Chat en el cerro

Cómo una aburrida tarde en internet termina con un uno de mis mejores orgasmos.

Todo empezó un día que me suspendieron clases, pleno verano. Estaba aburrida y hacía demasiado calor como para salir a algún lugar, como estaba sola en mi casa decidí que no había más panorama que meterme a un chat. Primero me metí a uno de amigos, estuve como una hora ahí, pero nada interesante… la mayoría eran menores de 18 años. Así que pensé en hacer algo entretenido y me metí al canal "caliente", me llegaron como tres privados al tiempo que entraba a la sala: penerekto, tengowebcam y Eros. Solo el último me llamo la atención y aunque mantenía conversación privada con los tres, solo con Eros me estaba enteteniendo porque no comenzó con lo clásico.

Eros: estás caliente?

La_diva: si (mentí, porque en realidad solo estaba entreteniéndome a costa del resto) muy caliente

Eros: con que andas?

La_diva: con una polera y una tanguita (eso era cierto por el calor que hacía) y tu?

Eros: con bañador, vengo llegando del gimnasio muerto de calor

La_diva: quizás deberías darte una ducha

Eros: solo? Me gustaría más acompañado

La_diva: yo feliz te acompaño papi

Eros: de donde eres mi amor?

La_diva: de Santiago, chile y tu?

Eros: también, que edad tienes? (no lo podía creer)

La_diva:21, tu?

Eros: 30, soy un poco mayor para ti

La_diva: nunca he estado con un hombre tan mayor la verdad, así que no puedo decir si me gustan menos o más (por alguna misteriosa razón comencé a calentarme)

Eros: y? te gustaría probar?

La_diva: me intentas provocar? Santiago es demasiado grande

Eros: nos juntamos en alguna parte y me acompañas a la ducha?

La_diva: está bien (dije sin pensar) donde nos juntamos?

Eros: yo vivo en Santiago centro, te espero en una hora más en el metro Santa Lucía? (ese metro estaba a media hora de mi casa)

La_diva: Dale, nos vemos en una hora allá

Eros: como te reconozco?

La_diva: iré con un vestido blanco

Me desconecté y me fui a meter a la ducha, me puse ropa interior sexy, blanca y me arreglé un poco. Cuando me vi, me empezó a hablar la conciencia: y si era un sicópata y me quería matar? Y si era un gordo horrible? Y si en realidad nunca llegaba? Bueno, yo no perdía nada. La situación era arriesgada y eso me excitaba demasiado. Salí decidida, aunque demasiado nerviosa, me quedaría más o menos oculta para fijarme quien podría ser… ni siquiera le había preguntado como era, como se llamaba… la única señal que tenía era que tenía 30 años. Estaba expuesta, totalmente expuesta.. lo único que rogaba ahora era que no fuera un loco. El metro estaba normal, eran las 5 de la tarde y hacía un calor de espanto. Llegué a Santa Lucía con el corazón en la mano, me bajé del tren y subí a las boleterías, habían un par de personas como esperando, según mis cálculos yo estaba 5 minutos adelantada, así que tenía la oportunidad de irme de ahí antes que me arrepintiera. Estaba caliente, muy caliente sentía mi tanga húmeda, me apoyé en una pared a decidir y fue muy tarde

  • Tu… - apareció una voz a mi lado, miré y era un tipo de unos 30 años con camisa y bañador, debía ser él. Y la verdad era que no era ninguna maravilla de hombre, totalmente promedio, de cara era menos agraciado, pero se notaba que lo del gimnasio era cierto.
  • Hola – lo interrumpí
  • Pancho – me dijo tomándome por la cintura y besándome en la cara, esa confianza de su parte me hizo mojarme aún más
  • Alicia – respondí
  • Eres guapísima – me dijo mirándome de arriba abajo – realmente no me esperaba esto
  • Bueno, yo tampoco a decir verdad – le dije tocándole los brazos, pasó su brazo por mi cintura y me guió hacia la salida – donde vamos?
  • Pensaba no sé, quizás una vuelta al cerro? Nos tomamos un helado? – Ufff, yo que estaba que ardía en llamas y a él le había bajado lo caballeroso
  • Está bien – dije con tal de no parecer una puta, me llevó sin soltarme. Al principio su mano era más bien tímida, pero cuando habíamos caminado un par de minutos, me sostuvo más cerca de su cuerpo y su mano recorría mi espalda, pasamos a comprar yo pedí solo un agua mineral y él se compró una bebida, comenzamos a caminar subiendo el cerro. Un montón de parejas, nosotros parecíamos una más – hace mucho tiempo que no venía por acá – le dije
  • Hay un lugar poco concurrido un poco más arriba
  • Perfecto, vamos – le dije,

Seguimos caminando en silencio y mi sorpresa fue cuando él comenzó a subir por fuera del sendero, me estiró la mano y yo se la dí, mi vestido no era demasiado largo tampoco asi que con una mano me lo afirmaba para que no se me fuera a ver nada y con la otra me sostenía de él, finalmente llegamos a una pequeña mesetita bastante cubierta por árboles, se veía el sendero, pero estaba segura que la gente que pasaba por ahí solo tenía una visión limitada de nosotros. No me quería sentar porque me iba a ensuciar mi vestido blanco y aún tenía que llegar a mi casa, como explicaba que estaba toda entierrada? Él lo notó y se sacó la camisa

  • Espero no te importe – puso su camisa a su lado y me indico que me sentara encima
  • Gracias – me senté y él tuvo la mejor vista de mi escote, sentía como lo miraba y me excitaba demasiado.

Sin más preámbulos su mano se posó en mi pierna y comenzó a recorrerla, eso era demasiado para mí. Me dejé hacer sin dejar de mirar el recorrido que llevaba su mano, lo sentía respirar cerca de mi cuello y ese calorcito me hizo reclinar mi cabeza hacia atrás, él aprovechó y me besó el cuello. Su mano estaba ya debajo de mi vestido, tocando las tiritas de mi tanga. Me besó y con eso aproveché de subirme a horcajadas encima de él pudiendo notar la tremenda erección que tenía. Sin sacarme el vestido me acariciaba completa, mi culo con ambas manos mientras nos besábamos, yo aprovechaba de moverme y sentir esa erección. Me sacó las tetas del sosten y el vestido y yo las puse a la altura de su cara para que las chupara. Sus manos recorrían mi cuerpo, mientras su lengua jugaba con mis pezones.

  • Estas exquisita mi amor – me decía mientras, yo miraba de vez en cuando hacía el sendero. La gente pasaba sin ver lo que sucedía un poco más arriba. – dime papi pendeja
  • Si papi – le decía yo en su oído mientras le pasaba la lengua. Sentí que corrió mi tanguita para meter un dedo en mi vagina, le entró inmediatamente
  • Estás caliente ah?
  • Si papi, muy caliente – metió dos dedos – fóllame con tus dedos papi – logró meter hasta tres dedos mientras yo intentaba sacarle la verga del pantalón, hasta que dejó de follarme con sus dedos
  • Chúpamela – me ordenó, yo muy obediente me bajé y sin querer quedé con el culo parado dando hacia el sendero, lindo espectáculo porque el vestido lo tenía en la cintura y Pancho seguía sobándome el culo mientras yo se la chupaba.

Se la saqué del pantalón y era una verga promedio de largo, pero un poco más gruesa de lo normal. Le dí un beso en la punta y comencé a lamerlo de la base hasta la punta mientras una de mis manos lo afirmaba y me ayudaba a masturbarlo, mi otra mano jugueteaba con sus bolas. Él gemía y de vez en cuando me daba un nalgazo que sonaba tan fuerte, que estaba segura que todo el resto del cerro lo escuchaba. Con su cabeza él daba el ritmo, a veces me lo metía hasta tan adentro que me daban arcadas, en un momento me agarró del pelo y me subió

  • Quieres que te folle ahora?
  • Si papi, ahora mismo por favor – me intenté subir encima de él para meterme finalmente esa verga, pero él me detuvo
  • Yo te voy a follar a ti – me dijo y me acostó sobre su camisa, me subió el vestido, me levantó las caderas y me la clavó hasta el fondo sin ningún tipo de suavidad, quise dar un grito pero me tapó la boca

Me embistió fuerte un rato y después se salió de dentro mío para volver a metérmela, así hizo varias veces y con cada una yo me sentía más cercana al orgasmo. Él estaba completamente desnudo y yo con toda mi ropa puesta. Acabó dentro mío y yo no alcancé a llegar al orgasmo a pesar de la calentura que me generaba todo, comencé a limpiarle con mi lengua su verga cubierta de semen aún y de mis jugos, y no tuve que esperar demasiado para que volviera a reaccionar, cuando estuvo listo me senté sobre él dándole la espalda. Ahí me di cuenta que habían unos tipos sentados abajo en el sendero que habían visto todo y se estaban pajeando viéndome como yo follaba con un desconocido. Eso me puso a full y comencé a darles el show, me sobaba las tetas y emitía sonoros gemidos.

  • Te gusta lucirte cierto? – me dijo de pronto
  • Me encanta papi, me encanta
  • Yo te ayudaré – me levantó de encima de él y nos paramos los dos y él miró a los tipos y me puso contra uno de los árboles que nos tapaban, pero aún los tipos del sendero nos podían ver. Me besó y jugueteó con mis tetas, me subió el vestido, me subió una pierna abriéndomela levemente y comenzó a jugutear con la punta de su verga en la entrada de mi vagina
  • Papi por favor métemela – yo lo único que quería era sentirlo dentro, incluso solo con el roce estaba a punto de irme. Hasta que al fin lo hizo, me la metió despacio y comenzó el movimiento. A mi me dolía la espalda que me la rasguñaba el árbol, pero era lo menos importante en ese momento. Mientras me follaba me mordía el cuello, tuve un orgasmo memorable… y otro igual de intenso que lo siguió.

Terminamos agotados, mientras él se puso su ropa yo me arreglé como pude, me limpié porque chorreaba semen y mis propios liquidos y cuando terminé miré al sendero y ya no había nadie.