Chicos no tan chicos

Lo que vive con los hijos y sus amigos

Chicos no tan chicos

Tengo ahora sesenta y pico, no me hagan acordar, cuatro hijos varones, casada con un piloto de aerolíneas, acostumbrada a ausencias prolongadas de mi esposo, y por lo tanto ocupándome sola de los hijos.

Cuatro hijos varones, yo muy mojigata y poco aprendida de sexo y psicología, o sea solita con los problemas y las soluciones y con alguna que otra decisión difícil de tomar y aceptar las consecuencias.

No se habla mucho pero las sesentonas no la pasamos muy bien, si un vecino te miraba con ganas o te hacían sentar en las rodillas de algún tío morboso o un amigo de tu padre calentón, que podías hacer, tenias miedo a las consecuencias, familiar o vecinal, era muchas veces lo mejor no comentar.  Con los hijos algo parecido, te duchas y la puerta se entreabre, mas de una vez bajo la cama espiando cuando te cambias, eso en un principio, que haces lo pones en evidencia a tu hijo, que consecuencias, te ha tocado el culo un tío asqueroso y no dijiste nada y ahora reprimes a un hijo.  Y las veces que encontraba la ropa interior dura de las pajas que se hacían con ella, y ni que hablar de cuando se masturbaban en el baño.  Mas grandes, metiéndose en mi cama de noche, yo al quedarme dura, interpretaban que dormía profundamente, el segundo Daniel, tardaba horas en tocarme las tetas, despacito muy despacito por debajo de la remera que usaba yo como pijama, hacia lo mismo que los otros pero tardaba horas, todos lo mismo metían mano tratando de no despertarme, hasta pajas se hacían, varias veces han acabado en mi culo, y no pude llevar la cuenta de las veces que tenía que cambiar las sabanas.

Todo eso me imagino que lo hemos sufrido o gozado millones de madres, lo diferente me paso y no sé si es tan común.

Un sábado, mi marido haciendo posta de 7 días en Nueva Zelanda, regresaba el lunes próximo, deja organizar a mis hijos que hagan una pijamada el viernes, porque al otro día jugaban en el colegio la final de un campeonato de futbol, eran siete u ocho los que cenaron y se quedaron a dormir.  Como a las 10 de la mañana del sábado me despierto para organizar una casa que seguramente era un caos.  Tranquila me levanto para tomar primero un desayuno en paz, tenia puesto lo mínimo indispensable, una musculosa de mi marido (muy grande me quedaba) y una tanguita roja diminuta), voy al toilette, me higienizo y ya camino a la cocina, de repente parado en medio del living, Ale, un grandote, me llevaba dos cabezas, en bóxer solamente, recién despierto, nos quedamos duros, él ni sabia donde estaba.  Que haces acá le pregunto, nada me iba a vestir para irme a casa, pero no tenias partido?, como te dejaron, se olvidaron de vos.  No me dice, yo no juego al futbol, soy el único que hace rugby, y me quede dormido entre la cama de Andrés y la pared, por eso creo que no se percataron de mi, además note que salieron tarde.

Lo primero que note es que era seguramente jugador de rugby, era una pared, lo segundo que note, es que se dio cuenta que yo estaba casi en bolas, en tiempo record le creció el bulto, a punto de que le salió la cabeza de la pija por sobre la cintura del bóxer, y él se percato de que en mi excitación, se me pusieron duros los pezones y resaltaban sobre la fina tela de mi camiseta. Pasaron minutos creo y se me acerco, yo dura como dije, no atine a nada, me tomo de la cintura y no sé porque (o si) subí mis manos por sus brazos hasta el cuello y cerrando los ojos lo bese como no lo hacía desde mi juventud.  A partir de ese momento no era yo, era una jovencita en los brazos de su novio por primera vez, me metió la lengua hasta la garganta, comenzó a tocarme primero los pechos, luego el culo y no saben cómo toco el piano con sus dedos en mi concha, como le moje esos dedos, me trepe, me trepe como a una árbol, solo con mis fuerzas, en un momento me suelta con una de sus manos y saca lo que le quedaba de la pija en el calzoncillo, me corre la tanguita y de parado, si de parado me la empieza a meter, en un momento yo hacía fuerza y me soltaba del cuello para que me entrara toda, fueron un par de minutos, habrá entrado y salido unas diez veces, de repente me bajo y me llevo de la mano a mi cama, en el viaje me saque la tanga completamente, cuando me empecé a quitar la musculosa me dijo no, me gusta como estas, pareces mas puta, eso me puso loca, a puta esa mañana no me ganaba nadie, se tiro en la cama y lo sorprendí con un 69, después me confesó que era su primera vez, pobrecito 17 años y se pego un 69 con una cuarentona.

A mi casi me hace acabar chupándomela, pero él no pudo aguantarse la mamada, se corrió en mi boca, no fue un chorrito como el de mi marido o algún otro que ha tenido el gusto de cogerme, era un vaso de leche en mi boca, después nos dimos vuelta y sin siquiera pedirme permiso me la metió de una, les comento, tremenda pija del pendejo, no conocí otra igual, recién después de eso me puse a la par y trate de recorrerlo todo con la vista, no dura nada la recorrida, lo vi de cerca y con menos excitación y me pareció increíble, le di otra mamada de aquellas y les comento acabo otra vez, lo digo porque después de despedirlo hora y media después, cuando lo acompaño a la puerta noto que cae un chorro de semen entre mis piernas, el pendejo me había acabado dentro, yo pensé que después de la mamada no le quedaba nada, pero fueron tres chorros increíbles de semen.  Mucho del hecho no lo pude retener, muchos detalles los recuerdo como un sueño.

Tuvimos sexo un par de veces más, era fin de año y se fue a estudiar a otro país, por suerte para mí, no habría sabido como hacer para que me deje de coger y como no buscarlo yo para que lo siga haciendo.