Cibersexo. Primer relato REAL
Un sábado que dimos el paso. Relato real.
Hola a todos. Muchos ya nos conocéis de otros relatos, pero para los que no: me llamo Jorge, 38 años, casado con Carla, de 35. Somos un matrimonio normal, con hijos, como muchos de vosotros. Pero con una fantasía muy particular. Llevamos tiempo, fantaseando con meter un tercero en la cama. Carla es una mujer muy sexual, bajita, muy guapa de cara, pechos grandes con pezones rosados que invitan a comerlos… y un culito que me vuelve loco. Es morena, con mechas rubias. A todos los que nos habéis escrito y habéis preguntado, os hemos dicho lo mismo: los relatos son, de momento, mera fantasía.
Pero el sábado ocurrió algo real. Por primera vez. Y quiero compartirlo con vosotros. Si Carla se anima, escribirá su versión.
Era sábado por la noche, ya habíamos cenado, los niños acostados, y nos relajamos en el sofá. Nos preparamos unos cubatas, y empezamos a ver algo de porno, pero sin llegar a ninguna película que nos llamase la atención. No había pasado media hora, no pude más y me abalancé sobre Carla: le quité la ropa y nos empezamos a besar. Baje a sus tetas, esas ricas tetas que tiene que tanto me gusta comerlas. Estuvimos follando un buen rato, hasta que acabamos los dos. Fue, como muchas veces, un polvo de esos en que el ansia de comernos mutuamente nos puede….
Pasado un rato, decidimos seguir la fiesta. Le di a Carla una camiseta blanca, de tirantas, para que se pusiera. Se le adivinaban, bajo la fina tela, los pechos y los pezones…. Mmmm… sólo recordarlo me pongo malo. Había preparado una caja con nuestros juegos… y vi los antifaces. Y pensé…: ¿porqué no intentarlo?... Y lo intenté. Esto es lo que ocurrió:
-Cariño, ¿nos conectamos con la cámara a un chat?
-¿Qué dices, estás loco?
-Venga… nunca hemos probado, no sabes cómo va a ser… ni si te va a gustar… por probar no pierdes nada…
-A ver, ¿Cómo es esto…?
Buff, pensé, es el momento de probar, a ver cómo va. Así que conecté la cámara, y la puse de tal modo que lo viésemos en la tv. Primero la coloqué, de tal manera que a Carla no se le viese la cara. Le dije como se tenía que poner.
-Ahora, entraremos en un chat, y si te gusta lo que ves, seguimos, y si no te gusta, pasamos al siguiente…. –el corazón me iba a mil, no podía creerme que por fin diéramos el paso de ver a otro mientras… -
-Ufff, cariño no sé, a mi esto no me convence… -Carla no estaba muy dispuesta, la notaba nerviosa..-
-Tranquila nena, si no te gusta, cortamos enseguida…
Entré en un chat, dirtyroulette concretamente no sé si lo conocéis. Nada más empezar, salió un tío tumbado, masturbándose, polla en mano, sin ser de un tamaño muy considerable, y sin llamar la antención…
-Hola –escribió el tipo.
-¿Ves? –Le dije a mi mujer- Te está saludando…
Carla no ponía cara de estar muy convencida. Y encima, el tipo va y lo segundo que escribe es:
-A ver el coño-
-Anda, anda… -dijo Carla- quita esto…
-Espera, dale- una oportunidad… -le dije, mientras pasaba a la siguiente cámara…
De repente, un gordo, peludo, con una minipolla en la mano….
-Jajajaja… que asco… -casi lo dijimos al unísono. Pasé a la siguiente cámara… y tuvimos suerte.
Apareció un chaval, con buena planta. Estaba sentado, se le veía de cuello para abajo, y una gorra en medio de las piernas tapando su intimidad.
-Hola –escribió-
-Mira –le dije a mi mujer- ¿Qué te parece este?
-Hombre… -contestó- la verdad no está nada mal…
-¿Qué queréis que haga¿ -escribió el muchacho-
-¿Qué quieres que haga? –Le pregunté a mi mujer, que aún notaba cortada…-
-No sé..-respondió.
-Tranquila, no estés nerviosa…-le dije.
El chaval, que nos escuchaba (aunque Carla no lo sabía), escribió:
-Tranquila, no estés nerviosa. ¿Qué quieres que haga?
Carla se percató de que el muchacho nos escuchaba…
-Ah.. ¿Qué me puede oir?
-Siii…-le dije yo- ¿quieres que se quite la camiseta? ¿por ejemplo?...
El muchacho escribió:
-Me quito la camiseta, y tú te quitas la tuya… ¿ok?
-A ver… -dijo Carla..
No me lo podía creer, mi mujer estaba entrando en el juego… la polla, pese al polvo que habíamos echado hacía poco, se me empezaba a poner dura… El muchacho se quitó la camiseta. Apareció un torso bien definido, seguramente de gimnasio pero sin estar excesivamente musculado. Sin vello. Vamos, que el chaval estaba bien cuidado…
-Mmmmm –escuché a Carla.
-¿A ver tú? –escribió el chaval.
Carla se bajó las tirantas, y dejó sus tetazas a la vista del muchacho. Mi mano buscó su pezón, que empecé a masajear…
-Joder –escribió- que tetas tiene tu mujer, que suerte tienes….
-No lo sabes bien –dije-
Carla se volteó, y empezamos a besarnos. Aproveché para subirle la camiseta, dejando a la vista del chaval su rico culito, mientras le daba un par de cachetadas y lo estrujaba….
-Uffff – escribía el chico- que culito, dios…..
-¿No quieres verle la polla al muchacho, nena? –Le pregunté a Carla.- ¿A ver cómo la tiene para ti…?
Carla se giró a mirar la pantalla: -¿A ver…?
El chico, ni corto ni perezoso, se quitó la gorra de entre las piernas. Apareció su miembro, depilado, prácticamente erecto, y empezó a tocársela… arriba… y abajo…
-Mmmmmm –dijo Carla, y a mí, ver que le gustaba observar la polla de aquél desconocido, me puso malísimo….
-Me encantaría –escribió el chico- verte el coñito…
Carla estaba dispuesta, y yo más. Moví la cámara de sitio, para permitir a Carla que se tumbara, y abriese las piernas. Le ofrecí al chicho un primer plano del rico, jugoso, y depilado coñito de mi esposa…. Empecé a jugar con mis dedos en su clítoris. Allí estaba en la pantalla: de un lado, el coñito abierto de mi esposa, de otro, un yougurín con la polla tiesa disfrutándolo… le di la máscara a Carla para que se la pusiese, y le ofrecí a Carla mi polla, que se llevó a la boca y empezó a chupar con ganas… no sé si imaginaba que era la del muchacho… o imaginaba que el muchacho miraba como me la chupaba… estaba a mil, la situación era nueva, y me la había imaginado mil veces en mi mente calenturienta… de momento todo salía a pedir de boca… Decidí tomar la iniciativa, y cogí el dildo de goma de la caja: es un apolla con ventosa, realística, más grande que la mía (unos 20 centimetros), con sus huevos y todo... La puse delante de la cámara:
-¿Quieres que te la coma? –pregunté-
El muchacho escribió: -a ver…
Carla no lo dudó, y empezó a chupar el dildo… miré a la tv y vi el chaval cada vez más excitado, dándole ritmo a su masturbación, y a mi mujer engullendo ese enorme rabo, que el chaval debía imaginar que era el suyo (o mi esposa imaginar que era el del chaval…mmmm….)
-Quiero ver como chupa una polla de verdad –escribió el muchacho-
-Mmmmm… ok…. –dijo mi obediente Carla… en ese momento, ver su sumisión, como le gustaba recibir órdenes de aquel desconocido, me puso cachondísimo….
Me tumbé, dejando mi polla a la altura de la cámara. Carla empezó a chupármela. En la tv veía a Carla engullendo mi polla, y al muchacho tocándose cada vez más rápido… joder… que rico…
De repente, no sé que hice, pero me salí del chat….
-Joder, -dije-, no sé que he hecho…
-Ooooohmmm…-dijo Carla con verdadera pena, sin dejar de pajearme la polla…- búscalo, por favor….
En ese momento me di cuenta de que mi mujer quería. Quería más. Me puse malísimo… porque yo estaba disfrutando, pero saber que ella también… me ponía malo….
Tarde un rato en dar con el chaval, pero lo encontramos….
-Al fin –dije-
-Se me ha aflojado la cosa… -escribió el chico-
-Voy a matar a mi marido… -dijo Carla, sensual, hablándole al muchacho…-
Carla volvió a engullir mi polla, dura, con ganas. El muchacho volvió a masturbarse….
-¿Quieres ver como folla? –pregunté-
-Me encantaría… -escribió nuestro ciberamante…
Pensé en hacer una postura que nos gusta mucho y así se lo indiqué a Carla. Me tumbé, y Carla se situó encima de mí, pero mirando hacia mis pies. Se ensartó mi polla en su coñito húmedo sin dificultad, y empezó a moverse… cogí la cámara, y le ofrecí al chico un primer plano de mi vista: mi polla entrando y saliendo el coñito de Carla, su culito subiendo y bajando, con la mano le abrí la nalga para que se viese su ano semi abierto (aunque esa noche no tuvimos anal…), le daba cachetadas, Carla subía y bajaba, se veía todo en la tv, el chaval tenía que flipar, su mano no paraba de bajar y subir cada vez más rápido en su polla….
-Joder –escribió – tu mujer es espectacular, que suerte tienes tío…
-No lo sabes tu bien –dije…
-Me encantaría verlo a cuatro patas….
Carla, sumisa, obediente con el muchacho, se levantó de mi rabo, y se puso en cuatro. No tardé en estar detrás de ella. Le ofrecí la polla de goma para que la chupara, mientras empecé a bombearla desde atrás…
-Eso es… -le dije- chúpasela, cómele la polla, ¿te gusta verdad? ¿te gusta comerle la polla al chaval mientras te follo desde atrás…?
-Mmmmm…. Mmmm… -decía Carla mientras miraba la pantalla: mi polla entrando y saliendo desde atrás, su culito en pompa, la polla del muchacho que parecía que le iba a reventar en la mano….
-Ohhhh…. Siiii…. Jodeeeeer –dije, mientras no podía evitar correrme, ante la imagen de lo que estaba sucediendo…
Entonces, el muchacho escribió:
-Quiero verla de frente, quiero su boca para terminar…
Y Carla, dándose la vuelta a cuatro patas y mirando a la cámara, dijo:
-¿Así….? –relamiéndose los labios…-
-Uffff- escribió el muchacho, mientras su mano no paraba de bajar y subir por su tiesa polla….
Ese momento, para mí, fue muy importante. Y permitidme hacer un paréntesis. Como os he dicho, todos los relatos, hasta ahora, han sido fantasía, aunque los compartimos mi mujer y yo. Y este momento era uno de mis temores. ¿Qué pasaría cuándo me corriera, si estábamos con un tercero? ¿Se me bajaría la libido y me arrepentiría? ¿Sentiría celos o arrepentimiento?...
Nada más lejos de la realidad. Corrido (por dos veces aquella noche), no podía dejar de mirar a la pantalla. Mi mujer, con su boquita en primer plano. La polla del chaval, que parecía le iba a reventar en la mano…
-Joder…- escribió- voy a correrme… ¿dónde quieres mi leche?
-Mmmmmm- dijo Carla- ¿en mis tetas? –y levantando un poco la boca, estando a cuatro patas, aparecieron sus tetas moviéndose, adelante y atrás, como si la follaran desde atrás…
-Uffffff.. –escribió el chico, y siguió pajeándose. No tardo en correrse, su leche salió disparada, aunque se tapó con una servilleta para no mancharse (personalmente hubiese preferido verla bien, que Carla la hubiese visto bien…)
-Mmmmmm… -dijo Carla-… que rico…..- estaba excitadísima, se lo notaba… aunque no se había corrido aún…
-Bueno chicos, ha sido un placer..- escribió el chico, despidiéndose y desconectando.
-Mirate, -le dije a mi mujer mientras la besaba con pasión.- has conseguido provocar tres orgasmos ya esta noche…
Sonrió –me ha sorprendido – dijo.
Ayudé a Carla a terminar, con el satisfyer (yo no podía más). El rato que la masturbaba, ella con los ojos cerrados, quise imaginar que revivía lo sucedido, que en su mente, el chaval se la follaba, mientras yo miraba y le decía lo rica que estaba cabalgando una polla que no era la mía.
Esto fue lo sucedido, y esta vez si, la historia es real. Supongo que repetiremos, porque Carla parece satisfecha con la experiencia.