Chimenea
Ayer fué, pero lo recuerdo igual.
Preparé la mesa lo mejor que pude. No es que fuese espectacular, pero lo mejor era lo que me esperaba. Su compañía. Estaba realmente acelerado. Encantando. Había aceptado la invitación. Preparé quesos y foie, que se que le encanta. No puse setas. Solo quería que pensara en mí. Saqué el mejor vino de la bodega y lo puse a enfriar. Encendí la chimenea. Enorme. Agradable temperatura. Me puse a limpiar como un loco para que estuviera perfecto. El olor del incienso creaba una atmósfera casi mágica
Cuando estaba a punto de subir a ducharme y cambiarme de ropa, sonó el timbre. Llegó con la mejor de sus sonrisas
Perdonada, me he adelantado un poco por si te puedo ayudar.
Vio que estaba todo recién fregado y le hizo gracia. Luego echó un vistazo al salón y me sonrió.
Está perfecto, guapo. Me agrada que lo hayas preparado todo también.
Le dije que tenía que ir a ducharme. Me paró. Pidió que antes de dejar sola, me fumara un cigarro con ella. Saqué cervezas y empezamos a hablar. Era bastante precioso. La música en su justo punto de volumen, su hermosura. La luz justa. Joder que alegría más enorme tenía.
Le propuse fumar hachís y aceptó. Cuando estaba haciendo efecto, me dijo que le gustaba más con los vaqueros ajustados. Me dijo dúchate pero no te quites esos pantalones.
¿Algo más?
Por favor, ponte esa camisa que tanto me gusta y no te pongas gomina
Estando en la ducha no hacía nada más que pensar en su estupendo cuerpo. En las ganas que tenía de estar con ella. En la mezcla que me produce, pasión, sexo, ternura. Todo.
Bajo y me la encuentra delante de la chimenea. Se le veía más hermosa todavía.
Gracias guapo, por esa camisa.
Ahora hazme tú un favor.
El que quieras.
Me pongo delante suya y la abrazo despacio. Tierno. Insuperable. El hachís hace efecto. Se nota. El tacto es diferente. Las manos se van yendo donde ellas quieren. Parece no importar. Me aprovecho. Me doy cuenta de que ella se aprovecha también.
Le doy la vuelta y empiezo a darle besitos en el cuello. Me agarra las manos y las pone sobre sus pechos. Las meto por debajo de su jersey marrón y le desabrocho el sujetador.
Nos ponemos a cenar y mis ojos se disparan hacia sus pechos. Sus pezones están enormes. De punta. Magníficos. El hachís sigue con su efecto y la conversación es cada vez más porno. Me dice que como siga con esa forma de hablar le van a reventar todo.
Hace un gesto y se dirige con la copa de vino hacia la chimenea. La sigo como un zombi. Observo sus piernas y al moverse me dio cuenta de que lleva medias hasta el muslo. Me pongo cachondísimo. La miro y le susurro al oido que se seguro que no lleva bragas. Se rie. Se sube un poquito la falda y dice:
ves, pavo, sí llevo.
Me arrodillo delante de esa hermosura. Mete mis dedos debajo de la falda y empiezo a deslizarlas. Se las saco por los pies. Las cojo, las miro, las huelo, las chupo. Sus ojos me quieren comer.
ves, lista, no llevas.
Nos comemos la boca como locos. Empieza a desabrochar mis botones. Su melena se enreda. Su boca me atrapa. Mis manos cogen su culo. La elevo y la abrazo en el aire. Seguimos besándonos.
Le doy la vuelta, levanto su falda y contemplo su lindo culo. Lo lleno de saliva con mi lengua de arriba abajo por los glúteos.
Cómemelo, no aguanto.
Meto mi lengua dentro de su agujerito. La oigo chillar, bramar, gritar. Está desesperada. NO puede más.
Me corro, cabrón, me corro.
Respira fuerte. Me mira y me pregunta como ha sido capaz. La miro como si no le hiciera caso. Me pongo delante y comienzo besarla de nuevo. Sus manos se van a mis pantalones. Me abre los botones sin dejar de besarme.
Saca mi, ya, enorme polla y se planta delante de su húmedo coño. Sus jugos resbalan con la punta de mi glande, haciéndole más fácil el roce. Sus dedos juegan. Me la agarra y se apunta hacia su entrada. Le agarro el cuelo para no caernos. Empezamos a follar con muchas ganas.
Me tira al suelo y se pone en cuclillas encima mía. Me folla como una autentica Diosa, mientras me mira. Me dice que no se me ocurra cerrar los ojos. Nos corremos chillando, mirándonos, comiéndonos, queriéndonos, amándonos.