Chef 2.

Tras la increible noche con la pelirroja. Me espera una mañana igual de movidita y un reencuentro inesperadamente esperado.

Recomiendo leer el prólogo primero: http://todorelatos.com/relato/134465/

PARTE 2

Estaba plácidamente dormido en la cama cuando un indescriptible placer me obligo a despertarme y a abrir los ojos: la pelirroja estaba ocupada con mi polla en su boca.

Durante los minutillos que tardó en darse cuenta de que estaba despierto disfruté de un verdadero show: al principio usaba la lengua para lamer desde la base hasta el glande, algunos lametones eran cortos y rápidos, mientras otros eran lentos y largos.

Uno o dos minutos después decidió que la apetecía meterse mi polla en la boca, asi que, eso hizo: su boca subía y bajaba sobre mi polla alternando la velocidad con la lentitud, mientras hacia verdaderos prodigios con la lengua.

Como me estaba acercando al orgasmo no me quedó más remedio que dejar de disfrutar de tan increible mamada, pues quería disfrutar todo lo posible del momento.Estiré un brazo y la acaricié la cabeza, ella levantó la vista y, con mi polla todavía en su boca, me guiñó un ojo.

Se la sacó de la boca sonriendo, reptó por encima de mi cuerpo hasta llegar a mi boca y me beso con ardiente pasión. Con una mano se acomodó mi polla en la entrada de su más que húmedo coñito y, poco a poco, se dejó caer y se empaló con mi polla.

Empezó a moverse de forma circular, muy lentamente, mientras me miraba fijamente a los ojos. Entre lo apretado que estaba el coño y lo cachondo que me ponía la mirada de pícara que tenía notaba que me estaba acercando rápidamente a mi perdición.

Haciendo gala de lo que quedaba de mi autocontrol me incorporé y, con suavidad, la empujé sobre la cama. Quedando ella debajo de mí sin que mi pene hubiese salido de su interior. En esa posición inicié un lento mete-saca.

Cada dos o tres penetraciones lentas, intercabalaba una fuerte y rápida que la hacían estirar el cuello y buscar aire abriendo la boca. Tras unos minutos noté que mis ganas de tener un orgasmo habían bajado lo suficiente como para poder iniciar unas penetraciones mas rápidas y poderosas.

El repentino cambio de velocidad junto con que empezase a retorcerla un pezón la llevaron rápidamente al borde del orgasmo. Cuando noté que estaba a puntito de correrse, paré y la obligué a ponerse a cuatro patas. Provocando un mar de quejas por su parte.

Cuando estaba a cuatro patas la penetré de forma fuerte y todo lo profundo que pude una única vez y me quedé quieto. Ella, desesperada por llegar al orgasmo, empezó a mover el culo como si fuese una perrita hasta que por fin se corrió. Cayendo desmadejada sobre la cama.

Pero como yo no había terminado la volví a poner boca arriba y volví a colocar mi pene en su coñito.

-Espera -dijo ella resoplando- Déjame descan...

No la dejé terminar, con un rápido movimiento se la metí hasta el fondo y empecé un brutal mete-saca que nos llevo rápidamente a corrernos juntos.

Tardamos un ratito en recuperar el resuello. Momento que aproveché para mirar el reloj: las 09:18. "Perfecto" pensé "Aún queda al menos una hora hasta que se despierte Martin".

-¿Vamos a la ducha? -Pregunté.

-Vale. Pero nada de sexo en la ducha. Que a las 10 tengo que estar saliendo de aquí y aún me debes un desayuno.

Sonreí.

-Prometo no follarte en la ducha hasta que grites como una perra.

Ella me pegó un puñetazo en broma.

-¿Donde esta la ducha? -Dijo ella.

-Sigueme -contesté y señalé su ropa -Pero vístete, no sea que mi compañero de piso se levante y vea todos tus encantos.

Nos pusimos la ropa interior y fuimos al baño. Tras ducharnos, sin nada más que unos besos y caricias, nos secamos y ella fué a mi habitación a vestirse. Yo empecé ha hacer el desayuno.

Al final decidí hacer unas tostadas: fácil, rápido y gusta a casi todo el mundo. Más o menos cuando estaba terminado salió la pelirroja.

-Me esperaba algo más... elaborado -Dijo con su característica sonrisa pícara.

-Justo por eso quiero invitarte a comer -Dije devolviéndola la sonrisa.

-Déjame pensarlo... -Cogió un papelito y escribió su número- Escríbeme un whatsapp o llámame. Y ya te diré que día me viene bien.-Lo haré, lo haré -Dije cogiendo el papel.

Desayunamos entre risas y jueguecitos. Finalmente nos despedimos y se fué a trabajar. En ese momento, salió Martín.

-Ya decía yo que anoche y esta mañana me pareció escuchar ruidos sospechosos de tu habitación. ¿Cómo se llama?

-Pues... -Dije yo.

-¿En serio? -Preguntó sorprendido- ¿Toda la noche juntos y no sabes ni su nombre?

-No se dió la ocasión de preguntárselo-Me defendí.

-Sí tú lo dices... -Dijo el con un toque de guasa.

-En fin -Dije bostezando- ¿Planes para hoy?

El se sentó y empezó a comer una de las tostada.

-Tengo que ponerme con el menú y a buscar gente para la cocina y la sala.

-¿Te ayudo con algo?

-No es necesario. Ve a ver a tus padres, que desde que hemos llegado casi no has ido. Cuando te necesite te dejare un Whatsapp.

-Como quieras.

Entré en mi habitación, dispuesto a ordenarla un poco antes de irme a casa de mis padres. Cuando ví algo que me volvió a poner cachondo al momento: el tanguita de la pelirroja junto con una notita:

"Para que no se te olvide que me debes una comida"

Sonreí y lo guardé en uno de los cajones. Recogí un poco la habitación y llamé a mis padres:

-Mama, tengo toda el día libre, que Martin no necesita mi ayuda en el restaurante hoy. ¿Puedo pasarme a comer?

-Claro, hijo -Dijo muy emocionada- ¿A las dos?

-Perfecto, allí estaré. Hasta luego, saluda a papa.

Tras colgar volví al salón, donde Martín miraba con ansiedad un fólio.

-¿Al final vas con tus padres? -Dijo al verme llegar.

-Sí, a las dos. ¿Qué es ese fólio?

-Un boceto del menú. Mira, ¿que te parece?

Lo leí con cuidado.

-Demasiada proteina -Contesté- Y pocos entrantes. Voy al super a comprar un vino o algo para mi padre. ¿Quieres algo?

-No, tranquilo. ¿Tienes pasta? Si no, coge algo del mueble de la entrada.

-No, gracias -Contesté- Ahora vuelvo.

Salí del apartamento y me dirigí al super. Una vez dentro fuí directo a la sección de vinos intentando recordar cual era el preferido de mi padre.

Estaba tan absorto eligiendo un vino que cuando escuché mi nombre di un respingo.

-¿¡Victor!? -Dijo una voz que denotaba claramente sus nervios- ¿¡Eres tú!?

Me giré completamente y ví a una chica que me miraba intensamente con sus ojos marrones que reconocí al momento.

-María -Contesté. De repente todo lo que pasó tantos años atrás me pareció muy cercano.