Cenas, fiestas y cosas de la vida (Cap. 25)
Cap. XXV Consolidando.
Cap. XXV – Consolidando.
Por las tardes Lisa y algunas veces acompañada por Néstor si no tenía que trabajar, se dedicaba a ir haciendo viajes desde su apartamento a la casita para ir dejando cosas que necesitarían, otros días salían de compras, con la ilusión de encontrar aquella lamparita o algún detalle que personalizara la vivienda como ellos querían. Vero se cuidó de que se la pintaran y limpiaran toda por dentro, quería que cuando entraran a vivir todo estuviera como nuevo, algunas tardes se juntaba con Lisa para ayudarla y hablar un rato de sus cosas, por otro lado las niñas preguntaban cada día cuando se iban a mudar, la impaciencia de la adolescencia les hacía querer ir más rápido de lo que se podía. Néstor también hacía paquetes en su casa para ir trasladando, siempre lo hacía con Lisa, no se la quería jugar e ir solo, si por “casualidad” se veían con Vero a solas no quería ni pensar en lo que pasaría, era consciente que Lisa hasta ese momento había aguantado, pero hacerle sufrir no estaba en su cabeza.
Carmen y Juan ya estaban establecidos y felices, ya pasada la sorpresa de Antonio habían conseguido su nidito de amor, cuando fueron pasando los días juntos y saciados sus deseos sexuales una cuestión les empezó a rondar la cabeza a pregunta de Juan.
“¿Crees que estaríamos a tiempo de ser padres?”
Primero se miraron los dos sin saber que decirse, a Juan le pareció que Carmen se lo tenía que pensar, en realidad no tenía nada que pensar, unas semanas antes fue al ginecólogo para hacerse una revisión y preguntarle la posibilidad, después de unas pruebas y la confirmación por parte del médico que todo estaba bien dejó los anticonceptivos, le dijo a Juan que no podían perder el tiempo, a follar a todas horas si quería preñarla.
Inés a espaldas de su madre, sabiendo que él le caía como el culo visitaba cada fin de semana a Aitor, follaban como desesperados y el domingo por la tarde volvía a su casa. La habían aceptado en la universidad y tenía la plaza para el siguiente curso, la plaza y los planes para vivir con Aitor, él al principio no estaba muy convencido, pero después de varios fines de semana conviviendo con Inés pensó que no sería tan difícil hacerlo cada día, para él los años iban pasando y pensar en estar con un pibón como ella era buena noticia, un poco egoísta por su parte posiblemente pero si ella estaba contenta y quería pues adelante, como se lo tomaría su madre era otra cosa, era decisión de Inés decírselo si quería, pensaba él. Inés tenía claro que tarde o temprano tendría que decírselo, no le iba a estar ocultando algo así mucho tiempo, y más notando que sus sentimientos le enviaban señales, se estaba enamorando de Aitor.
Otros que navegaban viento en popa a toda vela eran Gloria y Julio, los dos habían conseguido lo más cercano a sus sueños, ella una persona hogareña que amaba a la familia, que no le pedía hacer cosas “raras” para estar bien con ella y que le demostraba que la quería cada día. Él una mujer que tenía ganas de convivir, comunicarse y quererle, encima le gustaba lo que cocinaba, y como no, muy sexual, muy cariñosa que le hacía lo que ninguna otra mujer le había hecho nunca, solo tenía que insinuarse un poco y la polla se la ponía a reventar.
A Amanda sin buscarlo le dio un cambio importante la vida, después de aquel encuentro sexual tan espectacular que salió con el coño y el culo escocido de tanto follar se encontró con una sorpresa, se había quedado embarazada, hasta ese momento nunca le había hecho falta protegerse del embarazo, con Julio era imposible que se quedara y dejó de preocuparse. Aquel fin de semana no pensó en eso, ella fue a follar como lo había hecho durante muchos años, no tuvo en cuenta que con otro hombre sí se podía quedar embarazada, y no fue uno, fueron dos los que se corrieron dentro de su coño a pelo las veces que les dio la gana, y como lo disfrutó, cada vez que lo recordaba se le ponía el bello de punta, el bello y el clítoris, que se mojaba toda vamos, se acababa haciendo unas pajas con juguetitos o sin ellos de la ostia. Al principio cuando el médico le dio la noticia no sabía qué hacer, al confirmarle que todo estaba bien poco a poco se fue convenciendo que no era mala idea, tener por fin un hijo y a alguien a quien cuidar le podía alegrar la vida para siempre.
Lisa dejó de trabajar y empezó a reunirse con Vero para concretar algunas cosas, una mañana sentadas en la cocina de la casa de Vero le miró a los ojos y se lanzó…
LISA: Vamos a ver Vero, ¿Tú exactamente en qué quieres que te ayude?, porque a mí me parece que mucho trabajo no tienes.
VERO: Yo te lo explico…
LISA: Espera, déjame acabar, pienso unas cuantas cosas que te quiero decir, tú siempre has sido sincera conmigo, yo también quiero serlo, creo que si nos dejas vivir en esa pedazo de casa es por algo, y ese algo lo tengo claro, lo que quieres es tener cerca a Néstor y follártelo…
VERO: Lisa eso…
LISA: No he acabado, lo que me preocupa es si a parte del deseo sexual lo quieres todo para ti, y una vez lo consigas, ¿A mí me darán por el culo?, mira, he dudado varias veces desde que nos lo dijiste, esta última semana he estado a punto de decirle a Néstor que no aceptábamos, sabiendo que para las niñas sería un disgusto, ya se han hecho a la idea de vivir aquí y no quieras saber la ilusión que tienen. Pero pensé que si tú estás tan obsesionada por él sería muy fácil verle con la excusa del trabajo, eso ya lo conseguiste, él estaba loco por encontrar un buen puesto de trabajo y te preocupaste de dárselo, puedes llamarlo siempre que quieras para una reunión, una vez os veis ya sabes que pierde los papeles. Así que prefiero estar cerca de los dos. Ahora dime, ¿Todo lo que pienso es cierto?
Vero la miraba alucinada, con los ojos muy abiertos y la taza de café en la mano sin haber llegado a beber, dejó la taza en la mesa.
VERO: Nena, todo lo que me has explicado da para un libro, ¿De verdad te crees todo eso que me has dicho?
Lisa la miraba con una sonrisilla confirmándoselo.
VERO: Primero te voy a dar otra noticia, hablé con mi padre y la empresa te va a pagar un sueldo como mi ayudante, o secretaria, o llámale como quieras, y tienes muy mala memoria, no sé si serás una buena ayudante olvidándote tan rápido de las cosas, os lo dije y no mentí, me voy a quedar sola en esta casa, que coño hago yo viviendo sola aquí, ¿morirme de asco y hacerme pajas?
LISA: Antes que follarte a mí marido, sí.
Las dos se pusieron a reír, bebieron del café.
VERO: De verdad Lisa, no quiero hacerte daño, ni a ti ni a él ni a tus hijas que las quiero mucho, estáis todos juntos, Blanca te trae el novio a tú casa, sois una familia normal, unida, os tengo una sana envidia.
LISA: Puede que Inés también te traiga algún día el suyo.
VERO: Eso me hubiera gustado, al menos cuando se hartaran de follar me harían compañía, pero me parece que Inés no quiere solo un novio. Mira, Inés me dio el otro día un folleto de la universidad donde se ha buscado plaza, está lejos, parece que no quiere estar cerca de esta casa.
Abrió un cajón y le entregó a Lisa un folleto, esta lo miró y lo abrió, levantó las cejas y los ojos encontrándose con los de Vero.
LISA: Pero esta universidad, está muy cerca de donde vive…
Vero viendo su reacción le quitó el folleto de las manos abriéndolo.
VERO: ¡El PIOJOSO!, la madre que la parió, lo ves Lisa, es que no me sale nada bien coño, que le habrá visto a ese hombre, parece que haga las cosas para tocarme los cojones.
LISA: Bueno, como tú no te lo quisiste follar, parece que ella se lo folla por las dos.
VERO: Calla anda, calla, no me pongas más nerviosa.
Lisa reía acariciándole el hombro a Vero para consolarla.
VERO: ¿Vas a estar tranquila viviendo aquí o no?
LISA: Contigo cerca no mucho.
VERO: Cariño por favor, te prometo que no me acercaré a Néstor si no tengo tú permiso, os dejaré tranquilos en la casa, podréis hacer lo que queráis, solo me veréis si queréis, por favor Lisa.
Lisa bebió de la taza mirándola, haciéndole esperar por la respuesta.
LISA: De acuerdo, ¿en qué consistirá mi trabajo?
A Vero se le dibujó una sonrisa en la cara de alegría.
VERO: En varias cosas, ayudarme al mantenimiento de esta casa que es muy grande, llamar al jardinero cuando lo necesitemos, al del mantenimiento de la piscina, a los de la limpieza, por cierto, tú casa también la limpiarán, en algunas cosas del negocio, me ayudarás a preparar las reuniones, a tomar algunas decisiones, y sobre todo a ir de compras las dos, una chica para todo vamos.
LISA: Me gusta este nuevo trabajo, muchas gracias por todo.
VERO: Lo hago por mí ya los sabes, estaré acompañada y nosotras siempre hemos estado bien juntas.
Un sábado por la mañana toda la familia ocupó la casa, mucha actividad arriba y abajo, maletas para aquí, maletas para allí, las niñas en sus habitaciones, Néstor y Lisa colocando la ropa en el armario, cuando acabaron, Néstor fue a ver a sus hijas por si necesitaban ayuda, abrió la puerta del dormitorio de Nuria, los ojos se le abrieron, las cejas se le levantaron, tenía toda la ropa encima de la cama, un amasijo de pantalones, camisetas, faldas, sujetadores y bragas que no había por dónde empezar, le dijo, “Hola que tal”, y volvió a cerrar la puerta largándose, la puerta de la habitación de Blanca estaba abierta, entró, estaba colocando las últimas piezas en su armario todo bien ordenado, pensó que diferentes eran sus hijas, Nuria había salido como él y Blanca ordenada como su madre, le sugirió a Blanca que si había acabado ayudase a su hermana, miró para el techo resoplando pero lo hizo.
Néstor volvió a su dormitorio, Lisa estaba acabando de colocar cosas en el cuarto de baño, él llegó por detrás y le agarró el culo abrazándola.
NESTOR: ¿Cuándo podremos estrenar la casa cariño?
Lisa se giró besándolo.
LISA: ¿Esta tarde cuando tus hijas salgan con los amigos?
Las manos de Néstor empezaban a subir por debajo del vestido cuando oyeron a Blanca entrar en la habitación.
BLANCA: ¡Papá!, es imposible, ¿tú has visto como tiene la cama llena de ropa?
Néstor salió del cuarto de baño.
NESTOR: Por favor Blanca, échale una mano o no va a acabar nunca y tenemos que ir al centro comercial a comprar.
Aprovecharon la compra en el centro comercial para comer ellos y volver a primera hora de la tarde, las chicas se prepararon para salir después de colocar la compra en su sitio, Lisa y Néstor se sentaron en el sofá a mirar la televisión un rato descansando. Al rato Lisa se levantó.
LISA: Cielo, te voy a enseñar algo que compré, a ver si te gusta.
Néstor la miraba sin darle demasiada importancia, siempre se lo enseñaba todo, una sabana, una mantelería, o toallas, cualquier cosa que compraba siempre se lo enseñaba. Lisa tardaba bastante, él cambió de canal un par de veces buscando algo de interés, giró la cabeza y pegó un salto levantándose del sofá, Lisa estaba al lado del pasillo en ropa interior, conjunto de sujetador y braguitas muy pequeñas rematado con medias sujetas por un liguero, la miraba mientras caminaba en su busca, Lisa sonreía, sabía por su cara que se la iba a comer entera, la agarró por el culo levantándola, ella se agarró con las piernas alrededor de su cintura y la llevó hasta el dormitorio, tal como entraron la dejó en el suelo contra una pared besándole los labios, el cuello y el oído, Lisa le pasaba los brazos alrededor del cuello jadeando.
LISA: No me has dicho si te gusta.
NESTOR: Cuando acabe de follarte te contesto, no me distraigas.
Lisa reía acariciándole la cabeza mientras le besaba las tetas por encima del sujetador que se le transparentaban las areolas y los pezones, lo desabrochó y se las comía agarrándolas con sus manos, ella miraba para arriba estrechándolo más con sus brazos por el placer, Néstor se arrodilló, Lisa le miraba los ojos entreabriendo la boca, estaba excitada sabiendo lo que le iba a hacer, con una mano le acariciaba la cabeza y la cara, Néstor desvió los ojos para mirarle las braguitas, la agarró por las caderas y le besó el chumino por encima del fino tejido trasparente, le podía ver la rajita y el pelito bien arreglado, se las bajó un poco, lo justo para meterle la punta de la lengua en el inicio de la rajita, Lisa tiró el culo para atrás de la impresión con poco éxito porque tenía la pared detrás.
Néstor le fue bajando las bragas con delicadeza, eran tan finas que parecía que se podían romper en cualquier momento, ella levantó un pie y después el otro para que se las quitara, le levantó una pierna doblada por la rodilla girándosela para abrirle el coño, la miró a los ojos viéndole una cara de excitada tremenda y sin más preámbulos le metió la lengua en medio, le buscó el agujerito saboreando sus flujos lamiéndoselo despacio, llegó al clítoris dándole unas vueltas con la lengua para acabar succionándoselo, Lisa se agachaba un poco gimiendo, cerrando los ojos del placer que le estaba dando su pareja, se lo estuvo comiendo un buen rato, los gemidos eran seguidos, sus manos le apretaban la cabeza.
Se levantó besándola, comiéndole la boca, la lengua y todo lo que encontró, estaba excitadísimo, se fue desnudando con la ayuda de Lisa, cuando se quitó toda la ropa la volvió a besar a la vez que le volvía a levantar la pierna, se colocó en medio agarrándose la polla que la tenía a punto de estallar, se la restregó por el coño unas cuantas veces para lubricarla, la apuntó al agujerito y de un pollazo se la metió todo lo que pudo empotrándola contra la pared, Lisa gritó agarrándose fuerte a su espalda, Néstor movía las caderas y las piernas para metérsela lo más profundamente posible, Lisa volvía a mirar el techo gimiendo y gritando, le sujetaba la cabeza en su cuello con una mano y con la otra le agarraba el culo notando las contracciones que hacía para follarla, la tuvo un buen rato en esa posición.
Le levantó la otra pierna, Lisa rodeó con ellas su cintura, sin sacársela se giró y la llevó hasta la cama, la dejó a ella debajo, al caer Lisa abrió las piernas todo lo que pudo, quería dejarle espacio para que Néstor se pudiera mover en medio de ellas dándole el placer que tanto conocía, sabía cómo era y que cuando estaba tan excitado aquel hombre tranquilo y dulce se convertía en una bestia follando, le daba todo el placer que necesitaba y más. Él seguía besándole los labios, el cuello, el oído, le amasaba las tetas y le acariciaba los pezones, movía su cintura adelante, atrás o en círculos, penetrándola suavemente o un poco más duro dependiendo del momento, ella levantaba y bajaba sus caderas para dejar resbalar su polla entre sus flujos dentro del coño llegándole muy profundamente, no podía parar de gritar apretándole la espalda o el culo, sentía como se iba a correr de un momento a otro hasta que empezó a gritarlo en medio de los gemidos, aquellos gritos de, “Me corro, me corro”, hizo que Néstor intensificara las penetradas, Lisa gritó más fuerte, se agarró a su espalda, curvó el cuerpo poniéndolo rígido y puso los ojos en blanco en una corrida espectacular.
Vero esperó después de haber comido para ir a ver como les iba instalándose en la casa a su amiga y su pareja, se fue acercando por el jardín y al pasar por el lado de la ventana de la habitación escuchó a Lisa gritar que se corría, pegaba unos gritos tremendos en medio de un orgasmo que por lo que se sentía debía ser la ostia, levantó las cejas y se alejó sin hacer ruido.
Entró en su casa, subió a su habitación, nada más entrar se quitó las zapatillas, la camisa y el sujetador, los pantalones y las bragas, se metió la mano en medio del coño y se estiró en la cama masturbándose, cerró los ojos pensando en los gritos de Lisa, se imaginaba a Néstor encima suyo follándosela como sabía que follaba, la imagen de su culo subiendo y bajando penetrándola le estaban mojando el coño, se metió dos dedos dentro mientras con la otra mano se tocaba las tetas, estuvo un rato y no parecía poder satisfacerse, se levantó, entró al cuarto de baño, miró y vio un desodorante con una forma insinuante, lo lavó con jabón y lo secó, volvió a la cama tocándose de nuevo, tenía el chocho empapado, mientras sus dedos se acariciaban por el medio del chumino y se introducían dentro, chupaba el frio metal del bote de desodorante dejándolo lleno de saliva intentando calentarlo un poco, se abrió el agujero del coño con dos dedos, se acercó el bote y le fue dando vueltas al agujero hasta metérselo un poco, tuvo que hacer algo de fuerza para conseguirlo, pegó un grito imaginando que era la polla de Néstor, el bote se fue deslizando metiéndose poco a poco más a dentro hasta llegar al final, cerró los ojos sintiendo el placer, lo sacó lentamente volviéndolo a meter, con los dedos de la otra mano se frotaba el clítoris, al poco rato estaba follándose con aquel bote metiéndoselo y sacándoselo a buen ritmo, gritaba y gemía hasta correrse retorciéndose. Tiró el desodorante y se quedó quieta mirando el techo relajándose, pensó que igual se tendría que comprar algún juguete como su amiga Amanda.
Néstor dejaba recuperarse a Lisa, ella de lado apoyaba su cabeza en su pecho, con una mano le agarraba la polla masturbándolo lentamente, se la bajaba acariciándole los huevos y volvía a subirla siguiendo con la paja, cuando ya estuvo recuperada del intenso orgasmo bajó la cabeza y se la metió en la boca chupando y succionando, él cerró los ojos gimiendo, mientras le comía la polla le agarraba los huevos apretándoselos, se mojó un dedo con saliva y se lo fue introduciendo en el culo, Néstor gruñó como un animal levantando el culo, Lisa intensificó al mamada, la polla le palpitaba de lo dura que la tenía.
Lisa se levantó sentándose encima de él, le acarició la cara mirándolo con una sonrisa y con la otra mano le agarró la polla para dirigirla a su agujero del coño dejándose caer, se la metió de golpe hasta el fondo gimiendo de nuevo, él volvía a gruñir, se fue moviendo incrementando la velocidad, acabó de forma frenética adelante y atrás gritando y gimiendo por el gusto que se daba, no pudo seguir hasta el final por el cansancio, Néstor se dio cuenta y la giró dejándola a cuatro patas encima de la cama, se la metió excitado de un golpe duro, Lisa levantó la cabeza de placer al sentirse empalada, él sí que no se cansaba, le daba, le daba, y le seguía dando hasta hacer que se corriera otra vez pegando unos gritos tremendos, el coño lo tenía tan empapado que le caían los flujos por las piernas, Néstor fue gimiendo, gritando y gruñendo cada vez más fuerte, la agarró del brazo, Lisa ya sabía que quería, se bajó de la cama y se puso delante de él arrodillada agarrándole la polla chupándosela con fuerza, notó el primer lechazo en su garganta, dos más dentro de la boca y la sacó pajeándola para que le cayera por toda la cara, Néstor se tensaba corriéndose en la boca y la cara de la mujer de su vida, al acabar Lisa le volvió a chupar la polla por si quedaba algo que no hubiera salido, lo dejó seco.
Néstor se dejó caer de espaldas en la cama totalmente destrozado por aquella corrida, respiraba fuerte y miraba el techo, Lisa se levantaba del suelo con una sonrisilla.
LISA: Come te gusta llenarme la boca y la cara de semen cabrito.
Le dio un cariñoso golpecito en una pierna y él levantó una mano porque no podía decir nada.
Una vez duchados y vestidos abrieron la ventana para que se ventilase la habitación, Vero desde su dormitorio lo vio y miró la hora, como si cronometrase lo que habían estando follando, agarró el teléfono y llamó a Lisa.
VERO: Estaba pensando que esta noche podríamos cenar juntos, os invito, que vengan las nenas también.
LISA: Las niñas han salido y comerán algo por ahí, ya llegaran cenadas, pero a nosotros nos vendrá bien, no tengo nada de ganas de meterme en la cocina y él todavía menos para hacer la cena.
VERO: Ya, ya.
Pensó que los cabrones se habían destrozado follando. Aquella primera noche oficial cenaron con Vero, como tantas otras a partir de ese día.