Circe 14
Muchas veces me han preguntado como obtuve esta personalidad femenina tan dominante y adquirí el arte de esclavizar a los hombres. No es lo mismo esclavizar a un hombre que sacarse una foto azotándolo. Yo no tengo fotos de mis esclavos.
Circe 14
Muchas veces me han preguntado como obtuve esta personalidad femenina tan dominante y adquirí el arte de esclavizar a los hombres. No es lo mismo esclavizar a un hombre que sacarse una foto azotándolo. Yo no tengo fotos de mis esclavos.
Esclavizar implica la dominación total del hombre. Es un proceso de cierta duración donde se le extrae la personalidad real y se la sustituye con los deseos de una Como hacían los egipcios con las momias que las vaciaban por dentro así hago con los hombres Una vez vacíos solo tengo que colocar dentro de ellos mis caprichos, gustos y deseos Ni siquiera tengo que dar órdenes porque el reloj interno de ellos les indica cuando deben brindarme una satisfacción.
La condición natural del macho es de servir a la hembra. Yo mando y él obedece, soy cortés pero inflexible. La igualdad no existe, yo soy superior en todo. La inteligencia no define nada. El hombre puede ser más inteligente que la mujer, tener más fuerza que siempre será dominado. La inteligencia está al servicio de la vagina. Es su vocación. Todos los machos en la naturaleza parecen fuertes y no son más que utensilios de los apetitos de la hembra. Mis dos maridos son inteligentes, cultos y de formación universitaria son los mejores esclavos. Como una enciclopedia siempre abierta.
La vocación servil del hombre nace de su inferioridad sexual. El orgasmo del hombre expulsa el semen que sirve para la reproducción. En cambio los orgasmos de la mujer son para placer de ella, sin necesidad de reproducción. Son independientes de la ovulación.
El hombre para ser ordeñado debe mostrarse agradable. Si es servil será ordeñado con más frecuencia y, si comparte con otros hombres la tarea de ser ordeñados por la misma mujer, llegará al punto más alto de la masculinidad. Nada más hermoso que una manada de hombres regando con su esperma el suelo donde piso. Yo me encargo de ordeñarlos sin clemencia.
El sexo no es todo en la dominación pero es el arma fundamental. Los hombres se someten al mi poder sexual Cuanto más cornudos son, responden con mejores erecciones, mejor calidad y cantidad de semen extraído. El volumen de leche que les saco a mis maridos después de meterles los cuernos es asombroso. Siempre los he dejado secos como pasas de uva cuando quedo saciada y llega el momento de irme.
Algunas mujeres autoritarias practican la castidad masculina como arma dominante. Yo he optado por practicar el vaciamiento del esperma. Obtengo buenos resultados. Puedo vaciar a varios hombres a la vez y mantenerlos amigos entre si , completamente secos, a la espera de mi entrada en escena. A mi entender el macho no tiene ningún derecho y solo debe obedecerme. Cuanto más vacío de esperma mayor obediencia.
Para una mujer abusiva como yo que convive con dos maridos y aparte hace el amor cuando quiera, lo mejor es tenerlos secos y vacíos así se llevan mejor entre ellos y no pelean. La beneficiada debo ser yo, nunca ellos. Siempre les saco una última eyaculación, unas gotas extras antes de dejarlos exprimidos.
Además me gusta mucho saborear la leche del hombre, me alimento de ella cuantas veces quiero y otras veces la desperdicio sin piedad. Es lo que más abunda a mi alrededor.. y ellos lo saben.
Los he obligado a que me masajeen el cuerpo entre varios, cada uno con el semen del otro. Después me hice lamer toda, así nadie sabia el semen de quien estaba lamiendo. Ese día tuve unos orgasmos impresionantes mientras era lamida por varios hombres después de haberlos ordeñado y hacerlos eyacular a cada uno sobre mi cuerpo. Yo estaba sentada entre los brazos de dos de ellos que me subían y bajaban mientras los otros se masturbaban y soltaban sus jugos en las piernas, en los pies, en los senos y en todo el cuerpo. Luego me lamieron toda. Una vez que estuve completamente limpia por las lamidas de ellos, los comencé a excitar de nuevo, gozando del espectáculo de las erecciones mientras los llamaba cornudos. Se pusieron locos de excitación y sus garrotes duros como piedras. La segunda lechada me la comí toda Sentada en la silla y ellos desfilando uno por uno a la altura de mi boca pintada de rojo .los succionaba con energía, dos o tres chupadas fuertes como es mi costumbre, hasta sacarles a cada uno una buena dosis de leche cremosa y dulce .Me tragué la de todos ellos ..Sabrosísima. Ellos se quedan absortos conscientes de haber sido ordeñados, queda solo la cáscara. Me levanto y los despido con una sonrisa mientras me relamo la boca llena de leche.
Volviendo al tema inicial el aprendizaje lo hice al lado de mi madre que fue mi ejemplo en el arte de devorarse a los hombres. Les arruinó la vida a unos cuantos. A mi pobre padre lo mantuvo en servicio hasta su muerte y lo esclavizó de una manera atroz. De pequeña admiraba a mi salvaje madre.
Yo era la hija mayor y me seguían dos hermanos varones. No supimos lo que sucedía en casa hasta que llegamos a ser mayores y nos dedicábamos a espiar a nuestra madre a escondidas. Ahora pienso que mi madre sabía que nosotros estábamos allí y actuaba con toda perversión.
Ella fuera de casa era una mujer hermosa, fina y delicada. Alta, musculosa y enérgica. Formada en los gimnasios y alimentada por hombres. Destilaba sensualidad en cada poro de su piel. Era autoritaria pero lo hacia con elegancia.
Ni bien pisaba el umbral de la casa sacaba a relucir su salvajismo y se transformaba en una fiera despiadada que se ensañaba con mi pobre padre.
A mis hermanos varones les destrozó la vida de tal manera, que hoy en dia siendo adultos no han podido tener relaciones sexuales con ninguna mujer. Acuden a mi casa cada tanto para masturbarse en mi presencia mientras yo castigo a mis maridos.
Cuando comíamos con mi padre sentados todos en la mesa del comedor sentíamos que se abría la puerta de calle y los tacones de mi madre resonaban con fuerza en toda la casa. Mi padre se ponía de pie y nos enviaba a nuestro cuarto, pero nosotros sin que no viera nos metíamos debajo de la mesa para verlo todo.
Ella llegaba haciéndose notar, abriendo la puerta de un golpe y taconeando fuerte. De inmediato recogía la correspondencia y ponía una de sus esbeltas piernas sobre una silla. Nuestro servil padre se acercaba de rodillas a lamerle los zapatos y rendirle pleitesía. Le besaba los pies, masajeaba y acariciaba sus pantorrillas. Mi madre cambiaba de posición sin ninguna cortesía y él le lamía la otra pierna mientras ella continuaba con la correspondencia.
Luego mi padre sacaba del armario más cercano los zapatos de recambio, de tacón alto y el talón descubierto. Había de esos armarios por toda la casa donde se guardaban los zapatos de mi madre y donde solía sorprender a mis hermanos masturbándose. Mi padre corría presuroso a cambiarle el calzado a mi madre. Le quitaba las medias con la boca y la calzaba sobre el pie desnudo luego de chupárselo bien. Ella levantaba el talón para que él pase la lengua por debajo y entonces lo bajaba de golpe aprisionando la lengua de mi padre, que se retorcía de dolor. Lo mismo hacía con el otro pie en el suelo, él ponía las manos cuando ella levantaba el talón y quedaba atrapado cuando lo bajaba con fuerza sobre sus dedos. Así se divertía mi madre al llegar.
Otras veces que ella venía con algun amante la ceremonia se repetía de la misma manera con la diferencia que ella se besaba con su amante mientras recibía la pleitesía de nuestro padre cornudo y servil. A veces le indicaba con un gesto de la mano que le chupe el coño masturbándola mientras su amante permanecía inmóvil sin saber que hacer. Mi madre dominaba a todo el mundo. Sus orgasmos eran estremecedores y resonaban por toda la casa. Toda la familia se enteraba de las corridas de mi madre.
Luego iba a sus habitaciones con mi padre detrás llevando los zapatos, las pantys, vestidos, la bandeja con la comida que él tenía preparada y que mi madre iba comiendo mientras caminaba. Cualquier cosa que los caprichos de mi madre exigían ya estaba mi padre dispuesto a servirla. Nunca olvidamos el aspecto ridículo de mi padre caminando encorvado detrás de la reina llevando sus cosas, mientras ella taconeaba con arrogancia.
Supimos después que cuando se casaron ella le fue quitando el protagonismo de toda su vida. Llegó a ser única dueña de la empresa de mi padre. Lo sustituyó a fuerza de salvajismo cuando lo montaba en la cama y le hacía prometer infinidad de cosas.
Comenzó a ser ella la que trabajaba en la gerencia y confinó a mi padre a las tareas domésticas. Ella lo mantenía y le daba dinero. Nunca le dio mucho porque él no tenía vida propia, solo llevaba dinero encima por si había que comprar alguna cosa para ella. Con los años la destrucción de la personalidad de mi padre iba en aumento. Era un zombi total, como una réplica de ella. Yo sentía pena por mi padre al principio, luego aprendí cuan fácil era someter a los hombres. La imagen de mi padre dominado se repetiría en mis hombres.
Hubo veces que discutían por alguna causa, generalmente los apetitos de ella con otros hombres, mi padre terminaba siempre derrotado. Nosotros estábamos en nuestros cuartos cuando sonaba el portazo y el ruido de los tacones. Entonces salíamos a hurtadillas a espiar las peleas.
Él le reprochaba su lujuria y le imploraba que no traiga hombres a la casa donde vivían los hijos. Ella respondía con un cachetazo, seguidamente le daba una brutal paliza que ponían a nuestro padre de rodillas recibiendo golpes sin poder evitarlo. Los quejidos de mi padre se escuchaban en toda la casa. Eran momentos de terror para nosotros. Yo me fui acostumbrando y excitando. Mis hermanos, a medida que crecían la tenían mas dura que nunca, como mi padre que, a pesar de los castigos, exhibía una polla durísima.
Mi madre triunfante no solo traía a los hombres a casa sino que los llevaba al lecho nupcial y se los montaba delante de papá y lo obligaba a besarle el culo mientras lo hacía. Tenía unos orgasmos brutales que hacían temblar la casa.
Ella le ordenaba que fuera a buscarle preservativos, aceites, todo lo que necesitaba para gozar y luego le hacia limpiar todo. Nosotros veíamos asustados como lo obligaba recoger los preservativos llenos de leche, a limpiar el cuarto y acostarse en la misma cama donde ella estuvo follando. Ella lo humillaba para calentarse nuevamente. El servilismo de mi padre, arrastrado como un gusano, terminaba excitando a mi madre que se divertía con él de una manera cruel. Le llamaba inútil, impotente y cornudo, lo obligaba a ir lamiendo el suelo donde ella pisaba, se hacía lamer el culo y la vagina estando aun con los aromas del amante, se duchaba con la asistencia de mi padre que le limpiaba el cuerpo y luego debía dejar todo el baño ordenado. Yo veía la ofuscación de mis hermanos.
Ella lo enloquecía de tal manera que el pobre hombre terminaba arrastrándose de rodillas suplicándole que lo ordeñara. El ordeño sucedía siempre de la manera más humillante para mi padre. Ella lo obligaba a prometer absoluta obediencia y él asentía a todo lo que ella dijera. Finalmente lo autorizaba a eyacular de rodillas, abrazado a sus piernas en una actitud de humillación extrema sin masturbarse con las manos. La sola calentura que ella le imponía llevaba a mi padre a la eyaculación más desesperada. Las manos en sus piernas, la polla durísima quedaba sola, mi madre la miraba a punto de explotar. Él alzaba el rostro hacía ella, llorando de angustia. En ese instante de su polla salían chorros de semen. Inmediatamente que él arrojaba el esperma al suelo ella lo pisoteaba y se hacia lamer la suela del zapato así hasta dejar el piso y los zapatos limpios. Otras veces, se quitaba un zapato y lo hacía eyacular dentro, se los calzaba de inmediato con toda la leche y salía caminando dejando a mi padre consternado y vacío
Mis pobres hermanos presenciaban estas escenas y se ponían excitadísimos. Así aprendí que cuanto peor tratas a un hombre y más infiel eres tanto mayor será su esclavitud y su aporte de semen.
Mi madre era mucho mas joven que mi padre. Con los años esta diferencia se hizo más notable. Ella lejos de compadecerse, abusaba de su mayor fuerza y salud para obligarlo a él a proporcionarle todos los placeres. Lo humillaba como nunca. Los castigos corporales eran muy frecuentes. Escuchar un cachetazo resonar en la casa era cosa de todos los dias. Una vez que uno de mis hermanos quiso salir en defensa de su padre recibió una feroz paliza de mamá que la emprendió a los golpes con ambos, padre e hijo. También incluyó en la golpiza a mi otro hermano que no había hecho nada, pero ella ya estaba desatada ansiosa de golpear a los varones de la casa. Nunca hubo otra rebelión y desde entonces fueron los tres varones más zombis que nunca.
Ella no usaba látigo, golpeaba con las manos abiertas o cerradas y unos feroces puntapiés con sus zapatos de tacón. Otras veces hundía el tacón afiliado hasta que la víctima aullaba de dolor.
Ese día, una vez castigados los chicos, ella envió a mi padre a sus habitaciones magullado y sangrando como estaba. Le dijo a los gritos para que oyéramos todos, que iba a saciarse con él. Yo quise escabullirme en la habitación para mirar pero ella no me dejó entrar. Los quejidos de mi padre y los orgasmos de mi madre se escucharon durante el resto del día y parte de la noche. Los chicos quedaron silenciosos acurrucados en las sombras mientras yo los miraba.
Terminaron masturbándose. Nadie podía con mi madre. Donde había un pene ella sabía ponerlo erecto y que suelte todo su jugo para ella sola.
No era todo sexo. Mi padre estaba obligado a todas las tareas que agradaban a ella. Para eso lo había esclavizado le decía. Llegó a ser como una perfecta réplica. Sabía por ejemplo el dia exacto que ella tenía la menstruación y buscaba presuroso los tampones que se los colocaba y sacaba personalmente. Ella andaba sin vergüenza goteando regla por sus habitaciones y él detrás limpiando con la lengua como un perrito, atendía sus asuntos, correspondencia, etc. De dueño de la empresa pasó ser esclavo de la dueña. También le organizaba sus citas sociales y a donde tenía que ir sola, donde con su marido y donde con uno o dos amantes. Tambien la acompañaba cuando ella concurría a reuniones de dominación femenina donde todo el mundo sabía que era el marido cornudo. Muchas veces ella le metía los cuernos en esas reuniones en presencia de sus amistades. Él permanecía de pie detrás de mi madre sentada, atendiendo a sus necesidades y, si ella follaba con otro en público, él miraba y se quedaba impasible porque todo el mundo lo miraba a ver que hacía. Mi madre se lucía, era famosa en esas reuniones por ser la más depravada.
Estas cosas no las presencié pero me las contó ella en sus clases de "adoctrinamiento".
Mi padre atendía el teléfono y organizaba las citas con los amantes de ella y les daba instrucciones sobre como deberían hacerle disfrutar de la velada. A nosotros que estábamos escuchando nos daba una sensación de impotencia donde el poder de la mujer era inmenso y el hombre no podía hacer nada para evitarlo. Yo aprendía la lección y sería poderosa el resto de mi vida. Mis hermanos pobres testigos solo aprenderían a humillarse de ahora en más. Es completamente imposible rebelarse ante una mujer dominante. Siempre se pierde. Mejor obedecer. Macho que obedece es ordeñado en algún momento.
Las veces que mi padre reprochó sus infidelidades ella terminaba dándole una brutal paliza y lo obligaba a eyacular de rodillas, sin poder tocarse, con la polla aislada. Derrotado y cornudo. Una vez que el hombre es ordeñado en una discusión pierde todo argumento y se entrega de manera total inmerso en sus propios cuernos. Estas derrotas de papá la excitaban mucho a mamá que se ensañaba con él hasta verlo lloriquear y suplicarle piedad. Ella lo cogía del pelo y hundía su rostro en su vulva para frotarse frenéticamente hasta llegar al clímax. Luego lo arrojaba al suelo y se iba.
Cuando él envejeció mi madre contrató una enfermera para que lo asista y que no le falte nada.
Por supuesto que la enfermera al ver la conducta de mi madre terminó tambien esclavizada de tal manera que, al llegar a casa mi madre, se calzaba la prótesis peniana y se follaba a la enfermera. Seguidamente sin limpiarla se la metía en el culo a mi padre que estaba impotente de resistirse. Ya estaba viejo.
La muerte de nuestro padre no alteró mucho la conducta de ella. El pobre murió de un ataque al corazón probablemente causado por la infidelidad de ella que, en los últimos dias, parecía hacerlo con premeditación y se follaba a sus amantes a la vista del pobre moribundo y su complaciente enfermera.
Creo que eso es lo que mi padre quería. Así murió feliz. Sr cornudo es la vocación masculina.
Mi madre permitió que yo estuviera presente en ese momento, luego se lo conté a mis hermanos, en medio de fuertes manoseos de mi clítoris. Fueron mis mejores orgasmos..
Mi padre estaba en el lecho respirando entrecortadamente. Tenía los ojos abiertos y la miraba a ella con esa cara de ternero degollado que usaba siempre. Mi madre llamó a la enfermera y la obligó a quedar de pie al lado de la cama y doblar su cuerpo poniéndola encima de mi padre, quedó doblada con el culo a la vista. Seguidamente levantó su falda y pude ver que llevaba la prótesis puesta . últimamente no se la sacaba nunca e iba por toda la casa con su prótesis a la vista y sus tacones resonando .Lubricó la prótesis en la saliva que goteaba de la boca de papá y se la metió a la enfermera mientras lo miraba a él. Comenzó a empujar y a moverse en busca de sus orgasmos habituales. Mi padre abrió los ojos cada vez más grandes y su respiración se hizo jadeante. Ella empujó a fondo con su primer orgasmo cuando mi padre expiró. Le faltaban todavía más orgasmos para quedar satisfecha de modo que continuó follando a la enfermera hasta saciarse. Mi padre ya estaba muerto lo que aumentó su libido y tuvo muchos más orgasmos de los habituales.
Una vez satisfecha retiró la prótesis, se montó sobre mi padre y le metió la prótesis en la boca todavía abierta. Se pajeó una vez más hasta dejarla limpia. La enfermera miraba. Ella se enderezó y besó a la enfermera en los labios mientras se pajeaba en la boca de mi padre..
Luego se limitó a ordenar las cosas habituales para el funeral al que no asistió, pero nosotros si. Al regresar a casa ella estaba montada sobre uno de sus amantes como si nada hubiera pasado.
Mi madre terminó abandonándonos a nosotros y organizó su vida. Se volvió a casar de inmediato, trayendo a un amante a la casa con consentimiento del marido. También se llevó consigo a la enfermera. Me imagino al nuevo marido cediendo ante cada avance arrollador de mi madre que se preparaba para una nueva devoración.
Nosotros nos hicimos grandes y yo aprendí la lección. Ahora soy una devoradora de hombres. He dejado a unos cuanto en el camino que no pueden olvidarme.
Tengo dos maridos y un servicio de primer nivel. Tambien los mantengo. Ellos al no tener ingresos propios dependen de mí para subsistir lo cual los hace tremendamente serviles.
Mis hermanos terminaron sin personalidad alguna. Actualmente trabajan para mí conduciendo la empresa que le quité a mis maridos. No pueden acercarse a ninguna mujer salvo a mi. Cada tanto vienen a casa donde les recreo el espectáculo de su infancia y castigo a mis maridos, les meto los cuernos a ambos mientras mis hermanos se masturban varias veces escondidos bajo la mesa. Termina esta jornada con una abundancia de esperma desparramado por toda la casa que se los hago limpiar a todos los hombres.
Mi padre jamás pudo con mi madre. Ella triunfó siempre. Él no logró nunca ni un miserable permiso para ir al baño. Nunca pudo comer algo que le gustara a él. Todo se hacía al gusto de mamá. Se pasó toda su vida dominado sirviéndola.
Mis maridos hacen lo mismo. Eso es dominar .. Vaciar al hombre de todo contenido hasta dejarlo hueco como un árbol devorado por la termitas. Una vez huecos ellos se llenan con mi persona y lo único que los diferencia es el pene que esta siempre a mi servicio. Así es como soy hermafrodita. El que sale de mi vida nunca más encuentra su virilidad
Los he hecho seguir cursos de cocina, masajes personales, gimnasia, costura, etc. Están todos los dias en casa atendiendo mis necesidades sexuales y personales. Me acompañan a alguna reunión donde si deseo deleitarme con alguno que me gusta simplemente los mando a casa a que me esperen con la polla dura. Ya no les molesta exhibirse como cornudos, hasta lo hacen orgullosos de que una mujer como yo les meta los cuernos.
Cuando voy a la oficina me traen la comida caliente a la hora exacta que se la pido. Conducen nuestros coches y me llevan a todos lados. Me esperan en la puerta haga lo que haga. A veces estoy mucho tiempo follándome a un chico que me gusta. Ni tengo que avisarles, cuando salgo a la calle está el coche con los dos, o uno de ellos, al volante esperando. Como premio me siento en la parte trasera y les pongo mis zapatos en la boca para que me los chupen de regreso a casa.
Como no tienen dinero es obvio que viven en una escala inferior a la mía. Todo lo mejor es para mí. Ellos compran los manjares más exquisitos que yo como en su presencia. Están a la espera de mis sobras para repartírselas.
Nunca estoy sola. Me acompañan en la ducha, en el aseo, se desesperan por ingresar al lavabo cuando hago mis necesidades así huelen los aromas de mi cuerpo. Me gusta tenerlos bajo mi culo y defecarles en la boca y ver la ansiedad de cada uno por reemplazar al otro ..Se tragan todo y me limpian con la lengua. Luego permanecen así el resto del dia para que mis olores no los abandonen y sepan quien manda. Otras veces lo hago con ellos de pie mirándolos a los ojos mientras defeco sobre una bandeja que sostiene en la mano. El otro está de rodillas preparado para limpiarme toda. Luego me preguntan que hacen con la bandeja La respuesta la dejo en la imaginación de ustedes.
Si tengo deseos de orinar no necesito moverme del sofá pues ellos ponen la boca y no derraman ni una gota. Uno traga y el otro limpia la vagina.
Mi extenso vestuario de primera calidad está impecable. Mi colección de zapatos de tacón lustrados y ordenados. El uso de los tacones es importante en el arte de la dominación. Ellos deben sentirse siempre a un nivel inferior a mí como si fueran animales de cuatro patas. Que es lo que son verdaderamente.
Esta es mi vida. Mis inútiles hermanos son testigo de estas escenas.