Chile siempre visita inolvidable.
Pensaba que todo saliera bien en Chile, me refiero al trabajo y ya de paso, como tengo buenos amigos y con alguna pareja he tenido interesantes momentos, esperaba pasarlo bien, pero fue algo más que pasarlo bien sin encontrar la palabra exacta.
La primera parte de este prolongado viaje salió perfecta en todos los sentidos. Tuvimos que pasar de momento de hacer la parada en Colombia y esperaba retomar ese viaje en el último momento, porque tenía un interés bastante personal en hacer ese viaje. Nos tocó quedarnos dos días más por no tener vuelo y en esas cuarenta y ocho horas, no logre que marina se sintiera mejor o tal vez no puse el interés que tenía que haber puesto. Encima se dieron un par de circunstancias que empeoraron todo un poco más.
En concreto y con suavidad le corregí por dos errores, que no tenían en sí mucha importancia porque fue entre nosotros, que no serían lo mismo en una reunión, por ejemplo. Ese fue un caso y el otro me equivoque, ella no había tenido la culpa, en cuanto me di cuenta, pedí las oportunas disculpas, pero su cara me decía que estaba muy molesta. Mi intuición no me había engañado porque Victoria me llamó para ponerme al día sobre varios asuntos y por uno de índole personal.
- Ya te he puesto al día, ahora aunque no te gusta que te cuente problemas, tienes uno.
- Cuéntame, dame una sorpresa…
- En tu nueva casa, te ha estado llamando el presidente de la comunidad que se cree que es Dios o el presidente del gobierno.
- ¿Pero qué ha pasado? Si todavía no vivo ahí ni conozco a nadie. No me pueden tener manía tan pronto.
- Jajaja… pues se puso en contacto el administrador y me fui a verle, al señor presidente. Le expliqué que estabas fuera, en el extranjero y que yo era tu representante legal. Resumiendo, por algo que has modificado en la obra. Le he dicho que si hay algo incorrecto que no se preocupen que lo subsanarías.
- ¿De la obra? Si está todo con los permisos. Si creo que soy de los pocos, por no decir el único, que hace obras en su casa y pide todos los permisos correspondientes. Pero ya me imagino que será un toca huevos.
- Jajaja… un toca-huevos profesional. Como dices tu un tonto a las tres, me ha tratado con una displicencia que casi me hace mandarle a la mierda. Que cabreo que me he cogido.
- Ya hablaré con él cuando llegue y si hay que ponerle las pilas se le ponen.
- Mira hay algo que te va a gustar de él. Tiene una mujer que es una bomba y yo lo puedo decir que no soy tío, tiene pinta de estirada amargada, pero con una cara de vicio, que porque estoy casada, que si no la hubiera tirado ficha, esta para comerla entera, ya lo veras.
- Ya te diré cuando la conozca, cuida el fuerte y pásalo bien.
- Espera, espera que te tengo que dar otra noticia. Marina me ha comunicado que cuando regrese se marcha y que si le hago el favor, me dé por enterada con los días estipulados.
- Pues vaya, no lo entiendo. Debe de tener la piel muy fina.
- ¿Qué vas a hacer?
- Pues si toca el tema le preguntare, si no lo hace pues no sé. De todas maneras sabes la política que llevó de siempre, si alguien dice que se va… pues adiós. No retengo a nadie ni profesional ni personalmente.
- Lo mismo ese, es uno de tus problemas. No trato de convencerte para nada, pero piensa un poco, solo un poco y recuerda que estás en una fase de cambio.
Me supo mal enterarme por Victoria y que Marina no me hubiera dicho nada. Tenía que respetar su decisión y me pensaría que hacer si es que hacía algo. El viaje sería algo largo y por eso decidí hablar con ella cuando estuviéramos en vuelo. Hasta que nos embarcamos en el avión nuestra conversación fue prácticamente con monosílabos. Para ese viaje se puso un vestuario cómodo y reconozco que verla así me provocaba pensamientos nada angelicales. Quiso ponerse junto a la ventanilla y a mí me dio igual. Sabía que le gustaba la ventanilla antes de iniciar el viaje, porque había expresado a quien se encargó de los billetes que le buscase un asiento en ventanilla. Ya estamos volando…
- Bien Marina, si no te importa ni tienes ningún inconveniente quisiera tener una conversación contigo. Ojo que no es obligatorio, como es más personal que otra cosa, si dices que no, seguimos el vuelo en silencio.
- No, que va, por mi puedes hablar lo que quieras.
- No te quiero convencer de nada ni voy a pretender que cambies de opinión en nada. Ya me ha contado Victoria lo que le has dicho y creo que nos ha faltado un poco de comunicación para conocernos mejor. Si al terminar de hablar, sigues pensando lo mismo, te buscaremos un vuelo para que vuelvas a España y que no tengas que seguir este periplo. Además te supondrá ningún perjuicio y finalizaras tu contrato con fecha de vuelta del resto de compañeros.
- Gracias, me parece bien… ¿De qué hablamos?
- Lo lógico sería que hubieras esperado a conocerme un poco más. A saber algo de mí.
- Me he informado, que se bastante.
- ¿Si? Pues cuéntame…
- Que eres un poco raro. Y raro es que si alguien te ve desde fuera en el trabajo no se pensaría que eres el jefe. Pero es difícil por no decir imposible saber lo que piensas, por donde vas a salir, como vas a actuar. Eres poco expresivo y he podido sufrir en mis carnes tu “espontaneidad” cuando dices algo, no mides que una frase puede afectar de distinta manera a dos personas. Unos dicen que tienes pareja otros no, nadie lo sabe. Lo lógico es que te hubieras preocupado de saber más de los nuevos, en este caso de Aitor y de mi…
- Disculpa que te interrumpa. De la primera parte no voy a decir nada. De esto último si… ¿De verdad crees que no me he preocupado de saber de vosotros dos? Sé que tienes cuarenta y dos años, estás casada, tienes un hijo o hija, que eres muy responsable, que no te achanta nada ni nadie y…
- JA JA JA… ( Sarcasmo ) Pues vaya con tu información, mejor que no sigas.
- ¿A qué viene eso?
- Tengo 39 para 40, pero todavía no tengo los 40. No tengo hijos y no por falta de ganas. Lo único que es verdad... que estoy casada. Quien te haya informado se ha equivocado.
- Una cosa te puedo asegurar, quien me ha pasado los datos no se ha equivocado, lo ha hecho intencionado.
- ¿Y eso… por?
- No estoy seguro pero me lo imagino, no quiero meter la pata y prefiero hablarlo primero. Pues ya que estamos y para conocernos mejor, no hay nada como preguntar… ¿Por qué has dicho que ya quisieras ser madre? ¿Algún problema? Porque hoy en día hay muchos tratamientos médicos para…
- Espera, que es más fácil. Es mi marido, que dice que no quiere traer a este mundo una criatura para que sufra… bla, bla, bla. Que no le reprocho nada, porque llevamos casados diez años y dos más saliendo y desde el principio me lo dejó claro.
- No digo nada, me quedo en silencio sobre ese tema.
- No me causa dolor y además casi seguro que aunque quisiera tendríamos problemas, porque él tiene poca secreción espermática. Que sus otros dos hermanos tienen el mismo problema, por lo que se ve es hereditario, aunque uno ha logrado ser padre.
- Ya te digo que todo eso está muy avanzado y no es problema, es más si quieres te puedo poner en contacto con una clínica donde es muy amigo mío el director.
- De verdad, muchas gracias, no hace falta y no sé porque te lo estoy contando.
- Venga no te sientas mal, que no lo voy a poner en el tablón de avisos. Mira para que te sientas mejor… me puedes hacer una pregunta sobre mí, de lo que hayas oído, te hayan contado, de lo que quieras y te contestaré la verdad.
- ¿Te parece moral o solo un poco bien o normal, enrollarte con Isao en la cara de su marido Dave el día que fuimos a bailar? Aunque me parece que también pasasteis una noche juntos. ( En pocos momentos me pillan por sorpresa )
- Mira te voy a responder con una frase que no es mía es de Schopenhauer… “Predicar moral es cosa fácil; mucho más fácil que ajustar la vida a la moral que se predica.
- Oye que no es que predique, que yo nunca lo haría.
- Pues me parece muy bien. Tu haz lo que quieras y yo haré lo que quiera o me dejen. A mí no me pareció mal. Si entre ellos dos tienen un acuerdo y a mí no me importa, pues porque no.
Zanje la parte personal dentro de la conversación y seguimos hablando del resto. Tuvimos una buena comunicación y Marina quiso ir al aseo, paso por delante y me dieron unas ganas enormes de darle un azote en ese culo tan perfecto. Seguimos conversando a su vuelta pero hablando del deporte que hacíamos cada uno, ella era una gran deportista por lo que hablamos. Me puse el cinturón, porque iba a escuchar música y me quede dormido. Lo siguiente fue un pequeño meneo de Marina despertándome que ya avisaban de que estábamos llegando. Una vez me despeje marina me dijo… “¿Me puedo replantear lo de irme?” me sorprendió la mire y le respondí… “Es fácil, no le digas a Victoria que hemos hablado, simplemente dile que te lo has pensado mejor y a ver que te dice” y de ahí nos fuimos al hotel, donde nos esperaban el resto de la gente.
Hable poco, porque me fui a dar una ducha y luego ya baje a hablar. Me narraron lo de Colombia y les dije que ya me habían dicho algo, una amiga colombiana en concreto, que me dijo algo como… “Terrible este país está vuelto una mierda” y quedamos en estar en contacto con la empresa colombiana y ver si era factible aprovechar y volver. Esa noche aprovechamos para cenar todos juntos y cambiar impresiones de lo que íbamos a hacer. Les avise de que tuvieran mucho tacto, porque la empresa era una empresa amiga, sobre todo porque manteníamos el hijo, que era quien prácticamente la dirigía, una relación personal muy importante, tanto con él como con su mujer. Lo que no les dije que la relación personal era en su más amplio sentido, porque eran una pareja liberal y abierta.
Como ellos ya sabían de antemano de mi viaje, iban a preparar una estancia amena y divertida, como solíamos hacer cuando coincidíamos. Frente al hotel había una cafetería conocida y frecuentada por mi cuando estaba de visita en Santiago de Chile. Había quedado más tarde con mis amigos Claudia y Rodrigo, un matrimonio chileno a los que conocía desde hace más de doce años y los que poseían la empresa que iba a visitar. Aunque hay mucha amistad, hay que saber diferenciar el trabajo y la diversión, por eso me fui a la cafetería a tomar un buen café y terminar de perfilar lo que iba a presentarles. La cafetería tiene un toque retro y te puedes entrar en un sitio tranquilamente y no ver quien tienes al lado, aunque eso sí puedes oír a la gente. Lo primero que hice fue llamar a Victoria y saber porque me había mentido con respecto a Marina, porque me había mentido, su respuesta fue entre risas y reproches infundados… “Porque es un culo muy bonito y no quiero que lo eches a perder, que si hubieras sabido que no tiene hijos y que con su marido las cosas van como el filo de una sierra…” me molesto que pensara eso y me sorprendió lo de su marido, le pregunté y me dijo que le comento que el viaje le venía bien para pensar, pero que no quería decir que estuviera harta de su marido o que no le amase. No hablé más con ella y me puse a trabajar con mi ordenador entre sorbo y sorbo de café. Oigo unas voces que me suenan, una es de Marina, otra de momento no la ubico porque habla casi en susurros hasta que me doy cuenta de que es una mujer jefa de un área y que lleva conmigo desde siempre.
- Que… ¿Y cómo te ha ido con el sheriff?
- Bien, mal, regular y medio bien.
- Jajaja… pues sí que has estado entretenida. Pero no lo entiendo porque Carlos es muy llevadero.
- Más que llevadero, peculiar. Por no decir un poco cabroncete.
- Jajaja… pero reconoce que tiene un polvazo por todo lo alto.
- Que bruta que eres. Que cuando he dicho lo de peculiar no he querido ni insinuar que me haya propuesto nada raro.
- Jajaja… tranquila, que ha habido muchas que se lo han puesto en bandeja y Carlos ni se ha inmutado. No picotea donde tiene el comedero.
- No picoteara donde tiene el comedero, pero menudo que es… y no quiero decir nada más.
- Jajaja… ya está, se ha tirado a alguien y eso te ha molestado. ¿Celos?
- QUE VA… lo que pasa que no veo normal que se lo monte con una casada y menos con su marido presente.
- Jajaja… ¿No me digas que nunca te lo has montado con alguien que no sea tu marido?
- PUES NO.
- No te queda nada que aprender.
- ¿Tu sabias de sus devaneos?
- Jajaja… Carlos vive el sexo de una manera especial, distinta a lo que los demás consideran normal.
Tuve un poco de mala leche, me levanté para irme y deje que me vieran, las dos se pusieron como dos tomates. Me fui riéndome. Fuimos en varios vehículos a la empresa y al llegar nos recibió el padre de Rodrigo y Claudia su nuera. Como siempre fueron muy cariñosos y me dijeron que Rodrigo estaba en su despacho esperándome. Lo que me vino a la cabeza es que estaría con algún tipo de reunión. Los demás se fueron a la reunión programada con sus homólogos de la empresa. Subí con el padre y Claudia al despacho de Rodrigo. Me impactó, porque se movía con un andador. Un tío fuerte como él, estaba ahora con un andador, había tenido un accidente de moto y ya se estaba recuperando, pero todavía le quedaba un poco, el accidente había sido hacía poco.
Di por descontado que en ese viaje poca diversión íbamos a tener y no pensaba en ello, porque más me preocupaba Rodrigo. Cuando nos quedamos solos me detallo lo que le había pasado y después me confeso… “Mira para darte un buen recibimiento, había organizado una cena especial, con parejas de confianza y todas primerizas, que no quiere decir que todas den el paso, pero las había elegido a conciencia. Pero ya ves… (Señalando el andador)” y de forma rápida hable… “Joder Rodrigo no tienes que darme ninguna justificación ni excusarte, lo importante es que te pongas pronto bien y la próxima vez que nos veamos nos desquitaremos” se puso a reírse… “Que dices hermano, nada de eso, no me estoy excusando. Lo que te quiero decir es que la cena sigue en pie, pero yo no voy a ir. Eso sí, Claudia estará, ya verás que mujeres más bonitas” aunque trate de hacerle ver que lo mejor era esperar a vernos otra vez y lo hacía de verdad, él no se dejó convencer y hasta se ofendió. Por lo que acepte.
La primera parte de la reunión acabó bien y cuando nos íbamos, Claudia me dijo que estuviera en su casa del barrio de Lo Curro, ya había estado varias veces allí y siempre me liaba para ir. Llegue a la hora acordada y todavía no había llegado el resto de los invitados. Lo que aprovechamos Claudia y yo para hablar, tengo que decir que esa noche estaba bellísima. Estaba tranquila por lo de Rodrigo después del gran susto que se llevaron. Ella quería suspender la fiesta pero Rodrigo no lo permitió.
No sé cuántas parejas asistieron, perdí la cuenta y por eso me centrare en las que se quedaron al final, que se suponía que eran las que querían dar su primer paso en relaciones sexuales con otras personas. He de decir que se conservaban mucho mejor las mujeres que los hombres a excepción de uno de los hombres. Todos estaban más o menos en el mismo rango de edad y las edades que ponga serán aproximadas porque no puedo asegurar que sean las correctas. Como he dicho todas las mujeres estaban muy bien y era casualidad o la cirugía las había dotado a todas de buenos pechos.
Carolina 41 y su pareja Andrés 40. Angelica 46 y su marido Marco 46. Margarita 42 y su marido Patricio 42. Camila 44 y Mauricio 49. Todas eran de la misma altura o aproximada, menos Angelica que era un poco más baja y de los hombres el que mejor se conservaba y con diferencia Patricio. Una vez nos quedamos solos las mujeres se buscaron una excusa y desaparecieron. Hasta ese momento la conversación fue sobre el COVID-19 en España y Chile, ellos ya estaban todos vacunados y el que no era un empresario importante, trabajaban como médicos. Eran personas agradables y llegó el momento de la verdad, ellos sabían porque ya se lo habían contado que yo había participado en encuentros de ese tipo e interactuado con Claudia y Rodrigo.
Estaban interesados en saber mi opinión, hablarles de mi experiencia y sobre todo si les iba a gustar o no. esto último no se lo podía contestar porque no les conocía, pero lo que sí les deje claro que no tenían que estar obligados a nada y si en algún momento querían abandonar, que lo hicieran sin dudarlo. Quien cambió la conversación y animó un poco más fue Patricio… “Carlos me has arruinado, porque creía que sería el galán de los galanes y nos habían dicho que eras normal… ¿Qué puedes medir 1,90?” y se reía le dije que me faltaban dos centímetros para medir eso, ninguno de ellos media más del 1,75, trate de explicarles que eso daba igual.
Alguno siguió con las bromas por mi físico y se metió con mis brazos… más risas y estaba claro que había nerviosismo. Quedó claro que todos lo habían meditado mucho y tenían ganas de ver qué pasaba. Claudia ya me había avisado que los tendríamos que guiar y ser nosotros quien animará la noche, a lo que le conteste que empezara ella y yo la seguiría, que cuando los viera metidos en el ambiente ya me metía del todo. Las mujeres que más me llamaron la atención eran Angelica y Margarita, ¿Por qué? porque eran las que tenían más cara de putas y no me habían quitado ojo desde que llegaron. Al regresar las mujeres Claudia propuso jugar a las preguntas. Y para eso se dejó hacer las primeras preguntas. Las que más llamaron la atención por sus respuestas fueron… “¿Te han hecho la doble penetración? ¿Has mantenido relaciones con mujeres? ¿Qué hombre te gusta más? ¿Qué mujer te gusta más? ¿El tamaño importa? ¿Qué dices del sexo anal?” Podía haber sido escueta en sus respuestas, con un simple SÍ o un NO. De las primeras sabía la respuesta.
Claudia fumándose un cigarrillo de la risa, contestó con sensualidad y mirando a todos… “Si me han penetrado dos y más a la vez, siempre que puedo lo hago. Soy bisexual, así salís de dudas. El hombre que más me gusta de los que están aquí y quitando a Carlos, Patricio. De las mujeres a todas os veo bellísimas y no me importaría hacerlo con cualquiera. Claro que importa el tamaño. El sexo anal es muy bueno si saben hacerlo, por ejemplo como lo hace Carlos” sus respuestas causaron impacto y provocaron que las lenguas se soltaran. Porque casi todas habían tenido fantasías con las prácticas reconocidas por Claudia. Después de varias rondas de preguntas, me hice una idea de todos y a la pregunta que le hicieron a Claudia de algún juego que le gustara mucho ella contesto… “El que más me excita, se le tapan los ojos a ellos, nosotras jugamos con sus picos ellos tienen que acertar quien ha sido o nos los tapan a nosotras y tenemos que descubrir quién es el dueño de cada pico”
Resultó gracioso ver iluminarse los ojos de todos, seguro que les daba igual una opción u otra. Le dieron un giro y quisieron hacerlo de la siguiente manera. Pasaba una mujer con los ojos vendados y tenía que averiguar quién era su pareja, solo tocando el pico o la polla, que es lo mismo. Para romper el hielo quien se ofreció a ser la primera fue Claudia. Trajo una caja con antifaces de varios colores y cada una se puso uno que era imposible ver nada. Para que ellas no tuvieran ninguna pista, teníamos que desnudarnos por lo menos de cintura para abajo y cada vez que una pasara, teníamos que cambiar de posición. En esta ronda me coloque el cuarto. Claudia toco las pollas de todos y la mía además le dio un lamento, acabó y dijo… “Sin lugar a duda el cuarto” . Fueron pasando el resto y solo acertó Camila, lo que si note es que me sobaron demasiado la polla y los demás lo vieron también. Las pollas de los otros estaban entre los 14 y 15 centímetros, una vez que se quitaron los antifaces, Patricio volvió con sus bromas… “A Camila le costó que estuvo indecisa pero claro Claudia con semejante pico no tuvo duda, has jugado con ventaja… Jajaja…”
La propuesta del juego la cambiaron ellos. Nos sentaríamos, nos taparíamos los ojos y ellas solo con sus manos, nos acariciarían y nosotros teníamos que averiguar quién era la que acariciaba. Para eso nos hicieron desnudar del todo. Andrés protestó porque ellas seguían vestidas y se comprometieron a desnudarse cuando tuviéramos los ojos tapados y para que no pudiéramos ver, apagarían las luces. Antes de empezar quise ver las manos de todas. La primera que me tocó me pasó las uñas por el pecho y luego sin cortarse se sentó sobre mis piernas, agarró mi polla y se la restregó por la raja de su coñito. Eso no era lo acordado pero no sería yo quien protestara. Todos dijeron que había pasado muy rápida, ninguno acertamos quien era y había sido Carolina. Se quedó en no decir quién era porque si no la última se sabía quién era. Pasó otra que me meneo bien la polla. La tercera fue la más descarada y supe de inmediato quién era. Se colocó como pudo entre mis piernas, agarró mi polla se la colocó y se sentó sobre ella metiéndosela hasta dentro. Era Angelica, lo supe porque distinguí su estatura.
Fue la única que acerté y luego recordando el orden las otras dos descaradas, aunque un poco menos fueron Margarita y Camila. Ya estábamos metidos de lleno en los juegos. Llegó el juego del armario, que consistía en meterse en un armario amplio, que estaba vacío para ese momento, dos o tres personas. Tenían que estar dentro hasta acertar la respuesta de unas tarjetas de juego. Para que no se pudieran hacer trampas eran tarjetas con números del 00 al 99. Eso ya lo habíamos acordado Claudia y yo, según hiciera la pregunta sabía si el número era superior o inferior a 50. Me tocó elegir quien se venía conmigo al armario, me puse a dudar un poco, aunque tenía claro mi elección y después de mis dudas, elegí a Camila y Angelica. Desde que nos metidos no dejamos de meternos mano, aunque entre ellas nada, por eso hice que me dieran un beso las dos a la vez, para que nuestras lenguas se juntaran. Aunque les costaba tocarse entre ellas, creo que más por vergüenza que por otra cosa.
Después del armario seguimos como una hora más, ya estaba demasiado cachondo y me cansaba, por eso no me lo pensé. Quise salir del armario, ellas bastante excitadas y yo con una erección muy visible. Les pregunté si me acompañaban y tuvieron una pequeña duda, al final me acompañaron y nos fuimos a una habitación ya conocida por mí. Se oía la música fuerte, las risas, más bien carcajadas y mucho follón. Nosotros a lo nuestro y Camila quiso que la luz estuviera apagada, aunque entraba lago de luz por el ventanal de la habitación. Angelica estaba mas suelta que Camila y no lo dudo, mientras me comía el coñito de Camila ella le comía sus tetas.
En esa misma posición después de lograr que tuviera un buen orgasmo, la folle de golpe. Soltó una bocanada y un gemido que casi era un chillido, no de dolor de puro placer. Era estupendo los movimientos que tenía y le dije a Angelica que se pusiera en su boca. Al instante se colocó abierta de piernas y Camila colocó las manos para evitarlo, pero poco le duró, Angelica estaba muy dispuesta y lo consiguió. Los gemidos de Angelica iban en ascenso y era por lo que estaba viendo muy “escandalosa” pertenecía al grupo de las “asmáticas” porque parecía que se quedaba sin respiración. Y de pronto dijo… “En toda mi vida nadie me ha hecho lo que me hace Camila” lo decía con voz compungida por el placer extremo que recibe y se agarró a mi cuello, clavándome las uñas en la espalda cuando se corrió, se meneo de forma exagerada y los gritos que dio retumbaron en mi oído por la cercanía de su boca.
Paramos y encendí la luz, la cara de Camila era un poema, estaba llena de satisfacción y cachonda perdida, me dio un morreo y estaban empapados sus labios, su boca sabía a la corrida de su amiga. Angelica quedó tumbada boca abajo y recuperándose, su culo estaba en una posición que para mí era una invitación y ya me había fijado en el culo de las dos, eran con diferencia los dos mejores culos. Me fui lanzado a follármelo y en cuanto se dio cuenta, se giró de golpe y me decía que por ahí no, ante mi mirada quiso justificarlo de alguna manera… “No es que no me guste, pero mi esposo que la tiene bastante más pequeña que la tuya me hace daño, con eso que tienes entre las piernas me destrozas seguro, me da no miedo, PÁNICO” , hice un intento de convencerla, explicándole que más que el tamaño, lo verdaderamente importante era hacerlo adecuadamente, pero estaba claro que ni borracha iba a cambiar de opinión y fue cuando muy “chulita” Camila dijo… “Angelica, mira, aprende y ahora metete debajo de mi”
Camila se puso como una auténtica perra, meneando su voluminoso y bien formado culito. Su amiga se puso debajo y me dijo… “Ahora vamos a ver si eres tan bueno como le decías a Angelica, porque Mauricio nunca logró hacerlo al completo” . Quise ser como soy siempre cuidadoso en estos casos y que las prisas o el ansia no dominen el momento. No me mentía, estaba muy apretadito y no tenía la soltura de las que ya saben lo que hay, estaba tensa. No sé el tiempo que pasaría hasta tener metida casi la mitad de la polla, por lo menos quince minutos. Porque entraba y salía, con lentitud y si veía que se tensaba demasiado paraba. Angelica le comía el coñito y de vez en cuando decía… “INCREÍBLE” y Camila decía que tenía un pico que le calentaba por dentro. Seguí avanzando de forma cautelosa, hasta que sentí que se fue relajando del todo.
Además la notaba cada vez más cachonda, Angelica estaba ayudando mucho a ese estado y por fin nuestros cuerpos se tocaron. En ese mismo momento Camila chillando… “AAAHHHHHHH… POR FIN…. QUE LLEGO NO PARÉIS…. AAAHHHHHHH” y para mi sorpresa se empezaba a correr, fue cuando de verdad me folle con fuerza ese culo, es más se acabó de correr y no deje de empotrarla has que me corrí en su culito. La corrida fue por todo lo alto y cuando saque mi polla pude ver como a los segundos de su culito rezumaba mi corrida, cayéndole por el coñito y su amiga devorándolo. Me fui a lavar y deje la puerta del baño abierta. Angelica le preguntaba asombrada, sorprendida a su amiga… “¿De verdad no te ha dolido? Es que no me lo puedo creer, pero lo he visto, te ha entrado todo el pico. ¿No te ha dañado?” y Camila con voz dulce le respondía… “Lo he hecho por quedar por encima de ti, pero no me arrepiento nada, ha sido un placer que no te puedo describir y ahora siento un vacío, jajaja…” Angelica se echó a reír con ella y le decía que no era para menos.
Fuimos con los demás y si alguien había hecho algo, habían sido rápidos porque estaban todos allí. No vi cara de mosqueo en sus maridos y solo se metían con los chillidos que habían dado, lo escandalosa que eran. Era un grupo de parejas con muy buen rollo y estaba claro que estaban de vuelta de muchas cosas. Llegue tarde al hotel y cuando llegue me entregaron un sobre de parte de marina. Había una nota dentro que decía… “EN CUANTO LLEGUES SEA LA HORA QUE SEA LLÁMAME, ES URGENTE” , lo primero que hice mirar mi móvil, lo llevaba apagado. Entre en la habitación y lo puse a cargar, no se encendía. Dude en llamar a Marina, me dije que esperaría a la mañana, pero acto seguido me vino a la cabeza que pudiera ser alguna noticia grave de tipo humano.
Salí de mi habitación y me acerque a la habitación de Marina que era la puerta de al lado. Toqué con suavidad y se oyó la voz de Marina, no era voz de dormida, más bien de asustada preguntando quien era, le dije que era yo, que mi móvil no iba. No tardó en abrir pero tampoco lo hizo rápido. Abrió y me dejó pasar. Llevaba puesto un conjunto de color gris perla, compuesto de una camiseta con una luna en la parte frontal y un pantalón muy cortito. La camiseta le llegaba justo hasta la cintura. No llevaba sujetador y el pecho se veía con un movimiento mas que erótico y cunado una de las veces me dio la espalda, menudo culo más bonito. Quise pensar en otra cosa.
- Perdona esta irrupción pero es que el móvil debe estar “perjudicado”.
- He imaginado algo así porque además de estar llamándote yo lo ha hecho Victoria. (Conectó su ordenador)
- ¿Pero qué es lo que ha pasado? (Leí el mail de Victoria ) Pues si no cambia en el momento que acabemos aquí, tocará regresar deprisa y corriendo.**
- ¿Es tan malo como pinta?
- Para nada. El COVID ha perjudicado a muchas empresas y hay que buscar un punto de encuentro con las más perjudicadas, porque no solucionamos nada demandando por incumplimientos de contrato o demandas.
- Y entonces… ¿Porque hay que regresar tan rápido?
- Porque hay decisiones que no se pueden ni se deben tomar a distancia. Pero tampoco hay que perder el sueño.
- Me relaja verte tan tranquilo.
- Y dime… ¿Qué tal lo habéis pasado en vuestro primer viaje a Chile?
- Pues hemos salido poco, por alrededor del hotel.
- ¿Y eso? Si hay muchos sitios interesantes donde ir.
- Ya lo veo, porque donde hayas ido te han dejado bien marcado. Porque es un chupetón en toda regla. (Me señaló al cuello y me levante a mirarme al espejo)
- Pues lo parece pero…
- Perdón, perdón, perdón… que me parece que me he pasado.
- Jajaja… no mucho, buenas noches y descansa algo que mañana hay mucho trabajo por hacer.
Me marché de la habitación, que conste que no fue una huida. Porque a pesar de que estaba muy bien, tenía un señor cuerpazo y era bonita de cara, no había ningún problema. Una cosa era tener una relación esporádica o no esporádica con alguien cercano o colaborador y otra bien distinta es alguien que trabaja en la misma empresa. En mi habitación me puse a pensar y buscar opciones. Porque solo quedaban dos, una vez acabado allí, que se quedara parte de la expedición y ver si podían iniciar el trabajo en Colombia, porque llevaría tiempo. Regresar yo a España y trataré de volver a Colombia, pero todo estaría en que se dieran las circunstancias.
En cuanto pudimos regresamos a España y digo pudimos porque decidí que Marina regresara conmigo, para que meditara si quería seguir trabajando con nosotros o irse. Porque no es lo mismo meditar en tu casa que a más de 10.850 km., sé que ella cuando se enteró que hacía la vuelta conmigo se quedó algo intranquila, aunque en todo momento trate de que se tranquilizara y se tranquilizó porque sé que hablo con Victoria, ya que me llamó y me dijo que no fuera borde con ella, que ya le pesaba mucho la “mochila” con la que cargaba. En la primera hora de vuelo hablamos del trabajo, de los inconvenientes que tuvimos y me pregunto por los nuevos contratiempos…
- Pues lo que les ha pasado a muchas empresas, que se han ido a negro o a gris. Al perder ingresos, tienen que hacer sus ajustes. Ya nos ha sucedido con dos y hemos logrado capear el problema, pero han coincidido esta vez varias y de distintos sitios.
- Pero si han entrado en perdidas… ¿Cómo ayudarlas?
- Muy sencillo, sentarse a hablar, llegar a un acuerdo y esperar que refloten.
- ¿Y si van a la bancarrota?
- Es como una relación de pareja, apuestas por la otra persona. Que sale bien, todos felices, que no sale bien, pues a rehacerse. No queda otra.
- No sé si reírme o que… ¿Te ha contado Victoria algo de mí?
- Lo básico pero ningún detalle personal. Ah ahora lo pillo, Jajaja… cuando he puesto el ejemplo de la pareja no iba por ti. Que yo de parejas no entiendo mucho.
- No te creo.
- Pues créetelo, es de dominio público, pregunta quién me ha visto con pareja.
- ¿Pero nunca has tenido pareja?
- Te voy a decir algo que pocos saben, tuve una pareja y tuvimos algo especial. Duró lo que duró y era una mujer fantástica, la suerte no le acompañó en esta vida, seguro que ahora donde esta, está mucho mejor y luego tuve algo con una mujer que consideré que era maravillosa, teníamos algo en común que nos unía y se fue todo a la mierda.
- ¿Qué es lo que os unía?
- Algo maravilloso y a la vez doloroso.
- Y no me lo vas a decir…
- Pues no. Ya te he dicho más de lo que debiera de mi “encrucijada” particular.
- Mi consejo es que trates de revertir lo que se fue a la mierda.
- Tomo nota.
- Creía que era la única que se comía el coco. Pero veo que no soy tan única. ¿quieres que te cuente alguna de mis comeduras de cabeza?
- Pues la verdad que no.
- Que brusco eres.
- No soy brusco y se lo he sido no es con intención, te voy a decir porque te he contestado eso. No tenemos una gran amistad como para que me cuentes nada y como imagino que es personal, no quiero que me cuentes algo y después te sientas mal por habérmelo contado.
- Si lo mismo me viene hasta bien. Es con mi marido, es un hombre no bueno lo siguiente, que me ama, con locura y pasión. Por eso aunque quiero ser madre y él no, pues lo acepto, de todas maneras me he guardado óvulos por si al final quiere.
- Guardó silencio, esperando que dijera algo, pero al ver que no decía nada, continuó.
- Pues sigo… pocos defectos tiene, porque alguno tendrá que todos los tenemos. Lo único que tiene es que quiere cosas que son difíciles de entender e interpretar. Pasamos por un período de tener muchos celos por su parte y de la noche a la mañana cesaron. Pero llegaron otros digamos “problemas” y me tienen más que confundida. Durante este viaje no he dejado de dar vueltas, vueltas y vueltas. Me rallo continuamente y ya no sé.
- Pues nada sigue pensando, que tarde o temprano encontrarás la solución.
- ¿Te importa que te lo cuente? Ahora eso sí, que quede entre nosotros dos y me das algún consejo como hombre.
- Espera, no te lances. Lo de dar consejos es difícil para mí, raramente he dado alguno y siempre digo lo que decía la Marquesa de Sablé… “Nada tan peligroso como un buen consejo acompañado de un mal ejemplo” y es que no soy un buen ejemplo, créeme.
Desvié la conversación por completo y no quise ni imaginar por donde venían sus problemas. Se que se quedó un poco cortada y por eso lleve la conversación a las empresas que tenía que visitar y renegociar los acuerdos. Ella seguía sin entenderlo… “Pero es que si aceptáis una rebaja en las condiciones acordadas, perderéis ingresos” y le di una respuesta de lo más lógica y razonable… “Es que no hay que pensar de esa manera. Mira más vale el uno por ciento de algo que el cien por cien de nada. Si en los malos momentos tiendes una mano, tienes casi seguro un cliente fijo” y luego al hablar de una de las empresas que estaba ubicada en la República Checa, exactamente en Praga. Marina me contó con todo detalle algunas cosas de allí, por que estuvo dos días. Fue una buena conversación, porque sabía de lo que me hablaba, porque había estado en bastantes ocasiones.
Lamentablemente y fue muy lamentable por mi parte, me quede dormido sin darme cuenta y me desperté por un movimiento brusco del avión. Marina dormía y no sabía qué decirle cuando se despertara, porque si estoy hablando con alguien y se me duerme, me mosquearía bastante. Me levanté al aseo y todos los pasajeros que vi, que no eran muchos, porque el avión no iba muy lleno, como el otro viaje que hicimos, había una azafata que me sonaba un montón, tenía unos ojos llamativos. Era una azafata con la que quedé hacía un poco más de dos meses y por imponderables conocidos, no pude ir a donde quedamos. Es que ni me acordé y nos pusimos a hablar… pero eso es otra historia.