Cinco años - 3. Fuera de las sesiones
Este relato está dedicado a mi Ama, con el deseo que sea de su agrado. Por supuesto también espero que les guste a quien quiera leerlo. En esta ocasión el control de mi Ama va más allá de las sesiones.
Como adelanté en el anterior capítulo, después de estas sesiones iniciales, siguieron muchas más, extendiéndose durante meses, pero mi sumisión y el control de mi Ama en aquel periodo de dominación a distancia, no se limitó sólo a las sesiones, poco a poco fue abarcando otros ámbitos y aspectos de mi vida, algunos de ellos los narraré a continuación. No sé cuántas sesiones llevaríamos por aquel entonces, pero se podrían contar por decenas, a lo largo de las cuales habíamos hecho bastantes cosas, muchas de ellas no me las hubiera podido imaginar, ahora ya sé de lo que soy capaz de hacer, gracias a mi Ama. Lo que no hemos hecho nunca, y por suerte, ni a mi Ama ni a mi nos agradan, son juegos con agujas, ni sangre, a mí me dan pánico las agujas y a mi Ama no le atraen, así que una vez más los gustos de mi Ama coinciden con los míos. En este tiempo, solo en un par de ocasiones me ha tenido que castigar mi Ama por desobediencia, las dos fueron por el mismo motivo por no guardar la castidad en periodo de prohibición de orgasmos. En ambas ocasiones coincidieron con días bastante ajetreados para mí, y coincidieron con un largo periodo entre sesiones, con lo que llevaba muchos días sin correrme. Como la falta fue la misma, mi Ama me aplicó el mismo castigo las dos veces. El castigo, fue para mí bastante cruel, pero necesario, como me hizo comprender mi Ama, para que me ayudara a que no se volviera a repetir, aunque por desgracia para mí, se repitió otra vez, a sabiendas de lo que me esperaba por tal comportamiento: fueron cien golpes fuertes en cada nalga, que me dejaron el culo con unos moratones que me duraron más de una semana. Había recibido golpes fuertes en mis nalgas en las sesiones, pero nada comparado con aquella enorme tanda de azotes, que tuve además que hacerlo en menos de 4 minutos, así que tuve que recibir un azote fuerte casi a cada segundo, si me pasaba del tiempo, tendría que ser el doble de azotes, igualmente si había un solo golpe que mi Ama no considerara lo suficientemente fuerte. Pero no acababa ahí el castigo, después me hizo estar sentado en el suelo sobre una bolsa de garbanzos que se me clavaban en mí ya de por sí muy dolorido trasero mientras le tenía que explicar a mi Ama con todo detalle por qué había roto mi castidad. En las dos ocasiones, mi Ama comprendió mis motivos, pero también me hizo comprender a mí que aun así debía castigarme, no podía pasar por alto una falta tan grave como la castidad, aun estando justificada, y que a ella, aunque suene a tópico, le dolía castigarme, más que a mí, y que, al igual que ahora era necesario el castigo, en otras ocasiones que ella considere justo, recibiré premios por mi comportamiento, pues la verdad es que estaba muy orgullosa de mi. Esa es mi Ama, siempre consigue, a pesar del dolor físico que pueda sentir en ese momento, dejarme con una sonrisa y hacerme sentir bien. Al finalizar una de tantas sesiones, mi Ama me indico que me fuera a limpiar, me vistiera, y después seguiríamos hablando, ya sin cam, que había una cosa que me quería pedir. - me limpié y arregle, y una vez vestido volví al ordenador. [lobo] aquí me tiene de nuevo, Ama. [Ama] verás perrito, quería avanzar un poco más en nuestra relación, ya te dije que tendríamos sesiones solo ciber una temporada, hasta que yo decidiera ir más allá. No digas nada hasta que termine, luego podrás darme tu opinión. Aún no sé cuándo haremos algo fuera de las sesiones, pero quiero que me des tu móvil, en un principio solo será por whatsApp, y no te preocupes, me darás de alta en tu agenda con un nombre de compañera de trabajo inventado, siempre que te mande un mensaje solo pondré "hola", si tu no contestas o contestas con "hola" no seguiré, pero si estás solo, o puedes hablar, contestarás con "hola Ama", entonces a partir de ese momento deberás obedecerme, como comprenderás, no puedo saber si no me contestas por que no puedes o porque no te da la gana, pero quiero que sepas que confío en ti perrito y creo que si puedes contestarás. No te preocupes, ya sabes que tu Ama cuida y se preocupa por ti, no te haré hacer nada que suponga un riesgo para ti, tu trabajo o tu vida privada. Si no quieres, no te voy a obligar, seguiremos como hasta ahora, y no te preocupes, que no tomaré represalias si te niegas. Quiero que me lo des solo si estás convencido. Ahora puedes hablar. La verdad es que escuchando a mi Ama, no podía negarme, de hecho me volví a excitar, y eso que acababa de correrme en la sesión, pensar que mi Ama podía controlarme fuera de las sesiones, en cualquier momento, solo imaginarme las situaciones morbosas que podrían producirse hizo que mi polla volviera a ponerse dura. [lobo] Si Ama, le daré gustosamente mi móvil y haré lo que me ha sugerido para evitar complicaciones. Le agradezco que se preocupe tanto por mí. Mi número de móvil es 999 00 00 00. Muchas gracias Ama. [Ama] Bien, para que no surjan problemas, yo también te meteré en la agenda como si fueras un compañero de trabajo. Por supuesto, una vez leídos los mensajes, los borraremos, no sea que por accidente alguien los pudiera leer. Era eso lo que quería perrito, ahora te mandaré un mensaje para que tengas mi número y lo metas en la agenda. Tú no podrás mandarme ningún mensaje si yo no lo he hecho previamente. Excepto en alguna ocasión urgente, o si alguna vez no vas a poder estar a la hora convenida y no puedas avisarme con la suficiente antelación por correo, y como no me convenza el motivo serás duramente castigado, y créeme, no querría tener que hacerlo. Deberás tener cuidado con los mensajes que me envíes en estos casos, no pongas nada de Ama, ni me trates de Usted, ni nada comprometedor por si acaso lo ve otra persona, pon por ejemplo. "no voy a poder, luego te cuento" cuando no puedas estar a la hora acordada. ¿Lo recordarás? [lobo] Si Ama, no se preocupe. [Ama] No lo hago, confío en ti perrito. Ya puedes retirarte, buenas noches. [lobo] gracias Ama, buenas noches Ama. No sé cómo lo hace mi Ama, pero siempre se anticipa a cualquier pega o problema que pueda decirle, hay veces que me asusta, parece como si pudiera leer mi mente, y cualquier duda que pudiera tener, ya me la ha resuelto por anticipado. Seguimos unas semanas con las sesiones como hasta entonces, no había recibido ningún mensaje en el móvil de mi Ama, y por supuesto, yo no había tenido que mandarle ninguno. Cerca de un mes después, recibí un mensaje en el móvil de mi Ama: "Hola". Era un martes por la mañana, yo me encontraba en el trabajo. Trabajo en una empresa de venta por correo, y en la oficina donde tengo mi puesto de trabajo es una planta grande, la sala donde estoy es diáfana, con 20 mesas con su correspondiente pc y teléfono, y sin mamparas de separación, es decir desde mi mesa puedo ver a la mayoría de mis compañeros, y ellos a mí. Además en la planta hay una sala de reuniones, una sala con 8 mesas con ordenadores para cuando hay campañas y traen a más gente de refuerzo, que también utilizamos cuando alguien necesita más concentración o hacer videollamadas con clientes, unos servicios, separados para mujeres y hombres, una sala con máquinas de café, bebidas y bollería y un despacho para el jefe. Mi Ama, ya conocía como era el sitio donde trabajaba, y más detalles que me había ido preguntando a lo largo de las sesiones, preguntas tanto de mi vida familiar, personal, como laboral, siempre sin dar datos concretos, como dirección, nombres, y hasta aquel día hace un mes ni teléfonos. A la vez que ella iba descubriendo poco a poco muchas cosas de mí, ella me correspondía con otras tantas cosas sobre su vida privada, algunas realmente sorprendentes, pero no contaré nada para respetar su intimidad. A pesar de mis dudas, pues estaba en el trabajo y no estaba solo, pues cualquier compañero podía verme, a mi mente calenturienta le daba morbo imaginar qué situaciones podrían darse y contesté con un "hola Ama". Al momento, recibí otro mensaje de mi Ama: "perro, a estas horas supongo que estarás en tu oficina, quiero que saques dos botellas de agua de la máquina y empieces a beber, quiero que antes de comer hayas bebido al menos una de ellas, y si puede ser las dos mejor, sino, continuarás con la segunda después de comer, y no quiero que vayas a mear sin que yo te dé permiso. Si crees que te es imposible aguantar, me mandarás un mensaje y yo decidiré si puedes hacerlo o no. Además quiero que cuando tengas un rato, salgas de la oficina y vayas al chino que hay cerca de tu trabajo y compres unas tijeras y un rollo de cuerda no muy gorda, y la guardes en tu cajonera, cuando lo hayas echo mándame un mensaje y te daré más instrucciones. Procura no tardar mucho perrito. Espero tu mensaje". Mi Ama no sabe físicamente donde trabajo, pero sabe todo de mi trabajo, ahora empiezo a entender algunas preguntas que parecían no tener sentido para mí, en aquel entonces cuando me lo preguntó, como "Cuéntame cómo es la zona donde trabajas, qué comercios hay cerca, bares, restaurantes,...". Saqué las dos botellas de agua de la máquina, y abrí una para ir bebiendo como me había indicado mi Ama. Eran las 9 y media de la mañana, y a las 10 solemos hacer una pausa para desayunar, aprovecharía ese momento para ir a comprar las tijeras y la cuerda. Dije a mis compañeros que tenía que salir un momento a un recado, y les dejé desayunando, cuando volví, dejé la bolsa con el recado de mi Ama, y le mandé un mensaje. A los diez minutos recibí contestación de mi Ama: "Buen perro, ahora quiero que cortes un trozo de cuerda de unos dos palmos de longitud y te la guardes en el bolsillo. Sigue bebiendo agua, y cuando termines la primera botella, irás al servicio, te masturbarás hasta estar a punto de correrte, pararás, cogerás la cuerda y te atarás los huevos, remata el nudo con un lazo, como si fuera un regalo para mí. Harás una foto con el móvil de tu polla erecta y tus huevos atados con el lacito y me la mandarás, deberás dejarte atados los huevos hasta nueva orden, pero cada hora te los desatarás y los volverás a atar, para que no haya problemas, igualmente, si ves que te duele demasiado, puedes desatártelos y volver a atártelos. Tienes que mandarme la foto antes de las 12 y media." Solo de imaginármelo, había provocado una erección en mi polla, por suerte, estaba sentado en mi mesa, y era difícil que alguien se diera cuenta. Seguí con mi trabajo, aunque sin poder dejar de pensar en el mensaje de mi Ama. Seguí bebiendo de la botella a la que le quedaba ya una tercera parte de su contenido, y empezaba a hacer efecto en mis ganas de orinar, aunque de momento podía aguantar sin problema. Poco antes de las 12, terminé la primera de las dos botellas de agua que debía beber, y fui al servicio de caballeros a cumplir con la orden de mi Ama. Era una sensación extraña, pues iba al servicio, con ganas de mear, pero no para mear... no sé explicarlo, era como una situación ilógica, algo que he hecho mil veces, para un propósito, pero esta vez no era así. Cerré la puerta con pestillo, no fuera a entrar alguien y me sorprendiera en una situación embarazosa. Me bajé los pantalones, luego los slips, dejando mi polla al descubierto y empecé a masturbarme, tenía que tener cuidado para no dejarme llevar y correrme, pues entre el morbo que me daba aquella situación (nunca antes me había hecho una paja en el trabajo), las ganas de mear, la castidad a la que me tenía obligada mi Ama hasta que ella me diera permiso (llevaba ya 5 días sin correrme), y la excitación, podría desencadenar en una corrida incontrolada. No tardé en alcanzar la erección, y paré antes de llegar al punto de no retorno. Mi polla palpitaba por la erección, y en parte también por las ganas de orinar que mezclado con la excitación provocaban en mi cuerpo una sensación de éxtasis, a la vez placentero y frustrante, cogí entonces la cuerda de mi bolsillo y até mis huevos lo bastante fuerte, pero sin llegar a cortar la circulación para no tener problemas, como acostumbraba a hacer en las sesiones, aunque en esa ocasión no sabía cuánto tiempo tenía pensado mi Ama dejármelos atados. Hice la lazada y me dispuse a sacar la foto con el móvil. No sé si alguno lo ha intentado, pero no es nada fácil, hice varias fotos, hasta sacar una que me convenciera para enviársela a mi Ama, se veía bien mis huevos atados con un lacito y por encima mi polla con una erección apuntando el techo. Le envié la foto a mi Ama y esperé un rato, hasta que bajó la erección, pues no podía salir así de allí. Qué pensarían mis compañeros al verme con la tienda de campaña..., así que me senté en la taza, aguantándome para no soltar una meada que es lo que me pedía el cuerpo en ese momento. Salí a los 10 minutos, ya sin mi erección, pero con más ganas de mear aún que cuando entré. Me fui a mi mesa, observando a mis compañeros cuando pasaba por su lado, al parecer nadie sospechaba nada, aunque yo no podía dejar de pensar en que tenía los huevos atados. Al sentarme en mi silla, me dolieron los huevos, pues al estar atados, y con el slip por encima, la posición era como si hubieran recibido un golpe, me metí la mano por dentro de los pantalones y del slip y me los acomodé para que no me hicieran daño, esa operación la tuve que realizar cada vez que me movía, pues era en algunos casos, como si me los aplastaran, y otras como si me los retorcieran y por si esto fuera poco, la cuerda me picaba al rozarme con el movimiento. No sé si algún compañero me pilló en alguna de esas veces, preferí no mirar, y hacer como si nada. A las 12 y media recibí mensaje de mi Ama: "Buen perrito, me ha gustado la foto, mmm solo de verte la polla así me he puesto muy cachonda. Ahora, harás lo siguiente, si tienes ganas de mear, podrás dejar de beber, sino te han entrado ganas, sigue con la segunda botella, aunque imagino que no hará falta. En la comida quiero que cojas algo salado, o que te eches sal en el segundo plato, la idea es que esta tarde tengas sed y ganas de beber. No voy a pedirte ninguna prueba, sé que lo harás por mí, piensa que me haría muy feliz verte sufrir para mí, perrito. Después de comer hablamos. Cuando dispongas de algo de intimidad me llamas y te diré como vamos a seguir el juego. Un azote perro, lo estás haciendo muy bien.". La verdad es que tenía razón, me gustaba complacer a mi Ama, aunque ella no pudiera verme, ella confiaba en mí, y yo quería corresponderle con mi más absoluta obediencia, aunque en ocasiones mi sufrimiento fuera difícil de soportar. Como bien había dicho mi Ama, no necesitaba beber más agua, pues ya llevaba un rato con unas ganas de mear que me iban atormentando constantemente. Así que no bebí más hasta la hora de la comida. Comíamos en el mismo edificio, en la planta baja había un comedor con buffet libre. Bajé como siempre solíamos hacer sobre la una y media, ese día no comí mucho, y qué decir de beber, pues con las ganas que tenia de mear, prácticamente no bebí casi en la comida. El segundo plato, cogí un filete con patatas, y eché sal en las patatas, como me ordenó mi Ama. En apenas una media hora escasa, subí de vuelta a mi puesto de trabajo, con mis ganas contenidas de mear, aún no habían subido mis compañeros, tan solo había tres personas más en la sala, pero estaban lo suficientemente alejadas para que no pudieran oírme, así que llamé a mi Ama. [Ama] Hola perro, ¿ya has comido? [lobo] Si Ama, acabo de volver a mi puesto de trabajo. [Ama] Bien, ¿cómo van tus ganas de orinar? [lobo] llevo aguantándome bastante rato, mi Ama, no sé si podré seguir mucho tiempo así. [Ama] bueno, de eso se trata, te voy a dar dos opciones y podrás elegir la que quieras: La primera es que podrás ir en cuanto colguemos al servicio, y desatarte los huevos y mear, aunque seguirás sin poder correrte, luego podrás beber para saciar la sed, que imagino empezarás a notar en breve y ya no habrá más ordenes por hoy. La segunda es que tendrás que seguir aguantando esas ganas de mear un rato más, y seguir con los huevos atados hasta que llegues a casa, puedes beber toda el agua que quieras, y cuando llegues a casa, te conectarás al Skype, no vamos a tener sesión, así que podrás estar vestido, y sin la marca de tu Ama, y entonces tendrás un premio. No sabía si podría aguantar tanto tiempo, pero el saber que me esperaba un premio era bastante tentador como para no intentarlo. [lobo] Ama, sabe que saber que usted goza con mi sufrimiento es lo que me hace feliz a mí también, mi respuesta es que sigo adelante, y mi sufrimiento hasta que llegue a casa seguro que habrá valido la pena. [Ama] Sabía que elegirías esa opción, y lo deseaba, me gusta ver los sacrificios que haces por tu Ama, y sé cómo lo estás pasando, y que no te será nada fácil cumplirlo, quiero que sepas que si en algún momento ves que no puedes aguantar más, puedes cambiar a la primera opción, ir al servicio, y desahogarte (sin correrte, por supuesto). Luego me mandas un mensaje y me lo dices. Si no, te espero sobre las 6 y media en el Skype para darte tu recompensa. Un beso perrito. [lobo] Si Ama, muchas gracias, espero no decepcionarla. Un beso Ama. Colgó y me quedé un rato con el móvil en la mano, pensando en el premio que me daría mi Ama, no podía imaginar qué sería, pero fuera lo que fuera, seguro que merecería la pena. Los minutos parecían no querer pasar, miraba a cada instante el reloj, y el tiempo parecía detenerse, las horas se hicieron eternas, y mi sufrimiento cada vez era mayor. La sed había hecho su aparición, y había tenido que beber varias veces de la segunda botella, y mis ganas de mear se habían incrementado. Intenté centrarme en el trabajo, para ver si pasaba más rápido el tiempo, necesitaba distraerme con algo y dejar de pensar en mear, y en la sed que no desaparecía, aparte de eso, el picor producido por la cuerda, y mis huevos que llevaban ya bastante tiempo atados. Llegaron las cinco y quedaba poco para que saliera de la oficina camino a casa, a aquellas alturas, mi tortura era enorme, parecía que me iba a estallar la vejiga de tanto tiempo aguantando, y mi boca a pesar de los tragos de agua seguía seca, el picor y los huevos atados, ya era el menor de mis problemas. Pensé en acabar con mi sufrimiento, e ir al servicio, pues lo que había pasado hasta ahora sería poco comparado con la tortura de la vuelta a casa, pues al moverme me era más difícil contener las ganas de mear, y además me rozaba y picaban los huevos. Pero no podía quedarme con las ganas de saber qué recompensa obtendría de mi Ama. La vuelta a casa no puedo ni contarla, me duele solo de recordarla, la sensación de angustia por aguantar, contener la cantidad de orina que amenazaba con escaparse a chorros por mi polla, la espera en la paraba del autobús, de pie y luego el viaje en autobús con el traqueteo del motor, que ponía más difícil aún si cabe, el aguantar las ganas de mear. Al bajar del autobús sentí un alivio "ahogado", pues sabía que pronto podría desahogarme, pero aún faltaba un poco, y debía seguir resistiendo con todas las fuerzas que me quedaran. Fui todo lo deprisa que pude, y me dirigí rápidamente al ordenador, lo encendí, y los dos minutos que tardó en arrancar el sistema, se me hicieron eternos, pero por fin pude conectarme al Skype, y allí estaba mi Ama esperándome, como me dijo. [lobo] Hola Ama, ya estoy aquí. [Ama] Hola perrito, no quiero alargar tu tormento, estarás deseando mear. Coge una jarra grande de cristal, y mearás dentro de ella, delante de la cam. Quiero ver cómo te alivias. Corrí a la cocina y cogí la jarra más grande que encontré, volví rápido y puse la cam, me bajé los pantalones, y los slip y saque mi polla. [Ama] Espera, primero desátate los huevos y luego puedes mear todo lo que quieras. Me desaté los huevos, casi de un tirón, y mi vejiga empezó a dejar salir en un largo chorro toda la orina que había estado almacenando durante gran parte del día, en ese instante sentí una gran felicidad, mientras un gran chorro seguía saliendo por mi polla, cayendo en la jarra que sostenía delante de la cam, y que cada vez pesaba más por el contenido que seguía cayendo desde mi polla hasta su interior. Nunca me había visto nadie mear, y seguramente en otras circunstancias, hubiera sentido bastante vergüenza, pero en aquella ocasión, en lo único que podía pensar era en aliviar mi vejiga. [Ama] mmmm, sí que ha tenido que aguantar mi pobre perrito, sigue, vacíate, mea hasta la última gota, quiero ver llena esa jarra, me encanta verte mear con tantas ganas. No sé cuánto tiempo estuve meando, pero después de estar todo el día esperando ese momento, me pareció que el tiempo se detenía en ese instante, y yo era la persona más feliz de la tierra en ese momento. [Ama] ¿te sientes mejor ahora perrito? [lobo] Si Ama, ahora me siento muy feliz, gracias Ama. [Ama] gracias a ti perrito, has sabido sufrir por tu Ama, y ahora quiero recompensártelo como te prometí, espero que te guste. Puedes volver a vestirte, y si quieres puedes beber agua, pero deja la jarra llena a un lado, me gusta verla así llena de tu pis, perrito. Y ahora aquí tienes tu premio. Una tercera persona se unió a la videollamada. En pantalla veía mi cam, una foto de los pies de mi Ama, y una tercera cam, en la que aparecieron un hombre y una mujer, ambos vestidos y con un antifaz en los ojos. [Ama] perrito, estos son esclavos de una Ama, muy amiga mía, son un matrimonio, ella tiene 25 años y él 30, puedes llamarles perra y perro, les gusta que les humille y castigue, y hoy vas a hacerlo tú, podrás hacer con ellos lo que quieras durante una hora, ellos te obedecerán sin rechistar a todo lo que les digas, excepto quitarse el antifaz. El perro lleva cinco días sin correrse, puedes hacer que se corra, si quieres, eso lo dejo a tu elección, sino, seguirá sin correrse hasta que su Ama decida. Disponen de juguetes, que te mostrarán ahora por cam. Fueron enseñándome uno a uno los juguetes: fusta, pinzas de la ropa, pinzas metálicas con y sin cadenas, pesos, cuerdas, arnés con dildo interior y exterior, plugs anales de distintos tamaños, velas y mordazas, la verdad es que había de todo. [Ama] Ahora te dejaré solo con ellos, a la hora me conectaré y me dirás cómo se han portado, si te han desobedecido o no has disfrutado con ellos, deberás decírmelo para castigarles severamente por desobedecer. Disfruta tu premio, perrito, y además podrás tocarte y correrte, te lo has ganado. Y sin decir más, se desconectó, dejándome dos esclavos solo para mí, que nunca había tenido a nadie bajo mis órdenes, y la verdad es que me atrajo mucho la idea, aunque no sabía por dónde empezar. Decidí ordenar al hombre que se desnudara del todo, se pusiera de rodillas de perfil a la cam, una pinza en cada pezón y se empezara a masturbar muy rápido sin correrse, mientras su mujer a sus espaldas para que solo yo pudiera verla, me hacía un striptease muy sensual con música. Disfruté del espectáculo que se estaba produciendo sólo para mí. Decidí quitar mi cam, para así ponerme más cómodo y poder tocarme tranquilamente. La perra se movía muy bien, solo con sus movimientos me puso a mil, antes de empezar a quitarse la ropa, movía sus caderas de un lado a otro suavemente mientras se acariciaba los pechos por encima de la ropa y bajaba hasta su entrepierna, empezó a quitarse la ropa de la parte de arriba, quedándose en sujetador, y luego bajándose la falda moviéndose al ritmo de la música, se notaba que no era la primera vez que hacía algo así. El perro seguía masturbándose a toda velocidad mientras su mujer bailaba para mí, ya en braguitas y sujetador, y pronto completamente desnuda, pufff me sentía muy poderoso en ese momento, no me imaginaba qué se sentiría al otro lado de la pantalla, siendo el que da las ordenes, y la verdad que me estaba gustando bastante más de lo que esperaba. La perra empezó a quitarse el sujetador y dejó al descubierto dos pechos, no muy grandes, con unos pequeños pezones, sin parar de mover todo su cuerpo en una danza sensual, le tocó el turno a las braguitas, poco a poco las iba bajando con mucha delicadeza, hasta que cayeron al suelo, pude ver un coñito totalmente depilado. Le ordené que se acercara a la cam para poder observar bien de cerca su coño, y que se girara lentamente para ver también su culito, una vez de espaldas, mostrándome su culo en todo su esplendor, la ordené agacharse sin doblar las rodillas y separar sus nalgas con las dos manos para poder observar bien su culo de perra. Tenía un agujerito estrecho, inmediatamente me entraron ganas de penetrar ese agujerito. Ordené al perro que parara de masturbarse y que le comiera el culo a la perra de su mujer. - Bien, perros, suficiente, ahora los dos de pie, y coger cada uno unas pinzas con cadena, y cada uno debe ponerle las dos pinzas al otro, una en cada pezón, pero pasando una cadena por dentro de la otra, de tal manera que quedéis enganchados por estas. - Ahora vamos a jugar, se trata de ir separándoos muy despacio, hasta que a uno se le suelte una pinza. Al que se le suelte la pinza habrá ganado, y el otro, que ha sido el que ha puesto esa pinza en el pezón del otro, será penetrado analmente con un arnés por el otro mientras le echa cera caliente por las nalgas y la espalda. ¡Empieza el juego! Se pusieron uno frente a otro de perfil a la cámara, y poco a poco fueron separándose, tensándose las cadenas, y a la vez, tirando estas de los pezones del perro y de la perra. Ya estaban al límite, un pequeño movimiento hacia atrás de los perros y alguna pinza se soltaría. Fue la del perro. - Vaya, ya tenemos ganador, pero antes del castigo, poneros bien otra vez las pinzas. Tú, perro, ponte un arnés con polla grande, y ponle vaselina en la punta, perra, si quieres que no te duela demasiado, puedes ponerte tú misma también vaselina en tu ano. Y tú, perro, coge dos velas y enciéndelas, mientras follas a la perra con tu arnés, irás echándola la cera por su culo y su espalda, ten cuidado, no la dejes caer desde muy cerca. Quiero oírla gritar, y quiero que le metas la polla hasta el fondo. Como no lo hagas bien, vas a pasarlo muy mal perro. Poneros perpendiculares a la cam, y poner ésta en un plano superior para que pueda verlo bien. Era muy excitante ver como se follaba a su mujer por el culo, metiéndole hasta el fondo aquella polla que debía medir unos 30 cm de largo por 4 cm de ancho, mientras esta gritaba por las embestidas y por la cera que iba cayendo sobre su espalda, eran velas de color azul, y se iba viendo el dibujo que formaban al caer gota a gota sobre la espalda y el culo de la perra. Tuve que parar de tocarme, porque estaba a punto de correrme, verlos así me había puesto a tope, y aun quería seguir disfrutando del regalo de mi Ama. Les dejé que estuvieran así durante casi 15 minutos, y aún me quedaba casi media hora para seguir disfrutando. - Suficiente perro. Apaga las velas, quítate el arnés y coge el látigo de tiras. - se trataba de un pequeño látigo formado por unas siete tiras de cuero para azotar. - Y tu perra ponte de pie contra la pared, piernas abiertas y brazos en cruz, perro comienza a azotarla hasta que no quede ni una gota de cera sobre su cuerpo. A la vez que el cuero golpeaba sobre las zonas manchadas por la cera, el color azul iba desapareciendo, y empezaban a aparecer unas marcas rojizas provocadas por los golpes del cuero sobre la piel desnuda de la perra. Cuando acabó tenía toda la espalda y el culo con marcas rojas, era una imagen muy excitante. - Ahora vamos a cambiar, perro de frente a la cam, con las piernas bien abiertas y las manos en la nuca. Y tu perra le vas a dar 4 patadas en los huevos, y quiero oírlas, yo te iré marcando las patadas, y como no me convenzan, el castigo será para ti.- El perro se puso en posición.- ¡Una! - ¡Plaf!. Soltó la patada entre las piernas del perro, golpeando con el empeine del pie los huevos de este, provocando que se doblara hacia delante, mientras se oiga un grito de dolor.- Perro levanta y manos a la nuca. - se incorporó como pudo, y volvió a la posición de espera. - ¡Dos! - otra patada impactó contra los huevos del perro, que volvió a hacer que se doblara y soltara otro grito de dolor. La verdad es que me dolía hasta a mi verle. - Perro, a tu posición. - Esperé unos instantes para que se recuperara. - Vale, creo que ha sido suficiente. Aún quedaban unos diez minutos para seguir, así que pensé rápidamente en algo más. - Perra ponle diez pinzas de madera en los huevos y tu perro ponle diez pinzas en cada pecho, una vez puestas, os empezáis a masturbar y como premio por haberos portado bien, podréis correros, pero perro, si te corres, deberás hacerlo en la boca de la perra, y tu perra, luego le pasarás de tu boca a la suya toda su corrida para que se la trague. Podéis empezar. Empezaron a ponerse pinzas primero ella a él en los huevos, quedaron cubiertos totalmente por las diez pinzas. Luego llegó el turno del perro y le fue poniendo las pinzas en sus pechos, formando un marco circular alrededor de los pezones, que seguían llevando las pinzas de metal con cadenas. Empezaron a masturbarse, y yo hice lo mismo, también quería correrme con ellos. Ella enseguida tuvo un orgasmo brutal, casi me corro de solo oírla, él seguía masturbándose bastante deprisa, dudaba si se correría, pues de hacerlo, luego tendría que tragarse su esperma. La perra siguió tocándose en busca de un segundo orgasmo, mientras el perro buscaba el suyo. Poco tardó el perro en llevar su polla hasta la boca de la perra para soltar todo su esperma, acumulado durante todos estos días de contención, en su interior. - Bien, ahora ya sabéis lo que toca, acercar las caras a la cam para que pueda ver bien como cae el esperma en la boca del perro, y no te lo tragues hasta que te diga. - Se acercaron y poniéndose la perra por encima, abrió su boca de la que empezó a caer una larga hilera de esperma, realmente había acumulado bastante esperma, llenando la boca del perro entre saliva y su propio esperma. - He cambiado de idea, ahora quiero que lo dejes caer sobre su vientre y su coño. Le noté una pequeña sonrisa al perro, agradeciendo que no tuviera que tragarse su semen, y lo dejó caer sobre el vientre de la perra, resbalando hacia su coñito. - Ahora para acabar, os quitareis uno al otro las pinzas, pero tirando de ellas. Iréis alternando una de los huevos, y una de cada pecho. Empieza el perro, deberéis contar en voz alta cada vez que os quiten una pinza y darme las gracias por ello. Empezaron a quitarlas y mientras oía como me daban las gracias por cada pinza, me terminé de masturbar, terminando en una gran corrida, aprovechando el permiso que me había dado mi Ama. Me limpié y volví para despedirme de los perros. - Habéis sido unos buenos perros, y así se lo haré saber a mi Ama. Gracias perritos, podéis retiraros. Esperé, ya solo, a que se conectara mi Ama. [Ama] hola perro, ¿qué tal se han portado los esclavos? [lobo] hola Ama, pues la verdad que se han portado muy bien, me ha gustado mucho su regalo, por cierto, les he dado permiso para que se corrieran. Y yo también lo he hecho, Ama. [Ama] Bien, me alegro por el perro, ya llevaba bastante aguantando, bueno, y por ti, claro. No te acostumbres a mandar ¿eh? esto ha sido una excepción, y puede que no haya más. [lobo] No Ama, yo soy feliz como su sumiso, esto ha sido una grata experiencia para mi, pero sé dónde está mi sitio, y es bajo sus pies, mi Ama. [Ama] Aja, y que no se te olvide perro. Una cosa más que te quiero pedir, es que me gustaría tener control sobre ciertos aspectos de tu día a día, como elegir la ropa interior, quiero que te compres 7 slips de colores: negro, blanco, rojo, verde, azul, marrón y gris. Yo te diré cada día por un mensaje al móvil qué color deberás llevar al día siguiente, si algún día no recibieras el mensaje antes de las 8 de la tarde, podrás ponerte el que quieras. ¿Harías eso por tu Ama perrito? [lobo] Si Ama, me parece justo que decida Usted por mi qué ropa interior debe llevar su perro. [Ama] Bien perrito, también me gustaría controlar tu vello púbico, cuando quiera que te dejes pelo, cuando quiera que te depiles, o que solo te lo recortes, o que te lo dejes con alguna forma. ¿Estarías dispuesto a dejarme ese control, perrito? [lobo] Si Ama, también me parece bien que decida Usted cómo quiere que su perro lleve sus partes íntimas. [Ama] Gracias perrito, y por ahora solo una cosa más que me gustaría, sé que entre semana comes en el buffét de tu edificio, me gustaría que me mandaras un correo todas las mañanas con lo que hay de comida, y yo elegiré por ti lo que has de comer. ¿Le darías ese capricho a tu Ama? Hasta ahora, las dos peticiones no me preocupaban demasiado, pero lo de comer, no sabía con qué intención lo haría, pero después del regalo que acababa de tener, no podía negarme. [lobo] De acuerdo Ama, podrá elegir qué come su perro entre semana. [Ama] Muchas gracias perrito, me hace mucha ilusión tener ese control sobre ti. Empezaremos la próxima semana, mientras deberás comprar los slips que te pedí. Y el lunes empezarás a enviarme cada mañana lo que hay ese día de comida. De momento no te depiles ni te recortes el vello púbico hasta nueva orden. [lobo] Así haré Ama. [Ama] Pues eso es todo por hoy, perrito, me alegro que aunque hayas sufrido mucho, luego hayas podido disfrutar. Puedes retirarte perrito. Ese día lo recuerdo muy bien, fue el primer día en que mi Ama me dominaba fuera de las cibersesiones
y de la intimidad de mi hogar,
a partir de entonces lo hizo con frecuencia, y aunque no hicimos nada demasiado fuerte, pues lo importante de esos juegos en público es más la parte psicológica que física, yo sé por ejemplo cual es la situación, por ejemplo en este relato, que tenía los huevos atados, y hace que piense todo el rato que alguien pudiera darse cuenta, o que al colocárme los huevos, o rascarme por el picor, alguien pudiera verme, o cuando tengo una erección por las situaciones morbosas, que nadie lo note... Y además era la primera vez para mí que actuaba como Amo, y nada menos que con una pareja, la verdad es que aquella hora se me hizo cortísima, se me ocurrieron mil cosas que podía haber hecho con ellos, pero tendría que esperar por si surgía una nueva ocasión. Continuará...