Chantaje

Una mujer orgullosa necesita un vestido elegante, va y lo roba, pero lamentablemente es descubierta y debe arreglar cuentas con el gerente, o su circulo social sabrá que es una ladrona

Ese dia salí con mi grupo de amigas como siempre, disimulando.

El dia anterior mi marido me habia contado que estabamos en la ruina, yo aun no sabia como decirselo a mis amigas. Tengo 30 años, soy bastante guapa y con un cuerpo fenomenal gracias al cirujano plastico y mis amigas todas bien casadas con maridos millonarios, presentía que en cuanto supieran que yo no tenia un peso dejarian de hablarme.

Ese dia ibamos de compras, una coleccion de vestidos exclusivos de nuevo diseñador favorito.

-Yo me llevo estos- decía una

-Yo quiero todos los que vengan en tonos oscuros- decía otra

Yo no sabía que hacer, ya les empezaba a extrañar que yo no eligiera ninguno, siendo que era la mas compulsiva para comprar.

-No piensas elegir unos para ti?- me preguntaban a cada rato.

-Saben chicas? Quede de juntarme con mi marido, hoy no ando con ganas de comprar- les dije intentando huir

-Recuerda que el sabado hay fiesta y debes ir con uno de estos modelitos, es obligacion- me dijo una de ellas antes de que yo saliera casi huyendo de la tienda.

Estaba desesperada, para mi lo mas importante es la apariencia y la posicion social, haria lo que tuviera que hacer para ir por ese vestido.

Al dia siguiente volví a la tienda con un buen plan para llevarme el vestido. Tomé muchas prendas y pasé con ellas al probador. En cuanto entré me quite la ropa y me puse el vestido que me habia gustado, luego sobre el me puse mi ropa ocultandolo. Despues de un rato sali con las otras prendas y las deje en su lugar, sonriendo normalmente al haber pasado desapercibida.

Al pasar por la salida de la tienda saltó la alarma sonora. El maldito vestido traia oculta una barrita magnetica.

Inmediatamente el guardia se acercó a mi y me escoltó hasta una habitacion blanca dentro de la tienda, me quedé ahi unos minutos sola y luego entro un hombre.

-Asi que usted es la ladrona...- sin inmutarse me examinó de pies a cabeza poniendo especial atencion a mis senos.

-Quien es usted?- pregunté asustada.

-Soy el gerente de la tienda.

El hombre amenazante se acercó a mi y me quito la cartera.

-Oiga deme eso!- le grite intentando quitarsela.

El hombre la vacio sobre la mesa y busco entre mis cosas hasta encontrar mi identificacion.

-Asi que usted es famosa señora, es esposa de un empresario no? Recuerdo haberla visto por ahi... Asi que ademas de llamar a la policia llamaré a su esposo y a la prensa.

Yo quede palida.

-No, nooo! No puede hacer eso señor, por favor se lo suplico- se lo decia comenzando a llorar.

El hombre examinaba mi cuerpo groseramente, se relamia mirando, yo supe inmediatamente como podia convencerlo.

-Haré lo que usted desee señor- le dije con un tono de voz mas sensual.

Empecé lentamente a quitarme la ropa mirando atenta la reaccion del hombre. Me quite mi ropa quedando con el vestido que habia robado. Era de color rojo ceñido en la parte de arriba con una falda de caida suelta que me hacia ver el trasero espectacular. El hombre se habia sentado en una de las dos sillas de la habitacion y miraba encantado.

Despacio me quite el vestido y me quede solo con mi lenceria. Un conjunto muy sexy en blanco. El sostén me cubria la mitad de la copa mostrando muy bien mis perfectos senos, y mi tanguita cubria muy coqueta mi depilada conchita y en mi trasero llevaba solo un hilo que se perdia entre mis generosas nalgas.

Me acerque caminado como gata en celo hacia el, solo se escuchaba el sonido de mis tacones contra el suelo y la respiracion agitada del hombre.

-Usted no me acusará verdad señor gerente?- pregunté coqueta meneandome ante él.

El hombre jadeaba. Se levantó y me tiró contra la mesa dejandome inclinada encima. Se puso detras de mi y me empezó a manosear el culo, tiraba del hilo de mi tanga perdiendolo mas aun entre mis nalgas. Sin bajarse el pantalon empezó a embestirme contra la mesa una y otra vez con mucha fuerza, yo sentia a través de la tela de su pantalón como crecia y se endurecia su paquete. El tipo estaba fascinado sin dejar de moverse como si me estuviera dando con ganas.

Me tomó del brazo y me sentó en una de las sillas. Sacó su palo de pantalon y me lo puso frente a la cara, rozandome los labios con la punta.

-Abra la boca señora- ordenó el hombre

Obediente la abrí y el me la metia hasta tocar mi garganta, yo se lo succionaba despacio mientras el metia y sacaba. Me tomó del cabello y comenzo a mover mi cabeza haciendome follarlo rapido con mis labios, a momentos aceleraba enloquecido y luego bajaba el ritmo, el hombre disfrutaba ver mi cara mientras la metia y sacaba una y otra vez. Su verga no era larga pero si bastante gruesa.

Me levantó nuevamente de la silla y me subio sentada en la mesa. Se puso en medio de mis piernas, las tomó las subio en sus hombros. Hizo a un lado la tela de mi tanga y empiezo a clavarme la cabeza de su vergota. Mi marido la tenia mucho mas delgada, este tipo me iba a abrir mucho la conchita, pero esta mojada, resistiria.

Con un poco de dificultad y metiendo presion el hombre logró metermela, estaba delicioso, el grosor me daba un placer enorme. Al tenerme asi de abierta podia metermela completa hasta que sus huevos se pegaban a mi, una y otra vez, muy despacio. El hombre sabia follar, me estaba volviendo loca con el mete-saca.

Yo gemia como loca sin siquiera pensar que alguien podia escuchar, me la estaba gozando.

El hombre empujaba fuerte cada vez que entraba intentando llegar mas dentro de mi vagina, ese salvajismo me tenia muerta. Gritaba cada vez que empujaba exitandolo mas aun, hasta que el tipo lo hacia lo mas rapido posible sin dejar de empujar contra mi con toda su fuerza.

-Voy a correrme!- grito el hombre

Me saco rapidamente la verga de la concha, me tomo del pelo y me agacho a mamarsela mientras me llenaba la boca de su leche

-Bebala señora, si derrama una sola gota su marido y la prensa sabran que es una sucia ladrona.

Me hizo mirarlo mientras me iba tragando su espesa leche y despues me hizo seguirsela lamiendo y chupando para que se le pare otra vez.

Tras varios minutos el hombre la tenia durisima como piedra de nuevo. Me puso como al principio contra la mesa, inclinada encima dandole mi culo. Tiró del delgado hilo de mi tanga y me la rompió. La llevó a su nariz y la olfateó exitado mas por mi olor impregnado en la tela, luego lo guardo en su bolsillo.

-Un recuerdo de usted señora- me dijo y me empezó a nalguear los cachetes dejandolos rojos. Ensalivó sus dedos y comenzó a dilatarme primero con uno y luego con dos. Yo me quejaba, nunca me habian follado el culo, me dolia mucho lo que hacia con sus dedos.

-Señor por favor el culo no, si quiere se la chupo de nuevo, o folleme la concha cuanto quiera pero el culo noooo

-Callese señora, quiero su culo y me lo voy a follar!

Me dio otra fuerte nalgada moviendo los dos dedos salvajemente dentro de mi ano. Los sacó y sentí con dolor como empezaba a hacer entrar la cabeza de su vergota. Me ardia muchisimo, sentia que en cualquier momento me lo iba a rajar. El hombre no paraba, forzada a mi pobre agujerito a agrandarse mucho, las lagrimas me caían y gritaba mas y mas fuerte.

El hombre me nalgueaba con fuerza

-Callese señora ladrona, quiero oir como sonara su culo cuando lo parta.

Yo lloraba mas fuerte aun por la amenaza y mordia mi labio para no gritar. El hombre en un movimiento brusco me la metio toda y yo solte un grito enorme por el dolor que me habia paralizado.

-Mmmm siiii, que rico culo...

El hombre tenia mis manos sujetadas tras mi espalda, se podia mover a su antojo. Empezo suavemente dejando que mi pobre culo se acostumbrara un poco, pero iba acelerando mas y mas sin piedad del dolor enorme que me provocaba, de echo el desgraciado gozaba al ver el dolor en mi cada vez que empujaba con fuerza.

Me follaba salvajemente, golpeaba mis muslos contra el borde de la mesa, se escuchaba el clap clap de su piel chocando contra la mia y el suave ruido de mis tacos cuando me alzaba por la fuerza de sus penetraciones, ademas de sus gemidos y jadeos.

Siguio hasta dejarme media desmayada por el dolor y sin aviso me llenó el agujero de su leche. Suspire al sentirlo terminar.

El hombre me dejó vestirme y limpiarme en un baño de la oficina, note que me habia echo sangrar el culo. Me arregle para salir lo mas dignamente posible. Al volver con el tenia el vestido que yo habia robado en una bolsa y me entregó la boleta de la compra; el lo habia comprado para mi.

Sali adolorida de la tienda, follada por todos mis agujeros, pero por lo menos tenia el vestido.