Circunvolución

(...) La saque del auto, ella seguía llorando y balbuceando que la disculpara, la tire al piso frente a su domicilio, me di la vuelta para cerrar la puerta del auto y sentí me sujetaba del pantalón, mi reacción fue darle otra cachetada, esta vez fue más un golpe que una cachetada en su rostro, (...)

CIRCUNVOLUCIÓN

Han pasado años, muchas cosas han sucedido, algunas prefiero callar por siempre, otras lo cierto es que me dan orgullo…

Para muchos soy un monstruo, para otros soy un mentor, quizá todo dependa del cristal con que se mire, no lo sé, pero de algo estoy seguro, cada vez entiendo más porque soy así…

¿Para qué estoy aquí? ¿Cuál es mi papel en este mundo? ¿Estoy cumpliendo mi propósito?

Preguntas que abruman, preguntas que duelen cuando la respuesta es nula, cuando tu vida y lo que te rodea se desmorona una y otra vez y no entiendes porque sucede.

Fue a finales de noviembre de 2019, en la madrugada del 23. El viernes por la tarde inicie, pensé que sería una jornada laboral más, conduciendo, sobrellevando la rutina. Conducir siempre me relajó. Solo interactuar con los usuarios es lo que he evitado. Después de más de dos años conduciendo han existido oportunidades, muchas, pero siempre me frené, siempre me dije: "no en el trabajo".

Esa  vez conducía por el centro de la Ciudad, sin destino fijo, solo avanzando lentamente por las calles céntricas, en espera de que la aplicación alertara de un viaje, eran casi las diez de la noche y comenzaba a sentirse la frescura nocturna; pero a pesar de ser fin de semana el movimiento nocturno era escaso, conducía absorto en mis pensamientos; sin darme cuenta ya me encontraba a la orilla norte del centro histórico, sonó la alarma de la aplicación, acepte el viaje, se me indicó que el usuario estaba a una cuadra, me aliste acercándome a esa ubicación, ahí, en esa esquina estaba una mujer, con una backpack al hombro, lo primero que llamo mi atención fue su corta minifalda, sus piernas atléticas y un suéter ligero que vestía; por la hora y su vestimenta deduje que había salido desde temprana hora de su domicilio y ahora se alistaba a regresar.

En cuanto ella verificó que el auto era el indicado, abordo en el asiento trasero, por el retrovisor vi que se acomodó quitándose la backpack del hombro, colocándola al lado suyo; ella me miro por el retrovisor y esbozó una sonrisa, le correspondí con una mueca más que una sonrisa, eso la alentó a comenzar a charlar, supe entonces que estudiaba y trabajaba, trabajaba de paramédico y estudiaba enfermería, como lo supuse salía de su casa y en ocasiones no regresaba hasta después de 24 o 48 horas, yo solo asentía con la cabeza a sus comentarios, era evidente quería charlar y no entendía porque, solo hablaba y hablaba, en realidad solo ponía atención a cada frase en la que me  daba detalles de su vida, quizá me serviría..., quizá en otro momento.

Ella seguía hablando de su horario difícil, de cuanto le costaba lograr sus metas, entonces hice alto total en una esquina, coincidió con un silencio en su plática, el semáforo tardo y se hizo evidente el silencio de la usuaria, observe por el retrovisor y la vi completamente dormida, profundamente, encendí el radio y sintonice una estación de baladas tranquilas, continúe el viaje, pero esta vez la observaba por el retrovisor, quería corroborar que tan profundo era su sueño, así que hice algunos movimientos bruscos para ver si eso la despertaba, pero no fue así, entonces comprendí que su insistencia por conversar era debido al cansancio que sentía y sabía le podría ganar como ahora sucedía; llegue a otro semáforo y entonces giré el rostro para observarla a detalle, mi pulso se aceleró al verla, ahí, dormida, con las piernas separadas, podía ver con los pocos haces de luz de la ciudad nocturna un abultado monte de venus cubierto con una pequeña tanga, pude adivinar que sus senos aunque pequeños eran firmes, su suéter ceñido así lo dejaba ver; tenía la boca abierta, y su cabeza recargada entre la cabecera del sillón y la puerta del vehículo; imagine mi verga entrando en su boca, mi excitación crecía, extendí mi brazo y mano derecha para tocar sus pierna, entonces un vehículo paso rápido junto al mío y entendí que el semáforo ya había cambiado, seguí conduciendo, en mi mente se agolpaban las ideas, que hacer, actuar o no, como hacerlo, desviarme o buscar un lugar en el camino, continuar o terminar el viaje, mil pensamientos coincidiendo en solo un fin; como hacerla mía.

Decidí esperar hasta el último momento, avance lentamente a dos cuadras de llegar al destino marcado, saque mi lámpara de mano, sin detener el auto deje que el poco impulso nos moviera, entonces alumbre sus piernas y pude ver como su tanga se perdía entre sus labios vaginales, pude ver su piel alrededor de su monte de venus, con unos pequeños brotes de vello púbico que crecía después de haber sido rasurados, el contraste de su piel blanca y su incipiente vello púbico de color negro me erotizó,  guarde la lámpara y decidí detener el auto para finalizar el viaje y poder con calma decidir qué hacer, pero justo en ese momento la llanta delantera piso una piedra que no había visto y el auto se movió intensamente; a pesar de la poca velocidad, eso la despertó, de inmediato ella se excusó por lo dañado de las calles, yo solo asentí, me comento que el sueño la estaba tirando y solo le dije que no importaba, llegue frente a su domicilio y finalice el viaje, ella bajó y de inmediato comenzó a buscar las llaves en su backpack, no las encontraba, yo me quede ahí, esperando, decidiendo, una pensamiento ráfaga me vio bajando del auto y sorprendiéndola, aprisionándola contra la puerta, solo para sujetarla del cabello y volverla a subir al auto para llevármela de ahí y hacerla mía; elucubraba.

De pronto ella abrió el portón de su casa y me hizo señas, baje el vidrio eléctrico del copiloto y me dijo con un tono cándido:

  • " gracias por esperar a que entrara segura a casa, no es muy segura la colonia "

Solo asentí y comencé a conducir, no podía dejar de pensar en ella, quería sentir su piel, tener su aroma en mis manos. No pasaron más de diez minutos, la alarma de la aplicación me indicaba de otro viaje, lo acepte y comencé a dirigirme al lugar, cambie la estación de radio y subí el volumen, trataba de sacar de mi mente esos pensamientos, llegue al lugar y tuve que esperar tres minutos, estuve a punto de cancelar el viaje, cuando de momento salió del domicilio una mujer joven con un niño en brazos, llevaba diversas maletas, por lo que me baje del auto para abrir la cajuela, sin embargo, ella me dijo que las maletas las pondría en el asiento trasero y ella se iría adelante, a lo que le dije no habría problema, abordó y después de un minuto comenzó a descubrir a su bebe, no hablaba, solo me pidió apagar el radio para no inquietar a su bebe, lo que así hice; comenzó a llorar él bebe y empezó a descubrirlo más, imagino que se sentía acalorado, no paraba de llorar, así que de reojo pude ver que ella también se descubría, con dificultad se quitó su abrigo, fue entonces que me sorprendí al descubrir que debajo de su abrigo se ocultaban  unos exaltados y rebosantes senos, los botones de su blusa apenas podían contener la excelsitud de esas tremendas tetas.

Apurada por el llanto de su criatura, con su mano derecho abrió los botones de su blusa y sin dificultad su seno derecho se liberó abruptamente mostrando un pezón mediano y una areola grande, aquel pezón se encontraba totalmente erecto y listo para ser succionado, acomodó a su bebe y comenzó a amamantarlo, el ambiente dentro del auto era denso, me sentí como un objeto, ella se movía como si yo no estuviera presente, aprovechando las maniobras de conducción giraba mi rostro observando el espejo lateral del copiloto donde ella estaba y aprovechaba para desviar la mirada por dos o tres segundos, sin embargo, era yo quien por voluntad propia desviaba la mirada, aquella mujer solo se ocupaba de acomodar a su bebe, en ningún momento me observó la mirada y al parecer no le inquietaba de ningún modo mi cada vez más insistente mirada.

El bebé terminó de succionar ese pecho y lo reacomodó dirigiendo la cabeza del bebe hacia el otro seno, sin embargo, esta vez le costó trabajo guardar el seno derecho, pues apenas intentaba meterlo dentro de la blusa el seno izquierdo se resistía a darle espacio al otro, en una de esas tantas maniobras, la mujer oprimió su seno y del pezón del seno izquierdo salió disparado un chisguete de su leche hacia el vidrio del copiloto, pensé que en cuanto tuviera libertad de movimiento lo limpiaría de inmediato, pero hizo caso omiso a pesar de que lucía evidente el chisguete escurriendo por el vidrio, ella solo continuó amamantando a su bebe, era inquietante ver el chisguete de su leche escurriendo en el vidrio del auto y ella inmutable, absorta en lo suyo...

Terminó el bebé de amamantarse y entonces comenzó a inquietarse, entonces la mujer comenzó a disponer su cobertor sobre sus piernas, separó al bebe de su seno y recostó al bebe sobre sus piernas, pensé que guardaría su seno que había dejado libre su bebe segundos antes, pero no lo hizo, simplemente comenzó a retirarle la ropa superior a su bebe que al parecer se había empapado de su leche, sin embargo, lo inquietante fue que entre  tanto movimiento, sus dos senos se habían liberado de su blusa y ahora se meneaban con libertad ante los movimientos que ella hacia y los movimientos propios del auto; no podía dejar de verle, fue difícil conducir y no dejar de observarle, eran una belleza, rebosantes, a pesar de su piel no tan blanca, podía verse en cada teta las venas que recorrían sus inflamadas tetas, sus pezones semierectos atraían inevitablemente mi mirada.

Fue hasta llegar a su destino que detuve el vehículo y se tomó un par de minutos para dejar a su bebe recostado entre sus piernas para entonces reacomodar sus senos y abotonar su blusa, lo hizo con movimientos lentos, inclinando el cuerpo hacia adelante a fin de que la gravedad le ayudara a guardar  dentro de su blusa aquellos manjares rebosantes... tomo a su bebe y lo arropo, coloco su abrigo sobre sus hombros y bajo del auto, recordándome que barajaría del asiento trasero sus maletas, descendió del vehículo y con destreza bajo sus maletas sin siquiera darme tiempo de ayudarle, apenas había descendido del auto y ella ya había cerrado la puerta trasera del auto y se enfilaba a la puerta de su domicilio en donde ya le esperaba una mujer de edad avanzada, solo volteo una vez más para pedirme que finalizara el viaje, aborde mi vehículo y finalice el viaje, continúe la marcha, pero ahora una erección me acompañaba, en mis pensamientos giraban las imágenes de las últimas dos usuarias, no estaba tranquilo, cada vez sentía más cerca el momento, en verdad no quería averiguar cuál era el límite, no lo deseaba.

Ya era más de medianoche y seguía conduciendo, tuve dos usuarios más, intrascendentes, ya de madrugada pensé tendría más tiempo para sacar de mi mente la tensión sexual que me habían originado esas dos usuarias, en eso estaba, cuando la aplicación de movilidad me indico de un viaje más, lo tome y me dirigí al lugar, era un bar cercano, al llegar vi que se trataba de una pareja, hombre y mujer, jóvenes, de no más de 25 años, se subieron y advertí que estaban ebrios, comenzaron a besarse y me pidieron que pusiera música en el autoestéreo, así lo hice, pidiéndome subiera el volumen, por el retrovisor pude ver que se hablaban al oído mutuamente, no entendía lo que se decían, pero era evidente que bromeaban entre ellos y continuamente se besaban y acariciaban, continúe manejando, y en un momento un "no" pronunciado por la chica llamó mi atención y por el retrovisor me percaté de que discutían, pero aún seguían hablándose al oído; veía la actitud recriminante de la chica y la actitud pasiva del chico, por momentos ella se acercaba al oído de él y le decía cosas, mientras el negaba con la cabeza y ocasionalmente le decía al oído frases cortas que al parecer hacían molestar más a la chica, así continuaron por más de tres minutos, cuando de momento un fuerte sonido de una cachetada me hizo volver a mirarles por el retrovisor, él la observaba fijamente, su rostro era de molestia y sus ojos evidenciaban el nivel alto de alcohol que tenía en la sangre, la chica solo le observaba mientras su mano la tenía en su mejilla, era evidente que el chico la había abofeteado, ella comenzó a sollozar pues de momento llevó ambas manos a su rostro, yo continuaba manejando pero les observaba por el espejo retrovisor, ellos al parecer no se daban cuenta de que los observaba pues mantenían en voz baja sus discusiones; de momento el chico la sujeto del cabello para acercarla a él y algo le decía al oído, mientras la chica solo trataba de empujarlo para separarse de él, entonces él con su mano libre la sujetó del cuello y la acercaba a sí mismo para hablarle al oído, esto sin dejar de jalarle el cabello.

Trataba de no mirarle con insistencia, pero la escena me atraía, pude observar que la jalo haca sus piernas, por lo que deje de ver la cabeza de la chica por un momento, sin embargo, la chica le golpeaba el pecho y la cara, aunque con muy poca resistencia, parecía que jugaban nuevamente, cuando vi que el chico cerraba los ojos moví el retrovisor y pude ver que la chica le estaba chupando la verga al chico, la música alta y lo ebrios que se encontraban eliminaron el poco pudor que pudieron haber tenido, la chica se la mamaba con desesperación, demasiada energía tomando en cuenta que el chico aunque lo disfrutaba parecía más dormido que despierto, seguí conduciendo sin dejar de mirar por el retrovisor, después de unos tres minutos al parecer el chico había terminado, pues ella se quedó quieta con el miembro del chico en la boca, llegamos a su destino y me detuve, entonces la chica volteo a ver el retrovisor y se dio cuenta que los observaba, simplemente trago lo que tenía en la boca y sonrió mientras le guardaba el miembro al chico que parecía demasiado ebrio para  hacerlo él solo, a empujones lo despertó y bajaron del auto.

Apague el radio, Mi excitación estaba a mil, no podía dejar de pensar en las diversas oportunidades que esa noche se me habían otorgado y como las había dejado pasar, un sentimiento de impotencia a no poder reaccionar como quería me invadió

Sé que muchos tenemos ese sentimiento de no actuar como deseamos, en todas las terapias grupales a las que fui siempre quedo eso claro, esa dualidad de necesitar hacer lo que te da placer y al mismo tiempo frenarte por “tu propio bien”.

Me sentía molesto y el enojo crecía cada vez más por no saber cómo resolverlo…

El haber visto a esa última pareja discutir y como él la había sujetado y obligado a mamársela, detono dentro de mí la inquietud de hacer lo mío, de buscarlo y gozar; la alarma de la aplicación sonó una y otra vez pero no tenía cabeza para continuar, me sentía confundido, aturdido y sumamente molesto, incluso intente varios de los ejercicios mentales que algunos de mis terapistas me ofrecieron para calmarme ante la inminente explosión de deseo en mi interior, pero nada funcionó, esta vez no solo sentía deseo, sino enojo, mucho enojo reprimido…

Eran casi las 4am y decidí apagar la aplicación e ir mi departamento, era lo mejor, justo cuando iba a tocar en el teléfono el botón de apagar, llegó una alarma y accidentalmente la acepte, detuve el coche y decidí no cancelar y proseguir con el viaje, solo que programe la aplicación para ya no buscar más viajes, me enfile al destino que marcaba la aplicación y donde ya me esperaba una usuaria: “Mirna”

Llegue al lugar, en uno de los Hospitales más grandes de la zona, esto al sur de la ciudad,  por la hora no había movimiento y detuve el auto esperando ver quien había pedido el viaje, pero no veía a nadie, justo iba a cancelar cuando vi que atrás de una caseta telefónica estaba una mujer joven, de máximo 18 años, de estatura media, me vio y comenzó a acercarse a el auto, no pude ver mucho de su cuerpo pues llevaba una chamarra cazadora larga que me impedía ver su cuerpo, abordó el vehículo e inicie el viaje, de inmediato comencé a escuchar que sollozaba, al principio era poco perceptible, pero aumentaba cada vez más su llanto, sollozaba como un pequeño animal herido, su llanto me irritó, no quería escucharla, con solo escucharla venían a mi mente momentos en donde “ellas sollozaban y suplicaban que parara”, quería que se detuviera, pero no encontraba la forma de decírselo…

En un semáforo me detuve y entonces ella se dirigió a mi aun sollozando, se disculpó y me pregunto el tiempo aproximado en el que llegaríamos, verifique el navegador y caí en cuenta que era un viaje de extremo a extremo de la Ciudad, llevaría más de cuarenta y cinco minutos llegar a su destino, le dije el tiempo y entonces comenzó a hablar, solo asentía con la cabeza a lo que me decía, no le puse mucha atención, pues no podía dejar de pensar en aquellas mujeres que me habían inquietado esa noche, mis pensamientos giraban en cómo no había aprovechado esas oportunidades, de momento mi atención se centró en lo que me decía aquella chica cuando escuche de ella la frase “ me he quedado sola, no tengo a nadie ”, fue entonces que comencé a escucharla y entendí a qué se refería, durante su niñez había vivido con su abuela en un pueblo relativamente lejano a la Ciudad, su madre trabajaba en la Capital de esta Ciudad y dos meses atrás su abuela había muerto, orillándola a migrar a la Ciudad con su madre, sin embargo apenas había llegado a esta Ciudad, se enteró su madre sufría de cáncer terminal, y si, esa misma noche su madre había muerto y estaba sola, verdaderamente sola.

Sollozaba, su voz entrecortada con el llanto era dolorosa, y sus sollozos parecían el lamento de un animal pequeño herido, no conmoverte por ese llanto era difícil, comencé a sentir lastima por ella y por su suerte, a cada pausa que el llanto se lo permitía me contaba más cosas que hacían ver su futuro incierto. Escuche una y otra vez que no conocía a nadie aquí, que no sabría qué hacer, que ni siquiera su madre tenía amigas o conocidas en la Ciudad, lloraba y se lamentaba sobre sus muerte, guardaba silencio solo para repetir que ni siquiera tenía familia lejana que pudiera ayudarle.

Fue un largo camino escuchándola llorar, pero casi al llegar me pidió me detuviera en una tienda Oxxo pues necesitaba comprar algunas cosas, me detuve y sinceramente no puse atención en ella, solo en mi mente seguían dando vuelta las imágenes de las mujeres que me habían inquietado, el enojo estaba cediendo, no así el deseo, me confortaba saber que había logrado detenerme a pesar del deseo enorme que había tenido de no hacerlo.

Estaba en mis pensamientos, sintiendo ya poco enojo, convenciéndome que era lo mejor que había pasado, cuando mi mirada se centró en la salida del Oxxo, una mujer en pants blanco entallado  salía del lugar, sus senos eran sumamente grandes para su altura, delgada, cintura marcada, caderas anchas y piernas musculosas, esa mujer volteo a verme y se enfilo al auto, entonces volteé rápidamente al asiento trasero y ahí estaba la chamarra larga de mi usuaria, ¿acaso esa mujer era mi usuaria?, un zumbido intenso en mi oído se escuchó, era aturdidor, se subió al auto y no quedo duda, era la misma mujer, se disculpó y continuamos el viaje, la veía por el retrovisor y una mezcla de sensaciones me invadió, ella hablaba pero no la escuchaba, me concentraba en lo que sentía, pues pensamientos lascivos me invadían, tenía una erección dolorosa y al mismo tiempo estaba enojado, sumamente enojado, tanto que comenzó a dolerme la cabeza, lo cual seguramente había originado el zumbido.

Salí un poco de mis pensamientos cuando la chica alzo la voz y me dijo que diera la vuelta en la siguiente esquina, ya que su calle estaba en reparación y tendríamos que rodear la calle, estábamos en una zona a las afueras de la ciudad por la zona norte, terrenos baldíos en la mayoría de las calles y calles sin pavimentar dejaban ver que era una zona difícil.

Al llegar a la casa, su destino, vi que estaba rodeada de terrenos baldíos y por la hora no había ninguna casa de sus vecinos con luces encendidas. Se bajó del auto y me pidió terminar el viaje, así lo hice, me quede ahí absorto, pensando; me quede ahí no por vigilarla, no por cuidarla, sino decidiendo que hacer, nuevamente elucubraba pues era mucho el placer, era mucho el deseo, aunque sabía que no debía; lo quería, pero no debía. Aquella chica seguía buscando en su chamarra llaves, la mire y vi como de la nada se dejó caer a la puerta de su casa llorando, baje el vidrio y le pregunte si todo estaba bien, ella me miro con unos ojos  de miedo y desesperación, agolpados de lágrimas que aún no se derramaban, con angustia e incertidumbre visible y tomando un poco de aire, con voz quebrada solo me dijo,” si, estoy bien, solo olvide la llave”, entonces ocultó su rostro entre sus manos y siguió llorando, no supe que hacer y me retire de ahí…

Me sentía confundido, cada vez más enojado, con deseo pero con un freno interior que me enojaba, pensaba en esa chica, llorando afuera de su casa, pensaba en las demás mujeres y en lo que les hubiera dicho, en lo que les hubiera hecho, me dolía la cabeza y solo podía seguir manejando, necesitaba sacar de mi mente esos pensamientos, necesitaba que ese dolor de cabeza parara, entonces vi una salida hacia la autopista y la tome, en unos metros encontré un pequeño paradero y me detuve.

Necesitaba relajarme, y el radio no era opción, apagué el motor del auto y busque en el celular un video de YouTube que ya antes me había relajado, era un video de una caminata por las calles de Tokio bajo la lluvia, lo puse y cerré los ojos, quería concentrarme en los sonidos, quizá fueron 4 o 5 minutos los que escuche del video, cuando otro video en reproducción automática se escuchó, era de un noticiero de un portal en internet, la nota me atrajo, sin abrir los ojos la escuché, esa noticia verdaderamente atrapó mi atención, abrí los ojos y justo en ese momento en la misma nota periodística reproducían un video relativo a esa noticia, escuche y vi con atención, sentí un escalofrió por todo mi cuerpo, una fuerte corriente eléctrica me invadió.

Y me sentí vivo, esa energía se acumuló en mi cabeza y estalló, grité como se grita cuando sabes que tenías razón, fue un grito liberador, me sentía enojado, mucho muy enojado, pero lo entendía, simplemente todo estaban su lugar. Cerré los puños tan fuerte que al abrirlos dolieron…

Por primera vez en mucho tiempo me sentí vivo, me sentí fuerte, me sentí lleno de energía, no era enojo lo que sentía, o quizá sí, pero ahora sabia porque y para que lo sentía…

Una frase de esa noticia comenzó a retumbar en mi mente, una y otra vez, frase que yo completaba en mi pensamiento.

Deje que ese enojo me invadiera, encendí el auto y comencé a conducir, sabia a donde dirigirme, aceleré, ya no quería perder más tiempo…

Regresé, y la encontré justo como la había dejado, llorando en la puerta de su casa, frené y me baje del auto, ella no se movió, solo me miró, me vio sin saber qué hacer, no dijo nada, de sus ojos seguía brotando llanto, ahora en silencio, me acerque a ella y con mi mano izquierda le sujete la barbilla, y sin saber porque con mi mano derecha la abofetee, fue un golpe seco, duro, pues sus lágrimas fueron arrojadas en sentido opuesto al de su rostro, mojando mi mano, no dijo nada, seguía llorando, me acerque entonces a ella, acerque mi rostro al de ella, y nuevas lagrimas rodaban por su mejilla izquierda roja por el golpe, me acerque y lamí sus lágrimas, ella seguía sollozando como un pequeño animal herido, la levante y la lleve a mi auto, abrí la puerta trasera y la empuje, solo su cuerpo quedo dentro del auto, sus piernas aún estaban  fuera del automóvil, levante su chamarra cazadora y la avente hacia su cabeza sin quitársela, la subí como una falda que estaba abierta, de golpe baje su pants y su panty, quedo frente a mi unas nalgas impresionantes, voluptuosas, que se movían por el llanto ahogado de ella, separe sus nalgas y lamí su orto, una y otra vez, entonces le escupí en su orificio y me saque el miembro, puse algo de saliva en mi glande y sin más se lo coloque a la entrada de su ano y de un empellón, la penetre, solo escuche un gritillo ahogado, deje caer mi cuerpo y la penetré al fondo, sus nalgas eran impresionantes, quizá por el frio o por el momento su piel estaba erizada, comencé a bombear fuertemente, ella gemía de dolor, pero no gritaba, no tuve que pedirle que no gritara.

Subí su sudadera hacia su cabeza y empuje su bra también, metí las manos y pude sentir unas tetas grandes, muy grandes pero firmes, sus pezones estaban erectos, eso me excito y seguí empujándole mi verga;  me sujete de sus dos tetas con cada una de mis manos y comencé a bombear fuerte e intenso, fueron tres o cuatro minutos y sentí que mi orgasmo estaba cerca, me sali de su orto y la jale, quería terminar en su rostro, fue ahí donde me percate que de su coño escurría abundante líquido, al parecer ella ya había alcanzado su orgasmo y había sido abundante su corrida; la jale y quedó sentada, seguía llorando, y mostraba un rostro de miedo que me excitó aún más, comenzó a balbucear disculpándose; no sabía de qué se disculpaba, pero lo hacia una y otra vez  y no paraba, así que metí mi verga en su boca; contrario a lo que pensé, se dejó hacer, me comencé a mover como si su boca fuera una vagina , le sujete la cabeza y por momento penetraba a fondo, ella sentía el reflejo de vomitar y a cada salida de mi verga salía abundante saliva, eso me erotizo aún más, pues toda su saliva caía en su sudadera y en su seno izquierdo, no dejaba de llorar, y ante tal espectáculo, termine por eyacular antes de lo pensado, con mi verga dentro de su boca, le di la orden, “trágate todo”. Así lo hizo…

La saque del auto, ella seguía llorando y balbuceando que la disculpara, la tire al piso frente a su domicilio, me di la vuelta para cerrar la puerta del auto y sentí me sujetaba del pantalón, mi reacción fue darle otra cachetada, esta vez fue más un golpe que una cachetada en su rostro, cubrió con sus manos su rostro y volvió a balbucear “discúlpame”.

Me di la vuelta y sin saber porque, le dije: “te volveré a ver”

Subí a mi auto, ya no sentía enojo, me sentía liberado, maneje en silencio, tome la autopista y seguí conduciendo sin rumbo, la madrugada no tardaba en terminar, a pesar de sentirme bien, de sentirme relajado, sentía un nudo en la garganta, no era pena u opresión, era una sensación de gusto, era quizá un grito de alegría reprimido; detuve el auto, en el horizonte comenzaba a dibujarse una pequeña montaña, el sol detrás de ella, comenzaba a salir…

Viendo ese espectáculo, ocurrió algo que tenía mucho tiempo no sucedía, comencé a llorar, no sabía porque, no sabía de qué, pero comencé a llorar, recordé los ojos de la chica que hice mía, y llore de alegría, porque ahora entendía porque.

Todo tenía sentido, ahora en verdad todo tenía sentido, comencé a entender porque en mi vida habían ocurrido algunas cosas, entendí lo que sucedía y sin duda, me sentí agradecido por ello, incluso por aquello que en su momento sentí había sido algo malo.

Comprendí que soy lo que debo ser, no importa si para muchos soy un cáncer, cuando entiendan lo que yo les haya hecho vivir, lo agradecerán; porque ningún amanecer es tan apreciado como aquel que no durmió y en la penumbra y total oscuridad le esperó.

Con lágrimas en los ojos entendí que yo estoy para darle sentido a muchas en su vida, para direccionarlas, para justificar su existencia y si, también sus protestas…

Mire el horizonte con un sol asomándose casi completamente y sentí los rayos del sol tocando mi rostro y solo pude pensar en esa frase que me despertó, que me hizo entender todo y que resonaba en mi mente con eco:

-          “… el violador eres tú, el violador eres tú”

Y mi mente se jactó completando:

-          “si, el violador soy yo"