Chica de Intercambio.

Abrí la puerta y vi como una fiera de pelo rojo se abalanzaba gritando palabras en inglés, me sacudió un guantazo que me cruzó la cara como nadie,

Hola me llamo Manuel. Compré un adosado bi familiar en una zona separada de mi ciudad en el norte de España. Me gano bien la vida compro y reformo casas y luego las revendo, pero está la quería para mi, era un sitio tranquilo en una urbanización que cada casa estaba separada por jardines y grandes árboles, vamos un Edén.

Mis vecinos ni los conocía, sabía que solían alquilar la casa a extranjeros que venían a cursar estudios o cosas así.

Las obras empezaron y como siempre ruidos y demás que todos podéis imaginar.Las primeras denuncias empezaron el tercer día, la vecin@ que estaba de alquiler nos mandaba cada dos por tres a los munipas, que cada vez que venían pedían dos mil papeles que me ralentizaban los trabajos. Para colmo la vecin@, nunca conseguí verlo, sé que se piraba pronto y llamaba desde fuera para joder y no dar la cara. Bueno para no alargarme, terminé la obra dos semanas más tarde de lo previsto, pero en fin, ya estoy en mi casita.

Era un 15 de junio, yo tenía tiempo de sobra, ahora no tenía ningún proyecto en manos y me decidí a tomarme un tiempo sabático.  A las 2 de la mañana empecé a oír murmullos de gente y fue subiendo el tono, ya con música y demás, jode con los vecinos pensé, antes les molestaba todo y ahora leña.

Eran las siete y media y oía que la gente se piraba, por fin. A las 10 y media me levanté, puse música y me dispuse a hacer un poco de gimnasia. A los 10 minutos ya estaban pegando golpes en mi puerta. Será posible pensé.

Abrí la puerta y vi como una fiera de pelo rojo se abalanzaba gritando palabras en inglés, me sacudió un guantazo que me cruzó la cara como nadie, apenas reaccioné, cuando otro venía hacia mi cara le paré la mano, y luego la otra que venía de nuevo, por un momento vi a aquella fiera de pelos revueltos de la fiestecilla, con olor a alcohol que tiraba para atrás, llevaba una camiseta del Liverpool, pude ver aquellos pechos no grandes, pero perfectos para una buena cubana, ella se movía intentando pegarme alguna patada, que yo paraba con mis piernas, no debía tener más de 25 tacos y 1,60 de altura, solo se me ocurrió lo que cualquier padre hace a su hija cuando se le va la pinza. La arrastre y la llevé a mi sillón, me senté  y a la fuerza sujetando las manos a la espalda la incliné boca abajo, no, no penséis que fue fácil, la jodía pataleaba como una loca y me insultaba, ahora sí, en castellano y se le entendía pero bien, de cabrón para arriba se los sabía todos. Le di el primer cachete con todas mis fuerza ZAS, sono bastante por que con el pataleo se le subió la camiseta y debajo sólo llevaba un tanguita verde, ZAS, ZAS ya no pataleaba tanto, a medida que le daba empezó a dejar de insultar y empezar a gemir de dolor ay, ZAS Ay Zas, estás más calmada o sigo Zas, Zas, su culo ya tenía un color violáceo, y las gotas de sudor corrían por mi frente, please, please no más lloraba, no más please. Lloraba y estaba agitada con su respiración a mil. Paré, te voy a soltar y si te vuelves a pasar te voy a dar otra tunda, te has enterado?

Yes, vale , la solté y le ayude a incorporarse, vi aquella mirada de ojos ambarinos, seguro que si pudiera me hubiera fulminado, miré su cara risueña cruzada por una ola de pecas y sus labios carnosos, en eso estaba cuando la muy guarra me vomitó encima, ya seguro que os partireís de risa, pero me puso hecho un asco. Esto no va a quedar así, la cogí y con mi uno ochenta la lancé al suelo de tarima y la froté con su linda camiseta, y nada otra vez la lista de tacos. Co que esas tenemos, la cogí del pelo y la llevé a mi cuarto, la metí en la ducha que es de dos por dos, la lancé y abrí el agua y la mojé con agua fría, se tapaba la cara y pataleaba, pero a esta le voy a bajar el pedo a base de bien.

Una vez bien mojada la puse contrala pared y con sus muñecas sujetas le sacudí de nuevo. Hasta que pares pienso seguir, ZAS, ZAS, ya ya por favor, vale pues estate quieta, se paró mirando a al pared, cambié el agua ahora más templada. No te muevas, puse el chorro de arriba y nos caía el agua limpiando los restos de alcohol y dios sabe que, no te muevas, lo has entendido, asintió con la cabeza. Le subí la camiseta despacio, observando ese culito redondo, de blanca piel, se me puso dura al instante, hasta ahora no pude fijarme en ella de esta manera por la lucha a la que nos sometimos, pero ahora…

Dejé la camiseta en su cabeza y subí sus brazos contra la pared. Cogí jabón y froté suavemente su espalda le pasaba por sus costados suavemente, seguí hacia delante, por debajo de sus pechos, cogí más jabón, pasé por su liso estómago, sentía su respiración en mis manos subí despacio y cogí sus pechos con mis palmas y los acaricié, noté los bultitos de sus pezones y los pellizqué, aah, aah la sentí farfullar, seguí con mi mano izquierda y poniéndome de costado pasé la derecha por detrás, cogí el tanguita y lo baje despacito, subí mi pie y lo terminé bajar, mi mano empezó a pasar por el medio de aquel precioso culo, lo pasaba una y otra vez a través del surco, llegando hasta sus labios, tocándolos suavemente, se encogía a cada acometida, estaba totalmente sorprendido de lo rápido que pasó de fiera a domada, pero ahí estaba en mis manos.

Seguí metiendo mi mano y ya dos dedos se hacían sitio, ella fue abriendo las piernas y yo tiraba de un pezón hacia abajo, entendía la señal y se fue inclinando, pero siempre con las manos en la pared. Mis dedos entraban en aquel chochito encharcado, cerré la ducha y solté su pezón, me quite el pantalón mojado y a una mano mientras oía el chapoteo, gemía como la fiera que era, ahora seguí con mi pulgar masajeando a la vez su ojete, hizo amago de retirarse, pero un apretón fuerte en su pezón fue suficiente. Seguí trabajando los orificios,  y ahora su clítoris con la otra mano, se que estaba a punto de correrse, yes yes yes se corrió como nunca vi a ninguna tía, me encharco la mano de aquellos jugos viscosos que tanto me gustan.

La dejé un momento respirar, la incorporé y le quite la camiseta. Me miraba con la respiración agitada y sin mediar palabra adelantó su mano sujetando mi rabo, lo acariciaba de adelante atrás sin dejar de mirarme, después con las dos manos, joder aquella  mujer era una diosa con mi polla en la mano, estaba reventar, le cogí del pelo y le gire la cabeza, mordí su cuello y pasé a su oreja, ahora me la vas a chupar y no vas a parar hasta dejarme bien  limpio zorra, me separé un poco y nos miramos, que cara de viciosa pensé, tire del pelo suave hacia abajo. Empezó pasando su lengua suavemente alrededor de mi capullo, me hacía sufrir y lo sabía, pes mi polla palpitaba en sus manos, empezó a tragársela suavemente, mientras me cogía mis pelotas, agitándolas como para cantar una bola en el bingo, con la otra mano pasó un dedo por mi culo, lo pasaba suave, sin meter, nadie me había hecho eso pero me dejé hacer, estaba demasiado burro, ya no puedo más, cogí su cabeza y le dije, abre esa boca puta y saca bien la lengua para que te meta el diccionario castellano hasta la campanilla, empecé a bombear aquella boca, al principio suave y profundo, le daba alguna arcada, las babas caían en sus tetas y su masaje empezó a hundirse en mi culo, sentí un dedo dentro a medida que ya se la metía ella hacía lo mismo y el vaivén compenetrado fue una explosión en su garganta y me corrí como un animal, apretando su cara contra mi polla. Saque mi nabo despacio, que se caiga nada zorra, la sentí tragar todo con sus babas incluidas, sacó su dedo despacio, no te muevas, hice un pequeño esfuerzo y empecé a mear sus pechos su cara, no sé porque lo hice pe ni se movió ni dijo nada, terminé, vamos límpiamela, volvió a chupar despacito y profundo.

Abrí nuevamente la ducha y dejé caer el agua por nuestros cuerpos limpiándolos con jabón, le cogí de la babilla y le dije de ahora en adelante se acabaron las fiesta y las quejas, a mi casa solo se viene a follar, está claro, me miro y asintió, le di un beso largo y jugamos con nuestra lenguas como si nos conociéramos de toda la vida, por cierto, me llamo Manuel y tú… Judit y soy una chica de intercambio.