Chloë Moretz: Un día en el parque
Tony come tranquilamente en un parque hasta que llega una chica llamada Chloë y a su manera se gana un par de galletas de chocolate.
Aviso: Este relato es una traducción desde el inglés del relato original de Muhabba en http://www.c-s-s-a.com/. Es ficción, todos los personajes usados en esta historia son una parodia de una persona real o ficticia. El relato se basa en la idea de que Chloë Moretz no es famosa.
“Oiga señor, ¿ t iene un caramelo?”
Tony levantó la vista de su sandwich y vio a una chica joven a un par de metros de su banco. “No cariño, me temo que no”, dijo con la mayor amabilidad posible. Había elegido esa parte apartada del parque especialmente para evitar que la gente le molestase y poder disfrutar de su comida en paz. Más concretamente para evitar a gente de la edad de la chica. No es que no le gustasen los niños, sino que ya tenía suficiente con tener que aguantarlos en su tienda de juguetes.
La chica miró a Tony con el ceño fruncido, como si no le creyese. Se acercó a sólo unos centímetros de el, puso una mano en su cadera y se le quedó mirando como si estuviese decidiendo si creerle o no. Era una chica joven, quizá una adolescente, con el pelo rubio rizado, ojos verde-azuladosy unos labios carnosos y rosados. Llevaba el típico uniforme de colegiala, con unos zapatos con algo de tacón, unos calcetines que casi le llegaban hasta las rodillas, una falda a cuadros por encima de las rodillas y una camisa blanca con chaqueta a juego. La chica continuó mirándole de arriba a abajo con cara de incredulidad.
“¿Señor, está seguro que no tiene ningún caramelo?” preguntó la chica. No era capaz de saber si le estaba mintiendo, ¿pero por qué si no iba a estar aquí? Con un rápido saltito se pegó completamente a el.
Tony resopló con resignación. “No cariño, hoy no tengo caramelos.”
“Soy Chloë. Chloë Moretz” dijo la vivaz rubia.
Tony se dio por vencido y envolvió su sandwich. “ Parece que tendré que terminarlo en la tienda ”, pensó. “Yo soy Tony”.
Chloë se inclinó y puso su cara a escasos centímetros de la de el. “Señor, ¿está seguuuuuurrroooo que no tiene caramelos?” le preguntó de nuevo con una sonrisa.
Tony buscó en un bolsillo y sacó una pequeña bolsa que contenía dos galletas. “No cariño, ningún caramelo, sólo un par de galletas. Ahora, si me perdonas...”
“¡Eso me vale!” Chloë se arrodilló sobre los zapatos de Tony y movió sus pequeñas manos a su pantalón, desabrochándolo y bajándole la bragueta.
“¡Eh!” gritó Tony alarmado, usando sus manos para apartar a la chica. “¿Qué cojones estás haciendo?”
Chloë se volvió a acercar y empezó a bajarle los pantalones con una mano mientras con la otra le daba un golpe en las suyas. “Señor, me estoy ganado mis galletas”, le dijo con todo el entusiasmo que una chica joven puede tener.
“¿Qué? No, eh, para... Oh!” Tony movió sus manos hacia atrás ya que Chloë había empezado a pellizcárselas para mantenerlas alejadas.
“Mis galletas” dijo Chloë sonriendo, mientras que con una increíble soltura bajó los pantalones de Tony con una sola mano, dejando ver sus calzoncillos. Rápidamente se los bajó también y dejó al aire su polla, instante en el que ella aprovechó para cogérsela con sus suaves manos y se la metió en su húmeda y cálida boca.
“¿Qué cojoneeeesssss... oh guauuuu” jadeó Tony. No tenía ni idea de que estaba pasando. Perdió todo pensamiento racional en el momento en que la lengua de la chica tocó su polla. Aún estaba aturdido por lo que la colegiala había luchado por comerle la polla. Y todo por unas galletas.
Chloë continuó chupándole la polla, que entraba fácilmente en su boca. Con sus dos manos rodeó su base mientras que su húmeda lengua daba vueltas alrededor del glande. Tan pronto como la polla de Tony empezó a empalmarse, ella comenzó a mover su cabeza muy lentamente arriba y abajo mientras gemía.
Tony miró alrededor alertado por si alguien estaba viendo la escena, pero cuando vio que no había ni un alma cerca se relajó en el banco mientras la chica seguía a lo suyo. Se apartó el pelo rubio de su cara angelical y se lo colocó detrás de las orejas. Ella ni se molestó en mirarlo, toda su atención estaba centrada en la polla de Tony. “Ganarme las galletas” murmuró.
Chloé se sacó la ya dura polla de Tony de su boca pero continuó masajeando la base con sus pequeñas manos. ¿Seguro que no tienes caramelos? Dijo mientras le miraba expectante con sus grandes ojos verde-azulados.
“No, no” tartamudeó Tony, sin querer que se detuviera. “Sólo... sólo galletas” dijo mientras esperaba a que se la siguiera chupando.
Chloë sacó su lengua rosada y dio un largo lametón a la polla de Tony, desde la base hasta la punta. “¿De qué clase?” preguntó de repente.
“ ¡Dios, sigue chupándome la polla! ” pensó desesperadamente Tony mientras la lengua de Chloë daba vueltas en la punta de su polla. “Con... con chips de chocolate” tartamudeó.
Chloë inclinó más su cabeza y empezó a lamerle los testículos y darle besos con sus sensuales labios, bañándolos enteros con su saliva. “¿Tienen nueces también? Preguntó totalmente seria mientras volvía a subir su cabeza.
“¿Qué?” exclamó Tony.
Chloë llevó una de sus manos a los testículos y comenzó a masajearlos. “Nueces, que si hay nueces en las galletas” preguntó. Su tono de voz era como el de un adulto hablando con un niño pequeño.
Dios, Tony necesitaba que ella volviera a metérsela en la boca. “No, no, sin nueces” respondió con voz suplicante.
Chloë detuvo el movimiento de sus manos y lo fulminó con la mirada. “Mejor que no” dijo con una voz dulce pero amenazante mientras le agarraba fuertemente los testículos con ambas manos. “O te daré un puñetazo en los huevos.”
Tony se quejó dolorido pero Chloë bajó de nuevo su cabeza y empezó a besarle los testículos con sus carnosos labios. “No tienen nueces, lo juro. Sin nueces.”
“Genial” dijo Chloë con firmeza mientras le lamía los testículos. “No me gusta que las galletas tengan nueces.” Se inclinó y le besó la punta de la polla, sintiendo el latido de su corazón a través de la polla. Tony le apartó el pelo de la cara para poder ver su cara mientras se la chupaba. “ No se por qué a los chicos os gusta esto ” pensó mientras lentamente recorría con sus labios toda la polla hasta la base, momento que aprovechó para bajar más y darles un beso largo y lento a cada testículo con un sensual movimiento de lengua. Volvió a subir poco a poco pasando sus labios por toda la polla hasta llegar a lo más alto y le volvió a dar otro beso lento en el glande con un buen movimiento de lengua incluído. Volvió a bajar besando alrededor de todo el tronco de la polla, moviendo su boca de un lado a otro hasta llegar a los testículos que repasó con la lengua para volver a subir repitiendo el movimiento anterior hasta volver a besarle la punta. Lo repitió una y otra vez, asegurándose de pasar su boca por cada centímetro de polla.
“Oh, dios, oh dios, oh dios, oh dios” Tony jadeó mientras la chica pasaba sus labios por cada rincón de su polla. Le agarró su pelo largo y sedoso.
“¡Eh! ¡Para!” gritó Chloë. “¡Me estás tirando del pelo!”
Tony la liberó del tirón aunque no dejó de agarrar su melena rubia. “Oh, perdón, perdón” le suplicó.
“No me tires del pelo, eso sólo podrías hacerlo si me estuvieses follando” dijo Chloë con severidad. “Y no vas a conseguir eso sólo por un par de galletas.”
“Perdona, perdona” dijo Tony sin darse cuenta del significado de las palabras de la joven.
“Puedes sujetarme el pelo pero no me des tirones. Como te emociones demasiado y me tires del pelo cuando te corras, te daré un puñetazo en los huevos” dijo Chloë amenazante.
“Vale, vale” contestó Tony desesperado porque Chloë siguiera con la mamada. “No lo haré, lo juro.”
“Eso espero” dijo Chloë mientras se acercaba a la polla de Tony. Abrió su boca y le hizo ver su cálida y húmeda lengua antes de bajar la cabeza y seguir comiéndole la polla. Con soltura Chloë le envolvió con sus labios toda la polla y se la tragó hasta que su nariz toco el vello púbico mientras que con ambas manos le masajeaba los huevos.
“Jodeeeeeeeeeeerrrr...” Tony gimió cuando Chloë se la tragó enterita. Podía sentir su garganta alrededor de la polla mientras ella se la comía hasta el fondo.” Oh dios, joder, joder, joder...” jadeó. “ ¿Dónde cojones habrá aprendido una chica tan joven a hacer unas mamadas tan buenas? ” pensó para si mismo. Esta era sin ninguna duda la mejor mamada que le habían hecho en su vida. Todo lo que el quería ese día era disfrutar de su comida en paz, lejos de la tienda, y en vez de eso fue asaltado por una hermosa colegiala que le estaba haciendo una mamada a cambio de dos galletas. Si al comenzar el día le hubiesen dicho que algo así iba a ocurrir no se lo habría creído por mucho que se lo jurasen.
Chloë continuó con toda la polla de Tony en su boca, masajeándola con su garganta, durante más de un minuto hasta que sus pulmones dijeron basta y tuvo que subir la cabeza para poder respirar por la nariz a la vez que con su lengua recorría todo el tronco mientras subía. Cuando llegó al glande pasó su lengua por el antes de volver a bajar y subir por toda la polla varias veces más. Con una mano le agarró de la base de la polla y comenzó a pajeársela mientras continuaba con el sube y baja de su boca.
“Si, si, si, si, si, si” gimió Tony.
Chloë se sacó la polla de la boca con un chasquido húmedo. “Y no me folles la boca. Odio esa mierda” dijo con severidad. “Hazlo y te ostiaré en los huevos.”
“Vale, si, está bien” contestó Tony con desesperación.
Con un ruidoso sorbo Chloë volvió a chuparle la polla. Sus carnosos y rosados labios se extendían por su polla y le acariciaban la piel. Ella continuó masajeando la base de la polla y los testículos con sus habilidosas manos mientras que volvía a metérsela hasta lo más profundo de su garganta a la vez que jugueteaba con su lengua.
Los gemidos de la colegiala enviaban vibraciones a través de la polla de Tony. “Ohhhh jooooodeeeerrr” gimió Tony. “¡El mejor almuerzo de mi vida!” Usó sus manos para guiar la cabeza de Chloë arriba y abajo a la vez que le mantenía el pelo apartado de la cara para poder ver sus carnosos labios recorrer toda la polla.
Chloë comenzó a mover más rápido su cabeza arriba y abajo mientras que con una mano seguía pajeando la base de la polla, haciendo que su boca y mano se tocasen cuando se la metía hasta el fondo. Con la otra mano masajeaba los testículos notando como estos se contraían y la polla palpitaba al máximo, sabía que estaba a punto de correrse.
“¡Jodeeeerr” gritó Tony cuando empezó a correrse. Le costó mucho esfuerzo de voluntad el no sujetar la cabeza de Chloë para follarle la boca. “¡Me corrrooooo!” Descargó todo su semen en la boca, sorprendido de ver como ella no dejaba caer ni una sola gota.
Chloë continuó con la polla de Tony en la boca hasta que le dejó los testículos vacíos. Se la sacó y abrió la boca para que Tony viera la gran corrida en su lengua. Cerró sus labios y con un movimiento exageradamente lento se tragó toda la lefa y volvió a abrirla para que Tony viera que se había tragado toda su corrida.
Tony se dejó caer en el banco, con su polla aún goteando algo de semen en sus calzoncillos. “Joder, Chloë, has estado increíble” sonrió.
“Lo sé” contestó Chloë con total naturalidad mientras se levantaba. Extendió su mano con la palma hacia arriba e hizo un movimiento con sus dedos exigiendo las galletas mientras se limpiaba la barbilla con el dorso de la otra mano. “Las galletas, dámelas.”
Tony le sonrió y sacó la bolsita con las dos galletas, que entregó a la chica. Se metió la polla en los calzoncillos y se subió los pantalones y le preguntó: “¿Qué habría pasado si hubiese tenido caramelos?”
Chloë miró a Tony con los ojos entrecerrados y una sonrisa burlona. Se puso delante de el y con la mano que no sujetaba las galletas se levantó lentamente la falda, mostrando sus rodillas enrojecidas, sus pálidos muslos y finalmente su conejo.
Tony se relamió los labios mientras miraba la apretada rajita sin pelo de Chloë. Levantó la vista hacia su cara. “¿Sabes que soy dueño de una tienda de juguetes?” dijo expectante con una sonrisa.
Los ojos de Chloë se iluminaron de alegría y una gran sonrisa se dibujó en su rostro angelical. “¿Sabes que yo tengo amigas?”