Chica en un tarro de cristal
La desagradable experiencia de una muchacha sumisa obligada a estar encerrada en un tarro de cristal
Chica en un tarro de cristal
Su Amo la desnudo y, sin prisas, le embadurno todo su cuerpo con aceite dandole un excelente masaje corporal… Ella se sentía muy contenta por el trato que recibía aunque no sabía por qué se lo hacía ya que siempre la trataba de forma humillante y con dureza.
Cuando la llevó a la otra habitación y vio un tarro grande de cristal de 50x50x50 y le indicó que se metiera dentro, quedó horrorizada y pensó que estar metida ahí era peor que ser enterrada viva.
Sumisamente se metió dentro y pronto entendió el por qué su Amo la embardurno con aceite… Poco tiempo después y una vez acomodada como pudo y apretada, vió cómo cerraba el tarro dejandola dentro.
Al cabo de cinco horas, prácticamente todos los músculos de su cuerpo estaban con calambres… Su espalda la tenía engarrotada... Le dolían las piernas y los muslos… Sus brazos sólo tenían un dolor leve en comparación con sus hombros y cuello… Incluso sus tobillos y pies estaban muy doloridos.
La respiración era un problema grave... Habían varios agujeros en la tapa del frasco de cristal, pero no lo suficiente como para obtener una simple ventilación y sólo había el mínimo de oxígeno dentro.
El problema no era sólo la falta de aire, era también su propio cuerpo… El olor de su propio sudor y de su orina llenó sus pulmones y dificultaba su respiración... La humedad en el interior de la jarra la hacía sudar abundantemente.
Y encima, le era imposible mover nada de su cuerpo.
Ella estaba tratando de no llorar porque sabía que su cuerpo se estaba deshidratando y necesitaba retener tanta agua como pudiera, pero difícil era evitar que algunas lágrimas corriesen por sus mejillas. Llevaba horas ahí metida, con dolor y tenía pánico de su situación.
Vio cómo se acercó su Amo con otro hombre y le pareció que hicieron alguna transacción con ella porque le entregó dinero en mano a mi Amo y éste se marchó.
‘¿Sería este hombre su nuevo dueño? ’, pensó.
De repente la esperanza y desesperación la hicieron reaccionar y se puso a sollozar y suplicarle:
- "Por favor, sacadme."
El hombre se arrodilló junto a ella y la miró con atención, como si examinara los bienes comprados, lo que ella era, después de todo.
Ella sabía que después de esta experiencia haría cualquier cosa por él, sufriría cualquier humillación y degradación… Lo que fuera con tal de salir de ahí... Ella simplemente quería poder moverse de nuevo.
Le habló de nuevo, esta vez más claro, para decir:
- "Por favor… Haré cualquier cosa… Lo que quiera."
El hombre se levantó y se dio la vuelta… La desesperación abrumó la esperanza de que la sacará de ahí y gritó… El sonido hizo eco y la ensordeció dentro del tarro de cristal en la que estaba encerrada.
Pero pronto todo cambió… Su nuevo dueño regresó momentos después… En su mano, llevaba un martillo… Lo levantó sobre él y ella cerró los ojos mientras descendía, golpeando y rompiendo el cristal.
Su angustiosa situación había terminado… Lo que le depararía el futuro con este nuevo Amo no lo sabía.
F I N