Chica-Chico

No es de transexules jejeej, tampoco es muy sexoso, Podría ser Filial, Hetero pero decidí que estaría aquí, porque la trama principal será lésbica.

CHICA-CHICO

CHARLIN

He despertado con un pequeño dolor de cabeza creo que se ha estado haciendo habitual, no quiero decirle a mi esposo, se espantaría el me quiere demasiado, a veces es tan sacrificado por mí, que me asusta, nos dedica todo su tiempo a nuestro hijo y a mi, lo amo pero hay ocasiones que su mirada me dice cosas como de culpabilidad y no lo entiendo yo le sonrió en señal de que todo está muy bien… nuestro hijo tiene 2 años, me he casado con él hace tres años después de un accidente en el que no recuerdo quién era. Él apareció con muchas fotos en el que estamos juntos desde que era una niña… no me veo muy femenina pero asegura que soy yo… y lo soy, un par de lunares en mi cuello y el tipo de orejas, claro que soy… me veo seria en todas, él también, dice que éramos vecinos y que después cuando yo crecí nos hicimos novios… él mide como un metro ochenta y tiene 33 años yo uno setenta y tres, tengo 24; me visitaba en el hospital, lloraba me decía que me iba a hacer  muy feliz… que sería él, sin complejos y que lo perdonara… no entendí y aún no lo entiendo, nuestro hijo es hermoso cuando lo cargo no importa nadie más, mi alma y corazón son de él… no debería ser así debería de pensar también en mi marido… pero hay algo en mi cerebro que no lo incluye, tampoco en mi vida futura, sólo en la presente. Lo quiero me preocupo por él, creo que también lo amo o  no sé si es amor ya que no recuerdo ni sé cómo es el amor… sólo lo que he leído y  las películas que a veces veo con mi esposo, me incomoda verlas con él, no sé por qué.

ZAC

Aún no creo que tenga una vida feliz, mi esposa es todo… mataría por ella… sin embargo no haría nada si ella decidiera matarme, lo merezco le hice la vida difícil, ni yo  lo entiendo… la guerra me creo una psiquis, en contra de todos, por desgracia no debí ser tan inhumano con ella… era una niña… sin embargo un punto a mi favor es que preferí hacerle lo que le hice a que fuera asesinada, raptada, violada o sabrá dios cual  hubiera sido su fin.

Encontré a la Sra. Selma Starovic y a su pequeña Charlin cuando nos inavió la república vecina, estaban en el vecindario de dónde yo viví hasta hacía unos meses, a ciencia cierta no sé por qué me ganó la nostalgia de ver mis rumbos  … Charlin tenía cinco años; huían como todos. Nos atacaban y había francotiradores por doquier parecíamos ratas metiéndonos por cualquier agujero y puerta con tal de dejar pasar el rato mientras ya no escucháramos los estruendos de los rifles y pistolas y algunos bombazos, de repente silencio, maldito silencio igual daba miedo… no se sabía si estaban ya ahí o se habían retirado… éramos cinco las personas que  nos juntamos era peligroso estar en grupo aunque todo era peligroso y decidí irme… mis padres murieron en los primeros ataques así que llevaba 6 meses de andariego subsistiendo como podía, me fui al norte jeeje pero tuve que regresar todo por allá estaba mucho peor, al otro país no nos dejaban ingresar plenamente, habían casas de campaña para refugiados casi al limite con nuestro país, realmente me dolió ver en cómo nos trataban y en que condiciones estaban mis paisanos… regrese a donde vivía de puro milagro, sólo para encontrar que estaba siendo atacada…

Durante mi pequeño viaje aprendí cosas, hacer fuego… a ser sigiloso… observar… y otras cosas, mi madre confeccionó un cinto o fajilla en el que me puso alhajas suyas y de mi padre nunca me la quitaba y siempre estaba oculta durante mis andanzas, le quitaba a los muertitos algún objeto de valor, así que ya contaba con un buen de cosas pequeñas, anillos esclavas, relojes, me avergüenza un poco ahora pero siendo un chamaco me pareció que a ellos no les haría falta. Me han matado a los pocos compañeros que se juntaron conmigo en una ocasión  tuve que echarme encima de mí a mi compañero difunto ya que estaban pasando cerca, me embarnuzque  de sangre para parecer otro cadáver, fue aterrador pero qué le hacía. Aprendí a tener autocontrol ser paciente, meditar todo ya que la vida siempre estaba de por medio, sólo pedía a la divinidad que me concediera llegar a la frontera de otro país vecino pero estaba casi seguro que las cosas eran idénticas a lo que vi… o tal vez que acabase todo para que lográramos descansar de toda esta maldita matazón. Yo ya no tenía religión ya que ningún Dios me escucho cuando suplique con todo mi corazón que no murieran más personas… había ataques y muchas muertes niños, jóvenes, mujeres, hombres  viejos… en todos me identificaba y a la vez veía en ellos a mi familia, lloraba, deje de ser un niño y no es que me haya hecho hombre sólo me saque el corazón… decidí que nada me iba a sacar más lágrimas… no amaría a nada ni a nadie… eso dolía, ¡ya no estaba dispuesto!

Después de meditar si era viable estar con el grupo decidí  irme solo y sin que se dieran cuenta partí, me dolía ver mi barrio así, me despedí con ganas de algún día volver y ver a todos vivos, apenas me fui, los disparos contra el edificio comenzaron, voltee y las ráfagas habían hecho unos hoyos impresionantes, era una coladera el edificio… quería regresar pero para qué… me resguarde bajo uno muro caído y puse piedras para no ser visto y espere a que anocheciera… cuando oí llanto, el jodido llanto de un niño que hacía un ranurita en mi corazón y me apuñalaba con cada chillido, me negaba a oírlo pero ahí estaba comenzaba a odiar al chiquillo, mi corazón latía y una parte de mi la más miserable deseaba que una bala lo hiciera callar, pero para mi desgracia o gracia seguía llorando, tardo, decidí que cuando anocheciera lo iría a buscar y así lo hice, me eche tierra encima y como una araña me arrastre por los escombros, me paraba cada tres pasos y detrás de cada piedra que pudiera cubrirme, idea bastante estúpida ya que no sabía en que posición estaría mi verdugo.

Por obra del señor (en el fondo de mi corazón seguía  creyendo en él) ningún francotirador me disparó llegué al edificio, cada 2 o 3 pasos buscaba resguardarme no distinguía nada, la luna no daba resplandor de ese lado en el que iba a buscar, eso era bueno y malo a la vez ya que no podía distinguir mucho aunque mi mirada ya se había acostumbrado a la oscuridad, busque pero no había señas de persona viviente. Sólo tenía la duda clavada, sí el chiquillo estaba vivo o herido.

Cuando me dí por vencido comencé a buscar la salida encontré la puerta trasera abierta, de ese lado la luna daba un poco de visión aun así tropecé con algo blando… Dios era un cuerpo, sólo lo salte y de repente una vocecita dijo:

-Mami?…

Yo de inmediato le dije:

--¡Sssshhhh no hables!—

-Mami?—

-Mami está malita, hay que ir por un doctor—

-¿Le duele?…--

-Está dormidita no hagas ruido te busco…--

Me guíe por dónde había escuchado su voz, ella estaba detrás de un refrigerador esquinado que hacía hueco para la niña, su madre probablemente la había resguardado allí.

Quite el aparato y la tomé de la mano, era tan pequeñita que me sentí importante ya que me había echado la responsabilidad sin pensarlo de sacarla sana y salva de ahí y sólo un superhéroe lo podría hacer, bastante engreído solía ser.

Yo a mis catorce años había estirado muucho, casi tenía la estatura que ahora tengo, bastante delgado pero con hombros amplios como mi difunto padre. Hice lo posible por que la niña no viera a su madre pasamos rápido de ese lugar.

-Haz lo que yo, y no llores, no grites, no hables-Le hablaba muy bajito-

-Siiii-respondió igual bajito, me dio ternura supongo… era obediente la criatura, eso era bueno ya que así no nos expondría con berrinches.

A la pobre chiquilla la jaloneaba cuando corríamos ya que sus cortas piernas no daban alcance a las zancadas que daba, la agachaba con mis manos y la escondía detrás de mí y con señas le decía lo que quería que hiciera, ella entendía. Cuando era necesario la sujetaba de la cintura con un brazo y la cargaba de costado como si fuera un tronco para correr, nos desplazamos de noche todo lo que pudimos, cuando sentí que era necesario nos detuvimos en una casa que parecía queso gruyer de tanto agujero, ahí decidí entrar solo, para ver la posibilidad de quedarnos por una noche y descansar no sabía a bien a dónde dirigirme había escuchado rumores que en las provincias de las montañas era poco probable que hubiera ataques, sin embargo yo no estaba tan seguro… pero una idea me surgió… la casa en el bosque de mi abuelo que en gloria este, era demasiado rústica jeje no me gustaba ir, por lo mismo, mis padres y yo reñíamos por eso, pero que adolescente no le lleva la contraría a sus padres y por supuesto no era la excepción. La cabañita estaba en medio de la nada, sabía como llegar pero estaba lejos como a diez kilómetros o más de donde nos encontrábamos, era casi imposible pero debía intentarlo.

Por ahora era necesario juntar provisiones… junte todo lo que pensé me pudiera servir, miraba a la pequeña, no se atrevía a hablar, estaba sentadita con carita de sueño pero observándome.

-¿Cómo te llamas?

No conteste, no sabía que decirle, ni tampoco le podía decir que la pensaba abandonar con las primeras personas adultas que encontrara.

-¡Me llamo Charlin! ¿El doctor aquí vive?

Se me había olvidado decirle… una cosa era no espantarla con la muerte de su mamá y otra seguirle mintiendo, ya que a esa edad no quitan el dedo del renglón por muy insignificantes que sean las cosas, cuanto más su mamá.

-Charlin, mami tuvo que adelantarse y yo te voy a llevar con otras personas, ellas cuidarán de ti, estarás muy bien hasta que llegue mami-

-¿Mamá murió?- quede helado ella sabía de los muertos y por lo tanto dedujo el final de ella.

-No lo sé, te oí llorar y te busque… no había nadie más-

-¡Tengo sueño!-

-¡Duerme aquí!…-Le señale la cama improvisada que mejor pude arreglar y la cubrí con lo que parecía ser una cortina.

Ese lugar estaba solitario, parecía ser que los soldados mataron a cuantos pudieron cuando huían, no había cadáveres en la casa a dios gracias, los soldados siguieron tal vez se hubiesen quedado dos o tres pero afortunadamente no nos los encontramos. Charlin llevaba en su espalda una mochila delgada muy pegadita al cuerpo, seguro no eran provisiones, ya después le echaría un vistazo.

La niña ya no hablo más no sabía que pensaba, comía lo que le daba y miraba el campo los caminos… avanzábamos de noche tenía instinto en cuanto a la orientación por lo que nunca me dí por perdido, la niña confiaba en mi… realmente nunca nadie me había importado nunca, sólo mis padres pero a ellos los amaba desde siempre… yo hasta ese entonces no había querido a alguien tan rápidamente como a está chiquilla, su mirada me dolía, era como si supiera que la entregaría, ella lo sabía… a mi me comenzó a doler también el entregarla, no sabía si la cuidarían bien o qué pasaría con ella.

Casi nos entendíamos sin hablar; hasta que nos encontramos a las primeras personas…

-¿Muchacho tienes algo de comer, no hemos comido casi nada?

-Lo siento, no tenemos nada… hemos comido ratas que cazó en las casas… ya todo esta limpio más bien echado a perder-

-¿Dónde van?-Me preguntaba el  hombre como de 35 años mientras su mujer me observaba a mi y no perdía de vista a Charlin, eso me dio miedo por ella y la oculte tras de mi.

-Con nuestros padres ya que estábamos con los abuelos y han matado a todo en el pueblo… estamos vivos de milagro, estamos buscando agua pero nos dirigimos al sur… mis padres me indicaron el lugar de encuentro si nos separábamos y vamos para allá-

El hombre sonreía no sabía por qué, eso me dio mala espina.

-Sabe señor tengo unos radios aquí venga tal vez algo le sea útil para comunicarnos-Lo lleve hasta dónde tenía mi mochila y sin soltar a Charlin le enseñe muy cándidamente mis artefactos-

-Vamos por agua en un momento regresamos-El hombre probaba lo que le enseñe y su mujer también.

En cuanto salimos cargue a mi ahora hermana y corrí lo más fuerte que pude mis pulmones y mis pies tardaron un buen de tiempo así, no quería que nos alcanzarán ni siquiera sentí el peso de Charlin la abrazaba fuerte, y no sé por qué un par de lágrimas caían por mi cara, ella no se dio cuenta ya que me sujetaba fuertemente del cuello con sus bracitos, ese calor y suavidad me hacían tener fuerza para seguir, no sé cuando comencé a bajar la velocidad pero aun caminando la llevaba cargando.

-Esos señores me dieron miedo… a ti también?-

-Sí, Charlin a mí también-Aun tenía ganas de llorar, ella sintió mi miedo.

-Por eso corrimos, ¿para no verlos?-

-Sí Charlin-Volvió a abrazarme supe que no me separarían de ella tan fácilmente y me pareció imposible pero volví a llorar. Ahora comprendo que todavía no dejaba de ser un niño en ese entonces.

Sin darme cuenta Charlin se había volteado y observaba mis lágrimas, sus manitas secaron mi rostro, ella por lo visto era más fuerte que yo o su ingenuidad no palpaba el peligro en el que estuvimos, la gente cambia por lo que no supe si lo que vi en sus ojos era maldad o que me empujó a dejar mis cosas allí con tal de no estar con está gente. Rogaba por no encontrarnos a más.

Aun no sé si fueron días o semanas que tardamos para encontrar la dichosa cabañita casi en ruinas, en dos ocasiones más rumbo a la cabaña nos acercamos a un pueblo nos quedamos a las orillas observando en que casa podíamos entrar y cuando no vi ningún peligro entrábamos,  necesitábamos cosas… algunos platos plásticos, vasos, sartenes, ropa para charlin, no de su talla pero no podía ser exigente, un radio de baterías sin baterías jaja, y otras cositas…

La cabañita muy derruida y destruida era lo que sería nuestro hogar jaja, claro por un tiempo. Me gustó cazar para ella, bueno para los dos, me sentí el hombre de la casa, ella tan dulce y bien portada… siempre tenía frío por lo que dormíamos juntos ella se me juntaba mucho, siempre yo la miraba como una hermanita o un ser divino, mi amor por ella siempre fue paternal en ese entonces.

El maldito frío era una pesadilla, prendía la estufa solo cuando no había luna era tan confortable y me encantaba ver a Charlin feliz, ella me decía hermano, no me hablaba por mi nombre… es fácil acostumbrarse a lo bueno y ella era la mejor compañía que podía tener… bueno sin contar a mis padres… aunque ya me había resignado un poco. Sin embargo soñaba con ellos y las pesadillas de tanto muerto me comenzaron a dar, tal vez porque mi mente se relajo, y comenzó a asimilar que eso era dantesco, ahora solos sin la tensión de ser acribillados mi mente me jugaba malas pasadas por las noches… pero ella estaba ahí para calmarme con su vocecita… bueno cuando despertaba jeje siempre dormía como un angelito.

Me fue muy difícil el conseguir alimento, animalitos que mi abuelo me enseñó a cazar y que tuve no sólo cazarlos sino cocinarlos jajaja ahora me rió pero fue muy feo… Charlin me miraba y no preguntaba, comía poco así que decidí hacerle otro tipo de comida… wafles o lo que me saliera con las bolsas de harina, azúcar que encontré en una casa, bueno más huevos de una gansa salvaje,  no eran muy buenos pero nos supieron sabrosos. Así pasaron las semanas y meses… la ropita grande de Charlin poco a poco le fue quedando justa y a mi me crecían los pies y en las mañanas mi hasta siempre levantada…

Comencé a masturbarme una y otra vez  por lo menos dos veces al día me encantaba esa sensación de felicidad, mi ser pedía siempre un desahogo y dios lo disfrutaba tanto, encontré unas revistas porno algo viejas en las que las chicas se exponían totalmente desnudas, sus tetas gigantes hermosas y algunas fotos de su intimidad en su mejor ángulo, que mi corazón latía con desenfreno y mi erección era instantánea, olvidaba completamente la guerra y todo, deseaba con toda mi alma estar en la ciudad y encontrarme una chica exactamente como las de las revistas y hacerles todo lo que imagine podía hacerles, bueno todo lo que platicábamos los chicos cuando iba a la escuela, veíamos pornografía cuando se podía y tenía claro que es lo que tenía que hacer llegado el momento.

Nunca he sido exhibicionista por lo que me cuide bien que mi hermanita nunca me viera “caliente”. En las mañanas después de alejarme lo suficiente atendía mi  urgencia lo más rápido posible, me aseaba y regresaba contento, Charlin me preguntó más de una vez si podía acompañarme me reía y le decía que sí pero debía despertarse antes que yo, esto lo decía porque nunca se levantaba antes que yo, una pequeña trampa y yo nunca tendría la culpa de no llevarla jejeje.

Cuando pude mire la mochilita de Charlin en ella estaba su partida de nacimiento, acta de matrimonio de sus padres, papeles de su mamá, papá y un hermano mayor que murió siendo pequeño él se llamaba Pietro una foto de él cuando era bebé y algunas otras de Charlin y sus padres, así como de Pietro con sus padres sin Charlin ya que ella nació después de la muerte del pequeño.

Yo sería Pietro, según el acta de nacimiento el me llevaría un año por lo que mi estatura me ayudaría, el nombre me gustaba Pietro Starovic. Yo también tenía mis papeles de nacimiento pero si regresábamos a la ciudad Charlin sin ser nada mío lo más seguro es que me la quitaran y ya nos habíamos hecho familia… la verdad con ella he aprendido algo de responsabilidad que nunca antes había tenido era flojo, un poco malandrín, me las sabía de todas todas por escaparme de mi madre por las tardes a andar de vago ya que en la escuela me dejaban pocos deberes y la verdad no es por presumir pero todo lo que me enseñan lo aprendo rápido así que las tareas en muy poco tiempo eran terminadas y sólo las clases de artes marciales eran a las que no podía faltar, tres días a la semana, me gustaban mucho, en casa mi padre y yo entrenábamos más de una hora, él me enseñaba más cosas que me decía que eran adelantadas para mi pero que él me las enseñaba con mucho gusto ya que avanzaba rápido, mi padre era muy amoroso con mi madre, mi madre era ama de casa siempre todo en orden y limpio… nunca valore eso hasta que tuve que cocinar para mi y para Charlin…

Un día cuando ya cansado de estar en la cabañita le dije a Charlin que debíamos ir al pueblo y ver si todo se había acabado.

Salimos con pocas cosas pero determinados a no regresar sí la guerra había terminado… y encontramos el primer pueblo con algunos moradores, nos veían con recelo pero después nos ofrecieron algo de comer al ver que era yo un jovenzuelo y Charlin una chiquilla… no dudaron el platicar,  nos dijeron que algunos pueblos seguían tomados pero que en la mayoría los soldados se habían retirado que la segunda ciudad más importante era libre y que pronto restablecerían todo… me entró una alegría y abrace a mi hermanita, ni siquiera supe por qué si nadie nos esperaba allí. El hombre se sorprendió y comenzó a preguntar:

-¿Tienen familia allí?-

No sabía que contestar ya que era peligroso dar demasiada información y comencé a mentir

-Sí a tíos y primos y qué se yo que más parientes-

-Que bueno, ojala les ayuden es que dos son muchos en estos tiempos, lo bueno es que eres casi un hombre muchacho, lo malo es tu hermanita, mira una niña, va a ser duro para ella… si fuera muchachito sería un poco más fácil… pero si una de tus tías la cuida no tendrá problemas, lo más difícil será que los acepten en la familia y que tus parientes estén vivos… Por ahora no hay escuelas, sólo algunas improvisadas pero nada formales y con dos o tres muchachos.

Si tú trabajas los aceptaran ya que pagarás el sustento de los dos, espero que la familia sea gente buena para que a la criatura no le pase nada-

-Sí señor, mi familia es buena eso no lo dude, por lo que mañana mismo partimos para allá-

La ilusión de volver a la civilización me emocionaba, otra vez luz, gente, servicios… y de repente me acongoje al recordar que no había nadie que nos esperara.

-Este pueblo es de granjeros hay mucho trabajo muchacho, pocas herramientas, eres fuerte bien podrías estar aquí con tu hermanita serías familia, no tengo para pagarte pero techo y comida no les faltaran-

-Lo siento pero, debo irme a buscar a mi familia, ellos saben que estamos por estos pueblos por lo que no dudo que si tardamos mucho nos vengan a buscar y no quiero que nos crucemos y ellos no nos encuentren y nosotros tampoco los encontremos-

Nunca me han gustado los pueblos y no iba a quedarme para trabajar como condenado en este pueblo olvidado por todos, Charlin merecía jugar aprender cosas, ir a la escuela, el estar en este pueblo no habría desarrollado su intelecto y mucho menos socializaría eso me preocupaba porque era demasiado callada y hasta conmigo tímida, yo que era su hermano.

-Cuando tuvimos que escondernos muchacho, viajamos también a otros pueblos, en el bosque nos quedamos muchas veces, en una ocasión fui a buscar víveres al pueblo siempre escondiéndome  y me encontré con una escena demasiado horrible. Qué bueno que la niña se durmió; observe por una ventana sucia tres soldados con dos niñas de doce y la otra como de quince a las que violaban, las niñas estaban golpeadas y no sé si las mataron después o no, no regrese más, fue siniestro ver eso… por ello te prevengo, si amas a tu hermana no la expongas a lo desconocido, no siempre podrás estar con ella, es una pequeña que aun no se puede defender-

-Tendré en cuenta lo que me ha dicho… pero iré a la ciudad-

Por un momento titubee al oír esto, pero lo de los soldados paso en un pueblo como este, así que era igual de peligroso para Charlin, en la ciudad tendría que pensar cómo iba a ser nuestra nueva vida.

Charlin era mi hermana desde hacía dos años y pico, que rápido… yo casi tenía 17 pero Pietro ya habría cumplido 18, así que ya era mayor de edad.

Con miedo emprendí mi viaje con mi hermana, ella se había vuelto mi razón de vivir, quería que fuera feliz y yo serlo… esa era mi meta, pasando por un pueblo entramos a una tienda para canjear una esclava de oro que previamente saque del cinto, por algunas  cosas como zapatos y ropa, ahí decidí que Charlin vistiera como chico, era más cómodo, siendo una niña no objeto nada, saliendo de las compras pegunte por alguien que cortara el cabello, tanto mi hermana como yo llevábamos el cabello realmente descuidado, nos indicaron que una ancianita, se situaba a poca distancia de dónde estábamos, le indique como cortárselo a Charlin, le dije que sería más practico, sólo sonrió y lo hizo, ahora mi hermanita era un chiquillo, reí y me impresiono ver que efectivamente parecía un muchachito con la nueva ropa. Algo en mí se tranquilizó tal vez así correría menos peligro, aunque jamás la perdería de vista me lo prometí a mi mismo.

SALUDOS A TODOS LOS QUE ME LEEN !!!  :)