Chicas vs chicos
Max va a la piscina con su hermana y amigas. Allí verá como las chicas demuestran su poderío a unos abusones.
Max estaba emocionado, por fin habían llegado a aquella enorme piscina pública de la que tanto había escuchado hablar. Y encima aquel día no había mucha gente, miraba a todos lados como un niño pequeño.
-Realmente tenías ganas de venir eh-dijo una voz femenina detrás suya.
Era su hermana Karen junto a sus dos amigas, Raquel y Tamara quienes se habían unido a ellos. En un principio, su hermana no quiso ir pero al llegar vio que se había equivocado por completo. Tal vez lo pasaría mucho mejor de lo que pensaba desde un principio.
-Vamos ahí-señalo Max.
Estaba en esa edad en la que masturbarse casi a diario era una obligación. Él estaba enamorado de la amiga de Karen, Tamara, era una chica preciosa, bueno, las tres lo eran, encima cada una tenía el pelo de un color distinto. Su hermana rubio, Tamara rojo y Raquel era morena.
Eligieron unas tumbonas y se quedaron en bikinis, aquello iba a ser demasiado para su corazón y sobretodo, su pene. No la tenía muy grande, eso si, sus huevos si lo eran y su mata de vello púbico era bastante abultada.
-Bueno, me voy a bañar-dijo este mientras se dirigía a las duchas. Momento que las jóvenes se sentaron en las tumbonas para hablar entre ellas.
-Oye, te has fijado de que tu hermano no deja de mirarme-comenta Tamara poniéndose un poco de crema de piel.
-Si, esta loco por ti, si yo te contase...
-Cuenta, estamos en confianza-se ajusto las lentes.
-Pues el otro día regrese antes a casa y lo pillé masturbándose con una de tus fotos-ella llevo la mano a la boca sorprendida y luego soltó una risita.
-¿De verdad?.
Ella asintió recordando lo sucedido. Por suerte estaban en esa zona a solas así que podía hablar sin tapujos.
-Decía: oh si...Tamara...oh dios que culo tienes...¿puedo meterla?, agarró un cojín y empezó a hacer como que eras tú hasta correrse.
Las chicas se echaron a reír al escuchar aquel relato.
-Pero es guapo y mono-dijo ella mirando al chico de espaldas.
-¿Te gusta?-ella asintió.
-¿En serio te gusta mi hermano?, pero si es...
-Oh vamos, es mono. Me pregunto cuanto le debe medir el pene.
-Pues yo creo que unos diez centímetros-comento Raquel.
-Estaís hablando de mi hermano, ¿no podeís hablar de otra cosa?, me siento incómoda.
-¿Como la tiene?.
-¡Chicas!-luego volvieron a reír.
Max regresó al cabo de un rato y se tiro a la piscina a nadar un rato, de vez en cuando miraba a la joven en bikini, tenía un cuerpo que era la fantasía de cualquier hombre. Su hermana se fue a por unos refrescos.
-Que agotamiento-estaba recuperando la forma pero iba poco a poco.
Emergió de la piscina y se acerco hasta las chicas para secarse antes de poder tumbarse un rato.
-Max, ¿tienes novia?-pregunto sin rodeos Tamara.
-Yo...no-contesto rojo.
-¿Y alguna vez has visto unas tetas?-su polla comenzaba a ponerse dura.
-Eh...bueno...yo...si...alguna-aquello estaba siendo muy vergonzoso.
Ellas le dieron una palmada para calmarle.
-Tranquilo hombre estás en confianza-por suerte el tema cambió y pudieron estar un rato hablando.
Pero había algo raro.
-Mi hermana no viene, ¿le habrá pasado algo?-pregunto este preocupado.
Tamara y Max fueron a buscarla mientras Raquel vigilaba sus cosas, miraron por todos lados y la encontraron siendo acosada por dos chicos mucho más grandes que Max. Estaban en una zona bastante apartada.
-¿Qué hacen esos dos?-Max apretaba los puños.
-Espera...
Ambos vieron como Karen era desnudada a la fuerza y la obligaron a succionar aquellas pollas, no habían tardado nada en bajarse los bañadores.
-¡Eh, vosotros, dejad a mi hermana!-grito enojado.
Los dos se separaron de ella y le pegaron un guantazo tirándola al suelo. Al darse la vuelta, sus grandes pollas en erección eran impresionantes.
-¿Acaso quieres que te demos una puta paliza?-pregunto el más grande.
Él intento ir hasta su hermana cuando recibió un par de golpes, había sido extremadamente rápidos, cayo al suelo escupiendo sangre.
-Eh, dejad a ese chico en paz-Tamara salió aunque asustada.
-Oh dios, mira esa chica, podemos darle lo suyo-dijo el pequeño de ellos.
-Si...ya lo creo...-contesto acariciando su polla.
Dieron un par de pasos confiados pero se detuvieron, sus piernas comenzaron a temblar y su mirada era ya seria. Tamara vio que Karen se había acercado y los tenía agarrados por las pelotas, no obstante, sus virilidades aún apuntaban al cielo.
-Un paso más y se pueden despedir de ellas-dijo con una sonrisa.
-Maldita zorra, suelta mis huevos-gruño.
-Eso, seguro que te ha gustado chuparlos.
Ella al escuchar aquello retorció ligeramente la bolsa escrotal haciendo que el miedo recorriera su espalda.
-¿Acaso no temen a ser castrados?.
Max se pudo poner en pie y al ver la escena, se retiro un poco antes de que su hermana hiciera aquello. Vio como estiro los escrotos hasta abajo y con fuerza ante el grito de los jóvenes que cayeron redondos al suelo.
Karen se sacudió las manos tras la faena, les dio la vuelta quedando boca arriba e inconscientes.
-Asquerosos-escupió a un lado, aún tenía el sabor de aquellas pollas en su boca.
Las pollas se habían retraído y perdido la dureza y tamaño. En cambio, sus huevos estaban tan grandes que parecían pelotas de tenis.
-¡Hermana!-Max fue hasta ella y le dio un gran abrazo. Luego se echo a llorar. En ese momento, su hermana comprendió lo mucho que este le quería.
-Vamos, Raquel se encargará de esto-dijo mientras se separaba de su hermano.
-¿Raquel?.
-Digamos que es mejor no meterse con ella o en este caso, odia a los acosadores-dijo Tamara.
Cuando regresaron le contaron todo a la joven que enseguida se marcho con su bolso y dando pasos agigantados.
-Bueno, voy a tumbarme un poco-dijo Karen mientras se colocaba en la tumbona.
Tamara y Max se fueron al agua, estuvieron jugando durante un rato. En uno de los descansos y apoyados en el borde de la piscina.
-Has sido valiente.
-Pero si me han dado una paliza-ella le besó para su sorpresa. Y él correspondió, no sabía lo que pasaba pero sin duda no iba a dejar escapar la ocasión.
Ella paso su mano por su pecho hasta deslizarla hasta su entrepierna, él la miro sorprendido pero Tamara le guiño un ojo haciendo que ambos sonrían. Desató lentamente el bañador y lo bajo hasta las rodillas. Luego acarició suavemente su pene, lo agarró y lo empezó a masturbar. Aquello era el paraiso.
-Me gustas mucho y se que te masturbas pensando en follarme, aún eres menor de edad pero pronto podrás hacerlo. De momento, correte-no tuvo que decirlo dos veces para que el joven estallase de placer y eyaculase.
-¿Se pueden saber que hacen?-al mirar atrás vieron que Karen estaba observando.
-Yo...yo.
-Le estaba agradeciendo por ser tan valiente-Tamara no estaba nerviosa.
Ella esbozó una gran sonrisa, se sentó en el borde y se retiro la tela de su bikini.
-Como te he salvado de esos dos...será mejor que ahora me des placer, de lo contrario le contaré a mama lo que haces cuando te quedas a solas y que me robas ropa interior.
Max no tuvo otra que obedecer y lamer aquel coño, era su hermana, pero estaba tan cachondo que no lo iba a rechazar.
-Ojalá tuviera un dildo o pene, podría darte por este precioso culo-dijo Tamara viendo el trasero.
Mientras tanto, los dos abusones despertaron desnudos, amordazados y atados. No sabían donde estaban, pero pronto se dieron cuenta del lugar. Era uno de los vestuarios que habían cerrado por remodelaciones. Raquel estaba presente.
-Habeís intentado abusar de mi amiga...-dijo con rabia.
Vieron que estaban con la polla al aire y completamente dura.
-Os he inyectado esto-dijo mostrando una jeringuilla-hace que se pongan muy duras-se acercó sensualmente hasta ellos y con cada mano acarició la glande.
Sus penes enseguida comenzarón a expulsar presemen, estaban cachondos. Luego retiro la mano y se desnudo dejando sus pechos firmes al aire y su rosada vagina a la vista de los chicos. Sus pollas unido al dolor de huevos, era hasta molesto, querían descargar.
-Bien, comencemos-tomo una silla y se puso a unos metros. A continuación se llevo los dedos a sus labios vaginales y se masturbo.
Ellos abrieron los ojos, de la punta goteaban el semen deseando salir.
-Oh...si...ojalá tener un buen par de pollas...oh dios...si...-se introducía y sacaba con pasión ante la mirada de estos deseando desatarse.
Aquello era una tortura para los dos chicos que intentaban llegar con su largas pollas. Los minutos se les hizo eternos y sus penes ya no daban mas de si, necesitaban descargar, estaban morados. Sin duda, un efecto de la droga.
-Fiu, ha sido increíble-volteo a verles-oh, ¿aún no se han corrido?-pregunto sensual y guiñando un ojo.
Miro una polla y luego otra, tuvo una genial idea. Agarro un trozo de cuerda sobrante y se fue cara al grande, sin duda, su virilidad era digna. Estiro el escroto desde la base para evitar ''fugas'' y la ató.
-Así no podrás eyacular-se puso de espaldas y se introdujo su gran polla en su culo.
El hombre gimió de placer, aquello era lo que deseaba, comenzó sus movimientos hacia adelante y atrás, uno tras otro iban embistiendo aquel culo. Pero la alegría le duro poco porque debido a la droga quería eyacular pero la cuerda se lo impedía.
Ella gemía disfrutando de aquella enorme polla ante la mirada de su amigo que de su punta ya empezaba a parecer un rio aunque se puso a llorar al no poder correrse.
-Oh vamos...¿qué te pasa?, ¿no puedes correrte?-pregunto entre risas.
Aquello ya era un infierno, no podía soltar su carga y se iba acumulando en sus pelotas que ahora estaban enormes.
-Pues nada entonces-dijo sacando su culo.
Después hizo lo mismo con su amigo, ninguno se libró de aquel horrible destino. Ambas pollas estaban a punto de estallar. Ella sintió algo de lastima, ya habrían aprendido la lección. Así que les retiro las cuerdas y comenzó a hacerles una gratificante paja.
-¡Venga, soltad todo ja,ja!-los chicos expulsaron tantos chorros que aquello no era normal, y encima eran abundantes y muy líquidos.
Ella se alegro al ver tanta leche amontonarse en charcos, los chicos estaban alegres cuando su cuerpo se convulsionó. Raquel y ellos escucharon como si unos globos estallasen. Vio que perdieron la consciencia, sus huevos habían estallado por dentro.
-No quería esto...pero supongo que así nunca harán daño a las mujeres-dijo palpando sus escrotos.
Luego se vistió y se marcho del lugar, tocaba volver a casa.
-Ha sido divertido-dijo yéndose por la puerta.
Los jóvenes fueron encontrados por unas limpiadoras que horrorizadas soltaron de inmediato a ambos y comprobaron que sus huevos estaban como gelatina. Sus pollas habían perdido la longitud quedando casi en un estado muy pequeño.
Sin duda, un buen castigo para ellos que jámas olvidarán. Y mientras Max deseaba ser mayor de edad para follar con Tamara.
Ya sé que dije que no subiría pero he encontrado algo de tiempo. Tengo pendientes muchos relatos para subir ya que tengo ideas je,je. Cualquier crítica o comentario la pueden dejar aquí o por mi correo. Aunque pienso que estareís muy ocupados meneando vuestras pequeñas pollas leyendo este tipo de relatos o parecidos, os imaginaís ser vosotros sufriendo ese castigo...;). Si quereís uno solo teneís que pedirlo por correo y como os gustaría ser humillado. Tranquilos, tengo para todos :), además vuestro anonimato permanecerá intacto.
Suerte con seguir conservando vuestros huevos. Besos.