Cinco días (5)

Continuación de una historia que había dejado inconclusa en el año 2010

Para tratar de compensar un poco todo lo que había estado cogiendo el día anterior y sabiendo que nos íbamos de la quinta ese día, se me ocurrió preguntarle a Cesar, mi novio, con quien prefería coger, si con Lucía, la novia de Hernán, o con Julieta, mi cuñada.

-          ¿Puede ser con las dos? Dijo él

-          Eso va a ser difícil, habría que montar una orgía

-          ¿Y cuál es el problema?

-          ¿Estás preparado para verme coger con otro, inclusive mi hermano?

-          Creo que si

-          Entonces no lo descarto, me parece que la única que no está preparada es Julieta, mi cuñada

-          Bueno, vos la podés convencer, o Lucía también

-          Veremos, le dije

La idea era irnos a eso de las 20 hs para estar a la noche y dormir cada uno en su casa. En un momento después del mediodía me quedé sola con Lucía mientras los chicos estaban empezando a preparar las cosas para irnos.

-          Qué bueno que estuvo ayer, le dije

-          Viste, me dijo Lucía, tenías que probar la pija de tu hermano

-          Sí, me encantó

-          Ya te lo vas a coger en tu casa mientras tus papis duermen

-          Jaja, que zarpada que sos

-          ¿No te calienta pensarlo? Me dice Lucía

-          Últimamente me calienta todo

-          Jaja, yo siempre fui así

-          ¿Te puedo contar una cosa?

-          Si, decime

-          Ayer le conté Cesar, mi novio, todo lo que hicimos

-          ¿Y?

-          Lejos de enojarse, le calentó lo que le conté y terminamos cogiendo

-          Ah bueno…mejor que no lo tomo mal

-          Noooo, para nada va a tomarlo mal, ¡si él se mató chupándole la concha a Julieta y ella le chupó la pija a él!

-          ¿En serio? Mira Julietita

-          SI si, y bueno, el tema es que ahora…

-          Ahora quiere cogerse a Julieta y a vos

-          Ah míralo que pillo tu novio

-          Sabes que, por mí, si, no hay problema, el tema es Julieta

-          Bueno habría que convencerla, mi idea, le dije, es que nos quedemos acá y nos vayamos a la noche para evitar el tránsito

-          No es mala idea, me dijo, vamos a ver

A todos les pareció muy buena mi idea y nos pedimos unas pizzas y empanadas cerca de la quinta y las comimos con gaseosas por si nos paraba algún control de alcoholemia. Cuando estábamos terminando Lucía se me acerca y me dice, yo voy arrancando a ver si se prenden estos. Se sienta encima del novio y lo empieza a besar. Cesar y yo terminábamos de limpiar todo con la ayuda de Julieta y mi hermano. Nos quedamos de pie mirando cómo se mataban y Hernán ya le tocaba el culo descaradamente a su novia. Ella se gira para mirarnos.

-          ¿Que les pasa? ¿Nunca vieron una pareja a punto de coger?

-          Pasa que me gusta lo que estoy viendo, le dije

-          Si, mirá como me estoy poniendo, dice mi hermano acomodándose esa tremenda pija

-          ¿Y vos?  yo le toco el paquete a mi novio y se lo acaricio con decisión

-          Mmmm, a Julieta, mi cuñada se le escapa una interjección de deseo

-          Mmmm? Que mirás chachita, le dice mi hermano y le empieza a besar descaradamente.

-          Si, chúpame las tetas así, Lucía ya está desnuda en su parte superior y Hernán le chupa las tetas con devoción

-          Te voy a coger, le dice Cesar

-          Mmmm, si cogeme

-          ¿Me ayudás?  le digo a mi hermano

-          ¿A qué? El no entiende lo que quiero decirle. NO es nada sexual, pero es el paso necesario para consumar todo esto

-          Corramos la mesa ratona y tenemos la alfombra para nosotros cuatro

-          Ah sí sí, dice totalmente sorprendido por mi idea

-          Vamos, mientras me agacho junto con él a levantar y correr la mesa

-          Mirá como la tengo, le dice mi novio a Julieta acomodándose el paquete

-          Mmmm, sitio, veo, le dice Julieta

-          Vení le digo a mi novio y lo empiezo a besar descaradamente

-          Mmmm. El me corresponde amasando mi culo mientras lo hace

-          Mmmm, a nuestro lado Julieta lo besa a mi hermano

-          Quiero que cojamos delante de todos, le dice mi hermano a su novia

-          No me importa nada, dice ella besándolo

Creo que esas fueron las últimas palabras que se pronunciaron, a partir de ahí fue todo gemidos y pedidos de sexo y más sexo. Mi hermano con su novia, ya estaban casi desnudos y besándose y chupándose en la alfombra a nuestro lado. Cesar me comía las tetas con devoción y de a ratos la miraba a Julieta, mi cuñada que le respondía con la mirada. Evidentemente había quedado pendiente algo entre ellos dos. Lucía ya cogía ahora encima de Hernán y lo cabalgaba de espaldas a él y de frente a todos nosotros mientras nos miraba y nosotros nos quedábamos los cuatro totalmente desnudos sobre la alfombra. En un determinado momento Cesar me empieza a chupar la concha y mi hermano hace lo propio con Julieta, su novia. Pero en una posición en la que yo quedo muy cerca del pene de mi hermano. Estiro la mano y lo empiezo a pajear. Siiii, chupale la pija a tu hermano, relata Lucía desde su lugar. Julieta levanta la cabeza sorprendida y mi hermano la mira esperando su aprobación. No llegó a decir que sí que yo ya se la estaba chupando a mi hermano. Ella se soltó de mi hermano que le estaba chupando la concha y todos nos quedamos paralizados por un momento. Pero no. Fue con Cesar mi novio y se puso a cogérselo inmediatamente, tal eran las ganas con las que se habían quedado el día anterior.

Esa fue la última señal que necesitábamos para saber que de ahí en más se liberaría todo. Y así fue. Yo me empecé a coger a mi hermano y Lucía vino a chuparme las tetas. Entre los dos nos cogimos a mi hermano alternadamente mientras Hernán le chupaba el culo a Julieta mientras esta cabalgaba a mi novio. Esa imagen era de lo más erótica. Julieta se inclinaba bien hacia adelante para dejar el culo más expuesto. Hernán se lo chupaba con mucha saliva y aprovechó para hacer algo que definitivamente le gustaba. Sacó la pija de la concha de Julieta y la empezó a chupar. Mi novio que no era bisexual, ni nada parecido, al principio pensó que era una mujer quien se lo hacía, y después se estiró y lo vio a Hernán chupándosela. No dijo nada. Supo que en ese momento todos estábamos para cualquier cosa. Hernán vio la cara de sorpresa de mi novio y le volvió a agarrar la pija y la metió nuevamente en la concha de mi cuñada. Yo por mi parte ya estaba en un 69 con Lucía mientras mi hermano me cogía desde atrás. Hernán por su parte, le apoyó la punta de la pija en el culo súper empapado de saliva a Julieta. Ella se estremeció, pero tampoco dijo nada. Evidentemente Hernán era el más osado de nosotros deis y el que mejor sabía jugar estos partidos. Si, cójanme decía mi cuñada totalmente extasiada. Me sorprendía verla en esta actitud, después de tantas mesas familiares compartidas, y verla tan modosita y tímida en el entorno familiar y ahora tan descontrolada, me calentaba. Era increíble, pero no me sucedía lo mismo con mi hermano que ahora me cogía salvajemente. Mi cuñadita, totalmente entregada y mientras era cogida por sus dos agujeros, les pidió que se queden quietos en esa posición a sus dos machos. Métanmela bien hasta el fondo y quédense así. Julieta quedó totalmente apretada como en un sándwich y empezó a mover su cadera son mover ninguna otra parte de su cuerpo. Yo sabía que de chica había bailado árabe, pero ahora era una odalisca exprimiendo a dos machos a la vez solo con el movimiento de su culo. Hernán no aguantó mucho y explotó dentro de la cola de mi cuñadita. Mi hermano me estaba cogiendo muy sabroso. Yo giré mi cabeza y le dije, ¿viste como se cogen a Julieta? Sí, me encanta, me respondió. Me vas a acabar adentro, le dije, no le pregunté. Siiiii, era la señal que Nacho, mi hermano, necesitaba para acabar como un poseído.

Hernán salió de la cola de mi cuñada y con el miembro aun en erección se sentó en el sillón. Lucía lo miró y le dijo te la voy a limpiar y se puso a chupársela.  Mi novio se besaba en la boca como un loco con Julieta, ya había pasado mucho tiempo y empezaron a acabar juntos. Parecían enamorados, la verdad es que nunca lo hubiera imaginado, en las reuniones no se llevaban bien y siempre opinaban distinto en caso todos los temas. Era gracioso y excitante verlos ponerse tan de acuerdo para coger. Mi hermano se estaba recuperando mientras yo ayudaba a Lucía a chupársela a Hernán cuya verga ya estaba reviviendo. Nos turnábamos con Lucía y de a ratos yo le chupaba los huevos y ella la pija y viceversa. Lucía acostó a su novio en la alfombra y se lo montó pidiéndole a mi hermano que se pusiera arrodillado delante de ella y se la empezó a chupar. Julieta, después de cogerse a mi novio me mira, yo le devuelvo la mirada con deseo y, sin mediar palabras, comenzamos a besarnos apasionadamente Mi novio nos veía y no daba crédito a lo que sus ojos percibían. La pija se le volvió a parar en el instante, cosa que no pasó inadvertida para Lucía. Vení cogeme por el culo, dijo ella quien pretendía tener a los tres hombres para ella sola. Y así lo hizo Cesar. Se acomodó en el culo de Lucía y empezó a penetrarlo lentamente. Lucía se movía como una serpiente. Yo ahora me hallaba comiéndole la concha a mi cuñadita. Ah AH AH suspiraba ella. Mmmm sí. La imagen de los otros cuatro era tremenda. Lo que más me impactó fue ver a mi hermano ahora arrodillado y con las piernas abiertas en la cara de su amigo Hernán, y a este chupándole las bolas mientras su novia le chupaba la pija y era cogida por la concha y por el culo. La bisexualidad de Hernán, ahora manifiesta frente a todos, se tomó como lo más natural del mundo. Lucía les pidió que la llenaran de leche por todos lados y no tardaron los tres en inundarla por sus tres cavidades. Ella gritaba y gemía. Yo por lo pronto hacía lo mismo porque ahora era mi cuñada la que me estaba chupando la concha a mí. Fue tremendo como le empapé la cara con mi acabada. Sin darnos prisa y sin pausa tampoco nos fuimos besando con Julieta y acariciándonos con mi hermano, con mi novio y cada uno fue volviendo con su pareja. Nos fuimos poniendo de pie y vistiéndonos. Cuando ya estábamos saliendo en un momento me cruzo a mi hermano. Esta noche, no, porque va a ser muy tarde, pero preparate porque te voy a visitar pronto a tu habitación, me dijo y me reí de felicidad.

Cuando subimos al auto con mi novio nos miramos sonrientes. Lo habíamos pasado muy bien y no necesitábamos ponerlo en palabras. Cuando íbamos llegando a mi casa, le dije: Ahora quiero que nos cojamos a tu hermana. ¿Vos estás loca? Me dijo. Vos dejame a mí y le sonreí con mi mejor cara de lujuria.

Continuará…