Cesar (Parte 1)

Esto es lo que pasa cuando uno sabe que es lo que quiere y como obtenerlo...

Estoy a media clase calidad total y miro mi reloj, son las 11:23 a.m. para ser lunes se me esta haciendo algo aburrido el día, solo falta media hora para que la clase termine y pueda tomarme un buen jugo en la cafetería, el maestro Enrique de calidad total nos da la noticia de que la clase a terminado, nos ha dejado unas lecturas que hay que leer para el miércoles, tomo mi libreta del tipo tareas o algunos las pueden imaginar esas libretas como pequeñas; aunque es muy pequeña a comparación de las que utilizan mis demás compañeros, para mi es perfecta, yo no necesito hacer muchas anotaciones tal vez una o dos por clase, pero nunca han pasado mas de dos renglones, tengo la fortuna de poseer un buen cerebro.

Me dirijo solo a la cafetería, al pasar por debajo del domo que tapa lo que es la explanada principal de la universidad, puedo ver a los alumnos que están sentados en las bancas alrededor de la explanada, cuando atravieso la explanada, puedo ver la entrada de la cafetería, y lo que mas me llama la atención son ese par de nalguitas hermosas que se mueven hacia dentro, y un segundo después están atravesando la puerta de cristal de la cafetería. Inmediatamente ciento un hormigueo en mi entrepierna, esa es una de tantas señales que mi cuerpo me da para saber que ella será la siguiente.

Sigo caminando, hasta que Gabriela, alumna de contabilidad, me detiene a un paso de llegar a la puerta de cristal.

-hola –se acerca más y me saluda con un beso, mitad en mi mejilla y mitad en mis labios- que malo eres, no me hablaste en todo el fin de semana, ¿no me extrañaste?

-quise hacerlo pero no lo logre, tal vez este fin de semana pueda lograrlo.

-que malo eres, si sigues así voy a pensar que no te gusto lo del otro día.

-claro que me gusto, -y como no gustarme si con esos labios me llevo al cielo- a demás quiero extrañarte por que así te deseo mas.

-eso me parece bien, así es que mejor me voy, tengo clase y voy a entregar un trabajo.

-ok. Cuídate.

-chao. –Se despidió de la misma forma que me saludo-

Al entrar a la cafetería puedo ver a mi objetivo de frente, ella avía terminado de ordenar su pedido con la cajera y camina hacia una de las mesas que están desocupadas.

Solo necesito medio segundo para darle un buen repaso a ese hermoso cuerpo que tiene. Es alta, calculo 1.70, se nota que hace aerobics, por el contorno de su cuerpo, sus medidas han de estar entre 85-64-90 o por lo menos mi experiencia eso me dice, tiene una cabellera de color negro, lo tiene recogido en una coleta de caballo muy cuidadosamente puesta, si se la soltara llegaría a la mitad de su espalda, tiene unos ojos café oscuro, una nariz recta; su piel es liza, entre un color blanco y moreno, se nota que usa muchas cremas, -me gusta que se cuiden- esta usando una playera azul marino que le ajusta muy bien a su cuerpo, también tiene puesto unos jeans que están entre lo ajustado y lo cómodo, o así es como le digo yo por que están lo suficientemente ajustados para poder ver el contorno de sus piernas y de su culito, pero no deja ver o imaginar su vagina.

Paso a su lado mirando los letreros que hay pegados cerca de la cajera para saber que voy a pedir, puedo oler su aroma, es como de durazno y fresa, o tal vez lo estoy imaginando por que en una cafetería hay muchos olores.

-buenos días joven

-buenos días señorita –saludo de esta manera a la cajera, aunque de señorita no tiene nada por que a de estar entre los 50 y 60 años de edad, se lo digo por amabilidad y porque me da las cosas gratis- como le fue este fin de semana, ¿muchas fiestas?

-como cree usted, me la pase en mi casa, me visitaron mis nietos –me cuenta brevemente mientras intenta ella contener los rubores en su cara- ¿y que pedirá el día de hoy?

-un jugo de naranja, -ella escribe algo en la computadora que tiene en frente.

-estará en su mesa en un minuto

-¿Cuánto es por el jugo?

-no se preocupe no es nada.

-gracias.

Me doy media vuelta y busco a mi objetivo, ella esta sola en su mesa, esperando su orden, sin pedir permiso me siento a un lado de ella, me quedo callado mirándola a los ojos.

-¿Qué?-dice ella.

-solo intento adivinar si estas preparada

-¿preparada? ¿Para que?

-para recibir un sincero alago de un completo desconocido.

-jajajajaja… si, si estoy preparada.

-eso esta de lujo, por que yo también, así es que empieza tu.

-jajajajaja… eres simpático,

-eres muy observadora.

-jajajajaja… y ¿Quién eres? ¿Cómo te llamas?

-¿Quién soy?, eso te toca descubrirlo tu, pero me llamo Cesar, ¿y tu nombre?

-Diana –le extiendo mi mano para saludarla, ella la toma y aprieta la mía, me acerco a ella para saludarla como amigos, de beso en la mejilla, ella recibe mi beso de la forma más normal posible.

-y dime Diana, cuantos años llevas pisando esta tierra.

-19

-Y a tus 19 años ¿Qué es lo mas extraño que te a pasado?

-tu.

-eso es ¿verdad? Creo que necesitas a un hombre que te haga vivir nuevas emociones.

-¿y tu me las harás vivir nuevas emociones?

-solo si me haces esa pregunto guiñándome un ojo

-¿me harás vivir nuevas emociones? –ella me guiña el ojo derecho.

-préstame tu celular un momento.

Ella saca su celular de la bolsa derecha de su pantalón, lo cual yo aprovecho para darle otro repaso más a su cuerpo, cuando me da el celular lo examino por un momento la pantalla táctil que tiene, presiono la pantalla y aparece una fotografía de ella sonriendo, presiono el icono donde se hacen las marcaciones y marco mi numero, mi celular suena, cancelo la llamada y lo guardo en su agenda con mi nombre, inmediatamente le regreso su celular.

-cuando salgas de clases me marcas; bueno siempre y cuando te quieras divertir.

-¿en que salón estas?

-B4 –en ese momento una de las empleadas puso nuestras ordenes en la mesa, ella pidió una ensalada de frutas, yo tome mi jugo y me levante- bueno, me voy por que me han de estar esperando para terminar unos trabajos, fue un gusto conocerte Diana.

-igualmente.

Nos despedimos con un beso en la mejilla.

Cuando camino hacia la puerta miro mi reflejo en la puerta, y me doy cuenta que no me separa su vista de mí. Salo de la cafetería, miro hacia donde esta ella, y le regalo una sonrisa cómplice que solo dice que me he dado cuenta que no deja de mirarme, ella se ruboriza, se agacha y regresa a su posición original.

Durante el trayecto de regreso a mi salón miro por las ventanas de los salones a mi derecha, algunos profesores están frente al pizarrón, con diapositivas reflejándose en ellos, otros están sentados en su escritorio rodeado de alumnos, un salón mas esta medio vacío paso en frente de las escaleras que llevan al segundo nivel, una pareja esta bajando por ellas, el chico, creo que se llama Miguel o algo por estilo lleva su brazo alrededor de la cintura de Miriam, ella me mira y al reconocerme me ignora rápidamente. Que pensaría su pareja en turno que ya la tuve entre mis brazos, bueno, mejor dicho que ella me tubo entre sus piernas.

Paso por el frente de los baños de las mujeres, después de los hombres, y después de unos 4 metros mas estoy en frente de la puerta de mi salón, me recargo en la columna final de edificio de salones, mientras le doy unos sorbos a mi jugo sé que tengo que concentrarme, por que tengo que exponer un tema algo complicado de dar a entender a los demás. Ya son las 12:00 del medio día, solo tengo que esperar 5 minutos mas en la puerta para ver aparecer a mi profesora favorita, Ester. Es delgada, de una estatura de 1.75 lo se porque esa es mi estatura y he estado muy cerca de ella como para calcular la suya muy bien. El día de hoy tiene el pelo suelto, tiene un corte que le llega hasta los hombros, con una nariz un poco respingada pero linda, aunque sus senos y culo no son muy buenos aun así es muy atractiva.

Ella pasa en frente de mí y me mira a los ojos.

-hola Cesar

-buenos días profesora.

Deje que ella entrara primero, después entraron otras dos chicas y por ultimo yo, durante toda la clase, me mantuve concentrado, después de pasar dos equipos a exponer se que es mi turno, cuando me estoy levantando de mi butaca, mi celular empieza a vibrar dentro de mi bolsillo, lo saco y oprimo un botón para ver el mensaje mientras camino para ponerme en posición.

Cesar, estaré esperándote cuando salgas de tu clase, las mías ya terminaron, espero que valga la pena… Diana.J

El texto solo me da más ánimos para dar mi mejor esfuerzo en la exposición de mi trabajo.

Cuando termino, la profesora da por finalizada la clase, después de dar unas indicaciones de lo que se tiene que entregar para la siguiente clase se despide de nosotros, yo veo el reloj del celular y tengo 5 minutos de sobra, pero no hay por que hacer esperar a Diana. Cuando salgo con mi única libreta, la busco con la mirada y la encuentro sentada en una de las bancas que están debajo del domo, voy directo hacia ella, unas chicas que salieron antes que yo de mi salón, se despiden de mi yo les regreso la cortesía sin dejar de caminar, ella me ve a un par de metros antes de que yo llegue hasta ella. Se levanta.

-y ¿A dónde me llevaras?

-ya se me ocurrirá algo.

Tomo su pequeña mochila y me la cuelgo en mi hombro derecho, y con la mano izquierda la tomo de la mano y la levanto, ella no pone objeción, caminamos frente al grupo de compañeros que todavía están saliendo de nuestro salón, todos nos miran; no tengo que mirar hacia el grupo para saber que los hombres se mueren de envidia por la chica que tengo agarrada de mi mano y las chicas, sé que la miran con un poco de odio.

Al salir de la escuela dirijo mi camino a un centro comercial que esta cerca, y que tengo que comprar un libro que me gusto hace tiempo y no había tenido el tiempo de comprarlo.

-¿no tienes auto?

-no lo traigo a la escuela, vivo cerca de aquí.

-¿A dónde vamos?

-me acompañaras a comprar un libro y después, no se.

-no tienes la cara de que eres de eso que leen.

La platica circulo alrededor de mis gustos, entre pregunta y pregunta descubrí algunos gustos de ella que me ayudarían a que me abriera las piernas. Ya estando dentro del centro comercial entramos a la librería, mientras busco mi libro, otros títulos me llaman la atención, suelto su mano para poder manipular los libros, camino unos metros mas y ella se distrae en un anaquel de chucherías, por fin he encontrado lo que buscaba, la busco con la mirada y esta entretenida viendo un pequeño pitufo, me acerco sin hacer ruido y la tomo por la cintura, ella da un respingón con una sonrisa, su cuerpo hace una ligera curvatura lo que me da placer por que me restriega su culito en mi entrepierna, lo siento duro a través de la tela de su pantalón y el mio. Sé que no lo ha hecho con esa idea, pero aun así sé que lo a notado, ella esta sonriendo y me reclama el susto que le he puesto, después de unos cuantos juegos, con mi mano en su cintura me dirijo hacia la mesa de pago, un señor ya entrado en años me recibe el pago por el libro que tengo en mi mano izquierda, después salimos de la librería.

-¿Qué libro compraste?

-el kamasutra, pensé que podíamos leerlo juntos.

-jajajajaja.

-se llama diario de un seductor.

-y ¿es bueno?

-es muy educativo.

-eres bueno seduciendo –la mire a los ojos y su cara cambio rápidamente a un tono rojo.

-jajajajaja. –mi mano que la tengo casi rosando en su totalidad su nalga derecha la subo hasta tomarla por la nuca y le planto un beso, rápido, pero firme, húmedo, tierno, protector, un beso de agradecimiento por su honestidad.

La tomo de su mano y la guio por los pasillos del centro comercial. Después de unas risas, abrazos, y más risas, voy por más.

Estamos en los helados, clásicos helados, yo estoy con uno de chocolate y ella con uno de limón, “clásico” pienso en mis adentros.

-¿quieres probar del mío? –no espero su respuesta y le acerco a la boca mi helado, ella hecha hacia atrás si cabeza pero revive mi invitación, le da una lamida en la parte de arriba de la bola de nieve, su lengua pasa por toda la circunferencia de la bola que forma el helado, el hormigueo en mi entre pierna hace su Aparicio. Empujo el helado dejándole un bigote de chocolate, en la punta de su nariz hay también helado de chocolate.

-hoye ¿Qué te pasa?

-no te muevas –le digo jugando.

Con el dedo índice de mi mano derecha le quito el bigote de chocolate, ella sonríe, se esta divirtiendo; por la cercanía entre los dos, no me cuesta trabajo quitarle el helado que tiene pegado en la punta dela nariz, ella sonríe, esta nerviosa, algo incomoda pero no se mueve, sigo con mi labor de limpieza, sonríe un poco mas, quiere decir algo, mis labios sellas los suyos, el frio de lo que estamos comiendo lo podemos sentir con mas intensidad, esto hace que el beso sea mas difícil de olvidar. El beso se prolonga mas y mas, sus labios se mueven deliciosamente, los míos aprisionan su labio inferior, ella habré un poco mas su boca, siento que su lengua se hacer tímidamente, la siento rosar mi labio superior; me separo de ella, siento como ella sigue mi movimiento para evitar que el beso termine, pero así es como lo he planeado, así es como debe de ser.

Nos estamos mirando a los ojos, por su mirada no entiende por que me he detenido, sé que quiere más, la tomo por la cintura, por su perfecta cintura, la galo hacia mí y le doy un beso pero esta vez en la frente, con la suficiente ternura que solo se compara con el beso de un padre a su hija traviesa. Ella esta sonriendo, yo también.

-que te parece si me acompañas a mi casa a dejar el libro y después te llevo en coche a tu casa.

-si, claro.

Estamos saliendo del centro comercial, el sol esta implacable, calienta demasiado, igual de lo que quema la piel, me preocupo por llevarla por los lugares donde hay sombra, la platica solo se trata del clima tan loco que esta gobernando estos días, hago uno que otro chiste que tiene como respuesta que ella se abrase a mi brazo izquierdo y casi se cuelgue, esta loca de riza, eso es bueno. Estamos dando una vuelta a la izquierda en una esquina; de frente nos encontramos a un grupo de manifestantes preparándose para desatar el caos vial, “que bueno que no traigo mi auto, por que podría hace que vieran la parte de debajo de el”

Caminamos otros minutos, mas, durante el trayecto, hombres maduros, se le quedan viendo, yo la brazo cuando me doy cuenta que esas miradas la incomodan, al parecer no es tan liberal como lo pensaba la primera vez que la vi, pero eso solo hace que cambien un poco mi estrategia. Estamos frente al edificio de departamentos, es un edificio relativamente nuevo, y así lo digo por que todos los edificios de este lugar son coloniales, así es como el gobierno los quiere conservar, para dar al ambiente un tono clásico, pero este edificio es cuadrado, de 8 pisos de altura blanco, que solo hace resaltar las ventanas entintadas, tiene una pinta de edificio lujoso, ella lo esta mirando como si fuera la primera vez que esta frente a él.

-¿aquí vives?

-si solo durante la semana por que los sábados y domingos me la paso en casa de mis padres, ven, pasa, solo tardaremos un par de minutos.

Le digo esto mientras abro una puerta negra que esta a lado de el portón por donde salen y entrar los autos, al abrir la puerta le hago un ademan de caballerosidad para que pase ella primero, me doy cuenta que esta algo intuitiva con el asunto de entrar a la casa de alguien que a conocido apenas unas horas atrás.

-y ¿tu casa esta lejos?

-a unos… 20 minutos de aquí, ¿esta lejos para ti?

-solo pregunto, dejare una nota a donde me llevas por si me secuestras, será mas fácil que me encuentre.

-jajajajaja… ¿eso que?

-solo digo, a demás ese no es el problema, lo que me asusta es que me trates mal. –estamos subiendo las escaleras.

-bueno, de eso no tienes que preocuparte por que el día que te secuestre te tratare bien.

-eso espero.

Me esta constando algo de trabajo hacer que sonría mientras sube las escaleras hasta llegar al segundo piso, donde se encuentra mi departamento, pero a pesar de todo puedo rebatarle dos o tres risitas, lo que ayuda a relajar un poco el ambiente, espero que todo cambie estando dentro, a pesar de todo yo si me divierto, como ella paso primero, toda la subida de las escaleras tengo casi en mi cara su culito, puedo ver como se mueve de un lado a otro mientras sus torneadas piernas pisan los escalones de uno en uno, se puede ver la fuerza que hacen sus  pantorrillas al subir los escalones, es un deleite ver donde se unen sus piernas, sus nalgas, como bailan, como se inflan por el esfuerzo.

Ella me da paso para abrir la puerta, cuando esta abierta caballerosamente le sedo el paso, ella voltea de un lado a otro para examinar mi sala.

Para ser sinceros, mi departamento no lo tengo tan ostentoso como otras personas imaginaria, a mi me gustan las cosas practicas, y pensando en eso solo tengo lo esencial, un televisor de plasma, de bajo esta un reproductor de Blu-ray un poco mas abajo esta una consola de Xbox, y mas abajo esta un estéreo multiusos, también tengo un sofá negro, de un estilo entre ejecutivo y natural, lo que le da a la sala un aire de sofisticación, detrás del sofá, esta un comedor, en una de las esquinas traseras tengo una planta de sombra, tengo con ella casi 1 año y todavía n se como se llama, a la izquierda de la puerta de entrada esta la cocina, muy bien preparada para todo tipo de platillos que se quieran preparar, al otro lado de lo que conforma la sala esta un pasillo, del lado derecho esta un cuarto donde hago ejercicio, mi GYM personal, al frente de esta puerta esta otro cuarto donde tengo mi área de trabajo, una pequeña ofician, un escritorio con una computadora, una mesa de trabajo, un pequeño sofá que esta al frente de un mueble donde están mis libros favoritos, tanto de entretenimiento como de estudio en medio del librero esta otro televisor de plasma. Mas al fondo del lado derecho esta la puerta que lleva a mi recamara, mi santuario, donde se encuentra mi lugar favorito, mi cama. Al fondo del pasillo esta el baño. Pero ella se queda quita, con la mirada fija frente a una guitarra eléctrica hecha añicos que esta en el lado izquierdo del televisor de plasma que esta en la sala, la guitarra esta dentro de un aparador de cristal, una guitarra clásica, un hermoso regalo.

-¿y eso?

-es un regalo.

  • y ¿a eso se a convertido el rock? ¿en una guitarra hecha pedazos en la sala de un niño mimado? –en definitiva eso no me lo esperaba.

-¿eso piensas de mi?

-en este momento, si

-si soy un niño mimado, entonces necesito mano dura. No quieres ser mi mami. –se lo digo dejando todo lo que traíamos en el sofá. Hago una ligera inclinación de mi cuerpo para mi trasero apunte hacia ella- castígame mami he sido un niño mimado.

-jajajajaja. Que menso eres –me da una nalgada y camina hacia la cocina. –no te molesta que tome un vaso de agua.

-para nada.

Mi mochila se cae del sofá, la tomo y la regreso a donde estaba, pero esta vez en una mejor posición, la alcanzo en la concina, la encuentro tomándose el baso de agua en frente de la mesa de preparación de alimentos, la tomo por la cintura y cuando ella tiene el baso entre los labios, hacerlo mi boca a su cuello, lo suficiente para que sienta mi aliento, pero sin tocar su piel. Ella deja de tomar agua para controlar el escalofrió que le recorre el cuerpo, lo se porque siento como su cintura se mueve.

Diana deja el vaso con agua en la mesa, da media vuela intentando empujarme, pero solo es un juego por parte de ella, como no la he soltado, me abrasa por el cuello, me planta un beso. Esta vez su lengua tarda en comenzar a acercarse a mis labios, pero esta vez no me aparto, ahora la estoy sintiendo rozar mi labio inferior, es cálida, húmeda, la atrapo con mis labios, es resbalosa, intensa, con un sabor que no puedo identificar, sus dedos entran entre mi cabello, aprieta mi cabeza para que no pueda escaparte, y no lo hare. Como la tengo nómada por la cintura, mi mano derecha baja un poco mas, solo lo suficiente para que sepa que es lo que quiero, pero no lo suficiente para que se sienta mal por mi movimiento. Puedo sentir sus senos presionándose en mi pecho, ahora se que ha llegado el momento. Es el momento de llevármela a mi recamara, a mi cama…

Continuara…