Chupándosela en el camión a un desconocido.
El camión iba muy solo y yo quería algo de acción.
Hola, saludos a todos y todas, este es mi tercer relato en la página. Ya he publicado dos en el pasado sobre como me manosean en el metro o en el camión por si a alguien le interesa leerlos.
Me vuelvo a presentar para los que no me conozcan, me llamo Dania Lora, soy una chica de 18 años y soy mexicana. Físicamente pues soy bajita, mido 1.57 m, soy delgada también. Mi cabello es oscuro a diferencia de mi piel que es bastante clara. Mi cabello llega apenas a mis pechos y es lacio. Sobre mis pechos pues no hay mucho que decir, son normales, o mas bien pequeños a mi parecer (si quieren verlos en lugar de ver solo esta descripción vaga pueden ir a mi correo, de foto tengo una foto de ellos). Sobre mi trasero, como muchos ya saben, es mi mejor atributo, siempre atrae miradas de extraños, y en algunos casos extrañas, lo cual me encanta y siempre me va a encantar sentir sus miradas clavadas en él.
Empezando con el relato, pues tengo que decir que ocurrió hace relativamente poco, casi una semana para ser exacta. Yo iba vestida ese día con una blusa blanca y un pantalón de mezclilla claro.
Iba de mi preparatoria hacia mi casa, pero decidí tomar una ruta diferente ese día, por ninguna razón en especial, simplemente me apetecía. Esperé unos minutos al camión y subí cuando llegó. Me di cuenta de inmediato que había sido una “mala idea”, ya que mi camión habitual para regresar a casa SIEMPRE esta lleno para la hora en la que salgo y puedo aprovechar para que me manoseen o yo hacerlo, pero en este caso no, porque iba prácticamente vacío. Íbamos 5 personas incluyéndome a mi y al chofer. “Triste” me senté hasta atrás, no había nadie más, todos iban casi hasta el frente. Me puse mis audífonos y me dispuse a que fuese un viaje normal en camión, por suerte o desgracia no lo conseguí.
A las pocas calles el camión se detuvo a recoger a alguien, un chico de unos 20 o 21 años. Era alto, tenia el cabello largo y vestía de camisa negra y pantalón de mezclilla oscuro. Se sentó al otro lado del pasillo, en “los asientos de al lado”. El no me prestaba ni una pizca de atención… completamente diferente a como yo lo estaba viendo. No podía dejar de verlo ni de prestarle atención. De vez en cuando volteaba el a verme y yo me hacia la loca viendo por la ventana o a la nada, fingiendo que no lo había visto, hasta que hice mi jugada. La siguiente vez que volteo a verme, que fue a los pocos minutos o segundos, no recuerdo, yo también lo mire. Solo lo miré y sonreí. El no reacciono de ninguna manera, por lo que no sabía si le había molestado o le daba igual.
Siguiente vez que voltea, esta vez volví a sonreírle, pero en esta ocasión obtuve respuesta, me devolvió la sonrisa. Sabia que no le molestaba por lo que podía seguir arriesgándome a más. La siguiente vez que volteó a verme fui directa y sin rodeos. Le dije con un ademan que si podía sentarme a su lado a lo que él respondió asintiendo con la cabeza. Me moví de lugar, el iba del lado de la ventana y yo del pasillo. Me quité mis audífonos también, permitiéndole que me dijera algo, pero no lo hizo. Simplemente se resigno a seguir viendo hacia el frente, pero ahora conmigo a su lado. Yo tome su brazo y lo abrace, dejando ver que no solo quería sentarme con él. No reaccionó tampoco a ello, siguió ignorándome, por lo que decidí ya jugármela por completo. Solté su brazo y dirigí mis manos a su miembro. Lo toque sobre su pantalón primero con las dos manos y después ya solo con una ya que no obtenía ninguna respuesta afirmativa, pero tampoco negativa por su parte. Yo, como ya saben, soy bajita, por lo que no me costó mucho agacharme un poco y poner mi cara cerca de su entrepierna. Primero solo frotando mis mejillas en ella, poco a poco iba subiendo la intensidad más y más. Pasaba mi lengua por encima de su verga, lamia lentamente para sentir que poco a poco se iba poniendo muy dura. Volteé a verlo y vi como estaba algo rojo, supongo que, de los nervios, a lo que yo respondí simplemente mordiendo los labios inferiores de mi boca. Antes de volver a bajar desabroche su cinturón, del cual ni me había percatado, y también el botón y cierre de su pantalón, pero no lo baje ni nada, solo lo deje así. Ahora podía lamer una parte por encima de su bóxer, lo cual era aún más fácil de hacer y mucho mas excitante. Seguí así un par de minutos hasta que el camión se detuvo, yo me levanté enseguida, para no causar sospechas, solo subió a una persona, que para nuestra suerte se sentó hasta delante. Al volver a avanzar el camión yo metí mi mano por dentro de su bóxer, sintiendo su miembro duro con mis dedos y el resto de mi mano. Volteaba a verlo y él seguía estando totalmente rojo, lo cual me sigue haciendo gracia jajaja. Le di un toquecito con mi mano para que me volteara a ver. Al hacerlo yo le hice un ademan que el entendió a la perfección. Se tardo un par de segundos, pero se bajó un poco el pantalón y el bóxer, dejando su miembro totalmente a mi vista. Para quien le interese, aunque no es importante en esta historia, media unos 16 o 17 centímetros. Yo volví a verlo a él y volver a morder mis labios. Baje lentamente hasta su verga, acercando mi cara a ella. Tenía bello, pero era muy corto. Comencé tomándolo con una mano, masturbándolo lentamente, mientras que con la otra sobaba gentilmente sus huevos. No aguante mucho para que mi boca entrara en escena. No soy una experta diosa en chupar vergas, pero no lo hago mal, lo único que no puedo hacer es meter mucho en mi boca ya que es algo chica y aun no practico bien meterlos hasta mi garganta jaja. Comencé a chupárselo lentamente, jugando con su glande y lamiendo todo el tronco. Volví a tomarlo con una de mis manos para masturbarlo, aunque ahora mas rápido, mientras que yo bajé un poco para lamer y chupar sus huevos. Me encanta como los chicos reaccionan cuando lo hago, los pone nerviosos creo, dan saltitos y se les pone mas dura y el no fue la excepción. Volví a subir un poco, esta vez para meter todo lo que pude en mi boca. Lo volví a sacar todo y empecé a mamársela ahora si de manera continua. El en ningún momento me había tocado… hasta ahora. Pasó su brazo por encima de mi cuerpo y alcanzó a apretar mi culo. Lo apretaba fuerte y firmemente. Yo seguía mamando su verga hasta que el camión se volvió a detener… esta vez no me detuve. El inmediatamente me soltó mi trasero e intentó que yo me quitara, pero esta vez no quería hacerlo. Oí como quien se subió caminaba por el pasillo y como entre mas pasos daba, mi “compañero” se desesperaba mas por que yo me quitara, por lo que deduje que se había sentado muy cerca, pero no sabia que tanto.
Me levanté un momento de su miembro y miré a mi alrededor, no lo veía por ningún lado al nuevo pasajero, por lo que deduje que se había sentado justo donde yo estaba antes y, al girar mi cuerpo para ver hacia atrás, confirmé mis sospechas, el era de unos 30 años aproximadamente y nos miraba a ambos con una de sus piernas subida al asiento, teniendo una pose completamente fija hacia nuestro asiento. Yo, en lugar de parar o bajar del camión decidí seguir con lo mío, no iba a parar, ya faltaba poco para que bajara, unos 10 minutos o menos si mal no recuerdo. Volví a meter su miembro en mi boca y ahora fui yo quien movió la mano del chico para que me tomara de nuevo mi culo. Al principio no parecía muy convencido pues no me apretaba ni nada, solo la puso ahí y ya pero poco a poco volvió a tomar la confianza que tenía y me comenzó a apretar de nuevo fuertemente. Así fue durante unos minutos hasta que el soto mi trasero y con esa misma mano me empujó hacia abajo. Supe inmediatamente lo que iba a ocurrir. Sentí como su semen sale de su miembro y terminaba en mi boca. Cuando se recuperó un poco me soltó y yo pude volver a sentarme bien, pero aun tenia su semen en mi boca, por lo cual tuve una idea brillante para mí. Voltee a verlo a él y después me giré hacia el otro hombre, mostrándole a ambos que tenia el semen en mi boca y después me lo trague todo. Fue para mi gusto super sexy y muy excitante. Después de eso pasaron un par de minutos de paz hasta que yo debía bajarme. Ninguno de los dos se bajo conmigo, siguieron su camino ambos. Yo llegué a mi casa y, como debe de ser, me masturbé duramente, dejando salir toda mi excitación en un orgasmo que me dejó agotada.
Hasta ahí la historia de este relato, gracias por leerlo y gracias también por sus mensajes a mi correo, el cual para los que no lo sepan, es: danialorarelatos@gmail.com y al cual pueden mandarme sus dudas y también historias como las mías, les agradeceré mucho si lo hacen. Ah y también quiero aclarar que no pienso compartir alguna otra red social, como WhatsApp o Facebook y que tampoco quiero encuentros con ninguno o ninguna de mis lectores o lectoras, ya sea para que me manoseen o para tener sexo. En fin, espero que les haya gustado y nos leemos pronto.