Chica de los cabellos rojizos (11)

Ustedes me lo piden, yo los complazco.

"Lograrás perdonarme por esto" Fue lo único que decía en aquella hoja desgastada.

En ese momento sentí una gran angustia en mi pecho, y me quedé en la cama sentada releyendo sus palabras que habían sido escritas con un pulso tembloroso....


¿Por dónde comenzar a buscarla? ¿Cómo saber dónde está? ¿Se fue por todo lo que sucedió con mi madre? María… Aparece por favor… La ansiedad consumía mi pecho… Se escuchaba la lluvia despampanante descender en el suelo… No podía seguir ahí, debía buscarla… Me vestí con toda la prisa posible que pude, y salí rápidamente de la habitación.

Corrí por el corredor bajando hasta la recepción, el chico de la recepción estaba adormecido, con cara pálida.

-Disculpa, disculpa… Hey… - Le hablé en un susurro ulule, pero a la vez alto.

-Umh… - Se despertó de un sobresalto.- ¿Qué se le ofrece señorita?

-¿Por aquí no ha salido alguna chica pelirroja? Alta, blanca…

-Sí, salió una hace poco, pidió un taxi a que la llevara a un aeropuerto…

-¡¿QUÉ?! – La ansiedad me consumió, definitivamente me consumía… Ya todo estaba acabado… Ya todo estaba perdido… Ya la había perdido para siempre…

-¿Algún inconveniente? ¿Necesita ayuda?

-Sí, ¿A qué aeropuerto?

-Ahhh, no sabría decirle, pero si puedo darle el número del taxi que la recogió, para saber a donde la llevó…

-Por favor démelo…

El chico malhumorado tomó un papel y con una letra sumamente espantosa escribió el número del taxista. Tomé mi celular y llamé enseguida.

-¿Sí? ¿Hola? Disculpe la hora señor, pero…

-Ya hice mi última carrera joven, buenas noches.

-¡No! ¡No! Espere, un segundo por favor, sólo necesito preguntarle algo…

-¿Dígame?

-Usted llevo hace poco a una chica pelirroja a un aeropuerto… Desearía saber a cual por favor, es mi hermana…

-¿Sigue usted en el hotel?

-Sí…

-Voy para allá.

-¡OH! Gracias, muchísimas gracias señor…

Colgó.

-¿Le dijo el nombre del aeropuerto? – Preguntó el recepcionista como si le importara.

-No, viene a recogerme…

-Entiendo, si lo desea puede esperar ahí en las butacas.

Me senté en una butaca muy cómoda de cuero a esperar el taxista, la impaciencia me estaba consumiendo, espero que el vuelo no salga ahora… ¿A dónde va María y con que pasaporte? Dios esa mujer va a terminarme matando… ¿Dónde está? ¿Será que algo le pasó? María, aparece… Tomé mi celular y la llamé al suyo, caía al buzón… Sentí una punzada de ansiedad más grande que las anteriores… ¿Y sí ya despegó? Pero… ¿A dónde va a ir si no tiene pasaporte? María, María… Aparece…

En cuestiones de minutos llegó el taxi, era un señor alto vestido con una chaqueta verde y pantalones de mezclilla marrones… Zapatos de cuero… Parecía de la tercera edad, pero sabiendo conservarse…

-¿Usted es el taxista? – Me impacienté.

-Sí, ¿Es usted la chica que preguntó por la pelirroja?

-Sí, soy yo, soy yo… Dígame ¿A dónde la ha llevado?

-Móntese.

Me monté en el taxi, un poco descuidado… Los asientos rechinaban, el tablero no funcionaba, sólo el indicador de gasolina y la velocidad… El radio estaba roto… Y el techo estaba pudriéndose, seguro por producto de la humedad… Me incomodé un poco, el hombre parecía muy pulcro para tener un auto como éste.

-Me disculpa el auto señorita, el de la línea no puedo utilizarlo a estas horas de la noche… Así que tomo este viejo auto para hacer mis carreras ya sabe… Se lo presté a mi hijo y me lo devolvió así…

-No se preocupe…

-Dígame… ¿Por qué tan preocupada por la pelirroja?

-Es mi hermana, ¿A qué aeropuerto la llevo?

-Al T.C.T.A, iba llorando, me contaba que no deseaba hacerle daño a su novia o algo así… Al parecer se iba a otra ciudad…

No necesita pasaporte para viajar a una ciudad del mismo país… Eso lo explica todo…

-¿Sabe a que ciudad?

-Ni idea, no me contestó cuando me lo dijo, pero realmente estaba mal… No dejaba de mirar mensajes en su celular… Sólo pude ver que el remitente decía “Mary” seguro pensará que soy un chismoso, pero a veces me tocan personas que buscan a otras y bueno… Es mi forma de ayudar… - Sonrió.

-¿Cómo se llama señor? – Pregunté educada.

-Simon…

-¿Simon? ¿No es un nombre gringo?

-Sí, debería ser Simón, pero ya sabe como son los padres y toda la cosa... ¿Usted como se llama?

-Me llamo Jennifer. – Pensé en el nombre de mi mejor amiga.

-Bonito nombre… No falta mucho por llegar, sólo estamos a 10 minutos.

-¿Cuánto me cobrará?

-¿Cobrarle…? No lo sé, dígame usted… - Colocó su mano en mi pierna.

Moví la pierna y me puse incómoda, ¿Qué se creía este señor? María estaría indignada… Aunque ella me protegería…

-Oh, disculpe… No ha sido mi intención incomodarla, soy muy cariñoso con las personas, así me criaron…

-No se preocupe…

Simon parecía haber hablado en serio.

-¿Por qué su madre no es quién busca a su hermana Jennifer?

-¿Ah?

-¿Por qué su madre no…?

-¡Ahhhh! Ya, ya, disculpe estoy un poco cansada… Porque mi hermana y yo vivimos juntas, y nuestra madre murió…

-Disculpe por tocar el tema…

-No se preocupe…

¿Nuestra madre murió? ¡Ja! Es lo que te faltaba Mary… La que va a morir soy yo si María se monta al avión que quien sabe a donde la va a llevar…

-¿Podría acelerar un poco más?

-Por supuesto, pero no se asuste.

-Eso es ir rápido. – Me asombré cuando vi el tablero 120KM/H.

-Los autos viejos tienen mejor motor y duración…

-Si me imagino…

-¿Ve hacia allá? Ahí está el aeropuerto.

-¿Tan rápido?

-Le dije que quedaba a diez minutos de aquí.

-Vaya… Muchas gracias señor… ¿Cuánto le pago?

-No me pague nada Jennifer, ha sido un placer prestar una obra de caridad… No muchas veces se te presentan ese tipo de oportunidades en la vida…

-Pero, debería pagarle… Usted me ha traído…

-No gaste su dinero, preocúpese por encontrar a su hermana…

-¿Simon puedo decirle algo?

-Sí, dígame…

-Me llamo Mary y soy su novia…

-Sí, ya lo sabía no se preocupe…

-¿Lo sabía…? ¿Cómo?

-Esa chica pelirroja no paraba de hablar de usted, me mostró una fotografía… A veces mis clientes suelen hablar mucho conmigo…

-¿María…? ¿Le mostró una foto de mí…?

-Oh, sí claro, por supuesto…

-¿No le dijo a dónde iba?

-No lo sé, Mary… Pero puedes irte a los baños del aeropuerto si así gustas… Ahí la dejé por última vez, pero no sé si ahí seguirá…

-Simon, Simon… Muchísimas gracias, es usted un grandioso hombre…

-Ya se lo dije, no muchas veces se hacen obras de caridad…

-¿Por qué lo hace?

-Nunca se sabe si se tendrá un boleto al cielo…

-Estoy muy segura de que usted lo tendrá…

-Dios la escuche…

Simon tomó una curva y me dejó en la entrada del aeropuerto, le agradecí con un abrazo y un beso en la mejilla.

-Si necesita algo… Llámeme Mary…

-Por supuesto que lo haré, ¡Gracias!

Cerré la puerta y al voltear a echar un último vistazo al taxista ya no estaba…

Eso no importaba ahora, salí corriendo al aeropuerto y por entre la gente y la bulla buscaba a María con desesperación… Corría por encontrarla… La ansiedad me consumía más el pecho, necesitaba tenerla conmigo… Necesitaba tenerla entre mis brazos y abrazarla, sentirla… No podía dejar que se escapara… No podía dejar que se fuera… Sin ninguna explicación… La relación es de las dos, no es de ella sola… Corría viendo cada entrada por donde entraba la gente, me miraban como si estuviera loca… Hasta que… La vi a ella…

Era María entre toda esa gente, no llevaba equipaje, tenía la misma ropa del día anterior, dos personas estaban por delante de ella… Corría más a prisa gritando su nombre, no me escuchaba, no volteaba siquiera… El aire me escapaba de los pulmones, empujé a una chica que parecía ser de mi edad, la gente me gritaba blasfemias, estaba cerca… Ya María estaba por pasar… Gritaba cada vez más con insistencia… Hasta que entró…

¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! – Grité desesperada, fue un grito que todos escucharon…

Intenté meterme, pero seguridad me impidió el paso…

-Muéstreme su pasaje…

-¡No tengo ningún pasaje! ¡Mi novia está por montarse a ese avión! ¡María! – Gritaba desesperada… - ¡Maríaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

Faltaba sólo una persona para entrar y el avión despegaría en cuestión de minutos…

-¡MARÍAAAAAAAAAAAAAAAAA! – Luchaba contra el guardia, cada vez agotaba más las fuerzas que me quedaban…

-¡Cálmese señorita!

-¡DÉJEME PASAR!

-El avión está por despegar…

-¡MARÍAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA! – Mis gritos se escuchaban hasta afuera…

-¡Llamaré a la policía!

-¡Llame a quien le de su perra gana! ¡Maríaaaaaaaaaaa! – Gritaba…

-El vuelo 205 acaba de embargar directo a la ciudad de…

-Venga conmigo señorita. – El guardia no me dejó escuchar…

-¡Suélteme! ¡Ni se le ocurra ponerme las manos encima! – Lo empujé mientras el llanto me dominaba…

Se escuchaba el despegue del avión, vi por la gran vidriera aquel avión que se llevaba a mi María… El llanto se vio interrumpido por una explosión que provenía del cielo, el avión se había caído al momento de despegar…

-¡MARÍAAAAAAAAAAAAAAAAAAA! ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! MARÍAAAAAAAAAAAA… - Las lágrimas me dominaron y partir de ese momento morí…


Al despertar estaba en un habitación, me desperté por el sonido de la lluvia, todo estaba oscuro, parecía ser la misma cama del hotel… Ví a María a mi lado durmiendo como un ángel… Todo había sido una pesadilla… Ella estaba conmigo… El corazón se salía de sus orbitas… Me aferré a ella tanto como pude… Comencé a besarla, comencé a tocarla… La abracé como si a partir de ese momento fuese a perderla para siempre… Lloré, como una niña desconsolada lloré, pero de felicidad por haber sido eso, un sueño… Ella estaba conmigo, viva… Ella estaba conmigo para quedarse… Ya nada importaba, sólo ella… Sólo ella y yo en estos momentos…

-¿Mary? – Fue la voz más hermosa que había escuchado en mucho tiempo…

-María, María te amo, María te amo demasiado… María… - Comencé a besarla desesperadamente…

-¿Mi amor que te pasa?

-Tuve una pesadilla, no quiero hablar de eso… María te amo, por favor no te vayas nunca me dejes, por favor…

-Mary no te voy a dejar… Ven aquí, ¿Qué fue lo que soñaste?

Le conté absolutamente todo mi sueño y María se quedó petrificada escuchando… Sentí como su piel se heló y su mirada se intensificó… Sus largos brazos me apretaron más hacia su pecho…

-Mary…

-¿Sí?

-Pensaba irme…

-¿Por qué? – Otra punzada de ansiedad me invadió…

-Porque…


A ver, a ver… Como comenzar… Tenía tanto tiempo sin escribir… Algo en mí lo consideré muerto, luego de… Bueno no interesa, el hecho es que me han pasado muchísimas cosas a lo largo de todo este tiempo… Leí los comentarios en la chica de los cabellos rojizos, y sólo deseo complacerlos con esta entrega… No les prometo que continuaré lo más pronto posible porque sé que no va a ser así… Sólo les digo, que la continuaré, se los prometo… La chica del cementerio también la continuaré, pero he de decir que encontré más inspiración para escribir esta historia que dejó de ser narrada…

Rosse gracias por apoyarme y estar siempre ahí a mi lado, a pesar de que has dejado de estarlo y eres una insoportable, te quiero… XD Cariño Jajajaja... PD: Préstame el libro de dibujo técnico D:

Y bueno a mis queridos lectores que son lo más importante para mí…  Que me han inspirado a escribir este capítulo, con todos sus elogios en esta entrega… ¡Gracias!

A Viviana que se burló de mí a muerte cuando se me rompió el pantalón en educación física, gracias por burlarte de mí, te quiero XD

Espero que lo disfruten…

Agradezco comentarios y valoraciones