CHEMA EL GORILA. Si con mi padre

...No lo se...yo, como mi padre, diría que soy maricón por necesidad o por supervivencia. Follo con hombres porque las mujeres me han despreciado por el tamaño de mi polla, y ahora me gusta hacerlo con tíos, me da placer...Sí, me gusta y disfruto.

CHEMA "EL GORILA"

Sí, con mi padre

...No lo se...yo, como mi padre, diría que soy maricón por necesidad o por supervivencia. Follo con hombres porque las mujeres me han despreciado por el tamaño de mi polla, y ahora me gusta hacerlo con tíos, me da placer...Sí, me gusta y disfruto.

Acabábamos de follar a lo bestia. El pollón de Chema (tamaño Tom of Finland), me había dejado exhausto. Estábamos adormilados en la cama. Yo acariciaba con adoración aquel inmenso cuerpo y el me acariciaba la cabeza, cuando comenzó a hablar y a sincerarse.

  • Fue mi padre quien me inicio en esto.

Creí que no había oído bien - ¿Perdón?...

  • Que fue mi padre quien me inició en el sexo homosexual

Me quedé callado esperando que continuara con su historia.

  • Tendría 17 años...cuando un día entró mi padre a la habitación. Dormíamos en el mismo cuarto los dos y me encontró sentado en la cama abatido. Se sentó a mi lado, me abrazó, me besó la cabeza y me preguntó qué me ocurría. Se lo conté. Le conté que no era feliz y nunca lo sería porque las mujeres me rechazaban por el tamaño de mi polla. Era simpático con ellas, y mi cuerpo les atraía más que los de los otros chicos porque estaba mucho más desarrollado. A ellas les encantaba tocarme y besarme, pero cuando intuían el tamaño de mi miembro, salían despavoridas. No conseguí tener a ninguna...a ninguna. Estaba desesperado. Sabía que jamás tendría a ninguna chica y eso me deprimía.

Le conté todo esto mientras él me abrazaba, me besaba y me secaba las lágrimas con sus dedos.

Entonces me contó que a el le había pasado lo mismo -Somos igualitos Chema, lo siento-. Me contó que con la única mujer que lo había podido hacer era con mi madre a la que yo no recordaba porque murió cuanto yo tenía cuatro años. Al cabo de un tiempo, un amigo suyo le sugirió que me lo montara con tíos que tenían mas "tragaderas": -Inténtalo- le dijo - no pierdes nada, un agujero es un agujero y te correrás igual... y no les puedes dejar embarazados. Esa suerte que tienes, que yo ya tengo a varios por el mundo. Así lo hizo y, por lo visto, no le fue nada mal.

  • ¿Quieres que te enseñe?- Me dijo

  • No soy maricón papa- le contesté enfadado

  • Yo tampoco, pero si no tienes otra opción, tendrás que desahogarte solo o acompañado, eso lo tienes que decidir tu. Si quieres ayuda, aquí me tienes. Te daré toda la que pueda y te aseguro que disfrutarás. Si no quieres, serás un desgraciado toda tu vida. Ahora, intenta dormir y serenarte.

Mi cabeza daba vueltas sin saber que camino tomar. Las lágrimas me caían sin consuelo. Yo no era maricón. A mi me gustaban las tías...pero yo no a ellas...qué tenía que hacer. Lo único cierto era que mi cipote estaba a estallar y llevaba desde los once años cascándome pajas sin cesar y necesitaba follar de verdad con quién fuera. Con esos pensamientos me quedé dormido hasta que...

...Mi padre me despertó -Chema, es tarde..la cena está preparada...¿No te vas a levantar?-Se sentó en mi cama y me acariciaba la espalda y los hombros -Venga hombre...

La reacción al despertarme con una erección de caballo y las caricias que recibía de mi padre hizo que me decidiera por su oferta, me di la vuelta dejando que viera el panorama que ofrecía mi entrepierna y le dije con voz ronca -Papá...enseñame.

Aquel día solo me hizo una paja, pero ¡Qué paja!...en mi vida había sentido algo así. Se tumbó junto a mi, pasó un brazo bajo mi cuello y comenzó a acariciarme el pecho bajo mi camiseta, la otra mano se posó sobre el calzoncillo, justo donde ocultaba mi pollón erecto, acarició mi tronco y mis huevos mientras me miraba a los ojos, quería saber mis reacciones, que no fueron otras que cerrar los ojos y suspirar de placer.

Fue metiendo la mano por la cinturilla hasta que encontró la recompensa dura, gorda, húmeda, y la comenzó a acariciar y a descapullar muy despacio...muy...muy despacio. El placer que recibía hacía que gimiera como un niño. El se dio cuenta y se animó a agarrarme los huevos (mis huevecitos lampiños), se sonrió y no pudo contener el darme un beso en los labios - Siempre me han encantado estos huevecines. Entonces me bajó los calzoncillos y me los besó, me los lamió y me los mordisqueó. El placer era inmenso. Jamás había pensado que esto me lo hiciera una tía, ¡Jamás!. Mientras me lamía los huevos su mano se dedicaba a excitarme el frenillo, la punta del capullo, el borde del glande y luego a subir el prepucio hasta que tapaba el fruto y luego bajarlo lentamente hasta dejarlo al aire haciendo presión en la base del tronco. Asi una y otra vez hasta que no puede aguantar mas. Noté como las piernas se estremecían, como los huevos se encogían y con un grito me corrí por primera vez por una paja hecha con otras manos.

Mi polla escupió leche sobre mi pecho y mi abdomen hasta que me sequé.

Mi padre, esparció el líquido por mi cuerpo y luego me metió los dedos en la boca. El sabor no me encantó, pero tampoco me disgustó.

  • Chema, cariño...esto ha sido tu comunión. De ahora en adelante, seré tu maestro.

-¿Eso te dijo? ¿De verdad?

- De verdad. Te lo juro.

El relato me había puesto burro y a él también. Le agarré la tranca y el la mía y nos las comenzamos a sobar con tranquilidad, disfrutando de las suavidad de nuestras pieles.

- ¿Qué pasó después?

-Antes que nada quiero decirte que yo soy un clon de mi padre. Somos idénticos. Me miro en el espejo y veo a mi padre con la edad que tenía en la época de lo que te estoy contando y yo era igual que él pero mas joven.

- ¿Y llevaba camiseta de tirantes y calzoncillos de algodón como tu?

- Igualito

Me dio la risa -Dios que morbo me está dando. Ahora, cuando me hables de tu padre te veré a ti.

-Idiota- me dijo riendo y haciendo ademán de estrangularme.

- ¿Sigo o no sigo?

- Si, sigue por favor.

  • Poco a poco y día tras día fue enseñándome como recibir y dar placer a un hombre. Después de las pajas, fueron las mamadas. La primera que recibí fue la hostia. Nunca me la habían mamando y aquella experiencia fue sublime. Siempre me acordaré de la primera vez que jugó con su lengua en mi frenillo, cómo comenzó a jugar con la punta de su lengua con mi fluido pre seminal, cómo lamió mi capullo como si fuera un helado y como intentó meterse en la boca mi morcilla sin lograrlo (como yo tampoco lo logré nunca con la suya), cómo estallé en su boca sin avisarle de lo salido que estaba que no podía ni hablar después de haber notado la consiguiente descarga que hacía que todo mi cuerpo se tensara.

Todo lo que hacía conmigo, luego lo hacía con él. Me enseñaba a disfrutar y luego a que yo le hiciera disfrutar. Siempre me decía que el sexo entre hombres era un toma y daca, tu disfrutas y luego tu tienes que dar placer al hombre que te lo ha regalado antes, siempre y cuando el quiera.

La primera vez que se corrió en mi boca me dio un poco de asco al principio, pero luego no me disgustó...y hoy...ya te digo si me gusta una buena lefada.

- Cerdo - le dije sin parar de sobarle los huevos y la polla que ya estaba cargada.

  • Sigo. En aquella época, decidió comprar una cama de matrimonio para que nuestras sesiones fueran más cómodas. También en aquel tiempo le dije que quería entrenarme en un gimnasio para ganar masa porque quería ser policía, bombero o lo que fuera siempre que llevara uniforme. Me encantaban los uniformes. Con el tiempo he sabido que es un fetiche muy gay, ya ves, a lo mejor lo era entonces y yo no lo sabía. Y mira para lo que he quedado, aunque uniforme si llevo, pero aquello me sirvió para tener la musculatura y la fuerza que tengo ahora. Se enorgullecía de mi cuando me desnudaba frente el.

El plato fuerte fue el de la penetración. Allí aprendí a lo que los demás podían sentir al ser follados por esta tranca y por eso soy tan delicado al hacerlo. La sensación de la primera estocada de una verga como la mía es realmente dolorosa. Lo sé. Lo sentí. Y no quiero que la gente sufra más de lo necesario. Por eso me he convertido en un experto en la dilatación antes de la penetración.

La primera vez se folló él conmigo. Te cuento.

Mi padre, cuando practicábamos sexo, me estimulaba de alguna manera la zona anal, bien con los dedos, bien con la lengua, cuando me pajeaba solía sobarme alrededor del ano con los dedos mojados por mi fluido para que me estremeciera, cuando me mamaba, siempre se lamía los dedos y metía la falange de algún dedo para que notara el placer. Poco a poco fui yo el que abría las piernas para facilitarle el trabajo, incluso, había veces que era mi propio ano que, con la excitación, se abría y cerraba buscando ese placer.

Una noche, nos acostamos como siempre, mi padre me besó y me dijo que ya era hora de probar con la follada, había llegado la hora, que era necesario hacerlo por mi bien. La verdad es que me puse un poco nervioso porque no sabía si podría hacerlo. Me tranquilizó, me abrazó, me besó los labios, abrí la boca para recibirle y para excitarme, nos acariciábamos nuestras zonas herógenas que tan bien conocíamos y, de repente, se puso a horcajadas sobre mi, se untó el ano con gel y me sometió a un masaje húmedo con el lubrificante. Mi mástil se puso duro como una piedra y con una gran sensibilidad en el capullo. Se inclinó hacia mi y mientras me besaba, dejaba que mi polla le fuera masajeando su entrada, comenzó a gemir y a temblar, notaba como se abría para dejar paso a mi rabo hasta que lo sujetó lo puso en el centro de su agujero y comenzó a abrirse para recibirme.

Era una pasada mirarle, era como verme en un espejo, yo follando conmigo, fue como una alucinación ver como se congestionaba mientras dejaba entrar mi polla...mi inmensa polla por aquel estrecho agujero que tan bien conocía, ¿cómo era posible que mi capullo fuera entrando en algo tan pequeño...pero fue entrando mientras el hacía esfuerzos para no gritar, se relajaba, sudaba, abría el culo a bocanadas y se iba comiendo mi tranca poco a poco poco...hasta que entró entera. Cuando pasó el último obstáculo, emitió un grito ronco, se dejó caer, me abrazó y se fue relajando.

- Si no quieres seguir, no lo hagas- le dije a Chema besándole

- Si, quiero seguir porque es la primera vez que se lo cuento a alguien y quiero sincerarme contigo, lo necesito.

-Vale.

- Luego, poco a poco comenzó a moverse y desplazar mi polla por su ano con un movimiento lento, suave, para que notara como me acariciaba con su esfínter. El placer que yo sentía era sublime. Los dos comenzamos a gemir y poco a poco a gruñir emitiendo gritos sordos de placer nos mirábamos con ojos turbios mirándonos sin vernos, toda la sangre, toda la sensibilidad, todo el deseo se encontraba en el mismo lugar.

Y estallé. Fue mi primera corrida producida por una follada y aquello no lo podré olvidar nunca. Fue la hostia...la hostia

Al día siguiente se celebró mi ceremonia de iniciación.

+ + + + + + + + + +

Nuestras pollas estaban al límite.

- Si sigues, no se si voy a aguantar. Estoy a tope

- Espera, que ahora viene lo bueno.

No pude resistir la tentación de meterle la lengua en la boca en busca de las suya y darnos un buen morreo mientras le acariciaba su inmenso y peludo tórax.

-Vale...vale...quiero terminar de contar...y luego follamos.

Me retiré de su boca para dejarle hablar, me acurruqué en su cuerpo para sentir su calor y le dejé que continuara con su relato.

Continúa...