Chica de los cabellos rojizos (7)
-Te amo - Susurró Y con ese susurro finalizó uno de los mejores y peores días de mi vida
La madre de María nos estaba viendo con cara de espanto. Se incorporó hacia nuestra mesa con la cara roja llena de rabia y María y yo nos miramos como si fuera a ser una ultima vez... con sus labios me dijo te amo sin articular algún sonido y sólo la observé como si todo esto fuera un sueño
Mi perfecto mundo de magia e ilusión se derrumbó. Sabía que esta sería la última vez que vería a María, observé cada detalle de su rostro para memorizarlo en mi mente y nunca olvidarla... Una lágrima se deslizó por mi rostro, su expresión se volvió intensa, se volvió de dolor.. Su madre cada vez más se acercaba..
-Te amo - Fue lo único que alcance decir -Vámonos, Mary, escápate conmigo, vámonos por favor... -Ya falta poco.. Ahi viene...
A 4 pies de distancia entre su madre y nosotras Maria me tomó por el brazo y salimos corriendo, los gritos incansables de su madre nombrándola se escucharon a mitad de la cuadra, nunca olvidaré sus gritos de pesadilla... María y yo continuabamos corriendo sin cesar, los pulmones no me dieron para más y tuve que detenerme para poder respirar... Mis jadeos entrecortados rompían el silencio de la solitaria calle, el pecho estaba exaltado... No encontraba el aire.. Después de varios minutos logré serenarme.. María estaba con cara de preocupación y yo simplemente me encargaba de observarla...
El día comenzaba a oscurecer, me preguntaba a dónde demonios pensaba ir Maria...
-Maria, ¿A dónde irás? - Pregunté preocupada -No lo sé -Quédate en mi casa -Después tú mamá nos ve en algo raro -No hay nadie, se fueron de vacaciones -¿Y cuándo regresen? -Ya veremos, mientras tanto quédate conmigo, siento que esto es mi culpa -No es tu culpa, Mary, ya vámonos comienza a oscurecer y hay sujetos extraños por aqui
Sin tomarnos de la mano ni nada por el estilo caminamos a paso acelerado hacia mi casa, unos hombres extraños nos estaban siguiendo, nos pasamos a la otra acera y ellos nos imitaron, ya comenzaba a asustarme.. Me detuve para que nos pasaran pero no caminaron... uno de ellos susurró "le ves algo de valor?"
-María agarrate fuerte... -¿Por qué?
Le tomé la mano y sali corriendo con una fuerza sin igual.
-¡Agarrenlas! - Gritó uno de los hombres extraños
Solté a Maria para que corriera con menos dificultad y corrimos aún más rápido, el hombre nos alcanzó y nos quedamos sin salida
-No hagan ningún ruido extraño, no salgan corriendo, quedense quietas, me van dando todo..
Estaba bastante molesta y alterada con lo que había sucedido con la madre de María a lo que atiné a decir:
-¿Y quién me da a mi? -Cállate la boca - me golpeó en la cara
Me llené de ira, me llené de rabia, el sujeto habia manoseado a mi Maria para ver si tenia algo, a lo que con todas mis fuerzas le patee los testiculos e hizo un gemido de dolor...
-Jódete - Fue lo único que dije
Agarré a Maria y la tome de la mano y salimos corriendo a mi edificio, entramos a mi casa y nos sentamos en la sala, luego claro de haber asegurado todas las puertas..
-Mary, ¿Estás bien? - Me preguntó María con una preocupación sin igual -Estoy bien Maria -Mira aqui, estás sangrando... - Me acarició la herida con sus delicadas manos mientas su rostro se acercaba al mío -Auch - Me quejé -Debemos echarte algo... ¿Qué tienes de primeros auxilios? -Ese cuarto está lleno de medicinas -Lo siento en serio todo esto es mi culpa -No es tu culpa que nos quisieran asaltar... -Mary lo siento tanto... -Shhhh... - Callé sus labios con mi dedo índice
Maria fue por un medicamento extraño que se utilizaba para las cortaduras y golpes, me lo echó en la herida y no tardé ni dos segundos en revelar mi dolor...
-Mary, Mary, ¿Te lastimé? - Me preguntó preocupada -No tanto - Hice un esfuerzo por hablar -Mary vamos a lavarte eso... -Me acabas de echar la crema no te preocupes -Dios... -No podemos estar a esta hora en la calle ¿Sabes? -Mañana hay clases.. ¿Vamos a ir? Mi mamá me puede buscar en la prepa... -No tenemos porque ir, no hay evaluaciones -Si, pero no podemos faltar toda la vida... -Es evidente que no
Pasaron las horas, ya eran las 8 de la noche y hacia un calor inigualable. Estaba acostada en mi cama mientras María veia en la cocina si habia algo de comer, regresó con palomitas de maiz pero las rechacé porque no tenía ganas de comer en ese momento
-Maria iré a ducharme, no tardo -Anda pues
Entré al baño, abri la llave de agua fria por el calor insoportable. Me desvestí y me metí a la ducha helada... El dolor en mi herida se intensificó e instantaneamnte cerré los ojos.. Proferí un pequeño gemido de dolor pero traté de ignorar mi molestia en la herida y me dediqué a enjabonarme, me lavé los dientes y sali de la ducha. Me sequé lentamente porque estaba adolorida del cuerpo por todas las acciones de esta tarde. Me eché crema y me coloqué una pijama cortita por el insoportable calor.. Además quería tentar a María -Que malvada soy-
-Hace calor ¿Verdad? - Me preguntó Maria al verme saliendo del baño. Obviamente pude interpretar sus palabras doble sentido -Si, demasiado calor - Sonreí
Se mordió el labio y me observó fijamente
-Ven, Mary
Me acerqué, me acosté junto a ella y descansé mi cabeza en su hombro. Cerré los ojos, sentí sus manos masajear mi cabello, sus dedos entrelazar mis mechones y su respiración exhalada en mi cabeza. Me levanté de la cama, deposité un pequeño beso en su frente.
-Tomaré agua - Inquirí
Me levanté de la cama, y me bebí dos vasos de agua enteros, me estaba muriendo de sed practicamente. De repente observe a María venir hacia mi y pegó su cuerpo con el mío, de esa manera arrecostandome hacia una pared. Sumergía su rostro en mi cuello y continuaba arrecostandome. Tomé su cintura con mis dos brazos para depositarle un beso cálido.
Me tomó de la mano y me llevó hasta mi habitación. Nos estabamos besando de una manera descontrolada, sus dedos quedaban marcados en mi piel al apretarme fuertemente. Debo admitir que estaba demasiado cansada como para volver a tener relaciones esa misma noche con Maria, asi que lentamente fui llevando la situación a un punto de ternura para no descontrolarnos. Suavemente la besé mientras mis manos se entrelazaban a sus cabellos rojizos, en un punto de cansancio máximo nos fuimos quedando dormidas y lentamente separé mis labios de los de Maria. Estaba sumiendome en la inconsciencia pero sentía el cuerpo de María tocar el mio, senti como sus brazos me rodearon y me sentí segura por primera vez en mi vida.
-Te amo - Susurró
Y con ese susurro finalizó uno de los mejores y peores días de mi vida.