Cenas, fiestas y cosas de la vida (Cap. 7)
Cap. VII La comida.
Cap. VII – La comida.
Llegaba Néstor al bloque donde vivía su familia cuando vio salir a las niñas del portal.
NESTOR: Hola chicas, ¿dónde vais?
Les dio dos besos y un achuchón a cada una.
BLANCA: Vamos a una fiesta de cumpleaños de una amiga, volveremos tarde, mamá está preparando la cena para vosotros, que os lo paséis bien.
La niña le guiñó un ojo, Néstor pensó que su hija mayor realmente era muy madura. La pequeña estiró de la mano de su hermana saliendo dando saltitos, ella todavía era muy infantil, cosas de la edad pensó.
NURIA: Sí, que os lo paséis bien, adiós papá.
Blanca se despidió saludándolo con la mano cariñosamente. Subió al piso y llamó, le abrió la puerta Lisa, entró y la abrazó dándole un beso en los labios.
LISA: Tú te estás cogiendo muchas confianzas caballerete.
NESTOR: ¿Qué pasa, no puedo besar a mi mujer?
LISA: Tú ex, perdona.
NESTOR: No estamos divorciados.
LISA: Pero sí separados, listo.
NESTOR: Bueno, eso tiene solución.
LISA: Ay que prisas tienes.
Se metió en la cocina para controlar lo que estaba cocinando, él la siguió poniéndole la mano en la cintura y medio culo mientras miraba lo que había dentro de la sartén.
LISA: Esa mano, eres muy tocón, no recuerdo que lo fueras tanto antes.
NESTOR: La cena hace muy buena pinta.
La mano iba bajando teniéndola ya en medio del culo subiéndole el vestido, Lisa le miró los ojos, Néstor apagó el fuego para que no se quemara la cena, se colocó detrás de ella besándole el cuello, ella cerró los ojos llevando una mano para atrás para acariciarle la cara.
LISA: Ay Néstor, ¿Qué estás haciendo?
Él no le decía nada, su boca le recorría el cuello, la cara y el oído besándolo, a la vez el vestido se lo iba subiendo, le metió la mano por debajo, la pasó por la cintura llegando a la barriga que se la acariciaba con suavidad, la fue bajando lentamente, Lisa suspiraba cerrando los ojos, la metió por dentro de las bragas, pasó por encima del vello púbico llegando al inicio de la rajita del coño, con un dedo fue jugando suavemente por encima, Lisa gimió llevando su cuerpo hacía atrás enganchándose a él, la mano de la cara se la pasó a la nuca agarrándolo con fuerza, en ese momento el dedo llegaba al clítoris, otro gemido de Lisa, Néstor puso un segundo dedo subiéndolos y bajándolos con el clítoris en medio, notaba como a su ex mujer se le mojaba el chichi, fue bajando los dedos hasta el agujerito de la vagina metiéndolos un poco, se les impregnaron de flujo, volvió a subirlos dándole vueltas al botoncito mágico, Lisa gimió fuerte agarrándole el paquete llevando una mano atrás.
Con la otra mano Néstor se desabrochó el pantalón dejándolo caer, de un tirón se bajó también la ropa interior, Lisa le pudo agarrar la polla pajeándola.
NESTOR: ¿Estás bien mi amor?
LISA: Como me pones cabrito.
NESTOR: Estoy loco por follarte.
Lisa tiró el culo para atrás restregándolo con su polla, él estiró de sus caderas para que lo sacara más, ella se apoyó con los brazos en la encimera y la cabeza encima sacando el culo todo lo que podía, Néstor ya descontrolado le levantó el vestido por encima de la cintura, le agarró las bragas estirando de ellas, sujetándose la polla se la apuntó metiéndola de un golpe, gritaron los dos a la vez, empezó un vaivén adelante atrás metiéndosela y sacándosela que les hacía gemir sin parar, la mano de Lisa le acariciaba la cadera siguiendo el ritmo, los gritos aumentaban, podían oír el sonido del roce de la polla con el flujo cuando la penetrada, ese sonido de estar lubricado al máximo, Lisa levantaba los talones temblándole las piernas, Néstor empujaba empotrándola como si no hubiera mañana, él con los pantalones y calzoncillos en los talones y ella con las bragas en las rodillas, se corrieron a la vez, ella abría la boca con la cabeza en la encimera y apoyada sobre las puntillas de los pies, él le llenaba el coño a lechazos dándole golpes secos y fuertes con la cara desencajada del gusto.
Se relajaron, Néstor puso la cabeza encima de la espalda de ella respirando aceleradamente, Lisa se subía las braguitas para que le sacara la polla y ponérselas, mojándolas de los flujos y el semen que le salía del coño.
LISA: Parece que hoy has llegado un poco calentito.
NESTOR: Calentito me pongo cuando te veo amor.
La giró y se besaron dulcemente. Fueron al cuarto de baño para lavarse, Lisa se cambió las bragas y acabaron de hacer la cena. Estaban sentados cenando, llevaban un rato hablando de lo bien que cocinaba Lisa cuando…
LISA: He preparado esta cena porque tengo que hablar contigo.
NESTOR: ¿Me vas a dejar que vuelva con vosotras?
Lisa le miró los ojos con cariño y le acarició la cara.
LISA: Ten un poquito más de paciencia por favor, lo que si voy a hacer es darte un juego de llaves para que puedas entrar y salir cuando quieras, ¿qué te parece?
NESTOR: Que a falta de pan buenas son tortas, es otro pasito adelante, me parece bien. ¿Qué me quieres decir entonces?
LISA: Me gustaría que vinieras a comer el sábado.
NESTOR: Eso está hecho.
LISA: Vendrá Dani.
NESTOR: ¿Dani?, ¿quién es Dani?
LISA: El novio de Blanca.
NESTOR: Que novio, ¿cómo que novio?, ya me estás poniendo nervioso.
LISA: Te recuerdo que fuiste tú quién quiso conocerlo cuando te enteraste.
Néstor se alteraba, se limpiaba la boca con la servilleta, se secaba el sudor de la frente y levantaba la mano de la servilleta desplegándola que parecía un árbitro asistente en el futbol.
NESTOR: Pero mujer, una cosa es conocerlo y otra meterlo en casa, ¿no es un poco pronto para que venga a comer, o a lo que sea?
LISA: Si tú hija tiene una relación con él, prefiero tenerlos en casa a que estén por ahí vete a saber dónde.
NESTOR: ¿Dónde van a estar?, en el cine, dándose algunos besos, o algún sitio cogidos de la mano, ya está.
Lisa levantaba las cejas torciendo la mirada.
LISA: Ay Néstor, que inocente eres alma de cántaro, haber como te lo digo para que no te afecte demasiado.
Néstor lo vio venir y se asustó, dejó los cubiertos encima del plato y volvió a secarse el sudor con la servilleta.
NESTOR: Li, li, lisa, a, a, a, a ver que me vas a decir.
LISA: Que tu hija no es virgen.
NESTOR: No me jodas, no me jodas. ¿Cómo?, ¿cómo puede ser?
LISA: Néstor por favor, ¿de verdad te tengo que explicar cómo es?
NESTOR: No, no, detalles no por favor.
LISA: No te preocupes, lo hizo tomando precauciones.
Néstor se ponía de pie a punto de perder los papeles levantando la voz.
NESTOR: ¿Y tú cómo coño lo sabes?
Lisa también alzó el tono poniéndolo a su altura.
LISA: Porque hablo con ella zoquete, ella tiene confianza conmigo y me gusta, así le puedo ayudar o aconsejar. Siéntate hombre y no te pongas nervioso.
NESTOR: ¿Ayudar, aconsejar, en qué?
LISA: Pues en que usaran preservativo por ejemplo, y algunos consejos que quedan entre ella y yo.
NESTOR: ¡Ja!, no te jode, seguro que fuiste tú quien compró los condones encima.
LISA: Pues claro.
NESTOR: ¿Cómo que claro?
LISA: Ella tenía que ir preparada, los hombres ya sabes cómo sois, perdéis el culo por meterla y no controláis nada, luego el “problema” nos lo quedamos las mujeres.
Se hizo un momento de silencio, Lisa intentaba aguantarse la risa de ver a Néstor mientras se calmaba.
NESTOR: Así que ya…
LISA: Sí.
NESTOR: ¿Y tú quieres que ese chico venga a casa para que pueda estar con tú hija, encerrarse en su habitación y…?
LISA: Y follar o hacer lo que quieran…
NESTOR: ¡LISA POR FAVOR!, tienes que ser tan bruta hablando coño.
LISA: Solo te digo la realidad.
NESTOR: Esto es una locura.
LISA: A ver Néstor, ¿es que nosotros no hicimos lo mismo?, cuando tenías su edad no buscabas con las chicas también…
NESTOR: Nosotros éramos diferentes.
LISA: Sí claro, nosotros teníamos poderes especiales.
NESTOR: Es que ponerle las cosas tan fáciles, ¿no crees qué…?
LISA: ¿No te hubiera gustado que te las hubieran puesto a ti?, a saber donde follaste porque no tenías un sitio seguro y en condiciones.
NESTOR: Madre mía como está degenerando esta conversación.
Siguieron comiendo en silencio, se miraban a los ojos de vez en cuando.
LISA: Así, ¿vas a venir o no?, es por calcular la comida.
NESTOR: Claro que voy a venir, quiero que se quede con mi cara ese niñato.
Lisa sonreía moviendo la cabeza de lado a lado, mientras le volvía a acariciar la cara a su ex marido.
El sábado se levantó, desayunó, puso una lavadora, hizo algunos trabajos de casa como barrer y fregar, cuando se acercaba la hora escogió la ropa que ponerse, se duchó y afeitó. Cuando estaba cerrando la puerta de su apartamento pensó: “Néstor, mira que llegas a ser tonto, te has preocupado de tú imagen para ir a conocer a un niñato, él seguro que se habrá puesto lo primero que ha encontrado”, no encontraba una razón convincente pero una cosa tenía clara, ese chaval le caía como el culo sin conocerlo. Cómo Lisa le había dado un juego de llaves pudo entrar sin llamar.
Solo entrar dio una voz para que se enteraran que había llegado, Lisa salió a recibirlo, lo agarró del brazo y lo acompañaba al salón.
NESTOR: ¿Ya ha llegado?
LISA: A media mañana ya estaba aquí, tú hija está muy contenta.
NESTOR: Pues yo no tanto.
LISA: Tranquilo, vale.
Néstor la miró con una sonrisilla nerviosa, entraron en el salón, se encontró a su hija pequeña Nuria sentada en un sillón mirando el móvil, a Dani en el sofá, con Blanca sentada encima de sus piernas de lado acariciándole la cara. Néstor giró la cabeza hablándole al oído a Lisa.
NESTOR: Que mal empezamos, ¿es qué tienen que estar sentados así coño?
LISA: Son jóvenes y están enamorados.
NESTOR: Sí joder, pero es que parece que se vayan a comer uno al otro…
LISA: Por favor eh, compórtate.
NESTOR: Ya, ya, me comporto, me comporto.
Se acercaron, Nuria se levantó de un salto abrazando a su padre dándole un beso, a los otros dos les costó más levantarse. Blanca se acercó y le dio otro beso.
BLANCA: Papá, te presento a Dani.
El chaval se había levantado, Néstor estiró la mano para estrechársela y Dani se la agarró de lado con los pulgares para arriba como si fueran colegas de toda la vida.
DANI: Hola, ¿Cómo estás?
Antes de contestar, Néstor pensó que si él hubiera saludado al padre de Lisa igual cuando se lo presentó, le hubiera “encasquetao” un ostión en toda la cara de cojones. Lisa le iba dando golpecitos en la espalda para tranquilizarlo.
NESTOR: Muy bien, gracias.
DANI: Me alegro de conocerle, Lisa me ha hablado mucho de vosotros.
NESTOR: Vaya, que bien, espero que no te dijera nada malo.
DANI: No, que estabais separados y eso.
NESTOR: ¡Caray!, que conversaciones más divertidas tenéis.
DANI: Mis padres también lo están, pero no se llevan tan bien como vosotros, no se pueden ni ver.
BLANCA: Bueno papá, ya seguiréis hablando más tarde.
Agarró a Dani de la mano y se lo llevó al sofá para sentarse igual que antes siguiendo con sus cosas. Néstor lo miraba como si fuera un asesino de niños, Lisa estiraba de él llevándoselo a la cocina.
NESTOR: ¿Es que la juventud no sabe lo que es tratar a la gente mayor de usted?
LISA: Ahora son así.
NESTOR: El respeto es el respeto y siempre ha existido.
LISA: Por favor, que pareces un viejo, le encuentras pegas a todo.
NESTOR: Lo siento, no me cae bien, va de listo y no me gusta.
LISA: Claro, es que no te va a gustar ninguno que esté con tú hija.
NESTOR: Pues este menos.
LISA: Saca dos cervezas de la nevera anda.
Se sentaron en una mesita que había en la cocina para tomarse las cervezas, Lisa intentaba tranquilizar a Néstor.
LISA: Parece buen chico, y es muy atento con ella.
NESTOR: Sí, sí, atento lo es, ya he visto como la agarraba en el sofá.
Lisa se levantó mirando para el techo, se dio cuenta que Néstor estaba demasiado nervioso para calmarlo. Lo que le preocupaba es que dijera alguna indiscreción que molestara a su hija y se alejara. Lisa avisó que la comida estaba preparada y se sentaron todos en la mesa, Lisa, Néstor a su lado, Dani en medio de Néstor y de Blanca, Nuria cerraba el círculo al lado de su hermana. Fueron comiendo y nadie parecía que quisiera decir nada.
NESTOR: Bueno Dani, ¿y los estudios que tal?
DANI: Muy bien, este año tengo la selectividad.
NESTOR: ¿Y tienes buenas notas?
BLANCA: Dani es muy buen estudiante papá.
NESTOR: Supongo que él tiene boquita para contestar, ¿no?
BLANCA: ¡Papá!
Lisa le dio un golpe por debajo de la mesa para que no se acelerara.
DANI: La nota más baja es de física y es un ocho y medio.
Néstor pensó, encima es el listillo de la clase.
NESTOR: Así, seguro que la aprobarás y el año que viene te irás a la universidad.
Néstor había visto un hueco de esperanza, si Dani se iba a la universidad, la más próxima estaba a una distancia que no le permitiría verse con su hija entre semana, eso seguro que les llevaría a separarse.
DANI: Estoy seguro que aprobaré, hemos hecho un pacto con Blanca que ya he hablado con mis padres, el año que viene me lo cogeré de descanso, puede que haga algún curso extra por aquí, así ayudaré a estudiar a Blanca, quiero que saque buena nota también ella en la selectividad y así el siguiente año podremos ir juntos a la universidad.
NESTOR: Que bonito.
A Néstor le jodió tanto que agarró con fuerza la pierna de Lisa por debajo de la mesa, ella gritó de la sorpresa tapándose la boca con la servilleta, lo miraba como si se hubiera vuelto loco, él le hacía un gesto como diciendo, “Es que no has oído lo que ha dicho el tío este”.
BLANCA: ¿A que es muy buena idea papá?
NESTOR: Vamos, de las mejores que he oído últimamente.
LISA: Sí cariño, es muy buena idea, si los dos estáis de acuerdo.
DANI: Sí que lo estamos, a mí no me importa perder un año.
NESTOR: A lo mejor luego te arrepientes de haberlo perdido.
Ahora era Lisa la que le daba un golpe en la pierna a Néstor.
NESTOR: ¿Y se puede saber qué es lo que quieres estudiar?
DANI: Derecho, quiero hacer oposiciones a notario, como mi padre.
A Néstor se le giró la cabeza.
NESTOR: ¿Tú padre es notario?
DANI: Sí, y yo quiero ser como él, el tío vive de puta madre.
Néstor miraba a Lisa y a Blanca pasando los ojos de una a la otra.
NESTOR: ¿Vosotras sabíais que su padre es notario?
LISA: Yo no.
BLANCA: Yo sí, ¿y qué?
NESTOR: Nada, nada.
Se quedó en silencio mientras los demás cambiaban el tema, coño, que fuera hijo de un notario y encima él también quisiera serlo cambiaba las cosas, que su hija fuera novia de un futuro notario estaba muy bien, el chaval empezó a caerle bien.
Cuando acabaron de comer, Nuria la hija pequeña había quedado con unas amigas y se fue, Blanca se llevó a Dani a su habitación, para “hablar” según ella, Lisa y Néstor se sentaron en el sofá a tomarse el café.
NESTOR: Pues al final, el chaval no me cae tan mal.
Lisa lo miraba medio enfadada.
LISA: Claro, porque su padre es notario, si hubiera tenido otra profesión te caería mal, que interesado eres.
NESTOR: Mujer, no me dirás que eso no cambia las cosas.
LISA: Sí, y tanto, ahora ya pueden follar todo lo que quieran que tú estarás de acuerdo.
NESTOR: Lisa por Dios, tienes que decir las cosas de esa manera.
LISA: ¿Y tú?, ¿tienes que ser tan tonto?, cómo puedes hablar así, no te reconozco.
NESTOR: Pues soy el mismo de siempre.
LISA: No, no lo eres, nunca fuiste una persona interesada, hacías las cosas de corazón, no por interés…
NESTOR: No te entiendo…
LISA: Que te caiga bien el novio de tú hija o no por lo que haga o sea la familia me parece fatal.
Néstor no le contestó y pensó, Lisa tenía toda la razón, él nunca había pensado así, ¿por qué con su hija sí?, creyó que era por su proteccionismo, que pudieran tener una buena vida es a lo que aspira cualquier padre, ¿pero que control tenía él sobre eso?, eran muy jóvenes, la siguiente semana podrían cortar la relación por cualquier tontería. ¿Y Nuria?, vete a saber a quién conocería. Miró a los ojos a Lisa, en la cara se le notaba su reflexión, ella tenía razón, lo mejor era ver venir los acontecimientos, aceptar las decisiones de los demás y sobre todo, darse cuenta de una vez por todas que sus hijas ya no eran las niñitas de hacía unos años atrás.
Lisa le acarició la cara devolviéndole la mirada con una sonrisa.
NESTOR: Tienes razón Lisa, creo que me molesta tanto haberme perdido los detalles de las vidas de las niñas en estos últimos años que me hago la idea que ese tiempo no ha existido, me cuesta entender que ya son unas mujercitas, que toman sus decisiones y que hay que dejar que las tomen, que se equivoquen y que aprendan, que mejoren como personas. Hay que quererlas, apoyarlas y ayudarlas en todo lo que podamos, ellas tienen que hacer su vida.
Lisa, sin dejar de acariciarle la cara, le besó suavemente los labios.
LISA: Ahora sí que te reconozco, este es el hombre del que me enamoré.
NESTOR: Que lástima que ya no lo estés.
LISA: Sí que lo estoy, y lo sabes, no seas malo.
Se daban besitos en los labios como dos enamorados.
NESTOR: Entonces, ¿por qué no quieres que vuelva a esta casa?
LISA: Volverás Néstor, volverás si tú quieres, pero dame un poco de tiempo, por favor.
NESTOR: No tengo prisa mientras os pueda seguir viendo.
LISA: Ya tienes las llaves, puedes entrar y salir cuando quieras
NESTOR: Y te lo agradezco mucho.
Siguieron besándose, estaban enamorados y Néstor sabía que todo caería como la fruta madura, él se tenía que preocupar de su familia, estar a su lado, ayudarlos en todo lo posible y no fallarles como hiciera una vez.
Pasó la tarde del sábado con Lisa, le dijo que se quedara también a cenar, él aceptó contento. Recibió un mensaje de José Antonio:
“Hola artista, guárdate la noche del próximo viernes, tenemos cena en mi casa con más gente.”
Lisa lo miraba al verlo tan centrado en el móvil. Él levantó la vista encontrándose con sus ojos.
LISA: ¿Todo bien?
NESTOR: Sí, perdona, es que me ha enviado un mensaje José Antonio, me invita a una cena el viernes próximo en su casa.
LISA: Bueno, es el día que tenemos la cena de chicas, yo también tengo compromiso.
NESTOR: ¿Y las niñas?
LISA: Las niñas ya se cuidan solas.
NESTOR: Puede que hasta demasiado, como se lo va a pasar Blanca.
LISA: Neeeéstor.
NESTOR: Ya, ya.