Chat (Parte 1)
Era tarde, la una de la mañana calculo y no podía dormir, la verdad es que esas noches en las quieres dormir y no puedes, se hacen eternas.
Era tarde, la una de la mañana calculo y no podía dormir, la verdad es que esas noches en las quieres dormir y no puedes, se hacen eternas.
Hacía uno días, había estado hablando con unos amigos sobre el mundo del chat, jamás se me había ocurrido entrar en uno y hablar con desconocidos, pero esa noche, me acordé de la conversación y decidí indagar.
La verdad, es un mundo a parte, la gente escribe en lo que llaman “el muro” ofreciéndose para todo tipo de prácticas, sobre todo, sexo rápido y yo, no buscaba nada parecido.
Sin llevas conectado ni media hora y entreteniéndome con lo que leía, de repente, alguien me escribe por privado. Se hacía llamar Noelia, me dijo que tenía 20 años y que era de Madrid, según me comentaba en la conversación se había conectado también por el insomnio pero me confesó que tanto leer propuesta sexuales, se había excitado. La conversación quedó ahí, pero al despedirnos, nos agregamos al skype, sin tener claro para qué.
Iré al grano, hablamos varios día, me contó sus preferencias sexuales haciendo mucho hincapié en lo mucho que le excitaban dos cosas: los desconocidos y el mundo de la sumisión, pero con elegancia, como ella decía. Después de casi dos meses hablando y teniendo conversaciones muy calientes, demasiado incluso, decidimos dar el paso.
Una de las mejores habitaciones de un hotel de 4 estrellas en el centro de Madrid, mucho material sexual y unas ganas tremendas de probar una nueva experiencia nos esperaban. Unas copas ayudaron a que todo empezase bien y después de todas las noches hablando, ambos sabíamos el papel de cada uno. Después de 3 copas y de camino al hotel en el taxi, su novio la llamó por teléfono, ella llevaba una minifalda de vuelo y una camiseta ajustada, está delgadita y es morena, muy morena, abrí sus piernas mientras hablaba con el y pasé las yemas de mis dedos por encima de su ropa interior, despacio, muy despacio. Noté como se mojaba, como se empapaba y no podía expresarlo, eso creo que era lo que más le gustaba.
Al subir en el ascensor, yo dí el paso, comencé a besarla con mis labios, lentamente, unos besos largos y profundos, húmedos. Mientras mis manos comenzaban a recorrer su metro sesenta despacio pero con fuerza. La temperatura subía al mismo tiempo que el ascensor y llegamos casi a desnudarnos antes de entrar en la habitación, pero la paré. Quería hacerla llegar al límite, quería que estuviese tan excitada que no pudiera pensar y yo sabía que lo conseguiría si no le daba todo desde el comienzo.
Al entrar en la habitación su cuerpo estaba ya entregado a mi. La puse en la cama, a 4 patas y até sus pues el uno al otro, ella siempre me había dicho que le excitaban esas cosas. Mi lengua comenzó a rozar su cuello mientras mis manos acariciaban su culito, su piel expresaba que estaba muy excitada, mucho. Mi lengua pasó por su espalda y llegó a sus nalgas, las abrí despacio y noté como gemía mientras comencé a moverla despacio, pero fuerte en la entrada de su culito en pompa.
Mientras tanto, mis dedos levemente por encima de su clítoris, movía mis dedos haciendo pequeños círculos sobre él a la vez que mi lengua se introducía lentamente en su vagina ya muy mojada. Metí mi lengua en ella despacio, muy
despacio hasta que comencé a moverla dentro mientras mis manos movían ya su clítoris más rápido al mismo ritmo, acompasados con mi lengua.
Noté que le encantaba, así que me tiré en la cama dejando mi cabeza mirando hacia arriba justo debajo de su coñito cada vez más y más húmedo, la agarré de las nalgas e hice que se sentara sobre mí. Abrí mi boca despacio, para que notase en su clítoris mi respiración para succionarlo bien dentro comenzar a moverlo con mi lengua, primero despacio y subiendo el ritmo la vez que notaba como ella movía sus caderas encima de mi boca.
Sin dejar de darle placer, cada vez mas, moví una de sus manos e introduje sus dedos dentro de ella para que pudiera follarse a la vez que mi lengua no dejaba de darle placer.
Cada vez estaba más excitada, más mojada, gemía fuerte, estaba fuera de sí y yo comencé a hacerlo más fuerte, su clítoris se movía en mi boca húmeda mientras uno de mis dedos acariciaba la entrada de su culito hasta que….se corrió en mi boca…
Continuará, la noche fue muy larga…