Chantajeado por mi hijastro

Ernesto un tipo con una orientación bisexual, se casa con una mujer que tiene un hijo adolescente. Pero un vecino afeminado será el causante de que el hijastro chantajee a su padrastro y termine por complacer su deseo. Tener sexo con su madre. Filial - Bisexual.

CHANTAJEADO POR MI HIJASTRO

La historia que voy a contarles no sé si me llena de orgullo o me llena de vergüenza. Muchos dirán que como un hombre de mi edad y de mi porte, me deje chantajear por un mocoso de 18 años, pero más que una simple amenaza, este chico me tuvo en sus manos como se dice. Para que conozcan mi historia, (Todo apoyado por la escritora y claro haciendo algunos cambios que sugiere) les cuento mi relato.

Mi nombre es Ernesto y tengo 37 años y estuve casado con una preciosa mujer de 35 años, Claudia. Ella tiene un hijo de 18 años, Juan José un crío que tuvo cuando apenas era una adolescente y motivo por el cual ella tuvo que aprender a vivir sola, ya que sus padres nunca quisieron apoyarla durante su periodo de gestación. De no haber sido por su madrina, quien le dio un techo y comida, que hubiese sido actualmente de la vida de mi próxima mujer.

De Claudia que les puedo decir. Ella es una mujer que para su edad es guapísima, incluso con mejor cuerpo que algunas de menos de 30, ya quisieran poseer. Tiene unas piernas bien torneadas, unos senos enormes y no caídos, cabello lacio no muy largo, pero lo que a mi realmente me gusta mucho son sus nalgas, no obstante, su mejor atributo sin duda, sus bellos ojos marrones claros, tal como si hubiese salido de la misma leyenda de las esmeraldas de Bécquer. En resumen, me enamoré de sus ojos. Siempre ha sido una mujer dedicada a su familia y a su casa.

Conocí a Claudia hace aproximadamente 2 años antes de sucedidos los hechos que contaré. A ella me la presentaron en una fiesta patronal que uno de mis amigos asistió y me pide que le haga la taba (acompañe) ya que se palteaba (avergonzaba) ir solo. Allí coincidimos con algunas amigas y dentro de ellas, estaba esta musa de mi vida. Esa noche estuvimos conversando un buen rato, bailamos y uno que otro toquecito, pero no llegamos a cosas más fuertes, al menos por ahora.

En esa fiesta ella me dio su número de teléfono y empezamos a conocernos un poco más. Ella me comentó que trabajaba de profesora en una escuela del estado y aparte que llevaba como 10 años separada y vivía con su hijo, en resumen, todo un ejemplo de mujer dedicada, hogareña, el modelo que buscaba para mí. Dentro de todo lo que ella me platico, fue sin duda el saber que desde que se separó de su esposo, no tuvo más relaciones sexuales con otro tipo (Oh por Dios, que cerrado debía estar esa conchita de ella). También le conté algunas cosas mías, que era separado, que trabajaba en una empresa de telefonía y que me gustaba también hacer deporte en especial futbol. Tras largas idas y vueltas, finalmente una tarde quedamos de vernos en un hotel, y el resultado fue fascinante.

Llegamos al hospedaje y nos dedicamos a tomar dos copas de vino, de repente puso la radio y sonó una canción (que por cierto sonaba súper sexy) y me dijo que la bailáramos, nos pusimos a bailar y ella replegó su cuerpo al mío demás, rozando sus piernas con mi pene, mientras que yo la tomaba de la cintura subiéndole poco a poco el vestido. Una vez ya calientes, me empujó a la cama y ella se sentó también, nos quedamos en un silencio de 2 minutos y después me dijo

_ “ YA NO AGUANTO MÁS” , NECESITO QUE ME HAGAS TUYA, NECESITO UNA PINGA DESDE HACE MÁS DE 8 AÑOS QUE LLEVO ESTA ABSTINENCIA

Una vez dicho esto, se subió a mis piernas y nos comenzamos a besar, ella se movía muy rico en mi pinga, yo notaba que su ropa interior estaba súper húmeda por lo que la volteé para seguirla besando, ella debajo y yo encima de ella, le devoraba la boca para después besarla con más pasión. Le besé su cuello, bajé por su pecho, besé y lamí sus hermosas areolas rosas, bajé por su vientre y finalmente llegué a sus labios, le quité su ropa interior y comencé a devorarle su vagina recién rasuradita, sus fluidos sabían a gloria, mi lengua jugó intensamente con su clítoris hasta que ella soltaba gemiditos.

Le metí mis dedos en su vagina combinando mi lengua en su clítoris hasta que la hice venir. Una vez comenzado el juego, le introduje mi pene poco a poco en su vagina, estaba súper estrecha, ( por el tiempo sin tener sexo )

Ella se puso arriba de mí y comenzó a mover sus nalgas como una diosa, aún recuerdo esa primera vez que vi su culo blanquito rebotando en mi pinga mientras sus pezones apuntaban a mi boca, ella se vino por segunda vez y le dije que estaba por llegar, ella me suplicó que me viniera adentro, por lo que le llené su vagina con mi leche, después de mi grito guturantes de placer nos quedamos acostados.

Desde ese día empezamos a tener una vida de pareja sexual activa. En nuestra relación nos entendemos bastante bien. Nos gusta tirar de fantasías. Hemos ido a locales de intercambio, pero no nos hemos atrevido a nada.

Cuando ya nuestra relación estaba más consolidada, llegó la prueba de fuego y esa era el día que Claudia me presentaba a su hijo. Yo estaba algo nervioso, pero ella me decía que tranquilo, que Juanjo (como así llamaba a su retoño) ya sabía todo e incluso de nuestra vida sexual de pareja. A mí me sorprendió en la forma en que mi mujercita le conto todo a mi futuro hijo político, pero si la suerte ya estaba de mi lado, solo aprovecharla.

Llegó el día (Era un domingo) y me presenté en la casa. Quien me recibió fue Juanjo, al verlo era un muchachito bien presentable, alto de tex trigueña clara, un pelo ensortijado y muy serio en su forma de hablar. Su mamá me recibió con un beso en la boca y nos sentamos a conversar. Lo que me sorprendió fue que el chibolo, aceptó en prima que estuviera saliendo con su vieja ( y a la vez que me la tirara ). Pasado los formalismos, esa noche me quedé a dormir en su casa de ellos y por supuesto que mi mujer y yo, tuvimos un amanecer full delicioso.

Tiempo después me fui a vivir con ellos. La primera regla que le puse a Juanjo fue que respetaría su privacidad y su vida, al igual que él la mía. Aceptó y poco a poco con la convivencia nos fuimos volviendo padre e hijo ( soy sincero, solo tuve dos hijas mujeres, por lo que este chico, me llenó de felicidad, ya que, de hombre a hombre, podíamos conversar muchas cosas, entre ellos, sexo ) Él me contaba sus fantasías al igual que yo las mías, entre ellas que siempre había tenido sueños eróticos con su mamá y que también se imaginaba que ella era siendo penetrada por otro pata, aunque anhelaba ser ese afortunado que gozaba del sexo de su mamá. Yo solo le quedé mirando, pero como quedamos no meternos en la vida del otro, solo lo escuché y lo comprendí ( les cuento que de joven tuve muchas fantasías eróticas con mi madre, entre ellas cuando la veía siendo cachada por mi padrastro y me soñaba que era yo, el que la penetraba ) así que me excité muchísimo, con el deseo fetichista de mi nuevo hijo.

Mi llegada al barrio, alborotó el gallinero, ya que me convertí en el centro de atención, tanto de las vecinas que me miraban con unos deseos de ser cogidas y el de los hombres, que me miraban con cólera, ya que muchos de ellos habían fantaseado con estar con la “VIUDITA” como así llamaban a mi Claudia. En fin, solo me reía de las situaciones. Pero en este barrio había un chibolo de unos 22 años, el cual era muy flaquito, un pelo largo, un culito grande y un comportamiento muy afeminado. Cuando lo vi la primera vez, me quedé zonzo y provocó que me pusiera full arrecho ( Pucha que rico cabro dije )

Supe que este lindo mariconcito era peluquero, y un día le pregunté a mi mujer, si lo conocía y en especial, que tan buen peluquero era él. Claudia puso una cara de mil mierdas y me respondió que no se cortaría el pelo con ese chibolo, así sea el último estilista del planeta.

Asombrado por la noticia, decidí averiguar porque no se llevaba bien con él y un día pasé por su peluquería y pedí un corte ligero de mi cabello. Él comenzó a atenderme y pude oler que se aplicaba una fragancia de jerma. Estaba con una arrechura al límite, al verlo así y su voz delicadita. Ese día no pasó nada y tres semanas después volví, solo que esta vez fui con short, polo y sandalias y sin nada de calzoncillos abajo ( Si pasaba algo, ya estaba listo )

Mientras me atendía, le pregunté si conocía a Claudia y a Juanjo, él como que no quiso responder y comencé a seguir preguntándole, claro todo en un tono meloso

_ YA PUES, DIME PORQUE NO TE CAEN ELLA Y SU HIJO

_ NO PAPI, NO QUIERO HABLAR DE ESO

_ YA PUES MUÑECA (mientras le comencé a tocarle el culo y al parecer le empezó a gustar)

_ NO, NO (mis tocadas le hicieron efecto)

_ QUIERES VERLA (Y me bajo el short)

_ OH MY GOOD

_ ¿TE GUSTA?

_ SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII

_ ADELANTE ES TUYA Y ESPERO QUE ESTE CULITO SEA MÍO

Soltó mi pene y fue a cerrar la puerta del local. Luego me hizo pasar a un cuarto, donde estaba su cama. Eminentemente me la iba a chupar mi pinga yo aún atónito de lo que ocurría en ese momento ya solo sentí su lengua sobre mi cabeza, una sensación grandísima, estaba a mil y siguió lengüeteando, no aguanté más y me vine con mi leche pre-seminal, y el muy cabrón se la bebió toda, yo me quedé temblando aún y me grita:

_ VAMOS BEBÉ QUIERO MÁS DE TU LECHE, ESTO TE HA DE GUSTAR,

Ahí fue que recibí una gran mamada, un experto realmente, quizás me dirán pornero pero era tipo esos actores porno gay, me la empezó a mamar poco a poco hasta que poom la tenía toda completo y su nariz rosaban mis escasos vellos púbicos, y mientras me la comía me estaba sobando los huevos, subía y bajaba, estaba en el cielo completamente se me fue el miedo y sólo gozaba y le daba al putito lo que quería le bajaba la cabeza y me la seguía chupando hasta que no aguanté y cuando la tenía toda tragada me vine en su boca, sentía como mi leche recorría su boca y aún me pinga adentro.

¡Pero él absorbió todo y la que quedó en el pubis y en los testículos con su lengua también se la lamió todo, yo ya estaba asombrado y sólo miré mi celular en el piso junto a mi short y la hora eran las 13!10 PM. Ya era tarde y le dije que ya tuve lo que quería que tenía que irme que me esperaban para almorzar, el muy puto solo me miró y me besó y se apartó yo con un poco de agua me lavé el pene y me puse el short y cuando me iba, abrí la puerta, pero le prometí que iba a volver para que lo culee, y me dijo que para lo próxima vez que necesite un corte que vaya que ahí me hacía el combo completo, de nuevo sentí un cosquilleo y me alejé de esa peluquería, salí corriendo a mi casa y Claudia me miraba muy seriamente diciendo dónde estaba, pero no le respondí y solo le di un beso, pero bien intenso (menos mal que no se dio cuenta del sabor del otro mariquita) con eso la contenté.

Pero la duda del porque no se llevaba Claudia con el peluquero no se me disipaba y otro día volví a la estética, ya casi por la noche y así tuve un poco más de tiempo, esta vez para romperle el culo. Sin querer comencé a desear el culo de ese joven marica y a la vez el culo de mi mujer, sin querer me volví un bisexual activo.

Pero sabía que mi secreto pronto sería descubierto, ya que un domingo recuerdo que Claudia me comentó que tenía una reunión en su colegio y que estaría fuera por la mañana. Yo estaba en la casa, mirando un partido de fútbol, cuando mi hijastro me vio de una forma cachacienta y me dijo:

_ Y ERNESTO ¿QUÉ TAL EL CULO DE JAVIER?

_ ¿QUIÉN ES JAVIER?

_ NO TE HAGAS, ES EL MARICA PELUQUERO, CON EL QUE LA HACES CACHUDA A MI VIEJA.

_ ¿DE QUÉ CARAJOS ME HABLAS?

_ MIRA

Y e ese momento en su celular, veo un video donde salgo yo, rompiéndole el culo como un poco al puto ese. Yo en ese momento no supe dónde meter mi cabeza, por lo que se me ocurrió victimizarme.

_ PERDÓNAME JUANJO, PERO TÚ SABES SOY HOMBRE Y LA TENTACIÓN ME TERMINÓ DERROTANDO. POR FAVOR PÍDEME LO QUE SEA, PERO NO LE DIGAS NADA A TU MAMÁ. NO QUIERO PERDERLA.

Juanjo me quedo mirando con una sonrisa bastante cachacienta. Entonces fue cuando me comentó de sus verdaderas intenciones, la cual era que quería cogerse a su mamá. Si bien me opuse, pero me di cuenta que el chibolo de mi jerma, me tenía en sus manos. Acepté que solo una vez se la cogiera, pero él me respondió que eso lo decidiría ella. Para ello yo tenía que ayudarlo en ese plan, a cambio de su silencio.

A partir de ese día empecé a imaginar a mi mujer enseñándole el coñito a su hijo. No se me iba de la cabeza el plan de Juanjo y me excitaba mucho. Empecé a pensar que podía ser posible. Yo podría provocar que ella lo mirase como hombre, sin que ella se alterase por lo sucedido.

Empecé a fantasear con mi plan. Pero primero tenía que asegurarme que ella se podía sentir atraída sexualmente por su hijo.

Primero dejé que Juanjo mirará a su madre cuando salía con alguna minifalda, algún pantalón ajustado, escotada. Vi como disimulaba mirándole el culo, las piernas, los pechos. La historia se me volvía a repetir, cuando yo recordaba la forma en que miraba a mi madre, pero esa vez mi padrastro me la quitó de mi vida, ya que tuve que irme de la casa ni bien cumplidos los 18 años, ya que mi mamá se volvió sumisa del perro ese y le obedecía en todo lo que le pedía.

Entonces decidí poner mi plan en marcha.

Los lunes ella salía del colegio donde trabajaba a las 1400. Era el día perfecto para dejar encima de la mesa del despacho, una foto sacada por la impresora, de mi hijastro mostrando su torso desnudo y en calzoncillos, lo cual le marcaba su bien trabajada figurada para su edad.

Cuando entrase a dejar los libros la vería. Y así fue, pues cuando regresé del trabajo antes que mi mujer, entré al despacho, que la foto, no estaban tal como yo lo había dejado. Ahora tocaba esperar la reacción.

Reacción que no tardó. Pues cuando ingresé a verla en nuestra recamara, ella solo estaba con sus bragas y brasier puesto. Al verla así no dude en tener una erección y ella se acercó a mi toda caliente, pidiendo que la cache en ese momento. No me hice de rogar y comenzamos a hacer amor.

Mientras tirábamos me dice que está muy excitada, que había visto una foto de su hijo casi desnudo y eso la puso full arrecha. Fue fantástico oír eso y saber que mi plan estaba yendo bien.

Durante esa semana mi mujer y su hijo se mostraron muy cariñosos, entre abrazos, besos y uno que otro toqueteo. Yo a veces hacía como un hipo, pero no me tomaban importancia

El fin de semana siguiente fue cuando lo que había empezado como un simple toqueteo, se convirtió en mi mayor pesadilla.

Pero esta semana la historia ha dado un giro inesperado e inexplicable, martes 14 de mayo de 2019, había quedado después de mi horario de trabajo, acompañar a comer a mi jefe para ayudarle a cerrar unos negocios (yo soy su chofer, aparate de su contador). Me comentó que tardaríamos unas 2 horas en ir y volver.

Me levanté muy temprano y después de desayunar, sale mi mujer a despedirse, con una única prenda puesta, unas braguitas negras transparentes, que dejaban ver su conchita recién depilado todavía rojo de los tirones. Los pechos al aire. En pocas palabras, un viento fuerte y se quedaba totalmente como Eva en el paraíso.

Y sin importarle delante de su hijo, ella me dio un pico bastante frío. Como es lógico a los dos machos de la casa se nos fue la mirada al mismo sitio.

Me marché a la oficina y cuando llegué, mi jefe me llamó diciéndome que me daba el día libre, porque al día siguiente estaríamos fuera de la ciudad todo el día que pues la cita se había pospuesto por una emergencia de uno de los socios. Por lo que me vine a casa antes de lo esperado.

Al meter la llave en la puerta observé que no podía girarla pues había otra llave puesta por dentro. Me apresuré a tocar el timbre, lo toqué varias veces y nadie me abría. Entonces llamé por el móvil y Claudia me dijo que salía, que estaba dentro y acababa de ducharse.

Salió a abrirme, llevaba todo el pelo despeinado pero seco y los labios un poquito rojos. Entré para la habitación y oí el agua cayendo del baño, Juanjo también se estaba duchando.

En la puerta de la habitación estaban las sabanas amontonadas para sacarlas al canasto de la ropa sucia. Cuando me fui, la cama estaba hecha.

Observé que el colchón sin sabanas tenía una mancha bastante grande de humedad, como si acabaran de pasarle un trapo mojado. Empecé a pensar que podrían haber restregado una toalla mojada para quitar alguna manchita de semen, pues a mi mujer y a mí nos había pasado más de una vez.

Pensé, será posible que Claudia y Juan, madre e hijo hayan estado. ¿ Acaso el haber puesto esa foto de mi hijastro en su mesa de noche, trajo tanto efecto ?

Pero enseguida me volvió la cordura, ya estaba yo con mis fantasías sexuales, además recordé el chantaje de Juanjo y debía seguir callado.

Dos días más tarde, jueves 16 de mayo, al volver de mi trabajo, me eché a dormir un rato, mi mujer se quedó revisando unos exámenes y su hijo en el ordenador. Me dormí, pero en seguida me desperté y fui a la cocina a beber agua, pues la comida había sido copiosa. Conforme me acercaba a la cocina, oía unos gemidos procedentes de la habitación de Juan. La puerta estaba entreabierta, miré y vi a mi mujer sentada en su silla, apestillada contra la pared. No se le veía la cara, estaba oculta por el marco de la puerta, tenía cogida entre sus brazos la cabeza de Juan, presionándola sobre sus pechos desnudos mientras él se los comía. La falda subida dejando sus piernas descubiertas y ente ellas su chibolo, con el pantalón y los calzoncillos bajados moviéndose bruscamente entre sus piernas y con su pene penetrándola. Ella gritaba entre gemidos

_AH, CÁCHAME MÁS, CÁCHAME MÁS, MÁS, NO PARES SIGUE MI AMOR.

_ SÍ MAMÁ, TE ESTOY DANDO LA CACHADA DE TU VIDA.

_ SÍ MI AMOR, PERDÓNAME POR ANTES NO HABERTE HECHO CASO Y BUSCAR A ESE IDIOTA DE ERNESTO.

_ MAMÁ SOLO YO SOY TU MACHO, DÍMELO

_ SI HIJO TÚ LO ERES.

No podía creer lo que estaba viendo, mi hijo y mi mujer, madre e hijo cachando. La verdad es que la escena me excitó. Me di la vuelta y mientras regresaba a la habitación oí a mi mujer gritar algo conocido por mí

_AH, AH, ÉCHAME TU LECHE, ÉCHAME TU LECHE, AH, AH, LA SIENTO, SIENTO COMO TU LECHE INUNDA MI AGUJERITO, SIGUE, SIGUE, NO PARES, AAHHHH.

Se acababan de correr, Juanjo se había tirado a su madre, le había echado todo su semen en su conchita. Se había corrido dentro de un agujerito, hasta ahora reservado para mí.

Me metí en la cama y mi pene estaba más erecto que nunca. Después de un buen rato cuando ya oí movimiento y supe que habían terminado me metí al baño y me masturbe pensando en lo que había visto. Paradojas de la vida, dos semanas antes, mi mujer y yo follando mientras, sabía que mi hijo se masturbaba pensando en ella y ahora, era yo el que me masturbaba sabiendo que era mi hijo el que se follaba a mi mujer.

No sé ni cuándo ni cómo empezó, pero lo cierto era que Juan se estaba follando a su madre. La había penetrado con su pinga dejando toda su leche dentro de ella.

Otro día como queriendo olvidar lo que había visto, le pedí a Claudia salir a bailar a una discoteca, ella aceptó, pero regresamos muy temprano a casa, pero en ese lugar le conté lo que había visto en su cuarto de ella y del chantaje que me estaba haciendo Juanjo, ya que sabía que me culeaba al peluquero mariconcito. Mi mujer solo escuchaba y me comentó que ella ya lo sabía, que, en el barrio, fue la noticia del momento y que ella era la cachuda de la cuadra. No supe que decir y me pidió volver a casa, que quería ver a su hijo.

Regresamos y al ingresar, vimos a Juanjo mirando una serie y con una cerveza en la mano. Al vernos, nos dijo

._ Será mejor que vayan a la habitación, que están muy cansados.

_ Sí y que nadie nos molesté por favor, dije yo

_ No Juanjo ven dijo ella

_ Pero mi amor ¿Yo?

_ Hijo ven te digo.

Nada más entrar en la habitación, se tumbaron en la cama, quitándose la poca ropa que les quedaba, abrazándose y besándose, comportándose Claudia como una quinceañera por su ansiedad, cuando ella debería poner un poco la calma, pero la comprendí porque se estaba viendo en una situación que nunca hubiera esperado y yo temía que su hijo le hiciera algo que no quisiera, porque le estaba masturbando sin parar y casi estuve por intervenir, cuando me dijo:

_ Solo mira por favor. No intervengas

Claudia se abrió de piernas para que mi hijastro metiera su cabeza entre sus tetitas y empezara a chupar esa conchita que se había depilado para la ocasión, lo que le encantó a Juanjo, porque sólo yo la había visto lleno de pelos y esa vagina ahora depilada lo iba a disfrutar especialmente.

Yo seguí en mi papel de mirar la escena y le dije a Juanjo que la penetrara ya. Se puso encima de ella y empezó a moverse entre los gemidos de mi mujercita que parecía enloquecer por momentos, hasta que llegó al orgasmo a la vez que su hijito empezaba a correrse sobre ella.

A mí todo eso me tenía excitadísimo y tuve que sumarme completamente formando un trío con ellos y siguiendo teniendo sexo en múltiples posiciones y variantes, llenándome de morbo compartir a mi mujer con otro hombre.

Perdí la noción del tiempo que estuvimos haciendo de todo, quedándonos agotados los tres ya sin fuerzas para nada, por lo que después de un breve descanso Juan se levantó y llevando su ropa a su cuarto, nos dejó solos. Me olvidé decir que el pene de él, era algo de 18 cm y bastante gruesa, para su edad.

Conformé pasaba los días, Juanjo, con la experiencia que iba teniendo, aguantaba cada vez más la eyaculación, permitiendo a mi mujer disfrutar durante más tiempo de su dura pinga, pero esta vez le dejé que gozara con total dedicación del cuerpo de su mamá, siendo de lo más morboso para mí ver como los dos iban teniendo relaciones en todas las posiciones, se lamían y disfrutaban plenamente de su sexo.

Pero de un momento a otro Claudia, comenzó a volverse distante conmigo. Al parecer nunca me perdonó que tuviera relaciones con aquel mariquita y fue cuando me enteré que la causa porque le tenía cólera, era porque Javier había acosado antes a Juanjo y al parecer, llegaron a tener relaciones. Yo traté de decirle que, entre él y yo, todo había terminado, que solo fue cachirulo del momento, pero nada sirvió. De todo esto mi hijastro sacó provecho.

Mi mujer me dijo que, si quería quedarme a vivir en la casa, debía aceptar su relación incestuosa con su hijo. La idea me dio mucho morbo, pero no iba a quedarme solo a mirar y sin hacer nada. Por ello decidí buscar al mariquita ( después de todo, si ella ya lo sabía, no había necesidad de ocultarlo) Digamos que el culo de ese chibolo, terminó pagando pato por el desprecio de mi mujer.

A inicios del 2020, antes de la pandemia, viaje por motivo de trabajo. Llegó el confinamiento y la distancia enfrió mi relación con Claudia. Antes que el año acabase, me pidió el divorcio y terminé por concedérselo.

Tres meses después conocí a otro chibolo mariquita, muy rico como el del barrio y ahora él es mi nuevo culito.