Todo.

  • Esta es una parte de la historia, ¿Alguna pregunta? - dije tomando un poco de aire después de tanto hablar.

  • Sí, yo, en realidad, tengo varias - quién otro más que Juan.

  • Les recuerdo que tenemos poco tiempo - nos interrumpió Sheppear.

  • Yo no voy a ningún lado si no aclaro todas las dudas que tengo - esta vez Leo habló, este es un chico al que respeto mucho, es él único que me agrada.

  • Lo sé, solo digo que si tienen dudas las aclaren lo más rápido posible el Joyride está listo y en espera para llevarlos a Cisne - Volvió a insistir el Capitán.

  • ¿Te piensas que me voy a subir a una nave e ir a otro planeta del cual no conozco nada? esto se tiene que analizar, pensar, no pueden pretender que hagamos todo lo que  ustedes quieran.

  • Muy Bien todos cálmense – El chico rubio se levantó e intentó tranquilizar las cosas, que se estaban poniendo feas – ambos tienen razón, no hay tiempo y ustedes merecen que todas sus dudas sean respondidas, pero hay algo que deben entender. Mientras nosotros estamos discutiendo qué hacer y qué no hacer, el Consejo se está reuniendo para tomar una decisión sobre su planeta, y estos no tienen dudas si tienen que destruir la Tierra lo harán sin importarles nada, la única opción que tienen es que mi…digo el Tahijo se case con Clau y así poder interferir en nombre de todos los habitantes del planeta Tierra, por favor, si no quieren ver como su planeta es destruido, confíen en nosotros. – Nunca lo había escuchado hablar de esa forma, me llena de orgullo.

  • Sus dudas van a ser respondidas, todas - dijo mi hermano -  sin excepción - me miró fijo a mí, era evidente que eso iba para mí.

  • Ok, - dijo Horacio - Lo haremos, pero queremos toda la verdad. No queremos que nos ocultan nada, y si alguno de nosotros decidimos irnos nos iremos y ustedes deben dejar que nos vayamos sin problema.

  • Me parece bien.

¿Cuánto tiempo estaremos afuera? tengo que hablar con mi jefe y la facultad, no tengo días disponible no sé si podré ir - empezó a cuestionar Juan

  • Por eso no se preocupen - Lo interrumpí - tenemos contactos en todo el país, antes que ustedes llegaran a la nave sus respectivos jefes fueron informados que se ausentaron por un tiempo.

  • ¡¿Qué?!  - Dijeron todos al mismo tiempo.

  • Eso - dije tratando de sonar normal - Movimos un par de contactos para asegurarnos que ustedes puedan venir sin problemas.

  • Lo que el Tahijo quiere decir es que tenemos todo cubierto, Ustedes pueden venir con nosotros sin problemas - Dijo el chico rubio.

  • Ok, pero aun así, tenemos que ir a buscar ropa, nuestras cosas.

  • Tampoco hace falta, en Cisne recibirán ropa y accesorios de cuidado.

El silencio reinó en la habitación, todos estaban procesando la información, Sheppear me miraba con odio pidiendo que me apure, realmente estaba muy preocupado.

  • Hay otra cosa qué tienen que saber antes de partir - Dije llenándome de valor. Es ahora o nunca - Lo que les voy a contar seguramente cambiará muchas cosas, Clau, antes de juzgarme por favor escucha…...

  • ¿Crees que es el momento? - me interrumpió el chico rubio poniendo su mano, en mi hombro.

  • Santy, tú y mi hermano tienen razón, él debe saber la verdad, antes de llegar a Cisne - Dije sin despegar la mirada de sus ojos.

Hace años, muchos años, antes que la vida llegara a su planeta, el nuestro sufría una enfermedad que amenazaba con exterminar toda nuestra raza, nuestros científicos y médicos buscaron durante años una solución, tenemos mucha tecnología en nuestras manos e infinito conocimiento, y aliados en todo el universo. Pero aún con todo ese poder, no podíamos curar a nuestros enfermos, cada día que pasaba moría gente, muchos pensaban que esta enfermedad era una maldición del falso dios. No sabemos exactamente qué la provocó, o sí, pero eso no es lo importante, lo importante fue la cura, uno de nuestros científicos, después de años de investigación encontró un antídoto, que nos curaría, el problema era que este antídoto debería cultivarse dentro de un organismo vivo… Todos en la sala me miraron… Después de un intenso debate, que duró muchos años, se decidió, buscar un planeta no muy lejano al cual usar para sembrar,  o sea, mmm no se como explicarlo, se decidió… crear  organismos vivos similares a nosotros y usarlos como recipientes para que este antídoto en forma de enzima pudiera crecer y desarrollarse sin problemas. - Pude ver que algunos se estaban asustando - era necesario, no podíamos cultivar la enzima en nuestro organismo y no podíamos plantarla en otro ser vivo para luego matarlo, para extraerlo - Ahora todos me miraron con pánico, Juan iba a decir algo pero lo callé antes de que me dijera algo - se creyó que lo mejor en ese momento era buscar un planeta, sembrar la semilla de la vida, alterar ese organismo para que la enzima creciera sin problemas, y asegurar que esa nueva forma de vida creciera diferente a nosotros. Ya que sería más fácil para nosotros si no se parecían tanto a uno mismo a la hora de levantar la cosecha.

  • ¡Alto! - exclamó Clau horrorizado levantándose de la mesa - ¿Qué estás intentando decir? ¿Que ustedes crearon la raza humana y pusieron en nuestro cuerpo su estúpido antídoto para que no mueran? - estaba furioso nunca lo había visto de esa forma, se acercó de forma amenazante, Oniell y David estuvieron apunto de ponerse en medio, pero les hice señas para que no se movieran.

  • Entiende, no pensábamos que ustedes evolucionarán como lo hicieron, fue un error - me di cuenta que fue una muy mala  idea haber dicho eso cuando sentí la cachetada que me dio mi Clau. Me miraba con mucho odio y no lo culpaba.

  • No fuimos un error.

  • No quise decir eso. Nunca pensaría eso.  Por favor déjenme terminar la historia. - Quise tomar su mano pero no me dejó, se fue y se sentó nuevamente en su asiento mirándome con desprecio. Los otros quisieron decir algo pero no se los permití.

La idea era dejar en distintas partes del mundo un grupo reducido de humanos, y que estos se reproduzcan. Ustedes… rompieron todos los esquemas, no deberían haber evolucionado como lo hicieron. Lo único que tenían que hacer era permanecer en un solo lugar y comportarse como animales salvajes, pero no. Después de 200 años de haberlos dejado, cuando volvimos al planeta, ustedes estaban formando tribus y adaptándose a su entorno como ningún otro ser vivo, cosa que nos pareció sorprendente. Pero no fue suficiente. En apenas 200 años, no había suficiente población humana como para generar suficiente enzima para todo Cisne, la razón era simple. Sus cuerpos eran frágiles, de hecho aún lo son,  pero en ese entonces, no llegaban a vivir lo suficiente, sino no era por frío morían de hambre, o de alguna estúpida enfermedad o eran devorados por algún animal más grande. No se imaginan lo difícil que fueron los primeros pasos de la humanidad en el planeta Tierra, si no hubiese sido por nosotros que les enseñamos a cultivar, a cazar, a protegerse del frío o  de algún animal salvaje nunca hubiesen llegado hasta donde están ahora, incluso varias veces en la actualidad los hemos ayudado a salir adelante, quisiéramos ayudar más pero simplemente no podemos, no es correcto. Cada vez que volvíamos a visitarlos ustedes estaban más evolucionados que antes y eso nos hizo generar la duda de si teníamos el derecho que creíamos tener.

Toda la habitación se quedó en silencio, probablemente, procesando toda la información que acaban de recibir. Sé que es difícil de asimilar. Pero por su bien espero que lo hagan pronto.

De repente toda la nave tembló, algo nos había golpeado, todos se levantaron y las luces rojas que indican peligro empezaron a prenderse y apagarse.

Por mi comunicador me informaron que la nave de Saya nos había disparado.

  • ¿Qué, cómo qué la nave de Saya nos dispara? - pregunté muy enojado - Comuníquese ya con ella - grité.

Después de un breve minuto y otro disparo más, escucho a Saya por él comunicador.

  • ¡Saya! ¿Qué rayos sucede? ¿Por qué nos atacas?

  • Alguien está controlando las armas de mi nave, no puedo recuperar el control.

  • Señor, nuestros escudos cayeron - dijo Cristal por el comunicador.

  • ¿Qué? ¿Cómo pasó eso? - Preguntó mi hermano.

  • Los escudos estaban al treinta por ciento cuando recibimos el primer disparo, ese disparo dio cerca del generador de energía principal, no pudimos levantar los escudos.

  • ¿El camuflaje funciona? - Pregunté.

  • Sí Señor - Otro disparo.

  • ¡SAYA!

  • Estoy en eso, dame algo de tiempo. - se notaba que estaba muy nerviosa.

  • No hay tiempo. Debemos transportar al SayTahijo y a sus amigos a las otras naves para evitar… - dijo Santi pero fue interrumpido por otro disparo.

  • Señor, los motores no responden

  • ¡Saya! no hay tiempo, enviaré a mis soldados a tu nave - miré a David y a Oniell, estos movieron su cabeza en forma afirmativa, entendiendo qué quería decir.

  • No necesito a tus hombres aquí - Dijo una muy enojada Saya.

  • No te lo estoy preguntando.

  • Señor, hay sectores de la nave muy dañados

  • Cristal transporta al Saytahijo y a sus amigos al Prometeo - grité mientras miraba a Clau temblando de miedo, pero antes de que pudiera acercarme pude ver como desaparecía ante mi.

Punto de Vista de Clau

Mi vista se nubló y cuando pude ver nuevamente me encontraba en otra nave frente a una mujer que se parecía más a un hombre que a una mujer, tenía el pelo negro muy corto y su cuerpo parecía haber estado horas y horas en el Gimnasio.

  • Bienvenido SayTahijo al Prometeus una de las naves de batalla de Cisne, es un honor para mi conocerlo, lamento que sea en esta circunstancias, mi nombre es Replay. - Ella tenía la cabeza gacha, no podía verme a los ojos, me había olvidado de esa estúpida orden.

Realmente no la escuchaba, mis ojos solo veían lo que se podía ver por la ventana, la nave de Saya disparando a la nada, no se cómo describirlo. Los disparos golpeaban algo que no se podía llegar a ver. Miré a mis amigos y vi como ellos estaban asustados viendo lo mismo que yo.

Me di vuelta y vi a la mujer, llenándome de valor le hablé.

  • Quiero un comunicador.

  • Señor, es mejor que vaya a la habitación que le preparamos para que descanse hasta que todo esté solucionado.

  • Quiero tu maldito comunicador - exclamé furioso, dejándola sorprendida, incluso mis amigos se giraron para verme. Ellos nunca me habían visto de esta forma.

No duró ni un minuto y me dio un comunicador el cual me puse en mi oreja y pude escuchar las voces de Tom, su hermano gritar y la de Saya tratar de calmarlos, aunque se escuchaba que ella estaba más nerviosa que los demás. También puede ver como el camuflaje de la nave comenzaba a fallar, era cuestión de minutos o segundos para que este fallara y la nave quedara expuesta.

- Saya, el camuflaje dejará de funcionar y si quedamos expuestos, será un grave problema. Debes recuperar el control de tu nave - Pude distinguir la voz de Tom.

- Lo sé. Pero no puedo recuperar el control. Ya hemos revisado todo, no puedo recuperar la nave - Pude ver otro disparo y como volvía a fallar el camuflaje.

- Señor, hay fuego dentro de la nave, la situación es crítica. - Creo que esa es la voz de Cristal, esto me esta poniendo muy nervioso.

- Saya debes detener tu nave ahora, no podemos dejar que la nave quede descubierta, No podemos permitir que el consejo descubra que estamos aquí.

Mis ojos se empezaron a cristalizar, tenía ganas de llorar sabía que algo malo pasaría si no hacía algo. Y entonces se me ocurrió.

  • Replay - Exclamé sobresaltado a todos en la habitación. - Puedes llevar al Prometeus… ponerlo entre la nave de Saya… y la nave de Tom… el escudo... tal vez…. - no podía decir bien lo que pensaba, estaba muy nervioso, por suerte ella entendió lo que intentaba decir.

  • Sí puedo hacerlo, escudos al máximo, preparen los motores, pongamos en el medio de las dos naves. Nosotros seremos el escudo de el Dedalos eso le daba algo de tiempo para detener el ataque. - Por un momento fijé la vista en mis amigos, estaban atentos a todo lo que pasaba pero no decían nada, se limitaban a ver por las grandes ventanas, pude ver en sus rostros pánico, terror y un montón de cosas más que no sabía exactamente qué eran, no podía imaginarme lo que estaba pasando por sus mentes, de todas forma no me importaba, tenía el comunicador puesto en mi oreja y escuchaba todo lo que Tomás decía y cada vez me asustaba más.

- Saya, debes recuperar el control de tu nave no podemos perder el tiempo, estamos a punto de caer.

- Lo sé, hago todo lo que puedo, Solo una opción queda. - Esto último lo dijo en voz muy baja, que casi nadie escuchó, solo yo, y no sé por qué razón mi corazón empezó a latir rápidamente y sentí miedo, ¿qué es lo que piensa hacer?

Otro disparo, pero esta vez no dio a la nave, sino que dio al escudo del Prometeus. Replay lo había logrado. Puso la nave entre medio de las otras dos y evitó que ese disparo llegara y el sistema de camuflaje cayera por completo.

- Replay, ¿qué estás haciendo? - Preguntó por el comunicador Tom.

  • Fue una orden del SayTahijo. -Me ordenó poner mi nave entre las de ustedes para servir de escudo.

- ¿Es verdad eso? - preguntó Tom.

  • Desde esta posición puedo extender el escudo y el camuflaje.

- ¿Qué estás esperando? Hazlo - gritó el hermano de Tom. - Pude ver como la otra nave también se acercaba.

  • Aquí el Delajio, haremos lo mismo. Debemos proteger al Tahijo - La nave de Saya seguía disparando.

- Saya, debemos hacer algo.

- Lo sé y lo estoy haciendo.

- ¿Qué dices, qué es lo que vas a hacer?- Tom sonaba preocupado y eso me ponía más nervioso.

- Tahijo, SayTahijo no dejen de luchar por la causa.

- ¿Qué rayos estás intentando hacer? - Sé generó un silencio y después de un interminable minuto ella habló.

- La única solución que me queda. No puedo recuperar el control de mi nave, si no hago esto los escudos de tus naves fallaran y si eso pasa quedarán expuestas y nunca me lo perdonaré. Debo hacerlo.

- Saya no lo hagas. Tenemos al Prometeus… - ella no lo dejó continuar

- Seguirá atacando y atacando. Si llegan a estar monitoreando se darán cuenta. No podemos seguir así - Otro disparo - no voy a dejar que los descubran por mi culpa. Solo les pido que hagan sufrir a esos malditos.

- A todos los capitanes, transporten a todos los miembros de la nave de Saya, Rápido. Incluso a ella. ¡HÁGANLO AHORA! - pude escuchar a Tom gritar por el comunicador.

Silencio, no podía escuchar nada, aunque todos se movían de un lado a otro, aunque sabía que estaban hablando yo no escuchaba nada. Todo se volvió silencioso. Por la ventana pude ver como la nave de Saya se destruía después de una gran explosión, mi respiración se cortó, lo entendí. Saya no podía controlar su nave, no podía recuperar el control, por lo tanto decidió autodestruirse a exponernos. Se sacrificó para salvarnos, a todos, a mi. Lo único que podía escuchar fue el grito de Tomás, un NO, lleno de pena que me desgarraba el alma. Sentí como todo mi cuerpo temblaba, miré a Replay.

  • Lo siento, no pudimos transportar a muchas personas - dijo muy apenada.

  • ¿Qué quieres decir? - aunque sabía lo que quería decir me negaba a creer.

  • Lo siento, no pudimos hacerlo SayTahijo, la auto destrucción, ocurrió muy rápido no nos dio tiempo de transpor…

  • ¿Y Saya? ¿Ella esta viva?- exclamó

  • Lo siento. La cabina donde se encontraba Saya tiene una protección extra, para evitar la tele transportación… No Pudimos…

  • Oh por dios no puede ser - de repente mi vista se empezó a nublar, lo último que recuerdo es que estaba cayendo y mis amigos se acercaban corriendo así a mi. No sé por qué pero lo entendí. Entendí que ella intentaba protegerme a mi, otra opción no le quedaba y se sacrificó.

Punto de vista de Tomás

Estaba otra vez en esa habitación blanca, sentado en una incómoda silla, después de casi media hora de gritos y amenazas logré hacer que me dejaran entrar a la habitación donde Clau está recostado en una cama blanca, durmiendo tranquilamente ajeno a todo lo que pasaba  afuera.

Pude ver como empezaba a despertar y a buscar a alguien a su alrededor, de seguro que a mi, me acerqué a él, al notar mi presencia me miró y sonrió, pero no duró mucho, enseguida me acerqué más y lo abracé, porque había empezado a llorar, y yo que había retenido bastantes lágrimas empezaron a escaparse una por una.

  • Ella murió - dijo entre lágrimas.

  • Murió para protegernos a todos, si el Consejo se enteraba que estábamos aquí habría una guerra, ella lo sabía y decidió sacrificarse para evitarla. No debes pensar más en eso.

  • No puedo, ella murió por mi culpa.

  • Nunca te culpes por esto, Saya sabía lo que hacía.

  • ¿La apreciabas mucho, no?

  • Era una gran amiga, una gran persona, la conozco hace muchos años.

  • Realmente lo siento.

  • No es tu culpa, deja de hacerlo. Saya sabía el riesgo que corría al imponerse contra el Consejo, debes entender que todo esto pasa por una razón.

  • ¿Y ahora, cómo sigue todo esto?

  • Debemos partir hacia Cisne lo más rápido posible.

  • Iré - Dijo con afirmación.

  • Pero aún no conoces todo…

  • No me interesa saber cual es la verdad, Saya y otros miembros de la nave se sacrificaron para protegernos, yo iré - exclamó - y si mis amigos no quieren ir, no me quieren acompañar, pues entonces iré solo, que ellos regresen a la Tierra, yo iré a Cisne y nos casaremos, por honor a Saya.

  • No quiero que lo hagas por eso.

  • No es solamente por eso, Tom hace mucho te prometí que estaría contigo el resto de mi vida, y que pase lo que pase yo estaré ahí. Porque te amo. Y pienso cumplir esa promesa.

  • No tienes miedo que me alimente de ti algún día.

  • Sé que no me harás daño, puedo verlo en tus ojos. Sé que me protegerás de cualquier peligro que nos encontremos. Iré contigo a Cisne y no me importa nada más.

  • Gracias - fue lo único que pude decir, me acerqué lentamente y besé sus labios, esos hermosos labios que tiene.

  • Muy bien debemos irnos - dijo despegándose de mi y levantándose rápidamente de la cama.

Al segundo entraron los doctores, todos con la cabeza gacha.

  • SayTahijo, nos alegra que estés bien. Ahora usted podrá calmar al Tahijo y evitar que nos haga todo lo que nos dijo que nos iba a hacer  - dijeron temblando de miedo, ¿en serio soy tan malo?

Después de que los médicos revisaron a Tom bajo una estricta supervisión mía, nos fuimos a la habitación donde estaban sus amigos esperando. Fuimos acompañados por los guardias de él y los míos, y dos guardias más para él. Por si acaso. Tom solo sonrió al ver qué había agregado más guardias a su escolta personal, ya llevaba unos seis, por si acaso.

Antes de entrar a la habitación, Clau me detuvo.

  • Déjame hablar con ellos, a solas.

  • Mmmm. no creo que sea una buena idea.

  • No tardaré mucho, saldré rápido.

  • ¿Y si ellos te hacen cambiar de idea?, no quiero obligarte a ir, sabes qué no tengo el valor para obligarte a hacer nada - dije atrayéndolo hacia mi.

  • Ellos no tienen tanto poder en mí, como tú si lo tienes - pasó sus brazos por mi cuello y me besó. Fue un beso muy suave pero con muchos sentimiento.

  • Ordené a David que vaya al planeta de Saya para que informe de lo sucedido, y lleve a los pocos que sobrevivieron - no sé si era el momento pero tenía que decirlo.

  • Entiendo, ¿Saya tenía familia?

  • Una hermana, gemela, me odiará por esto, ella siempre me decía que yo llevaría a la ruina a su hermana - dije con una sonrisa muy débil en mi rostro - lamentablemente tenía razón.

  • Quisiera ir.

  • ¿Cómo?

  • Cuando todo esto pase, quisiera ir al planeta de Saya, conocer a su hermana y darles mis profundos agradecimientos y condolencias.

  • Cuando todo esto termine será el primer planeta que visitaremos de muchos otros.

  • Sí - dijo con una gran sonrisa, y volvimos a besarnos con más fuerzas.

Pude sentir que alguien nos miraba no muy contento. Cuando me despegué de él, vi al chico rubio parado frente a nosotros con el ceño fruncido.

  • ¿Es necesario muestras de cariño por toda la nave?¿les tengo que recordar que eres el Tahijo y el futuro SayTahijo?

  • ¿Futuro SayTahijo? - Preguntó Clau confundido.

  • Si, porque todavía no te casaste con el Tahijo. Por lo tanto no tienes el derecho de llamarte así.

  • Eso creía, pero como todos en la nave me llamaban de esa forma yo creí que estaba bien - dijo mirando al suelo, esto no está bien.

  • Ya basta - grité llamando la atención de todos los que pasaban cerca incluso la de estos dos hombres delante mío - Soy el Tahijo, y yo autoricé que lo llamen de esa forma. ¿Tienes algún problema con eso Kirin? - traté de sonar lo más frío posible y funcionó, el chico rubio dio un paso para atrás y agachó su mirada.

  • No señor, disculpe.

  • Sigue tu camino, más tarde hablaremos tu y yo. - miró una vez más a Clau y le dio una sonrisa y siguió caminando como si nada hubiese pasado.

  • Y tú - me dirijí a Clau, tratando de no sonar tan duro - no vuelvas a bajar la cabeza frente a nadie, si lo haces pensarán  que eres débil y como futuro SayTahijo no puedes permitir eso - Acaricié su mejilla - Ahora entra ahí, habla con ellos yo estaré preparando todo para el funeral de Saya. Cuando hayas terminado pídele a los guardias que te lleven conmigo - le di un beso y me empecé a marchar.

  • Espera - me detuvo - quiero uno de esos – apuntó a mi oreja.

  • ¿Qué cosa? - Pregunté confundido sin saber a qué se refería.

  • Un comunicador.

  • Ah…¿estás seguro?

  • Sí. Quiero estar al tanto de lo que estás haciendo, me hace sentir más seguro.

  • Ok - me saque el que yo tenía y se lo entregué - Te amo, lo volví a besar y me marché. Tengo mil cosas en la cabeza, esto recién esta empezando. Y la muerte de Saya no ayuda en mucho. Solo espero que tenga la fuerza para salir adelante.

Punto de Vista de Clau

Después de un rato de intentar ponerme el comunicador, gracias a la ayuda de mis guardaespaldas por decirlo de alguna forma, estaba listo para entrar y enfrentarme a mis amigos, las personas que estaban en esa habitación era mis mejores amigos, los conocía de toda la vida, tenemos un lazo de amistad muy fuerte, cuando uno necesitaba ayuda los otros siempre estamos ahí para ayudarlo, sin importar el conflicto, o lo estúpido de la situación, nunca pero nunca nos separábamos, y ahora, aquí estoy yo dispuesto a dejarlos ir si ellos no aceptan quedarse y acompañarme. ¿Qué clase de amigo soy?

Entré a la habitación y me encontré con todos mis amigos sentados en una hermosa mesa blanca redonda, se notaba que habían estado discutiendo. Todos me miraron...

  • Vine a avisarles que me voy – dije, y volví a agachar la cabeza, pero recordé las palabras de Tom y la levanté automáticamente dejándola bien en alto.

  • ¿Te vas a ir? ¿Vas a ir a Cisne? ¿Después de lo que le pasó a esa chica? - Dijo Juan sobresaltado.

  • Esa chica se llamaba Saya y murió por proteger nuestro planeta, no puedo y no quiero ignorar lo que está pasando. - dije con una firmeza que hasta a mi me sorprendió.

  • ¿Después de todo lo que nos dijeron, de que para ellos somos cerdos y que en cualquier momento nos pueden meter en el horno y cocinarnos? - Esta vez fue Mariano quien hablo.

  • Amo a Tomás, y sé que no me hará daño. Vine a decirles eso, no pienso perder más tiempo. Si quieren venir serán bienvenidos, si no, me aseguraré que sean enviados a la Tierra lo antes posible.

  • ¿Estás seguro de esto? - Horacio me miró fijo.

  • Sé.

  • Entonces no puedo permitir que te vayas solo, siempre estuvimos juntos y siempre lo estaremos. Yo iré contigo.

  • ¿En serio?

  • Yo también iré - dijo Leo, que se había mantenido callado. - ¿Aparte es una aventura única, cuántas veces nos van a invitar a una boda en un planeta lejano, que no conocemos?

  • ¿Y qué va a estar lleno de personas que nos quieran comer vivos ?- se quejó Juan - pero bueno, también iré.

  • Gracias.

Los cinco nos fundimos un gran abrazo, como hace tiempo no nos dábamos, yo sabía que podía confiar en ellos, y que no me dejarían. Ya que son mis grandes amigos, amigos que están en las buenas y en las malas.

Miré a Per, y le dije que estábamos listos. Pero algo me sacó de mis pensamientos, por el comunicador escuché algo, nos estaban ordenando ir al hangar principal de la nave. Antes que pudiera decir algo la puerta se abrió dejando ver a Oniell, esta traía una manta azul con unos diseños muy raros, me la dio, me di cuenta que era una capa, muy pesada, pero muy suave no podría distinguir de qué material era, es muy suave al tacto. La miré confundido.

-      Debes Ponértela, para el funeral que se hará para los miembros de la nave de Saya, tú y el Tahijo deben tener, sus capas. La de él es roja, y la del Kirin es negra.

-

  • Ok.

Después de ponerme la molesta capa y aguantar las burlas de mis amigos nos subimos al VEP, intenté hacerme el que sabía conducir esta cosa, pero no funcionó, y otra vez cayeron las burlas sobre mi, aunque no me importó, ellos me hacían bien, estar con ellos me ayudaba a no pensar demasiado.

Cuando llegamos pude ver mucha gente formada, que imagino deben ser soldados, a un costado había un grupo de personas que vestían unos trajes amarillos con casco negro, del otro lado pude ver a Tom con su capa negra y un especie de vincha metálica en la cabeza, al lado estaba ese chico rubio, y del otro lado su hermano, detrás de ellos estaban Replay, un hombre más y Sheppear, y detrás de estos estaba David. Per y Marie, fueron y se pusieron al lado de este, Oniell me arrastró hasta posicionarse en medio de Tom y el chico rubio que me miraba con desprecio. Luego ella se puso al lado de David.

No me había dado cuenta pero en el medio del hangar había pequeñas plataformas negras, cada una tenía encima una caja negra con un lazo rojo, había una que era de oro con un lazo rojo; y un mástil con una bandera blanca con un símbolo que no reconocí. Más abajo de esta una bandera amarilla, roja, celeste, turquesa y un planeta con anillos dibujado en el medio de la misma.

Tom se acercó a una especie de micrófono y habló.

  • Saya, era una gran amiga y una gran persona. Ella al igual que toda su tripulación y al igual que todos nosotros aquí sabemos que esto puede llegar a pasar. No dejemos que sea en vano, por ella que siempre supo como hacernos sonreír, por ella y por muchos más seguiremos adelante, hasta que el consejo de los 12 Planetas caiga. La pérdida de Saya es muy lamentable para muchos de nosotros, nunca nos imaginamos que un planeta tan frágil como el de Saya o el de nuestro SayTahijo nos enseñaran tanto y nos harían tanta falta, Aún en los lugares más oscuros y más silenciosos siempre hay una luz, Saya en estos momentos descansa entre los más grandes de los grandes, y siempre será recordada en nuestros corazones, el consejo de los 12 Planetas va a caer, Saya tenía esa ilusión, su planeta fue menospreciado por el Consejo. Nunca más volverá a pasar eso, se los prometo.- Tomás se acercó a la consola donde estaba Haz y presionó un botón, las pequeñas cajas empezaron a desaparecer, una por una, hasta que solo quedó la dorada, Tom se acercó a ella y susurró un “gracias”, luego esta también desapareció. Me acerqué a él y lo tomé de la mano.

  • Las cajas representan cada persona que había en la nave. la dorada era de Saya. Fueron transportadas al espacio profundo. -Dijo con una pequeña sonrisa en los labios, y sin pensarlo lo besé delante de todos, fue un beso corto. Pero necesario para ambos. - Gracias Saya - dije en voz baja.

Empezamos a caminar cada uno por un lugar diferente, Tom se quedó hablando con David seguramente dando indicaciones. Yo me estaba acercando a mis amigos cuando el chico de cabellos rubios se puso delante de mí. Me miró a los ojos sin que yo le diera permiso.

  • No debes sentirte culpable por lo que le pasó a Saya ni con la tripulación de la nave. Hace mucho tiempo ella prometió serle fiel a Cisne, a su Tahijo y a su SayTahijo, si ella tendría que dar su vida lo haría.

  • Lo sé, pero no me interesa lo que ella haya prometido. No puedo de dejar sentirme culpable por su muerte.

Seguí mi camino sin importar nada. Lo que quería era ir a Cisne y terminar esto, aunque algo rondaba mi mente, el breve discurso de Tom, había algo en él que no me cerraba.

Cuando llegué con mis amigos Tom se acercó y me abrazó por la cintura.

  • Ya estamos listos - dije

  • Genial ¿ustedes irán con nosotros?  - todos asintieron con la cabeza, se podía ver un poco de duda en el rostro de Juan, pero lo ignoré, hablaré con él más tarde.

  • Antes de marchar necesito darte algo - Tom me dio dos lapiceras de color dorado, algo pesadas con un pequeño botón en la punta.

  • Presiona esta, una vez. - al hacerlo, pude ver como la pequeña lapicera se convertía en una arma. Muy parecía a las que hay en la Tierra.

  • La célula de energía de esa arma es infinita, por lo tanto no te quedarás sin disparos nunca. Tiene dos modos, uno para paralizar a tu oponente por treinta minutos y otro para matarlo en el acto, te recomiendo que la tengas en “paralizar”. - yo estaba tan sorprendido que no podía moverme, Tom se acercó y presionó un botón, la pistola de transformó en una lapicera otra vez. Mis amigos estaban igual de sorprendidos que yo. - ahora presiona el botón de la otra - lo hice y esta se convierte en una gran espada. Algo pesada, pero muy hermosa. - Sé que no sabes usar ninguna de las dos, pero cuando lleguemos a Cisne tomarás clases para aprender a usarlas.

  • ¿Es realmente necesario?

  • Ojala que no. Pero quiero darte toda la seguridad posible.

En otra situación las hubiese rechazado, nunca me gustaron las armas y nunca me gustarán. Pero estoy por iniciar un viaje y tener estas armas me da algo más de confianza, dentro de la capa tenía varios bolsillos, decidí ponerlas ahí. Estoy seguro que nunca las usaré, sé que Tom estará ahí siempre para protegerme. Sé que está intentando brindarme tranquilidad y se lo agradezco.

  • Antes de irme tengo que hacer algo, acompáñame.

Caminamos, con mis amigos detrás de nosotros hasta donde estaban Sheppear, Oniell y el tercer hombre, deduzco que debe ser el capitán de la tercera nave.

  • Sheppear, de rodillas - Tom le ordenó a este quien automáticamente obedeció. Se puso de rodillas y miró al suelo. - a partir de ahora te nombro Capitán Superior, tú y solo tú estarás a cargo de las tres naves que custodian a este planeta, cualquier cosa que suceda serás tú el responsable, tienes la libertad de elegir al nuevo capitán de esta nave - puso su mano en su cabeza y la apretó con fuerzas, no me había dado cuenta que tenía puestos unos guantes negros con varios anillos de oro.

  • Acepto el cargo, Tahijo. Sus deseos son órdenes. Muchas gracias.

  • Felicitaciones Sheppear, sé que lo harás bien - no pude evitarlo y abrí mi boca, todos me miraron y se quedaron en silencio y bajaron su cabeza, creo que metí la pata al hablar, qué raro de mi.

  • Gracias SayTahijo, me aseguraré de proteger su planeta, con mi vida si es necesario. - no pude evitar que una lágrima se me escapara.

  • Trata de que no sea necesario.

Tomás caminó devuelta a la consola donde estaba Haz y tomó un micrófono.

  • A Todos los miembros de la tripulación, sé que están cansados, y muchos quieren volver a casa, con su familia, solo quiero decirles que falta poco, muy pronto estaremos todos en casa, y esto será solo un mal recuerdo qué figurará en los libros de historia, el día en que el planeta Tierra, el hogar del SayTahijo se salvó gracias a ustedes. Gracias, Gracias por permanecer a mi lado, gracias por su apoyo incondicional -.

Caminamos hasta la nave, iremos en una más pequeña para llegar más rápido, no tiene tanta comodidad como esta Pero igual es cómoda. Sé que aún hay muchos secretos que revelar, Aún no sé quién es ese chico rubio que mira con tanto cariño a Tomás, y el discurso que dio tras la muerte de Saya me dejó algo preocupado. Pero decidí confiar en él y lo haré, un nuevo comienzo empieza ahora, tengo miedo.

Punto de Vista de Tom

  • ¿Encontraron a la persona que saboteó la nave de Saya?

  • No - dijo David, en esa pequeña habitación estábamos reunidos, Oniell, David, mi hermano, el Kirin, y los tres capitanes.

  • Creemos que murió tras la explosión

  • ¿Y si no es así?

  • Lo sobrevivientes serán llevados a su planeta, no tienes por qué preocuparte por eso.

  • Él todavía no sabe toda la verdad, eso debería preocuparte - me retó el Kirin.

  • Lo sé. Pero pronto la sabrá. Debemos estar preparados. El consejo no se quedará con los brazos cruzados.

  • Eso estás esperando - habló mi hermano - por más que te cases ellos atacaran igual.

  • Sí y entonces, yo tendré las excusa perfecta para levantarme contra ellos, y otros planetas incluso miembros del Consejo me apoyarán, y una vez por todas el Consejo dejará de existir.

El silencio se hizo presente en la sala, todos teníamos las mismas ideas, ahora solo importaba llegar a Cisne y esperar a que el Consejo hiciera su jugada, no, el Consejo no, había que esperar a que él hiciera su jugada.

Continuará.

Hola, les traigo una nueva Histiria, la habia escrito hace mucho tiempo la tengo publicada en otra plataforma Wattpad, si quieren pueden buscarme por ahi y ver otras historia que tengo escritas. Mi nick es : MAXDAN69

Esta historia es un poco diferente a las otros, no se si les va a gustar, a mi me gusto mucho escribirla, de todas formas no duden en hacerme llegar sus comentarios, ya sean a mi Mail, o al Instagram o dejarlos aca, respondo todos.

Esta historia tiene una segunda parte, si les gusto esta subire la seguranda parte.

Gracias por leerla....

Max