Chavales del barrio 07:Pizzas, kalimotxo y pajas
Có,o una deliciosa reunión de nuestros amifgos se convierte en algo terriblemente distinto
Habían pasado unos días desde la primera vez de Nikolai, y este no dejaba de hablar de ello con sus amigos, especialmente Daniel y Jacobo, que se morían de envidia, pensando en cuando les tocaría a ellos mojar. La cuestión es que el único que parecía no enterarse que tenía unos cuernos hasta el techo era Pablo.
-Buah, tios, es la ostia...¡y encima sin condón! Notar el coño mojado y eso...joder-les vacilaba Nikolai, restregándoles por la cara que ya era un hombre.
-Bueno, no será para tanto...además la Vane es un guarra...y como se entere Pablito te revienta-comentaba Dani para picarle.- Yo quiero hacerlo con una chica que quiera, vamos, lo que viene siendo hacer el amor.
-Mira, me da igual, por lo menos he mojado, y Pablo no tiene huevos a decirme nada...¡que se joda!
-Ya...vale-terció Jacobo.-La cosa es que tenemos que terminar ese puto trabajo, que ha dicho la profe que es tan importante como el examen de evaluación y nos hace media-dijo, poniendo fin a la alegría de Nikolai. Habían quedado los tres en terminar aquello esa tarde, y más les valía hacerlo bien porque con lo justos que iban en Historia, el trabajo sobre la Romanización en la Península Ibérica era la oportunidad de conseguir aprobar y no tener que ir con todo en junio.
-Joder...puta zorra la Milagros...bueno, ¿hoy estaba tu casa libre, no, Jacobo?-Gruñó Nikolai. La verdad es que desde el día que se conocieron y a pesar del raro presentimiento que había tenido anteriormente cuando le vió por primera vez, conectaban muy bien, y de hecho se habían hecho bastante amigos.
-Si tío, no están mis padres y me dijeron que podíamos usar el ordenador para hacer el trabajo, así que si quereis podemos ir para allá.
-Oye, ¿tus padres no venían hasta tarde, no?-Inquirió Daniel.
-Si, están en el pueblo y creo que iban a cenar allí, hasta la madrugada no vuelven a casa ¿por qué?
-Lo digo porque podíamos pillar un par de cartones de vino y Coca-Cola y pedir unas pizzas, y así nos animamos un poquillo, jeje-sonrió con expresión de complicidad.
-¡Ya te digo!-exclamó Nikolai.- Hacemos el trabajo a toda ostia y luego nos cogemos un buen pedo haciendo kalimotxo . Lo único que pillamos Supernova en vez de Coca-Cola, que es más barata y sabe igual.
-Buff...ya, y luego a ver en vuestra casa...no se, voy a llamar a mis padres a ver si me dejan que nos quedemos a dormir los tres...creo que sí porque es viernes y tenemos camas, aunque pijama no os puedo dejar-dijo Jaco un poco dubitativo. La verdad es que la idea le seducía, pero también pensaba en el jaleo que se podía armar si sus padres se enteraban de la pequeña fiesta que estaban planeando...tendrían que tener mucho cuidado, sobre todo si a alguno le daba por vomitar.
-Por mí no hay problema, yo ahora duermo en calzoncillos, que hace mucho calor-respondió, sonriente, el rumano.
-A mí también me da igual, yo a veces duermo hasta en pelotas, jaja.-se carcajeó Dani.
-¡Joder que cerdo!-exclamaron casi al unísono Nikolai y Jacobo. Bueno, vámonos que se nos hace tarde, que ya son las 6 y entre que llegamos a tu casa y hacemos el trabajo se nos hace de noche.
Nuestros amigos, antes de pasar a la casa de Jacobo, decidieron acercarse al supermercado del barrio que más cerca les pillaba, un Mercadis donde, físico de Nikolai mediante, ya que aparentaba más edad de la que tenía, obtener el vino y el refresco de cola, así como las pizzas para la fiestecilla de por la noche. Después decidieron hacer rápido el trabajo, para lo cual Dani solicitó la ayuda de un primo suyo, José Luis, unos años mayor que nuestros protagonistas, que estaba realizando estudios de doctorado en la Universidad de Rulentenburgo precisamente sobre la romanización en la meseta norte con excelentes resultados y que vivía con su novio, Mariano, un prestigioso registrador de la propiedad que ejercía su cómoda y lucrativa profesión en la misma ciudad. Gracias a Tuenti y al Skype, consiguieron que el trabajo fuera a la vez sencillo y rápido de hacer, gracias a la pericia del joven investigador. No debemos olvidar a estos personajes, y no sabía Dani en este momento hasta qué punto iba a confluir su vida con la de su primo…
Una vez terminado el trabajo de Historia e imprimido, decidieron comenzar con su ritual alcohólico: Jacobo se ofreció para mezclar el vino y la cola, y a los pocos minutos estaban ya bebiendo y cenando las pizzas que habían comprado. En la tele no echaban nada de interés, así que, un poco estimulados por la bebida decidieron buscar alguna película interesante. Eran ya cerca de las 23:30 cuando, aburridos de buscar en Internet y ya bastante alcoholizados, decidieron tirar de la colección de pelis porno de Jacobo.
-Joder tío, eres un pajillero de mierda, ¡cuántas pelis tienes!-soltó Dani, poniendo una sonrisa, mezcla de estupor alcohólico y lujuria.
-¡Cállate anda, si estas más salido que yo-repuso Jacobo, intentando defenderse.
-Venga tíos, dejadlo ya-dijo Nikolai. Mirad esta peli, creo que tiene buena pinta. La peli que había elegido el rumano era “Japonesas salvajes”, en cuya carátula aparecían varias exuberantes asiáticas mientras eran bañadas en semen en un impresionante bukakke .
-Joder tío, es de chinas…me encantan estas pelis, menudos gemiditos que sueltan-dijo Dani.
-Mira tíos, yo por mi la ponemos, pero yo no voy a aguantar el calentón…podemos cascarnos los 3 una buena paja…-propuso Jacobo-. Su encuentro con Dani aún estaba fresco, y no le importaría repetir la experiencia, esta vez con su amigo Nikolai presente.
-No se tío, es una mariconada…las pajas cada uno en su casa…además, a mí ya se me hace aburrido después de follar, jeje-dijo con una mezcla de burla y temor.
-¡Buah! Seguro que la tienes enana chaval…lo que pasa es que no te atreves-retó Dani, envalentonándose en parte por el efecto del kalimotxo .
-Vete a la mierda tío, a que te meto dos ostias-amenazó Nikolai,
-Venga…dejadlo ya-intentó conciliar Jacobo. Niko, tío, no son mariconadas, nos la hacemos cada uno con la nuestra y punto. No obstante, Jacobo sí que tenía cierta curiosidad por ver la polla del rumano, y le daba bastante morbo que la situación se volviera más…interesante.
Los chicos decidieron pues comenzar la fiesta. Antes de empezar y viendo que era probable que los padres de Jacobo volvieran, recogieron las cosas y tiraron los restos del botellón. Entonces pusieron la peli y se sentaron en el sofá para verla cómodamente. Los 3 llevaban chándal y camiseta, por lo que no tardó ni un minuto en asomar un buen bulto en los pantalones, fruto de la ansiedad, la excitación y el grado etílico de nuestros jóvenes amigos. Nikolai se acariciaba la polla por encima de la tela del pantalón de Nike, pensando más en su encuentro con Vanessa que en la peli, en la que las chicas ya estaban empezando a chuparles la polla a los japoneses. Jaco y Dani no estaban menos calientes, y decidieron casi al unísono bajarse los pantalones y tocarse el bulto directamente en el calzoncillo. Jaco llevaba unos slips ajustados de algodón, que aunque no estaban muy a la moda, le marcaban perfectamente su rabo de mediano tamaño. Dani en cambio llevaba unos bóxer de marca que dejaban entrever su gran rabo circuncidado. Por último, se bajaron la ropa interior y empezaron a meneársela despacio.
-Tío, ¿te la cascas con nosotros o qué? Si sólo vas a mirar…-dijo Dani algo molesto. La verdad es que sin darse cuenta, Nikolai había pasado de mirar la película porno a observar a los dos chavales como se la meneaban. Avergonzado, decidió contraatacar:
-¡Que os jodan! Vais a ver que pedazo de rabo gasto, pequeños cabrones.
Después de esto, se bajó de golpe los pantalones y los gallumbos a la vez para dejar al aire unas piernas robustas y musculadas, unos huevos gordos y peludos, y un rabo, gordo, no muy largo, del que ya goteaban gotitas de líquido preseminal. Estaba muy excitado.
-¡Esto es lo que le metí en el coño a la puta de Vanessa!-Exclamó alterado por el alcohol y por la creciente excitación sexual. El ambiente estaba algo cargado, con un olor a sexo, adolescente y a polla que impregnaba todo el salón. Nuestros amigos estaban ya sudando, y se lanzaron los 3 a una masturbación frenética, como poseídos por una fuerza invisible de excitación. La película era lo de menos. Jacobo, por ejemplo, se fijaba en la diferencia entre la polla de su colega Dani y el cipotazo del rumano. No sabía si le excitaba más las pollas de los dos adolescentes o la propia peli porno de japonesas. Por su parte, Dani comparaba algo molesto yo hasta entonces “rabazo” con el más desarrollado de Nikolai, además de sus peludos y gordos cojones. Por último el rumano, aunque algo confuso por la situación, la excitación del momento le daba un aire muy morboso a la sesión de pajas. De repente Dani tuvo una idea, inspirada vagamente en su primer encuentro con Jacobo:
-Oye tios, que os parece si nos la cascamos juntos?
-No se…¿no es eso de maricones?-Tanteó Nikolai cauteloso. La verdad es que los gays le daban igual, y con el calentón que llevaba le parecía algo menos tedioso que una paja rutinaria, aunque aquello era de todo menos rutinario.
-Que va, pero ¿cómo lo hacemos?-preguntó Jacobo.
-Jeje…se me ocurre algo que ya probé una vez con…bueno, da igual con quién, la cosa es que podemos hacer una rueda de pajas-dijo Dani con una sonrisa.
-¿Y eso, tío?
-Joder, ahora os lo explico: mira, nos ponemos en el suelo sentados, con las piernas estiradas, yo prefiero en pelotas porque aquí hace mucho calor, haciendo un círculo más o menos. Entonces, el de atrás le hace una paja al de adelante y listo. Acercándonos bastante seguro que no hay problema, y nos cascamos así, como a mano cambiada.
-Bueno tío, pero de esto nada a nadie, ¿eh?-contestó Nikolai. Jaco también asintió, muy cachondo.
La cosa no era tan fácil como pretendía Dani, ya que sólo con 3 era algo complicado; no obstante consiguieron ponerse en una posición que les permitiera tocarse todos, aunque había de todo menos círculo. Nikolai flipaba con las sensaciones: detrás de él estaba Jacobo, que la cascaba de maravilla, abrazando el rabo del rumano justo por debajo del glande. Estaban todos muy calientes; Nikolai por su parte acarciaba y masturbaba como podía el rabo de Dani, que a su vez le cascaba una delicosa paja a Jacobo. La escena era deliciosa: los 3 cuerpos adolescentes, sudorosos y excitados ya se habían olvidado de la peli, en la que las japonesas estaban empezando a ser salpicadas por el semen de sus folladores; nuestros amigos estaban absortos en su frenética masturbación, el sube y baja de las pollas, los cojones duros a punto de estallar…cuando de pronto sonó el timbre de abajo.
-¡Joder tíos, vestíos! Seguro que son mis padres que ya vienen-dijo Jacobo nervioso, todavía con la polla durísima. Mientras sus amigos se ponían la ropa apresuradamente, fue a contestar al telefonillo. Su semblante se volvió serio tras abrir la puerta de abajo tras un instante de conversación con la persona que llamó a la puerta.
-Niko, es para ti…creo-dijo Jacobo confundido
-¿Para mí?-repuso tras terminar de vestirse. ¿Quién coño será?
Cuando abrió Jacobo la puerta, dos hombres vestidos con traje oscuro, de corte implecable, se dirigieron al rumano.
-¿Eres Nikolai Pentrescu?-le inquirió uno de ellos, con una voz acostumbrada a dar órdenes y un apenas perceptible acento que no se podía determinar.
-Si…¿pasa algo?-contestó el rumano, algo asustado.
-Tenemos que hablar contigo…tu padre ha sufrido un…accidente grave-dijo el otro, sin inmutarse.
-¿Qué?-dijo Nikolai. El miedo empezó a entrar en su cuerpo, sintiendo palpitar a toda velocidad su corazón.
-Está muerto…pero tenemos sospechas de que ha podido ser asesinado, hijo-dijo el primero de los dos hombres.
Entonces comenzó el infierno…