Chicas juguetonas

Son casi adolescentes, una no sabe mucho pero la otra la enseña como si fuesen amigas de toda la vida.

Entre semana mis amigas y amigos no salen de fiesta por las noches pues tienen que madrugar para tender sus trabajos. Yo trabajo de camarero y tengo otros horarios. Durante el verano todos los días hay mucho ambiente en la zona turística donde tengo el apartamento, siempre hay gente de vacaciones que no les importa trasnochar.

Tengo muy presente lo que sucedió la otra noche de tormenta y lo bien que lo pase con las chicas de los apartamentos vecinos. Me animo y voy a dar una vuelta por los bares de moda a ver si las encuentro.

En un bar muy ruidoso y bullicioso encuentro a Marisa, la morena menudita que es una "auténtica fiera". Está rodeada por chicos y chicas que apenas han salido de la adolescencia aunque se comportan como expertos conocedores de la noche.

— Te lo pasaste bien la otra noche, ¿no? — me suelta a modo de saludo nada mas verme.

— Hoy estoy sola...Maribel se ha ido con su novio, ¿quieres que vayamos a tu apartamento?... esto empieza a estar aburrido¬— continúa diciendo sin darme apenas tiempo a reaccionar.

— Como sé que te gustó mucho estar con dos de nosotras a la vez...te propongo que elijas una de las que ves...y nos vamos los tres, ¿te gusta la idea, eh,,, cabroncete!!! —

— Venga...busca una que te guste— repite segura que va a conseguir convencer a cualquiera de las chicas que nos rodean para que vayamos los tres al apartamento.

— Mira...aquella rubia del top granate es amiga mía...es estupenda...hace unas mamadas de campeonato…te gustará—

—...y esa que está en la puerta... la del pelo rapado… es una viciosa de muerte...te hará lo que le mandes... incluido el sado si te va —

—...la que está bailando junto a aquel tío alto, en la cama y en cualquier sitio que imagines se mueve como una diosa...¿qué? ¿te decides por alguna? —

Tímidamente la señalo con la mirada:

— ¿y esa de la camiseta ajustada y pelo rojizo? —

— Bahhh, esa no vale nada!... va de mata hari y seguro que no se ha comido una rosca en su vida... no ves que tiene cara de pepona y niña buena... debe ser una "niña bien" que quiere aparentar ...además no la conozco de nada—

— Pues a mí me gusta...con ese aire de niña buena pero traviesa... y tiene un culo estupendo...y ahora que me fijo… una boca muy apetitosa— le digo en voz baja como con temor a que nos oiga alguien.

— ¿Por que no lo intentas y me das el gustazo? — le digo con tono estimulante.

—Mira ... toca...toca…se me pone dura de pensar que vamos a estar los tres juntos en mi apartamento— le digo mientras cojo su mano y la pongo encima del bulto del pantalón.

—De acuerdo...lo intentaré...vete a casa y dentro de veinte minutos vamos nosotras, ¿vale? —

—Si esa tonta no quiere ya llevare a otra— me dice con tono resignado

Le doy un beso sobre los labios y me vuelvo al apartamento a esperar con impaciencia que lleguen. Casi no me lo puedo creer que salga bien... pero mi polla si, está muy ilusionada a decir por su volumen.

Suena el timbre, abro la puerta, aparecen Marisa y "mi elección". El corazón me da un vuelco, la polla se pone dura como una piedra. Tras unas sonrisas forzadas ambas pasan al interior, mientras yo sigo balbuceando algo así como "buenas noches".

Les ofrezco algo de beber, pero no quieren nada. Yo me preparo un buen cubata. Hablan entre ellas, como preparando su estrategia. Me siento en un sillón grande, con el vaso en la mano y dispuesto a iniciar una conversación que nos ponga en situación.

Marisa y Raquel, que es como se llama nuestra hermosa convidada, se saltan todos los preámbulos. Se desnudan, dejándose puestas únicamente las braguitas y se acercan desafiantes hacia mí. Raquel, se cubre mínimamente los pezones con las manos y Marisa acerca su cuerpo menudo hacia el mío de forma decidida.

— Relájate y ponte cómodo... veras que bien lo vas a pasar hoy con nosotras— dice Marisa con tono pícaro.

Entre las dos me quitan la ropa a tirones, sin miramientos, ni contemplaciones. Me hacen volver a sentar en el sillón, esta vez desnudo con el vaso en la mano y mi polla hinchada y dura señalando al techo.

Dirigiéndose a Raquel, Marisa empieza a hablar.

— Primero la debes mirar con deseo... que él te vea que estas deseando cogerla y acariciarla— le dice refiriéndose a mi polla con tono de quien quiere enseñar a un principiante a hacer algo nuevo.

— Te acercas despacio…haciendo que él desee que vayas más deprisa... te mojas bien los labios... te relames...así...así... muy exageradamente... — continua diciendo.

— Luego le pasas las manos por encima de los muslos... te entretienes con sus pelitos... luego vas hasta las ingles.... y luego el bajo vientre... veras que está deseando que le cojas la polla... tú todavía no lo hagas... déjalo que se impaciente un poco—

— No te pases!... ya ha llegado el momento de manosearle la polla... ves así... sin bajar la piel... solo tocando... si el capullo ya está fuera, se lo tocas muy ligeramente.... —

— lleva la mano hasta los huevos.... siente lo calientes que están... los acaricias apretándolos un poco...pero que se puedan escapar... mira como lo hago yo... si los aprietas así... —

—Aughhh—, grito yo, —... ya ves lo que pasa— ambas ríen.

Yo espero impaciente la continuación de la clase.

— Ahora rodeamos la polla con la mano a la altura del capullo y bajamos lentamente la piel para descubrir el capullo, ...acompañas el movimiento con alguna frase como <¡que polla tan gorda!> ó <¡me dan ganas de comérmela!>, eso tiene muy buenos efectos—

— Si ves que la piel esta brillante pero seca...pon la boca encima... y deja caer una buena cantidad de saliva sobre el capullo... ve subiendo y bajando el pellejo hasta que se reparta bien. Mójate tu también la mano.... cuanto más mejor—

— Mira como lo hago yo.... ahora hazlo tu.... así... suave ... aprieta un poco menos...que se desdice la mano con suavidad... aprieta solo cuando el pellejo recubre el capullo... así...muy bien—

Dirigiéndose a mi, Marisa me pregunta:

— ¿ a qué te gusta esta paja que te hacemos?... ¿no te lo imaginabas, ¿verdad? —

— Ahora vas a ver lo que es bueno…, ...dale cada vez más deprisa...y luego paras de golpe— le dice a Raquel.

— así…así...deprisa...deprisa...con fuerza... ahora para!... para! —

— Vuelve a empezar... despacio… y luego cada vez más deprisa...mírale la cara...cuando creas que se va a correr...paras de inmediato... después de unos instantes vuelves a empezar—

— Vamos hazlo!...así....bien...muy bien—

Yo gimo como un loco esperando que me dejen llegar de una vez al orgasmo.

— Mantén el pellejo abajo y sujétalo con fuerza... ves cómo está el capullo....brillante...hinchado... a punto de explotar... ahora es el momento de darle una chupadita...". "acerca la boca, sóplale un poco ...que sienta tu aliento... sujeta la polla por abajo y saca la lengua y pasa la puntita solo por encima del capullo... muy levemente... por la punta y por el borde—

— Tienes que levantar la cabeza...él tiene que ver como se la chupas... esto les gusta tanto como la mamada en si", "verdad que si? — me pregunta a mi.

—Si...si..siiii....me gusta...no pares...chúpala toda!!! — le suplico.

Marisa le dice a Raquel:

—lo estás haciendo muy bien.... ahora dale unos cuantos meneos con la mano...así....bien...ahora te pones la punta sobre los labios y te la vas tragando poco a poco...mojándola bien de saliva y haciendo que frote con tus labios... enséñale como te la tragas entera.... y luego la sacas lentamente....rózale un poco con los dientes.... y vuelve a tragártela—

Yo no puedo aguantar más y siento como voy a explotar dentro de su boca malvada y maravillosa.

—Si sientes que se estremece...retiras la cabeza hacia atrás rápidamente...si se corre, saldrá un chorro de leche que te puede atragantar...si quieres retrasarlo un poco mas, le das un apretón en los huevos....así! —

—Aaghh, ahhhhhh— grito yo desesperado y dolorido.

—Vuelve a darle un meneito....una chupada profunda, al sacarla succiona bien fuerte sobre el capullo... — le indica haciendo un gesto con la boca que no deja lugar a dudas.

—Ahhhhhh ...ya me viene...ahhh...que gusto... — grito complacido cuando lo hace.

—Échate a un lado Raquel...esto es lo que más me gusta — dice Marisa, mientras la sustituye, cogiendo con decisión mi polla a punto de reventar.

Se la pone junto a los labios, la lame suavemente y con la mano de da los últimos meneos. Un inmenso chorro de leche arranca desde lo más hondo de mis huevos y se desplaza rápidamente hacia la salida por la punta de mi polla. Allí lo espera una boca ardiente y golosa.

Entre espasmos sale una primera gota de leche, Marisa la recoge con sus labios. Me coge el pellejo y lo estira hacia abajo con fuerza, haciendo golpear su mano con mis huevos endurecidos y pegados a la base del pene. El estímulo es tan tremendo que provoca una descarga de leche que sale disparada. Ella la recoge en su boca y en los labios, con cara de gran placer.

La chupa con delicadeza mientras la sigue meneando para extraer hasta la última goma. Lo sabe hacer maravillosamente y a mí me proporciona un placer intenso y continuado. Sabe cómo alargar el placer y las sensaciones más placenteras.

Poco a poco, mi polla se va rindiendo y pierde su vigor. Aunque todavía está bien gorda ha perdido toda su rigidez, y si no fuera porque Marisa la sujeta, se derrumbaría totalmente vencida. Ella la toma con tal cariño y delicadeza que siento no poder corresponderle con una buena erección. Luego comprendí que esta situación de comedida flacidez es la que más gusta a mi joven vecina.

La toma con mimo exquisito y la acaricia como si fuese objeto de veneración. Con los labios, con la lengua, con su cara, acaricia la punta y el capullo dándome sensaciones inexplicables y muy placenteras. Poco a poco consigue detener "la caída" e iniciar un tímido remonte.

Me hace tumbar en el suelo, me da un cojín para apoyar la cabeza y se quita la braguita. Se coloca en cuclillas sobre mi, poniendo un pie a cada costado. Su pequeño chochito queda suspendido sobre mi polla semi erecta.

Ella la vuelve a tomar con la mano, y empieza a frotar el capullo con su coñito. Los abundantes flujos impregnan la punta y favorecen el resbalar de un lado a otro sobre sus labios vaginales. Intenta ponerla recta y luego dejarse caer sobre ella. Todavía está demasiado blanda y se dobla. Continua con sus frotes, unos instantes después lo intenta de nuevo y esta vez sí que se clava.

Con cara de satisfacción me mira y me comenta:

—Así es como mas me gusta... recibirla banda y conseguir que vaya creciendo lentamente dentro de mi hasta sentirme toda llena!! —

Se deja caer y queda sentada sobre mi pubis con la polla clavada hasta los huevos. Yo también me siento muy excitado y satisfecho por todas las atenciones que recibo.

Se vuelve hacia Raquel para decirle:

—no te cortes... estamos aquí para pasarlo bien, ...anda chochona mía, ven y enséñale a éste tu coñito para que anime un poquito más—.

—ahora necesito que se le ponga un poco más dura... y seguro que le gusta ver tu potorrito jugoso—

—Quítate la tanga y ven a ponerlo aquí cerca—

—así me gusta... Uy! que lindo y cuidado que lo tienes!!.... enséñaselo a éste!!...y hazte un dedito delante de nosotros— le ordena

—ve preparándote que enseguida te vamos a follar entre los dos como nunca te has imaginado— le previene.

Ante la visión de Raquel metiéndose un dedo hasta lo más profundo de su húmeda vagina, los comentarios que hace Marisa, y sus movimientos expertos, mi polla va recuperando su vigor. Me siento profundamente excitado y satisfecho de poder corresponder a tantas atenciones.

—Así mi amor... así... me enloquece sentir como crece dentro de mi y como se clava hasta el fondo— dice entre gemidos mi amiga Marisa.

Se mueve y cabalga sobre mi haciendo doblar y frotar mi polla, proporcionándome un alud de sensaciones. Ella, por su parte, parece que tenga el estimulante perfecto entre sus piernas y no cesa de gemir como una poseída. Cuando más insiste más crece mi verga en su interior, y más se retuerce, mas gime y más gusto obtiene. Es un círculo vicioso que a ambos nos gusta cada vez más.

Raquel nos contempla extasiada, mientras que de una forma casi mecánica sigue frotándose su chochito. Su cara de "niña buena", esta desencajada, el pelo alborotado y su sensual boca la debe mantener entreabierta para poder respirar cómodamente.

No he terminado el polvo con Marisa y ya me imagino lo bueno que debe ser tener esta chiquita tan linda y caliente, deseosa de ser follada hasta la extenuación. Cuando siento que mi polla ha recuperado totalmente su vigor y su mejor tamaño, Marisa lanza unos gritos sorprendentes...jadea...se retuerce...se agita desenfrenadamente y finalmente se derrumba sobre mi pecho.

La mantiene dentro y esto me permite sentir una serie alocada e interminable de contracciones que me hacen poner la piel de gallina. Sin duda su orgasmo ha sido "trabajado" pero excepcional.

La abrazo contra mi pecho y dejo que se relaje lentamente. Después de unos instantes maravillosos en que Marisa permanecía recostada sobre mi pecho ya ha recuperado el aliento. Con sumo cuidado y entre gemidos descabalga y se pone a mi lado arrodillándose.

Me sorprende que con cierto pudor se tape con la mano su chochito y cierre rápidamente las piernas. Sin duda quiere ocultar su coñito totalmente desfigurado. Sus labios vaginales están abiertos y separados como una flor, enrojecidos y llenos de flujos.

Quizás para ella le resulte incomodo el que yo la contemple, aunque para mi resulta increíblemente estimulante. Estoy tan impresionado y atraído que no puedo evitar alargar la mano para dedicarle la más delicada de mis caricias sobre esos labios completamente mojados.

—Tienes un chochito precioso… uhhhmmmm cómo me gusta— le comento

Me lo agradece con una sonrisa, y comparte conmigo su chochito dolorido y satisfecho a la vez. Por mi parte, yo ofrezco a la vista una magnifica erección, una polla recubierta de una película brillante y resbaladiza deseosa de dar nuevos placeres.

Vuelve la cabeza y dirigiéndose a Raquel dice:

—Vamos...acércate!...ya ha llegado tu turno... prepárate para gozar como nunca... vas a gemir como una gatita en celo... —

La hace tumbar junto a mi y tras simular que le araña los muslos y los glúteos. La mano experta de Marisa se pierde entre los muslos de Raquel hasta que consigue separarlos y hace que nos muestre su coñito.

—Has visto que lindo?...que bien depilado lo tiene! — dice dirigiéndose a mi.

—Ven y mira lo que le gusta a las mujeres— me susurra mientras empieza a frotar sus dedos alrededor de la raja y juguetear con los pelitos que la coronan.

Delicadamente, con sus dedos índice y medio separa los labios mayores para enseñarme el secreto que esconden. Raquel hace unos instantes ha empezado a gemir, no se muy bien si por las sensaciones que experimenta o para pedirnos que continuemos sin pausas en nuestra aventura. Yo sigo muy atento las evoluciones de sus dedos y la forma de las caricias quiero aprender de mi joven maestra.

—Mira ..ves....aquí hay que hacerlo con cuidado...sin roces bruscos... aunque si que puedes hacerlo apretando...mira como lo hago yo— me dice mientras manipula sabiamente el clítoris erizado de Raquel.

Esta no puede hacer otra cosa que retorcerse, gemir y pedir entrecortadamente que por favor no paremos. ¡Con lo mucho que estamos disfrutando!... no se nos pasa por la cabeza dejarla sin experimentar su deseado orgasmo.

Marisa pone su mano derecha a modo de pistola, el dedo índice extendido, el pulgar levantado y los otros tres dedos recogidos.

—Piuuun ... piuuun— simula que hace un disparo con la pistola simulada

Inocentemente le sigo la corriente y hago gesto de sentirme herido. Ella sonríe y dirige la punta de su "arma" hacia la entrada del chochito ardiente de Raquel. Igual que un clavo caliente se clava sobre un trozo de mantequilla, se clava su dedo hasta que la yema del dedo pulgar se coloca justo encima del clítoris.

Empieza a realizar una serie de movimientos que hacen las delicias de mi joven amiga. Dentro y fuera... o describiendo círculos rodeando suavemente su semi-oculta perlita. Raquel no deja de retorcerse y de gemir.

Marisa me muestra la diversidad de movimientos posibles de sus dedos para dar placer. Ahora ya son dos los dedos que se hunden proporcionando nuevas y mas intensas sensaciones. Marisa saca los dedos totalmente humedecidos, y me los muestra en prueba de su buen hacer.

—Mira ...hazlo tú... así...suave....pero con intensidad...suaaaaave.... asiiiii— me dice mientras conduce mi mano y mis dedos por encima de los más íntimos rincones de nuestra convidada.

Durante unos minutos me guía y me enseña cómo hacer las caricias mas ricas. Cuando ve que Raquel ya esta próxima al climax, me dice:

—aprovecha ahora y métesela toda... lo esta deseando.... no la hagas esperar mas.... ahora se dejaría clavar hasta un palo.... no dejes escapar esta oportunidad... follatela ya! —

No os lo había dicho, pero desde hace un rato tengo una erección tremenda y ya me empiezan a doler los huevos al retrasar tanto mi corrida. Por lo tanto, no me hago esperar y de un empujón se la meto hasta las bolas.

Me parece mentira que me esté follando una nena tan mona y tan inocente en apariencia, pero es cierto,...y disfruto como un animal mientras subo y bajo mis caderas para clavarla una y otra vez. Marisa, apoya su mano sobre mis nalgas y aprieta sobre ellas cuando desciendo sobre Raquel. La penetración resulta profunda e intensa.

Las sensaciones se multiplican y pronto llegara mi orgasmo. Casi simultáneamente llegamos al climax Raquel y yo. Ella gime, yo resoplo, Marisa me acaricia la entrepierna y los huevos que quedan colgando; los tres nos sentimos profundamente satisfechos.

Durante unos instantes inolvidables disfrutamos cada cual de nuestra experiencia. Tres percepciones distintas.. pero tres placeres inmensos.

Los tres nos felicitamos de haber conseguido este gran placer y nos preguntamos ¿cuándo repetiremos la experiencia?

Deverano.