Cincuenta contra veinte parte 3
Tercer encuentro entre la nubil Michelle y el sucio empleado de su papa, las cosas comienzan a apasionarse y hacerse mas personales
Era viernes por la tarde, Michelle habia saido temprano de su trabajo sin embargo no habia dejado de ser agotador, a pesar de ser una temporada laboralmente pesada en el laboratorio, tenia que cargar además con la culpa de lo que habia sucedido hace casi una semana, el recuerdo era a la vez atormentante y exquisito, la maraña de emociones que le proporcionaba hacia que sintiera un nudo en la garganta no importa la situación en la que se encontrara y lo peor es que desde ese dia, aprovechaba cada momento del dia en el que estaba sola en casa para masturbarse locamente, dando miles de vueltas en la cabeza a esos eventos en los que su cuerpo pudoroso habia sido desacrado deliciosamente como el de una ramera comun.
Despues del frio saludo rutinario con sus padres se dirigio a su habitación, se puso la ropa comoda que le encantaba, un pantalón negro, corto de algodón, fresco y ligero, pero no apretado pues no seria aprobado por mama, y un blusón blanco, largo y holgado, con estampados de una banda de rock a la que era fanatica desde la preparatoria, su conjunto favorito para pasar esos solitarios viernes por la noche a los que estaba tan acostumbrada, se calzo unas sandalias para hogar en sus blancos pies y se dirigio a la sala, a ver inocentemente la TV mientras su papa terminaba de comer y se dirigía a su grupo musical de la iglesia con quienes pasaba prácticamente toda la tarde y buena parte de la noche de viernes, y mientras su mama terminaba el quehacer para irse a visitar a sus hermanas en las juntas semanales para tomar el té.
El corazón de Michelle comenzaba a latir mas fuete pensando en que el momento de darse placer se acercaba, el momento en el que se permitiría recordar unos labios de viejo succionando sus mamas hasta el dolor y el sabor amargo de ese pene gordo inundándole la boca, sus pezones ya estaban erectos y ella fingia estar viendo la televisión, el primero en despedirse fue papa, quien para variar le dijo un frio –nos vemos hija- a lo que Michelle contesto cálidamente –Que te vaya bien pa!- después la mama de Michelle con un abrigo en la mano y taconeando sus preciados tacones negros que siempre usaba en dirección a la puerta de salida le dio a Michelle una y mil indicaciones de lo que tenia que hacer, antes de que ella regresara, la joven la miro atentamente mientras se alejaba y escuchaba todas las indicaciones respondiendo positivamente a cada una, después de que el sonido del auto de mama se habia alejado y la casa estaba llena de un sofocante silencio, Michelle se levanto y se dirigio a su nuevo cuarto favorito de su hogar, el cuarto de lavar.
Una vez en el cuarto de lavar el familiar aroma del detergente hizo que su cuerpo reaccionara a la situación, su vagina comenzó a mojarse y se levanto la blusa en un solo movimiento, dejando libres sus grandes y blancas tetas, toda la casa le recordaba a sus padres, pero el cuarto de lavar siempre habia sido suyo, era ella la que realizaba tal tarea desde que tenia memoria de pequeña, pues su madre la obligaba a hacerlo y ese siendo su pequeño espacio privado, no sentía la incomoda presencia de nadie mas para disfrutar a sus anchas.
Pese a que el contenido de los videos que la chica veia era bastante fuerte, su técnica de masturbación siempre habia sido la habitual, toquetearse levemente hasa el orgasmo, sin embargo últimamente los recuerdos la impulsaban a realizar cosas mas intensas, habia comenzado a gozar de someter sus pezones a varios niveles de dolor, imaginándose unos dientes y una boca de 50 años disfrutándolos su mente casi se nublaba, las primeras veces usaba broches para la ropa pellizcando sus tetillas para masturbarse, uno en cada pezón, después empezó a utilizar 4, 6 u 8 en donde pudieran acomodarse por sus pechos, en su lengua y su labia exterior, recientemente se habia llevado broches negros para papeles de esos que aprietan con bastante presión para dejarse esas deliciosas marcas de mordidas que dolían por horas.
La sesión habia comenzado y el placer no tardo en explotar, la chica se habia puesto 5 broches para ropa en cada seno y dos broches negros atacando sin piedad su hinchado pezón derecho, el pecho izquierdo mas grande y pesado que el derecho, era su favorito, pues es el que Roberto mas parecía haber gozado pues era el que mas habia llenado de besos y chupetones, por lo que a ese le tocaban las caricias con sus suaves yemas y palmas, mientas que al otro le tocaban las palmadas, los azotes con una varilla que se habia encontrado y las ofensas. Michelle ya estaba casi en extasis sudaba como cerda, y gemia como una, entre sollozos y jadeos se decía a voz alta –Roberto! ¡Si si, ahhh mhh así Roberto, mi Roberto, sigue asi mmmmhhh has que me duela Roby!! ¡Si!! ¡Mi amor! – se bajaba los pantalones hasta las corvas, ponía su gigantezco trasero contra la pared y lo rebotaba, imaginándose la ingle de ese viejo golpeándolo, ella cerraba los ojos y se mordia la boca mientras continuaba con los gemidos y su vagina comenzaba a ser acariciada bruscamente, -HMmmm si si mi amor! Me encanta Roby! Mmmmmm Asi papi follame, folla a tu puta- saco de su escondite la blusa que traía esa noche, la cual no habia lavado y comenzó a intentar inhalar lo poco que quedaba en ella de olor a loción y cigarro de aquel hombre, repentinamente una idea cruzo por su cabeza, una idea loca y degenerada, algo que se prometio no hace hace varias mañanas, se quito los broches que la castigaban, se acomodo la ropa y se dirigio a su cuarto, rezando porque su madre no hubiera tirado ya la basura de su cesto, estando en su cuarto frente a su cesto se inclino a buscar los retajos del papel que tanto habia añorado una vez y ahora volvia a hacer, como pudo encontró uno, luego otro, dio gracias a que su madre no habia entrado ahí, los acomodo desesperada y cuando tenían forma tomo su celular, marco ese pecaminoso numero, esperaba con todo su corazón escuchar de nuevo esa profunda y pervertida voz, diciendo su nombre otra vez, diciendo que iria por ella, y poder volver a tenerlo para entregarse como puta una vez mas.
R: -Hola preciosa, no sabes cuánto te he extrañado-
M:- Yo también a ti papi,,, mucho-
R:- Mmmm amo cuando me dijiste papi, eres una traviesa, porque no me habias hablado antes eh?-
M: -Estaba ocupada con trabajo y en casa Roby, ¿me perdonas? -
R: -Mmmm no se si pueda perdonarte bebe, me puse muy triste-
M: -Mmm perdóname porfish papi, shi? Hare lo que quierash, te prometo que shere una niña buenita-
R: -Mmmmm joder, que niña mas puta eres, me encanta como me hablas como chiple, ¿estás bien caliente verdad puta? ¿Estas urgida? Para perdonarte voy a tener que ir y me vas a dar esas nalgas calientes que tienes, ¡te voy a tener que dejar bien follada! -
M: Ahhhh, mhhh shi shi papi, estoy urgida, ven y toma las nalgas calientes de tu bebita puta, ya papi porfavor-
R: -… cliiiiiiiiiiiiiiin-
Michelle sabia que se arrepentiría de lo que acababa de hacer, sabia que era una pésima idea pero sobre todo sabía que sería delicioso, se dirigió hacia la sala, no tenia idea cuanto esperaría, pero lo haría tocándose solo un poco, quería dejar lo mejor para cuando su maduro amante acudiera.
Michelle se dedeaba su suave vagina intensamente cuando escucho un auto acercándose a la entrada de su casa, sabia que eso eran buenas noticias, escucho el característico tono infantil de su celular notificando un mensaje y lo tomo de la mesa cafetera que estaba frente al sillón de la sala sobre el cual estaba recostada, -Estoy afuera puta, sal ahora- Michelle no lo pensó dos veces cuando se acomodó la pantalonera negra bien en sus frondosas caderas, y se levantó dirigiéndose a la puerta de entrada, al salir ahí estaba, ese hermoso auto modesto color oscuro, adentro el hombre que más deseaba, el sol de la tarde brillaba fuertemente sobre su rostro en el porche, solo se voltio para cerrar seguramente la puerta de entrada de su casa con la llave que había tomado unos momentos antes del porta llaveros, se lo guardo en el bolsillo y luego se dirigió al automóvil, de nuevo la puerta del copiloto se abrió al acercarse, la chica volteo a ambos lados de manera perspicaz, aparentemente no habia moros en la costa, a unas casas a la derecha se podía ver una vecina regando las plantas de su patio, por el otro lado unos cuantos niños jugando a la pelota, y enseguida unos chicos alejándose con mochilas y uniformes de la preparatoria que estaba cerca de su casa, pero nadie le prestaba atención, aprovecho la oportunidad y se metio al auto, adentro estaba su hombre, Roberto con su mirada llena de seguridad, viéndola, ese delicioso olor robusto de loción masculina era un regalo para sus sentidos junto con la imagen del señor con un aburrido conjunto que constaba de una camisa blanca de oficinista abotijada a tal punto que los botones la estiraban en el abdomen por su enorme panza que cubria pesadamente toda la ingle de sus pantalones caqui. –Hola putita- Menciono el maduro, - Hola Roberto- Respondió la nena con una sincera sonrisa llena de afecto y alegría mientras se acomodaba las gruesas gafas de nerd que le permitían luchar contra su miopía y mostrando dentro de sus carnosos y rosados labios unos pequeños dientes perlados, que se veian tiernos al estar sus dos incisivos superiores muy ligeramente chuecos, como los de una vil niñita
Ambos pervertidos se veían por primera vez a los rostros directamente bajo la clara luz del sol protegidos por ese anticuado auto y a ambos les encantaba lo que veían, Roberto alargo su brazo hacia la joven, tomo sus mejillas y barbilla con su gruesa mano y la acerco a su cara, Michelle sintió el jalon permisiva y cerro los ojos cuando sintió su gruesa boca tronarle un rico beso en sus suaves labios, la chica sonrio mas fuerte al abrir los ojos y verlo directamente tan cerca, el hombre le sonrio de vuelta y le pregunto como estaba –Bien y tu?- Bien,,, que estabas haciendo?- - Nada, aburrida, tenia ganas de charlar un poco con alguien, tu sabes- -Que bueno que estaba desocupado nena, tambien tenia ganas de convivir un poco con alguien…-, Roberto arranco el auto, y comenzó a manejar mientras charlaba con la jovencita, esta vez Michelle mostraba completo interés y atención a lo que le maduro comentaba, ya sea sobre su aburrido trabajo o sobre las injusticias que su padre le hacia, la chica siempre lo veía con cara de ternura y comprensión, le dirigía de tanto en tanto miradas sexys y chiples mientras el maduro hablaba y este de tanto en tanto le acariciaba las mejillas y el cabello cuando le respondía, así continuo el viaje por muchos minutos dirigiéndose a un destino desconocido por Michelle.
Al cabo de un rato entraron a un fraccionamiento en una zona desconocida por la chica, ¿-Donde estamos Roberto? -, -Vamos a mi casa nena, perdón por no decirte, pero por la plática lo olvide-, -Ohh, está bien, ¿seguro que podremos entrar? Quiero decir, ¿tu esposa no estará muy ocupada para visitas? -, Comento la nena en tono inocente, -no te preocupes hermosa, mi esposa ahora esta en el trabajo que tiene por las tardes y ya ha dejado la casa limpia y lista para visitas, no molestaremos a nadie-, Michelle se sintió libre de nuevo, tenia esa sensación de persona adulta a quien el mundo le pertenecia y podía permitirse disfrutar cuanto quisiera con su madura compañía, se asomo por la venta y observo las casas mucho mas austeras a las zonas residenciales que ella frecuentaba, la casa de Roberto en especial era pequeña, de dos pisos, un diminuto patio delantero con unas cuantas plantas en la entrada, al bajar noto que habia vecinos en los exteriores charlando y sonidos de contruccion a lo lejos, Roberto se acelero a abrir la puerta de entrada y apresuor a la chica, -vamos Michelle apurate, que las vecinas no son demasiado amigables y conocen a mi esposa-, la chica casi corrió a entrar a la casa, la cual por dentro se veía igual de austera que el exterior, la sala media alrededor de 9 metros cuadrados con un piso blanco de loza y cuadros familiares tapizando las paredes, tenía solo dos sillones frente a una mesilla de te y un televisor mediano, Michelle se paró derechita en el recibidor frotando sus manos nerviosamente mientras el hombre cerraba con llave la puerta detrás de ella, observaba curiosamente las fotografías de las paredes, viendo fotos Roberto con su esposa en tiempos cuando eran más jóvenes y fotos de los hijos graduados y en viajes, cosas típicas de familias.
Michelle comenzó a hablar preguntándole sobre su esposa y su familia, cuando sintió repentinamente las enormes manos de Roberto tomarla desde atrás, apretando su abdomen y jalándola hacia su gran panza, la cara de Roberto se pego contra su cremoso cuello y la chica respondio cerrando los ojos y levantando la cara en actitud completamente entregada, puso sus diminutas manos sobre las de Roberto mientras la acariciaban del abdomen al pecho, luego una mano de Roberto se poso sobre la holgada blusa de la chica apretando su seno izquierdo y el hombre con su otra mano jalo su rostro hacia el hombro derecho donde la esperaba para darle un apasionado y mojado beso francés, la jovencita no se contuvo para abrir los labios y entregarle la lengua, el beso duro varios segundos mientras el señor disfrutaba a sus anchas de los pechos de la chica, primero sobre la blusa, luego bajo la blusa sobre el brasier y luego metio ambas manos bajo el grueso brasier, sintió sus suaves y exquisitos pechos húmedos por sudor, se los masajeaba de la manera mas pasional sin sutilezas mientras le seguía succionando la lengua, tenia un olor tan exquisito a joven perfumada por productos de higiene personal caros, luego la volteo para tenerla frente a frente, la siguió besando como loco y metio sus manos detrás de ella por su pantalón y sus pantis, sintiendo esas gordas nalgas calientes cubiertas por una suave piel cremosa, Michelle intentaba corresponder cada desesperado beso mientras acariciaba el grueso paquete del maduro por sobre sus rigidos pantalones caqui.
Despues de varios minutos disfrutándose entre los dos, el señor caminando de espaldas y jalando a la chica se sento en uno de sus pequeños sillones, la chica parada frente a el tenia la respiración entrecortada y la blusa y pantalonera mal acomodadas. El hombre se desabrocho el pantalón y se lo bajo hasta las corvas, se saco del calzon ese gordo pene sucio medio flácido medio duro, bajo la luz de dia era incluso mas amenazador, podía notar el lunar que tenia en bajo el glande, podía notar cada pelo grueso que recorria desde la base hasta la mitad, después de ver el modesto pene de su novio y el de algunos chicos en las paginas de chat anónimo, creía que ese tipo de penes solo se veian en las porno, pero este era real y solo para ella, su boca se hizo agua, y con mirada seria fija en el falo se arrodillo frente al maduro y comenzó a manosearlo, Roberto veía encantado como esas suaves manitas masajeaban su pene de arriba abajo en movimientos algo inexpertos pero morbosos, le acariciaban su ingle, sus piernas peludas, la chica le entregaba sus mas dulces caricias en esas zonas sucias.
R: ¿Te gusta Mich?
M: …Si…
R: Lo haces muy bien mi amor, haz besado unos huevos antes?
M: … No, nunca…
R: Se te antoja ponerte a chupármelos?
M: …Shi…………
El hombre tomo de la nuca a la nena y la halo hacia sus huevos, Michelle inmediatamente comenzó a lamer y relamer mientras daba profundas olfateadas a ese sexo, su lengua sentía vellos rasposos y sudor amargo pero su cerebro no sentía nada de asco, si no crudo placer animal, dedico su entera atención a esos peludisimos testículos, era la primera vez que Michelle probaba unos huevos, pero se estaban convirtiendo en su comida favorita, remolineaba su cara por toda la ingle de Roberto besuqueando, lengueteando y embarrando sus divinos labios en ese viejo escroto.
Cuando Roberto sintió que tenia la erección de su vida, apunto su falo a la bonita boca de la chica quien percibio un aroma 10 veces mas fuerte emanando de su glande lleno de baba cristalina, y abrió la boca lo mas que pudo, extasiada comenzó a comerse el falo como si fuera una exquisita fruta, Roberto veía con morbosidad pura como la tierna cara de la nena se deformaba mientras intentaba meterse entero su rabo, el único rastro de inocencia que quedaba en esa carita eran esos gruesos lentes sobre sus enormes ojos castaños. Michelle le bajó el pantalón del hombre hasta los tobillos y con la mayor diligencia se dedico a amar ese pene, intentaba hacerlo justo como en las porno que veía pero el deseo y el placer en toda su boca hacían que se pudiera concentrar poco.
Roberto cuando tenia el pene completamente mojado, levanto la blusa y el brasier de la chica hasta las axilas y saco las pesadas tetas irregulares al aire, la luz del día permitía ver su apariencia cremosa y pesada como dos enormes gotas de leche con unas enormes fresas en las puntas.
Algo que le alimentaba mucho el morbo era el hecho de que había marcadas diferencias entre ambos pechos, el derecho era notablemente más pequeño, tal vez talla B, un enorme pezón rojizo al frente y parado que ocupaba casi la mitad de la superficie de su seno que ya parecía bastante regordete y pesado, pero el otro pecho mas bien parecia una ubre, era casi el doble del tamaño del otro una talla C o incluso D, más gordo, más caído, con un pezón idéntico a su contraparte sin embargo al estar en un seno más grande ocupaba menos superficie. Roberto sintió un escalofrió de excitación al ver semejante paisaje morboso. Michelle enseguida dejo de mamar, agacho la mirada y se quedó callada
R: Que pasa mi niña? Mmmm mira que rico par de tetas tienes ahí, déjame verlas!
M: …Que vergüenza ya me viste bien los pechos, los tengo deformes…
R: Mmmmm no para nada mi vida, mmm los tienes pero bien deliciosos me encantan
M: Enserio…? A mi se me hace que esta feo el izquierdo, todo gordo y grandote L
R: No mi niña están riquísimos, me dejas probártelos?
M: …Shi… ya lo has hecho…
Roberto se acerco a ese par de pechos y comenzó a mamarlos como lo habi ahecho ya una vez en su carro, su sabor salado y a sudor era extasiante Michelle se retorcia y arqueaba la espalda al sentir esa boca madura succionando sus mamas con tanta pasión, Roberto entonces la tomo de las nalgas sobre el pantalón y la jalo hacia si, sentándola en sus piernas, mientras continuaba degustando esos salados pezones manoseaba sus nalgas, la chica se bajo el pantalón y el blanco calzon inocente al mismo tiempo, preocupándose solo por el placer y las grandes y callosas manos de Roberto comenzaron a manosear sus gordos glúteos.
Apretaba, sobaba, nalgueaba y mamaba chichis sin preocupación mientras la veinteañera se retorcia encima del hombre, después de unos momentos, Roberto la volteo y la sento sobre su lecho, el culo desnudo de Michelle rosaba con la piel de la verga del señor, los dos al mismo tiempo comenzaron a realizar movimientos de cadera sin pensarlo, rosando ambas pieles de la manera mas caliente que hay, las nalgas de la chica masturbaban el pene de Roberto hasta el punto de que este quedo entre sus nalgas, por el calor Michelle ya tenia la raja bastante sudada y lubricada, por lo que la verga se escurrió como mantequilla; con sus manos Roberto comenzó a menear la cadera de la chica en su pelvis, las nalgas y la vagina calientes se embarraban en el pene gordo y peludo de Roberto.
Michelle metio su mano bajo sus nalgas y sobre la ingle de Roberto y tomo su gordo y velludo pene que se sentía caliente y aspero al tacto, lo dirigio contra su vagina pero antes de que hiciera cualquier cosa el maduro hombre la tomo de los hombros y la detuvo
R: Espera mi amor
M: que pasa?
R: Aquí no, vamos a mi cuarto, alla lo hacemos mas agusto (Le da un húmedo beso en el cuello y otro en la mejilla)
M: Ok…
Roberto levanta ala chica semidesnuda con sus feminidades expuestas, la toma de la mano y la lleva a travez de su sala, suben las escaleras y pasan un pequeño portal sobre las escaleras que dirige a tres habitaciones, abre la puerta de la primera a la derecha, una habitación grande dentro de lo que cabe, una cama matrimonial con cobijas que se ve que tienen años de antigüedad, una cabecera grande de tubos de aluminio y las paredes del cuarto tapizadas de nuevo con retratos de la feliz pareja de casados, unos de cuando eran jóvenes, otros de la boda, otros de momentos que han pasado juntos a lo largo de los años, ver esas imágenes y conocer la cara de la esposa a la cual Michelle estaba engañando le hacen sentir un extraño cosquilleo en el abdomen y la vagina.
Michelle volteo y encaro a su maduro anfitrión y se le lanzo encima abrazandolo del cuello para comenzar a besarlo con pasión y ternura, entre cada beso y lengüetazo la chica le decía “mi amor”, “mi hermoso”, “me encantas”, “besame asi”, “Quiero ser tuya”, el hombre la tomo de los pechos y la lanzo contra su vieja cama, la cual rechino al recibir el suave cuerpo juvenil, el se quito la camisa sudada y se lanzó encima de ella, quien lo recibió abrazandolo con brazos y piernas y con mil caricias en su espalda y nuca, se besaron apasionadamente por un largo rato disfrutando de sus cuerpos
M: ¿Espera, tienes protección? (Entre besos y arrumacos)
R: No mi vida, no la necesitamos, voy a sacarla a tiempo (Mientras besaba el cuello de la chica)
M: No digas eso! ¡Eso no funciona, tenemos que usar protección si vamos a hacer algo en este momento roberto!
R: ¿No tienes sexo con tu noviecito?, con ese que pasas siempre por enfrente de la constructora por la fuente de sodas ¿Es tu novio no? Creí que las chicas de ahora tomaban pastillas todo el tiempo
M: Si estoy tomando, pero pueden pasar otras cosas, no voy a confiar en ti, ¿tienes condones o no?
R: Pues no tengo mi vida, tu sabes si la dejamos aquí o confías en mi esta vez, la próxima te prometo que me pongo el condón y si hace falta comprar cualquier pastilla te la compro yo
M: Esta bien, solo por esta vez (Sus caras se volvieron a juntar para besarse apasionadamente)
(Realmente Roberto se habia sorprendido un poco en aquel momento que aquella chica tan inocente a sus ojos estuviera bajo algun método anticonceptivo lo que significaría que en efecto tenia una vida sexual activa)
Cuando la humedad de la concha de la chica mojo bastante el abdomen bajo del maduro hombre y ambos cuerpos estaban lubricados en sudor a mas no poder, este acomodo su pelvis con la de la chica separando las enormes y gruesas piernas blancas de Michelle alrededor de su obesa cadera, con una mano aputno su velludo pene contra la mojadisima raja vaginal de la veinteañera, sintiendo toda la empapada vulva en su glande, cuando logro identificar el introito vaginal, Roberto comenzó a empujar lentamente su verga hacia adentro usando todo su peso, el enorme pene entro separando las paredes vaginales con osadia, ambos cuerpos se estiraron, apretaron los ojos y soltaron un gemido mudo por el calambre de placer que comenzaba en sus sexos y recorria sus espinas dorsales, en aquel encuentro cuando ambos genitales que tenían mas de 30 años de diferencia de edad se conocían por primera vez.
La chica nunca habia sentido sus paredes vaginales tan abatidas, realmente en esa primera penetración y las que seguían el dolor era demasiado, apretó los ojos y la boca, intentando no soltar sollozos pero no lo logro, mientras Roberto encima de ella con toda su humanidad reposando sobre la suave figura de la chica, enfocado en su placer se dedicaba a sacar lentamente la verga y volver a meterla Michelle se tapo la cara con ambas manos, y con voz entre cortada le dijo “ESPERATE! ME DOLIO! No la metas otra vez!” Roberto noto los llorosos ojos de la chica y su cuerpo completamente tenso bajo el suyo, asi que saco su pene con cuidado y se recostó enseguida de ella, comenzó a consolarla y a comerle la cara a besos, le pregunto que si quería dejarlo para después pero Michelle dijo ques olo necesitaba tiempo, Roberto la masturbo cada vez con mas dedos, le beso los pechos y y la acaricio con ternura de padre, hasta que Michelle estuvo mas relajada,
Roberto ahora puso los pies de la chica en sus hombros la encargo que se abriera sus labios vaginales y le dijo que se relajara, que el dolor seria parte del placer muy pronto, la chica aun con los ojos llorosos lo miro y espero a sentir esa enorme carne dura invandiendola, cuando comenzó a entrar de nuevo, la chica se concentro en la cara de placer de Roberto sobre ella, en su aliento sobre su cara, se estaba comenzando a extirar mucho pensando cuanto placer le daba a el, asi que las penetraciones fueron cada vez mas llevaderas, hasta el punto de ser bastante placenteras. No tuvieron demasiadas posiciones sin embargo las pienras de la chica jugaron acomodándose a lo largo el torso de Roberto de manera que fuera mas comodo, a veces se besaban a veces ella le acariciaba las tetillas al hombre mientras la penetraba y a veces solo se miraban a los ojos mientras ambos sentían como sus perineos se incendiaban.
Cuando Roberto comenzó a sentir los cosquilleos que advertían la eyaculación no pudo evitar bombearla mas fuerte, Michelle resintió eso inmediatamente y todos sus musculos pélvicos se comenzaron quejar, pero cuando su hombre comenzó a decirle que se iba a venir, esta se excito a tal punto que todos sus instintos bajos transformaron ese agudo dolor en un placer morboso, la chica comenzó a gemir y retorcerse, un poco inhibida por su propia inseguridad, pero no lo suficiente como para evidenciar el placer del que estaba siendo víctima, Roberto se encantó con eso y comenzó a dar las ultimas fuertes embestidas contra esa joven vagina hasta el punto en que la eyaculación hizo que soltara un ridículo gemido que se acercaba mas a un aullido de perro que a un orgasmo, pero Michelle quedo enamorada en todo aquel momento.
Los amantes charlaron acostados en esa gran cama fría, uno frente al otro por un corto periodo de tiempo intercalándose entre besos y risillas, ambos cuerpos desnudos uno junto al otro sobre un parche húmedo en la cama, cuando el tiempo compartido fue suficiente, ambos se decidieron a levantarse diligentemente de la cama, entre risotadas y jugueteos, después los dos comenzaron a vestirse y con premura antes de que el tiempo en que las sospechas pudieran convertirse en un problema. luego a eso bajaron las escaleras, salieron discretamente de la casa y tomaron el auto, Roberto lo arranco y lo dirigio a la carretera que daba a la casa de Michelle.
En el camino de regreso ambos charlaron como si fueran mejores amigos, Roerto aprovechaba cada ocasión para toquetear la joven piel de Michelle, acariciando sus mejillas y tomando su mano de cuando en cuando, Michelle como que no quería la cosa se lo permitia completamente incluso apretaba su mando cuando el seor se la tomaba, el camino fue muy jovial y entretenido, lleno de bromas anacrónicas en las que no necesariamente Michelle entendia la mayoría de las referencias pero por el hecho de tratarse de su hombre se dedicaba a reírse de cada uno de sus chistes.
Cuando llegaron porfin a casa de Michelle después de 20 minutos de camino sin trafico y lleno de charlas suprefluas, Michelle abrió la puerta de coopiloto, Roberto se quedo viendo su figura a punto de bajarse de su auto sin decir nada, sin embargo de repente Michelle volteo y le entrego un dulce beso en los labios al cual el mayor contesto con total ternura.
M: La próxima semana, el viernes, salgo temprano
R: Ok, voy a venir a recogerte en la noche mi vida
Michelle respondió con una picara pero tierna sonrisa y bajo del auto, Roberto vio su juvenil y energética figura alejarse de su auto, haciendo un movimiento contoneante de caderas que solo podía expresar entera satisfacción sexual mientras se adentraba en su solitaria casal, se sintió como un total macho alfa al acabar de penetrar a tal monumento de jovencita en plena juventud sexual, sin embargo dentro de si mismo, sabía que esto solo había comenzado, y comenzó a tener esperanzas de que sus más bajas perversiones en realidad tarde o temprano podrían empezar a materializarse.